Comando Estratégico de EE.UU. sobre China y Rusia: "Por primera vez avanzamos hacia una confrontación con dos adversarios con capacidades nucleares"
RT 21 de abril de 2021
El comandante de la entidad no descartó que los conflictos actuales en la palestra internacional puedan degenerar rápidamente en una confrontación nuclear.
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Por primera vez en la historia EE.UU. se enfrenta a la vez con China y Rusia, dos potencias con capacidades nucleares poderosas, expuso el jefe del Comando Estratégico estadounidense, Charles Richard, en su intervención ante el Comité de Servicios Armados del Senado este martes.
En opinión de Richard, "China y Rusia desafían nuestra fuerza [de EE.UU.] a través de una amplia gama de actividades que requieren una respuesta concertada e integrada del Gobierno. Por primera vez en nuestra historia, la nación avanza hacia la confrontación con dos adversarios estratégicos que al mismo tiempo tienen capacidad nuclear, pero que deben ser disuadidos de manera diferente". Richard consideró como signo preocupante la cooperación estratégica en el ámbito militar entre los dos países, citando como ejemplo los ejercicios conjuntos Kavkaz-2020.
Los potenciales adversarios
Según Richard, China continúa avanzando en los programas de modernización de su arsenal nuclear, destinados a cumplir los objetivos de largo alcance para negar la proyección de poder de EE.UU. en el Indo-Pacífico, y suplantar a la nación norteamericana como el socio de seguridad preferido de los países de la región. "China ya es capaz de ejecutar cualquier estrategia de empleo de armas nucleares dentro de su región y pronto podrá hacerlo también con alcances intercontinentales", sostuvo el militar estadounidense, que además subrayó que el país asiático ya no es una amenaza inferior a la que representa Rusia.
En cuanto a Moscú, aseguró que las armas nucleares siguen siendo un elemento fundamental de la estrategia de seguridad de Rusia, que está finalizando su campaña de modernización de la tríada estratégica y los sistemas de doble uso. El comandante afirmó que el armamento nuclear puede ser aplicado en respuesta a un ataque convencional en caso de la presencia de una amenaza a su existencia. "Por lo tanto, nuestras fuerzas nucleares deben incluir una gama suficiente de capacidades y atributos para que Rusia nunca perciba erróneamente ninguna ventaja del uso de armas nucleares en ningún umbral de violencia", subrayó.
"Si bien la extensión del tratado de Reducción de Armas Estratégicas proporciona ventajas útiles de mayor transparencia y previsibilidad para gran parte del arsenal estratégico de Rusia, persiste un considerable nivel de incertidumbre con respecto al alcance y la disposición del arsenal nuclear de Rusia, incluidas las armas nucleares no desplegadas y sus novedosos sistemas no previstos en el Tratado", comentó el militar.
También Corea del Norte representa un desafío para la seguridad de EE.UU., ya que Pionyang "continúa realizando actividades que amenazan la estabilidad regional y desafían las normas internacionales", dijo el militar. A su vez, Irán, que posee del mayor arsenal de misiles balísticos de Oriente Medio, "seguirá siendo una fuerza desestabilizadora en la región", a juicio del jefe del Comando Estratégico de EE.UU.
Resumiendo, Richard dijo que "la particularidad del conflicto actual consiste en que no es lineal ni predecible". "Debemos tener en cuenta la posibilidad de que este conflicto cree unas condiciones que podrían llevar muy rápidamente a un adversario a considerar el uso de armas nucleares como la opción menos mala", añadió.
En este contexto, Richard concluyó que EE.UU. requiere unas fuerzas nucleares y una infraestructura de apoyo completamente modernizadas para garantizar la protección de su pueblo. "No podemos continuar extendiendo indefinidamente la vida de nuestras armas y sistemas sobrantes de la era de la Guerra Fría", puntualizó.
Rusia: "No buscamos ningún enfrentamiento"
A principios de abril, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que Washington se comporta como un "gamberro de patio". "Ahora se ha puesto de moda describir lo que pasa con ejemplos tomados de la vida. Todos jugamos en el patio en la infancia [...] y siempre había dos o tres gamberros principales" que "controlaban a todos" y "les quitaban dinero", explicó el diplomático.
"Pero pasaron dos, tres, cuatro años, y estos pequeños niños crecieron y fueron capaces de responder. Ni siquiera necesitamos crecer. No buscamos ningún enfrentamiento", agregó Lavrov, al tiempo que enfatizó que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha mostrado reiteradamente su disposición a trabajar con EE.UU. "en aras de los pueblos de ambos países y de la seguridad internacional".
