Adiós 1991-2022, ¿cambio de época?
2022 puso fin a una era: el año puso punto de ruptura final al “orden internacional basado en reglas”. El Imperio entró en desesperación, tirando todo el pescado al asador (guerra de poder en Ucrania, AUKUS, histeria por Taiwán) para salvar la configuración que crearon allá por 1991.
Observatorio de la crisis Pepe Escobar 8 de enero de 2023
2023 comienza con la OTAN colectiva en modo Absolutely Freak Out (absolutamente enloquecidos) cuando el ministro de Defensa ruso, Shoigu anunció que la fragata rusa “Almirante Gorshkov”, está navegando con un conjunto de tarjetas de visita hipersónicas del Sr. Zircon.
La gira de negocios abarcará el Atlántico y el Océano Índico, y por supuesto incluirá el Mediterráneo, el antiguo Mare Nostrum del Imperio Romano. Que el Sr. Zircon este en acecho no tiene absolutamente nada que ver con la guerra en Ucrania: más bien es una señal de lo que puede suceder cuando se trata de freír peces mucho más grandes que los gerifaltes psicópatas de Kiev.
El final de 2022 termino con la fritura del “Gran Pescado de la Negociación con Occidente” por Ucrania. Ahora está servido en un plato caliente y se ha digerido por completo. Moscú ha dejado dolorosamente en claro que no hay motivo alguno para confiar en la superpotencia en declive «incapaz de llegar a un acuerdo».
Así que incluso los taxistas en Dacca ahora están apostando a cuándo comenzará la tan cacareada “ofensiva de invierno” y hasta dónde llegará. El camino que tiene por delante el general Armagedón es claro: desmilitarización y deselectrificación con esteroides, rematada con la trituración de las fuerzas militares ucranianas al menor costo posible para las Fuerzas Armadas Rusas en Donbass.
Otro gran pescado frito servido en un plato caliente a fines de 2022 fue el Acuerdo de Minsk de 2014. La cocinera fue nada menos que la ex canciller Merkel: “Minsk fue un intento de ganar tiempo para Ucrania”. Lo que deja claro esta declaración es que la estrategia del combo straussiano/neoconservador a cargo de la política exterior estadounidense fue desde el principio desatar una Guerra Perpetua contra Rusia.
Merkel puedo estar tramando algo al decirle a los rusos, en su cara que mintió como lo hace permanente el “criptosoprano” Mike Pompeo. Esto no es vergonzoso para Moscú, sino para Berlín: otra demostración gráfica más de vasallaje total al Imperio.
La respuesta de la encarnación contemporánea de Mercury, María Zakharova del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, fue igualmente intrigante: la confesión de Merkel podría usarse como una razón específica, y una evidencia, para que un tribunal juzgue a los políticos occidentales responsables de provocar la guerra de poder entre Rusia y Ucrania.
Obviamente, nadie lo confirmará, pero este intrigante asunto podría ser parte de un acuerdo secreto entre Rusia y Alemania en desarrollo, que llevaría a Alemania a restaurar al menos parte de su soberanía.
Hora de freír el pescado de la OTAN
Mientras tanto, el vicepresidente del Consejo de Seguridad Ruso, Dimitri Medvedev, amplió la saga Fried Negotiation Fish: “Última advertencia, no puede haber negocios con el mundo anglosajón [porque] actúa como un ladrón, un estafador, un tahúr que puede hacer cualquier cosa… De ahora en adelante vamos a prescindir de ellos hasta que una nueva generación de políticos sensatos llegue al poder… No hay nadie en Occidente con quien podamos tratar sobre cualquier cosa”.
Medvedev, recitó más o menos el mismo guion, en persona, a Xi Jinping en Beijing, días antes la videoconferencia entre Xi y Putin que funcionó como una especie de cierre informal de 2022, con la Asociación estratégica de Rusia y China perfectamente sincronizada.
En el frente de guerra, el nuevo ritmo del General Armagedón está destinado a conducir en los próximos meses a un hecho indiscutible sobre el terreno: una división entre un agujero negro disfuncional que es Ucrania en el oeste y Novorossiya en el este.
Incluso el FMI ahora es reacio a dar fondos adicionales a este agujero negro. El presupuesto de Kiev para 2023 tiene un déficit, poco realista, de 36.000 millones de dólares. La mitad del presupuesto está destinado al ejército.
