Cárteles Jalisco y Sinaloa 'subcontratan' ejército de criminales en Ecuador
Milenio Isabel Navarro 11 de noviembre de 2021
|
El principal motivo es la venta y distribución de droga así como el control de las plazas ecuatorianas. https://www.milenio.com/estados/carteles-jalisco-sinaloa-subcontratan-guerra-ecuador
|
La violenta lucha que han mantenido los Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación se extiende al ombligo de América Latina. Ahí, en Ecuador, las bandas locales han emulado el estilo sanguinario de los capos mexicanos, una situación que obligó al gobierno de Guillermo Lasso a decretar un Estado de excepción para el combate frontal de las organizaciones criminales.
Al igual que en México, el principal motivo del encono es la venta y distribución de drogas, así como el control de las plazas.
Te recomendamos: Cárteles mexicanos desatan muertes por sobredosis de fentanilo en Ohio, Estados Unidos
Para lograr su objetivo, las mafias mexicanas han subcontratado a bandas locales. El Cártel de Sinaloa se hizo de los servicios de Los Choneros, que desde hace dos décadas operan actividades delictivas en el sur de Ecuador.
Mientras que Jalisco Nueva Generación tiene como brazos armados a Los Lobos, Los Lagartos y Los Tiguerones. Integrantes de las fuerzas armadas ecuatorianas cuentan a MILENIO que estas cuatro bandas mantienen una fuerte presencia en las calles de diversos departamentos del país, donde controlan el narcomenudeo, la extorsión, el contrabando y las ejecuciones.
A la par, las autoridades han dado duros golpes a las estructuras criminales, un éxito que derivó en otro problema: ahora los narcotraficantes controlan las principales penitenciarías del país, lo que ha dejado decenas de reclusos muertos.
Una muestra del poder bélico de los cárteles mexicanos se asoma detrás de las rejas: de los 40 mil presos que habitan en las cárceles de Ecuador, 25 mil forman parte de las bandas que trabajan para Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, revela un informe de la Coordinación de Seguridad Penitenciaría de la Policía.
El periodista Arturo Torres ha investigado los vínculos entre los cárteles mexicanos y las mafias de la región. En entrevista con este diario comenta que las huestes locales de Joaquín El Chapo Guzmán y Nemesio El Mencho Oseguera superan por mucho a los 30 mil efectivos que forman parte del Ejército ecuatoriano.
Primer acercamiento
En los años 90, los cárteles colombianos estaban en su apogeo y tenían en jaque a las autoridades estadunidenses; más al norte, en México, nacían las primeras organizaciones delictivas que pasaron de la producción y traslado, a la operación de rutas de drogas hacia Estados Unidos.
En aquellos tiempos, Miguel Ángel Félix Gallardo, entonces líder del cártel de Guadalajara, llegó a Ecuador para encontrar acuerdos, negocios, con Jorge Hugo Reyes Torres, quien ya trabajaba para Pablo Escobar en la ruta ecuatoriana.
Así, Reyes Torres pasó a formar parte de la nómina del grupo delictivo del llamado “Jefe de jefes”, para el trasiego de toneladas de cocaína desde Colombia, pasando por Ecuador hacia México y Estados Unidos.
Era tal la relación entre los capos que, de acuerdo con la tesis “Erradicar el narcotráfico: dialéctica del poder y la sociedad de consumo”, del profesor Luis Fernando Cedeño de la Universidad Metropolitana del Ecuador, “Miguel Ángel Félix Gallardo fue compadre de bautizo de Jorge Hugo Reyes Torres y se tiene constancia: visitó al capo sinaloense en el Reclusorio Sur de la Ciudad de México en 1990”. https://www.milenio.com/estados/carteles-jalisco-sinaloa-subcontratan-guerra-ecuador
Al igual que en México, el principal motivo del encono es la venta y distribución de drogas, así como el control de las plazas.
Te recomendamos: Cárteles mexicanos desatan muertes por sobredosis de fentanilo en Ohio, Estados Unidos
Para lograr su objetivo, las mafias mexicanas han subcontratado a bandas locales. El Cártel de Sinaloa se hizo de los servicios de Los Choneros, que desde hace dos décadas operan actividades delictivas en el sur de Ecuador.
