Detrás de la cortina de hojalata: BRICS+ versus OTAN/G7
Observatorio de la crisis Pepe Escobar 28 de junio de 2022
En la contemporánea era del tecno-feudalismo ahora existe lo que se debería llamar “la cortina de hojalata” de un occidente colectivo temeroso y despistado construido básicamente por el G7 y la OTAN: esta vez, esencialmente para contener la integración del Sur Global.
Érase una vez un Telón de Acero que dividía el continente europeo. Acuñado por el ex primer ministro británico Winston Churchill, el término se refería a los esfuerzos de la entonces Unión Soviética por crear una frontera física con Occidente. Este último, por su parte, siguió una política de contención frente a la influencia de las ideas del comunismo.
En la contemporánea era del tecno-feudalismo ahora existe lo que se debería llamar “la cortina de hojalata” de un occidente colectivo temeroso y despistado construido básicamente por el G7 y la OTAN: esta vez, esencialmente para contener la integración del Sur Global.
BRICS contra el G7
El ejemplo más reciente y significativo la integración del Sur Global ha sido la presentación de BRICS PLUS en la cumbre organizada por Beijing. La reunión de la pasada semana fue mucho más allá de establecer los lineamientos para un ‘nuevo G8’, como una alternativa al G7.
Junto a los cinco BRICS históricos (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) participaron en la reunión online lo que podríamos decir que fue “un microcosmos” del Sur Global, que abarca el Sudeste Asiático, Asia Central, Asia Occidental, África y América del Sur.
De manera reveladora, los mensajes del presidente ruso, Vladimir Putin, durante la cumbre de Beijing, marcaron un fuerte contraste con la propaganda del G7. En realidad, sus palabras estaban dirigidos a todo el Sur Global:
– Rusia cumplirá con sus obligaciones de suministro de energía y fertilizantes.
– Rusia espera una buena cosecha de cereales – y suministrar hasta 50 millones de toneladas a los mercados mundiales.
– Rusia garantizará el paso de los barcos de granos a aguas internacionales a pesar que fue Kiev el que minó los puertos.
– La situación negativa del grano ucraniano se ha exagerado artificialmente.
– El fuerte aumento de la inflación en todo el mundo es el resultado de la irresponsabilidad de los países del G7, no de la Operación Z en Ucrania.
– El desequilibrio de las relaciones mundiales se ha estado gestando durante mucho tiempo y su resultado ha sido la erosión del derecho internacional.
Un sistema alternativo
Putin también abordó directamente uno de los temas clave que los BRICS han estado discutiendo en profundidad desde la década de 2000: el diseño y la implementación de una moneda de reserva internacional:
«El sistema de mensajería financiera de Rusia está abierto para la conexión con los bancos de los países BRICS. El sistema de pago MIR ruso está ampliando su presencia. Estamos explorando la posibilidad de crear una moneda de reserva internacional basada en la canasta de monedas BRICS”
Este desafío al dólar era inevitable después de las histéricas sanciones occidentales posteriores a la Operación Z. La desdolarización impuesta a Moscú y el aumento del comercio entre las naciones BRICS pronostica para 2030, que una cuarta parte de la demanda de petróleo del planeta provendrá de China e India, y Rusia será el proveedor principal.
Lógicamente Rusia, India y China no puede correr el riesgo de quedar excluidos de un sistema financiero dominado por el G7. Incluso la India, que camina sobre la cuerda floja, está empezando a ir en este sentido.
¿Cual “comunidad internacional”?
En su etapa actual, los BRICS representan el 40 % de la población mundial, el 25 % de la economía mundial, el 18 % del comercio mundial y contribuyen con más del 50 % del crecimiento económico mundial. Todos los indicadores están en alza.
Sergey Storchak, CEO del banco ruso VEG, lo ha dicho manera bastante diplomática: “Si las voces de los mercados emergentes no se escuchan en los próximos años, debemos pensar muy seriamente en establecer un sistema regional paralelo, o tal vez un nuevo sistema global”.
Ya se está discutiendo un «sistema regional paralelo» entre la Unión Económica de Eurasia (EAEU) y China, coordinado por el Ministro de Integración y Macroeconomía, Sergey Glazyev, quien recientemente escribió un sorprendente manifiesto que amplía sus ideas sobre la soberanía económica mundial.
Desarrollando el ‘mundo en desarrollo’
Lo que suceda en el frente financiero trans-euroasiático sucederá en paralelo con la estrategia de desarrollo china hasta ahora poco conocida: la Iniciativa de Desarrollo Global (GDI), anunciada por el presidente Xi Jinping en la Asamblea General de la ONU el año pasado.
En el diálogo de los BRICS, se conoció un poco más sobre GDI, una organización creada en 2015 que es parte de la estrategia general de la Iniciativa Belt and Road (BRI) – conocida como las Nuevas Rutas de la Seda-. En pocas palabras, el GDI tiene como objetivo potenciar la cooperación internacional para el desarrollo complementando el financiamiento de una gran cantidad de organismos, a saber; el Fondo de Cooperación Sur-Sur, la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el Fondo Asiático de Desarrollo (ADF) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
Las prioridades incluyen “reducción de la pobreza, seguridad alimentaria, vacunas contra el COVID-19”, industrialización e infraestructuras digitales. Posteriormente, se estableció un grupo de Amigos de GDI a principios de 2022 y ya ha atraído a más de 50 países.