Tymofiy Mylovanov, profesor de la Escuela de Economía de Kiev, decidió emitir un gruñido de insatisfacción: “si hasta el FMI está preocupado por la sostenibilidad de la deuda ucraniana, imagínense lo que están pensando los inversionistas privados”. Dicho de otra manera, no habrá «inversión» en Ucrania. Los buitres multinacionales se apoderarán de su tierra a cambio de nada y de los insignificantes activos productivos que puedan quedar.
Podría decirse que el pescado más grande que se freirá en 2023 es el mito de la OTAN. Todos los analistas militares serios, incluidos algunos estadounidenses, saben que el ejército ruso y su complejo industrial militar es un sistema superior al que existía al final de la URSS, y en la actualidad muy superior al de los Estados Unidos y al resto de la OTAN.
El golpe final “en modo Mackinder” es una posible alianza entre Alemania, Rusia y China, que es lo que realmente está detrás de la guerra de poder provocada por Washington en Ucrania, es una posibilidad porque la realidad en el terreno no está resultando de acuerdo a los delirantes sueños húmedos de los neoconservadores straussianos.
Saddam Hussein, antiguo vasallo imperial, fue asesinado – e Irak invadido- porque quería pasarse por alto el petrodólar. Pero, ahora tenemos un tema económico inevitable: el aumento del petroyuan, “en tres a cinco años”, como anunció Xi Jinping en Riyadh. Entonces el futuro cercano está escrito, Occidente, simplemente no podrá evitar un ataque de “Shock’n Awe” (conmoción y asombro).
En 2008, Rusia se embarcó en una reconstrucción completa de sus fuerzas de misiles y un plan de 14 años para modernizar las fuerzas armadas terrestres. El Sr. Zircon enviando su tarjeta hipersónica en el Mare Nostrum es sólo una pequeña parte del panorama general.
El mito del poder estadounidense
La CIA abandonó Afganistán en una retirada humillante, incluso renunciando a la venta de heroína, solo para trasladarse a Ucrania y seguir reproduciendo sus viejos discos rotos. La CIA, junto con el MI6 y otros, está detrás del sabotaje en curso de la infraestructura rusa. Tarde o temprano habrá una respuesta.
Los agentes de la CIA, deberían saber que la ciudad de Nueva York, por ejemplo, puede ser destruida con un solo movimiento: volando el puente George Washington. Sin el puente la ciudad no podría abastecerse de alimentos y de la mayoría de sus necesidades. La red eléctrica de Nueva York puede destruirse si se derriban los controles centrales; volver a hacer funcionar el sistema podría llevar un año.
Incluso atravesando las infinitas capas de niebla de la guerra, la situación actual en Ucrania sigue siendo una escaramuza. La verdadera guerra ni siquiera ha comenzado todavía. Pero, podría, pronto.
Aparte de Ucrania y Polonia, no hay ninguna fuerza de la OTAN que valga la pena mencionar. Alemania tiene un suministro irrisorio de municiones. Turquía no enviará un solo soldado para luchar contra los rusos en Ucrania.
De las 80.000 tropas estadounidenses estacionadas en Europa, solo el 10% están armadas. Recientemente se agregaron 20 mil más, no es gran cosa. Si los estadounidenses activaran sus tropas en Europa -algo bastante ridículo en sí mismo- no tendrían ningún lugar para desembarcar suministros o refuerzos. Todos los aeropuertos y puertos marítimos serían destruidos por misiles hipersónicos rusos en cuestión de minutos, tanto en Europa continental como en el Reino Unido.
Además, todos los centros de combustible como Rotterdam para petróleo y gas serían destruidos, así como todas las instalaciones militares, incluidas las principales bases estadounidenses en Europa: Grafenwoehr, Hohenfels, Ramstein, Baumholder, Vilseck, Spangdahlem y Wiesbaden en Alemania (Ejército y Fuerza Aérea); Base Aérea de Aviano en Italia; la base aérea de Lajes en las islas Azores de Portugal; la Estación Naval de Rota en España; la base aérea de Incirlik en Turquía; y las estaciones de la Royal Air Force Lakenheath y Mildenhall en el Reino Unido.
Todos los aviones de combate y bombarderos serían destruidos, después de que aterricen o mientras aterrizan: no habría lugar para aterrizar excepto en las autopistas, donde serían presa fácil.
