Director de la CIA reafirma que no hubo tal “Síndrome de La Habana”
Desde 2016 estadounidenses afectados por el síndrome decían sufrir mareos, dolores de cabeza y un sonido intenso y doloroso en los oídos. El síndrome fue reportado por primera vez en Cuba y desde entonces se registraron casos en Ginebra, Berlín y otros lugares.
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El director de la Agencia Central de Inteligencia, William J. Burns, se retractó nuevamente de las acusaciones que lanzó hace seis años sobre el llamado “Síndrome de La Habana” con el que supuestamente se habían visto afectada la salud de algunos funcionarios norteamericanos que trabajaban en Cuba y en otros lugares del mundo.
En una entrevista con la corresponsal de NBC News, Andrea Mitchell, durante el reciente Foro de Seguridad de Aspen, Colorado, Burns dijo que los hallazgos preliminares publicados recientemente por la comunidad de inteligencia, no podían determinar la participación de un país extranjero “o los rusos” en una “campaña global sostenida para dañar al personal estadounidense con un arma o algún tipo dispositivo externo".
Cuando se le preguntó sobre la causa de las supuestas enfermedades, Burns trató de eludir la pregunta y, en lugar de una respuesta directa, habló sobre la importancia de brindar atención médica al personal estadounidense.
Agregó que “en la mayoría de los incidentes (...) se podían encontrar explicaciones alternativas razonables, ya fueran otros factores ambientales o condiciones médicas preexistentes u otro tipo de explicaciones médicas”.
Una investigación exhaustiva realizada por científicos prestigiosos ya había desacreditado las acusaciones de Washington sobre supuestos "ataques sónicos" a agentes de la CIA que trabajaban en la embajada de Estados Unidos en La Habana en 2016.
El personal estadounidense que informó sobre los misteriosos problemas de salud, ahora recibirá un pago de seis cifras del Congreso, a pesar de que el síndrome de La Habana se ha convertido en un engaño.
En una entrevista con la corresponsal de NBC News, Andrea Mitchell, durante el reciente Foro de Seguridad de Aspen, Colorado, Burns dijo que los hallazgos preliminares publicados recientemente por la comunidad de inteligencia, no podían determinar la participación de un país extranjero “o los rusos” en una “campaña global sostenida para dañar al personal estadounidense con un arma o algún tipo dispositivo externo".
Cuando se le preguntó sobre la causa de las supuestas enfermedades, Burns trató de eludir la pregunta y, en lugar de una respuesta directa, habló sobre la importancia de brindar atención médica al personal estadounidense.
Agregó que “en la mayoría de los incidentes (...) se podían encontrar explicaciones alternativas razonables, ya fueran otros factores ambientales o condiciones médicas preexistentes u otro tipo de explicaciones médicas”.
Una investigación exhaustiva realizada por científicos prestigiosos ya había desacreditado las acusaciones de Washington sobre supuestos "ataques sónicos" a agentes de la CIA que trabajaban en la embajada de Estados Unidos en La Habana en 2016.
El personal estadounidense que informó sobre los misteriosos problemas de salud, ahora recibirá un pago de seis cifras del Congreso, a pesar de que el síndrome de La Habana se ha convertido en un engaño.