BRI y GDI deberían avanzar en conjunto. Durante la Cumbre Xi dejó en claro su análisis de la coyuntura: “algunos países están politizando y marginando esta agenda de desarrollo al construir muros y aplicar sanciones paralizantes a países del BRICS”.
Por otra parte, el cacareado desarrollo sostenible no es exactamente un “mar de tranquilidad” para el G7, y mucho menos de la OTAN.
Siete contra el mundo
El principal objetivo declarado de la cumbre del G7 en los Alpes bávaros es “proyectar la unidad”, con incondicionales del occidente colectivo (incluido Japón) en un “apoyo” sostenible e indefinido a un estado ucraniano irremediablemente fallido.
Esto es parte de lo que llaman con descaro la “lucha contra el imperialismo de Putin”, pero también estaría “la lucha contra el hambre, la pobreza, la crisis sanitaria y el cambio climático”, según el canciller alemán.
En Baviera, Scholz presionó por un Plan Marshall para Ucrania: un concepto ridículo considerando que Kiev y sus alrededores bien podrían reducirse a un estado insignificante para fines de este. La idea que el G7 puede funcionar para “prevenir una hambruna catastrófica alcanza el paroxismo de la incongruencia, ya que la hambruna que se avecina es una consecuencia directa de la histeria de las sanciones impuestas por el G7.
El hecho que Berlín invitara a India, Indonesia, Sudáfrica y Senegal como complementos al G7 sirvió como un alivio casi cómico para los líderes occidentales.
Sería inútil esperar que la colección de mediocridades reunidas en Baviera – bajo el liderazgo de la Führer, Úrsula von der Leyen – hiciera algún análisis sustancial sobre la ruptura de las cadenas de suministro globales y las razones por las que obligó a Moscú a reducir los flujos de gas a Europa. En cambio, se conformaron con echar la culpa de todo a Putin y a Xi.
Ideada por el Imperio de las Mentiras, en la cumbre del G7, se discutió el “Intermarium” una agrupación político-militar que iría desde el Mar Báltico hasta el Mar Negro, con una Ucrania absorbida parcialmente por Polonia, los Tres países enanos del Báltico más Bulgaria, Rumania, Eslovenia, Chequia y probablemente Suecia y Finlandia, aspirantes hasta el momento a la OTAN
¿Un ejemplo a seguir?: Una UE sin control democrático
El modelo impuesto en la UE es particularmente instructivo, especialmente ahora que Gran Bretaña ha vuelto al estatus de un estado insular intrascendente.
Cada año Bruselas emite más de 60 “directrices”. Estas normas se deben transponer al derecho interno de cada Estado miembro de la UE. Estas “directrices” deben aplicarse imperativamente, los parlamentos nacionales, donde supuestamente está representada la voluntad popular, no tienen atribuciones para discutir las “directrices” emanadas desde el Olimpo Bruselense.
Luego hay más de 10.000 “disposiciones europeas”, que los “expertos” de la Comisión Europea han emitido como “recomendaciones” a los gobiernos; son normas de un rígido canon neoliberal que impone gastos, ingresos y ‘reformas’ (salud, educación, pensiones) que deben ser obedecidas sin discusión.
Por lo tanto, los procesos electorales “democráticos”, de todos los países miembros de la UE, no tienen ningún sentido. Los jefes de los gobiernos nacionales de Europa son meros ejecutores de los dictámenes de Bruselas. No hay debate democrático verdadero: la “democracia” al igual que los “valores de la UE”, no son más que cortinas de humo de un poder foráneo.
El gobierno real lo ejerce un puñado de apparatchiks elegidos entre los poderes ejecutivos, que actúan de una manera tremendamente opaca en beneficio de los lobbies empresariales.
La CE está fuera del más mínimo control democrático. Así fue como una mediocre Úrsula von der Leyen (la peor ministra de Defensa de la Alemania moderna) fue encumbrada hasta convertirse en la actual Führer de la CE, y hoy impone no sólo la política exterior de la UE, también la energética y la económica.
¿Qué hay tras la cortina de hojalata?
Desde la perspectiva de Occidente, la Cortina de Hojalata, a pesar de todos sus siniestros matices, es simplemente un entrante antes del plato principal: una confrontación pura y dura en Asia-Pacífico, rebautizada por el Imperio como «Indo-Pacífico», en realidad una copia del conflicto en Ucrania, diseñado para contener BRI y GDI de China.
Como contragolpe, es esclarecedor observar cómo el Ministerio de Relaciones Exteriores de China destaca en detalle el contraste entre el BRICS PLUS, y el combo imperial AUKUS/Quad/IPEF.
BRICS significa multilateralismo; centrarse en el desarrollo global; cooperación para la recuperación económica; y mejorar la gobernanza global.
