30 de enero de 2025
Tren de Aragua: cómo se construyó el mito
Misión Verdad
En casi un año, el Tren de Aragua (TdA) ha tenido un vertiginoso ascenso al estrellato criminal en Estados Unidos.
Beneficiados por la mitología que han creado a su alrededor a partir de su estruendosidad, el 20 de enero, en la primera tanda de órdenes ejecutivas de Donald Trump, fue designado organización terrorista global.
¿Cómo se llegó hasta este punto?
Beneficiados por la mitología que han creado a su alrededor a partir de su estruendosidad, el 20 de enero, en la primera tanda de órdenes ejecutivas de Donald Trump, fue designado organización terrorista global.
¿Cómo se llegó hasta este punto?
Redada de las fuerzas de seguridad del Estado en la cárcel de Tocorón, año 2023 (Foto: Archivo)
La franquicia criminal
Cualquier revisión del año 2022 encontrará que es poco, cuando no inexistente, la presencia del TdA en los titulares estadounidenses.
En lo que se refiere a los movimientos de la migración venezolana, el dramático punto central de atención en 2022 fue la pronunciada subida de los números de familias cruzando el Darién rumbo al norte.
Pero no es menos importante dejar anotado que esta es la evolución, con sus consecuencias lógicas, del estímulo que los gobiernos de Colombia, Perú, Ecuador y Chile realizaron en 2017 invitando a la ciudadanía venezolana a irse del país bajo la falsa promesa de ser protegidos supuso una inyección de esteroides que hipertrofió el flujo migratorio, ocasionado desmostradamente por el paquete de sanciones ilegales de la administración Trump.
El fin del espejismo solidario con Venezuela que le metió sobremarcha a los movimientos migratorios rumbo al sur había colapsado por completo con la parálisis que vino junto a la pandemia.
A la par del contra-éxodo emprendido de vuelta a Venezuela a lo largo de 2020 y parte del 2021. En marzo de 2021, la administración Biden declara que esa migración en particular podían ser beneficiarios del Estatus de Protección Temporal.
Para abril de 2022, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) manifestaba que apenas en los dos primeros meses de ese año superaron la totalidad del 2021; números, en todo caso, que deben tomarse como una referencia del patrón general más que como un dato riguroso, habida cuenta de la vocación al engorde de cifras de la OIM.
Para 2023 ya habían cruzado, supuestamente, medio millón, de acuerdo al gobierno panameño. Es el mismo año en el que comienza a aparecer con mayor intensidad y recurrencia el TdA en medios y discursos oficiales del gobierno estadounidense.
A pesar del profuso centimentraje internacional que la banda ha tenido en 2023 y 2024, el portal "especializado" Insight Crime ha venido cubriéndolo desde 2019.
Este medio suele ser la referencia principal y la materia prima a la hora de establecer el marco con el cual se analiza y luego se proyecta en el mainstream.
Una revisión concienzuda del trabajo que han realizado más allá de los titulares efectistas demuestra en muchos casos un déficit de fuentes consistentes, cuando no el habitual mecanismo circular con el que este circuito se valida a sí mismo a partir de la reproducción en grandes medios y el bucle como la comunidad "experta".
Pero Insight Crime, por más "especializado" que se presente, padece de todos los sesgos esperables de este tipo de fuentes: fuerte financiamiento del Departamento de Estado, criterio selectivo sobre amenazas y enemigos en función de eso, etc.
Algo similar ocurre con el OCCRP, otro portal investigativo que también ha hecho lo propio respecto al Tren, y que al igual que Insight Crime "curiosamente" suelen enfocarse en los enemigos geopolíticos de los Estados Unidos.
De hecho, el único trabajo que realizó sobre el TdA data de noviembre de 2023, luego del desmantelamiento de Tocorón, como parte de los Narcofiles, un proyecto del que forman parte miembros de todos los medios mainstream imaginables, de CNN a Telemundo.
En febrero de 2023, la periodista venezolana Ronna Rízquez publicó su non-fiction bajo el título El Tren de Aragua junto al subtítulo La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina.
La clase experta, el lobby cognitivo si se quiere, ya había establecido las bases que luego le darían "profundidad" a lo que fuera acoplándose gradualmente en el quehacer noticioso.
No obstante, se tiene que esperar hasta agosto de 2023 para encontrar la primera mención oficial de la presencia del TdA, o los intentos de ingresar por la frontera, a los Estados Unidos.
