Acrecentamiento de la crisis política, social y económica en Arabia Saudí
Equipo CENAE 6 de diciembre de 2018
La escalada del caso de Jamal Khashoggi vuelve a centrar el foco de atención de los analistas hacia la situación interna de Arabia Saudita y el futuro del gobierno saudí. El conjunto de los indicadores políticos, económicos y sociales demuestra la existencia de brechas, tensiones y algunos conflictos que están cambiando los registros tradicionales de este gobierno, incluso excediendo lo exigido por la política internacional, que conducen el futuro hacia una ambigüedad.
A. La situación política
El descenso de Mohamed bin Salman (MBS) se está acelerando, es un declive con la misma velocidad que su auge. Los mismos que hace un año y medio presentaban a Mohamed bin Salman como un fenómeno nuevo y una bendición que iba a propiciar la continuidad del reinado de la Casa Saud en las próximas décadas, ahora hablan de los cortos días que le quedan de vida política. La aparición de disentimientos y discrepancias entre MBS y el rey saudí bien dan señales sobre el declive de la posición del príncipe heredero MBS. Las controversias entre el rey y el príncipe han salido a la luz pública sobre todo en los últimos meses. A finales del año pasado, todo el mundo daba por concluido el “Acuerdo del siglo” tras el arreglo entre Mohamed bin Salman y el yerno asesor de Trump para los asuntos de Oriente Medio, Jared Kushner. Pero, Malik Salman en su declaración del pasado mes de junio aseguró que ninguna paz existirá sin dividir Al-Quds y atender los intereses palestinos, así demostró que la palabra final sobre Palestina la tiene él y no otro.
En segundo lugar, Mohammed bin Salman mediante su propuesta económica “Plan 2030” había anunciado el comienzo prematuro del periodo de su reinado e intentaba proveer los fondos necesarios para su plan por medio de la venta de un 5 % de las acciones de la Saudi Aramco, considerada como la más grande petrolera del mundo. Pero el rey Salman decretó el mes pasado la anulación de la venta de dichas acciones. Esto dio lugar a fomentar más la desconfianza entre los saudíes impidiendo el esbozo de un horizonte hacia los cambios políticos.
B. La situación social
El enfoque social de Mohammed bin Salman se basaba en trasladar los pilares sociales del gobierno, de los espectros tradicionales Wahabí hacia una juventud que, de acuerdo a las estadísticas, forman 70% de la población de Arabia Saudita. Mohammed bin Salman sostenía la opinión de que los costos internacionales de Arabia Saudita disminuirían al liberar la Casa Saudí de la dependencia del espectro Wahabí, especialmente cuando los jóvenes saudíes no tienden tanto hacia los patrones wahabíes. Pero las políticas agresivas tomadas por el gobierno ante los activistas sociales implicaron la violación de los derechos humanos y, según el último informe de la Organización Internacional Observatorio de Derechos Humanos publicado en la primera mitad de este año, el gobierno saudí ha detenido 2305 activistas sociales. El fracaso en establecer una base social dentro de la generación joven, así como la política del gobierno ante el wahabismo, creó el conflicto entre el gobierno y este espectro tradicional wahabí.