La armazón inventada por los Estados Unidos, representa la mentalidad de la Guerra Fría; explotar a los países en desarrollo; “unirse” para contener a China; y la política de “Estados Unidos primero” que pretende consagrar con un “orden internacional basado en reglas”.
Sería un error esperar que las luminarias del G7 reunidas en Baviera entiendan lo absurdo que es imponer un precio máximo a las exportaciones rusas de petróleo y gas, por ejemplo. Si eso realmente sucediera, Moscú no tendría problemas para cortar completamente el suministro de energía al G7. Y como se excluirían a otras naciones, el precio del petróleo y el gas que importan aumentaría drásticamente.
BRICS allanando el camino a seguir
Así que no es de extrañar que el futuro sea ominoso. En una sorprendente entrevista a la televisión estatal de Bielorrusia, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, resumió cómo “Occidente teme a la competencia honesta”.
De ahí, el vértice de la cultura de la cancelación, y “la supresión de todo lo que contradiga de alguna manera la visión y ordenamiento neoliberal del mundo”. Lavrov también resumió una posible hoja de ruta del Sur Global:
“No necesitamos un nuevo G8. Ya tenemos estructuras…principalmente en Eurasia. La EAEU está promoviendo activamente los procesos de integración con la República Popular China, alineando la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China con los planes de integración de Eurasia. Los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático están examinando de cerca estos planes. Varios de ellos están firmando acuerdos de zona de libre comercio con la EAEU. La Organización de Cooperación de Shanghái también es parte de estos procesos… Hay una estructura más allá de las fronteras geográficas de Eurasia”.
“Son los BRICS. Esta asociación depende cada vez menos del estilo occidental de hacer negocios y de las reglas occidentales para las instituciones monetarias, financieras y comerciales internacionales. Prefieren métodos más equitativos que no hagan depender ningún proceso del papel dominante del dólar o de alguna otra moneda. En el G20 están representados los BRICS y cinco países más que comparten las posiciones de los BRICS, mientras que al otro lado de las barricadas está el G7 y sus partidarios”.
“Hay un equilibrio. Pero, el G20 puede deteriorarse si Occidente lo utiliza para avivar la confrontación. Las estructuras que mencioné (SCO, BRICS, ASEAN, EAEU y CIS) se basan en el consenso, el respeto mutuo y en un equilibrio de intereses, en lugar la exigencia de EEUU de aceptar un mundo unipolar”.
¿Cortina de hojalata? Más bien una Cortina rasgada.
En la contemporánea era del tecno-feudalismo ahora existe lo que se debería llamar “la cortina de hojalata” de un occidente colectivo temeroso y despistado construido básicamente por el G7 y la OTAN: esta vez, esencialmente para contener la integración del Sur Global.
BRICS contra el G7
El ejemplo más reciente y significativo la integración del Sur Global ha sido la presentación de BRICS PLUS en la cumbre organizada por Beijing. La reunión de la pasada semana fue mucho más allá de establecer los lineamientos para un ‘nuevo G8’, como una alternativa al G7.
Junto a los cinco BRICS históricos (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) participaron en la reunión online lo que podríamos decir que fue “un microcosmos” del Sur Global, que abarca el Sudeste Asiático, Asia Central, Asia Occidental, África y América del Sur.
De manera reveladora, los mensajes del presidente ruso, Vladimir Putin, durante la cumbre de Beijing, marcaron un fuerte contraste con la propaganda del G7. En realidad, sus palabras estaban dirigidos a todo el Sur Global:
– Rusia cumplirá con sus obligaciones de suministro de energía y fertilizantes.
– Rusia espera una buena cosecha de cereales – y suministrar hasta 50 millones de toneladas a los mercados mundiales.
– Rusia garantizará el paso de los barcos de granos a aguas internacionales a pesar que fue Kiev el que minó los puertos.
– La situación negativa del grano ucraniano se ha exagerado artificialmente.
– El fuerte aumento de la inflación en todo el mundo es el resultado de la irresponsabilidad de los países del G7, no de la Operación Z en Ucrania.
– El desequilibrio de las relaciones mundiales se ha estado gestando durante mucho tiempo y su resultado ha sido la erosión del derecho internacional.
Un sistema alternativo
Putin también abordó directamente uno de los temas clave que los BRICS han estado discutiendo en profundidad desde la década de 2000: el diseño y la implementación de una moneda de reserva internacional:
«El sistema de mensajería financiera de Rusia está abierto para la conexión con los bancos de los países BRICS. El sistema de pago MIR ruso está ampliando su presencia. Estamos explorando la posibilidad de crear una moneda de reserva internacional basada en la canasta de monedas BRICS”
Este desafío al dólar era inevitable después de las histéricas sanciones occidentales posteriores a la Operación Z. La desdolarización impuesta a Moscú y el aumento del comercio entre las naciones BRICS pronostica para 2030, que una cuarta parte de la demanda de petróleo del planeta provendrá de China e India, y Rusia será el proveedor principal.
Lógicamente Rusia, India y China no puede correr el riesgo de quedar excluidos de un sistema financiero dominado por el G7. Incluso la India, que camina sobre la cuerda floja, está empezando a ir en este sentido.