Jason Owens, para el momento jefe de la patrulla fronteriza tuitea sobre su presencia, y luego expande la información en CNN.
La intervención del gobierno venezolano en los penales fuera del nuevo régimen penitenciario a finales de septiembre de 2023 fue un salto cualitativo y cuantitativo en la cobertura.
El Washington Post, Insight Crime, el OCCRP, CNN, y The Economist publican trabajos especiales dedicados a la banda.
Al momento en que disminuyen aún más sus manifestaciones en Venezuela (por diversas razones) aumenta su exposición en ciudades estadounidenses.
El 17 de enero de 2024 trasciende que un sujeto detenido por secuestro e intento de asesinato en el Doral, al sur de la Florida, en noviembre de 2023, se comienza a sospechar que también es integrante del grupo.
El 24 de enero "confirman" que Edwin Camejo, detenido en diciembre del año anterior en Chicago por microtráfico, pertenece, afirman, al TdA.
El 31 del mismo mes, se hace viral un video en el que un grupo de venezolanos le propinan una golpiza a agentes policiales en Nueva York, dos de ellos, afirman las autoridades, son miembros del TdA.
La cobertura de los tres fue trabajo de Telemundo.
En febrero, el senador republicano por Luisiana, Bill Cassidy, aparece responsabilizando a Venezuela por el auge en la migración.
En marzo lo hace Marco Rubio, alertando sobre la aparición del grupo delincuencial pero apuntando contra la laxitud de las políticas migratorias de la administración Biden.
De ahí en más, se produjo un efecto cascada donde un espectro amplio del estamento político se incorpora al circo de opiniones colocando en la conversación la forzada teoría que vincula al Tren con el gobierno venezolano.
La aparición del cuerpo sin vida de la estudiante de enfermería en la Universidad de Augusta (Georgia) Laken Riley, condujo a José Ibarra, un ciudadano venezolano responsable del asesinato.
El hermano de José, Diego Ibarra, según el New York Post es miembro, o mejor dicho, se sospecha que está vinculado, al TdA situando con más fuerza a la banda en el panorama perceptivo. Este caso debe tomarse como un punto de inflexión.
En primer lugar, porque deja entrever un patrón que luego se repetiría: siempre se presume, se sospecha, se establece en los medios, pero en muy pocas veces, sobre todo en esa etapa, se confirma.
Y en segundo por la noticia que trascendió el 29 de enero: ese día Trump firmó la Ley Laken Riley, donde todos los migrantes ilegales que han cometido delitos serán procesado por las leyes federales. Ominosamente, se sugiere que esto se acompasará con la habilitación de Guantánamo como posible centro de detención.
Punto de aceleración
El 12 de marzo, a días de aparecer el cuerpo sin vida de Riley, el senador Rick Scott, junto a colegas que integran el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales le escriben a Alejandro Mayorkas, el para entonces secretario de Seguridad Nacional, exigiendo toda la información y diligencias disponibles sobre el caso, enfocado en la nacionalidad del asesino.
Dos días después, tras la detención de un sospechoso de pertenecer al Tren, Marco Rubio y la congresista María Elvira Salazar encabezan otra carta, co-firmada por seis senadores y 16 congresistas, instando a que designase al TdA como organización criminal transnacional.
Dejaban en entredicho la relación entre la organización criminal y el gobierno venezolano.
Esta es la premisa central del libro de Rízquez, donde a lo largo de sus ocho capítulos encuentra la cuadratura del círculo sobre esa relación, un entredicho previamente establecido por Insight Crime.
Luego fue el turno del congresista Mario Díaz-Baralt de sumarse a la presión. Aquí se establece el patrón de presión y quienes están al frente: Rubio, Scott, Salazar y Díaz-Baralt.
El 11 de julio de 2024, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, según siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos designa al TdA organización delictiva transnacional con origen en Venezuela.
Un mes después, a finales de agosto, se viraliza un video en el que presuntos miembros del TdA "toman el control" de los apartamentos de un inmueble en Aurora, Colorado, registrados por las cámaras de seguridad portando fusiles de asalto.
Muchas veces, como se ha acopiado, el sintagma "Tren de Aragua" ahora satura los medios y todo lo asociado a Venezuela.
En noviembre el New York Post, otro de los emisores centrales del tema, afirma que la organización ya se encuentra en 16 estados del país, incluyendo lugares tan remotos como Montana.