C. La situación económica
Pese a la fama de la institucionalidad saudí por su falta de claridad en los datos y estadísticas en ámbitos económicos, los informes oficiales y los informes de las organizaciones financieras internacionales señalan la existencia de profundos problemas económicos y financieros en este país, que lo pueden llevar hasta un colapso. Según el informe del Banco Mundial, las exportaciones saudíes para el año 2013 eran 357,87 mil millones de dólares, es decir, 72,86% del Producto Interno Bruto, mientras que esta cifra bajó hasta 218,17 mil millones de dólares en el año 2017 registrando un 51,04% del PIB. Asimismo, en el año 2017 la dependencia sobre la exportación de petróleo subió a 85% siendo 79,14% en su año anterior. En cuanto a las importaciones, mientras en el año 2013 Arabia Saudita había importado 186,16 mil millones de dólares, un 37,79% del Producto Interno Bruto, esta cantidad bajó a 130,82 mil millones de dólares que es igual a 28,14% del PIB. De acuerdo a las cifras oficiales, el déficit presupuestario de este país alcanzó a 79,2 mil millones de dólares en el año 2016 que luego bajó a 61,3 mil millones de dólares para el año 2017 ralentizando el déficit por las medidas de austeridad. Las deudas de Riad superaron los 118 mil millones de dólares para finales del 2017 y se estima que pasen de los 129 mil millones para finales del año en curso, cuyo 60% consiste en la deuda al exterior. Respecto al desempleo, según los datos oficiales, el país sufría de un 12,7% del paro en el año pasado, aunque los expertos y los organismos internacionales consideran que la cifra real es mucho más elevada y, especialmente, en el rango de edad comprendido entre 20 a 40 años ronda los 33%.
D. Gastos militares
En el año 2016, el informe oficial de Riad acerca de su gasto militar y de seguridad afirmaba la cifra de 81,5 mil millones de dólares. Sin embargo, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo confirma que Arabia Saudita, nada más para la compra de armamentos, había destinado 63,7 mil millones de dólares durante el año 2016. El mismo coste fue 89 mil millones de dólares en el año 2017 y se estima que los fondos para la seguridad y defensa formen el 32% del presupuesto general de Riad para 2018. La gran parte de los gastos militares se corresponden a su intervención militar en Yemen. El servicio de radiodifusión internacional de Alemania Deutsche Welle informó que el gobierno de Riad durante el año 2015 había invertido 30 mil millones de dólares para utilizar las 175 aeronaves militares en la intervención de Yemen y mantener el orden de batalla de 150 mil efectivos militares. El Fondo Monetario Árabe informó que en este periodo de tiempo Arabia Saudí había retirado 25 mil millones de dólares desde su cuenta. Al mismo tiempo Riad, se veía obligado a asignar costos bajo conceptos de ayuda a otros países con la finalidad de persuadirlos para formar una coalición e invadir Yemen. Entre los países receptores de estas ayudas se encontraban Egipto, Marruecos, Jordania y Sudan. Egipto, según los informes oficiales, recibió 12,5 mil millones de dólares y cada uno de los otros tres nombrados cobraron 5,5 mil millones de dólares.
La revista estadounidense Política Exterior relata que el gobierno saudí había gastado un monto de 3,6 mil millones de dólares durante el año 2015 para usar dos satélites espía estadounidenses además de los 1,08 mil millones de dólares pagados por el uso de los aviones del Sistema de Alerta Temprana y Control Aerotransportado (AEW&C). El periódico Times en un artículo estima los costes diarios de la intervención en Yemen cerca de 200 millones de dólares y destaca que la suma de estos costes superó de los 216 mil millones de dólares durante el primer trimestre del año 2018. Washington Post en un reporte escribe que aproximadamente 2500 soldados y 60 oficiales saudíes han muerto solamente durante los enfrentamientos en las fronteras del sur de Arabia Saudita con Yemen, y ha padecido la destrucción de cerca de 650 tanques del ejército saudí. Actualmente el gobierno de Riad ha firmado unos contratos de compra de armamentos por un monto total de 450 mil millones de dólares, de los cuales 100 mil millones son directamente a Estados Unidos y los otros 350 mil millones repartidos entre Francia, Alemania, China y Rusia.
Los economistas consideran que la actual circunstancia económica de Arabia Saudita no va a ser un factor de cambio político de forma inmediata, ya que suponiendo que el país pueda aguantar la alta cifra de desempleo, el déficit presupuestario y la deuda pública, el derrumbamiento y el colapso económico del reino saudí durará de 3 a 5 años en el caso de que continúe la subida del precio del crudo y de 1.5 a 2 años si el precio del crudo baja de los 60 dólares por barril. Sin embargo, teniendo en cuenta las políticas sociales del príncipe heredero MBS y la brecha creada entre el gobierno y los grupos wahabíes cada vez se incrementa más la probabilidad del nacimiento de una crisis profunda en el reino saudí que si podrá amenazar el sistema.
