16 de abril de 2025
Ecuador vive un simulacro de democracia
Del 10 de julio/2024 al 15/abril/2025
11 de mayo de 2025
10 de mayo de 2025
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5 de mayo de 2025
3 de mayo de 2025
El presidente del Partido Socialista Ecuatoriano, Gustavo Vallejo, expresó serias dudas sobre la transparencia de las últimas elecciones presidenciales en Ecuador. Vallejo sostuvo que el fraude no solo implica "sumar votos para ganar", sino también adjudicar votos que no corresponden a un candidato. Señaló inconsistencias estadísticas en provincias como Guayas, Santo Domingo y Pichincha, donde, según dijo, la candidata Luisa González no habría sumado ni un solo voto, algo que calificó de "inexplicable".
@IngobernablesEC
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Los miembros principales del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) son cinco, incluyendo un presidente, un vicepresidente y tres jueces principales. Los miembros actuales son Ivonne Coloma Peralta (Presidenta), Ángel Eduardo Torres Maldonado (Vicepresidente), Joaquín Viteri Llanga, Guillermo Ortega Caicedo y Fernando Muñoz Benítez (Jueces Principales).
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29 de abril de 2025
28 de abril de 2025
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27 de abril de 2025
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@Silvia Vera Viteri
MI ECUADOR DEL ALMA
Históricamente las izquierdas ecuatorianas no tuvieron oportunidad electoral efectiva hasta el 2007.
Las derechas dominantes (noble aristocracia -kitsch europeo- venida a menos + oligarquía + alta burguesía), ansiadas, imitadas, envidiadas, por oportunistas derechas pequeñoburguesas, para los últimos años del siglo XX estaban trepadas en el tren neoliberal. Desde ahí con nuevos bríos se reforzaron para subestimar la militancia y los empeños de las izquierdas y utilizarlas entre guiños y coqueteos, como también coaccionarlas y frenarlas siempre que pudieron.
Las luchas populares e indígenas y sus legítimas demandas, al ser consideradas factor desestabilizador, fueron de modo sistemático reprimidas también infiltradas, y despreciadas como actores políticos.
El pensamiento crítico, identificado como retórica libresca subversiva, se depositó en bibliotecas y, con suerte, en determinadas academias. No obstante, nada invalidó sus dinámicas ni la participación en la construcción política de base.
Precarias en el ámbito electoral presidencial, sin incidencia en la definición y la perspectiva ideológico política del Estado neoliberal ya enquistado en el poder, las izquierdas funcionaron como voz y contrapeso, indeseable para las élites neoliberales y las clases arrimadas.
En este contexto, las derechas continuaron cumpliendo el cometido de configurarlas como el paradigma antidemocrático, de constituirlas en el enemigo número uno del desarrollo y la paz.
Con tres presidentes defenestrados de forma consecutiva, en medio de la peor debacle bancaria, y demás, en 2006 una izquierda irrumpe en el tapete electoral, encarnada en la figura de Rafael Correa Delgado. Gana la presidencia, y desconcierta a las clases dominantes. Por su parte, las izquierdas tradicionales (autodenominadas marxistas, en realidad aristotélicas, es decir, antidialécticas) no pudieron comprender y no reconocieron la corriente que se abría paso decidida a superar al neoliberalismo, la versión más perversa del capitalismo. En general estas izquierdas arrinconadas en falsa ortodoxia no pudieron (o no quisieron) comprender la imposibilidad de vencer al capitalismo en un país tercermundista; tampoco pudieron (o no quisieron) comprender la posibilidad de enfrentar al neoliberalismo en un país tercermundista.
La irrupción llegó con una nueva y revolucionaria versión de izquierda latinoamericana, distinta a experiencias anteriores. Estado/economía de bienestar, inédito. Si por definición marxista el socialismo, como sistema politico, tiene demarcada la estructura de su modo de producción, esta experiencia surgía con fuerza desde la izquierda no estrictamente marxista. Corrida la historia podemos validar y valorar los principios fundamentales, con obvias distancias respecto del marxismo, del progresismo de izquierdas.
En este sentido considero grave el error, con apariencia de nimiedad, haber adscrito al nombre de 'Socialismo del siglo XXI'. Nunca lo entendí. Lo que sí entendí es que ese fue uno de los aleteos de mariposa (dar papaya, más claro) que aportó al tsunami, a la construcción del framing desde el cual la oposición anticorreista (derechas e izquierdas) gestó cientos de narrativas y relatos neogoebbelianos en defensa de clase por pertenencia, por aspiración arribista, o extravío perceptivo. Trabajado desde lo profundo, este neogoebbelianismo retorcido ganó fuerza al diseminarse, y profundidad al llegar a las capas más sensibles de la población. De forma concomitante se reafirmó uno de los propósitos permanentes de la vocación capitalista: persuadir que sus intereses son los intereses de todos. Así llegaron a muchos. También consiguieron convencer de ser la RC el cuco corrupto de la historia.
Inocularon creencias, ideas falsas asumidas verdaderas, mentiras, connotaciones, difíciles de desarraigar de las mentes, de los imaginarios colectivos, en tanto adoptadas como certidumbres frente a la realidad. Visto así, con tres derrotas electorales consecutivas, no podemos admitir culpabilidades ni flagelaciones. Lo hecho, lo hemos hecho bien. Jugamos limpio frente a un incomensurable engranaje de corrupción. Quizás fuimos víctimas naif al participar en una cueva de ladrones. Lo imprescindible ahora es reconocer una victoria, mantener en pie de dignidad a la mitad de la población ecuatoriana, impensable hace veinte años, en el lado de la opción democrática de izquierda. Lo imprescindible es reconocer en Rafael Correa Delgado y su gobierno a los artífices de la apertura de la conciencia social conseguida.
Las derechas han perdido por lo menos la mitad de casi todo lo que les perteneció siempre. Hoy no nos alcanzó para acceder al poder, en ningún caso podría habernos alcanzado con un sistema electoral perverso, corrupto, al servicio del Ejecutivo.
Las grandes transiciones históricas están condenadas a avances y retrocesos, en el camino hacia su nuevo destino. La dialéctica no es, necesariamente, una síntesis exacta siempre superadora.
A ese ritmo y a estas alturas, no somos responsables del retraso multifactorial en la vocación neoliberal de una mitad de la población. Mitad que no está lista. Somos responsables de la otra mitad, de la izquierda progresista a la que pertenecemos. Y aquí vamos, adelante.
MI ECUADOR DEL ALMA
Históricamente las izquierdas ecuatorianas no tuvieron oportunidad electoral efectiva hasta el 2007.
Las derechas dominantes (noble aristocracia -kitsch europeo- venida a menos + oligarquía + alta burguesía), ansiadas, imitadas, envidiadas, por oportunistas derechas pequeñoburguesas, para los últimos años del siglo XX estaban trepadas en el tren neoliberal. Desde ahí con nuevos bríos se reforzaron para subestimar la militancia y los empeños de las izquierdas y utilizarlas entre guiños y coqueteos, como también coaccionarlas y frenarlas siempre que pudieron.
Las luchas populares e indígenas y sus legítimas demandas, al ser consideradas factor desestabilizador, fueron de modo sistemático reprimidas también infiltradas, y despreciadas como actores políticos.
El pensamiento crítico, identificado como retórica libresca subversiva, se depositó en bibliotecas y, con suerte, en determinadas academias. No obstante, nada invalidó sus dinámicas ni la participación en la construcción política de base.
Precarias en el ámbito electoral presidencial, sin incidencia en la definición y la perspectiva ideológico política del Estado neoliberal ya enquistado en el poder, las izquierdas funcionaron como voz y contrapeso, indeseable para las élites neoliberales y las clases arrimadas.
En este contexto, las derechas continuaron cumpliendo el cometido de configurarlas como el paradigma antidemocrático, de constituirlas en el enemigo número uno del desarrollo y la paz.
Con tres presidentes defenestrados de forma consecutiva, en medio de la peor debacle bancaria, y demás, en 2006 una izquierda irrumpe en el tapete electoral, encarnada en la figura de Rafael Correa Delgado. Gana la presidencia, y desconcierta a las clases dominantes. Por su parte, las izquierdas tradicionales (autodenominadas marxistas, en realidad aristotélicas, es decir, antidialécticas) no pudieron comprender y no reconocieron la corriente que se abría paso decidida a superar al neoliberalismo, la versión más perversa del capitalismo. En general estas izquierdas arrinconadas en falsa ortodoxia no pudieron (o no quisieron) comprender la imposibilidad de vencer al capitalismo en un país tercermundista; tampoco pudieron (o no quisieron) comprender la posibilidad de enfrentar al neoliberalismo en un país tercermundista.
La irrupción llegó con una nueva y revolucionaria versión de izquierda latinoamericana, distinta a experiencias anteriores. Estado/economía de bienestar, inédito. Si por definición marxista el socialismo, como sistema politico, tiene demarcada la estructura de su modo de producción, esta experiencia surgía con fuerza desde la izquierda no estrictamente marxista. Corrida la historia podemos validar y valorar los principios fundamentales, con obvias distancias respecto del marxismo, del progresismo de izquierdas.
En este sentido considero grave el error, con apariencia de nimiedad, haber adscrito al nombre de 'Socialismo del siglo XXI'. Nunca lo entendí. Lo que sí entendí es que ese fue uno de los aleteos de mariposa (dar papaya, más claro) que aportó al tsunami, a la construcción del framing desde el cual la oposición anticorreista (derechas e izquierdas) gestó cientos de narrativas y relatos neogoebbelianos en defensa de clase por pertenencia, por aspiración arribista, o extravío perceptivo. Trabajado desde lo profundo, este neogoebbelianismo retorcido ganó fuerza al diseminarse, y profundidad al llegar a las capas más sensibles de la población. De forma concomitante se reafirmó uno de los propósitos permanentes de la vocación capitalista: persuadir que sus intereses son los intereses de todos. Así llegaron a muchos. También consiguieron convencer de ser la RC el cuco corrupto de la historia.
Inocularon creencias, ideas falsas asumidas verdaderas, mentiras, connotaciones, difíciles de desarraigar de las mentes, de los imaginarios colectivos, en tanto adoptadas como certidumbres frente a la realidad. Visto así, con tres derrotas electorales consecutivas, no podemos admitir culpabilidades ni flagelaciones. Lo hecho, lo hemos hecho bien. Jugamos limpio frente a un incomensurable engranaje de corrupción. Quizás fuimos víctimas naif al participar en una cueva de ladrones. Lo imprescindible ahora es reconocer una victoria, mantener en pie de dignidad a la mitad de la población ecuatoriana, impensable hace veinte años, en el lado de la opción democrática de izquierda. Lo imprescindible es reconocer en Rafael Correa Delgado y su gobierno a los artífices de la apertura de la conciencia social conseguida.
