Acuerdo nuclear con Iran: Trump cumple
Diego Pappalardo 9 de mayo de 2018
Tal y como se esperaba, Donald Trump dispuso retirar a los Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunta (JCPOA) firmado en 2015 con Irán, restableciendo sanciones de manera unilateral contra Teherán.
Cumpliendo con la indicación dada por la facción sionista conformada, entre otros, por los magnates Sheldon Adelson y Bernard Marcus y los políticos Netanyahu y Neftalí Bennet, Trump desoyó las recomendaciones de los liderazgos políticos de Francia, Rusia, China, Reino Unido, Alemania y de otros grupos de presión estadounidenses, quienes exhortaban al mandatario permanecer dentro del Acuerdo.
Recordamos que Trump mantiene una alianza estratégica con los sionistas antes mencionados para estabilizarse en la Casa Blanca y para tratar de ganar las importantes elecciones de medio término que se producirán en el presente año con el objetivo de ser reelegido en el cargo presidencial durante el año 2020.
Por supuesto que la ruptura de Estados Unidos tendrá un impacto considerable que ocasionará más dificultades para Irán pero, en general, no afectará de manera rotunda y determinativa la dinámica del poder iraní ya que éste al convertirse nuevamente en actor de equilibrio regional y de influencia extra-regional goza de una solidez elocuente. La producción y la comercialización petrolífera y gasífera iraníes no regresarán a la época previa al 2015 y organismos como el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos no deteriorarán sus vínculos con la República Islámica de Irán.
Son muchos los intereses geopolíticos y geoeconómicos que impulsan a definidas élites occidentales, rusas y chinas a mantener relaciones positivas con Irán, eludiendo ser parte de un bloque uniforme dependiente total de la estrategia sionista-trumpista.
Por disenso existente entre clanes internacionales, regionales y nacionales de Irán e Israel, es muy difícil de que ocurra una guerra directa y de gran envergadura entre el estado persa y su competidor sionista en un tiempo inmediato. La intensificación de un conflicto entre dos entidades de poder no siempre concluye enseguida en una guerra convencional macro- regional o global.
Lo que no anula la concreción de eventos violentos de provocación y de falsa bandera con la clara intención de causar conflicto y trasladar la imagen demonizadora para el oponente.
Con la nueva disposición de Washington, el sector conservador de Irán procurará restarle peso y legitimidad al clan de los reformistas que apuntala al presidente Hassan Rouhani. Con la medida de Trump, el ala israelí contradictora de Netanyahu/Likud acelerará su embestida contra Bibi y los likudistas.
La facción sionista conexa a la Administración Trump incrementará la gestión para limitar regionalmente y aislar globalmente a Irán pero, por el momento, no podrá suprimir el corredor Teherán-Beirut ni convertir a Irán en un paria mundial.
Cumpliendo con la indicación dada por la facción sionista conformada, entre otros, por los magnates Sheldon Adelson y Bernard Marcus y los políticos Netanyahu y Neftalí Bennet, Trump desoyó las recomendaciones de los liderazgos políticos de Francia, Rusia, China, Reino Unido, Alemania y de otros grupos de presión estadounidenses, quienes exhortaban al mandatario permanecer dentro del Acuerdo.
Recordamos que Trump mantiene una alianza estratégica con los sionistas antes mencionados para estabilizarse en la Casa Blanca y para tratar de ganar las importantes elecciones de medio término que se producirán en el presente año con el objetivo de ser reelegido en el cargo presidencial durante el año 2020.
Por supuesto que la ruptura de Estados Unidos tendrá un impacto considerable que ocasionará más dificultades para Irán pero, en general, no afectará de manera rotunda y determinativa la dinámica del poder iraní ya que éste al convertirse nuevamente en actor de equilibrio regional y de influencia extra-regional goza de una solidez elocuente. La producción y la comercialización petrolífera y gasífera iraníes no regresarán a la época previa al 2015 y organismos como el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos no deteriorarán sus vínculos con la República Islámica de Irán.
Son muchos los intereses geopolíticos y geoeconómicos que impulsan a definidas élites occidentales, rusas y chinas a mantener relaciones positivas con Irán, eludiendo ser parte de un bloque uniforme dependiente total de la estrategia sionista-trumpista.
Por disenso existente entre clanes internacionales, regionales y nacionales de Irán e Israel, es muy difícil de que ocurra una guerra directa y de gran envergadura entre el estado persa y su competidor sionista en un tiempo inmediato. La intensificación de un conflicto entre dos entidades de poder no siempre concluye enseguida en una guerra convencional macro- regional o global.
Lo que no anula la concreción de eventos violentos de provocación y de falsa bandera con la clara intención de causar conflicto y trasladar la imagen demonizadora para el oponente.
Con la nueva disposición de Washington, el sector conservador de Irán procurará restarle peso y legitimidad al clan de los reformistas que apuntala al presidente Hassan Rouhani. Con la medida de Trump, el ala israelí contradictora de Netanyahu/Likud acelerará su embestida contra Bibi y los likudistas.
La facción sionista conexa a la Administración Trump incrementará la gestión para limitar regionalmente y aislar globalmente a Irán pero, por el momento, no podrá suprimir el corredor Teherán-Beirut ni convertir a Irán en un paria mundial.
11 de mayo de 2018
STATEMENT OF THE GOVERNMENT OF THE ISLAMIC REPUBLIC OF IRAN ON U.S. GOVERNMENT WITHDRAWAL FROM THE JOINT COMPREHENSIVE PLAN OF ACTION
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