Mientras que Jalisco Nueva Generación tiene como brazos armados a Los Lobos, Los Lagartos y Los Tiguerones. Integrantes de las fuerzas armadas ecuatorianas cuentan a MILENIO que estas cuatro bandas mantienen una fuerte presencia en las calles de diversos departamentos del país, donde controlan el narcomenudeo, la extorsión, el contrabando y las ejecuciones.
A la par, las autoridades han dado duros golpes a las estructuras criminales, un éxito que derivó en otro problema: ahora los narcotraficantes controlan las principales penitenciarías del país, lo que ha dejado decenas de reclusos muertos.
Una muestra del poder bélico de los cárteles mexicanos se asoma detrás de las rejas: de los 40 mil presos que habitan en las cárceles de Ecuador, 25 mil forman parte de las bandas que trabajan para Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, revela un informe de la Coordinación de Seguridad Penitenciaría de la Policía.
El periodista Arturo Torres ha investigado los vínculos entre los cárteles mexicanos y las mafias de la región. En entrevista con este diario comenta que las huestes locales de Joaquín El Chapo Guzmán y Nemesio El Mencho Oseguera superan por mucho a los 30 mil efectivos que forman parte del Ejército ecuatoriano.
Primer acercamiento
En los años 90, los cárteles colombianos estaban en su apogeo y tenían en jaque a las autoridades estadunidenses; más al norte, en México, nacían las primeras organizaciones delictivas que pasaron de la producción y traslado, a la operación de rutas de drogas hacia Estados Unidos.
En aquellos tiempos, Miguel Ángel Félix Gallardo, entonces líder del cártel de Guadalajara, llegó a Ecuador para encontrar acuerdos, negocios, con Jorge Hugo Reyes Torres, quien ya trabajaba para Pablo Escobar en la ruta ecuatoriana.
Así, Reyes Torres pasó a formar parte de la nómina del grupo delictivo del llamado “Jefe de jefes”, para el trasiego de toneladas de cocaína desde Colombia, pasando por Ecuador hacia México y Estados Unidos.
Era tal la relación entre los capos que, de acuerdo con la tesis “Erradicar el narcotráfico: dialéctica del poder y la sociedad de consumo”, del profesor Luis Fernando Cedeño de la Universidad Metropolitana del Ecuador, “Miguel Ángel Félix Gallardo fue compadre de bautizo de Jorge Hugo Reyes Torres y se tiene constancia: visitó al capo sinaloense en el Reclusorio Sur de la Ciudad de México en 1990”. https://www.milenio.com/estados/carteles-jalisco-sinaloa-subcontratan-guerra-ecuador
El capo ecuatoriano tuvo una breve pero influyente vida criminal, en la que, literalmente, un Ciclón lo envió a la cárcel en dos ocasiones, obteniendo su libertad definitiva en junio de 2009.
El periódico El Universo reportó que 49 personas, entre ellas policías y militares activos y en retiro, fueron arrestadas el 19 de junio de 1992. Las autoridades las acusaron de ser parte de una red de narcotráfico encabezada por Jorge Hugo Reyes Torres, un empresario que en ese entonces tenía 39 años. La policía nacional estimaba que su fortuna estaba valuada en cientos de millones de dólares. Y afirmaba que la había adquirido con dinero de las drogas.
“El operativo se denominó Ciclón. Con su fuerza arrasadora, cientos de policías se movilizaron por diferentes zonas del país e incautaron más de 50 propiedades, entre haciendas, departamentos, bodegas, además de decenas de vehículos, muebles, joyas, obras de arte, armas y más”, relata el medio ecuatoriano.
Del operativo se derivó una serie de juicios, trece para ser exactos, por los delitos de narcotráfico, asesinato, secuestro y testaferrismo.
En aquel entonces, Reyes Torres fue declarado culpable por el delito de narcotráfico y le fue dictada una pena de 14 años. Apenas cumplió ocho años y siete meses se acogió al recurso del 2 por 1, que permitía salir libre al cumplir la mitad de la pena, siempre y cuando demostrara buena conducta. Fue liberado en 2001.