Las derechas han perdido por lo menos la mitad de casi todo lo que les perteneció siempre. Hoy no nos alcanzó para acceder al poder, en ningún caso podría habernos alcanzado con un sistema electoral perverso, corrupto, al servicio del Ejecutivo.
Las grandes transiciones históricas están condenadas a avances y retrocesos, en el camino hacia su nuevo destino. La dialéctica no es, necesariamente, una síntesis exacta siempre superadora.
A ese ritmo y a estas alturas, no somos responsables del retraso multifactorial en la vocación neoliberal de una mitad de la población. Mitad que no está lista. Somos responsables de la otra mitad, de la izquierda progresista a la que pertenecemos. Y aquí vamos, adelante.
25 de abril de 2025
24 de abril de 2025
SI GANARON LIMPIAMENTE ¿POR QUE NO ABREN LAS URNAS?
SE LES FUE LA MANO,ESTO NO CUADRA X NINGÚN LADO
SE LES FUE LA MANO,ESTO NO CUADRA X NINGÚN LADO
23 de abril de 2025
22 de abril de 2025
Francisco Rodríguez
@frrodriguezc
Para evaluar el resultado de 2025, analizamos 32 elecciones presidenciales de segunda vuelta en América Latina. En cada una de ellas, calculamos cuánto aumentó el total de votos del ganador entre la primera y la segunda vuelta, como porcentaje de los votos de terceros partidos en la primera vuelta.
¿Por qué esa métrica? Porque calcula aproximadamente cuántos votos en juego entre los dos candidatos principales terminaron en manos del ganador. No es perfecta (la participación electoral varía, los votantes cambian de bando), pero da una buena idea de la magnitud de la victoria de un candidato en la segunda vuelta.
En Ecuador 2025, el total de votos de Noboa aumentó en un 110% respecto a todos los votos de terceros partidos, más del doble del promedio y una clara aberración estadística. La línea discontinua en el gráfico a continuación muestra el promedio regional del 54,8%. La barra de Noboa destaca por sí sola.
HILO
@frrodriguezc
Para evaluar el resultado de 2025, analizamos 32 elecciones presidenciales de segunda vuelta en América Latina. En cada una de ellas, calculamos cuánto aumentó el total de votos del ganador entre la primera y la segunda vuelta, como porcentaje de los votos de terceros partidos en la primera vuelta.
¿Por qué esa métrica? Porque calcula aproximadamente cuántos votos en juego entre los dos candidatos principales terminaron en manos del ganador. No es perfecta (la participación electoral varía, los votantes cambian de bando), pero da una buena idea de la magnitud de la victoria de un candidato en la segunda vuelta.
En Ecuador 2025, el total de votos de Noboa aumentó en un 110% respecto a todos los votos de terceros partidos, más del doble del promedio y una clara aberración estadística. La línea discontinua en el gráfico a continuación muestra el promedio regional del 54,8%. La barra de Noboa destaca por sí sola.
HILO
El ministro del Interior acepta que la alerta del supuesto plan de magnicidio contra Daniel Noboa, no provino de ninguna fuente institucional, como la Policía, Fuerzas Armadas o los servicios de inteligencia, sino de una fuente humana, es decir, un rumor. Esto debe ser una broma.
@Danielsalcan_ |
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ENTREVISTA ¬ Noboa es como Peña y “La Gaviota”: muñecos manipulables, dice académica
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De las RRSS:
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@KinttoLucas
Está claro que todo el proceso electoral en Ecuador fue fraudulento mediante alianza entre el gobierno de Noboa y el Consejo Nacional Electoral. Está claro que en la segunda vuelta se pusieron en marcha varios mecanismos de fraude electoral que se evidencian en personas de la tercera edad que aparecen votando sin haberlo hecho, en actas sin firmas, en actas con más votos que votantes y más.
Pero hay un mecanismo mencionado en el informe preliminar de observación de la OEA que merece un destaque especial: "la tinta utilizada para marcar las papeletas se transfirió entre las opciones políticas al doblarlas, debido a la simetría del diseño".
Se trata de la manipulación física del voto a través de un mecanismo de transferencia de tinta, que habría afectado a Luisa González en favor Daniel Noboa.
La ejecución de este fraude se basa en el diseño de la papeleta, el tipo de tinta utilizada y el control sobre los materiales electorales. Esto es posible por:
1. Uso de esferos o tintas especiales, que no se secan rápidamente y son susceptibles a transferencia por contacto.
2. Papel tratado o recubierto para facilitar la transferencia de la tinta a una área específica. Por ejemplo, del área de voto de Luisa al área de voto de Noboa.
3. Simetría del diseño de la papeleta, para que la transferencia ocurra sin levantar sospechas. Este mecanismo permite que el voto de Luisa se transfiera a Noboa en un porcentaje distribuido estratégicamente de acuerdo a la distribución de papeletas trucadas.
Su ejecución solo requería el control de las papeletas y esferos. En ese sentido hay que destacar que durante la segunda vuelta electoral, Noboa (presidente en funciones), participó como candidato sin pedir licencia, manteniendo control de las FFAA y el CNE. Incluso, dos días antes de la segunda vuelta decretó estado de excepción, ampliando sus poderes y reduciendo garantías ciudadanas. Por lo tanto, eliminando cualquier posibilidad de control ciudadano del material utilizado y fiscalización.
Las FFAA, bajo su mando, estuvieron a cargo de la custodia y distribución del material electoral. Pero un elemento fundamental en la trama de este mecanismo del fraude, es el armado de los kits electorales (papeletas, esferos, urnas, actas) realizado por la empresa privada Montgar, en el Centro de Exposiciones y Convenciones Quito. Todo el proceso se llevó a cabo bajo la exclusiva supervisión de las FFAA y el CNE, lo que concentró el control logístico y redujo cualquier tipo de fiscalización independiente. Además se prohibió fotografiar el voto para que no se documenten las irregularidades en las papeletas.
Este es otro ejemplo del gran fraude electoral ocurrido en Ecuador, y exige una auditoría técnica forense del material electoral: papeletas, esferos y condiciones de emisión del voto. Es hora de que la denominada "comunidad internacional" exija una investigación independiente internacional, sobre los distintos mecanismos del gran fraude electoral en la segunda vuelta de las elecciones ecuatorianas. Estamos ante un gran fraude con diferentes mecanismos, que pueden volver a repetirse en el supuesto plebiscito para una Constituyente. En fin.
Está claro que todo el proceso electoral en Ecuador fue fraudulento mediante alianza entre el gobierno de Noboa y el Consejo Nacional Electoral. Está claro que en la segunda vuelta se pusieron en marcha varios mecanismos de fraude electoral que se evidencian en personas de la tercera edad que aparecen votando sin haberlo hecho, en actas sin firmas, en actas con más votos que votantes y más.
Pero hay un mecanismo mencionado en el informe preliminar de observación de la OEA que merece un destaque especial: "la tinta utilizada para marcar las papeletas se transfirió entre las opciones políticas al doblarlas, debido a la simetría del diseño".
Se trata de la manipulación física del voto a través de un mecanismo de transferencia de tinta, que habría afectado a Luisa González en favor Daniel Noboa.
La ejecución de este fraude se basa en el diseño de la papeleta, el tipo de tinta utilizada y el control sobre los materiales electorales. Esto es posible por:
1. Uso de esferos o tintas especiales, que no se secan rápidamente y son susceptibles a transferencia por contacto.
2. Papel tratado o recubierto para facilitar la transferencia de la tinta a una área específica. Por ejemplo, del área de voto de Luisa al área de voto de Noboa.
3. Simetría del diseño de la papeleta, para que la transferencia ocurra sin levantar sospechas. Este mecanismo permite que el voto de Luisa se transfiera a Noboa en un porcentaje distribuido estratégicamente de acuerdo a la distribución de papeletas trucadas.
Su ejecución solo requería el control de las papeletas y esferos. En ese sentido hay que destacar que durante la segunda vuelta electoral, Noboa (presidente en funciones), participó como candidato sin pedir licencia, manteniendo control de las FFAA y el CNE. Incluso, dos días antes de la segunda vuelta decretó estado de excepción, ampliando sus poderes y reduciendo garantías ciudadanas. Por lo tanto, eliminando cualquier posibilidad de control ciudadano del material utilizado y fiscalización.
Las FFAA, bajo su mando, estuvieron a cargo de la custodia y distribución del material electoral. Pero un elemento fundamental en la trama de este mecanismo del fraude, es el armado de los kits electorales (papeletas, esferos, urnas, actas) realizado por la empresa privada Montgar, en el Centro de Exposiciones y Convenciones Quito. Todo el proceso se llevó a cabo bajo la exclusiva supervisión de las FFAA y el CNE, lo que concentró el control logístico y redujo cualquier tipo de fiscalización independiente. Además se prohibió fotografiar el voto para que no se documenten las irregularidades en las papeletas.
Este es otro ejemplo del gran fraude electoral ocurrido en Ecuador, y exige una auditoría técnica forense del material electoral: papeletas, esferos y condiciones de emisión del voto. Es hora de que la denominada "comunidad internacional" exija una investigación independiente internacional, sobre los distintos mecanismos del gran fraude electoral en la segunda vuelta de las elecciones ecuatorianas. Estamos ante un gran fraude con diferentes mecanismos, que pueden volver a repetirse en el supuesto plebiscito para una Constituyente. En fin.
20 de abril de 2025
En Ecuador pasan cosas raras
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David
@DDavidVillamar
Qué semanita, no? Algunos tardamos más que otros en procesar y entender todo lo sucedido. El pensamiento inicial de: "es increíble que esto esté pasando de nuevo", poco a poco es reemplazado por: "Cómo llegamos a esto y qué va a pasar ahora?" Aquí va un relato posible. Abro hilo.
@DDavidVillamar
Qué semanita, no? Algunos tardamos más que otros en procesar y entender todo lo sucedido. El pensamiento inicial de: "es increíble que esto esté pasando de nuevo", poco a poco es reemplazado por: "Cómo llegamos a esto y qué va a pasar ahora?" Aquí va un relato posible. Abro hilo.
Jorge Bastidas - Pacto Histórico Cauca
@Jorge_BastidasR
¿Se robaron las elecciones en Ecuador? ¿Por qué estas son importantes para Colombia? Pilas Aquí hay una lección clave para el 2026. Luego de este hilo comprenderás que Petro tiene razón en dudar de los resultados Dame unos minutos y lo explico: Hilo
@Jorge_BastidasR
¿Se robaron las elecciones en Ecuador? ¿Por qué estas son importantes para Colombia? Pilas Aquí hay una lección clave para el 2026. Luego de este hilo comprenderás que Petro tiene razón en dudar de los resultados Dame unos minutos y lo explico: Hilo
Lula felicita a Noboa y quiere trabajar con él por el multilateralismo: ¿Lo perdimos?
