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Centro Andino de Estudios Estratégicos
12 de octubre de 2025

El mapa del Tratado de Tordesillas, cuando España y Portugal se repartieron el mundo

El acuerdo sentó las bases de un orden internacional dominado por imperios y esferas de influencia, y marcó un punto de inflexión en la historia del colonialismo
EOM               Por Candela Pons   Mapas: Álvaro Merino
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A finales del Siglo XV, Portugal y España se repartieron el mundo, dividiéndolo en dos mitades. Poco importaba que todavía fueran territorios desconocidos para las potencias europeas. El Tratado de Tordesillas, firmado poco después de la llegada de Cristóbal Colón a América, estableció la división de las zonas de navegación y conquista en el océano Atlántico y el Nuevo Mundo, dictando así la expansión colonial del Imperio español y el portugués y sus zonas de influencia.  

El Tratado de Tordesillas se firmó el 7 de junio de 1494 entre los representantes de los Reyes Católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, y los del rey Juan II de Portugal. El Tratado delineaba una división de todo territorio “descubierto y aún por descubrir”, con una línea polo a polo a 370 leguas —unos 1.800 kilómetros— al oeste de las islas de Cabo Verde. Todo territorio al este de la línea era colonia portuguesa, que incluía Brasil, África y Asia, mientras que al oeste de la línea el continente americano se lo quedaba España. 

Los orígenes de este tratado se encuentran en el fin de la guerra de sucesión castellana en el año 1479, con la firma del Tratado de Alcáçovas, en el que ambas coronas se repartieron sus zonas de influencia. Este acuerdo le otorgó a Portugal dominio de Guinea y de las islas de la costa occidental africana (Madeira, Azores y Cabo Verde), mientras que las islas Canarias fueron para la corona de Castilla. 
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Años después, en 1492, Cristóbal Colón desembarcó en las Bahamas y Portugal reclamó la pertenencia de las nuevas tierras, apelando al Tratado de Alcáçovas. Los Reyes Católicos se negaron y le pidieron ayuda al papa Alejandro VI, quién decretó que todo territorio al oeste del meridiano a 100 leguas de las Azores y Cabo Verde pertenecerían a Castilla.
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Para resolver la disputa, representantes de ambas coronas se reunieron durante meses en Tordesillas (Valladolid), firmando al fin el Tratado de Tordesillas en 1494. Años después, en 1529, las dos potencias establecieron la línea divisoria del antimeridiano con el Tratado de Zaragoza, que marcaba el reparto territorial en el lado opuesto del globo y delimitaba la expansión colonial en Asia.

El reparto territorial que establecieron estos tratados desencadenó un período de actividad colonial sin precedentes, consolidando al Imperio español y al portugués como los más importantes de la época. El acuerdo firmado en Tordesillas permitió al Imperio español expandirse por el continente americano, desde la actual California hasta el centro de Chile, mientras que el Imperio portugués asentó sus colonias en Asia, África y Brasil. 
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La extracción de recursos, especialmente en el continente americano, fue el eje económico de ambos imperios, que dependían del comercio de esclavos para la explotación. El dominio español, que se extendió durante siglos, dejó una huella enorme que prevalece en la cultura, lengua y religión de la región. Por su parte, Portugal construyó un imperio comercial que conectaba Asia con Europa a través del océano Índico y cuyos últimos vestigios se extendieron hasta finales del siglo XX, con la entrega de Macao a China. ​
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El Tratado de Tordesillas se considera uno de los acuerdos fundacionales del orden geopolítico moderno. Sentó las bases de un orden internacional dominado por imperios y de un mundo dividido en esferas de influencia, marcando un punto de inflexión en la historia del colonialismo global. Al institucionalizar la idea de que las potencias podían dividirse el mundo según sus intereses, se estableció un método de descubrimiento y expansión imperial que inspirará siglos de explotación y conflictos geopolíticos. Además se considera el primer tratado moderno, ya que estuvo basado en un reconocimiento mutuo entre Estados y sus zonas de influencia, en lugar de depender de la autoridad papal.
 

El Tratado de Tordesillas también dictaba que la línea de división se establecería a través de una exploración conjunta que nunca ocurrió, y por lo tanto ambos imperios interpretaron el acuerdo a su manera, a menudo creando conflictos territoriales. Los portugueses extendieron las fronteras de Brasil hacia el oeste, ocupando así territorio español. Se justificaron apelando a la dificultad de los cálculos para fijar las longitudes y los instrumentos de la época. 
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De la misma manera, y a pesar de que la división adjudicaba a Portugal el control de las islas Molucas y Filipinas, los españoles mantenían que este último archipiélago se encontraba en el hemisferio español y tomaron posesión de las islas. Portugal amenazó con atacar si no se retiraban, pero acabaron abandonando sin combatir y Filipinas pasó a ser colonia española.
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A pesar del poderío de ambos imperios, otros países europeos no reconocieron el Tratado de Tordesillas ni la línea de demarcación, y empezaron a expandir sus colonias. Así, Gran Bretaña, Francia y Países Bajos establecieron en el siglo XVI colonias en América, desafiando el dominio español y portugués en el Nuevo Mundo.  
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En el siglo XVIII, el orden internacional ya era otro. A medida que crecían las exploraciones, se actualizaban las fronteras y se mejoraban los mapas y los instrumentos geográficos surgieron disputas y el Tratado de Tordesillas fue quedando obsoleto. Por esta razón se firmó entre España y Portugal el Tratado de Madrid en 1750, que dejaba sin efecto los tratados de Tordesillas y de Zaragoza. Este acuerdo definía los nuevos límites y fronteras coloniales de ambos imperios, cediendo las colonias que se encontraban técnicamente en el hemisferio contrario. Así se dio por finalizado uno de los tratados más importantes de la historia de la exploración y el colonialismo, que partió el mundo en dos
El mapa del Tratado de Tordesillas, cuando España y Portugal se repartieron el mundo


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