Pensar los nuevos ámbitos políticos de los movimientos sociales
CENAE Ricardo Carrillo 5 de junio de 2017
Este artículo propone interrogar algunos elementos que permanecen inscritos en el campo político[i] post-constitucional, es decir en el período posterior al proceso constituyente 2007-2008 de Montecristi, Manabí. La hipótesis de este trabajo consiste en afirmar que hay un conjunto de transformaciones y mutaciones estructurales en el “repertorio de acción colectiva” de las organizaciones y movimientos sociales ecuatorianos, que determinan el sentido mismo de la acción colectiva de ellos tanto como otros contenidos que pueden ser diferenciados y diferenciables de anteriores coyunturas.
La teoría “de acción colectiva”, que nos hablan varios autores de las ciencias sociales, nos permite analizar los cambios de la lucha política de los movimientos sociales y de su nueva búsqueda en lo que podría llamarse formas de participación social y política. La acción colectiva, no ofrece un poderoso instrumento para diagnosticar los significados de la lucha social, en estos nuevos momentos de la sociedad ecuatoriana. Tres hechos políticos o de significado político pueden avalar una impresión generalizada según la cual el campo político ecuatoriano experimenta una mutación de la vida política en sí misma o la transformación de su significado: el primero; un constante cambio en las formas de participación social y política de los movimientos sociales y de la sociedad en general. El Segundo, es la mutación del sentido de la política bajo las formas actuales de lucha contra la corrupción entendida como “control social”. Y el tercero, es la brecha que se abre entre una constitución política garantista de derechos sociales y colectivos, y la ausencia actual de formas de exigibilidad y cumplimiento de ellos. Estos hechos de significación política son tensiones que estructuran el campo político y no permiten avizorar su posterior desenlace. Si este hecho es formulado por lo tanto preliminarmente como un supuesto de organización del trabajo, su comprensión del sentido implica una demostración que aquí queremos explicitar. El concepto de repertorio de acción colectiva hace alusión a “un conjunto limitado de rutinas que son aprendidas, compartidas y ejercitadas mediante un proceso de selección relativamente deliberado”. Charles Tilly[ii] despliega un modelo que articula diversos niveles de análisis: el primero alude a los cambios estructurales como el desarrollo del capitalismo, el segundo tiene que ver con los procesos de conformación del Estado y por último las regularidades en las interacciones entre Estados y ciudadanos. El interés que presenta este modelo consiste en mantener en equilibrio conceptualmente el nivel macroestructural y los microprocesos, y observar las mutaciones de la acción colectiva cuando sufren nuevas formas de interés y organizaciones. De esta consideración preliminar se derivan tres preguntas que ilustran el desarrollo de la hipótesis de trabajo. Consideramos que el Ecuador post-constitucional está atravesado por tres tensiones políticas estructurantes que corresponden a las preguntas aludidas. 1. La tensión vigente entre una constitución política, como la de Montecristi, que postula de modo fundamental la participación social y política como un derecho reconocido a individuos y colectivos. Es preciso decir que la Constitución política ecuatoriana constitucionaliza los derechos a la participación política, pero no construye las formas adecuadas que fortalezca la democracia y la participación de los movimientos sociales. En el espacio que se abre entre leyes, la acción colectiva que sustenta a las organizaciones y movimientos sociales se opera una brecha considerada insalvable por las reiteradas prácticas clientelares que han caracterizado a la política ecuatoriana desde su fundación como Estado. Más aún, el clientelismo político en nuestra sociedad es ya de por sí una forma estructural del Estado que se desarrolla como trasfondo de la acción colectiva entendida como protesta. Es decir, ambos fenómenos –estructura social y acción social- operan en niveles distintos de análisis que precisan una mejor observación. La dimensión significativa que aquí damos al clientelismo político tiene alcances estructurales, no se reduce a la simpleza de afirmar que tal o cual política gubernamental poseen esas características. El problema es de tal complejidad que incide aún en las acciones del actual gobierno como una tención que se lleva a cuestas. El análisis de los repertorios de acción colectiva nos demuestran que toda reforma del Estado, como la emprendida actualmente, requiere de una transformación de las relaciones entre estructura social y acción colectiva. |
2. Tensión estructurante: la necesidad de ampliar la esfera política más allá de nociones como democracia participativa o deliberativa que surgieron en los años 80 y 90, y el empeño de combatir la corrupción política bajo el principio doctrinario del control social que se componen de acciones como veedurías, observatorios y otras formas de control social, solo ha quedado en formas institucionalizadas, mas no ha permitido un empoderamiento de los movimientos sociales y que estos cumplan un rol político es este proceso de participación.
Hasta ahora no se ha observado que se puedan constituir también observatorios ciudadanos para llamar la atención de la opinión pública sobre problemas emergentes o evoluciones preocupantes de las políticas públicas, donde los movimientos sociales hagan un seguimiento detallado sobre la eficiencia y la eficacia de la implementación. 3. Tensión constitutiva y constituyente del campo político: la acción colectiva: de los años 2000-2005 cuestionó por primera vez en la historia política ecuatoriana la representación política que hasta ese momento emergía constantemente de las urnas; cuestionó y arrebató la decisión política a los tradicionales decisores que habíamos conocido hasta entonces, es decir, la dominación partidaria, y bajo el lema (que se vayan todos), puso en la mesa de debate el reelaborar un tipo de democracia con características inéditas en el país, la democracia ya no entendida como un sistema político sino como forma de refundación de la esfera política. El proceso constituyente de Montecristi supo comprender esa tendencia oculta en la sociedad ecuatoriana y expresarla en la Constitución pero con un riesgo implícito: el de su institucionalización. Es preciso hacer el balance retrospectivo de todas estas brechas abiertas entre la acción colectiva y la estructura social. Los movimientos sociales cambian, no son estructuras estáticas, también tienen retos, crisis, avances. En lo que tiene que ver con el proceso político actual, los movimientos sociales tienen que dar mayor contenido a la democracia. De manera general se tiene que configurar una estructura política democrática y de recuperación de un proyecto nacional. Se está buscando romper con un régimen oligárquico que tiene una vieja raíz en el Ecuador. uno de los efectos de la estructura oligárquica fue el desarme institucional del país y no puede haber construcción nacional, soberana, lucha contra la pobreza, contra la impunidad, contra la corrupción si no hay institucionalidad pública que funcione e incorpore a los actores de la sociedad y la participación activa de los movimientos sociales, las sociedades no pueden cambiar, sino se construye acciones políticas diferentes. Conclusiones 1. Por los hechos políticos aludidos, podemos afirmar que hay una notable transformación del significado de la política, una tendencia cada vez mayor a procedimentarla es decir, tornarla en un procedimiento de fases y etapas que cumplir. 2. Se requiere un trabajo de resimbolización de lo político, es decir, un trabajo cada vez mayor para dar forma a una colectividad organizada según reglas de justicia distributiva, principalmente de ampliación de las posibilidades y normas de la relación entre lo individual y lo colectivo claramente discutidas. La confrontación es necesaria tanto como el reconocimiento de los conflictos, inseparable del esfuerzo por actualizar las relaciones entre individuos, grupos, territorios. Bibliografía Bourdieu Pierre. (2000). El campo político, version digital. En: mt.educarchile.cl/MT/jjbrunner/archives/BOURDIEU_campo-politico.pdf (2010-11-28). [i] Utilizamos el término de “campo político” en el sentido que Bourdieu lo ha definido en múltiples trabajos suyos. [ii] Tilly Charles (1992) “How to Detect, Describe and Explain Repertoires of Contention”, The Working Paper Series 150. |