Cuando sea posible ver el proceso político nuestroamericano del siglo XXI desde una perspectiva temporal más amplia, Luiz Inácio Lula Da Silva será uno de los personajes clave. Con él se explica el enorme salto que dio la región en el primer decenio; en el tratamiento que él sufrió en la segunda década se demuestra hasta dónde está dispuesta a llegar la derecha proimperialista para preservar o recuperar el poder; y, tristemente, en la tercera década, Lula —tras un milagroso retorno a la presidencia— parece empeñado en ser uno de los enterradores de la experiencia izquierdista que él mismo protagonizó.
¿Deslealtad, inconsecuencia, traición, pragmatismo senil? Son muchas las opciones para tildar su conducta, ya sea que se tengan ganas de justificarlo o de fustigarlo y echarle encima el fardo de las culpas. En cualquier caso, como militante de las corrientes revolucionarias, a cualquiera le asiste el derecho a opinar sobre los comportamientos poco coherentes del gran líder brasileño.
[En este sentido, curiosamente, los militantes y simpatizantes tenemos mucha más libertad que los dirigentes, quienes muchas veces deben reservarse sus puntos de vista para no anchar las brechas que ya existen. Pero ese es otro tema].
En la acera contraria
La más reciente expresión de la tendencia de Lula a arrimarse a la acera contraria es su rápida y obsecuente felicitación a Daniel Noboa por la reelección como presidente de Ecuador.
Como decía un personaje cómico de la televisión, hace muchos, años, “no es el hecho en sí, sino la palabra que involucra el acto”. Es decir, esta congratulación pudo haber pasado como un gesto protocolar casi automático, emanado de una cancillería tan avezada en esos menesteres, como Itamaratí. Pero no, no es tan sencillo el asunto si se ve esto en términos comparativos, pues Lula tuvo en el caso ecuatoriano una posición diametralmente opuesta a la que presentó en el de las elecciones presidenciales venezolanas de julio de 2024.
En ambos procesos electorales hubo denuncias de fraude, pero el mandatario brasileño se solidarizó con las emanadas de la ultraderecha proimperialista venezolana, mientras desestimó de manera inmediata las que ha planteado la candidata Luisa González, representante del correísmo en Ecuador.
¿Es inocente esta diferencia? ¿Es casual que en ambos casos, Lula esté alineando con Washington y con las fuerzas más oscuras de la derecha regional? ¿O será que, definitivamente, lo perdimos?
Aun concediéndole el beneficio de la duda, es difícil excusar a Lula. Supongamos que le parecieron válidas las denuncias de fraude de la derecha venezolana y por ello se sumó a aquella matriz de opinión sobre la obligación de publicar las actas. De acuerdo, estaba en su derecho. Pero, a sabiendas de lo polémica que había sido esa actitud suya, ¿no era pertinente que al menos esperara unos días para salir a agasajar a Noboa?
Orlenys Ortiz, quien se autodefine como activista contra la desinformación, dirigió un mensaje en redes sociales al presidente Lula. “Atreverse a dar ese saludo, sin condenar el ataque sistemático institucional a los derechos del pueblo ecuatoriano, antes, durante y después del proceso electoral, que busca consolidar un proyecto autoritario y represivo, con clarísimas demostraciones serviles y violentas, dice de sobra cómo debemos verle (a usted) si es que aún había dudas”.
Ortiz no le reclama solamente su postura sobre las elecciones, sino el hecho de que en su mensaje de enhorabuena a Noboa, haya dicho que espera “seguir trabajando con Ecuador en defensa del multilateralismo, por la integración suramericana y el desarrollo sustentable de la Amazonía”. La comunicadora venezolana le pone los puntos sobre las íes, al decir que “Noboa no cree en el multilateralismo” (es un militante de asumirse como patio trasero de EEUU, agregamos por acá) y al precisar que conceptos como la integración y el desarrollo sustentable han sido superados ya porque siempre se han usado para esconder los propósitos de dominación imperial y los planes depredadores de la selva y de todos los espacios territoriales de nuestros países.
La herida del veto
Lula aplicó un criterio para Venezuela y otro para Ecuador. Pero, aun con lo sospechoso que eso resulta, puede alegarse que cada país tiene derecho a fijar posición sobre los procesos electorales ajenos, a favor o en contra. Es cierto. Lo que no resulta sencillo olvidar es que el juicio emitido sobre lo ocurrido acá el 28 de julio sirvió de pretexto para que Brasil vetara el ingreso de Venezuela al grupo BRICS, en la reunión de Kazán, Rusia, en octubre.
Al ver los hechos en retrospectiva, ese veto ha sido una medida coercitiva unilateral perpetrada no por el imperio canalla ni por uno de sus países lacayos, sino por un gobierno y un presidente del ala progresista nuestroamericana. ¡Vaya que eso tiene un peso demoledor!
Al impedir el ingreso de Venezuela a los BRICS, Lula le puso un palo a la rueda de la carreta de nuestra recuperación económica y ayudó a quienes, desde Estados Unidos, se plantean el retorno a la política de máxima presión para el cambio de régimen. Con amigos así, ¿para qué enemigos?
Fernando Buen Abad escribió al respecto en noviembre pasado: “Lo que se ve a través de la grieta política ocasionada por Brasil, y su absurdo veto contra Venezuela en los BRICS, es el retroceso político bruto de una figura que, no sin reservas y titubeos, fue apreciada durante mucho tiempo como una fuerza enorme para la unidad latinoamericana y caribeña. Pero algo se fisuró y nos dejó una grieta que la derecha celebra. ¿Es, acaso, la bolsonarización de Lula?”.
Negándose a sí mismo
Estos antagonismos con los factores ideológicamente afines del vecindario, llevan a Lula a discordar de su propia historia.
Por ejemplo, hablando del tema electoral, en 1989, Lula intenta por primera vez llegar a la presidencia de Brasil, pero es derrotado por el millonario neoliberal Fernando Collor de Mello, a pesar de que durante bastante tiempo estuvo liderando las encuestas. Se dijo entonces que el poder mediático brasileño —uno realmente temible, del que Collor de Mello era parte— logró atemorizar a la clase media y a buena parte del pueblo pobre con las clásicas campañas de miedo al comunismo. También usaron contra él denuncias difamatorias de corte personal.
En aquella jornada electoral hubo numerosas “casualidades”, como que fallaran los servicios de transporte público en las zonas más favorables a Lula. En los días previos a los comicios, un supuesto grupo insurgente, aparentemente vinculado al MIR chileno, secuestró a un empresario y lo presentó al público con una franela del Partido de los Trabajadores, para vincular el acto delictivo con el candidato obrero.
Lula volvió a postularse a la presidencia en 1994 y 1998, pero fue derrotado por el intelectual progresista Fernando Henrique Cardoso, un estudioso de la teoría de la dependencia. El antiguo obrero metalúrgico era, pues el típico dirigente popular, con ideas de avanzada, al que el estatus quo (izquierda moderada incluida) le impedía llegar al poder, mediante las triquiñuelas propias de la democracia liberal y de sus entrañas de poder económico y comunicacional. Es decir, algo muy parecido a lo que está pasando en Ecuador, donde una versión del joven ricachón Collor de Mello, apoyado por toda la maquinaria mediática, se impone en unas elecciones que había perdido en primera vuelta, con gran parte del país en estado de excepción y otro puñado de irregularidades flagrantes.
La inconsecuencia con la historia
Luego de su épico ascenso al poder en 2003, de su reelección en 2007 y de traspasarle la presidencia a una mujer de su extrema confianza, Dilma Rousseff, la derecha y el imperialismo volvieron por Lula y su partido, con tremendas ansias de revancha. A Rousseff la sacaron del palacio de Planalto mediante una clásica maniobra político-jurídica y a él lo metieron en prisión a través de un proceso amañado hasta niveles caricaturescos.
De nuevo se puede acotar acá que Lula sabe, por experiencia directa y amarga, que los adversarios de los movimientos soberanistas y progresistas latinoamericanos no respetan ni siquiera sus propios y supuestamente sacrosantos principios democráticos. Lo sabe, pero últimamente ha optado por portarse como si no lo supiera, tal vez por efectos de algún género de estrés postraumático.
En ese tiempo de caída en desgracia, Lula recibió el respaldo de los movimientos políticos latinoamericanos de izquierda, a pesar de que la mayoría pasaba también por horas muy oscuras.
Y aquí es necesario resaltar especialmente lo que hizo el chavismo en ese tiempo. Pese a estar viviendo sus peores momentos, tras la muerte del comandante Hugo Chávez, la guerra económica, las medidas coercitivas unilaterales, el bloqueo, los intentos de magnicidio, golpe de Estado e invasión, el gobierno del presidente Nicolás Maduro nunca dejó de ser solidario con Lula. Nadie oyó al mandatario venezolano legitimando las maniobras judiciales en contra de Lula ni dándole alas a las denuncias de fraude de Bolsonaro.
[Me permito un rápido desvió en forma de pregunta sin respuesta: ¿si Maduro hubiese sido derrocado o asesinado durante el terrible segundo lustro de la década pasada, el retorno de Lula habría sido viable o la ultraderecha habría montado su bacanal en todo el continente?].
En fin, estamos hablando de uno de los grandes líderes latinoamericanos de los últimos 50 años en el amplio arco de la izquierda, que consiguió un milagroso retorno a la vida y al ejercicio del gobierno, pero que parece estar interesado en romper con su pasado y asimilarse a las maquinaciones imperialistas y plutocráticas. ¿Lo perdimos?
(Clodovaldo Hernández / Laiguana.tv)
¿Deslealtad, inconsecuencia, traición, pragmatismo senil? Son muchas las opciones para tildar su conducta, ya sea que se tengan ganas de justificarlo o de fustigarlo y echarle encima el fardo de las culpas. En cualquier caso, como militante de las corrientes revolucionarias, a cualquiera le asiste el derecho a opinar sobre los comportamientos poco coherentes del gran líder brasileño.
[En este sentido, curiosamente, los militantes y simpatizantes tenemos mucha más libertad que los dirigentes, quienes muchas veces deben reservarse sus puntos de vista para no anchar las brechas que ya existen. Pero ese es otro tema].
En la acera contraria
La más reciente expresión de la tendencia de Lula a arrimarse a la acera contraria es su rápida y obsecuente felicitación a Daniel Noboa por la reelección como presidente de Ecuador.
Como decía un personaje cómico de la televisión, hace muchos, años, “no es el hecho en sí, sino la palabra que involucra el acto”. Es decir, esta congratulación pudo haber pasado como un gesto protocolar casi automático, emanado de una cancillería tan avezada en esos menesteres, como Itamaratí. Pero no, no es tan sencillo el asunto si se ve esto en términos comparativos, pues Lula tuvo en el caso ecuatoriano una posición diametralmente opuesta a la que presentó en el de las elecciones presidenciales venezolanas de julio de 2024.