¿Cual “comunidad internacional”?
En su etapa actual, los BRICS representan el 40 % de la población mundial, el 25 % de la economía mundial, el 18 % del comercio mundial y contribuyen con más del 50 % del crecimiento económico mundial. Todos los indicadores están en alza.
Sergey Storchak, CEO del banco ruso VEG, lo ha dicho manera bastante diplomática: “Si las voces de los mercados emergentes no se escuchan en los próximos años, debemos pensar muy seriamente en establecer un sistema regional paralelo, o tal vez un nuevo sistema global”.
Ya se está discutiendo un «sistema regional paralelo» entre la Unión Económica de Eurasia (EAEU) y China, coordinado por el Ministro de Integración y Macroeconomía, Sergey Glazyev, quien recientemente escribió un sorprendente manifiesto que amplía sus ideas sobre la soberanía económica mundial.
Desarrollando el ‘mundo en desarrollo’
Lo que suceda en el frente financiero trans-euroasiático sucederá en paralelo con la estrategia de desarrollo china hasta ahora poco conocida: la Iniciativa de Desarrollo Global (GDI), anunciada por el presidente Xi Jinping en la Asamblea General de la ONU el año pasado.
En el diálogo de los BRICS, se conoció un poco más sobre GDI, una organización creada en 2015 que es parte de la estrategia general de la Iniciativa Belt and Road (BRI) – conocida como las Nuevas Rutas de la Seda-. En pocas palabras, el GDI tiene como objetivo potenciar la cooperación internacional para el desarrollo complementando el financiamiento de una gran cantidad de organismos, a saber; el Fondo de Cooperación Sur-Sur, la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el Fondo Asiático de Desarrollo (ADF) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM).
Las prioridades incluyen “reducción de la pobreza, seguridad alimentaria, vacunas contra el COVID-19”, industrialización e infraestructuras digitales. Posteriormente, se estableció un grupo de Amigos de GDI a principios de 2022 y ya ha atraído a más de 50 países.
BRI y GDI deberían avanzar en conjunto. Durante la Cumbre Xi dejó en claro su análisis de la coyuntura: “algunos países están politizando y marginando esta agenda de desarrollo al construir muros y aplicar sanciones paralizantes a países del BRICS”.
Por otra parte, el cacareado desarrollo sostenible no es exactamente un “mar de tranquilidad” para el G7, y mucho menos de la OTAN.
Siete contra el mundo
El principal objetivo declarado de la cumbre del G7 en los Alpes bávaros es “proyectar la unidad”, con incondicionales del occidente colectivo (incluido Japón) en un “apoyo” sostenible e indefinido a un estado ucraniano irremediablemente fallido.
Esto es parte de lo que llaman con descaro la “lucha contra el imperialismo de Putin”, pero también estaría “la lucha contra el hambre, la pobreza, la crisis sanitaria y el cambio climático”, según el canciller alemán.
En Baviera, Scholz presionó por un Plan Marshall para Ucrania: un concepto ridículo considerando que Kiev y sus alrededores bien podrían reducirse a un estado insignificante para fines de este. La idea que el G7 puede funcionar para “prevenir una hambruna catastrófica alcanza el paroxismo de la incongruencia, ya que la hambruna que se avecina es una consecuencia directa de la histeria de las sanciones impuestas por el G7.
El hecho que Berlín invitara a India, Indonesia, Sudáfrica y Senegal como complementos al G7 sirvió como un alivio casi cómico para los líderes occidentales.
Sería inútil esperar que la colección de mediocridades reunidas en Baviera – bajo el liderazgo de la Führer, Úrsula von der Leyen – hiciera algún análisis sustancial sobre la ruptura de las cadenas de suministro globales y las razones por las que obligó a Moscú a reducir los flujos de gas a Europa. En cambio, se conformaron con echar la culpa de todo a Putin y a Xi.
Ideada por el Imperio de las Mentiras, en la cumbre del G7, se discutió el “Intermarium” una agrupación político-militar que iría desde el Mar Báltico hasta el Mar Negro, con una Ucrania absorbida parcialmente por Polonia, los Tres países enanos del Báltico más Bulgaria, Rumania, Eslovenia, Chequia y probablemente Suecia y Finlandia, aspirantes hasta el momento a la OTAN
¿Un ejemplo a seguir?: Una UE sin control democrático
El modelo impuesto en la UE es particularmente instructivo, especialmente ahora que Gran Bretaña ha vuelto al estatus de un estado insular intrascendente.
Cada año Bruselas emite más de 60 “directrices”. Estas normas se deben transponer al derecho interno de cada Estado miembro de la UE. Estas “directrices” deben aplicarse imperativamente, los parlamentos nacionales, donde supuestamente está representada la voluntad popular, no tienen atribuciones para discutir las “directrices” emanadas desde el Olimpo Bruselense.
Luego hay más de 10.000 “disposiciones europeas”, que los “expertos” de la Comisión Europea han emitido como “recomendaciones” a los gobiernos; son normas de un rígido canon neoliberal que impone gastos, ingresos y ‘reformas’ (salud, educación, pensiones) que deben ser obedecidas sin discusión.
