Así son los líderes asesinados durante el cese
La Silla Vacía Fecha: 22 de noviembre de 2016
En los últimos días, líderes de izquierda y asociaciones campesinas han denunciado que a sus líderes los están matando en diferentes regiones del país. “Nos están repitiendo la dosis”, dijo Aída Avella, presidenta de la Unión Patriótica, en referencia al genocidio contra su movimiento en los años 80 y 90 cuando más de tres mil militantes del partido que surgió de la negociación con las Farc fueron asesinados uno a uno. Las Farc, por su parte, dijo que “está volviendo la guerra sucia a Colombia”.
La Silla indagó con fuentes locales sobre cada uno de los 31 homicidios que se han presentado desde que arrancó el cese bilateral entre el Gobierno y las Farc el 26 de agosto, y que aparecen en el listado de líderes asesinados del Ministerio del Interior y en reportería que hicimos por aparte.
De esos casos, encontramos que un poco más de la mitad son líderes sociales en su región, miembros de organizaciones sociales como juntas de acción comunal, líderes de desplazados y asociaciones de derechos humanos.
De esos 20, nueve pertenecen a Marcha Patriótica, el movimiento de izquierda fundado en 2012 por asociaciones campesinas y grupos de izquierda como Juventud Comunista y el Partido Comunista, y que tiene vasos comunicantes con las Farc.
De los 31 asesinados, 28 son hombres y 3 son mujeres. Diez son campesinos, 6 son indígenas, dos son afros y del resto no conseguimos información.
Más de la mitad de los casos ocurrieron en el suroccidente del país, sobre todo en Cauca, Nariño y Caquetá (16) y dos en sitios cerca a las zonas de concentración de las Farc. Pero de los que son identificados localmente como líderes, siete ocurrieron en esos tres departamentos, cuatro son de Antioquia, tres del Valle del Cauca, y el resto son del Meta, Bolívar, Cesar y Norte de Santander.
De la reportería es difícil identificar un solo motivo para explicar todos los homicidios, pero las muertes de los que son percibidos claramente como líderes y de los que hay información se relacionan en su mayoría con su trabajo.
Sin embargo, en la gran mayoría no hay información que permita dar con una hipótesis inicial de lo que ocurrió y los casos están en investigación.
Por ahora, La Silla supo que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas está investigando los casos uno a uno. Cuando culmine la investigación se sabrá con mayor precisión quiénes están detrás de estos asesinatos y de eso dependerá que el discurso de la guerra sucia y el fantasma de la UP no le ganen a la esperanza de la paz que debería traer la refirma de la paz.
Esto concluyó La Silla luego de revisar caso por caso.
La Silla indagó con fuentes locales sobre cada uno de los 31 homicidios que se han presentado desde que arrancó el cese bilateral entre el Gobierno y las Farc el 26 de agosto, y que aparecen en el listado de líderes asesinados del Ministerio del Interior y en reportería que hicimos por aparte.
De esos casos, encontramos que un poco más de la mitad son líderes sociales en su región, miembros de organizaciones sociales como juntas de acción comunal, líderes de desplazados y asociaciones de derechos humanos.
De esos 20, nueve pertenecen a Marcha Patriótica, el movimiento de izquierda fundado en 2012 por asociaciones campesinas y grupos de izquierda como Juventud Comunista y el Partido Comunista, y que tiene vasos comunicantes con las Farc.
De los 31 asesinados, 28 son hombres y 3 son mujeres. Diez son campesinos, 6 son indígenas, dos son afros y del resto no conseguimos información.
Más de la mitad de los casos ocurrieron en el suroccidente del país, sobre todo en Cauca, Nariño y Caquetá (16) y dos en sitios cerca a las zonas de concentración de las Farc. Pero de los que son identificados localmente como líderes, siete ocurrieron en esos tres departamentos, cuatro son de Antioquia, tres del Valle del Cauca, y el resto son del Meta, Bolívar, Cesar y Norte de Santander.
De la reportería es difícil identificar un solo motivo para explicar todos los homicidios, pero las muertes de los que son percibidos claramente como líderes y de los que hay información se relacionan en su mayoría con su trabajo.
Sin embargo, en la gran mayoría no hay información que permita dar con una hipótesis inicial de lo que ocurrió y los casos están en investigación.
Por ahora, La Silla supo que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas está investigando los casos uno a uno. Cuando culmine la investigación se sabrá con mayor precisión quiénes están detrás de estos asesinatos y de eso dependerá que el discurso de la guerra sucia y el fantasma de la UP no le ganen a la esperanza de la paz que debería traer la refirma de la paz.
Esto concluyó La Silla luego de revisar caso por caso.