Sin embargo, tras diez meses en libertad fue juzgado por el mismo delito y recluido para pagar la pena completa. Finalmente fue liberado el 12 de junio del 2009, luego de que dos jueces desecharon la sentencia condenatoria.
La lavadora de El Chapo
Las endebles y laxas leyes fiscales en Ecuador han propiciado la creación de cientos de empresas fantasma que han sido utilizadas por los cárteles mexicanos para lavar sus recursos.
Desde 2008, Joaquín “El Chapo” Guzmán inició sus vínculos en Ecuador, en particular en el puerto de Manabí, desde donde despegaban y embarcaban toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y México. Durante el llamado Juicio del Siglo en Nueva York, los hermanos Álex y Jorge Cifuentes, principales nexos del cártel de Sinaloa en Colombia, revelaron que pagaba al general Telmo Castro 100 dólares por cada kilo de cocaína que pasaba de San Lorenzo (Esmeraldas) a Quito, Guayaquil y Manta, en camiones con logos militares.
Esas flotas se anclaban en lanchas ecuatorianas cargadas con cocaína e iban hacia Centroamérica.
Los hermanos Cifuentes relataron que un sobrino de El Chapo, Tomás, visitó Ecuador. Su objetivo era supervisar los envíos de las cargas ilegales.
Al respecto, las autoridades de Ecuador respondieron mediante un comunicado en el que Ejército ecuatoriano mencionó que el militar vinculado con El Chapo fue arrestado en 2009 por la policía, durante un operativo antinarcóticos, y puntualizó que ya no pertenecía a las fuerzas armadas.
Durante el juicio en Nueva York también se dio a conocer que El Chapo poseía tres empresas fantasma en Ecuador: la línea aérea Lincandisa SA, la comercializadora empresarial Team Busines SA y la gestora Gestorum SA.
Aunque las compañías están disueltas en la actualidad, formaron parte de las mil 822 empresas fantasma registradas por el Servicio de Rentas Internas (SRI) de Ecuador, las cuales causaron pérdidas por un valor de 2 mil 681 millones de dólares.
El periódico El Universo reportó que 49 personas, entre ellas policías y militares activos y en retiro, fueron arrestadas el 19 de junio de 1992. Las autoridades las acusaron de ser parte de una red de narcotráfico encabezada por Jorge Hugo Reyes Torres, un empresario que en ese entonces tenía 39 años. La policía nacional estimaba que su fortuna estaba valuada en cientos de millones de dólares. Y afirmaba que la había adquirido con dinero de las drogas.
“El operativo se denominó Ciclón. Con su fuerza arrasadora, cientos de policías se movilizaron por diferentes zonas del país e incautaron más de 50 propiedades, entre haciendas, departamentos, bodegas, además de decenas de vehículos, muebles, joyas, obras de arte, armas y más”, relata el medio ecuatoriano.
Del operativo se derivó una serie de juicios, trece para ser exactos, por los delitos de narcotráfico, asesinato, secuestro y testaferrismo.
En aquel entonces, Reyes Torres fue declarado culpable por el delito de narcotráfico y le fue dictada una pena de 14 años. Apenas cumplió ocho años y siete meses se acogió al recurso del 2 por 1, que permitía salir libre al cumplir la mitad de la pena, siempre y cuando demostrara buena conducta. Fue liberado en 2001.
Sin embargo, tras diez meses en libertad fue juzgado por el mismo delito y recluido para pagar la pena completa. Finalmente fue liberado el 12 de junio del 2009, luego de que dos jueces desecharon la sentencia condenatoria.
La lavadora de El Chapo
Las endebles y laxas leyes fiscales en Ecuador han propiciado la creación de cientos de empresas fantasma que han sido utilizadas por los cárteles mexicanos para lavar sus recursos.