"Nunca hemos representado y no representamos una amenaza para nadie. Pero, por supuesto, nunca permitiremos que nadie, incluido EE.UU., nos amenace, nos dicte algo e infrinja nuestros intereses", señaló, por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
En opinión de Richard, "China y Rusia desafían nuestra fuerza [de EE.UU.] a través de una amplia gama de actividades que requieren una respuesta concertada e integrada del Gobierno. Por primera vez en nuestra historia, la nación avanza hacia la confrontación con dos adversarios estratégicos que al mismo tiempo tienen capacidad nuclear, pero que deben ser disuadidos de manera diferente". Richard consideró como signo preocupante la cooperación estratégica en el ámbito militar entre los dos países, citando como ejemplo los ejercicios conjuntos Kavkaz-2020.
Los potenciales adversarios
Según Richard, China continúa avanzando en los programas de modernización de su arsenal nuclear, destinados a cumplir los objetivos de largo alcance para negar la proyección de poder de EE.UU. en el Indo-Pacífico, y suplantar a la nación norteamericana como el socio de seguridad preferido de los países de la región. "China ya es capaz de ejecutar cualquier estrategia de empleo de armas nucleares dentro de su región y pronto podrá hacerlo también con alcances intercontinentales", sostuvo el militar estadounidense, que además subrayó que el país asiático ya no es una amenaza inferior a la que representa Rusia.
En cuanto a Moscú, aseguró que las armas nucleares siguen siendo un elemento fundamental de la estrategia de seguridad de Rusia, que está finalizando su campaña de modernización de la tríada estratégica y los sistemas de doble uso. El comandante afirmó que el armamento nuclear puede ser aplicado en respuesta a un ataque convencional en caso de la presencia de una amenaza a su existencia. "Por lo tanto, nuestras fuerzas nucleares deben incluir una gama suficiente de capacidades y atributos para que Rusia nunca perciba erróneamente ninguna ventaja del uso de armas nucleares en ningún umbral de violencia", subrayó.
"Si bien la extensión del tratado de Reducción de Armas Estratégicas proporciona ventajas útiles de mayor transparencia y previsibilidad para gran parte del arsenal estratégico de Rusia, persiste un considerable nivel de incertidumbre con respecto al alcance y la disposición del arsenal nuclear de Rusia, incluidas las armas nucleares no desplegadas y sus novedosos sistemas no previstos en el Tratado", comentó el militar.
También Corea del Norte representa un desafío para la seguridad de EE.UU., ya que Pionyang "continúa realizando actividades que amenazan la estabilidad regional y desafían las normas internacionales", dijo el militar. A su vez, Irán, que posee del mayor arsenal de misiles balísticos de Oriente Medio, "seguirá siendo una fuerza desestabilizadora en la región", a juicio del jefe del Comando Estratégico de EE.UU.
Resumiendo, Richard dijo que "la particularidad del conflicto actual consiste en que no es lineal ni predecible". "Debemos tener en cuenta la posibilidad de que este conflicto cree unas condiciones que podrían llevar muy rápidamente a un adversario a considerar el uso de armas nucleares como la opción menos mala", añadió.
En este contexto, Richard concluyó que EE.UU. requiere unas fuerzas nucleares y una infraestructura de apoyo completamente modernizadas para garantizar la protección de su pueblo. "No podemos continuar extendiendo indefinidamente la vida de nuestras armas y sistemas sobrantes de la era de la Guerra Fría", puntualizó.
Rusia: "No buscamos ningún enfrentamiento"
A principios de abril, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que Washington se comporta como un "gamberro de patio". "Ahora se ha puesto de moda describir lo que pasa con ejemplos tomados de la vida. Todos jugamos en el patio en la infancia [...] y siempre había dos o tres gamberros principales" que "controlaban a todos" y "les quitaban dinero", explicó el diplomático.
"Pero pasaron dos, tres, cuatro años, y estos pequeños niños crecieron y fueron capaces de responder. Ni siquiera necesitamos crecer. No buscamos ningún enfrentamiento", agregó Lavrov, al tiempo que enfatizó que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha mostrado reiteradamente su disposición a trabajar con EE.UU. "en aras de los pueblos de ambos países y de la seguridad internacional".