En ambos procesos electorales hubo denuncias de fraude, pero el mandatario brasileño se solidarizó con las emanadas de la ultraderecha proimperialista venezolana, mientras desestimó de manera inmediata las que ha planteado la candidata Luisa González, representante del correísmo en Ecuador.
¿Es inocente esta diferencia? ¿Es casual que en ambos casos, Lula esté alineando con Washington y con las fuerzas más oscuras de la derecha regional? ¿O será que, definitivamente, lo perdimos?
Aun concediéndole el beneficio de la duda, es difícil excusar a Lula. Supongamos que le parecieron válidas las denuncias de fraude de la derecha venezolana y por ello se sumó a aquella matriz de opinión sobre la obligación de publicar las actas. De acuerdo, estaba en su derecho. Pero, a sabiendas de lo polémica que había sido esa actitud suya, ¿no era pertinente que al menos esperara unos días para salir a agasajar a Noboa?
Orlenys Ortiz, quien se autodefine como activista contra la desinformación, dirigió un mensaje en redes sociales al presidente Lula. “Atreverse a dar ese saludo, sin condenar el ataque sistemático institucional a los derechos del pueblo ecuatoriano, antes, durante y después del proceso electoral, que busca consolidar un proyecto autoritario y represivo, con clarísimas demostraciones serviles y violentas, dice de sobra cómo debemos verle (a usted) si es que aún había dudas”.
Ortiz no le reclama solamente su postura sobre las elecciones, sino el hecho de que en su mensaje de enhorabuena a Noboa, haya dicho que espera “seguir trabajando con Ecuador en defensa del multilateralismo, por la integración suramericana y el desarrollo sustentable de la Amazonía”. La comunicadora venezolana le pone los puntos sobre las íes, al decir que “Noboa no cree en el multilateralismo” (es un militante de asumirse como patio trasero de EEUU, agregamos por acá) y al precisar que conceptos como la integración y el desarrollo sustentable han sido superados ya porque siempre se han usado para esconder los propósitos de dominación imperial y los planes depredadores de la selva y de todos los espacios territoriales de nuestros países.
La herida del veto
Lula aplicó un criterio para Venezuela y otro para Ecuador. Pero, aun con lo sospechoso que eso resulta, puede alegarse que cada país tiene derecho a fijar posición sobre los procesos electorales ajenos, a favor o en contra. Es cierto. Lo que no resulta sencillo olvidar es que el juicio emitido sobre lo ocurrido acá el 28 de julio sirvió de pretexto para que Brasil vetara el ingreso de Venezuela al grupo BRICS, en la reunión de Kazán, Rusia, en octubre.
Al ver los hechos en retrospectiva, ese veto ha sido una medida coercitiva unilateral perpetrada no por el imperio canalla ni por uno de sus países lacayos, sino por un gobierno y un presidente del ala progresista nuestroamericana. ¡Vaya que eso tiene un peso demoledor!
Al impedir el ingreso de Venezuela a los BRICS, Lula le puso un palo a la rueda de la carreta de nuestra recuperación económica y ayudó a quienes, desde Estados Unidos, se plantean el retorno a la política de máxima presión para el cambio de régimen. Con amigos así, ¿para qué enemigos?
Fernando Buen Abad escribió al respecto en noviembre pasado: “Lo que se ve a través de la grieta política ocasionada por Brasil, y su absurdo veto contra Venezuela en los BRICS, es el retroceso político bruto de una figura que, no sin reservas y titubeos, fue apreciada durante mucho tiempo como una fuerza enorme para la unidad latinoamericana y caribeña. Pero algo se fisuró y nos dejó una grieta que la derecha celebra. ¿Es, acaso, la bolsonarización de Lula?”.
Negándose a sí mismo
Estos antagonismos con los factores ideológicamente afines del vecindario, llevan a Lula a discordar de su propia historia.
Por ejemplo, hablando del tema electoral, en 1989, Lula intenta por primera vez llegar a la presidencia de Brasil, pero es derrotado por el millonario neoliberal Fernando Collor de Mello, a pesar de que durante bastante tiempo estuvo liderando las encuestas. Se dijo entonces que el poder mediático brasileño —uno realmente temible, del que Collor de Mello era parte— logró atemorizar a la clase media y a buena parte del pueblo pobre con las clásicas campañas de miedo al comunismo. También usaron contra él denuncias difamatorias de corte personal.
En aquella jornada electoral hubo numerosas “casualidades”, como que fallaran los servicios de transporte público en las zonas más favorables a Lula. En los días previos a los comicios, un supuesto grupo insurgente, aparentemente vinculado al MIR chileno, secuestró a un empresario y lo presentó al público con una franela del Partido de los Trabajadores, para vincular el acto delictivo con el candidato obrero.
Lula volvió a postularse a la presidencia en 1994 y 1998, pero fue derrotado por el intelectual progresista Fernando Henrique Cardoso, un estudioso de la teoría de la dependencia. El antiguo obrero metalúrgico era, pues el típico dirigente popular, con ideas de avanzada, al que el estatus quo (izquierda moderada incluida) le impedía llegar al poder, mediante las triquiñuelas propias de la democracia liberal y de sus entrañas de poder económico y comunicacional. Es decir, algo muy parecido a lo que está pasando en Ecuador, donde una versión del joven ricachón Collor de Mello, apoyado por toda la maquinaria mediática, se impone en unas elecciones que había perdido en primera vuelta, con gran parte del país en estado de excepción y otro puñado de irregularidades flagrantes.
La inconsecuencia con la historia
Luego de su épico ascenso al poder en 2003, de su reelección en 2007 y de traspasarle la presidencia a una mujer de su extrema confianza, Dilma Rousseff, la derecha y el imperialismo volvieron por Lula y su partido, con tremendas ansias de revancha. A Rousseff la sacaron del palacio de Planalto mediante una clásica maniobra político-jurídica y a él lo metieron en prisión a través de un proceso amañado hasta niveles caricaturescos.
De nuevo se puede acotar acá que Lula sabe, por experiencia directa y amarga, que los adversarios de los movimientos soberanistas y progresistas latinoamericanos no respetan ni siquiera sus propios y supuestamente sacrosantos principios democráticos. Lo sabe, pero últimamente ha optado por portarse como si no lo supiera, tal vez por efectos de algún género de estrés postraumático.
En ese tiempo de caída en desgracia, Lula recibió el respaldo de los movimientos políticos latinoamericanos de izquierda, a pesar de que la mayoría pasaba también por horas muy oscuras.
Y aquí es necesario resaltar especialmente lo que hizo el chavismo en ese tiempo. Pese a estar viviendo sus peores momentos, tras la muerte del comandante Hugo Chávez, la guerra económica, las medidas coercitivas unilaterales, el bloqueo, los intentos de magnicidio, golpe de Estado e invasión, el gobierno del presidente Nicolás Maduro nunca dejó de ser solidario con Lula. Nadie oyó al mandatario venezolano legitimando las maniobras judiciales en contra de Lula ni dándole alas a las denuncias de fraude de Bolsonaro.
[Me permito un rápido desvió en forma de pregunta sin respuesta: ¿si Maduro hubiese sido derrocado o asesinado durante el terrible segundo lustro de la década pasada, el retorno de Lula habría sido viable o la ultraderecha habría montado su bacanal en todo el continente?].
En fin, estamos hablando de uno de los grandes líderes latinoamericanos de los últimos 50 años en el amplio arco de la izquierda, que consiguió un milagroso retorno a la vida y al ejercicio del gobierno, pero que parece estar interesado en romper con su pasado y asimilarse a las maquinaciones imperialistas y plutocráticas. ¿Lo perdimos?
(Clodovaldo Hernández / Laiguana.tv)
19 de abril de 2025
Lee Brown, observador electoral inglés ofrece su veredicto sobre el descarado robo perpetrado por la, derecha en las elecciones presidenciales del Ecuador
Atilio Boron
El giro trumpiano de Ecuador
Lee Brown explica cómo las elecciones en Ecuador no fueron libres y cómo su gente pagará el precio bajo la presidencia de Noboa.
Daniel Noboa, hijo del hombre más rico de Ecuador y aliado político de Donald Trump, ha sido declarado presidente del país nuevamente tras la segunda vuelta electoral de la semana pasada. Sin embargo, Luisa González, candidata de la progresista Revolución Ciudadana, se niega a reconocer los resultados y exige un recuento y una auditoría completa ante las irregularidades generalizadas.
Estas preocupaciones son comprensibles. En la primera vuelta, ambos candidatos obtuvieron el 44% de los votos. Sin embargo, en la segunda vuelta, Luisa González, sorprendentemente, se mantuvo en el 44%, mientras que Daniel Noboa ascendió al 56%. Esto a pesar de que González recibió el apoyo del candidato indígena progresista que quedó en tercer lugar, de otros partidos progresistas y de una figura prominente a su derecha.
Las encuestas previas a la votación, así como las encuestas a la salida de los comicios y posteriores a las mismas, también indicaban una carrera reñida, con Luisa principalmente por delante, no una aplastante victoria del 12 por ciento para Noboa.
Si las autoridades electorales ecuatorianas realmente hubieran querido garantizar la confianza en el proceso, se podría haber realizado un recuento transparente voto por voto en tan solo unas horas. Su negativa a hacerlo, o a permitir una auditoría completa, solo profundizará la desconfianza en un proceso democrático ya de por sí debilitado.
Estuve en Ecuador como parte de la misión de observación electoral de la Internacional Progresista. Lo que presencié durante mi semana allí no me dejó ninguna duda: estas elecciones no fueron ni libres ni justas.
El momento más impactante se produjo la víspera de la votación, cuando el gobierno declaró el estado de emergencia, suspendiendo así derechos fundamentales como la libertad de reunión. En una escena escalofriante, soldados armados con pasamontañas subieron al escenario durante las actualizaciones televisadas del Consejo Nacional Electoral, en lo que solo podría interpretarse como un acto de intimidación pública. Otras medidas inusuales, como la prohibición de que los votantes fotografiaran sus papeletas electorales completadas, minaron aún más la confianza.
Las elecciones también se vieron empañadas por graves abusos de recursos públicos con fines electorales. En las semanas previas a la votación, por ejemplo, el gobierno distribuyó cientos de millones de dólares en pagos directos a los ciudadanos en lo que parece ser una compra masiva de votos.
