8 de julio de 2025
La geopolítica de la economía ante las nuevas plataformas multipolares
CENAE Por: Mario Ramos
Cuando hablamos que los pueblos, y en especial los pueblos del Sur Global aspiran a un sistema mundo (económico/social/político) que concrete sus aspiraciones de Buen Vivir y soberanía de sus Patrias, sus elites pensantes saben que el escenario multipolar actual brinda las sustanciales oportunidades que el anterior tablero internacional unipolar otanista y globalista neoliberal era inviable lo hiciera. ¿Pero qué haría posible aprovechar estas oportunidades?
Primero describamos cuáles son las principales oportunidades que las plataformas multipolares pueden brindar al Sur Global, para luego responder a la pregunta planteada.
La emergencia de plataformas multipolares como los BRICS (y su expansión) representa un cambio tectónico en el orden global, ofreciendo alternativas al sistema económico y financiero tradicionalmente dominado por Occidente (atlantista/globalista). Para Nuestra América, esta nueva geometría plantea una pregunta crucial: ¿Pueden estas plataformas ofrecer una cooperación de nuevo tipo que apoye sus aspiraciones de desarrollo soberano? La respuesta es sí, está ahí el potencial, pero existen condiciones para que ese potencial existente se haga realidad, una de las principales es la acción conjunta regional.
Además se deben considerar los siguientes aspectos:
Para cerrar y responder a la pregunta que propusimos al principio: ¿Pero qué haría posible aprovechar estas oportunidades?
Nuestra región está sobre determinada por unas condiciones histórico-concretas, siendo una de las principales el hecho que nuestro capitalismo nació subordinado a su fase imperialista, lo que produjo una oligarquía acoplada a sus intereses, lo que explica las causas de nuestro estancamiento en varios ítems. Esta oligarquía es la causante de nuestro desarrollo lento, deforme, tortuoso, lo que no ha impedido que esa oligarquía se enriquezca enormemente, ya que justamente el modelo de “desarrollo” que ha impuesto ha sido el dependiente y articulado a las necesidades de los países centrales. (Un dato crucial: América Latina pierde anualmente $150 mil millones por fuga de capitales (CEPAL)).
A esa oligarquía, por ejemplo, no le ha interesado el desarrollo de un mercado interno y el que se ha logrado crear en muchos casos no ha sido más que una prolongación del mercado metropolitano. Tampoco le ha interesado la unidad geopolítica regional, esto último se reflejó en la destrucción de la UNASUR o se refleja en el poco dinamismo de otras plataformas de integración.
Ya Raúl Prebisch lo había dicho hace décadas, Nuestra América necesita una estrategia propia y cohesionada y no buscar salvadores externos. Pero esa tarea histórica les corresponde a nuestros pueblos realizar, las oligarquías latinoamericanas han demostrado que tienen otros intereses que no obedecen a los de nuestra región.
Primero describamos cuáles son las principales oportunidades que las plataformas multipolares pueden brindar al Sur Global, para luego responder a la pregunta planteada.
- Diversificación de relaciones: Los BRICS y demás plataformas multipolares ofrecen al Sur Global una vía crucial para reducir su histórica dependencia económica y subordinación política al hegemón Occidental, lo que favorece al fortalecimiento de su autonomía estratégica.
- Nuevas fuentes de financiamiento: Instituciones como el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) de los BRICS y otros bancos no controlados por Occidente, brindan alternativas de crédito para infraestructura y desarrollo, sin condicionamientos políticos y con condiciones menos onerosas y alineadas a las prioridades del Sur Global, que las que impone el FMI o el Banco Mundial.
- Acceso a vastos mercados: China e India son mercados formidables y en crecimiento. Brasil y Rusia (a pesar de las sanciones) ofrecen complementariedades. Los BRICS+ amplían aún más este panorama. Esto diversifica destinos de exportación para commodities (materias primas/productos básicos), manufacturas y, potencialmente, servicios.
- Fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur: Los BRICS y las nuevas plataformas multipolares buscan promover una cooperación más horizontal entre países del Sur Global, asentada en el respeto mutuo y beneficios compartidos, contrastando con relaciones históricas de asimetría con Occidente. Debo recalcar que Occidente es una categoría geopolítica que no necesariamente coincide con la realidad geográfica. Así, Nuestra América, que se encuentra en el hemisferio occidental, no puede ser considerada como parte de Occidente, desde la perspectiva geopolítica/geoestratégica.