Desde 2008, Joaquín “El Chapo” Guzmán inició sus vínculos en Ecuador, en particular en el puerto de Manabí, desde donde despegaban y embarcaban toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y México. Durante el llamado Juicio del Siglo en Nueva York, los hermanos Álex y Jorge Cifuentes, principales nexos del cártel de Sinaloa en Colombia, revelaron que pagaba al general Telmo Castro 100 dólares por cada kilo de cocaína que pasaba de San Lorenzo (Esmeraldas) a Quito, Guayaquil y Manta, en camiones con logos militares.
Esas flotas se anclaban en lanchas ecuatorianas cargadas con cocaína e iban hacia Centroamérica.
Los hermanos Cifuentes relataron que un sobrino de El Chapo, Tomás, visitó Ecuador. Su objetivo era supervisar los envíos de las cargas ilegales.
Al respecto, las autoridades de Ecuador respondieron mediante un comunicado en el que Ejército ecuatoriano mencionó que el militar vinculado con El Chapo fue arrestado en 2009 por la policía, durante un operativo antinarcóticos, y puntualizó que ya no pertenecía a las fuerzas armadas.
Durante el juicio en Nueva York también se dio a conocer que El Chapo poseía tres empresas fantasma en Ecuador: la línea aérea Lincandisa SA, la comercializadora empresarial Team Busines SA y la gestora Gestorum SA.
Aunque las compañías están disueltas en la actualidad, formaron parte de las mil 822 empresas fantasma registradas por el Servicio de Rentas Internas (SRI) de Ecuador, las cuales causaron pérdidas por un valor de 2 mil 681 millones de dólares.
Mariachi en Colombia
Con la última aprehensión de Joaquín Guzmán, y la cadena perpetua dictada en una corte de Nueva York, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) siguió los pasos de las mafias de Guadalajara y Sinaloa para extender su territorio a Ecuador y hacerse de la plaza.
Arturo Torres, editor de Código Vidrio, comenta que la organización delictiva liderada por Nemesio Oseguera, El Mencho, tiene vínculos con los grupos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes poseen plantíos de coca en los límites con Ecuador.
Apenas el 10 de septiembre de este año, la Policía Nacional decomisó en una vivienda de Guayaquil 9.5 toneladas de droga, propiedad del CJNG.
El editor de Código Vidrio recuerda la llegada de Álex Izquierdo Bueno, alias El Mariachi o El Mexicano, uno de los operadores de la mafia de Jalisco en Sudamérica, detenido apenas el 21 de enero de este año.
Este capo se hacía pasar por un empresario dedicado a los espectáculos. Utilizaba esa fachada para comprar droga en laboratorios del departamento de Nariño y luego enviarla a Guatemala o Costa Rica, donde otros operadores del CJNG la trasladaban a México y Estados Unidos.
Tras cuatro meses de seguir sus pasos, autoridades de Colombia, Estados Unidos y Ecuador detuvieron al operador.
Crisis carcelaria
Así, con una fuerte influencia en las rutas ecuatorianas, y con el aumento del narcomenudeo en las calles de Ecuador, los cárteles mexicanos han subcontratado a las bandas locales para continuar con sus disputas.
En lo que va del año se han reportado cuatro enfrentamientos en cárceles de Ecuador que han dejado como saldo 119 muertos y otras decenas de heridos.
Sinaloa y Jalisco han llevado sangre y fuego a los centros penitenciarios, desde donde se controlan las actividades delictivas de las calles.
“¿Qué posibilidad tienes de enfrentar a las megabandas? Es imposible. Apenas hay mil 500 guardias de seguridad para controlar a 40 mil presos”, asegura Torres.
El periodista investigador añade que el trasiego de cocaína ha aumentado en la región. “Eso significa que hay más réditos para las bandas, por eso es que tienen el poder armado, el poder de comprar absolutamente a todos los funcionarios que ellos quieran, o si no eliminarlos a través del sicariato”, detalla Torres. https://www.milenio.com/estados/carteles-jalisco-sinaloa-subcontratan-guerra-ecuador
Con la última aprehensión de Joaquín Guzmán, y la cadena perpetua dictada en una corte de Nueva York, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) siguió los pasos de las mafias de Guadalajara y Sinaloa para extender su territorio a Ecuador y hacerse de la plaza.