Los misiles Patriot no valen nada. Lo pudieron comprobar todos los militares del Sur Global cuando en Arabia Saudita estas armas intentaron derribar los misiles Houthi provenientes de Yemen. Y …la Cúpula de Hierro de Israel ni siquiera puede derribar todos los misiles primitivos que vienen de Gaza.
El poder militar estadounidense es un mito supremo, es parte de la variedad de pescado para freír. Esencialmente, se esconden detrás de otras fuerzas militares, como las Fuerzas Armadas de Ucrania. Las fuerzas estadounidenses son útiles para “tiros al pato” como en Irak en 1991 y 2003, donde actuaron contra un oponente discapacitado en un desierto sin cobertura aérea. En esta pequeña historia del hegemón no hay que olvidar cómo la OTAN fue completamente humillada por los talibanes en Afganistán .
El último punto de ruptura
2022 puso fin a una era: el año puso punto de ruptura final al “orden internacional basado en reglas” establecido tras la caída de la URSS.
El Imperio entró en Desperation Row, tirando todo el pescado al asador (guerra de poder en Ucrania, AUKUS, histeria de Taiwán) para salvar la configuración que crearon allá por 1991.
En la practica el retroceso de la globalización está siendo implementado por el propio Imperio. Eso va desde robarle el mercado energético de la UE a Rusia (obligando a sus desventurados vasallos compren energía ultra cara de EEUU) hasta destrozar toda la cadena de suministro de semiconductores, por la fuerza para “aislar” a China.
La guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania es solo un engranaje en la rueda del Nuevo Gran Juego. Para el Sur Global, lo que realmente importa es cómo Eurasia, y más allá, están coordinando su proceso de integración, con BRI y su expansión a BRICS+, con SCO y la INSTC, y también con la OPEP+ y la Gran Asociación Estratégica Euroasiática (Greater Eurasia Partnership).
Volvemos a cómo era el mundo en 1914, o antes de 1939, sólo que en un sentido limitado. Hay una plétora de naciones que luchan por expandir su influencia, pero todas ellas apuestan por la multipolaridad, o “modernización pacífica”, como la acuñó Xi Jinping, y no por las guerras eternas: un futuro eminentemente soberano y pacifico es el propósito de China, Rusia, India, Irán, Indonesia y muchas otras naciones.
Así que adiós 1991-2022. El trabajo duro comienza ahora. Bienvenido al Nuevo Gran Juego.
La gira de negocios abarcará el Atlántico y el Océano Índico, y por supuesto incluirá el Mediterráneo, el antiguo Mare Nostrum del Imperio Romano. Que el Sr. Zircon este en acecho no tiene absolutamente nada que ver con la guerra en Ucrania: más bien es una señal de lo que puede suceder cuando se trata de freír peces mucho más grandes que los gerifaltes psicópatas de Kiev.
El final de 2022 termino con la fritura del “Gran Pescado de la Negociación con Occidente” por Ucrania. Ahora está servido en un plato caliente y se ha digerido por completo. Moscú ha dejado dolorosamente en claro que no hay motivo alguno para confiar en la superpotencia en declive «incapaz de llegar a un acuerdo».
Así que incluso los taxistas en Dacca ahora están apostando a cuándo comenzará la tan cacareada “ofensiva de invierno” y hasta dónde llegará. El camino que tiene por delante el general Armagedón es claro: desmilitarización y deselectrificación con esteroides, rematada con la trituración de las fuerzas militares ucranianas al menor costo posible para las Fuerzas Armadas Rusas en Donbass.
Otro gran pescado frito servido en un plato caliente a fines de 2022 fue el Acuerdo de Minsk de 2014. La cocinera fue nada menos que la ex canciller Merkel: “Minsk fue un intento de ganar tiempo para Ucrania”. Lo que deja claro esta declaración es que la estrategia del combo straussiano/neoconservador a cargo de la política exterior estadounidense fue desde el principio desatar una Guerra Perpetua contra Rusia.
Merkel puedo estar tramando algo al decirle a los rusos, en su cara que mintió como lo hace permanente el “criptosoprano” Mike Pompeo. Esto no es vergonzoso para Moscú, sino para Berlín: otra demostración gráfica más de vasallaje total al Imperio.