"Nunca hemos representado y no representamos una amenaza para nadie. Pero, por supuesto, nunca permitiremos que nadie, incluido EE.UU., nos amenace, nos dicte algo e infrinja nuestros intereses", señaló, por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
22 de abril de 2021
“Ventaja en el Mar” vino desde el Instituto Nacional de Estudios del Mar Meridional de China. En un artículo titulado “Evaluación china de la nueva estrategia naval de Estados Unidos” se esboza la opinión del gigante asiático a la amenaza de Estados Unidos. El documento está suscrito por Shi Xiaoqin y Liu Xiaobo, ex oficiales del Ejército Popular de Liberación (EPL), investigador el primero y director el segundo del Instituto de Investigación Naval Mundial.Ambos establecen que llama la atención que el documento considere a China y a Rusia como oponentes, lo cual establece una clara diferencia respecto de la opinión naval que estados Unidos tenía en 1982, en plena guerra fría. En esa medida, “Ventaja en el Mar” vendría a ser “el primer documento de estrategia marítima emitido después de la inauguración de la competencia estratégica chino-estadounidense”.
De ella se puede deducir que hay un esfuerzo por unificar el pensamiento de las diferentes fuerzas navales de Estados Unidos, lo cual da cuenta de que su estrategia naval ha quedado obsoleta y que debe cambiarla para buscar nuevas formas que le permitan enfrentar y vencer por el control de los mares.
En cuanto a la evaluación de sus dos oponentes estratégicos, estos hacen constar la aceptación de Estados Unidos de la pérdida de su ventaja militar “a un ritmo asombroso”, por lo que resultaría imperativo tomar medidas para revertir dicha tendencia.
Según los analistas chinos, es novedoso que a la tradicional idea de luchar por el control del mar, se agregue ahora la lucha en una “zona gris” que “incluye operaciones que caen por debajo de la intensidad de la guerra y operaciones que buscan obtener ganancias incrementales, como armar las redes sociales, infiltrarse en las cadenas de suministro globales y participar en conflictos espaciales y cibernéticos, etc”.
A diferencia de documentos similares elaborados en 2007 y 2015, que exponían la posibilidad de la cooperación global en los mares -a pesar de las diferencias- por parte de las potencias durante el siglo XXI, esta nueva versión apunta a luchar por el dominio del mar. Según afirman Shi y Liu esto es expresión de un “realismo de principios” que “enfatiza la toma de la ventaja y el uso del poder militar tradicional para salvaguardar el orden internacional”. El peligro no es solo que se identifique a China y Rusia como oponentes estratégicos sino que además el documento propone que Estados Unidos se haga cargo de “la libertad de navegación, la seguridad portuaria, el control de los cuellos de botella marítimos, la lucha por el mando del mar y el fortalecimiento de las alianzas”. En pocas palabras, se trata de darle alcance estratégico a la competencia marítima chino-estadounidense. El detalle es que dicha competencia solo se libra en los mares adyacentes a China, toda vez que no hay un solo barco de la armada de ese país en las cercanías de las costas estadounidenses.
De ella se puede deducir que hay un esfuerzo por unificar el pensamiento de las diferentes fuerzas navales de Estados Unidos, lo cual da cuenta de que su estrategia naval ha quedado obsoleta y que debe cambiarla para buscar nuevas formas que le permitan enfrentar y vencer por el control de los mares.
En cuanto a la evaluación de sus dos oponentes estratégicos, estos hacen constar la aceptación de Estados Unidos de la pérdida de su ventaja militar “a un ritmo asombroso”, por lo que resultaría imperativo tomar medidas para revertir dicha tendencia.
Según los analistas chinos, es novedoso que a la tradicional idea de luchar por el control del mar, se agregue ahora la lucha en una “zona gris” que “incluye operaciones que caen por debajo de la intensidad de la guerra y operaciones que buscan obtener ganancias incrementales, como armar las redes sociales, infiltrarse en las cadenas de suministro globales y participar en conflictos espaciales y cibernéticos, etc”.
A diferencia de documentos similares elaborados en 2007 y 2015, que exponían la posibilidad de la cooperación global en los mares -a pesar de las diferencias- por parte de las potencias durante el siglo XXI, esta nueva versión apunta a luchar por el dominio del mar. Según afirman Shi y Liu esto es expresión de un “realismo de principios” que “enfatiza la toma de la ventaja y el uso del poder militar tradicional para salvaguardar el orden internacional”. El peligro no es solo que se identifique a China y Rusia como oponentes estratégicos sino que además el documento propone que Estados Unidos se haga cargo de “la libertad de navegación, la seguridad portuaria, el control de los cuellos de botella marítimos, la lucha por el mando del mar y el fortalecimiento de las alianzas”. En pocas palabras, se trata de darle alcance estratégico a la competencia marítima chino-estadounidense. El detalle es que dicha competencia solo se libra en los mares adyacentes a China, toda vez que no hay un solo barco de la armada de ese país en las cercanías de las costas estadounidenses.
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