Por lo tanto, los procesos electorales “democráticos”, de todos los países miembros de la UE, no tienen ningún sentido. Los jefes de los gobiernos nacionales de Europa son meros ejecutores de los dictámenes de Bruselas. No hay debate democrático verdadero: la “democracia” al igual que los “valores de la UE”, no son más que cortinas de humo de un poder foráneo.
El gobierno real lo ejerce un puñado de apparatchiks elegidos entre los poderes ejecutivos, que actúan de una manera tremendamente opaca en beneficio de los lobbies empresariales.
La CE está fuera del más mínimo control democrático. Así fue como una mediocre Úrsula von der Leyen (la peor ministra de Defensa de la Alemania moderna) fue encumbrada hasta convertirse en la actual Führer de la CE, y hoy impone no sólo la política exterior de la UE, también la energética y la económica.
¿Qué hay tras la cortina de hojalata?
Desde la perspectiva de Occidente, la Cortina de Hojalata, a pesar de todos sus siniestros matices, es simplemente un entrante antes del plato principal: una confrontación pura y dura en Asia-Pacífico, rebautizada por el Imperio como «Indo-Pacífico», en realidad una copia del conflicto en Ucrania, diseñado para contener BRI y GDI de China.
Como contragolpe, es esclarecedor observar cómo el Ministerio de Relaciones Exteriores de China destaca en detalle el contraste entre el BRICS PLUS, y el combo imperial AUKUS/Quad/IPEF.
BRICS significa multilateralismo; centrarse en el desarrollo global; cooperación para la recuperación económica; y mejorar la gobernanza global.
La armazón inventada por los Estados Unidos, representa la mentalidad de la Guerra Fría; explotar a los países en desarrollo; “unirse” para contener a China; y la política de “Estados Unidos primero” que pretende consagrar con un “orden internacional basado en reglas”.
Sería un error esperar que las luminarias del G7 reunidas en Baviera entiendan lo absurdo que es imponer un precio máximo a las exportaciones rusas de petróleo y gas, por ejemplo. Si eso realmente sucediera, Moscú no tendría problemas para cortar completamente el suministro de energía al G7. Y como se excluirían a otras naciones, el precio del petróleo y el gas que importan aumentaría drásticamente.
BRICS allanando el camino a seguir
Así que no es de extrañar que el futuro sea ominoso. En una sorprendente entrevista a la televisión estatal de Bielorrusia, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, resumió cómo “Occidente teme a la competencia honesta”.
De ahí, el vértice de la cultura de la cancelación, y “la supresión de todo lo que contradiga de alguna manera la visión y ordenamiento neoliberal del mundo”. Lavrov también resumió una posible hoja de ruta del Sur Global:
“No necesitamos un nuevo G8. Ya tenemos estructuras…principalmente en Eurasia. La EAEU está promoviendo activamente los procesos de integración con la República Popular China, alineando la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China con los planes de integración de Eurasia. Los miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático están examinando de cerca estos planes. Varios de ellos están firmando acuerdos de zona de libre comercio con la EAEU. La Organización de Cooperación de Shanghái también es parte de estos procesos… Hay una estructura más allá de las fronteras geográficas de Eurasia”.
“Son los BRICS. Esta asociación depende cada vez menos del estilo occidental de hacer negocios y de las reglas occidentales para las instituciones monetarias, financieras y comerciales internacionales. Prefieren métodos más equitativos que no hagan depender ningún proceso del papel dominante del dólar o de alguna otra moneda. En el G20 están representados los BRICS y cinco países más que comparten las posiciones de los BRICS, mientras que al otro lado de las barricadas está el G7 y sus partidarios”.
“Hay un equilibrio. Pero, el G20 puede deteriorarse si Occidente lo utiliza para avivar la confrontación. Las estructuras que mencioné (SCO, BRICS, ASEAN, EAEU y CIS) se basan en el consenso, el respeto mutuo y en un equilibrio de intereses, en lugar la exigencia de EEUU de aceptar un mundo unipolar”.
¿Cortina de hojalata? Más bien una Cortina rasgada.
29 de junio de 2022
30 de junio de 2022
1 de julio de 2022
2 de julio de 2022
La cumbre de Madrid empuja a la Unión Europea a los brazos de la OTAN y aleja la idea de un ejército europeo
20 minutos EMILIO ORDIZ
La OTAN y la Unión Europea son complementarias. Esa es la premisa que más repitieron los líderes de Estados miembros en la cumbre de Madrid. Pero la realidad parece ser otra: el reforzamiento de la Alianza Atlántica desemboca en una Unión más dependiente en materia de Defensa del atlantismo y, por tanto, más sujeta a los designios de Estados Unidos. El Alto Representante de la UE, Josep Borrell, ha insistido durante los últimos meses en la necesidad de un bloque de 27 más soberano respecto a Washington, sobre todo desde la retirada fallida de Afganistán. Pero ahora la situación ha cambiado.