Desde redes de prostitución en el estado de Luisiana hasta un presunto ciudadano venezolano detenido en diciembre de 2024, según Fox News, rondando por los alrededores de Mar-a-Lago (la residencia de Trump), la aparición del TdA se hizo sistemática. Este último, de nuevo, sin una confirmación definitiva o un follow-up en los medios que lo cubrieron.
Pero algunos elementos son tan constantes como la denominación: la asociación. Desde el principio, se trata de sospechas de vinculaciones o, por mampuesto, como en el caso de los hermanos Ibarra (un antes y un después), la responsabilidad individual ante un crimen brutal se agrava cuando se sospecha que su hermano pertenece a una organización criminal, en este caso, obvio, el TdA.
Esa aparición constante, con la masa crítica que se fue creando a través de los medios y las reacciones políticas, condujeron a la designación del TdA como organización terrorista extranjera y terroristas globales especialmente designados.
Aún así, la presencia de muchos cabos sueltos en torno a la construcción y estandarización perceptiva del TdA es igual de patente.
En otro sentido, la sustancia mítica en torno al Tren, una traslación que viene con el abordaje informativo de lugares como Chile, parecieran asentar un caso de "venefrenia": por un lado, un estado fallido completamente incapaz de resolver lo esencial pero, por el otro, capaz de extender sus tentáculos y proxies delictivos en todo el hemisferio. Una contradicción pasmosa.
Ciertamente esto no forma parte de la orden ejecutiva que ahora lo declara una organización terrorista global en términos estrictamente oficiales. Pero la sugerencia de que en el impulso central de su expansión existe una operación migratoria de largo alcance del gobierno venezolano persiste, en la voz del propio Trump.
En el texto propiamente de la orden ejecutiva se señala de forma extremadamente general a los "carteles mexicanos" y se exclusiviza a la Mara Salvatrucha y al TdA como responsables de desempeñar todo el portafolio criminal que le endilgan y/o que efectivamente ha ejercido.
El Tren, si se compara con carteles de poder y verdadero alcance como el Cartel Jalisco Nueva Generación o el propio Sinaloa, se queda, cuando menos, muy corto el grupo venezolano. Pero ni una orden ejecutiva se enfoca en el papel extensivo e intensivo que tienen la N’Dragheta calabresa o los clanes albaneses en movimientos pesados tanto de droga como de lavado, por ejemplo.
Las capacidades militares y organizativas de cualquiera de estas estructuras mafiosas rebasa por mucho al TdA.
De forma similar, no deja de ser notorio que a lo largo de los años del primer Trump Honduras ya era, en esencia, un narcoestado consolidado. Y Ecuador, ahora una ruta privilegiada, pareciera ir por el mismo camino.
Tampoco toma en cuenta esa orden, o ninguna, lo que conduce al propio sistema financiero, indispensable para convertir los ingresos de mercancía en capital que, según un connotado informe de Antonio María Costa, para entonces representante de la agencia de la ONU que se ocupa del narcotráfico, sobre el papel salvador del dinero sucio dentro del sistema financiero tras la crisis financiera de 2008.
Imposible eximir al TdA de los brutales pecados y responsabilidades penales directas en su actuar, más aún cuando la principal víctima es, precisamente, la migración venezolana, que padece la traslación de control, renta y depredación que el Tren empleaba en su momento dentro de Tocorón, haciendo de las víctimas venezolanas presos de ese sistema.
Pero dicho todo, la designación del Tren da para abrir más de una compuerta de acción directa, legal o de otro tipo, contra Venezuela. El encuadre con que la banda es designada en la última orden ejecutiva, un paso más en la escala luego de ser reconocida como organización delictiva transnacional, que ya daba pie a embargos, congelamiento de cuentas, etc., ofrece un nuevo repertorio que puede ir de asociarlo al país y en consecuencia incorporarlo a los países patrocinadores de terrorismo, y bajo el Título 50, "legalizar" cualquier tipo de acción encubierta armada so pretexto de atacar "en la raíz" a la amenaza.
Por supuesto, esto va en desmedro de lo que ha incubado a la organización desde que inició su expansión fuera de Tocorón, en 2014, y cuyo auge, puede rastrarse, paso tras paso, al grado de intensificación de los mecanismos de intervención y disrupción directa sobre la República Bolivariana.
Dicho con otras palabras, hay medias verdades y elementos objetivos sobre la existencia del TdA, del mismo modo que hay una serie de factores exógenos que sobreestimularon su presencia física y narrativa, con el objetivo de magnificar su alcance. Sus métodos torpes y brutales producen el suficiente escándalo, pero además la materia prima para narrativa e institucionalmente moldearlo al antojo de las agendas e intereses geopolíticos de quienes han querido perpetrar el cambio de régimen en Venezuela.