La respuesta de la encarnación contemporánea de Mercury, María Zakharova del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, fue igualmente intrigante: la confesión de Merkel podría usarse como una razón específica, y una evidencia, para que un tribunal juzgue a los políticos occidentales responsables de provocar la guerra de poder entre Rusia y Ucrania.
Obviamente, nadie lo confirmará, pero este intrigante asunto podría ser parte de un acuerdo secreto entre Rusia y Alemania en desarrollo, que llevaría a Alemania a restaurar al menos parte de su soberanía.
Hora de freír el pescado de la OTAN
Mientras tanto, el vicepresidente del Consejo de Seguridad Ruso, Dimitri Medvedev, amplió la saga Fried Negotiation Fish: “Última advertencia, no puede haber negocios con el mundo anglosajón [porque] actúa como un ladrón, un estafador, un tahúr que puede hacer cualquier cosa… De ahora en adelante vamos a prescindir de ellos hasta que una nueva generación de políticos sensatos llegue al poder… No hay nadie en Occidente con quien podamos tratar sobre cualquier cosa”.
Medvedev, recitó más o menos el mismo guion, en persona, a Xi Jinping en Beijing, días antes la videoconferencia entre Xi y Putin que funcionó como una especie de cierre informal de 2022, con la Asociación estratégica de Rusia y China perfectamente sincronizada.
En el frente de guerra, el nuevo ritmo del General Armagedón está destinado a conducir en los próximos meses a un hecho indiscutible sobre el terreno: una división entre un agujero negro disfuncional que es Ucrania en el oeste y Novorossiya en el este.
Incluso el FMI ahora es reacio a dar fondos adicionales a este agujero negro. El presupuesto de Kiev para 2023 tiene un déficit, poco realista, de 36.000 millones de dólares. La mitad del presupuesto está destinado al ejército.
Tymofiy Mylovanov, profesor de la Escuela de Economía de Kiev, decidió emitir un gruñido de insatisfacción: “si hasta el FMI está preocupado por la sostenibilidad de la deuda ucraniana, imagínense lo que están pensando los inversionistas privados”. Dicho de otra manera, no habrá «inversión» en Ucrania. Los buitres multinacionales se apoderarán de su tierra a cambio de nada y de los insignificantes activos productivos que puedan quedar.
Podría decirse que el pescado más grande que se freirá en 2023 es el mito de la OTAN. Todos los analistas militares serios, incluidos algunos estadounidenses, saben que el ejército ruso y su complejo industrial militar es un sistema superior al que existía al final de la URSS, y en la actualidad muy superior al de los Estados Unidos y al resto de la OTAN.
El golpe final “en modo Mackinder” es una posible alianza entre Alemania, Rusia y China, que es lo que realmente está detrás de la guerra de poder provocada por Washington en Ucrania, es una posibilidad porque la realidad en el terreno no está resultando de acuerdo a los delirantes sueños húmedos de los neoconservadores straussianos.
Saddam Hussein, antiguo vasallo imperial, fue asesinado – e Irak invadido- porque quería pasarse por alto el petrodólar. Pero, ahora tenemos un tema económico inevitable: el aumento del petroyuan, “en tres a cinco años”, como anunció Xi Jinping en Riyadh. Entonces el futuro cercano está escrito, Occidente, simplemente no podrá evitar un ataque de “Shock’n Awe” (conmoción y asombro).
En 2008, Rusia se embarcó en una reconstrucción completa de sus fuerzas de misiles y un plan de 14 años para modernizar las fuerzas armadas terrestres. El Sr. Zircon enviando su tarjeta hipersónica en el Mare Nostrum es sólo una pequeña parte del panorama general.
El mito del poder estadounidense
La CIA abandonó Afganistán en una retirada humillante, incluso renunciando a la venta de heroína, solo para trasladarse a Ucrania y seguir reproduciendo sus viejos discos rotos. La CIA, junto con el MI6 y otros, está detrás del sabotaje en curso de la infraestructura rusa. Tarde o temprano habrá una respuesta.
Los agentes de la CIA, deberían saber que la ciudad de Nueva York, por ejemplo, puede ser destruida con un solo movimiento: volando el puente George Washington. Sin el puente la ciudad no podría abastecerse de alimentos y de la mayoría de sus necesidades. La red eléctrica de Nueva York puede destruirse si se derriban los controles centrales; volver a hacer funcionar el sistema podría llevar un año.
