Bilderberg 66, reunión del globalismo plutocrático
Diego Pappalardo 8 de junio de 2018
Para ir uniformando a las élites occidentales con el claro objetivo de no perder espacio y poder, desde segmentos del Atlantismo se fraguó en la década de 1950 la creación del Grupo Bilderberg, uniendo las élites anglo-estadounidenses y sus pares de Alemania, Italia y Francia, las cuales tenían una marcada influencia en el Vaticano. Desde aquellos años, Bilderberg efectúa anualmente sus reuniones en lugares de Europa y de América del Norte.
El Comité Directivo del Club tiene 33 miembros presidido por el empresario francés globalista Henri de Castries y acompañado en la dirección por la banquera española Ana Patricia Botín, Paul Achleitner -presidente del Deutsche Bank-, José M. Durão Barroso-chairman de Goldman Sachs International-, Kenneth M. Jacobs - de la banca Lazard-, Radosław Sikorski -exministro polaco-, Zanny Minton Beddoes -redactora jefe de la publicación The Economist-, John Elkann -sucesor del emporio Agnelli-, Peter Thiel -Thiel Capital-, entre otros.
Entre los antiguos miembros del Comité Directivo y de la sección permanentes del Club, se registran los nombres del Príncipe Bernardo de los Países Bajos, David Rockefeller, el Barón Peter Carrington, Joseph H. Retinger, Umberto Agnelli, Henry Kissinger, Edmond de Rothschild, Sharon Percy Rockefeller, Romano Prodi, James A. Perkins, Robert Zoellick y los españoles Jaime Carvajal y Urquijo, Matías Rodríguez Inciarte, José Luis Cebrián y Ana Botín.
En 2018, el exclusivo y elitista Club Bilderberg lleva a cabo su conferencia número 66 en la ciudad italiana de Turín.
El complejo que alberga la reunión de banqueros, estrategas geopolíticos, ejecutivos de empresas transnacionales, académicos, políticos, militares, agentes de inteligencia y periodistas es el hotel NH Torino Lingotto Congress. Desde el jueves 7 hasta el domingo 10 de junio, los integrantes de la Comisión Directiva, de la membresía fija y de invitados pertenecientes a 23 países, departirán el temario público preestablecido pero también concertarán veladamente una agenda que contenga relaciones de poder y procedimientos para poner en práctica; se establecerán fracturas y/o acordadas, ungimientos y deposiciones, persuasiones y condenas fulminantes.
La asistencia al capítulo es restringida y sus discusiones se mantienen en reserva, pero el Club enumeró los tópicos que generalmente tratarán los intervinientes, a saber: el Populismo en Europa, el desafío de la desigualdad, el futuro del trabajo, la Inteligencia artificial, la computación cuántica. También serán de debate la situación en los Estados Unidos, su liderazgo mundial, el libre comercio, Rusia, la relación de tensión y conflicto entre Arabia Saudita e Irán, el mundo de la posverdad y otros hechos vibrantes de la política internacional.
Entre los que acuden al hotel NH Torino Linotto Congress están, aparte del Cómité de gestión: Henry Kissinger, el Cardenal Pietro Parolin, Albert Rivera Díaz, Williams J. Burns, Mark J. Carney, Vittorio Colao, Ana Brnabic, John Hickenlooper, Ursula von der Leyen, Bernard Émié, Charles Michel, Dambisa Moyo, François-Philippe Champagne, Jens Stoltenberg, Gerhard Zeiler, Matthew Turpin, Mehmet Simsek, Soraya Sáenz de Santamaría, Niall Ferguson, Paula Amorim, Eamonn Brennan, Jared Cohen, Paschal Luke Donohoe, Vidar Helgesen, Wolfgang Ischinger, Jüri Ratas, Greg Hajdarowicz, Günther Oettinger, entre muchos otros.
No nos resulta extraña la presencia del Cardenal Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, ya que componentes de determinadas esferas vaticanistas han mantenido conexión con el foro transnacional desde su fundación.
Entre los invitados de este año no hay rusos, aunque la situación de Rusia en el orden mundial sigue siendo un tema álgido para los bilderberianos. En otras ediciones sí estuvieron figuras rusas como Grigory Yavlinsky, Anatoli Chubáis y Sergei Guriev.
En la asociación internacionalista Bilderberg hay mucho dinero pero a su alrededor también hay muchos mitos. No tiene la naturaleza ni la función de un súper gobierno en la sombra, es una plataforma que aglutina y direcciona a las élites capitalistas conforme a una agenda de hegemonía. Prácticamente el aroma aristocrático de sus tiempos fundacionales se evaporó.