Pero difícilmente sea una amenaza comparable a otras creaciones anteriores, que igualmente combinan medias verdades con explotación perceptiva: sea al Qaeda, el Cartel de Sinaloa, o el piso de más arriba en el mundo del narcotráfico que, según Antonio María Costa, se puede encontrar en Wall Street.
Cualquier revisión del año 2022 encontrará que es poco, cuando no inexistente, la presencia del TdA en los titulares estadounidenses.
En lo que se refiere a los movimientos de la migración venezolana, el dramático punto central de atención en 2022 fue la pronunciada subida de los números de familias cruzando el Darién rumbo al norte.
Pero no es menos importante dejar anotado que esta es la evolución, con sus consecuencias lógicas, del estímulo que los gobiernos de Colombia, Perú, Ecuador y Chile realizaron en 2017 invitando a la ciudadanía venezolana a irse del país bajo la falsa promesa de ser protegidos supuso una inyección de esteroides que hipertrofió el flujo migratorio, ocasionado desmostradamente por el paquete de sanciones ilegales de la administración Trump.
El fin del espejismo solidario con Venezuela que le metió sobremarcha a los movimientos migratorios rumbo al sur había colapsado por completo con la parálisis que vino junto a la pandemia.
A la par del contra-éxodo emprendido de vuelta a Venezuela a lo largo de 2020 y parte del 2021. En marzo de 2021, la administración Biden declara que esa migración en particular podían ser beneficiarios del Estatus de Protección Temporal.
Para abril de 2022, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) manifestaba que apenas en los dos primeros meses de ese año superaron la totalidad del 2021; números, en todo caso, que deben tomarse como una referencia del patrón general más que como un dato riguroso, habida cuenta de la vocación al engorde de cifras de la OIM.
Para 2023 ya habían cruzado, supuestamente, medio millón, de acuerdo al gobierno panameño. Es el mismo año en el que comienza a aparecer con mayor intensidad y recurrencia el TdA en medios y discursos oficiales del gobierno estadounidense.
A pesar del profuso centimentraje internacional que la banda ha tenido en 2023 y 2024, el portal "especializado" Insight Crime ha venido cubriéndolo desde 2019.
Este medio suele ser la referencia principal y la materia prima a la hora de establecer el marco con el cual se analiza y luego se proyecta en el mainstream.
Una revisión concienzuda del trabajo que han realizado más allá de los titulares efectistas demuestra en muchos casos un déficit de fuentes consistentes, cuando no el habitual mecanismo circular con el que este circuito se valida a sí mismo a partir de la reproducción en grandes medios y el bucle como la comunidad "experta".
Pero Insight Crime, por más "especializado" que se presente, padece de todos los sesgos esperables de este tipo de fuentes: fuerte financiamiento del Departamento de Estado, criterio selectivo sobre amenazas y enemigos en función de eso, etc.
Algo similar ocurre con el OCCRP, otro portal investigativo que también ha hecho lo propio respecto al Tren, y que al igual que Insight Crime "curiosamente" suelen enfocarse en los enemigos geopolíticos de los Estados Unidos.
De hecho, el único trabajo que realizó sobre el TdA data de noviembre de 2023, luego del desmantelamiento de Tocorón, como parte de los Narcofiles, un proyecto del que forman parte miembros de todos los medios mainstream imaginables, de CNN a Telemundo.
En febrero de 2023, la periodista venezolana Ronna Rízquez publicó su non-fiction bajo el título El Tren de Aragua junto al subtítulo La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina.
La clase experta, el lobby cognitivo si se quiere, ya había establecido las bases que luego le darían "profundidad" a lo que fuera acoplándose gradualmente en el quehacer noticioso.
No obstante, se tiene que esperar hasta agosto de 2023 para encontrar la primera mención oficial de la presencia del TdA, o los intentos de ingresar por la frontera, a los Estados Unidos.
Jason Owens, para el momento jefe de la patrulla fronteriza tuitea sobre su presencia, y luego expande la información en CNN.
La intervención del gobierno venezolano en los penales fuera del nuevo régimen penitenciario a finales de septiembre de 2023 fue un salto cualitativo y cuantitativo en la cobertura.
El Washington Post, Insight Crime, el OCCRP, CNN, y The Economist publican trabajos especiales dedicados a la banda.