Incluso atravesando las infinitas capas de niebla de la guerra, la situación actual en Ucrania sigue siendo una escaramuza. La verdadera guerra ni siquiera ha comenzado todavía. Pero, podría, pronto.
Aparte de Ucrania y Polonia, no hay ninguna fuerza de la OTAN que valga la pena mencionar. Alemania tiene un suministro irrisorio de municiones. Turquía no enviará un solo soldado para luchar contra los rusos en Ucrania.
De las 80.000 tropas estadounidenses estacionadas en Europa, solo el 10% están armadas. Recientemente se agregaron 20 mil más, no es gran cosa. Si los estadounidenses activaran sus tropas en Europa -algo bastante ridículo en sí mismo- no tendrían ningún lugar para desembarcar suministros o refuerzos. Todos los aeropuertos y puertos marítimos serían destruidos por misiles hipersónicos rusos en cuestión de minutos, tanto en Europa continental como en el Reino Unido.
Además, todos los centros de combustible como Rotterdam para petróleo y gas serían destruidos, así como todas las instalaciones militares, incluidas las principales bases estadounidenses en Europa: Grafenwoehr, Hohenfels, Ramstein, Baumholder, Vilseck, Spangdahlem y Wiesbaden en Alemania (Ejército y Fuerza Aérea); Base Aérea de Aviano en Italia; la base aérea de Lajes en las islas Azores de Portugal; la Estación Naval de Rota en España; la base aérea de Incirlik en Turquía; y las estaciones de la Royal Air Force Lakenheath y Mildenhall en el Reino Unido.
Todos los aviones de combate y bombarderos serían destruidos, después de que aterricen o mientras aterrizan: no habría lugar para aterrizar excepto en las autopistas, donde serían presa fácil.
Los misiles Patriot no valen nada. Lo pudieron comprobar todos los militares del Sur Global cuando en Arabia Saudita estas armas intentaron derribar los misiles Houthi provenientes de Yemen. Y …la Cúpula de Hierro de Israel ni siquiera puede derribar todos los misiles primitivos que vienen de Gaza.
El poder militar estadounidense es un mito supremo, es parte de la variedad de pescado para freír. Esencialmente, se esconden detrás de otras fuerzas militares, como las Fuerzas Armadas de Ucrania. Las fuerzas estadounidenses son útiles para “tiros al pato” como en Irak en 1991 y 2003, donde actuaron contra un oponente discapacitado en un desierto sin cobertura aérea. En esta pequeña historia del hegemón no hay que olvidar cómo la OTAN fue completamente humillada por los talibanes en Afganistán .
El último punto de ruptura
2022 puso fin a una era: el año puso punto de ruptura final al “orden internacional basado en reglas” establecido tras la caída de la URSS.
El Imperio entró en Desperation Row, tirando todo el pescado al asador (guerra de poder en Ucrania, AUKUS, histeria de Taiwán) para salvar la configuración que crearon allá por 1991.
En la practica el retroceso de la globalización está siendo implementado por el propio Imperio. Eso va desde robarle el mercado energético de la UE a Rusia (obligando a sus desventurados vasallos compren energía ultra cara de EEUU) hasta destrozar toda la cadena de suministro de semiconductores, por la fuerza para “aislar” a China.
La guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania es solo un engranaje en la rueda del Nuevo Gran Juego. Para el Sur Global, lo que realmente importa es cómo Eurasia, y más allá, están coordinando su proceso de integración, con BRI y su expansión a BRICS+, con SCO y la INSTC, y también con la OPEP+ y la Gran Asociación Estratégica Euroasiática (Greater Eurasia Partnership).
Volvemos a cómo era el mundo en 1914, o antes de 1939, sólo que en un sentido limitado. Hay una plétora de naciones que luchan por expandir su influencia, pero todas ellas apuestan por la multipolaridad, o “modernización pacífica”, como la acuñó Xi Jinping, y no por las guerras eternas: un futuro eminentemente soberano y pacifico es el propósito de China, Rusia, India, Irán, Indonesia y muchas otras naciones.
Así que adiós 1991-2022. El trabajo duro comienza ahora. Bienvenido al Nuevo Gran Juego.
9 de enero de 2023
Los escritores de The Cradle ofrecen sus predicciones para 2023. El tema común son los cambios globales masivos, algunos buenos, otros malos.