A. La situación política
El descenso de Mohamed bin Salman (MBS) se está acelerando, es un declive con la misma velocidad que su auge. Los mismos que hace un año y medio presentaban a Mohamed bin Salman como un fenómeno nuevo y una bendición que iba a propiciar la continuidad del reinado de la Casa Saud en las próximas décadas, ahora hablan de los cortos días que le quedan de vida política. La aparición de disentimientos y discrepancias entre MBS y el rey saudí bien dan señales sobre el declive de la posición del príncipe heredero MBS. Las controversias entre el rey y el príncipe han salido a la luz pública sobre todo en los últimos meses. A finales del año pasado, todo el mundo daba por concluido el “Acuerdo del siglo” tras el arreglo entre Mohamed bin Salman y el yerno asesor de Trump para los asuntos de Oriente Medio, Jared Kushner. Pero, Malik Salman en su declaración del pasado mes de junio aseguró que ninguna paz existirá sin dividir Al-Quds y atender los intereses palestinos, así demostró que la palabra final sobre Palestina la tiene él y no otro.
En segundo lugar, Mohammed bin Salman mediante su propuesta económica “Plan 2030” había anunciado el comienzo prematuro del periodo de su reinado e intentaba proveer los fondos necesarios para su plan por medio de la venta de un 5 % de las acciones de la Saudi Aramco, considerada como la más grande petrolera del mundo. Pero el rey Salman decretó el mes pasado la anulación de la venta de dichas acciones. Esto dio lugar a fomentar más la desconfianza entre los saudíes impidiendo el esbozo de un horizonte hacia los cambios políticos.
B. La situación social
El enfoque social de Mohammed bin Salman se basaba en trasladar los pilares sociales del gobierno, de los espectros tradicionales Wahabí hacia una juventud que, de acuerdo a las estadísticas, forman 70% de la población de Arabia Saudita. Mohammed bin Salman sostenía la opinión de que los costos internacionales de Arabia Saudita disminuirían al liberar la Casa Saudí de la dependencia del espectro Wahabí, especialmente cuando los jóvenes saudíes no tienden tanto hacia los patrones wahabíes. Pero las políticas agresivas tomadas por el gobierno ante los activistas sociales implicaron la violación de los derechos humanos y, según el último informe de la Organización Internacional Observatorio de Derechos Humanos publicado en la primera mitad de este año, el gobierno saudí ha detenido 2305 activistas sociales. El fracaso en establecer una base social dentro de la generación joven, así como la política del gobierno ante el wahabismo, creó el conflicto entre el gobierno y este espectro tradicional wahabí.
C. La situación económica
Pese a la fama de la institucionalidad saudí por su falta de claridad en los datos y estadísticas en ámbitos económicos, los informes oficiales y los informes de las organizaciones financieras internacionales señalan la existencia de profundos problemas económicos y financieros en este país, que lo pueden llevar hasta un colapso. Según el informe del Banco Mundial, las exportaciones saudíes para el año 2013 eran 357,87 mil millones de dólares, es decir, 72,86% del Producto Interno Bruto, mientras que esta cifra bajó hasta 218,17 mil millones de dólares en el año 2017 registrando un 51,04% del PIB. Asimismo, en el año 2017 la dependencia sobre la exportación de petróleo subió a 85% siendo 79,14% en su año anterior. En cuanto a las importaciones, mientras en el año 2013 Arabia Saudita había importado 186,16 mil millones de dólares, un 37,79% del Producto Interno Bruto, esta cantidad bajó a 130,82 mil millones de dólares que es igual a 28,14% del PIB. De acuerdo a las cifras oficiales, el déficit presupuestario de este país alcanzó a 79,2 mil millones de dólares en el año 2016 que luego bajó a 61,3 mil millones de dólares para el año 2017 ralentizando el déficit por las medidas de austeridad. Las deudas de Riad superaron los 118 mil millones de dólares para finales del 2017 y se estima que pasen de los 129 mil millones para finales del año en curso, cuyo 60% consiste en la deuda al exterior. Respecto al desempleo, según los datos oficiales, el país sufría de un 12,7% del paro en el año pasado, aunque los expertos y los organismos internacionales consideran que la cifra real es mucho más elevada y, especialmente, en el rango de edad comprendido entre 20 a 40 años ronda los 33%.