Al momento en que disminuyen aún más sus manifestaciones en Venezuela (por diversas razones) aumenta su exposición en ciudades estadounidenses.
El 17 de enero de 2024 trasciende que un sujeto detenido por secuestro e intento de asesinato en el Doral, al sur de la Florida, en noviembre de 2023, se comienza a sospechar que también es integrante del grupo.
El 24 de enero "confirman" que Edwin Camejo, detenido en diciembre del año anterior en Chicago por microtráfico, pertenece, afirman, al TdA.
El 31 del mismo mes, se hace viral un video en el que un grupo de venezolanos le propinan una golpiza a agentes policiales en Nueva York, dos de ellos, afirman las autoridades, son miembros del TdA.
La cobertura de los tres fue trabajo de Telemundo.
En febrero, el senador republicano por Luisiana, Bill Cassidy, aparece responsabilizando a Venezuela por el auge en la migración.
En marzo lo hace Marco Rubio, alertando sobre la aparición del grupo delincuencial pero apuntando contra la laxitud de las políticas migratorias de la administración Biden.
De ahí en más, se produjo un efecto cascada donde un espectro amplio del estamento político se incorpora al circo de opiniones colocando en la conversación la forzada teoría que vincula al Tren con el gobierno venezolano.
La aparición del cuerpo sin vida de la estudiante de enfermería en la Universidad de Augusta (Georgia) Laken Riley, condujo a José Ibarra, un ciudadano venezolano responsable del asesinato.
El hermano de José, Diego Ibarra, según el New York Post es miembro, o mejor dicho, se sospecha que está vinculado, al TdA situando con más fuerza a la banda en el panorama perceptivo. Este caso debe tomarse como un punto de inflexión.
En primer lugar, porque deja entrever un patrón que luego se repetiría: siempre se presume, se sospecha, se establece en los medios, pero en muy pocas veces, sobre todo en esa etapa, se confirma.
Y en segundo por la noticia que trascendió el 29 de enero: ese día Trump firmó la Ley Laken Riley, donde todos los migrantes ilegales que han cometido delitos serán procesado por las leyes federales. Ominosamente, se sugiere que esto se acompasará con la habilitación de Guantánamo como posible centro de detención.
Punto de aceleración
El 12 de marzo, a días de aparecer el cuerpo sin vida de Riley, el senador Rick Scott, junto a colegas que integran el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales le escriben a Alejandro Mayorkas, el para entonces secretario de Seguridad Nacional, exigiendo toda la información y diligencias disponibles sobre el caso, enfocado en la nacionalidad del asesino.
Dos días después, tras la detención de un sospechoso de pertenecer al Tren, Marco Rubio y la congresista María Elvira Salazar encabezan otra carta, co-firmada por seis senadores y 16 congresistas, instando a que designase al TdA como organización criminal transnacional.
Dejaban en entredicho la relación entre la organización criminal y el gobierno venezolano.
Esta es la premisa central del libro de Rízquez, donde a lo largo de sus ocho capítulos encuentra la cuadratura del círculo sobre esa relación, un entredicho previamente establecido por Insight Crime.
Luego fue el turno del congresista Mario Díaz-Baralt de sumarse a la presión. Aquí se establece el patrón de presión y quienes están al frente: Rubio, Scott, Salazar y Díaz-Baralt.
El 11 de julio de 2024, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, según siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos designa al TdA organización delictiva transnacional con origen en Venezuela.
Un mes después, a finales de agosto, se viraliza un video en el que presuntos miembros del TdA "toman el control" de los apartamentos de un inmueble en Aurora, Colorado, registrados por las cámaras de seguridad portando fusiles de asalto.
Muchas veces, como se ha acopiado, el sintagma "Tren de Aragua" ahora satura los medios y todo lo asociado a Venezuela.
En noviembre el New York Post, otro de los emisores centrales del tema, afirma que la organización ya se encuentra en 16 estados del país, incluyendo lugares tan remotos como Montana.
Desde redes de prostitución en el estado de Luisiana hasta un presunto ciudadano venezolano detenido en diciembre de 2024, según Fox News, rondando por los alrededores de Mar-a-Lago (la residencia de Trump), la aparición del TdA se hizo sistemática. Este último, de nuevo, sin una confirmación definitiva o un follow-up en los medios que lo cubrieron.