- Impulso a la multipolaridad: La multipolaridad es un proceso dinámico y en desarrollo que el ‘sistema’ unipolar trata de frenar e incluso destruir. El impulso a la multipolaridad debe ser constante para lograr su consolidación y que el Sur Global encuentre más espacios para promover sus intereses específicos y modelo de desarrollo alternativo.
La emergencia de plataformas multipolares como los BRICS (y su expansión) representa un cambio tectónico en el orden global, ofreciendo alternativas al sistema económico y financiero tradicionalmente dominado por Occidente (atlantista/globalista). Para Nuestra América, esta nueva geometría plantea una pregunta crucial: ¿Pueden estas plataformas ofrecer una cooperación de nuevo tipo que apoye sus aspiraciones de desarrollo soberano? La respuesta es sí, está ahí el potencial, pero existen condiciones para que ese potencial existente se haga realidad, una de las principales es la acción conjunta regional.
Además se deben considerar los siguientes aspectos:
- Las asimetrías: Dentro de los BRICS, China ejerce una influencia económica y política desproporcionada. Para Nuestra América, existe el riesgo de reemplazar una dependencia (de EEUU/UE) por otra (de China), especialmente en comercio e inversión. La relación debe gestionarse con pragmatismo y defensa clara de los intereses nacionales.
- Agenda propia: Los BRICS tiene su propia agenda centrada en sus prioridades estratégicas (seguridad energética, acceso a recursos, expansión geopolítica). Nuestra América debe articular una agenda propia y proactiva para asegurar que la cooperación responda efectivamente a sus necesidades de desarrollo industrial, tecnológico, social y ambiental.
- Cohesión Interna BRICS: Los BRICS no son un bloque monolítico. Tienen diferencias políticas, económicas y rivalidades estratégicas (ej. India-China). Esto puede limitar su eficacia y coherencia.
- Falta de cohesión regional en Nuestra América: La fragmentación política y económica existente es su mayor debilidad, esto debilita su posición negociadora colectiva. Sin una estrategia regional coordinada, el beneficio será desigual y malo.
- Modelo extractivista: Existe el riesgo de que la relación con los BRICS, especialmente con China, refuerce el patrón histórico en nuestra región de exportación de materias primas con poco valor agregado, perpetuando la vulnerabilidad económica. La cooperación debe priorizar claramente la transferencia tecnológica, la industrialización y la diversificación productiva.
- Incertidumbre geopolítica: Si Nuestra América logra definir como región sus intereses fundamentales, esto necesariamente se reflejará en su política internacional, con ello se mitiga la incertidumbre geopolítica frente a los conflictos que se presentan en el tablero geoestratégico, fomentando la confianza mutua y la voluntad de cooperación.
Para cerrar y responder a la pregunta que propusimos al principio: ¿Pero qué haría posible aprovechar estas oportunidades?
Nuestra región está sobre determinada por unas condiciones histórico-concretas, siendo una de las principales el hecho que nuestro capitalismo nació subordinado a su fase imperialista, lo que produjo una oligarquía acoplada a sus intereses, lo que explica las causas de nuestro estancamiento en varios ítems. Esta oligarquía es la causante de nuestro desarrollo lento, deforme, tortuoso, lo que no ha impedido que esa oligarquía se enriquezca enormemente, ya que justamente el modelo de “desarrollo” que ha impuesto ha sido el dependiente y articulado a las necesidades de los países centrales. (Un dato crucial: América Latina pierde anualmente $150 mil millones por fuga de capitales (CEPAL)).
A esa oligarquía, por ejemplo, no le ha interesado el desarrollo de un mercado interno y el que se ha logrado crear en muchos casos no ha sido más que una prolongación del mercado metropolitano. Tampoco le ha interesado la unidad geopolítica regional, esto último se reflejó en la destrucción de la UNASUR o se refleja en el poco dinamismo de otras plataformas de integración.
Ya Raúl Prebisch lo había dicho hace décadas, Nuestra América necesita una estrategia propia y cohesionada y no buscar salvadores externos. Pero esa tarea histórica les corresponde a nuestros pueblos realizar, las oligarquías latinoamericanas han demostrado que tienen otros intereses que no obedecen a los de nuestra región.