México y Colombia, dos de los vecinos más grandes de Ecuador, han expresado su preocupación por las elecciones. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, calificó la victoria de Noboa de «altamente cuestionable», mientras que el presidente colombiano, Gustavo Petro, declaró que su gobierno no reconocería la reelección de Noboa sin una auditoría exhaustiva de los resultados.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, si bien reconocen los resultados, también han expresado considerable preocupación. En su informe preliminar, los observadores de la OEA observaron con preocupación que el proceso electoral estuvo marcado por condiciones de desigualdad, citando el uso indebido de fondos públicos y recursos estatales con fines electorales. Advirtieron que estas prácticas erosionan la confianza ciudadana en las instituciones democráticas. La Unión Europea señaló que la independencia y neutralidad del Consejo Nacional Electoral de Ecuador fueron ampliamente cuestionadas por partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil.
A pesar de todo esto, Noboa deberá asumir su cargo para un mandato completo de cuatro años a finales de mayo, después de servir como presidente interino durante los últimos 18 meses.
El trasfondo político es claro. Noboa fue uno de los pocos jefes de gobierno que asistieron a la toma de posesión de Trump, junto con el presidente argentino Javier Milei, un fanático del libre mercado, y la primera ministra italiana de extrema derecha Giorgia Meloni. Una evaluación de inteligencia estadounidense sobre las elecciones presidenciales ecuatorianas concluyó que la reelección de Noboa sería lo mejor para la seguridad nacional estadounidense.
Ya hay indicios de que la victoria de Noboa amenaza con acelerar la caída de Ecuador en el autoritarismo. Apenas días después de las elecciones, se filtró una lista negra que identificaba a más de 100 políticos progresistas que, según informes, estaban bajo amenaza de arresto. Entre ellos se encontraba el compañero de fórmula de González, quien fue acosado al intentar salir del país para las vacaciones de Semana Santa posteriores a las elecciones.
El temor a una ola de represión más amplia debe enmarcarse en el contexto de la represión generalizada en Ecuador contra los derechos democráticos y civiles fundamentales. Durante los últimos ocho años, la izquierda ecuatoriana ha sido objeto de una campaña sistemática de persecución política y represión legal tras la salida del presidente izquierdista Rafael Correa en 2017 con índices de aprobación récord.
Ecuador se ha convertido en un caso clásico de “lawfare” —el uso del poder judicial e institucional por parte de las élites para destruir a los oponentes políticos populares—, una estrategia que cobró relevancia tras su uso en Brasil contra Lula da Silva para impedirle ganar las elecciones presidenciales de 2018.
El propio Rafael Correa fue condenado en ausencia a años de prisión en un caso ampliamente condenado por motivos políticos. Desde entonces, ha recibido asilo en Bélgica. Uno de sus exvicepresidentes fue encarcelado y permanece en prisión. Mientras tanto, Paola Pabón, gobernadora provincial de la zona que abarca la capital, fue encarcelada y posteriormente puesta bajo arresto domiciliario por presunta incitación a la «rebelión» tras expresar su apoyo a las protestas contra las medidas de austeridad. Otros líderes buscaron refugio político en el extranjero para evitar una suerte similar.
A medida que el Consejo Nacional Electoral se convirtió en una herramienta política para el gobierno de las élites, en lugar de la representación democrática, incluso el partido fundado por Correa —y que había gobernado Ecuador durante una década— fue despojado de su influencia por la izquierda. Los intentos de registrar nuevos movimientos políticos fueron bloqueados repetidamente.
Este cambio autoritario es parte de un proyecto político más amplio: desmantelar todos los logros de la década de exitoso gobierno progresista bajo la Revolución Ciudadana.
La siguiente etapa de ese proyecto ya está clara. La oligarquía ecuatoriana está decidida a derogar la Constitución de 2008, promulgada durante la Revolución Ciudadana y considerada ampliamente como una de las más progresistas del mundo. Fue la primera en consagrar los derechos de la naturaleza, prohíbe las bases militares extranjeras, garantiza el derecho a la alimentación y enfatiza que sectores estratégicos clave como la energía, las telecomunicaciones y el agua deben ser de propiedad pública.
Sin embargo, para la oligarquía ecuatoriana, esta constitución siempre ha sido un obstáculo que necesita ser eliminado, y el gobierno de Noboa parece decidido a hacer precisamente eso.
Esto le permitiría establecer una nueva base militar estadounidense en el país. CNN ha informado que dichos planes ya están en marcha. Esta medida consolidaría el regreso de Ecuador a la condición de socio subordinado en la agenda regional de Washington, donde Estados Unidos apoya a las élites locales a cambio de posiciones estratégicas en la región.
Es probable que todo esto genere una amplia oposición pública. Y el gobierno de Noboa ya enfrenta desafíos significativos que se ha mostrado incapaz de resolver en los últimos 18 meses. La pobreza va en aumento, la economía está en recesión y los apagones continuos han paralizado el país. Pero lo más grave es la escalada de la violencia: en tan solo ocho años, Ecuador pasó de ser uno de los países más seguros a uno de los más peligrosos de Latinoamérica, con la tasa de homicidios sextuplicada.
El gobierno neoliberal de Noboa no ofrecerá soluciones a la creciente crisis de Ecuador; solo una represión cada vez más severa y una desigualdad cada vez mayor. Para quienes se comprometen a resistir la ola autoritaria global, liderada por Trump, Ecuador necesitará nuestra solidaridad.
* Lee Brown fue observador electoral y trabajó antes en Ecuador.
Lee Brown explica cómo las elecciones en Ecuador no fueron libres y cómo su gente pagará el precio bajo la presidencia de Noboa.
Daniel Noboa, hijo del hombre más rico de Ecuador y aliado político de Donald Trump, ha sido declarado presidente del país nuevamente tras la segunda vuelta electoral de la semana pasada. Sin embargo, Luisa González, candidata de la progresista Revolución Ciudadana, se niega a reconocer los resultados y exige un recuento y una auditoría completa ante las irregularidades generalizadas.
Estas preocupaciones son comprensibles. En la primera vuelta, ambos candidatos obtuvieron el 44% de los votos. Sin embargo, en la segunda vuelta, Luisa González, sorprendentemente, se mantuvo en el 44%, mientras que Daniel Noboa ascendió al 56%. Esto a pesar de que González recibió el apoyo del candidato indígena progresista que quedó en tercer lugar, de otros partidos progresistas y de una figura prominente a su derecha.
Las encuestas previas a la votación, así como las encuestas a la salida de los comicios y posteriores a las mismas, también indicaban una carrera reñida, con Luisa principalmente por delante, no una aplastante victoria del 12 por ciento para Noboa.
Si las autoridades electorales ecuatorianas realmente hubieran querido garantizar la confianza en el proceso, se podría haber realizado un recuento transparente voto por voto en tan solo unas horas. Su negativa a hacerlo, o a permitir una auditoría completa, solo profundizará la desconfianza en un proceso democrático ya de por sí debilitado.
Estuve en Ecuador como parte de la misión de observación electoral de la Internacional Progresista. Lo que presencié durante mi semana allí no me dejó ninguna duda: estas elecciones no fueron ni libres ni justas.
El momento más impactante se produjo la víspera de la votación, cuando el gobierno declaró el estado de emergencia, suspendiendo así derechos fundamentales como la libertad de reunión. En una escena escalofriante, soldados armados con pasamontañas subieron al escenario durante las actualizaciones televisadas del Consejo Nacional Electoral, en lo que solo podría interpretarse como un acto de intimidación pública. Otras medidas inusuales, como la prohibición de que los votantes fotografiaran sus papeletas electorales completadas, minaron aún más la confianza.
Las elecciones también se vieron empañadas por graves abusos de recursos públicos con fines electorales. En las semanas previas a la votación, por ejemplo, el gobierno distribuyó cientos de millones de dólares en pagos directos a los ciudadanos en lo que parece ser una compra masiva de votos.
México y Colombia, dos de los vecinos más grandes de Ecuador, han expresado su preocupación por las elecciones. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, calificó la victoria de Noboa de «altamente cuestionable», mientras que el presidente colombiano, Gustavo Petro, declaró que su gobierno no reconocería la reelección de Noboa sin una auditoría exhaustiva de los resultados.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, si bien reconocen los resultados, también han expresado considerable preocupación. En su informe preliminar, los observadores de la OEA observaron con preocupación que el proceso electoral estuvo marcado por condiciones de desigualdad, citando el uso indebido de fondos públicos y recursos estatales con fines electorales. Advirtieron que estas prácticas erosionan la confianza ciudadana en las instituciones democráticas. La Unión Europea señaló que la independencia y neutralidad del Consejo Nacional Electoral de Ecuador fueron ampliamente cuestionadas por partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil.
A pesar de todo esto, Noboa deberá asumir su cargo para un mandato completo de cuatro años a finales de mayo, después de servir como presidente interino durante los últimos 18 meses.
El trasfondo político es claro. Noboa fue uno de los pocos jefes de gobierno que asistieron a la toma de posesión de Trump, junto con el presidente argentino Javier Milei, un fanático del libre mercado, y la primera ministra italiana de extrema derecha Giorgia Meloni. Una evaluación de inteligencia estadounidense sobre las elecciones presidenciales ecuatorianas concluyó que la reelección de Noboa sería lo mejor para la seguridad nacional estadounidense.
Ya hay indicios de que la victoria de Noboa amenaza con acelerar la caída de Ecuador en el autoritarismo. Apenas días después de las elecciones, se filtró una lista negra que identificaba a más de 100 políticos progresistas que, según informes, estaban bajo amenaza de arresto. Entre ellos se encontraba el compañero de fórmula de González, quien fue acosado al intentar salir del país para las vacaciones de Semana Santa posteriores a las elecciones.
El temor a una ola de represión más amplia debe enmarcarse en el contexto de la represión generalizada en Ecuador contra los derechos democráticos y civiles fundamentales. Durante los últimos ocho años, la izquierda ecuatoriana ha sido objeto de una campaña sistemática de persecución política y represión legal tras la salida del presidente izquierdista Rafael Correa en 2017 con índices de aprobación récord.
Ecuador se ha convertido en un caso clásico de “lawfare” —el uso del poder judicial e institucional por parte de las élites para destruir a los oponentes políticos populares—, una estrategia que cobró relevancia tras su uso en Brasil contra Lula da Silva para impedirle ganar las elecciones presidenciales de 2018.
El propio Rafael Correa fue condenado en ausencia a años de prisión en un caso ampliamente condenado por motivos políticos. Desde entonces, ha recibido asilo en Bélgica. Uno de sus exvicepresidentes fue encarcelado y permanece en prisión. Mientras tanto, Paola Pabón, gobernadora provincial de la zona que abarca la capital, fue encarcelada y posteriormente puesta bajo arresto domiciliario por presunta incitación a la «rebelión» tras expresar su apoyo a las protestas contra las medidas de austeridad. Otros líderes buscaron refugio político en el extranjero para evitar una suerte similar.