Pero algunos elementos son tan constantes como la denominación: la asociación. Desde el principio, se trata de sospechas de vinculaciones o, por mampuesto, como en el caso de los hermanos Ibarra (un antes y un después), la responsabilidad individual ante un crimen brutal se agrava cuando se sospecha que su hermano pertenece a una organización criminal, en este caso, obvio, el TdA.
Esa aparición constante, con la masa crítica que se fue creando a través de los medios y las reacciones políticas, condujeron a la designación del TdA como organización terrorista extranjera y terroristas globales especialmente designados.
Aún así, la presencia de muchos cabos sueltos en torno a la construcción y estandarización perceptiva del TdA es igual de patente.
En otro sentido, la sustancia mítica en torno al Tren, una traslación que viene con el abordaje informativo de lugares como Chile, parecieran asentar un caso de "venefrenia": por un lado, un estado fallido completamente incapaz de resolver lo esencial pero, por el otro, capaz de extender sus tentáculos y proxies delictivos en todo el hemisferio. Una contradicción pasmosa.
Ciertamente esto no forma parte de la orden ejecutiva que ahora lo declara una organización terrorista global en términos estrictamente oficiales. Pero la sugerencia de que en el impulso central de su expansión existe una operación migratoria de largo alcance del gobierno venezolano persiste, en la voz del propio Trump.
En el texto propiamente de la orden ejecutiva se señala de forma extremadamente general a los "carteles mexicanos" y se exclusiviza a la Mara Salvatrucha y al TdA como responsables de desempeñar todo el portafolio criminal que le endilgan y/o que efectivamente ha ejercido.
El Tren, si se compara con carteles de poder y verdadero alcance como el Cartel Jalisco Nueva Generación o el propio Sinaloa, se queda, cuando menos, muy corto el grupo venezolano. Pero ni una orden ejecutiva se enfoca en el papel extensivo e intensivo que tienen la N’Dragheta calabresa o los clanes albaneses en movimientos pesados tanto de droga como de lavado, por ejemplo.
Las capacidades militares y organizativas de cualquiera de estas estructuras mafiosas rebasa por mucho al TdA.
De forma similar, no deja de ser notorio que a lo largo de los años del primer Trump Honduras ya era, en esencia, un narcoestado consolidado. Y Ecuador, ahora una ruta privilegiada, pareciera ir por el mismo camino.
Tampoco toma en cuenta esa orden, o ninguna, lo que conduce al propio sistema financiero, indispensable para convertir los ingresos de mercancía en capital que, según un connotado informe de Antonio María Costa, para entonces representante de la agencia de la ONU que se ocupa del narcotráfico, sobre el papel salvador del dinero sucio dentro del sistema financiero tras la crisis financiera de 2008.
Imposible eximir al TdA de los brutales pecados y responsabilidades penales directas en su actuar, más aún cuando la principal víctima es, precisamente, la migración venezolana, que padece la traslación de control, renta y depredación que el Tren empleaba en su momento dentro de Tocorón, haciendo de las víctimas venezolanas presos de ese sistema.
Pero dicho todo, la designación del Tren da para abrir más de una compuerta de acción directa, legal o de otro tipo, contra Venezuela. El encuadre con que la banda es designada en la última orden ejecutiva, un paso más en la escala luego de ser reconocida como organización delictiva transnacional, que ya daba pie a embargos, congelamiento de cuentas, etc., ofrece un nuevo repertorio que puede ir de asociarlo al país y en consecuencia incorporarlo a los países patrocinadores de terrorismo, y bajo el Título 50, "legalizar" cualquier tipo de acción encubierta armada so pretexto de atacar "en la raíz" a la amenaza.
Por supuesto, esto va en desmedro de lo que ha incubado a la organización desde que inició su expansión fuera de Tocorón, en 2014, y cuyo auge, puede rastrarse, paso tras paso, al grado de intensificación de los mecanismos de intervención y disrupción directa sobre la República Bolivariana.
Dicho con otras palabras, hay medias verdades y elementos objetivos sobre la existencia del TdA, del mismo modo que hay una serie de factores exógenos que sobreestimularon su presencia física y narrativa, con el objetivo de magnificar su alcance. Sus métodos torpes y brutales producen el suficiente escándalo, pero además la materia prima para narrativa e institucionalmente moldearlo al antojo de las agendas e intereses geopolíticos de quienes han querido perpetrar el cambio de régimen en Venezuela.
Pero difícilmente sea una amenaza comparable a otras creaciones anteriores, que igualmente combinan medias verdades con explotación perceptiva: sea al Qaeda, el Cartel de Sinaloa, o el piso de más arriba en el mundo del narcotráfico que, según Antonio María Costa, se puede encontrar en Wall Street.