11 de enero de 2023
12 de enero de 2023
Es una constante de la Historia, los cambios son poco frecuentes pero abruptos. Y los últimos en percibirlos generalmente sufren las consecuencias. Aunque Occidente trata de mantener una apariencia de inmovilismo, las relaciones internacionales ya cambiaron profundamente en 2022, principalmente en detrimento de Estados Unidos, Reino Unido y de Francia, a menudo en favor de China y de Rusia. Los occidentales se mantienen pendientes de lo que sucede en Ucrania pero no perciben que el panorama general internacional ya no es el de antes.
13 de enero de 2023
Los datos sugieren que las reservas de dólares estadounidenses en los bancos centrales están disminuyendo, al igual que la influencia de los EEUU en la economía mundial. Esto presenta una oportunidad única para que las monedas regionales y los sistemas de pago alternativos entren en el vacío.
15 de enero de 2023
RUSIA Y CHINA EN EL NUEVO ORDEN MUNDIAL
- EXAMINANDO LAS TEORÍAS DE ALEKSANDR DUGIN Y JIANG SHIGONG
- EXAMINANDO LAS TEORÍAS DE ALEKSANDR DUGIN Y JIANG SHIGONG
16 de enero de 2023
ANDREI FURSOV: RUSIA DETERMINARÁ EL FUTURO DEL MUNDO
Geopolítica.ru Markku Siira
Al historiador y filósofo inglés Arnold Toynbee no le gustaba Rusia, sin embargo señaló que su expansión geopolítica siempre ha tenido un carácter defensivo. Los rusos intentan ampliar las fronteras todo lo posible, porque de lo contrario Rusia no está protegida ni del Oeste ni del Este. Por eso necesita zonas de amortiguación.
El historiador y científico social ruso Andrei Fursov también cree que es importante elaborar un "nuevo programa político mundial, un proyecto social que pueda convertirse en la base de un nuevo orden alternativo". En su opinión, Rusia no puede "oponerse a Occidente sólo en la plataforma euroasiática".
El éxito requiere una "alternativa global", la "creación de enclaves aliados" y, como mínimo, la guerra de la información en el territorio del enemigo. Rusia también debe estar "preparada para defender a sus partidarios geopolíticos".
"Por supuesto, sería mejor vivir en paz con todo el mundo, pero Occidente no dejará [a Rusia] en paz", valora Fursov, echando la vista atrás en el tiempo. El presidente Bill Clinton dijo a los soldados estadounidenses en 1995 que EEUU no dejaría que Rusia "fuera grande". Incluso entonces, el objetivo de EEUU era mantener a Rusia débil y supeditada a los intereses occidentales como refugio de recursos naturales.
Rusia sigue existiendo porque, como superpotencia militar, tiene capacidad para infligir daños reales a Estados Unidos y sus aliados si la situación se recrudece. "Si no fuera así, nos habrían tratado igual que a los serbios, los libios y otros. Seguimos viviendo en la base militar soviética, que se creó apretándonos el cinturón", recuerda Fursov.
El deterioro de las relaciones entre Rusia y Occidente será un proceso a largo plazo. Al mismo tiempo, hay que comprender que la gestión económica neoliberal no permitirá a Rusia resistir esta confrontación, y mucho menos soñar con la victoria. La única salida de la Fursov es una "economía de movilización".
El problema es que la actual élite rusa -o al menos la mayoría de ella- no está dispuesta a seguir el camino de una economía de movilización, sino que intenta sabotear el proceso. "Estas personas fueron educadas para llevar una vida cómoda, por lo que es poco probable que estén contentas con un enfrentamiento prolongado con Occidente", explica Fursov.
Tras treinta años de liberalización, el proceso de parar y girar en una nueva dirección no puede ser totalmente indoloro. "La población apoya sin duda este giro, pero queda por ver hasta qué punto los dirigentes estatales están dispuestos a seguir este camino en un futuro próximo", reflexiona Fursov.
La voluntad política de Iván el Terrible, o Stalin, decidió gran parte del equilibrio de poder entre las diversas facciones del país. En la conciliación de los intereses de los diferentes grupos, la voluntad de una persona desempeñó un papel decisivo.
Pero no se trata de restaurar el socialismo de Estado o la Unión Soviética - "no se puede restaurar nada de la historia, el Soviet 2.0 es difícilmente posible - no se puede pisar el mismo arroyo dos veces", cree Fursov, citando al antiguo filósofo griego Heráclito.