A medida que el Consejo Nacional Electoral se convirtió en una herramienta política para el gobierno de las élites, en lugar de la representación democrática, incluso el partido fundado por Correa —y que había gobernado Ecuador durante una década— fue despojado de su influencia por la izquierda. Los intentos de registrar nuevos movimientos políticos fueron bloqueados repetidamente.
Este cambio autoritario es parte de un proyecto político más amplio: desmantelar todos los logros de la década de exitoso gobierno progresista bajo la Revolución Ciudadana.
La siguiente etapa de ese proyecto ya está clara. La oligarquía ecuatoriana está decidida a derogar la Constitución de 2008, promulgada durante la Revolución Ciudadana y considerada ampliamente como una de las más progresistas del mundo. Fue la primera en consagrar los derechos de la naturaleza, prohíbe las bases militares extranjeras, garantiza el derecho a la alimentación y enfatiza que sectores estratégicos clave como la energía, las telecomunicaciones y el agua deben ser de propiedad pública.
Sin embargo, para la oligarquía ecuatoriana, esta constitución siempre ha sido un obstáculo que necesita ser eliminado, y el gobierno de Noboa parece decidido a hacer precisamente eso.
Esto le permitiría establecer una nueva base militar estadounidense en el país. CNN ha informado que dichos planes ya están en marcha. Esta medida consolidaría el regreso de Ecuador a la condición de socio subordinado en la agenda regional de Washington, donde Estados Unidos apoya a las élites locales a cambio de posiciones estratégicas en la región.
Es probable que todo esto genere una amplia oposición pública. Y el gobierno de Noboa ya enfrenta desafíos significativos que se ha mostrado incapaz de resolver en los últimos 18 meses. La pobreza va en aumento, la economía está en recesión y los apagones continuos han paralizado el país. Pero lo más grave es la escalada de la violencia: en tan solo ocho años, Ecuador pasó de ser uno de los países más seguros a uno de los más peligrosos de Latinoamérica, con la tasa de homicidios sextuplicada.
El gobierno neoliberal de Noboa no ofrecerá soluciones a la creciente crisis de Ecuador; solo una represión cada vez más severa y una desigualdad cada vez mayor. Para quienes se comprometen a resistir la ola autoritaria global, liderada por Trump, Ecuador necesitará nuestra solidaridad.
* Lee Brown fue observador electoral y trabajó antes en Ecuador.
Ante la pregunta «¿Y si las elecciones volvieran a realizarse, por cuál de estos candidatos votaría?», el 52,7 por ciento de los encuestados afirmó que elegiría a la líder progresista y actual presidenta del movimiento Revolución Ciudadana.
Natalia Sierra:
La política electoral es marcadamente masculina y hoy se ha convertido en una guerra brutal que desata una violencia simbólica, judicial e incluso física que exacerba la violencia patriarcal. Y como en toda guerra las primeras víctimas somos mujeres. En esta guerra electoral que hemos vivido hay una mujer que esta siendo sacrificada y que al parecer será entregada como botín de guerra.
No me interesa la filiación política de esta mujer, no me interesa que esta mujer sea parte de un movimiento político determinado, no me importa que esta mujer practique una religión particular, no me importa que esta mujer aceptó ser candidata, solo me importa que es una mujer luchando en un mundo de machos.
Esta mujer ha sufrido ataques despiadados durante todo el proceso electoral, le han dicho que no es ella más que un títere, que no es capaz intelectualmente, que es madre soltera, que su hijo es del líder y un etc interminable de violencia simbólica de parte de los machos oligarcas contra quiénes competía. Cuando estos oligarcas ganan la guerra electoral, los machos visibles de su movimiento le dejan sola y además queda la sospecha de que esos mismos machos se referían a ella con los mismos descalificativos de sus enemigos.
Mi abrazo solidario a Luisa González, no porque compartamos ideología política, no porque compartamos religión, no porque compartamos movimiento político. Porque es una mujer igual que yo, porque es una madre soltera igual que yo, porque viene de las clases populares igual que yo, porque le ha tocado luchar en un mundo de hombres que solo la ven como un botín, como muchas mujeres que hemos tenido que luchar por un lugar en ese mundo no como botín sino como protagonistas.
La política electoral es marcadamente masculina y hoy se ha convertido en una guerra brutal que desata una violencia simbólica, judicial e incluso física que exacerba la violencia patriarcal. Y como en toda guerra las primeras víctimas somos mujeres. En esta guerra electoral que hemos vivido hay una mujer que esta siendo sacrificada y que al parecer será entregada como botín de guerra.
No me interesa la filiación política de esta mujer, no me interesa que esta mujer sea parte de un movimiento político determinado, no me importa que esta mujer practique una religión particular, no me importa que esta mujer aceptó ser candidata, solo me importa que es una mujer luchando en un mundo de machos.
Esta mujer ha sufrido ataques despiadados durante todo el proceso electoral, le han dicho que no es ella más que un títere, que no es capaz intelectualmente, que es madre soltera, que su hijo es del líder y un etc interminable de violencia simbólica de parte de los machos oligarcas contra quiénes competía. Cuando estos oligarcas ganan la guerra electoral, los machos visibles de su movimiento le dejan sola y además queda la sospecha de que esos mismos machos se referían a ella con los mismos descalificativos de sus enemigos.
Mi abrazo solidario a Luisa González, no porque compartamos ideología política, no porque compartamos religión, no porque compartamos movimiento político. Porque es una mujer igual que yo, porque es una madre soltera igual que yo, porque viene de las clases populares igual que yo, porque le ha tocado luchar en un mundo de hombres que solo la ven como un botín, como muchas mujeres que hemos tenido que luchar por un lugar en ese mundo no como botín sino como protagonistas.
Ante mi denuncia de #MegaFraude y su desesperación por callarnos, se viene más persecución, tenemos pruebas como lo es, el mismo informe de la @OEA_oficial
Empezaron con una lista negra enviada a MIGRACIÓN, retuvieron a uno de los consultores de mi campaña @divoskus quisieron quitarle su teléfono y computadora, tuvieron que intervenir los observadores internacionales, hicieron lo mismo con @DiegoBorjaPC @LuisaGonzalezEc Pedro Páez: Datos importantes para demostrar el fraude, eso independiente del manejo informático y le utilización del mismo, el número de electores, o sea el padrón electoral en la primera vuelta fue de 13.732.194 y en la segunda varió ¿porque?, segunda vuelta lunes 08.30 de la mañana 12.202.895, diferencia 1.529.299 el martes ya se dieron cuenta del absurdo o sea datos del fraude y pusieron 13.661.029 diferencia 71.165. El padrón no puede ni debe variar, debe ser el mismo. Los votos en blanco y ausentismo igual variaron significativamente. Nota los datos los saqué de la página del CNE.
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Son tan inteligentes los de la inteligencia que filtran el documento para alertar a los supuestos autores de los supuestos atentados Los verdaderos inteligentes de la inteligencia saben que eso no se hace y que si se filtra no es porque sean inteligentes sino todo lo contrario. ¿Con inteligencias así, qué garantías tiene @DanielNoboaOk de estar bajo buenas manos? (Siempre y cuando sea cierto todo ese relato de ficción)
@RutaKritica |
18 de abril de 2025
El informe preliminar de la Misión de Observación electoral de la @OEA_oficial
si detecta irregularidades que pueden haber afectado el resultado final de la elección. Cuando salga el informe definitivo seguramente se ampliarán las observaciones. ¿Qué dirá el @cnegobec ahí? Porque hasta ahora no dice nada de esto @OrlandoPerezEC |
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17 de abril de 2025
Elogio a Luisa González
El propósito principal de este artículo es reivindicar la lucha político-electoral que dio la Revolución Ciudadana en general y la compañera Luisa González en particular. Darle fuerza para que no baje los brazos
Diario Red Juan Grabois
No tengo ningún elemento para decir cuántos votos sacó cada uno de los candidatos en el ballotage ecuatoriano, pero la elección ecuatoriana está teñida por una cantidad de irregularidades que, al revés, hubieran hecho poner el grito en el cielo a todos los organismos internacionales subordinados a la política del Departamento de Estado norteamericano como si se tratara de un abierto, liso y llano fraude. Acá hablan bajito, pero aún bajito, reconocen las irregularidades y el deterioro de la vida democrática en Ecuador. Rarisimo. Me sumo entonces a la posición de Petro y Sheinbaum. Esta victoria de Noboa está floja de papeles.
Entre otras irregularidades, podemos mencionar que el Consejo Nacional Electoral habilitó su candidatura sin que se cumpliera el requisito constitucional de licencia previa, que Noboa cambió lugares de votación a último momento, suspendió el voto ecuatoriano en Venezuela, abusó de cadenas nacionales del oficialismo día tras día. El viernes antes del balotaje, incluso decretó el estado de excepción en siete provincias. Es un montón ¿Votar con Estado de Sitio? No es muy democrático.
Además de las maniobras del momento, existe una campaña sostenida durante años por los grandes medios, la justicia colonizada y los poderes económicos locales e internacionales. Una estrategia de lawfare que proscribió al compañero Rafael Correa y a muchos cuadros políticos ecuatorianos llegando a invadir la embajada de México para secuestrar al compañero Jorge Glas. Con el poder de la posverdad, pusieron la responsabilidad del crimen organizado en la Revolución Ciudadana cuando el narco se apropió de Ecuador después de 8 años de gobiernos anticorreistas.
La identidad política de Noboa es el anticorreísmo. Han convertido una antinomia en una identidad política, una especie de religión negativa que articula la utilización de aparatos estatales y paraestatales, el miedo insuflado, el conformismo, el racismo y la obediencia. Es una reversión ecuatoriana del antiperonismo.
Más allá de estos señalamientos, el propósito principal de este artículo es reivindicar la lucha político-electoral que dio la Revolución Ciudadana en general y la compañera Luisa Gonzalez en particular. Darle fuerza para que no baje los brazos. Lo sucedido es un momento en el tiempo. Nuestra tarea es seguir empujando los procesos… y necesitamos a Luisa.
Hay muchas cosas para destacar. En primer lugar, llegar al ballotage en semejante desventaja, ponerle coraje y corazón a la campaña aún a riesgo de su vida -le sacaron la custodia intempestivamente- obtener un resultado que echa por tierra el argumento gorila de que la Revolución está muerta, todo eso tiene un mérito enorme que la bronca por el “resultado” final -cuestionado, cuestionable y aún bajo una necesaria revisión- no debe opacar.
En un continente donde la oligarquía plutocrática exacerba la deshumanización material y cultural de los pueblos originarios, los sectores más empobrecidos de nuestros pueblos, necesitamos muchas Luisas.
Luisa González encarna una vertiente política que articula justicia social, compromiso con los sectores populares y una defensa firme de la soberanía nacional. Su figura sintetiza elementos del nuevo liderazgo latinoamericano que emerge desde abajo, que luego adquiere experiencia en gestión estatal y mantiene desde allí una fuerte conexión con las demandas populares.No se marea. No se vende.
Cansada del conservadurismo que no conserva nada más que el status quo, Luisa encontró su lugar en la izquierda nacional-popular ecuatoriana. Durante los gobiernos de Rafael Correa, ocupó cargos relevantes en áreas de administración pública, planificación y gestión institucional. Fue Secretaria General de la Administración Pública, y luego asambleísta nacional por Manabí entre 2021 y 2023.Tiene experiencia de vida, de gestión y de lucha política. Es un cuadro integral.
En 2023 se convirtió en la primera mujer candidata presidencial del movimiento Revolución Ciudadana. Hace unos días, estuvo a punto de dar vuelta casi diez años de persecución, proscripción y hostigamiento, racismo, endeudamiento, avance de la violencia y deterioro social.
Luisa asumió un programa de Justicia Social y economía mixta. Promovió la creación de un ingreso básico universal y una economía mixta que contempla la producción nacional, el fortalecimiento de las cooperativas, el trabajo autónomo y los emprendimientos de base comunitaria. Planteó una agenda clara y concreta en favor del trabajo digno, la formalización del empleo y el fortalecimiento de los sindicatos.
En el plano de la soberanía política y la independencia económica, tiene una postura firme en relación a la deuda externa, planteando una renegociación basada en el reconocimiento de los perjuicios que los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional causaron en Ecuador. Aboga por la integración y la unidad latinoamericana, esa unidad que tuvo su punto más alto en el “no al ALCA” donde Evo, Correa, Nestor, Chavez, Lugo, Fidel, Mujica, Lula formaron un bloque que le cerró la puerta a los proyectos imperialistas de George Bush en un acto de dignidad regional que -te gusten más o menos sus protagonistas- debemos recordar, estudiar, preparar y repetir.
En relación al grave problema de la seguridad y la violencia, Luisa se animó a plantear la naturaleza estructural del tema sin promover torturas ni campos de concentración. Falsas soluciones que pueden ser eficaces en el corto plazo pero que ponen en jaque principios democráticos elementales y abren las puertas del infierno. La historia lo dice. Abren las puertas del infierno. Primero lo hacen con unos, después con otros.
Luisa tampoco reprodujo la charcada del garantismo academicista que desestima situaciones de violencia que afectan a los más pobres y deben abordarse también con una perspectiva de inmediatez y firmeza para frenar el crimen organizado y liberar a sus víctimas de esa opresión.
Noboa, en cambio, jugó de manual. Atacar, atacar, atacar. Sobre su proyecto, no hizo olas. No planteó un programa. Sonrió. Se abrazó a Trump, lloró con su esposa en televisión, se disfrazó de futuro… y además hizo trampa. No vale dos ravioles. Es un mercader.
En latinoamérica hay barrios sin agua, jóvenes sin futuro, familias sin techo, trabajadores sin derechos, niños sin escuelas, campesinos sin tierra, originarios sin territorio, zonas enteras tomadas por el crimen organizado, Y en ese barro, todavía hay millones que luchan. Que no se rinden. Luisa es una de ellas. Todo mi respeto y mi admiración.
Son tiempos de inmoralidad y deshumanización; son tiempos de retroceso o resistencia en muchos países de la Patria Grande; entonces, aún dejando jirones de nuestra vida como diría Evita, como hizo Luisa, nuestra tarea es conservar una retaguardia moral, organizativa, ideológica y política del humanismo latinoamericano para cuando llegue la hora del contraataque.
No aflojes Luisa. No vamos a perder, porque solo pierde el que se rinda y nosotros no nos rendimos nunca. Lo que nos roban en las urnas, lo defenderemos en las calles y los territorios, hasta que lo recuperemos para avanzar. Acá no se rinde nadie.
Entre otras irregularidades, podemos mencionar que el Consejo Nacional Electoral habilitó su candidatura sin que se cumpliera el requisito constitucional de licencia previa, que Noboa cambió lugares de votación a último momento, suspendió el voto ecuatoriano en Venezuela, abusó de cadenas nacionales del oficialismo día tras día. El viernes antes del balotaje, incluso decretó el estado de excepción en siete provincias. Es un montón ¿Votar con Estado de Sitio? No es muy democrático.
Además de las maniobras del momento, existe una campaña sostenida durante años por los grandes medios, la justicia colonizada y los poderes económicos locales e internacionales. Una estrategia de lawfare que proscribió al compañero Rafael Correa y a muchos cuadros políticos ecuatorianos llegando a invadir la embajada de México para secuestrar al compañero Jorge Glas. Con el poder de la posverdad, pusieron la responsabilidad del crimen organizado en la Revolución Ciudadana cuando el narco se apropió de Ecuador después de 8 años de gobiernos anticorreistas.
La identidad política de Noboa es el anticorreísmo. Han convertido una antinomia en una identidad política, una especie de religión negativa que articula la utilización de aparatos estatales y paraestatales, el miedo insuflado, el conformismo, el racismo y la obediencia. Es una reversión ecuatoriana del antiperonismo.
Más allá de estos señalamientos, el propósito principal de este artículo es reivindicar la lucha político-electoral que dio la Revolución Ciudadana en general y la compañera Luisa Gonzalez en particular. Darle fuerza para que no baje los brazos. Lo sucedido es un momento en el tiempo. Nuestra tarea es seguir empujando los procesos… y necesitamos a Luisa.
Hay muchas cosas para destacar. En primer lugar, llegar al ballotage en semejante desventaja, ponerle coraje y corazón a la campaña aún a riesgo de su vida -le sacaron la custodia intempestivamente- obtener un resultado que echa por tierra el argumento gorila de que la Revolución está muerta, todo eso tiene un mérito enorme que la bronca por el “resultado” final -cuestionado, cuestionable y aún bajo una necesaria revisión- no debe opacar.
En un continente donde la oligarquía plutocrática exacerba la deshumanización material y cultural de los pueblos originarios, los sectores más empobrecidos de nuestros pueblos, necesitamos muchas Luisas.
Luisa González encarna una vertiente política que articula justicia social, compromiso con los sectores populares y una defensa firme de la soberanía nacional. Su figura sintetiza elementos del nuevo liderazgo latinoamericano que emerge desde abajo, que luego adquiere experiencia en gestión estatal y mantiene desde allí una fuerte conexión con las demandas populares.No se marea. No se vende.
Cansada del conservadurismo que no conserva nada más que el status quo, Luisa encontró su lugar en la izquierda nacional-popular ecuatoriana. Durante los gobiernos de Rafael Correa, ocupó cargos relevantes en áreas de administración pública, planificación y gestión institucional. Fue Secretaria General de la Administración Pública, y luego asambleísta nacional por Manabí entre 2021 y 2023.Tiene experiencia de vida, de gestión y de lucha política. Es un cuadro integral.
En 2023 se convirtió en la primera mujer candidata presidencial del movimiento Revolución Ciudadana. Hace unos días, estuvo a punto de dar vuelta casi diez años de persecución, proscripción y hostigamiento, racismo, endeudamiento, avance de la violencia y deterioro social.
Luisa asumió un programa de Justicia Social y economía mixta. Promovió la creación de un ingreso básico universal y una economía mixta que contempla la producción nacional, el fortalecimiento de las cooperativas, el trabajo autónomo y los emprendimientos de base comunitaria. Planteó una agenda clara y concreta en favor del trabajo digno, la formalización del empleo y el fortalecimiento de los sindicatos.
En el plano de la soberanía política y la independencia económica, tiene una postura firme en relación a la deuda externa, planteando una renegociación basada en el reconocimiento de los perjuicios que los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional causaron en Ecuador. Aboga por la integración y la unidad latinoamericana, esa unidad que tuvo su punto más alto en el “no al ALCA” donde Evo, Correa, Nestor, Chavez, Lugo, Fidel, Mujica, Lula formaron un bloque que le cerró la puerta a los proyectos imperialistas de George Bush en un acto de dignidad regional que -te gusten más o menos sus protagonistas- debemos recordar, estudiar, preparar y repetir.
En relación al grave problema de la seguridad y la violencia, Luisa se animó a plantear la naturaleza estructural del tema sin promover torturas ni campos de concentración. Falsas soluciones que pueden ser eficaces en el corto plazo pero que ponen en jaque principios democráticos elementales y abren las puertas del infierno. La historia lo dice. Abren las puertas del infierno. Primero lo hacen con unos, después con otros.
Luisa tampoco reprodujo la charcada del garantismo academicista que desestima situaciones de violencia que afectan a los más pobres y deben abordarse también con una perspectiva de inmediatez y firmeza para frenar el crimen organizado y liberar a sus víctimas de esa opresión.
Noboa, en cambio, jugó de manual. Atacar, atacar, atacar. Sobre su proyecto, no hizo olas. No planteó un programa. Sonrió. Se abrazó a Trump, lloró con su esposa en televisión, se disfrazó de futuro… y además hizo trampa. No vale dos ravioles. Es un mercader.
En latinoamérica hay barrios sin agua, jóvenes sin futuro, familias sin techo, trabajadores sin derechos, niños sin escuelas, campesinos sin tierra, originarios sin territorio, zonas enteras tomadas por el crimen organizado, Y en ese barro, todavía hay millones que luchan. Que no se rinden. Luisa es una de ellas. Todo mi respeto y mi admiración.
Son tiempos de inmoralidad y deshumanización; son tiempos de retroceso o resistencia en muchos países de la Patria Grande; entonces, aún dejando jirones de nuestra vida como diría Evita, como hizo Luisa, nuestra tarea es conservar una retaguardia moral, organizativa, ideológica y política del humanismo latinoamericano para cuando llegue la hora del contraataque.
No aflojes Luisa. No vamos a perder, porque solo pierde el que se rinda y nosotros no nos rendimos nunca. Lo que nos roban en las urnas, lo defenderemos en las calles y los territorios, hasta que lo recuperemos para avanzar. Acá no se rinde nadie.
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16 de abril de 2025
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Lo acaba de decir @Claudiashein: la victoria de @DanielNoboaOk fue muy dudosa y se respalda en el informe de la Misión de Observadores de la @OEA_oficial. ¿Y ahora?
@OrlandoPerezEC Hay una alerta que el día de ayer pasaron a todo el personal policial de migración del aeropuerto. La instrucción es la siguiente: "Por favor estar pendiente. Avisar discretamente. Avisar al supervisor encargado. Revisar todas las alertas". Son unos cien nombres. Incluyen hasta a nuestros estrategas de campaña. Ya a uno que regresaba a Argentina lo retuvieron abusivamente dos horas, revisándole todo.