Una vez que se consume la entrada en la OTAN de Finlandia y Suecia, el 97% del territorio de la Unión Europea ya estará cubierto por el escudo militar y nuclear que ofrece la Alianza y esto tiene una doble lectura: la Unión Europea, neófita en materia militar como bloque, se sabe incapaz de afrontar los retos presentes y futuros, por lo que necesita a la OTAN, pero al mismo tiempo la inestabilidad de EEUU es también un riesgo. Una derrota demócrata en 2024 en favor de nuevo del trumpismo (no necesariamente de Donald Trump, pero sí de sus planteamientos) volvería a cambiar el contexto.
Sobre el papel, los 27 coinciden en la necesidad de una UE "más fuerte y capaz en el ámbito de la seguridad y la defensa". Y en esa línea se pronunciaron los líderes de las instituciones europeas. "No solo debemos invertir más, sino ciertamente gastar e invertir más, juntos. Con opciones como mercados conjuntos, reforzar la base industrial y tecnológica europea en ese ámbito. Especialmente teniendo en cuenta el papel de las pymes", comentó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, siguiendo el argumentario del propio Borrell. Para el Alto Representante la clave está en "incrementar el gasto militar de manera coordinada, gastando más y mejor, juntos".
La idea de una fuerza de acción rápida
En este sentido, también han pedido a la Comisión Europea la presentación de un posible programa europeo conjunto de inversión en Defensa, "que incluya la exploración de un vehículo para la exención del IVA y para proyectos europeos de Defensa de gran interés común". La base de estos planes es la Brújula Estratégica presentada por el Servicio Europeo de Acción Exterior hace ya varios meses. En ella, entre otras cosas, Borrell defiende lanzar en la próxima década una fuerza militar común de acción rápida, dotada de hasta 5.000 soldados, para reaccionar en situaciones de crisis. Los líderes de los 27 bendijeron en su momento esta idea, entendida por muchos como el germen de un ejército europeo aún lejano.
¿Pero tan lejano? La realidad es que sí. Las decisiones en materia de defensa tienen que darse "por unanimidad" en el Consejo Europeo, y los pasos que se den tienen que hacerse respetando también las decisiones de la OTAN. El poder está en manos de los Estados miembros, y estos directamente están divididos: están precisamente los que prefieren la formación de un ejército europeo, conocidos como europeístas. Son pesos pesados como Francia o Alemania, y también España e Italia. En el otro lado están los llamados atlantistas, que defienden que la UE siga apegada a los pasos que dé la OTAN, como sucede actualmente, y que genera una dependencia de Estados Unidos. Es el caso de Portugal, Polonia o Hungría.
La UE, de momento y para el corto y medio plazo, está irrenunciablemente 'esposada' a la Alianza Atlántica, y la cumbre de Madrid refuerza esa dependencia. En ese escenario, Daniel Gil, de The Political Room, explica a 20minutos que "hay que ver primero qué esfuerzos va a hacer la UE en materia de Defensa, porque quitando la unidad de intervención rápida y la promesa de que la Comisión sea la coordinadora en este sentido, lo demás no pasa de declaraciones. La invasión de Ucrania lo que ha hecho es reforzar el papel de los Estados miembros". Ahora mismo "tenemos muy poco sobre proyectos conjuntos" y la UE "está arrastrando los pies por razones internas".
"La Unión no está haciendo el trabajo que tiene que hacer, y eso no es culpa de la OTAN ni de EE UU", aunque, dice, "la Alianza claro que puede ralentizar el trabajo que pueda hacer la Unión en este aspecto". Gil asegura que "no necesariamente hay nada perverso", sino simplemente pensar en clave nacional. "La Defensa ahora mismo los países ya la tienen garantizada con el paraguas de la OTAN". Pero aquí llega un aviso: "La UE juega con fuego porque el futuro de Estados Unidos es claramente incierto; es muy difícil prever cómo va a ser EE UU en dos o tres años". Gil saca una conclusión. "Cuanto más se refuerce la OTAN, más lo hace la dependencia de EE UU y eso sí que supone un riesgo para la UE porque Estados Unidos nunca ha estado en un momento de debilidad tal como el que vive ahora mismo a nivel interno".
En todo caso, la UE no tiene tantas opciones. "En 2024 hay elecciones en Estados Unidos y en dos años la Unión no puede convertirse en un actor independiente en materia de Defensa cuando no ha conseguido serlo en décadas", cuenta el analista, para el que lo más importante ahora es que la UE "marque su propio camino e intente paliar las consecuencias más inmediatas y graves de la guerra y reforzar todo lo posible sus capacidades en los próximos 24 meses". En definitiva, "la UE tiene que prepararse para un mundo en el que Estados Unidos no nos va a defender siempre".
Por su parte, Guillermo Íñiguez, analista político y máster en Derecho Europeo por la London School of Economics, sostiene que hay dos problemas: "Uno ha sido la falta de realismo de Macron -pues Francia es el país que más defiende una UE de la Defensa- en cuanto a la integración europea se refiere, y el otro que la Unión ha sido víctima de su propia estructura, en la que las presidencias semestrales del Consejo no permiten plantear proyectos a medio plazo".