Es una estructura de poder real pero su gravitación en la administración de los procesos globales está menguando progresivamente. No todo lo que se acuerda en Bilderberg se hace realidad.
Pese a que el Club supranacional pretende sustentar y ahondar la globalización centrada en las finanzas e instrumentar con máxima efectividad el esquema Soros, no podrá evitar la ampliación de la divergencia existente entre el Proyecto Trump y los componentes del sistema Bilderberg.
El actual ocupante de la Casa Blanca está conectado a corporaciones capitalistas pero no está enlazado a la agenda Bilderberg.
El invitado Gobernador de Colorado, John Hickenlooper, está siendo verificado para ser contendiente presidencial en las elecciones de 2020 para desalojar a Trump del 1600 Pennsylvania Avenue de Washington.
De igual forma, el conglomerado atlantista bilderberiano no podrá bloquear el ascenso de Rusia como hegemon global y los populismos y la praxis de los antagonistas del mundialismo no serán desacelerados por la embestida combinada de la inteligencia artificial, la información cuántica, el control de las redes sociales y el realce de los medios de comunicación convencionales.
La edición 2018 de Bilderberg se desarrolla en una situación mundial con sismos tectónicos en la geopolítica internacional y una manifiesta guerra entre clanes capitalistas en medio de cambios de fase de la Historia.
El Comité Directivo del Club tiene 33 miembros presidido por el empresario francés globalista Henri de Castries y acompañado en la dirección por la banquera española Ana Patricia Botín, Paul Achleitner -presidente del Deutsche Bank-, José M. Durão Barroso-chairman de Goldman Sachs International-, Kenneth M. Jacobs - de la banca Lazard-, Radosław Sikorski -exministro polaco-, Zanny Minton Beddoes -redactora jefe de la publicación The Economist-, John Elkann -sucesor del emporio Agnelli-, Peter Thiel -Thiel Capital-, entre otros.
Entre los antiguos miembros del Comité Directivo y de la sección permanentes del Club, se registran los nombres del Príncipe Bernardo de los Países Bajos, David Rockefeller, el Barón Peter Carrington, Joseph H. Retinger, Umberto Agnelli, Henry Kissinger, Edmond de Rothschild, Sharon Percy Rockefeller, Romano Prodi, James A. Perkins, Robert Zoellick y los españoles Jaime Carvajal y Urquijo, Matías Rodríguez Inciarte, José Luis Cebrián y Ana Botín.
En 2018, el exclusivo y elitista Club Bilderberg lleva a cabo su conferencia número 66 en la ciudad italiana de Turín.
El complejo que alberga la reunión de banqueros, estrategas geopolíticos, ejecutivos de empresas transnacionales, académicos, políticos, militares, agentes de inteligencia y periodistas es el hotel NH Torino Lingotto Congress. Desde el jueves 7 hasta el domingo 10 de junio, los integrantes de la Comisión Directiva, de la membresía fija y de invitados pertenecientes a 23 países, departirán el temario público preestablecido pero también concertarán veladamente una agenda que contenga relaciones de poder y procedimientos para poner en práctica; se establecerán fracturas y/o acordadas, ungimientos y deposiciones, persuasiones y condenas fulminantes.
La asistencia al capítulo es restringida y sus discusiones se mantienen en reserva, pero el Club enumeró los tópicos que generalmente tratarán los intervinientes, a saber: el Populismo en Europa, el desafío de la desigualdad, el futuro del trabajo, la Inteligencia artificial, la computación cuántica. También serán de debate la situación en los Estados Unidos, su liderazgo mundial, el libre comercio, Rusia, la relación de tensión y conflicto entre Arabia Saudita e Irán, el mundo de la posverdad y otros hechos vibrantes de la política internacional.
Entre los que acuden al hotel NH Torino Linotto Congress están, aparte del Cómité de gestión: Henry Kissinger, el Cardenal Pietro Parolin, Albert Rivera Díaz, Williams J. Burns, Mark J. Carney, Vittorio Colao, Ana Brnabic, John Hickenlooper, Ursula von der Leyen, Bernard Émié, Charles Michel, Dambisa Moyo, François-Philippe Champagne, Jens Stoltenberg, Gerhard Zeiler, Matthew Turpin, Mehmet Simsek, Soraya Sáenz de Santamaría, Niall Ferguson, Paula Amorim, Eamonn Brennan, Jared Cohen, Paschal Luke Donohoe, Vidar Helgesen, Wolfgang Ischinger, Jüri Ratas, Greg Hajdarowicz, Günther Oettinger, entre muchos otros.