Arturo Torres, editor de Código Vidrio, comenta que la organización delictiva liderada por Nemesio Oseguera, El Mencho, tiene vínculos con los grupos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes poseen plantíos de coca en los límites con Ecuador.
Apenas el 10 de septiembre de este año, la Policía Nacional decomisó en una vivienda de Guayaquil 9.5 toneladas de droga, propiedad del CJNG.
El editor de Código Vidrio recuerda la llegada de Álex Izquierdo Bueno, alias El Mariachi o El Mexicano, uno de los operadores de la mafia de Jalisco en Sudamérica, detenido apenas el 21 de enero de este año.
Este capo se hacía pasar por un empresario dedicado a los espectáculos. Utilizaba esa fachada para comprar droga en laboratorios del departamento de Nariño y luego enviarla a Guatemala o Costa Rica, donde otros operadores del CJNG la trasladaban a México y Estados Unidos.
Tras cuatro meses de seguir sus pasos, autoridades de Colombia, Estados Unidos y Ecuador detuvieron al operador.
Crisis carcelaria
Así, con una fuerte influencia en las rutas ecuatorianas, y con el aumento del narcomenudeo en las calles de Ecuador, los cárteles mexicanos han subcontratado a las bandas locales para continuar con sus disputas.
En lo que va del año se han reportado cuatro enfrentamientos en cárceles de Ecuador que han dejado como saldo 119 muertos y otras decenas de heridos.
Sinaloa y Jalisco han llevado sangre y fuego a los centros penitenciarios, desde donde se controlan las actividades delictivas de las calles.
“¿Qué posibilidad tienes de enfrentar a las megabandas? Es imposible. Apenas hay mil 500 guardias de seguridad para controlar a 40 mil presos”, asegura Torres.
El periodista investigador añade que el trasiego de cocaína ha aumentado en la región. “Eso significa que hay más réditos para las bandas, por eso es que tienen el poder armado, el poder de comprar absolutamente a todos los funcionarios que ellos quieran, o si no eliminarlos a través del sicariato”, detalla Torres. https://www.milenio.com/estados/carteles-jalisco-sinaloa-subcontratan-guerra-ecuador
Nota:
"Ese medio -Milenio- (haré un símil con el CNN para cubrir la guerra) se creó y fue impulsado para MANIPULAR una arbitrariedad, la toma de una empresa nacional, para privatizarla (punta de lanza, para hacerse de la fibra óptica, entre mucho más) en el gobierno de Calderón: https://youtu.be/6QgyTvWA5yc El sábado 10 de octubre 2009. Sus imágenes, ahora no aparecen, pero tuvo la “exclusiva”, ya que fue el único medio que lo “documentó” EN VIVO… Era un medio únicamente IMPRESO, al que ya se ligaba con Martha Saagún (FOX) y que súbitamente despuntó a la TV en directo, con éste hecho aberrante. Se liga con el neoliberalismo. Ahora, para tratar de verse menos evidentes, suben cápsulas como la de Epigmenio Ibarra (de izquierda y con filia a la 4 T de AMLO) a quien dan 4 minutos, para argumentar pluralidad" |
|
11 de noviembre de 2021
13 de noviembre de 2021
14 de noviembre de 2021
Imagen web: Carlos Oporto
15 de noviembre de 2021
La muerte y el esmoquin para la cena de los Marines
Por: Ramiro Aguilar
La noche del viernes 12 y la madrugada del sábado 13 de noviembre, al menos sesenta y ocho personas fueron asesinadas en una nueva masacre en la Penitenciaría de la ciudad de Guayaquil. Los privados de libertad cubrieron el hecho en vivo y pasaron los vídeos por WhatsApp a un grupo de periodistas que los subió a las redes pidiendo que intervinieran la policía y las Fuerzas Armadas -que estaban fuera de la cárcel haciendo cumplir el estado de Excepción decretado por el presidente Guillermo Lasso Mendoza-, para evitar el destajo y la balacera; no obstante, ni la policía ni los militares hicieron nada. Por su parte, el Presidente, vestido de esmoquin, asistía a la cena conmemorativa del aniversario de la creación del cuerpo de Marines de los Estados Unidos.