Íñiguez considera que "si había un momento en el que la soberanía europea podía imponerse en la agenda eran estos últimos meses", pero la cumbre de la OTAN "ha dejado claro que no hay una estrategia europea que permita olvidarse de la Alianza". Así, el analista cree que "cualquier escenario de una Europa de la Defensa tiene que pasar por una colaboración con la OTAN", pero esto "no quiere decir que la política europea de Defensa no se tenga que desarrollar", pero parece "muy difícil pensar en un sustituto europeo de la Alianza Atlántica".
Una vez que se consume la entrada en la OTAN de Finlandia y Suecia, el 97% del territorio de la Unión Europea ya estará cubierto por el escudo militar y nuclear que ofrece la Alianza y esto tiene una doble lectura: la Unión Europea, neófita en materia militar como bloque, se sabe incapaz de afrontar los retos presentes y futuros, por lo que necesita a la OTAN, pero al mismo tiempo la inestabilidad de EEUU es también un riesgo. Una derrota demócrata en 2024 en favor de nuevo del trumpismo (no necesariamente de Donald Trump, pero sí de sus planteamientos) volvería a cambiar el contexto.
Sobre el papel, los 27 coinciden en la necesidad de una UE "más fuerte y capaz en el ámbito de la seguridad y la defensa". Y en esa línea se pronunciaron los líderes de las instituciones europeas. "No solo debemos invertir más, sino ciertamente gastar e invertir más, juntos. Con opciones como mercados conjuntos, reforzar la base industrial y tecnológica europea en ese ámbito. Especialmente teniendo en cuenta el papel de las pymes", comentó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, siguiendo el argumentario del propio Borrell. Para el Alto Representante la clave está en "incrementar el gasto militar de manera coordinada, gastando más y mejor, juntos".
La idea de una fuerza de acción rápida
En este sentido, también han pedido a la Comisión Europea la presentación de un posible programa europeo conjunto de inversión en Defensa, "que incluya la exploración de un vehículo para la exención del IVA y para proyectos europeos de Defensa de gran interés común". La base de estos planes es la Brújula Estratégica presentada por el Servicio Europeo de Acción Exterior hace ya varios meses. En ella, entre otras cosas, Borrell defiende lanzar en la próxima década una fuerza militar común de acción rápida, dotada de hasta 5.000 soldados, para reaccionar en situaciones de crisis. Los líderes de los 27 bendijeron en su momento esta idea, entendida por muchos como el germen de un ejército europeo aún lejano.
¿Pero tan lejano? La realidad es que sí. Las decisiones en materia de defensa tienen que darse "por unanimidad" en el Consejo Europeo, y los pasos que se den tienen que hacerse respetando también las decisiones de la OTAN. El poder está en manos de los Estados miembros, y estos directamente están divididos: están precisamente los que prefieren la formación de un ejército europeo, conocidos como europeístas. Son pesos pesados como Francia o Alemania, y también España e Italia. En el otro lado están los llamados atlantistas, que defienden que la UE siga apegada a los pasos que dé la OTAN, como sucede actualmente, y que genera una dependencia de Estados Unidos. Es el caso de Portugal, Polonia o Hungría.
La UE, de momento y para el corto y medio plazo, está irrenunciablemente 'esposada' a la Alianza Atlántica, y la cumbre de Madrid refuerza esa dependencia. En ese escenario, Daniel Gil, de The Political Room, explica a 20minutos que "hay que ver primero qué esfuerzos va a hacer la UE en materia de Defensa, porque quitando la unidad de intervención rápida y la promesa de que la Comisión sea la coordinadora en este sentido, lo demás no pasa de declaraciones. La invasión de Ucrania lo que ha hecho es reforzar el papel de los Estados miembros". Ahora mismo "tenemos muy poco sobre proyectos conjuntos" y la UE "está arrastrando los pies por razones internas".
"La Unión no está haciendo el trabajo que tiene que hacer, y eso no es culpa de la OTAN ni de EE UU", aunque, dice, "la Alianza claro que puede ralentizar el trabajo que pueda hacer la Unión en este aspecto". Gil asegura que "no necesariamente hay nada perverso", sino simplemente pensar en clave nacional. "La Defensa ahora mismo los países ya la tienen garantizada con el paraguas de la OTAN". Pero aquí llega un aviso: "La UE juega con fuego porque el futuro de Estados Unidos es claramente incierto; es muy difícil prever cómo va a ser EE UU en dos o tres años". Gil saca una conclusión. "Cuanto más se refuerce la OTAN, más lo hace la dependencia de EE UU y eso sí que supone un riesgo para la UE porque Estados Unidos nunca ha estado en un momento de debilidad tal como el que vive ahora mismo a nivel interno".
En todo caso, la UE no tiene tantas opciones. "En 2024 hay elecciones en Estados Unidos y en dos años la Unión no puede convertirse en un actor independiente en materia de Defensa cuando no ha conseguido serlo en décadas", cuenta el analista, para el que lo más importante ahora es que la UE "marque su propio camino e intente paliar las consecuencias más inmediatas y graves de la guerra y reforzar todo lo posible sus capacidades en los próximos 24 meses". En definitiva, "la UE tiene que prepararse para un mundo en el que Estados Unidos no nos va a defender siempre".