No nos resulta extraña la presencia del Cardenal Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, ya que componentes de determinadas esferas vaticanistas han mantenido conexión con el foro transnacional desde su fundación.
Entre los invitados de este año no hay rusos, aunque la situación de Rusia en el orden mundial sigue siendo un tema álgido para los bilderberianos. En otras ediciones sí estuvieron figuras rusas como Grigory Yavlinsky, Anatoli Chubáis y Sergei Guriev.
En la asociación internacionalista Bilderberg hay mucho dinero pero a su alrededor también hay muchos mitos. No tiene la naturaleza ni la función de un súper gobierno en la sombra, es una plataforma que aglutina y direcciona a las élites capitalistas conforme a una agenda de hegemonía. Prácticamente el aroma aristocrático de sus tiempos fundacionales se evaporó.
Es una estructura de poder real pero su gravitación en la administración de los procesos globales está menguando progresivamente. No todo lo que se acuerda en Bilderberg se hace realidad.
Pese a que el Club supranacional pretende sustentar y ahondar la globalización centrada en las finanzas e instrumentar con máxima efectividad el esquema Soros, no podrá evitar la ampliación de la divergencia existente entre el Proyecto Trump y los componentes del sistema Bilderberg.
El actual ocupante de la Casa Blanca está conectado a corporaciones capitalistas pero no está enlazado a la agenda Bilderberg.
El invitado Gobernador de Colorado, John Hickenlooper, está siendo verificado para ser contendiente presidencial en las elecciones de 2020 para desalojar a Trump del 1600 Pennsylvania Avenue de Washington.
De igual forma, el conglomerado atlantista bilderberiano no podrá bloquear el ascenso de Rusia como hegemon global y los populismos y la praxis de los antagonistas del mundialismo no serán desacelerados por la embestida combinada de la inteligencia artificial, la información cuántica, el control de las redes sociales y el realce de los medios de comunicación convencionales.
La edición 2018 de Bilderberg se desarrolla en una situación mundial con sismos tectónicos en la geopolítica internacional y una manifiesta guerra entre clanes capitalistas en medio de cambios de fase de la Historia.
Nota de Diego Pappalardo:
La imagen retrata correctamente lo que fue la reunión de los líderes políticos del G7 en Quebec, Canadá, y el por qué Trump llegó a la presidencia de los Estados Unidos.
Donald Trump accedio a la Casa Blanca por una lógica geopolítica más que por razones de política doméstica. Trump no pertenece a la Súper Clase Mundial pero representa los intereses de un formato de capitalismo reñido con el neoliberalismo y con la construcción global de hacedores como el magnate George Soros y la familia Rothschild. No obstante ello, es justo reconocer que Trump también es la única posibilidad real de peso para que millones de estadounidenses lesionados seriamente por la aplicación del esquema Clinton/Bush/Obama puedan desacelerar su propia debacle. En términos globales, se fragmenta el modelo globalización, determinadas élites occidentales pierden peso e influencia, se redefinen y/o desaparecen instituciones creadas en la post Segunda Guerra Mundial y emergen otras concentraciones de poder -limitados, nunca absolutos-, mientras que Estados Unidos bajo el Proyecto Trump se retrotrae para readquirir mayor solidez en pugna (la cual se expresa a veces fuerte, en otras de manera leve) con los clanes predominantes en Europa Occidental y en China. |
Tanto el G7 como el influyente Club Bilderberg, cuyas respectivas reuniones de 2018 están finalizando, ya no tienen la fuerza de antes y, tal y como expresamos en nuestro texto sobre Bilderberg, Trump va contra muchos de los componentes del sistema de Bilderberg, salvo uno de ellos que es quien procura una mejor aproximación entre Trump y Putin para limitar el acercamiento entre Rusia y China.
Por ello, Trump dijo a los líderes reunidos en G7 que deben convocar a Putin, quien se ha transformado en el principal actor político individual del mundo entero y estrechó la sociedad con el clan del presidente chino, Xi Jinping, pero sin perder puentes con otros actores como es el caso del presidente estadounidense. Por ello, Trump va a Singapur para reunirse con Kim, quien ya le ganó la partida a Trump y a las élites occidentales que se le oponen. Corea del Norte es la novena potencia nuclear y Trump le reconoce esa condición al viajar a Singapur para la Cumbre. De manera modesta, todos esos aspectos ya los abordamos desde el año 2016. |
10 de junio de 2018
11 de junio de 2018