Parece que EEUU utilizará el tema del Tren de Aragua como una excusa para forzar una alianza de seguridad en América Latina que sea dirigida por ellos. No hemos terminado de encontrar a toda la gente que desaparecieron con el Plan Cóndor y vuelven con el mismo guion.
@Karenmendezl |
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5 de febrero de 2025
¿El Tren de Aragua estaría creando alianzas con grupos criminales de Ecuador?
Un decreto presidencial identificó a esta organización delictiva como un grupo terrorista.
El Universo
En Tulcán, provincia de Carchi, en el norte de Ecuador, límite fronterizo con Colombia, en Ambato y Baños, en la provincia de Tungurahua, en el centro del país, se habrían identificado grupos pertenecientes al Tren de Aragua en Ecuador.
Esa organización ha sido vinculada a diversos delitos, como extorsiones, homicidios y tráfico de drogas, en países de América del Sur. Sería la estructura criminal más poderosa de Venezuela y la única que ha logrado establecerse en el extranjero.
Según una publicación de la revista Academia de guerra del Ejército ecuatoriano, que aborda el terrorismo, la seguridad del Estado y de la sociedad, la organización ha comenzado su trabajo creando terror, aplicando acciones del terrorismo clásico con extorsiones, sicariato, explosivos y secuestros en provincias.
El texto se basa en documentos para describir las circunstancias mundiales y nacionales para el arraigo del terrorismo en el mundo y en Ecuador.
Para Luis Córdova, director del programa Investigación, Orden, Conflicto y Violencia de la Universidad Central del Ecuador, el Tren de Aragua no tiene presencia en el país porque aquí existe la hegemonía de otras organizaciones delincuenciales. La declaratoria del presidente Daniel Noboa tiene propósitos claramente electorales, opinó.
Ahora, las consecuencias pueden ser socialmente peligrosas, ya que puede explotarse una conducta xenófoba contra migrantes venezolanos vinculándolos al Tren de Aragua. En definitiva, más combustible para la “guerra sin fin” que es la “guerra contra las drogas”, sostuvo el experto.
Si bien hay dudas acerca de su presencia en Ecuador, en el decreto presidencial mediante el cual se lo calificó como grupo terrorista se cita un reportaje periodístico que refiere que a nivel internacional ha establecido cédulas permanentes en diferentes países con informes de actividades en Ecuador.
El decreto presidencial además cita un informe del Centro de Inteligencia Estratégica (CIES) acerca de la estructura del Tren de Aragua, sin detallar su contenido. Sin embargo, en uno de los considerandos refiere que, al haber un conflicto interno armado, las labores de los organismos estatales se centran en precautelar la seguridad pública contra cualquier tipo de amenaza o riesgo que altere el orden constituido, ejecutado por organizaciones delincuenciales internas y más aún si se encuentran relacionadas con organizaciones trasnacionales que buscan atentar contra la paz.
El Gobierno mencionó que es su deber identificar a grupos terroristas internacionales que pueden desarrollar células en el país creando alianzas con grupos criminales internos.
El Tren de Aragua, según el texto militar, es considerada la banda criminal más grande y poderosa de Venezuela. Surgió en 2005 como un sindicato de obreros del proyecto ferroviario entre los estados de Aragua y Carabobo. Inicialmente centrada en extorsiones y seguridad, la banda se expandió y se alió con otras en la prisión de Tocorón.
Tendría presencia en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Brasil y Costa Rica.
Daniel Noboa identifica al Tren de Aragua como grupo terrorista en el Decreto 517
Esta dispersión geográfica fue acompañada de una diversificación en sus actividades criminales, pasando de extorsiones a reclusos a participar en diversas economías criminales, como la minería de oro y los delitos cibernéticos.
Los primeros indicios de la presencia del grupo fuera de Venezuela surgieron en 2018 en Colombia, país que constituía la primera escala y el destino final común para muchos migrantes venezolanos. Desde entonces la banda se ha arraigado en Colombia, Perú y Chile, y hay informes de su aparición en Ecuador, Brasil y Bolivia.
Si se desarticula esta red transnacional, existe el riesgo de que las células arraigadas en los países de llegada evolucionen en lugar de desaparecer.
En este escenario es probable que las células se mantengan como pandillas locales autónomas, menos peligrosas en términos de seguridad nacional, pero aún representando una seria amenaza en sus áreas de influencia.
