Derechista Duque es elegido nuevo presidente de Colombia
Hispan TV 17 de junio de 2018
El candidato a la Presidencia de Colombia, Iván Duque, le da la mano a un simpatizante suyo tras emitir su voto en Bogotá, 17 de junio de 2018.
El candidato conservador, Iván Duque, ha aventajado este domingo en 13 puntos porcentuales a su rival, el izquierdista Gustavo Petro,
El candidato del uribismo Duque es elegido el nuevo presidente de Colombia en sustitución de Juan Manuel Santos, al obtener el 53,95 por ciento de los votos mientras que el izquierdista Gustavo Petro obtuvo el 41,83 por ciento.
De unos 36 millones de colombianos convocados para votar, solo 19 197 447 participaron en esta segunda vuelta lo que representa a un 44,35 por ciento de la población. Duque, de 42 años, será el presidente más joven en la historia de Colombia.
El aún mandatario, Juan Manuel Santos ha informado en su cuenta de Twitter que llamó al electo presidente para felicitarle y desearle la mejor de las suertes. Asimismo, le ha manifestado toda la colaboración del Gobierno para realizar una transición ordenada y tranquila.
En concreto, Duque ha logrado 9 673 022 votos, frente a los 7 402 594 votos de Petro, según datos del Consejo Nacional Electoral de Colombia (CNE). Además se ha contabilizado un 50,81 por ciento de abstención y 743 926 votos en blanco.
En la primera vuelta realizada el 27 de mayo Duque obtuvo la mayoría de votos con 7,5 millones (39,14 por ciento), contra los 4,8 millones de votos (25,08 por ciento) de Petro.
La implementación del acuerdo de paz con la exguerrilla Fuerza Armada Revolucionaria de Colombia (FARC), ahora partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, es el tema más importante que deberá enfrentar el nuevo mandatario, quien ya ha manifestado su desacuerdo con parte de este acuerdo.
Asimismo, Duque deberá asumir el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el cual se encuentra en su quinto ciclo en La Habana, Cuba, entre otros grandes desafíos como el narcotráfico y la corrupción.
lvs/rha/aaf/alg
El candidato del uribismo Duque es elegido el nuevo presidente de Colombia en sustitución de Juan Manuel Santos, al obtener el 53,95 por ciento de los votos mientras que el izquierdista Gustavo Petro obtuvo el 41,83 por ciento.
De unos 36 millones de colombianos convocados para votar, solo 19 197 447 participaron en esta segunda vuelta lo que representa a un 44,35 por ciento de la población. Duque, de 42 años, será el presidente más joven en la historia de Colombia.
El aún mandatario, Juan Manuel Santos ha informado en su cuenta de Twitter que llamó al electo presidente para felicitarle y desearle la mejor de las suertes. Asimismo, le ha manifestado toda la colaboración del Gobierno para realizar una transición ordenada y tranquila.
En concreto, Duque ha logrado 9 673 022 votos, frente a los 7 402 594 votos de Petro, según datos del Consejo Nacional Electoral de Colombia (CNE). Además se ha contabilizado un 50,81 por ciento de abstención y 743 926 votos en blanco.
En la primera vuelta realizada el 27 de mayo Duque obtuvo la mayoría de votos con 7,5 millones (39,14 por ciento), contra los 4,8 millones de votos (25,08 por ciento) de Petro.
La implementación del acuerdo de paz con la exguerrilla Fuerza Armada Revolucionaria de Colombia (FARC), ahora partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, es el tema más importante que deberá enfrentar el nuevo mandatario, quien ya ha manifestado su desacuerdo con parte de este acuerdo.
Asimismo, Duque deberá asumir el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el cual se encuentra en su quinto ciclo en La Habana, Cuba, entre otros grandes desafíos como el narcotráfico y la corrupción.
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Lento parto en Colombia
Por: Atilio A. Boron
El resultado de la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Colombia sentenció la victoria del candidato de la derecha, Iván Duque, que obtuvo10.362.080 sufragios contra los 8.028.033 de su rival, Gustavo Petro, candidato de la coalición Colombia Humana. Amenazadas como nunca antes las fuerzas del vetusto orden social colombiano se reagruparon y prevalecieron por una diferencia de unos doce puntos porcentuales. Terminado el recuento el uribista se alzó con el 54 por ciento de los sufragios mientras que el ex alcalde de Bogotá cosechó un 42 por ciento. La tasa de participación electoral superó levemente el 51 por ciento, un dato promisorio ante el persistente ausentismo en las urnas de un país en donde el voto no es obligatorio.