Fursov habla de un vector de desarrollo de la Federación Rusa "basado en la justicia social y en su propio código cultural, su propia identidad" (subraya que esta identidad no se limita al cristianismo ortodoxo, sino que tiene un fundamento más antiguo y complejo).
En la crisis de principios del siglo XX, el pensador conservador de derechas Mijail Menshikov escribió sobre "la única forma de salir de la crisis". Sostuvo que o Rusia experimentaba un "cambio de energías" o se enfrentaría al "destino de la India colonial".
Del mismo modo, a principios de 1917, en un discurso a los trabajadores de San Petersburgo, José Stalin declaró que Rusia se convertiría en una república soviética socialista o en una colonia de Gran Bretaña y Estados Unidos. Para el historiador Fursov, el derechista Menshikov y el izquierdista Stalin "ambos acertaron".
Fursov cree que la Federación Rusa se enfrenta de nuevo a una elección similar: o recupera la "calidad histórica rusa" mediante una "transición energética", o se divide en reservas.
En 1917, Rusia sufrió una convulsión política, la Revolución de Octubre, que dio origen a la Unión Soviética. Desde el reinado de Stalin en particular, marcado por importantes cambios sociales y políticos mundiales, Fursov traza vínculos hasta nuestros días.
"La Unión Soviética no sólo derrotó a Hitler, sino que frenó el proceso de ultramundialización, razón por la que Stalin es odiado en Occidente. Frustró los planes de los globalistas y retrasó la llegada de 1991 unos setenta años. Sin esto, la globalización habría comenzado en los años veinte", argumenta Fursov.
También en la Rusia contemporánea parece estar en marcha una especie de "revolución": Rusia se ha alejado del "Occidente colectivo", de Europa, Estados Unidos y los países anglófonos. Rusia es una civilización por derecho propio, con su propio sistema de valores y modelo geopolítico.
Al igual que Fursov, estoy convencido de que Rusia volverá a desempeñar un papel central en la determinación del destino del orden mundial.
El historiador y científico social ruso Andrei Fursov también cree que es importante elaborar un "nuevo programa político mundial, un proyecto social que pueda convertirse en la base de un nuevo orden alternativo". En su opinión, Rusia no puede "oponerse a Occidente sólo en la plataforma euroasiática".
El éxito requiere una "alternativa global", la "creación de enclaves aliados" y, como mínimo, la guerra de la información en el territorio del enemigo. Rusia también debe estar "preparada para defender a sus partidarios geopolíticos".
"Por supuesto, sería mejor vivir en paz con todo el mundo, pero Occidente no dejará [a Rusia] en paz", valora Fursov, echando la vista atrás en el tiempo. El presidente Bill Clinton dijo a los soldados estadounidenses en 1995 que EEUU no dejaría que Rusia "fuera grande". Incluso entonces, el objetivo de EEUU era mantener a Rusia débil y supeditada a los intereses occidentales como refugio de recursos naturales.
Rusia sigue existiendo porque, como superpotencia militar, tiene capacidad para infligir daños reales a Estados Unidos y sus aliados si la situación se recrudece. "Si no fuera así, nos habrían tratado igual que a los serbios, los libios y otros. Seguimos viviendo en la base militar soviética, que se creó apretándonos el cinturón", recuerda Fursov.
El deterioro de las relaciones entre Rusia y Occidente será un proceso a largo plazo. Al mismo tiempo, hay que comprender que la gestión económica neoliberal no permitirá a Rusia resistir esta confrontación, y mucho menos soñar con la victoria. La única salida de la Fursov es una "economía de movilización".
El problema es que la actual élite rusa -o al menos la mayoría de ella- no está dispuesta a seguir el camino de una economía de movilización, sino que intenta sabotear el proceso. "Estas personas fueron educadas para llevar una vida cómoda, por lo que es poco probable que estén contentas con un enfrentamiento prolongado con Occidente", explica Fursov.
Tras treinta años de liberalización, el proceso de parar y girar en una nueva dirección no puede ser totalmente indoloro. "La población apoya sin duda este giro, pero queda por ver hasta qué punto los dirigentes estatales están dispuestos a seguir este camino en un futuro próximo", reflexiona Fursov.
La voluntad política de Iván el Terrible, o Stalin, decidió gran parte del equilibrio de poder entre las diversas facciones del país. En la conciliación de los intereses de los diferentes grupos, la voluntad de una persona desempeñó un papel decisivo.