D. Gastos militares
En el año 2016, el informe oficial de Riad acerca de su gasto militar y de seguridad afirmaba la cifra de 81,5 mil millones de dólares. Sin embargo, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo confirma que Arabia Saudita, nada más para la compra de armamentos, había destinado 63,7 mil millones de dólares durante el año 2016. El mismo coste fue 89 mil millones de dólares en el año 2017 y se estima que los fondos para la seguridad y defensa formen el 32% del presupuesto general de Riad para 2018. La gran parte de los gastos militares se corresponden a su intervención militar en Yemen. El servicio de radiodifusión internacional de Alemania Deutsche Welle informó que el gobierno de Riad durante el año 2015 había invertido 30 mil millones de dólares para utilizar las 175 aeronaves militares en la intervención de Yemen y mantener el orden de batalla de 150 mil efectivos militares. El Fondo Monetario Árabe informó que en este periodo de tiempo Arabia Saudí había retirado 25 mil millones de dólares desde su cuenta. Al mismo tiempo Riad, se veía obligado a asignar costos bajo conceptos de ayuda a otros países con la finalidad de persuadirlos para formar una coalición e invadir Yemen. Entre los países receptores de estas ayudas se encontraban Egipto, Marruecos, Jordania y Sudan. Egipto, según los informes oficiales, recibió 12,5 mil millones de dólares y cada uno de los otros tres nombrados cobraron 5,5 mil millones de dólares.
La revista estadounidense Política Exterior relata que el gobierno saudí había gastado un monto de 3,6 mil millones de dólares durante el año 2015 para usar dos satélites espía estadounidenses además de los 1,08 mil millones de dólares pagados por el uso de los aviones del Sistema de Alerta Temprana y Control Aerotransportado (AEW&C). El periódico Times en un artículo estima los costes diarios de la intervención en Yemen cerca de 200 millones de dólares y destaca que la suma de estos costes superó de los 216 mil millones de dólares durante el primer trimestre del año 2018. Washington Post en un reporte escribe que aproximadamente 2500 soldados y 60 oficiales saudíes han muerto solamente durante los enfrentamientos en las fronteras del sur de Arabia Saudita con Yemen, y ha padecido la destrucción de cerca de 650 tanques del ejército saudí. Actualmente el gobierno de Riad ha firmado unos contratos de compra de armamentos por un monto total de 450 mil millones de dólares, de los cuales 100 mil millones son directamente a Estados Unidos y los otros 350 mil millones repartidos entre Francia, Alemania, China y Rusia.
Los economistas consideran que la actual circunstancia económica de Arabia Saudita no va a ser un factor de cambio político de forma inmediata, ya que suponiendo que el país pueda aguantar la alta cifra de desempleo, el déficit presupuestario y la deuda pública, el derrumbamiento y el colapso económico del reino saudí durará de 3 a 5 años en el caso de que continúe la subida del precio del crudo y de 1.5 a 2 años si el precio del crudo baja de los 60 dólares por barril. Sin embargo, teniendo en cuenta las políticas sociales del príncipe heredero MBS y la brecha creada entre el gobierno y los grupos wahabíes cada vez se incrementa más la probabilidad del nacimiento de una crisis profunda en el reino saudí que si podrá amenazar el sistema.
Nota: resumen diversas fuentes
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31 de diciembre de 2018