El título de esta nota refleja cabalmente lo que está sucediendo en Colombia. Si un significado tiene esta elección es que por primera vez en su historia se rompe el tradicional bipartidismo de la derecha, que se presentaba a elecciones enmascarada bajo diferentes fórmulas y personajes que en el fondo representaban a los intereses del establishment dominante. La irrupción de una candidatura de centroizquierda como la de Gustavo Petro es un auténtico y promisorio parteaguas en la historia colombiana, y no sería aventurado arriesgar que marca el comienzo del fin de una época. Un parto lento y difícil, doloroso como pocos, pero cuyo resultado más pronto que tarde será la construcción de una nueva hegemonía política que desplace a las fuerzas que, por dos siglos, ejercieron su dominación en ese país. Nunca antes una fuerza contestaría había emergido con esta enjundia, que la posiciona muy favorablemente con vistas a las próximas elecciones regionales de Octubre del 2019 en donde Colombia Humana podría recuperar la alcaldía de Bogotá y conquistar la de Cali y preparar sus cuadros y su militancia para las elecciones presidenciales del 2022. Mientras tanto Iván Duque deberá librar una tremenda batalla para cumplir con lo que le prometiera a su jefe, Álvaro Uribe: avanzar sobre el poder judicial, poner fin a la justicia transicional diseñada en los Acuerdos de Paz y sobre todo para evitar que el ex presidente, el verdadero poder detrás del trono, vaya a dar con sus huesos en la cárcel debido a las numerosas denuncias en su contra por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad –entre ellos la de los “falsos positivos”-y sus probados vínculos con el narco.
En suma: algo nuevo ha comenzado a nacer en Colombia. Todavía el proceso no ha concluido pero los indicios son alentadores. Nadie soñaba hace apenas tres meses en ese país que una fuerza de centroizquierda con un ex guerrillero como candidato a presidente pudiera obtener más de ocho millones de votos. Sucedió y nada autoriza a pensar que el tramposo bipartidismo de la derecha podrá resucitarse después de esta debacle; o que la euforia despertada en millones de colombianas y colombianas que con su militancia construyeron la más importante innovación política desde el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en 1948 se disolverá en el aire y todo volverá a ser como antes. No. Estamos seguros que no habrá marcha atrás en Colombia. A veces hay derrotas que anticipan futuras victorias. Como las que sufrió Salvador Allende en Chile en la elección de 1964; o Lula en Brasil en 1998. ¿Por qué descartar que algo semejante pudiera ocurrir en Colombia? Sólo tropieza quien camina, y el pueblo de Colombia se ha puesto en marcha. Tropezó, pero se levantará y más pronto que tarde parirá un nuevo país.
El título de esta nota refleja cabalmente lo que está sucediendo en Colombia. Si un significado tiene esta elección es que por primera vez en su historia se rompe el tradicional bipartidismo de la derecha, que se presentaba a elecciones enmascarada bajo diferentes fórmulas y personajes que en el fondo representaban a los intereses del establishment dominante. La irrupción de una candidatura de centroizquierda como la de Gustavo Petro es un auténtico y promisorio parteaguas en la historia colombiana, y no sería aventurado arriesgar que marca el comienzo del fin de una época. Un parto lento y difícil, doloroso como pocos, pero cuyo resultado más pronto que tarde será la construcción de una nueva hegemonía política que desplace a las fuerzas que, por dos siglos, ejercieron su dominación en ese país. Nunca antes una fuerza contestaría había emergido con esta enjundia, que la posiciona muy favorablemente con vistas a las próximas elecciones regionales de Octubre del 2019 en donde Colombia Humana podría recuperar la alcaldía de Bogotá y conquistar la de Cali y preparar sus cuadros y su militancia para las elecciones presidenciales del 2022. Mientras tanto Iván Duque deberá librar una tremenda batalla para cumplir con lo que le prometiera a su jefe, Álvaro Uribe: avanzar sobre el poder judicial, poner fin a la justicia transicional diseñada en los Acuerdos de Paz y sobre todo para evitar que el ex presidente, el verdadero poder detrás del trono, vaya a dar con sus huesos en la cárcel debido a las numerosas denuncias en su contra por su responsabilidad en crímenes de lesa humanidad –entre ellos la de los “falsos positivos”-y sus probados vínculos con el narco.
En suma: algo nuevo ha comenzado a nacer en Colombia. Todavía el proceso no ha concluido pero los indicios son alentadores. Nadie soñaba hace apenas tres meses en ese país que una fuerza de centroizquierda con un ex guerrillero como candidato a presidente pudiera obtener más de ocho millones de votos. Sucedió y nada autoriza a pensar que el tramposo bipartidismo de la derecha podrá resucitarse después de esta debacle; o que la euforia despertada en millones de colombianas y colombianas que con su militancia construyeron la más importante innovación política desde el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en 1948 se disolverá en el aire y todo volverá a ser como antes. No. Estamos seguros que no habrá marcha atrás en Colombia. A veces hay derrotas que anticipan futuras victorias. Como las que sufrió Salvador Allende en Chile en la elección de 1964; o Lula en Brasil en 1998. ¿Por qué descartar que algo semejante pudiera ocurrir en Colombia? Sólo tropieza quien camina, y el pueblo de Colombia se ha puesto en marcha. Tropezó, pero se levantará y más pronto que tarde parirá un nuevo país.
18 de junio de 2018
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Comunicado de las FARC-EP / junio 2018
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