Pero no se trata de restaurar el socialismo de Estado o la Unión Soviética - "no se puede restaurar nada de la historia, el Soviet 2.0 es difícilmente posible - no se puede pisar el mismo arroyo dos veces", cree Fursov, citando al antiguo filósofo griego Heráclito.
Fursov habla de un vector de desarrollo de la Federación Rusa "basado en la justicia social y en su propio código cultural, su propia identidad" (subraya que esta identidad no se limita al cristianismo ortodoxo, sino que tiene un fundamento más antiguo y complejo).
En la crisis de principios del siglo XX, el pensador conservador de derechas Mijail Menshikov escribió sobre "la única forma de salir de la crisis". Sostuvo que o Rusia experimentaba un "cambio de energías" o se enfrentaría al "destino de la India colonial".
Del mismo modo, a principios de 1917, en un discurso a los trabajadores de San Petersburgo, José Stalin declaró que Rusia se convertiría en una república soviética socialista o en una colonia de Gran Bretaña y Estados Unidos. Para el historiador Fursov, el derechista Menshikov y el izquierdista Stalin "ambos acertaron".
Fursov cree que la Federación Rusa se enfrenta de nuevo a una elección similar: o recupera la "calidad histórica rusa" mediante una "transición energética", o se divide en reservas.
En 1917, Rusia sufrió una convulsión política, la Revolución de Octubre, que dio origen a la Unión Soviética. Desde el reinado de Stalin en particular, marcado por importantes cambios sociales y políticos mundiales, Fursov traza vínculos hasta nuestros días.
"La Unión Soviética no sólo derrotó a Hitler, sino que frenó el proceso de ultramundialización, razón por la que Stalin es odiado en Occidente. Frustró los planes de los globalistas y retrasó la llegada de 1991 unos setenta años. Sin esto, la globalización habría comenzado en los años veinte", argumenta Fursov.
También en la Rusia contemporánea parece estar en marcha una especie de "revolución": Rusia se ha alejado del "Occidente colectivo", de Europa, Estados Unidos y los países anglófonos. Rusia es una civilización por derecho propio, con su propio sistema de valores y modelo geopolítico.
Al igual que Fursov, estoy convencido de que Rusia volverá a desempeñar un papel central en la determinación del destino del orden mundial.
17 de enero de 2023
Tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra, la dominación de Occidente sobre el resto del mundo se ejerce –al igual que el dominio de Estados Unidos sobre sus aliados, mediante la instrumentalización del Derecho. Los tribunales internacionales ya no buscan hacer respetar la justicia sino confirmar el orden impuesto al mundo y castigar a quienes lo cuestionan. El Derecho estadounidense y el Derecho europeo son utilizados imponer al resto del mundo las políticas de Estados Unidos y de la Unión Europea. Pero ese sistema ya no da más de sí.
Michael Morell sobre el año que viene: Desafíos estratégicos en 2023
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Esta semana en Asuntos de inteligencia, Michael Morell ofrece un análisis en profundidad de los principales desafíos de seguridad nacional que enfrenta el mundo en 2023. Morell describe cómo el resultado de la guerra entre Rusia y Ucrania está en manos de Occidente y que, sin la ayuda de Occidente, Rusia podría ganar la guerra. Morell define la relación entre EEUU y China como una "guerra fría", pero a pesar de esa tensión, Morell no predice que China invadirá Taiwán en 2023. Donde Morell prevé la mayor probabilidad de guerra en 2023 es entre Irán e Israel, ya que el gobierno israelí de línea dura toma el timón
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19 de enero de 2023
Musk: El Foro de Davos se está convirtiendo en "un gobierno no electo" que "la gente nunca pidió"
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Las declaraciones del magnate se producen en medio de la sesión anual del Foro Económico Mundial en la ciudad de Davos que comenzó el 16 de enero. Este año, sobre la mesa hay un amplio abanico de problemas que se discuten, entre los que destaca la perspectiva de una recesión mundial.
Poco antes se informó que el propietario de Tesla, SpaceX y Twitter no había sido invitado a la cumbre en curso, y que su última invitación fue en 2015. Musk, por su parte, aseguró anteriormente que había recibido una invitación, pero que la había rechazado porque la reunión es demasiado "aburrida". |