@MashiRafael URGENTE (1/2) Tras las elecciones del domingo en Ecuador –impugnadas por la candidata Luisa González por acusaciones de fraude, corrupción e intimidación–, el gobierno de Daniel Noboa habría elaborado una lista negra de unas 100 figuras de la oposición que corren el máximo riesgo de ser detenidas.
@ProgIntl URGENTE (2/2) Miembros de la campaña de Luisa González, incluido el candidato a la vicepresidencia, Diego Borja, ya han sufrido un severo acoso por parte de las autoridades migratorias. El
@ProgIntl alerta sobre la creciente agresión a los derechos democráticos en Ecuador. @ProgIntl |
COMUNICADO AL PAÍS.
En un hecho tan insólito como ilegal, el día de hoy fui objeto de una acción arbitraria por parte de funcionarios migratorios ecuatorianos en el Puente Internacional de Rumichaca, mientras registrábamos nuestra salida del Ecuador para luego proceder con el ingreso a Colombia, junto con mi esposa, para pasar en este país el feriado de Semana Santa. Pero, sin ninguna orden judicial, sin mediar explicación alguna y con absoluta prepotencia, intentaron arrebatarme la libertad. Me retiraron la cédula de identidad y buscaron detenerme. Mi “falta” ha sido ser el binomio vicepresidencial de la Revolución Ciudadana, de lo cual estoy muy honrado. Mi “falta” ha sido defender un proyecto político que siempre ha creído en la justicia social, la distribución de la prosperidad, la soberanía y la dignidad. Como economista, como exministro de Estado y como ciudadano, me he pronunciado públicamente contra la entrega del país, contra la persecución política y contra los pactos de impunidad que nos han devuelto a un pasado que parecía insepulto, en el que reina el saqueo de los recursos que son de toda la sociedad, la violación de los derechos y las libertades civiles, y la más rampante corrupción. Hoy, al igual que miles de compatriotas, he sentido en carne propia el peso de un Estado que persigue en lugar de proteger, que intimida en lugar de dialogar. Afortunadamente, logré resguardar mi integridad cruzando a territorio colombiano, evitando así una detención sin causa, sin orden judicial y sin ninguna base legal. Esta no es la primera arbitrariedad ni la unica vulneración a mis garantías, mí seguridad y la de mi familia. Las amenazas deben parar. El Estado es responsable de garantizar nuestra vida y nuestros derechos. Sin embargo, le hablo al país con la frente en alto, como siempre lo he hecho. Porque el Ecuador no necesita más silencio. Necesita verdad. Y esa verdad, aunque incómoda para algunos, no se detiene con amenazas ni con amedrentamientos. Diego Borja Cornejo Ciudadano ecuatoriano 15 de abril de 2025 @CIDH @OEA_oficial @Almagro_OEA2015 @CNNEE @LulaOficial @Claudiashein @GabrielBoric @petrogustavo @UnionEuropeaRD @sanchezcastejon @DiegoBorjaPC Andrés Arauz:
Hay algunos que piensan que con este 'resultado' han destruido a la Revolución Ciudadana, al progresismo y a la izquierda "para siempre". No entienden nada de procesos históricos. Nuestra fortaleza está en nuestras ideas y en la misma historia. Podremos tener traspies electorales, inclusive consecutivos, pero a nosotros nos mueven convicciones que son herederas de siglos de lucha de nuestros pueblos y de todos los pueblos del mundo. Cuando el pueblo fue un poco más sabio y nos dio el privilegio de servir desde el Estado, fuimos gestores de la transformación estructural más importante de la historia contemporánea. El pueblo por fin palpó dignidad, desarrollo, orgullo y aspiración de futuro. Hemos sido víctimas de traición. En el pasado y en el presente. Cualquier excusa les sirve. Apena ver a un ex compañero cruzar a las filas del opresor. Duele cuando ese ex compañero se dedica a perseguirnos. Pero la historia - solita - y muchas veces la justicia de los mismos opresores, se encarga de los traidores. Son descartables, pues no son confiables. Si piensan que no podemos sobrevivir una traición, pregunten a todos los traidores que odian a su pueblo, como Lenin Moreno, si somos más fuertes o más débiles. Nuestras convicciones son más fuertes. Los que piensen que una u otra traición nos derrumba está perdido en la historia. Los traidores no tiene proyecto de país, apenas tienen bolsillo. A los derrotistas de cafetín o de X: pregunten al pueblo cuál es el lado correcto de la historia. Hemos tenido errores - y a veces pagamos (no los errores nuestros sino) los de nuestros hermanos y amigos - y los asumimos. Pero a nosotros no nos persiguen por nuestros errores, sino por nuestros aciertos. Porque sabemos - y lo hicimos - cambiar las relaciones de poder entre pueblo y oligarquía, entre trabajo y capital, entre soberanía y sumisión. Por eso, durante la época de la Revolución Ciudadana vivimos una era de paz, con orden y con mucho, muchísimo trabajo. Nosotros sí tenemos un proyecto de país - se llama Progresismo del Buen Vivir - es una utopía, es nuestro horizonte. Es de un estado social de derechos, plurinacional e intercultural. Es orgullosamente desarrollista. Es soberano. Es innovador, científico y tecnológico. Apuesta a la excelencia y al mérito, sobretodo en la educación y en el servicio público. Busca - aún consciente de sus contradicciones - la relación armónica con la naturaleza y la equidad intergeneracional. Trabaja CON el mercado, no PARA el mercado. Es consciente de la división internacional del trabajo y de la geopolítica: por eso plantea la diversificación de las relaciones internacionales, no la sumisión. Para financiar este sueño, planteamos la industrialización y el crecimiento económico y por eso nos oponemos a la privatización de los sectores estratégicos. Este proyecto de país, que para nosotros es UN PROYECTO DE VIDA como lo fue para Mujica o para Mandela, está plasmado en nuestra Constitución. Y por eso, defenderemos - siempre junto a nuestro pueblo - la vigencia plena de la Constitución del Buen Vivir. No somos burócratas, no somos políticos. Somos militantes del lado correcto de la historia. Lo hago público, ya no se puede seguir callando: una AMENAZA DE MUERTE (ni la única ni la primera durante la campaña electoral), pero esta quedó registrada, que se acompaña de hostigamiento en redes y en la calleLas llamadas telefónicas quedan en mi celular para investigar por organismos Internacionales. Se denunció a la
@FiscaliaEcuador y a entidades de protección del trabajo periodístico en Ecuador sin respuesta. !!Los aires de libertad deben ser plenos y absolutos para todos!! @OrlandoPerezEC |
A partir de la valiente decisión de @LuisaGonzalezEc y de la RC de no reconocer los resultados de la fraudulenta 2da vuelta, debo confesar que me ha generado estupor los “análisis” de determinados ‘influencers’ del campo popular. Bueno, es sabido que para los politólogos de academia, la ciencia política termina siendo una teoría sin práctica, un saber que no sabe hacer, y que no visualiza todos los atributos existentes en una situación concreta. Se develaron como simples analistas de parroquia, que además confunden mapa con territorio. Estos fundamentalistas y devotos de la democracia liberal no descifran ni observan el contexto geopolítico/geoestratégico actual. Solo por poner un ejemplo: en la ‘civilizada’ y ‘democrática’ Unión Europea –cancelaron- a Calin Georgescu virtual ganador de las elecciones rumanas por su oposición a seguir atizando la guerra en Ucrania, acusándolo de pro ruso. Guerra que tiene su origen en la Revolución de Colores (Maidan) que finalmente impuso a quien iba a cumplir fielmente los planes de la OTAN. En América Latina estamos padeciendo nuestra propia opresión geoestratégica, con el regreso del renovado monroísmo en el marco del presente conflicto internacional. No comprender que este escenario influye y tiene consecuencias en la política interna de nuestros países, es tener una visión parroquiana.
Nobita al parecer comprende muy bien la lógica del poder y sus leyes, de ahí el ‘terror’ de determinadas autoridades locales de la RC al apresurarse en el reconocimiento de los resultados de la 2da. Vuelta, contrariando la toma de dirección de la RC. Toma de dirección que indica, desde mi punto de vista, que la RC está dejando la mucha táctica con su poca eficacia para pensar en la gran estrategia. No se tiene porque dar legitimidad a una elección y a un gobierno que actúa en todo momento de manera inconstitucional e ilegal. La RC está comprendiendo –eso espero- el escenario en el cual estamos parados y el potencial horizonte que se deriva de eso. La comprensión de la situación siempre es clave. El resultado de la 2da. Vuelta podrá adquirir legitimidad solo cuando se permita una amplia, técnica y verdadera auditoría informática. Pero obviamente eso no sucederá. Hoy frente a la amenaza de desgrane de la RC, ésta sin dejar de ser eficaz en lo electoral, debe preservar la fuerza y desarrollarse como una organización más monolítica, donde prime la lealtad y no el oportunismo. Finalmente la responsabilidad de la traición no está en el traidor, sino en el líder. Desde mi punto de vista, en el momento que @LuisaGonzalezEc no reconoció los resultados de la 2da. Vuelta, vimos nacer a una líder fuerte y profética, que no se arredra frente al escenario tan difícil que toca enfrentar.
10:37 p. m. · 16 abr. 202528,3 mil Visualizaciones
@EstrategoPol
Nobita al parecer comprende muy bien la lógica del poder y sus leyes, de ahí el ‘terror’ de determinadas autoridades locales de la RC al apresurarse en el reconocimiento de los resultados de la 2da. Vuelta, contrariando la toma de dirección de la RC. Toma de dirección que indica, desde mi punto de vista, que la RC está dejando la mucha táctica con su poca eficacia para pensar en la gran estrategia. No se tiene porque dar legitimidad a una elección y a un gobierno que actúa en todo momento de manera inconstitucional e ilegal. La RC está comprendiendo –eso espero- el escenario en el cual estamos parados y el potencial horizonte que se deriva de eso. La comprensión de la situación siempre es clave. El resultado de la 2da. Vuelta podrá adquirir legitimidad solo cuando se permita una amplia, técnica y verdadera auditoría informática. Pero obviamente eso no sucederá. Hoy frente a la amenaza de desgrane de la RC, ésta sin dejar de ser eficaz en lo electoral, debe preservar la fuerza y desarrollarse como una organización más monolítica, donde prime la lealtad y no el oportunismo. Finalmente la responsabilidad de la traición no está en el traidor, sino en el líder. Desde mi punto de vista, en el momento que @LuisaGonzalezEc no reconoció los resultados de la 2da. Vuelta, vimos nacer a una líder fuerte y profética, que no se arredra frente al escenario tan difícil que toca enfrentar.
10:37 p. m. · 16 abr. 202528,3 mil Visualizaciones
@EstrategoPol