¿Alguien le habrá susurrado al Presidente que en la cárcel de Guayaquil se estaban matando? ¿Habrá gesticulado que eso no tiene importancia? Nada debía malograr el sabor del champán, la pompa de los Marines y esa sensación de haber nacido con suerte.
En otro lugar de la ciudad un hombre sin suerte, desde su teléfono celular se despide de su familia: nos vienen a matar dice, la policía no hará nada, cuiden de mis hijos.
Señor, diría el poeta, recibe en tu regazo a esos hombres sin suerte que han muerto esta noche. Acoge en tu reino a Juan, el niño que a los cinco años fue abandonado en la calle y creció sonriendo a pesar de los dientes caídos y los pies descalzos; hasta que se hizo adulto y tomó de la vida lo que la suerte o tus designios le negaron. Que entre a tu cielo Juan el niño; y también Juan el adulto que oró a ti para que no lo maten; pero esa noche, Señor, tú estabas en la cena de los Marines, halagado por las oraciones de aquellos que te agradecen por haber nacido con suerte.
A la democracia, decía Norberto Bobbio, a menudo se le acusa de no cumplir con sus promesas. No mantiene la de eliminar las élites en el poder; no mantiene la promesa de autogobierno; no mantiene la promesa de integrar la igualdad formal con la sustantiva, y con escasa frecuencia – curiosamente – se le acusa también de no lograr aniquilar al poder invisible. Hay un “Estado doble”: el visible que se rige por las reglas de la democracia que prescriben la transparencia; y el invisible que es el poder sin reglas, sin responsabilidad, opaco.
Lasso, durante buena parte de su vida, como banquero y hombre de negocios, ejerció con los demás miembros de las élites financieras, el poder del Estado invisible. Las leyes económicas y tributarias elaboradas por ellos, pasaban al parlamento bajo la supuesta autoría de algún diputado usado como instrumento. Los ministros de Finanzas fueron puestos a dedo para que los favorezcan. Los propios presidentes fueron usados como monigotes parlantes. No en vano habían pagado sus campañas.
Me parece que Guillermo Lasso, cedió a la vanidad. Quiso pasar de la oscuridad a la luz. De ejercer el poder invisible que tiene el bemol de no dejar registros históricos ni fotos, al poder visible de la banda presidencial, el escrutinio público y la rendición de cuentas.
Quienes ejercen el poder invisible: dueños de los grandes medios de comunicación, banqueros, importadores y exportadores, prestadores de servicios petroleros, etc., por su propia y deliberada opacidad, no son sometidos al molesto acto de rendir cuentas ante los ciudadanos. Si se equivocan, no son ellos los responsables sino sus esbirros, los políticos de turno, para eso están en nómina.
El problema es que la Democracia, aún con sus deudas ya referidas, es el ejercicio del poder público, ante el público. Cuando un hecho conmociona a la sociedad, hay que salir a explicarlo. Lasso eso no lo entendió nunca. Los personajes de su círculo no dan explicaciones jamás.
Lo que el presidente no entiende es que, al asumir el poder visible y formal, ya no pertenece a ese círculo y la gente le va a reclamar por su inoperancia e ineptitud. Las familias de los más de doscientos muertos que se han producido en la cárcel de Guayaquil durante los cinco meses del gobierno de Lasso, exigirán verdad, justicia y reparación. La vida de los pobres no es ese detalle que desprecian los poderosos o los tontos adoctrinados, no. La vida es un derecho Humano protegido por la Constitución del Ecuador, tratados y tribunales internacionales. No impedir un acontecimiento cuando se tiene la obligación jurídica de hacerlo, equivale a ocasionarlo, decía desde siempre el Código Penal y lo ratifica el actual Código Orgánico Integral Penal. Así que, indefectiblemente, Lasso, su ministra de Gobierno, su Comandante General de la Policía deberán ser, tarde o temprano, sometidos a juicio.
Formalmente la entidad encargada del ejercicio de la acción penal pública es la Fiscalía General del Estado. Siguiendo la línea trazada por Norberto Bobbio, debemos preguntarnos ¿de cuál Estado es Fiscal General la señora Diana Salazar? ¿Del Estado formal, transparente, que rinde cuentas, y protege la vida como un derecho Humano? ¿O acaso es la Fiscal General del Estado oculto, del poder invisible, de los medios de comunicación, la embajada americana, los bancos, las Cámaras de Comercio, etc.? ¿Ejerce la señora Salazar el poder público o es el instrumento de turno del poder invisible? Si la Fiscal ejerce poder público, no puede ni debe sustraerse a la obligación de encausar al Presidente, a la ministra de Gobierno, a la Comandante General de la Policía y a los jefes policiales y militares a cargo del resguardo a la penitenciaria que se cruzaron de brazos en espera de que termine la masacre para entrar a la cárcel. Ahora bien, si la Fiscal General es solamente la mujer de confianza de los poderes invisibles puesta en el cargo y en la portada de la revista Vistazo para cuidarles las espaldas, pues nada pasará, por ahora. No obstante, incluso su tiempo de rendir cuentas llegará como a todo funcionario público.
Ninguna servidora ni servidor público, dice el artículo 233 de la Constitución de la República, estará exento de responsabilidades por los actos realizados en el ejercicio de sus funciones o por sus omisiones. Aunque vayan a la cena de los Marines y se vistan de esmoquin, tarde o temprano deberán rendir cuentas.
Para Guillermo Lasso, gobernar parece que reviste la complejidad e intranscendencia de llenar un crucigrama. ¿Sabe usted don Guillermo cuál es la palabra de seis letras que no tiene consuelo pero si justicia? Muerte, exacto. Anótela.
Por: Ramiro Aguilar
La noche del viernes 12 y la madrugada del sábado 13 de noviembre, al menos sesenta y ocho personas fueron asesinadas en una nueva masacre en la Penitenciaría de la ciudad de Guayaquil. Los privados de libertad cubrieron el hecho en vivo y pasaron los vídeos por WhatsApp a un grupo de periodistas que los subió a las redes pidiendo que intervinieran la policía y las Fuerzas Armadas -que estaban fuera de la cárcel haciendo cumplir el estado de Excepción decretado por el presidente Guillermo Lasso Mendoza-, para evitar el destajo y la balacera; no obstante, ni la policía ni los militares hicieron nada. Por su parte, el Presidente, vestido de esmoquin, asistía a la cena conmemorativa del aniversario de la creación del cuerpo de Marines de los Estados Unidos.
¿Alguien le habrá susurrado al Presidente que en la cárcel de Guayaquil se estaban matando? ¿Habrá gesticulado que eso no tiene importancia? Nada debía malograr el sabor del champán, la pompa de los Marines y esa sensación de haber nacido con suerte.
En otro lugar de la ciudad un hombre sin suerte, desde su teléfono celular se despide de su familia: nos vienen a matar dice, la policía no hará nada, cuiden de mis hijos.
Señor, diría el poeta, recibe en tu regazo a esos hombres sin suerte que han muerto esta noche. Acoge en tu reino a Juan, el niño que a los cinco años fue abandonado en la calle y creció sonriendo a pesar de los dientes caídos y los pies descalzos; hasta que se hizo adulto y tomó de la vida lo que la suerte o tus designios le negaron. Que entre a tu cielo Juan el niño; y también Juan el adulto que oró a ti para que no lo maten; pero esa noche, Señor, tú estabas en la cena de los Marines, halagado por las oraciones de aquellos que te agradecen por haber nacido con suerte.
A la democracia, decía Norberto Bobbio, a menudo se le acusa de no cumplir con sus promesas. No mantiene la de eliminar las élites en el poder; no mantiene la promesa de autogobierno; no mantiene la promesa de integrar la igualdad formal con la sustantiva, y con escasa frecuencia – curiosamente – se le acusa también de no lograr aniquilar al poder invisible. Hay un “Estado doble”: el visible que se rige por las reglas de la democracia que prescriben la transparencia; y el invisible que es el poder sin reglas, sin responsabilidad, opaco.
Lasso, durante buena parte de su vida, como banquero y hombre de negocios, ejerció con los demás miembros de las élites financieras, el poder del Estado invisible. Las leyes económicas y tributarias elaboradas por ellos, pasaban al parlamento bajo la supuesta autoría de algún diputado usado como instrumento. Los ministros de Finanzas fueron puestos a dedo para que los favorezcan. Los propios presidentes fueron usados como monigotes parlantes. No en vano habían pagado sus campañas.
Me parece que Guillermo Lasso, cedió a la vanidad. Quiso pasar de la oscuridad a la luz. De ejercer el poder invisible que tiene el bemol de no dejar registros históricos ni fotos, al poder visible de la banda presidencial, el escrutinio público y la rendición de cuentas.
Quienes ejercen el poder invisible: dueños de los grandes medios de comunicación, banqueros, importadores y exportadores, prestadores de servicios petroleros, etc., por su propia y deliberada opacidad, no son sometidos al molesto acto de rendir cuentas ante los ciudadanos. Si se equivocan, no son ellos los responsables sino sus esbirros, los políticos de turno, para eso están en nómina.
El problema es que la Democracia, aún con sus deudas ya referidas, es el ejercicio del poder público, ante el público. Cuando un hecho conmociona a la sociedad, hay que salir a explicarlo. Lasso eso no lo entendió nunca. Los personajes de su círculo no dan explicaciones jamás.
Lo que el presidente no entiende es que, al asumir el poder visible y formal, ya no pertenece a ese círculo y la gente le va a reclamar por su inoperancia e ineptitud. Las familias de los más de doscientos muertos que se han producido en la cárcel de Guayaquil durante los cinco meses del gobierno de Lasso, exigirán verdad, justicia y reparación. La vida de los pobres no es ese detalle que desprecian los poderosos o los tontos adoctrinados, no. La vida es un derecho Humano protegido por la Constitución del Ecuador, tratados y tribunales internacionales. No impedir un acontecimiento cuando se tiene la obligación jurídica de hacerlo, equivale a ocasionarlo, decía desde siempre el Código Penal y lo ratifica el actual Código Orgánico Integral Penal. Así que, indefectiblemente, Lasso, su ministra de Gobierno, su Comandante General de la Policía deberán ser, tarde o temprano, sometidos a juicio.
Formalmente la entidad encargada del ejercicio de la acción penal pública es la Fiscalía General del Estado. Siguiendo la línea trazada por Norberto Bobbio, debemos preguntarnos ¿de cuál Estado es Fiscal General la señora Diana Salazar? ¿Del Estado formal, transparente, que rinde cuentas, y protege la vida como un derecho Humano? ¿O acaso es la Fiscal General del Estado oculto, del poder invisible, de los medios de comunicación, la embajada americana, los bancos, las Cámaras de Comercio, etc.? ¿Ejerce la señora Salazar el poder público o es el instrumento de turno del poder invisible? Si la Fiscal ejerce poder público, no puede ni debe sustraerse a la obligación de encausar al Presidente, a la ministra de Gobierno, a la Comandante General de la Policía y a los jefes policiales y militares a cargo del resguardo a la penitenciaria que se cruzaron de brazos en espera de que termine la masacre para entrar a la cárcel. Ahora bien, si la Fiscal General es solamente la mujer de confianza de los poderes invisibles puesta en el cargo y en la portada de la revista Vistazo para cuidarles las espaldas, pues nada pasará, por ahora. No obstante, incluso su tiempo de rendir cuentas llegará como a todo funcionario público.
Ninguna servidora ni servidor público, dice el artículo 233 de la Constitución de la República, estará exento de responsabilidades por los actos realizados en el ejercicio de sus funciones o por sus omisiones. Aunque vayan a la cena de los Marines y se vistan de esmoquin, tarde o temprano deberán rendir cuentas.
Para Guillermo Lasso, gobernar parece que reviste la complejidad e intranscendencia de llenar un crucigrama. ¿Sabe usted don Guillermo cuál es la palabra de seis letras que no tiene consuelo pero si justicia? Muerte, exacto. Anótela.
16 de noviembre de 2021
17 de noviembre de 2021
18 de noviembre de 2021
19 de noviembre de 2021
22 de noviembre de 2021
23 de noviembre de 2021