El volumen y la naturaleza de los decomisos de drogas relacionados con el Tren de Aragua sugieren una alta probabilidad de que las sustancias estuvieran destinadas a abastecer las redes locales de narcomenudeo de la banda.
La expansión del Tren de Aragua, que abarca al menos cinco países y su presunta actividad en otros, demuestra que se ha convertido en una amenaza significativa para la seguridad en la región, señaló el documento elaborado por dos oficiales militares. (I)
Esa organización ha sido vinculada a diversos delitos, como extorsiones, homicidios y tráfico de drogas, en países de América del Sur. Sería la estructura criminal más poderosa de Venezuela y la única que ha logrado establecerse en el extranjero.
Según una publicación de la revista Academia de guerra del Ejército ecuatoriano, que aborda el terrorismo, la seguridad del Estado y de la sociedad, la organización ha comenzado su trabajo creando terror, aplicando acciones del terrorismo clásico con extorsiones, sicariato, explosivos y secuestros en provincias.
El texto se basa en documentos para describir las circunstancias mundiales y nacionales para el arraigo del terrorismo en el mundo y en Ecuador.
Para Luis Córdova, director del programa Investigación, Orden, Conflicto y Violencia de la Universidad Central del Ecuador, el Tren de Aragua no tiene presencia en el país porque aquí existe la hegemonía de otras organizaciones delincuenciales. La declaratoria del presidente Daniel Noboa tiene propósitos claramente electorales, opinó.
Ahora, las consecuencias pueden ser socialmente peligrosas, ya que puede explotarse una conducta xenófoba contra migrantes venezolanos vinculándolos al Tren de Aragua. En definitiva, más combustible para la “guerra sin fin” que es la “guerra contra las drogas”, sostuvo el experto.
Si bien hay dudas acerca de su presencia en Ecuador, en el decreto presidencial mediante el cual se lo calificó como grupo terrorista se cita un reportaje periodístico que refiere que a nivel internacional ha establecido cédulas permanentes en diferentes países con informes de actividades en Ecuador.
El decreto presidencial además cita un informe del Centro de Inteligencia Estratégica (CIES) acerca de la estructura del Tren de Aragua, sin detallar su contenido. Sin embargo, en uno de los considerandos refiere que, al haber un conflicto interno armado, las labores de los organismos estatales se centran en precautelar la seguridad pública contra cualquier tipo de amenaza o riesgo que altere el orden constituido, ejecutado por organizaciones delincuenciales internas y más aún si se encuentran relacionadas con organizaciones trasnacionales que buscan atentar contra la paz.
El Gobierno mencionó que es su deber identificar a grupos terroristas internacionales que pueden desarrollar células en el país creando alianzas con grupos criminales internos.
El Tren de Aragua, según el texto militar, es considerada la banda criminal más grande y poderosa de Venezuela. Surgió en 2005 como un sindicato de obreros del proyecto ferroviario entre los estados de Aragua y Carabobo. Inicialmente centrada en extorsiones y seguridad, la banda se expandió y se alió con otras en la prisión de Tocorón.
Tendría presencia en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Brasil y Costa Rica.
Daniel Noboa identifica al Tren de Aragua como grupo terrorista en el Decreto 517
Esta dispersión geográfica fue acompañada de una diversificación en sus actividades criminales, pasando de extorsiones a reclusos a participar en diversas economías criminales, como la minería de oro y los delitos cibernéticos.
Los primeros indicios de la presencia del grupo fuera de Venezuela surgieron en 2018 en Colombia, país que constituía la primera escala y el destino final común para muchos migrantes venezolanos. Desde entonces la banda se ha arraigado en Colombia, Perú y Chile, y hay informes de su aparición en Ecuador, Brasil y Bolivia.
Si se desarticula esta red transnacional, existe el riesgo de que las células arraigadas en los países de llegada evolucionen en lugar de desaparecer.
En este escenario es probable que las células se mantengan como pandillas locales autónomas, menos peligrosas en términos de seguridad nacional, pero aún representando una seria amenaza en sus áreas de influencia.
El volumen y la naturaleza de los decomisos de drogas relacionados con el Tren de Aragua sugieren una alta probabilidad de que las sustancias estuvieran destinadas a abastecer las redes locales de narcomenudeo de la banda.
La expansión del Tren de Aragua, que abarca al menos cinco países y su presunta actividad en otros, demuestra que se ha convertido en una amenaza significativa para la seguridad en la región, señaló el documento elaborado por dos oficiales militares. (I)