Por su parte, Guillermo Íñiguez, analista político y máster en Derecho Europeo por la London School of Economics, sostiene que hay dos problemas: "Uno ha sido la falta de realismo de Macron -pues Francia es el país que más defiende una UE de la Defensa- en cuanto a la integración europea se refiere, y el otro que la Unión ha sido víctima de su propia estructura, en la que las presidencias semestrales del Consejo no permiten plantear proyectos a medio plazo".
Íñiguez considera que "si había un momento en el que la soberanía europea podía imponerse en la agenda eran estos últimos meses", pero la cumbre de la OTAN "ha dejado claro que no hay una estrategia europea que permita olvidarse de la Alianza". Así, el analista cree que "cualquier escenario de una Europa de la Defensa tiene que pasar por una colaboración con la OTAN", pero esto "no quiere decir que la política europea de Defensa no se tenga que desarrollar", pero parece "muy difícil pensar en un sustituto europeo de la Alianza Atlántica".
3 de julio de 2022
Resulta insoportable la hipocresía y arrogancia, de Joe Biden y sus cómplices de la OTAN, cuando exaltan la democracia, el orden basado en reglas. La dura verdad es otra: Estados Unidos y la OTAN son los verdaderos enemigos de la paz mundial.
4 de julio de 2022
5 de julio de 2022
Una lista de lo conversado (el panel armónicamente está de acuerdo en todo) se vería más o menos así:
- Estados Unidos cometió un error al no avanzar lo suficiente en la desintegración territorial de la Unión Soviética y hoy estamos viendo sus resultados.
- Siempre fue falsa "la narrativa" con la que la Unión Soviética se presentaba como la fuerza socialista, equivalente a liberación, de cara al Tercer Mundo y en oposición al neocolonialismo norteamericano y europeo.
- Occidente (así denominaban a Europa y Estados Unidos los panelistas) debe apoyar a las distintas sociedades civiles dentro de la Federación y fuera de ella, en el espacio post-soviético, donde se hace necesario sacar del centro de influencia a Moscú.
- La guerra en Ucrania es una de agresión perpetrada por Rusia en su proceso de restitución de la Unión Soviética/impero zarista (según quién lo diga) y nada de lo que haga ahí es inferior a crímenes de guerra y genocidio.
- Que Asia Central y Europa del Este están atravesando un despertar decolonial, y urge apoyar a las sociedades civiles ahí y en las distintas repúblicas dentro de la Federación Rusa.
- Que es un grave error no hacerlo e ignorar, dentro de Rusia, a los distintos movimientos de "federalismo democrático", "anti-colonialistas, pro-soberanía o antimperialistas" en el "último imperio europeo que nunca pasó por un proceso de descolonización" (sic), algo que, sostienen, es ahora inminente como consecuencia de la operación militar especial en Ucrania, puesto que la recesión económica está a la vuelta de la esquina junto a la derrota militar, afirman al unísono.
- Por todo lo anterior, el gobierno de los Estados Unidos debería comenzar a producir legislación en ese sentido para "no cometer el mismo error" que en 1991 y, ahora sí, deshacerse de una buena vez de esa "cárcel de pueblos". Se trata de un imperativo moral porque, de lo contrario, volveremos a estar en este mismo punto de la historia más adelante.
Serguei Lavrov suele comparar a Occidente con una fiera herida. Y estima que es mejor no provocarlo para evitar que destroce todo en un ataque de locura. Es mejor guiarlo en paz hacia el cementerio. Pero Occidente no lo ve de la misma manera. Washington y Londres están embarcados en una cruzada contra Moscú y Pekín. Rugen constantemente y parecen dispuestos a todo. Pero, ¿qué pueden hacer en realidad?
7 de julio de 2022
8 de julio de 2022
9 de julio de 2022
11 de julio de 2022
12 de julio de 2022
13 de julio de 2022
John Bolton, experto en dar golpes de Estado (según dice él mismo)
El exasesor de Seguridad Nacional de EEUU, comentó así, de pasadita, en una entrevista en CNN, que él mismo ayudó a planear golpes de Estado. Quien fuera parte del Gobierno de Trump, puntualizó, eso sí, que aunque organizó golpes de Estado en varios lugares del mundo, nunca intentó llevar uno a cabo dentro de EEUU. Ah, menos mal, es un alivio saberlo Y, como quien diera consejos a las nuevas generaciones diplomáticas estadounidenses, aprovechó su experticia en la materia para recordar que organizar un coup d’etat no es una tarea cualquiera y requiere "mucho trabajo". |
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ALEXANDER DUGIN EN LA UNT: PERSPECTIVAS GEOPOLÍTICAS DEL ESCENARIO INTERNACIONAL CONTEMPORÁNEO 07-22
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14 de julio de 2022
15 de julio de 2022
16 de julio de 2022
17 de julio de 2022
18 de julio de 2022
20 de julio de 2022
21 de julio de 2022
10 de agosto de 2022
La mariconada en la milicia Occidental: