Economista ruso: “el nuevo orden económico mundial estará inspirado en la ideología socialista”
Observatorio de la crisis
10 de abril de 2022
La revista digital The Saker entrevista s Sergei Glazyev, economista, miembro de la Academia Rusa de Ciencias y Ministro de Integración y Macroeconomía de la Unión Económica de Eurasia (EAEU)
La siguiente entrevista fue realizada días antes que Rusia exigiera el pago del gas en rublos y que indexara el rublo al oro, provocando una vertiginosa revaloración de su moneda.
– Estimado Sergei, usted escribió hace 6 años un libro que anticipaba los acontecimientos que estamos viviendo ¿Cuál es la tesis de “La última guerra mundial”?
Existen patrones de desarrollo económico a largo plazo, cuyo análisis y comprensión permite prever los acontecimientos que se están produciendo en la actualidad. Ahora estamos experimentando un cambio simultáneo en las estructuras tecnológicas y económicas mundiales. La base tecnológica de la economía está cambiando, hay una transición a tecnologías fundamentalmente nuevas y el sistema de gestión también está cambiando.
Eventos como este ocurren aproximadamente una vez por siglo. Sin embargo, las estructuras tecnológicas cambian aproximadamente una vez cada 50 años, y su cambio suele ir acompañado de una revolución tecnológica, una depresión y una carrera armamentista. Y las estructuras económicas mundiales cambian una vez cada 100 años, y su cambio va acompañado de guerras mundiales y revoluciones sociales.
Veamos, hace 100 años, el Imperio Británico estaba tratando de mantener su hegemonía en el mundo. Cuando estaba perdiendo económicamente frente a los recursos combinados del Imperio Ruso y Alemania, desató la Primera Guerra Mundial, inducida por la inteligencia británica. ¿El resultado? Los tres imperios europeos se autoliquidaron. Estoy hablando del colapso de la Rusia zarista, de los imperios alemán y austrohúngaro, pero, deberíamos agregar un cuarto: el fin del imperio turco-otomano.
En cuanto a Gran Bretaña, durante algún tiempo mantuvo el dominio mundial y se convirtió transitoriamente en el imperio más grande del planeta. Pero debido a las leyes inexorables del desarrollo socioeconómico, la estructura económica mundial colonial, basada de hecho en el trabajo esclavo, ya no podía asegurar el crecimiento económico. Los nuevos métodos de producción en masa llegaron a ser mucho más eficiente que los sistemas administrativos de los imperios coloniales del siglo XIX.
El surgimiento de estados sociales en la URSS ( y EEUU) con sistemas de control centralizados hizo posible un fuerte salto en su desarrollo económico. En Europa, el sistema de gobierno corporativo se formó, lamentablemente, según el modelo nazi en Alemania, y no sin la ayuda de la inteligencia británica.
Hitler, contando con el apoyo de los servicios de inteligencia británicos y el capital estadounidense, implementó rápidamente un sistema de gestión empresarial centralizado, lo que permitió al Tercer Reich atrapar rápidamente toda Europa, pero la Unión Soviética derrotó al fascismo alemán (más precisamente, europeo, teniendo en cuenta las realidades de hoy). Después de la segunda guerra, quedaron dos modelos en el mundo, en estructura económica mundial: el soviético y el occidental (con centro en los EEUU).
– Ahora, al parecer, el período “unipolar estadounidense” estaría terminando y, probablemente, no gracias a Rusia, sino principalmente a China ¿Es así?
En efecto, las estructuras verticales jerárquicas características de la economía mundial imperial resultaron ser demasiado rígidas para asegurar procesos de innovación continuos y perdieron su efectividad comparativa para asegurar el crecimiento de la economía mundial.
En la periferia del imperio, se ha formado un nuevo orden económico mundial, que se basa en modelos de gestión flexibles, una organización de la producción en red, donde el estado funciona como un integrador, uniendo los intereses de varios grupos sociales en torno a lograr un objetivo: elevar el bienestar publico. El ejemplo más impresionante de una estructura económica integral de este tipo es China, que durante más de 30 años ha superado en tres veces la tasa de crecimiento de la economía estadounidense. China ya ha superando a Estados Unidos en términos de producción, exportaciones de bienes de alta tecnología y tasas de crecimiento.
Otro ejemplo de un modelo de un nuevo orden económico mundial, que llamamos integral (por el hecho que el estado une a grupos sociales con diferentes intereses), es la India. Este país tiene un sistema político diferente, pero el gobierno está obligado, por razones históricas, a dar primacía a los intereses públicos sobre los privados, la única alternativa que tiene el Estado Indio es maximizar las tasas de crecimiento para combatir la pobreza. En este sentido, podríamos decir que el nuevo orden económico mundial debería ser de ideología socialista.
Un sistema económico que deberá utilizar los mecanismos del mercado y una concentración de recursos públicos en manos del estado con el objetivo de asegurar el desarrollo exitoso de una revolución tecnológica.
Si observamos las tasas de crecimiento después de 1995, vemos que la economía china ha crecido 10 veces, mientras que la economía estadounidense ha crecido sólo un 15 por ciento. Por lo tanto, ya es indiscutible que en la actualidad el ritmo del desarrollo económico mundial se está desplazando hacia Asia: China, India y los países del Sudeste Asiático ya producen más productos que EEUU y la UE juntos.
El centro de reproducción de la economía mundial se ha movido al Sudeste Asiático. Si a estos países les sumamos Japón o Corea, donde el sistema de gestión también se propone como objetivo aumentar el bienestar público, entonces podemos decir que esta nueva estructura económica mundial será la dominante.
Por supuesto, la élite gobernante estadounidense no puede estar de acuerdo con un sistema de gestión donde no dominen los interese privados. Entonces podríamos decir que, por la dimensión y capacidad de estos países, una nueva estructura económica mundial gobernará el mundo.
– Pero, occidente no lo aceptará…
Al igual que hace un siglo con el Imperio Británico, hoy Estados Unidos tratará por todos los medios mantener su hegemonía en el mundo. Los acontecimientos que tienen lugar en estos días son una manifestación de cómo la poderosa élite oligárquica y financiera estadounidense está tratando de mantener la dominación del mundo.
Se puede decir que durante los últimos 15 años han estado librando una guerra híbrida; han provocado el caos en los países que no puede controlar y a la vez han tratado de frenar el desarrollo de la República Popular China. Pero, debido a su envejecido sistema de gobierno no han podido lograrlo.
La crisis financiera de 2008 fue decisiva, a partir de ese hecho el ciclo de vida del viejo orden realmente se terminó. La crisis se inició un proceso de redistribución masiva de capitales hacia un nuevo orden tecnológico, cuyo núcleo es un complejo de nano-bioingeniería, tecnologías de la información y de la comunicación. Todos los países comenzaron a inflar sus economías con dinero.
Lo más simple es que los gobiernos proporcionen a las empresas acceso a dinero barato a largo plazo para que puedan adoptarse a las nuevas tecnologías. Pero, en Estados Unidos y Europa esos fondos se destinaron principalmente a crear nuevas burbujas financieras y ha cubrir sus déficits presupuestarios.
Al contrario, China dirigió una colosal cantidad de dinero al crecimiento y desarrollo de nuevas tecnologías. No hubo burbujas financieras. Entonces, la altísima monetización de la economía china no trajo inflación. El crecimiento de la oferta monetaria estuvo acompañado por un aumento en la producción de bienes, un aumento en el gasto público en bienestar y con la introducción de tecnologías avanzadas.
La competencia económica ha llevado a Estados Unidos perder su liderazgo. Y aunque Donald Trump intentó contener el desarrollo de China a través de una guerra comercial no logró nada.
–¿Le faltó determinación a Trump?
Trump fracasó, porque China tiene un sistema de gestión más eficiente, un sistema que le permite concentrar al máximo los recursos de producción disponibles. Al mismo tiempo, tiene una gestión eficaz del dinero centrado en el sector real de la economía y en la financiación de inversiones para el desarrollo. China tiene la tasa de ahorro más alta del mundo, con alrededor del 45 por ciento del PIB invertido, esto en comparación con el 20 por ciento en Estados Unidos o Rusia. El sistema chino asegura las altísimas tasas de crecimiento para su economía.
En resumen, Estados Unidos estaba condenado a perder esta guerra comercial porque China podía producir de manera más eficiente y financiar el desarrollo de manera más barata. Todo su sistema bancario es de propiedad estatal, funciona como una sola institución de desarrollo, dirigiendo los flujos de efectivos para expandir la producción y desarrollar las nuevas tecnologías.
En Estados Unidos, la emisión de dinero se destina a financiar el déficit presupuestario y se están eternizando las burbujas financieras. Como resultado, la eficiencia del sistema económico y financiero de EEUU es apenas del 20 por ciento, esto significa que apenas uno de cada cinco dólares llega al sector real. En China el 90 por ciento (es decir, casi todos los yuanes que crea su Banco Central) alimenta la expansión de la producción y asegura un crecimiento económico alto.
El intento de Trump de limitar el desarrollo de China a través de una guerra comercial fracasó. Al mismo tiempo, produjeron un boomerang en Estados Unidos. Luego, al parecer, los estadounidenses abrieron un frente de guerra biológica con la esperanza de que los líderes chinos no pudieran hacer frente a la epidemia del Covid.
Sin embargo, la epidemia demostró las deficiencias de la atención médica en los Estados Unidos. El sistema de gobierno chino también ha mostrado una mayor eficacia en el campo de la salud publica. En China, la tasa de mortalidad es significativamente más baja y la pandemia se trató mucho más rápido.
En 2020, en el punto más alto de la pandemia, China creció un 2 por ciento, mientras en Estados Unidos hubo una caída del 10 por ciento del PIB (la mayor caída desde la Segunda Guerra Mundial. Ahora, los chinos han restablecido su tasa de crecimiento. Es de un 7 por ciento anual. Nadie, en el ámbito económico tiene dudas: la República Popular China continuará desarrollándose y expandiendo su producción con las nuevas tecnologías.
Paralelamente a la guerra comercial contra China, los servicios de inteligencia estadounidenses preparaban una guerra contra Rusia. La tradición geopolítica anglosajona considera a nuestro país el principal obstáculo para establecer la dominación mundial de la élite financiera estadounidense y británica. Hay que decir que la guerra contra la Federación Rusa se desarrolló inmediatamente después de la anexión de Crimea y después que los servicios especiales estadounidenses organizaran un golpe de estado en Ucrania.
Se puede decir que engañaron a Rusia, porque en la práctica Estados Unidos controla todos los mecanismos de poder militar en Ucrania. Los estadounidenses echaron raíces a partir del golpe de estado, no solo crearon un bastión anti-ruso, también entrenaron a las fuerzas armadas y formaron militarmente a miles de combatientes de ideología nazi. Los entrenaron a todos juntos (nazis y nacionalistas) en sus academias. Durante 8 años han estado preparando a las Fuerzas Armadas de Ucrania para la lucha contra un único enemigo: Rusia. Mientras tanto, los medios de comunicación, que en Ucrania también están completamente controlados por los estadounidenses, formaron la imagen del enemigo ruso en la mente de la gente.
Además, Estados Unidos utilizó el frente monetario y financiero en esta guerra híbrida contra la Federación Rusa. En 2014, introdujeron las primeras sanciones financieras y eliminaron una parte importante de los préstamos occidentales de la economía rusa. Ahora estamos presenciando la siguiente fase. Lo que han hecho es desconectar a Rusia del sistema monetario y financiero mundial, que dominan. Anticipe todo esto hace 10 años, basado en un estudio meticuloso de la lógica de la élite gobernante de los EEUU.
La geopolítica anglosajona ha estado tradicionalmente orientada contra Rusia, después contra la URSS y ahora contra la Federación Rusa. El Imperio Británico, veía a Rusia como el principal oponente de los anglosajones. Toda la llamada “ciencia geopolítica” que se escribía en Londres se reducía a un conjunto de recomendaciones sobre cómo destruir a Rusia como fuerza dominante en Eurasia. Me refiero a todo tipo de construcciones especulativas como “potencias marítimas contra potencias continentales”, etc.
– ¿Los rusos se han interpuesto, de alguna manera, en el camino de las “potencias marítimas”?
No, pero occidente sostiene una tesis desde hace 200 años: quien controla Eurasia controla el mundo. Con el tiempo, la aplicación de esta fórmula geopolítica ha ido mucho más allá. Según la opinión del fallecido geopolítico Zbigniew Brzezinski: “para derrotar a Rusia hay que separarla de Ucrania”. Todo este dogma, que, al parecer, pasó a la historia hace mucho tiempo, se ha seguido reproduciendo en el pensamiento de la élite política estadounidense.
Debo decir que todavía hay cursos de geopolítica del siglo XIX en la Universidad de Harvard y de Yale, destinados a formar a los futuros políticos estadounidenses con prejuicios antirrusos. Esta vieja corriente rusofóbica ha sido la característica de la geopolítica anglosajona, consideran a Rusia como su principal oponente político.
Entonces, lo que está sucediendo hoy se ha podido anticipar estudiando los patrones de desarrollo económico a largo plazo y la rusofobia de la élite política anglosajona. Después que la guerra económica contra la República Popular China fracasó, los estadounidenses condujeron el golpe principal contra Rusia, a la que consideran un eslabón débil en la geopolítica y la economía mundial.
Los anglosajones buscan dominar a Rusia para controlar sus recursos naturales y, al mismo tiempo, debilitar a China, porque la alianza estratégica entre la Federación Rusa y China es demasiado grande para conservar la dominación mundial de Estados Unidos. No tienen el poder económico ni el poder militar para destruirnos juntos, ni tampoco por separado, por esta razón Washington inicialmente trató de enemistarnos con China.
Esa táctica no les funcionó. Pero, han usando, diría, nuestro sosiego para controlar totalmente a Ucrania. Y, hoy están usando a esta república hermana como arma de guerra contra Rusia. Luego, los planes de la elite económica occidental es controlar nuestros recursos y debilitar la posición de China. En general, todo esto es obvio, como dos más dos son cuatro.
– Probablemente, esto es obvio, pero no para todos. Entre la élite rusa hay muchos opositores a una alianza con China. Al menos, antes de la operación especial en Ucrania, a estas personas les parecía que la cultura estadounidense y occidental es más más cercana a nosotros y que siempre encontraremos un lenguaje común con nuestros «socios occidentales».
Sabes, en 2015 en “La última guerra mundial” sostuve que Estados Unidos se embarcó en una guerra híbrida mundial (que comenzó con las revoluciones naranjas para perturbar regiones del mundo que no controlaba) con el fin de fortalecer su posición y debilitar la posición de sus rivales geopolíticos.
Después del discurso de Múnich del presidente Putin (febrero de 2007) se dieron cuenta que habían perdido el control sobre la Rusia neoliberal de Yeltsin, y esto les preocupó seriamente. En 2008 estalló la crisis financiera y quedó claro que se iniciaba la transición hacia un nuevo orden tecnológico: el viejo orden económico y el sistema de gestión anterior ya no aseguraban un desarrollo económico sostenible.
China estaba a la cabeza. Entonces, sus estrategas deciden aplicar la lógica de una guerra, pero con una concepción distinta de la guerra, con métodos que existían en el siglo pasado: establecen tres frentes de combate principales: uno, monetario-financiero (donde Estados Unidos todavía domina el mundo), uno, comercial-económico (donde ya han perdido frente a China) y uno comunicacional-cognitivo (donde los americanos tienen tecnologías superiores a las nuestras).
También han desarrollado otros frentes: el cuarto es el biológico, se abrió con el coronavirus desde el laboratorio chino-estadounidense en Wuhan. Hoy sabemos que existe toda una red de laboratorios biológicos en Ucrania. Estados Unidos se ha estado preparando durante mucho tiempo para abrir el frente biológico en una guerra mundial híbrida.
El quinto frente, es, obviamente el frente de la lucha de combate físico-cinético, es la última herramienta para obligar a los estados que controlan a una obediencia incondicional. Hoy, la situación en este frente también se está desarrollando en Ucrania. Sin embargo, se están realizando operaciones activas en los cinco frentes de la guerra híbrida mundial y el resultado puede predecirse.
Los estadounidenses no podrán ganar, tampoco los británicos no lo lograron en su momento. Y aunque Gran Bretaña ganó formalmente la Segunda Guerra Mundial, perdió política y económicamente. Los británicos perdieron todo su Imperio, perdieron más del 90 por ciento del territorio que dominaban y el 95 por ciento de la población.
Dos años después de la Segunda Guerra Mundial, el Imperio Británico se derrumbó como un castillo de naipes, porque los otros dos vencedores, la URSS y los EEUU, no necesitaban un imperio, lo veían como un anacronismo. Hoy lo anacrónico es el sistema dominado por EEUU; el mundo no necesita las corporaciones transnacionales estadounidenses, ni el dólar estadounidense, ni sus tecnologías monetarias, ni las pirámides financieras. Todo esto será cosa del pasado en un futuro próximo. El Sudeste Asiático se convertirá en el líder en el desarrollo económico mundial, y un nuevo orden económico mundial se formará ante nuestros propios ojos.
– Parafraseando a Erich Remarque, podemos decir que finalmente hay “novedades en el frente occidental”. Pero, ¿qué señales observa para que este poderoso sistema global se convierta en una cosa del pasado?
Después que los estadounidenses se apoderaron de las reservas de divisas iraníes, afganas, venezolanas y ahora las rusas, ha quedado completamente claro que el dólar dejó de ser una divisa confiable. Siguiendo a los estadounidenses, los europeos cometieron esta misma estupidez: el euro y la libra dejaron de ser monedas mundiales y confiables. Por lo tanto, el viejo sistema monetario y financiero vive sus últimos días.
Cuando los dólares estadounidenses, que nadie necesita, sean enviados de regreso a Estados Unidos desde los países asiáticos, el colapso del sistema monetario y financiero mundial basado en dólares y euros será inevitable. Los países líderes de Asia ya están intercambiando el comercio con monedas nacionales. El euro y el dólar están dejando de ser las monedas para las reservas de divisas.
– ¿Cómo ve el mundo tras la desaparición del monopolio del dólar?
Actualmente estamos trabajando en un proyecto para un tratado internacional sobre la introducción de una nueva moneda de liquidación mundial vinculada a las monedas nacionales de los países participantes y para intercambiar mercancías que determinan valores reales. No necesitaremos bancos estadounidenses y europeos.
Un nuevo sistema de pago basado en modernas tecnologías digitales como el blockchain se está desarrollando en todo el mundo, con esta tecnología los bancos pierden importancia. El capitalismo clásico basado en la banca privada se está esfumando. El derecho internacional será restaurado. Todas las relaciones internacionales clave, incluida la emisión de circulación mundial de moneda, comienzan a formarse sobre la base de acuerdos entre las naciones.
Al mismo tiempo, se recupera la importancia de la soberanía nacional, porque los países soberanos se ponen de acuerdo. La base de la cooperación económica global es la inversión conjunta para mejorar el bienestar de los pueblos. La apertura comercial deja de ser una prioridad, se respetarán las prioridades nacionales, cada estado construirá un sistema de protección de su mercado interno y el espacio económico que considere necesario.
Ante nuestros ojos, se está formando una nueva estructura económica mundial, integral, en la que algunos estados y bancos privados pierden el monopolio sobre la emisión de dinero, sobre el uso de la fuerza militar, etc. La era de la globalización liberal esta terminando.
– ¿Por qué llamó a su libro “La última guerra mundial”? ¿Cree que esta guerra global será realmente la última?
Llamé a esta guerra mundial la última, porque creo que hay varios escenarios para salir de la crisis actual. El primer escenario, es relativamente tranquilo y próspero. Consiste en la superación del monopolio estadounidense. Para hacer esto es necesario abandonar el dólar en el sector financiero. Para superar el monopolio en la esfera cognitiva y de la información, es necesario aislar nuestro espacio de información de los oligopolios estadounidenses y desarrollar nuestras propias tecnologías de la información.
Sin los monopolios de dólar estadounidense (y del euro) y apoyándose en sus tecnologías de la información para gestionar el dinero, los países del nuevo orden económico mundial se podrán asegurar altas tasas de desarrollo económico, mientras el mundo occidental se derrumbará.
El segundo escenario de un posible desarrollo de los acontecimientos es similar al que Hitler quería realizar durante el período del cambio de las estructuras económicas anteriores. El nazismo fue un intento de crear un gobierno mundial con una ideología inhumana. Hitler concibió a la nación alemana como superhombres, los actuales ideólogos de la tecnocracia quieren imponernos sus teorías del post-humanismo.
En contraste con las teorías del post-humanismo occidental, los países centrales del nuevo orden económico mundial se caracterizan por una ideología de inspiración socialista, aunque respetando los intereses privados y usando algunos mecanismos del mercado. En China hay una mezcla de ideología socialista, intereses nacionales y competencia de mercado. India, Japón y Corea tienen todavía algunas similitudes con un régimen económico que llamaremos mixto.
Los políticos, los intelectuales y los empresarios occidentales piensan y actúan muy diferente. Lo que han planificado es un intento de formar un nuevo orden con un sólo gobierno mundial. Durante la pandemia observamos como funciona parcialmente este proyecto, se utilizó los códigos QR para controlar la visa y el acceso a los servicios públicos. Por cierto, la Fundación Rockefeller en 2009 predijo este escenario, lo denominó “Lock Step”, es decir, “Caminar en formación”. No les importa sacrificar los “valores democráticos”. Tratan de obligar a la gente a pensar igual y obedecer sin chistar las reglas que claman los medios.
Pero, debo decir, que Trump interfirió, sin quererlo con estos planes, al detener la firma de los acuerdos de asociaciones económicas transatlánticas y transpacíficas. De acuerdo con esos proyectos, si hay capital extranjero en el negocio, entonces, en una disputa con el gobierno nacional, se formaba un tribunal de arbitraje internacional, con jueces no designados, de hecho, por grandes negocios internacionales.
Se trataba que el estado nacional perdiera la soberanía en la regulación de las relaciones con las grandes empresas. Cuando Trump detuvo el acuerdo se paralizó el proceso de formación de un gobierno mundial. Esta era la segunda alternativa, que ahora está en crisis por el derrumbe de la idea de la globalización y el abandono paulatino de las restricciones pandémicas.
Debe entenderse que la opción de un gobierno mundial es incompatible con una Rusia soberana, con nuestra independencia y nuestro papel en el mundo. En el marco del escenario globalista, la Federación Rusa es considerada como un territorio destinado a la explotación por parte de las grandes corporaciones transnacionales occidentales. La “población indígena” debe servir a sus intereses.
Bajo ese escenario, Rusia desaparecería como una entidad independiente, al igual que China, por cierto. Un hipotético gobierno del mundo por parte de occidente podría incorporar algunos de nuestros oligarcas, pero sólo en roles de segunda y tercera categoría.
El tercer escenario es catastrófico. La destrucción de la humanidad…
– ¿Es el llamado apocalipsis?
Bueno, no creo que lleguemos a ese momento catastrófico, pero todos, por supuesto, tenemos miedo. Por cierto, los laboratorios biológicos estadounidenses fueron mencionados en mi otro libro: Las plagas del siglo XXI: ¿cómo evitar el desastre y superar la crisis?
Cuando en 1996, cuando me tocó trabajar en el Consejo de Seguridad de la ONU, propuse desarrollar el concepto de seguridad biológica. Porque ya entonces, hace casi 30 años, la genética era una ciencia lo suficientemente desarrollada como para sintetizar virus dirigidos contra personas de cierta raza, de cierto género o, de cierta edad. Esto ha sido posible durante mucho tiempo. Es posible hacer un virus que solo funcione contra blancos o contra negros, solo contra hombres o solo contra mujeres.
Ahora los estadounidenses han dado otro paso. Los laboratorios estadounidenses han estado desarrollando virus dirigidos contra los eslavos. Hacer un virus contra algún grupo étnico, es posible si se conoce el código genético.
Lo que está sucediendo hoy en Ucrania es el reflejo agónico de la élite del poder estadounidense, que no puede aceptar que ya no serán los líderes del mundo. Esto es para aquellos que no están conectados con EEUU por sus propios intereses y para aquellos que no están supeditados a su influencia cognitiva.
Te daré un ejemplo. Cuando Estados Unidos impuso sanciones a Rusia, en 2014, pregunté a mis colegas chinos: “¿Creen que los estadounidenses pueden imponer sanciones a China?”. Me aseguraron que era imposible, porque EEUU dependía de China tanto como China depende de EEUU.
Es decir, la vida en Estados Unidos sin los productos chinos sería más cara. Pasaron dos años y Trump lanzó la guerra comercial contra China. Entonces, Beijing entendió que Estados Unidos es un enemigo que quiere estrangular su milagro económico.
Antes de esta guerra económica, mis razones no convencían a mis colegas chinos. Mis argumentos eran desestimados. De hecho, llevamos muchos años diciendo que se debe enfrentarse al dólar. Las reservas de divisas deberían eliminar el monopolio del dólar y del euro, Necesitamos crear un nuevo sistema monetario y financiero, desarrollando por acuerdos internaciones que representen las monedas nacionales. Todo esto lo venimos diciendo desde los años 2000, cuando ya estaba claro hacia dónde se dirigía la económico mundial. Y ahora, por fin, la gran mayoría de las naciones, por así decirlos “han visto la luz”.
– A juzgar por el griterío mediático liberal y por los acontecimientos en Ucrania, NO todos han visto la luz.
Sí, nos enfrentamos al hecho que en 8 años los estadounidenses han logrado engañar al pueblo ucraniano. Las Fuerzas Armadas de Ucrania están zombificadas. Son manipuladas como marionetas. No es Zelensky quien comanda el ejército ucraniano, ni su Estado Mayor, es directamente el Pentágono. Manda a distancia con mucha eficacia con medios tecnológicos de última generación.
Los expertos saben que Rusia ganó la operación especial. Que Ucrania no tiene ninguna posibilidad, toda la infraestructura militar ha sido destruida… A las Fuerzas Armadas de Ucrania solo les queda rendirse para minimizar las pérdidas humanas. Sin embargo, los oficiales ucranianos (y especialmente, los neonazis) actúan controlados desde el exterior: siguen las instrucciones del Pentágono y de la inteligencia estadounidenses que les llega directamente a sus computadoras personales y tabletas.
El Pentágono le asigna un número a cada unidad militar y cada número recibe ‘inteligencia militar’ con tareas todos los días. Realmente convirtieron a 200 mil personas en una máquina de combate que funciona sin pensar, solo sigue sus órdenes.
Además, haciendo un trabajo sistemático durante 8 años, lograron que una parte significativa de la juventud ucraniana odie a Rusia, los han convertido no solo en carne de cañón, también en una “carne de cañón controlada” a gusto. Estando en una situación absolutamente desesperada, rodeados, privados de suministros, continúan la guerra condenándose a la muerte y arrastrando a los civiles a la tumba. Este es un claro ejemplo de cómo funciona la tecnología americana moderna.
Hay que entender que nosotros tenemos una fuerza militar muy poderosa. Sabes, antes de la guerra algunos políticos rusos afirmaban: “los ucranianos se levantarán contra Zelensky, ¿adónde irá Ucrania sin nosotros? Después de todo, no podrán asegurar la reproducción de su economía sin los recursos rusos y sin nuestra cooperación afirmaban estos políticos.
De hecho, Ucrania ha entrado en un estado de catástrofe económica. Se ha convertido en el estado más pobre de Europa junto con Moldavia. Desde que Ucrania terminó sus lazos con Rusia, sus pérdidas ascienden a más de 100 mil millones de dólares. Sin embargo, esto no han impedido que los estrategas estadounidenses y británicos formaran un ejército de 200.000 efectivos como un instrumento obediente a sus intereses.
– ¿Hay marionetas de Estados Unidos en Rusia? ¿O solo los ucranianos han sido zombificados?
Sí, hay que señalar que algunas decisiones del Banco Central ha favorecido a Occidente y los especuladores. Claro que este política económica liberal la han podido aplicar en solo algunos asuntos.
– Antes de pasar al Banco Central, déjame preguntarte. Dijiste que estás trabajando en la introducción de una nueva moneda. ¿Y en qué formato y con qué equipo?
Hemos estado haciendo este trabajo durante mucho tiempo como un grupo de académicos. Hace 10 años, en el Foro Económico de Astana, presentamos el informe “Hacia un crecimiento sostenible a través de un orden económico mundial justo”. Es un proyecto para la transición a un nuevo sistema financiero y monetario mundial, que postula reformar el FMI en base a los llamados derechos especiales de giro, para crear una moneda contable mundial.
Por cierto, esta idea despertó mucho interés entonces: nuestro proyecto fue reconocido como el mejor proyecto económico internacional. Pero en la practica, ninguno de los estados se interesó en poner a funcionar este proyecto. Aunque le siguieron el economista Nursultan Nazarbayev, propuso una nueva moneda. Si no recuerdo mal, se llamaba Altyn.
– ¿Altyn? Esa iniciativa parece muy interesante.
Sí, pero el asunto no llegó a las decisiones políticas, y hasta el día de hoy es más bien una propuesta de expertos. Pero, estoy seguro de que la situación actual nos está obligando a crear rápidamente nuevos instrumentos de pago-liquidación, porque el dólar será prácticamente imposible de usar. Y probablemente, también el rublo, por la política incompetente de nuestro Banco Central, que, de hecho, actúa en favor de los intereses de los especuladores internacionales.
Objetivamente, el rublo podría convertirse en moneda de reserva junto con el yuan y la rupia. Es posible pasar a un sistema multidivisa basado en monedas nacionales. Pero todavía necesitamos algún equivalente para la fijación de precios… Ahora estamos trabajando en el concepto en el espacio de intercambio de la Unión Económica Euroasiática, donde uno de nuestros trabajos es la formación de nuevos criterios en la formación de los precios.
Es decir, si queremos que los precios de los metales o del petróleo no los defina la City Londres, entonces necesitamos que surja otra moneda, especialmente si queremos actuar no solo dentro de la Unión Económica Euroasiática y en Eurasia.
En este nuevo orden económico mundial, incluyo, por supuesto, a China, India, Indochina, Japón, Corea e Irán. Estos grandes países tienen sus propios intereses nacionales. Después de la confiscación de las reservas de dólares de Rusia, creo que ningún país importante querrá usar la moneda de otro país como reserva. Así que se necesita una nueva herramienta. Y desde mi punto de vista, dicha herramienta, para empezar, puede ser una especie de moneda de liquidación concentrada, que se construiría como un índice agregado.
– ¿Puedes darnos un ejemplo?
Bueno, ¿recuerdas el ECU, la unidad monetaria europea? Esa experiencia fue construida como una canasta de monedas. Por tanto, todos los países que participen en la creación de esta nueva moneda contable deberían tener derecho a la presencia de su moneda nacional en esa canasta. Y la moneda común se formará como un índice, como un componente promedio ponderado de esas monedas nacionales.
Bueno, a esto hay que añadir, desde mi punto de vista, las mercancías: no sólo el oro, sino también el petróleo, el metal, el grano y el agua serán parte de ese índice. Una especie de arnés de productos básicos que, según nuestras estimaciones, debería incluir alrededor de 20 productos. De hecho, ya forman los precios mundiales y, por lo tanto, deben participar en la canasta para la formación de esta nueva moneda.
Se necesitará un tratado internacional, para determinar las reglas para la circulación de esta moneda y habrá que crear un organismo como el Fondo Monetario Internacional. Por cierto, hace 15 años propusimos reformar el FMI, pero ahora habrá que construir un nuevo sistema financiero monetario sin Occidente.
Quizá algún día Europa se una a él y Estados Unidos también se vea obligado a admitirlo. Pero está claro que tendremos que construir el nuevo sistema sin ellos, por ejemplo, sobre la base de la Organización de Cooperación de Shanghái. Sin embargo, estas propuestas están por el momento a nivel expertos.
-¿Están a nivel del gobierno o del presidente?
Primero lo enviaremos a los departamentos que se encargan de estos temas. Mantendremos discusiones, desarrollaremos algún tipo de entendimiento común y luego pasaremos al nivel político.
–Ha escrito que lo único que queda es nacionalizar el Banco de Rusia. ¿Por qué no se ha hecho todavía? Ahora dicen en Moscú que su presidenta, Elvira Nabiullina, se mantiene en su puesto sólo como pantalla, que ya no maneja nada serio. ¿Puede confirmar esta información?
Sabes, no me involucro en teorías de conspiración.
– ¿Es una teoría de la conspiración?
Cuando hablamos del Estado Profundo y teorías de conspiración generalmente nos referimos a los Estado Unidos, allí tras la pantalla de presidentes y congresistas, hay fuerzas económicas y servicios de inteligencia. En nuestra Patria, todo es más simple. Tenemos un presidente, un jefe de Estado que ha construido un poder casi vertical. Está absolutamente claro cómo se forman el parlamento y el poder judicial en Rusia. Aquí, no se puede aplicar ninguna teoría de la conspiración. Lo mismo ocurre con el Banco Central. Permíteme recordar que de acuerdo con la ley del Banco Central, todos sus bienes son propiedad federal. Por lo tanto, el Banco Central es una estructura estatal, no hay la menor duda al respecto.
– Pero dicen que el Banco Central es independiente.
El Consejo de Administración del Banco Central es designado por la Duma del Estado a propuesta del presidente. Serví durante muchos años como su representante en la junta bancaria nacional, que supervisa las actividades del Banco Central. Puedo decir que no hay duda que el Banco Central es el organismo estatal de regulación de la circulación monetaria, y también es el principal regulador financiero del país.
La Constitución estipula que el Banco Central realiza su política de manera independiente, es decir, es independiente del gobierno. Pero esto no significa que sea independiente del estado. Es una agencia estatal. El sistema judicial también es independiente del gobierno. No obstante, siendo un organismo independiente, el Banco Central se configura como un ente regulador del Estado y debe realizar las tareas que son necesarias para el desarrollo de nuestra economía.
Para lograrlo, es necesario involucrar al Banco Central en la planificación estratégica. Los clásicos de la circulación monetaria estipulan que el principal objetivo de las autoridades monetarias, es decir, del Banco Central, debe ser crear las condiciones para maximizar la inversión.
Eso es lo que debería estar haciendo el sistema bancario: maximizar la inversión. Porque a mayor inversión, mayor producción, mayor nivel técnico, menores costos y menor inflación, más estable la economía. Es posible lograr la estabilización macroeconómica en la economía solo sobre la base de un progreso científico y tecnológico acelerado.
Nuestro Banco Central ha intentado controlar la inflación manipulando, durante los últimos 10 años, la tasa de interés con un rublo que flota libremente. Esta política es miope, primitiva y contraproducente. Por lo general, estas medidas son recomendadas por el FMI para los países subdesarrollados. Es posible lograr la estabilización macroeconómica en la economía moderna solo sobre la base de un progreso científico y tecnológico acelerado.
Estas medidas son extremadamente primitivas y contradictorias, su aplicación lleva directamente a la economía a la trampa de estanflación. El Banco Central puso el rublo en flotación libre, lo cual es absurdo en una economía abierta, donde el tipo de cambio afecta directamente los precios. Y la devaluación del rublo aumentará los precios. Además, redujeron la política monetaria a una sola herramienta: la manipulación de la tasa de interés.
Pero, la tasa clave es el porcentaje al que el Banco Central presta dinero a la economía y retira dinero de la economía. Sus intentos de suprimir la inflación elevando la tasa de interés no pueden tener éxito en la economía actual, porque cuanto más alta es la tasa de interés, menos crédito, a menor inversión, menor nivel técnico y competitividad. La disminución de esto último conlleva la devaluación del rublo en 3-4 años, luego que suban la tasa de interés, supuestamente para combatir la inflación. Habiendo dejado que el tipo de cambio del rublo flotara libremente, de hecho, lo han dejado a merced de los especuladores de divisas.
A los estadounidenses les gusta mucho esta política, por eso elogian el liderazgo de nuestro Banco Central. Después de todo, ¿qué es importante para ellos? Que todo esté atado al dólar, que el rublo sea una moneda ‘basura’ que sea inestable. ¡Y esto es una paradoja, porque la cantidad de reservas en divisas de la Federación de Rusia es 3 veces más que la oferta monetaria en rublos! Esto significa que el Banco Central podría haber estabilizado el tipo de cambio en cualquier nivel. Pero no lo hizo.
¿Y quiénes son los especuladores a los que el Banco Central arrojó el rublo para que los despedazaran? Los principales especuladores son los fondos de cobertura estadounidenses, que en realidad dan forma al tipo de cambio del rublo manipulado por el mercado. Pero el Banco Central no se da cuenta de esto o, mejor dicho, finge no darse cuenta. Al mantenerse en el mercado de divisas elevando la tasa de interés, el Banco Central mata el crédito y hace que nuestra economía dependa de fuentes extranjeras de crédito, y el sistema financiero de divisas dependa de los intereses de los especuladores.
El Banco Central, escondiéndose detrás de palabras de moda como ‘el objetivo es detener la inflación’, ha fallado, vergonzosamente, en los últimos años. Entonces, en nuestro país el punto más débil de todo el sistema de seguridad nacional es el Banco Central. Su liderazgo es dependiente de las armas cognitivas del enemigo, en otras palabras, esta zombificado por la ideología liberal. De hecho, nuestras autoridades monetarias están haciendo lo que necesita el enemigo.
Por cierto, probé matemáticamente que la primera ola de sanciones se impuso contra Rusia solo después de que el Banco Central, dejara que el rublo flotara libremente y anunciara que elevaría la tasa de interés. si la inflación nos afectara. Tan pronto como el Banco Central dio este paso, los estadounidenses impusieron las sanciones.
Sus especuladores se aseguraron el desplome de la tasa de cambio del rublo, esto provocó una ola inflacionaria, y el Banco Central, por instrucciones del FMI, elevó la tasa de interés, lo que paralizó nuestra economía. El daño total de esta política ha alcanzado los 50 billones de rublos de productos no producidos y alrededor de 20 billones de rublos de inversiones inconclusas. Hay que sumarles 300 mil millones de dólares invertidos en activos extranjeros, que ahora están congelados. Este es un daño enorme.
Por lo tanto, cuando hablamos de la nacionalización del Banco Central, no estamos hablando de nacionalizarlo formalmente (ya ha sido nacionalizado), sino de llevarlo a una política de conformidad con los intereses nacionales. En este momento, su política es contraria a los intereses nacionales. Y no hay ninguna conspiración en esta idea.
El Banco Central elevó las tasas de interés al 20 por ciento, dando a los banqueros una posición dominante en la economía. Al poseer el recurso más caro y escaso, el dinero, determinan qué empresa sobrevivirá, qué empresa morirá, quebrará, etc. El aumento de las tasas de interés mantiene a toda la economía rusa como rehén de un puñado de banqueros. Este es lo primero. En segundo lugar, el liderazgo del Banco Central permitió el colapso de la tasa de cambio del rublo y cerró el cambio de divisas. Como resultado, hoy los bancos se convirtieron en los principales especuladores de divisas: compraban divisas por alrededor de 90 rublos por dólar y las vendían por 125. La diferencia establece un exceso de ganancias.
– Pero, ¿por qué, en su opinión, el Banco Central de la Federación de Rusia sigue una política que favorece al enemigo?
Como dije, lo hace por recomendación del Fondo Monetario Internacional. Pero sus intereses también son compartidos por nuestros grandes bancos, a los que objetivamente les favorece esta política, así como nuestras estructuras monetarias y financieras, que también están involucradas en la manipulación del tipo de cambio del rublo. Por lo tanto, se forma un lobby influyente que apoya esta política en función de intereses privados. Estos intereses van en contra de los intereses del país, son directamente opuestos a ellos.
Y, si miras lo que está haciendo el Banco Central hoy, no tengo dudas de que continúa con la política de complacer al enemigo. Socava la estabilidad macroeconómica al permitir que los especuladores internacionales manipulen el tipo de cambio del rublo y no controla la posición de divisas de los bancos que se han convertido en especuladores de divisas. Todo esto, aunque el Banco Central podría retirar fácilmente a los bancos del mercado de divisas fijando la posición de divisas. prohibiendo a los bancos comprar moneda extranjera.
Al aumentar la tasa de interés, el Banco Central ha eliminado las inversiones en el desarrollo de la economía rusa, que son muy necesarias en este momento, principalmente para la sustitución de importaciones y la restauración de la soberanía económica.
Nuestros líderes dicen que no debemos tener miedo a las sanciones, porque se crearán condiciones para el crecimiento económico, para la sustitución de importaciones… bueno, alrededor de un tercio de las importaciones de la UE han salido de nuestro mercado. Esta es una gran oportunidad para la sustitución de importaciones.
Si asumimos que nuestras empresas comienzan a desarrollar estos mercados, lo haremos a una tasa del 15 por ciento anual. Pero esto requiere préstamos. La sustitución de importaciones no puede surgir sin préstamos. Necesitamos préstamos para establecer instalaciones de producción, para desarrollar las nuevas tecnologías, para utilizar las capacidades de producción ociosas.
Durante mucho tiempo hemos desarrollado una estrategia de desarrollo de este tipo en la Academia de Ciencias, y la estamos promoviendo. Pero, desafortunadamente, la política del Banco Central tiene estructuras influyentes Por eso esta política es tan estable.
– ¿Por qué el Banco Central continúa con esa política? ¿Lo hace basado únicamente en los intereses de los cabilderos?
Los bancos comerciales obtienen una ganancia del 40% con la especulación de divisas. Compraste 90 rublos por dólar, lo vendiste por 125. 35 rublos, ¡nada es más fácil! Como resultado, tenemos inflación, las importaciones se están volviendo más caras, todos ven esta tasa como una locura. Los precios de todos los bienes están subiendo, pero los bancos están obteniendo grandes ganancias.
Se ha formado un lobby muy influyente en torno a esta política, y admitir el fracaso de esta estrategia significa admitir incompetencia e incluso sabotaje. Los especuladores con grandes bancos son estructuras bastante influyentes en nuestro país que inciden en la toma de decisiones.
–Esta información no llega a Putin, ¿está bloqueada en algún punto?
Cuando era asesor del presidente, comuniqué esta información.
– ¿Le escucharon?
Sí, hubo discusiones, se discutió en el Consejo Económico, luego se terminó para no irritar a los altos funcionarios. Ahora no quiero hacer más comentarios al respecto. Pero, si no cambiamos la política monetaria, será imposible sobrevivir en esta guerra híbrida. Necesitamos contrarrestar las sanciones económicas con un aumento serio en la producción nacional. Hay instalaciones de producción, personas, materias primas, cerebros para conseguirlo, pero no hay dinero. En este momento, lo más simple es que el estado facilite dinero a la gente.
–¿Los estratos políticos más altos entienden tus opiniones?
– Debes dirigirles esa pregunta directamente a ellos.
– Pero, muchas personas te llaman la persona más capaz en la situación actual: una figura pública que puede salvar a Rusia.
Gracias por el panegírico. Sinceramente no lo merezco.
– Solo quiero entender, ¿Esta es una política temporal del Banco Central?
Diría que tiene ya 30 años. Si hubiéramos llevado a cabo una política monetaria competente de acuerdo con los requisitos del nuevo orden económico nos habríamos desarrollado como China, con un crecimiento de alrededor de 10 por ciento al año. Era posible. Y básicamente hemos estado pisando en el mismo lugar durante los últimos 30 años. Entonces, el punto no es si escuchan, solo necesitan mirar objetivamente y ver cómo se están desarrollando China y cómo nos estamos desarrollando nosotros. ¿Qué nos impidió desarrollarnos exactamente de la misma manera?
Además, el sistema de control del nuevo orden económico mundial, que describo es universal. Japón tuvo éxito antes de que los estadounidenses rompieran el crecimiento económico japonés. Incluso en Etiopía, cuando aplicaron este modelo lograron crecer rápidamente. Es decir, es necesario implementar un modelo de gestión universal para la economía moderna, centrado en el crecimiento del bienestar social a través de la inversión en las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, por supuesto, el uso del dinero implica una gran responsabilidad. Tirar dinero desde un helicóptero no es lo nuestro.
– ¿Este no es el camino que Rusia está recorriendo en este momento?
Hablamos de emisión de crédito focalizada basada en modernas herramientas digitales con un estricto sistema de control enfocado a inversiones en nuevas tecnologías. Sabemos cómo hacerlo, cómo minimizar el factor humano mediante la introducción de tecnologías digitales, incluido el rublo digital. Pero esto es una desventaja para aquellos que aún se adhieren a las viejas estrategias. Hicieron de Rusia una fuente de ingresos, sacaron 100.000 millones de dólares al extranjero con empresas extraterritoriales. Pero, ahora los estadounidenses han clausurado la deslocalización para estos empresarios. Hay una oportunidad real, debemos aprovecharla.
– ¿Qué le aconsejarías a la gente? Cuando busca dónde invertir dinero en una era de turbulencia. ¿Qué debería hacer la gente?
En primer lugar, no hacer movimientos bruscos. No es necesario correr detrás de los dólares o los euros. Porque no sabemos qué pasará con esas monedas. Si nuestro sistema está desconectado del sistema occidental, entonces nuestros bancos no pueden invertir en dólares y en euros, lo único que pueden hacer es vivir de la especulación de divisas. Pero, espero que nuestras autoridades sigan frenando el mercado de divisas.
En este contexto, lo que hicieron los bancos, elevando fuertemente la tasa de interés de los depósitos en moneda extranjera, resultó ser una clara exageración, lo que provocó el pánico. Creo que el rublo se estabilizará si se elimina a los especuladores del mercado de divisas y la moneda extranjera se vende solo a importadores y personas que transfieren dinero al extranjero dentro de límites razonables a familiares, por ejemplo, o para un viaje de negocios de. Hay que bloquear los canales de fuga de divisas. Entonces nuestra entrada de divisas se normalizará nuevamente.
Ya sabes, tenemos una balanza comercial muy positiva. Se ha introducido la venta obligatoria del 80% de los ingresos en divisas. Si estos ingresos se venden en la bolsa de valores, entonces la cantidad de moneda será más de lo que necesitan los importadores. Tendremos un excedente de moneda. Esto significa que el rublo se fortalecerá, es decir, volverá a los indicadores anteriores: 80 o incluso 70 rublos por dólar.
Pero, hasta que el Banco Central elimine a los especuladores del mercado y permita que los bancos comerciales se conviertan en tales, el tipo de cambio del rublo no se estabilizará. Desafortunadamente, las autoridades monetarias aún no han entrado en razón y no han comenzado a implementar la política correcta de estabilización macroeconómica. No puedo dar ningún otro consejo que no sea invertir en oro si es posible (especialmente porque el gobierno eliminó el IVA del oro).
– Entonces, ¿comprar oro?
Comprar lo esencial. O invertir en bienes raíces, en algo confiable. En cuanto a las inversiones en dólares y euros… Han dejado de ser una moneda para nosotros. Ya no se trata de una moneda, sino de unas obligaciones de otros países que pueden o no cumplirse. Así que tenemos que buscar otras posibilidades. Pero me gustaría enfatizar una vez más que con las políticas correctas, podemos estabilizar muy rápidamente el rublo e incluso restaurar su poder adquisitivo.
– ¿Y cuando se puede hacer?
Se puede hacer mañana. El gobierno de Primakov y Gerashchenko lo hicieron en una semana.
– ¿El gobierno puede hacerlo?
Por supuesto que puede. Para ello, es necesario tomar estas simples decisiones: fijar la posición de divisas de los bancos comerciales, introducir las normas para la venta de divisas para operaciones no comerciales y, mantener el mercado de divisas libremente convertibles solo para operaciones comerciales. Eso es todo. Esto puede redactarse en 15 minutos, anunciarlo un día y en tres días el rublo se estabilizará.
– Estimado Sergei, usted escribió hace 6 años un libro que anticipaba los acontecimientos que estamos viviendo ¿Cuál es la tesis de “La última guerra mundial”?
Existen patrones de desarrollo económico a largo plazo, cuyo análisis y comprensión permite prever los acontecimientos que se están produciendo en la actualidad. Ahora estamos experimentando un cambio simultáneo en las estructuras tecnológicas y económicas mundiales. La base tecnológica de la economía está cambiando, hay una transición a tecnologías fundamentalmente nuevas y el sistema de gestión también está cambiando.
Eventos como este ocurren aproximadamente una vez por siglo. Sin embargo, las estructuras tecnológicas cambian aproximadamente una vez cada 50 años, y su cambio suele ir acompañado de una revolución tecnológica, una depresión y una carrera armamentista. Y las estructuras económicas mundiales cambian una vez cada 100 años, y su cambio va acompañado de guerras mundiales y revoluciones sociales.
Veamos, hace 100 años, el Imperio Británico estaba tratando de mantener su hegemonía en el mundo. Cuando estaba perdiendo económicamente frente a los recursos combinados del Imperio Ruso y Alemania, desató la Primera Guerra Mundial, inducida por la inteligencia británica. ¿El resultado? Los tres imperios europeos se autoliquidaron. Estoy hablando del colapso de la Rusia zarista, de los imperios alemán y austrohúngaro, pero, deberíamos agregar un cuarto: el fin del imperio turco-otomano.
En cuanto a Gran Bretaña, durante algún tiempo mantuvo el dominio mundial y se convirtió transitoriamente en el imperio más grande del planeta. Pero debido a las leyes inexorables del desarrollo socioeconómico, la estructura económica mundial colonial, basada de hecho en el trabajo esclavo, ya no podía asegurar el crecimiento económico. Los nuevos métodos de producción en masa llegaron a ser mucho más eficiente que los sistemas administrativos de los imperios coloniales del siglo XIX.
El surgimiento de estados sociales en la URSS ( y EEUU) con sistemas de control centralizados hizo posible un fuerte salto en su desarrollo económico. En Europa, el sistema de gobierno corporativo se formó, lamentablemente, según el modelo nazi en Alemania, y no sin la ayuda de la inteligencia británica.
Hitler, contando con el apoyo de los servicios de inteligencia británicos y el capital estadounidense, implementó rápidamente un sistema de gestión empresarial centralizado, lo que permitió al Tercer Reich atrapar rápidamente toda Europa, pero la Unión Soviética derrotó al fascismo alemán (más precisamente, europeo, teniendo en cuenta las realidades de hoy). Después de la segunda guerra, quedaron dos modelos en el mundo, en estructura económica mundial: el soviético y el occidental (con centro en los EEUU).
– Ahora, al parecer, el período “unipolar estadounidense” estaría terminando y, probablemente, no gracias a Rusia, sino principalmente a China ¿Es así?
En efecto, las estructuras verticales jerárquicas características de la economía mundial imperial resultaron ser demasiado rígidas para asegurar procesos de innovación continuos y perdieron su efectividad comparativa para asegurar el crecimiento de la economía mundial.
En la periferia del imperio, se ha formado un nuevo orden económico mundial, que se basa en modelos de gestión flexibles, una organización de la producción en red, donde el estado funciona como un integrador, uniendo los intereses de varios grupos sociales en torno a lograr un objetivo: elevar el bienestar publico. El ejemplo más impresionante de una estructura económica integral de este tipo es China, que durante más de 30 años ha superado en tres veces la tasa de crecimiento de la economía estadounidense. China ya ha superando a Estados Unidos en términos de producción, exportaciones de bienes de alta tecnología y tasas de crecimiento.
Otro ejemplo de un modelo de un nuevo orden económico mundial, que llamamos integral (por el hecho que el estado une a grupos sociales con diferentes intereses), es la India. Este país tiene un sistema político diferente, pero el gobierno está obligado, por razones históricas, a dar primacía a los intereses públicos sobre los privados, la única alternativa que tiene el Estado Indio es maximizar las tasas de crecimiento para combatir la pobreza. En este sentido, podríamos decir que el nuevo orden económico mundial debería ser de ideología socialista.
Un sistema económico que deberá utilizar los mecanismos del mercado y una concentración de recursos públicos en manos del estado con el objetivo de asegurar el desarrollo exitoso de una revolución tecnológica.
Si observamos las tasas de crecimiento después de 1995, vemos que la economía china ha crecido 10 veces, mientras que la economía estadounidense ha crecido sólo un 15 por ciento. Por lo tanto, ya es indiscutible que en la actualidad el ritmo del desarrollo económico mundial se está desplazando hacia Asia: China, India y los países del Sudeste Asiático ya producen más productos que EEUU y la UE juntos.
El centro de reproducción de la economía mundial se ha movido al Sudeste Asiático. Si a estos países les sumamos Japón o Corea, donde el sistema de gestión también se propone como objetivo aumentar el bienestar público, entonces podemos decir que esta nueva estructura económica mundial será la dominante.
Por supuesto, la élite gobernante estadounidense no puede estar de acuerdo con un sistema de gestión donde no dominen los interese privados. Entonces podríamos decir que, por la dimensión y capacidad de estos países, una nueva estructura económica mundial gobernará el mundo.
– Pero, occidente no lo aceptará…
Al igual que hace un siglo con el Imperio Británico, hoy Estados Unidos tratará por todos los medios mantener su hegemonía en el mundo. Los acontecimientos que tienen lugar en estos días son una manifestación de cómo la poderosa élite oligárquica y financiera estadounidense está tratando de mantener la dominación del mundo.
Se puede decir que durante los últimos 15 años han estado librando una guerra híbrida; han provocado el caos en los países que no puede controlar y a la vez han tratado de frenar el desarrollo de la República Popular China. Pero, debido a su envejecido sistema de gobierno no han podido lograrlo.
La crisis financiera de 2008 fue decisiva, a partir de ese hecho el ciclo de vida del viejo orden realmente se terminó. La crisis se inició un proceso de redistribución masiva de capitales hacia un nuevo orden tecnológico, cuyo núcleo es un complejo de nano-bioingeniería, tecnologías de la información y de la comunicación. Todos los países comenzaron a inflar sus economías con dinero.
Lo más simple es que los gobiernos proporcionen a las empresas acceso a dinero barato a largo plazo para que puedan adoptarse a las nuevas tecnologías. Pero, en Estados Unidos y Europa esos fondos se destinaron principalmente a crear nuevas burbujas financieras y ha cubrir sus déficits presupuestarios.
Al contrario, China dirigió una colosal cantidad de dinero al crecimiento y desarrollo de nuevas tecnologías. No hubo burbujas financieras. Entonces, la altísima monetización de la economía china no trajo inflación. El crecimiento de la oferta monetaria estuvo acompañado por un aumento en la producción de bienes, un aumento en el gasto público en bienestar y con la introducción de tecnologías avanzadas.
La competencia económica ha llevado a Estados Unidos perder su liderazgo. Y aunque Donald Trump intentó contener el desarrollo de China a través de una guerra comercial no logró nada.
–¿Le faltó determinación a Trump?
Trump fracasó, porque China tiene un sistema de gestión más eficiente, un sistema que le permite concentrar al máximo los recursos de producción disponibles. Al mismo tiempo, tiene una gestión eficaz del dinero centrado en el sector real de la economía y en la financiación de inversiones para el desarrollo. China tiene la tasa de ahorro más alta del mundo, con alrededor del 45 por ciento del PIB invertido, esto en comparación con el 20 por ciento en Estados Unidos o Rusia. El sistema chino asegura las altísimas tasas de crecimiento para su economía.
En resumen, Estados Unidos estaba condenado a perder esta guerra comercial porque China podía producir de manera más eficiente y financiar el desarrollo de manera más barata. Todo su sistema bancario es de propiedad estatal, funciona como una sola institución de desarrollo, dirigiendo los flujos de efectivos para expandir la producción y desarrollar las nuevas tecnologías.
En Estados Unidos, la emisión de dinero se destina a financiar el déficit presupuestario y se están eternizando las burbujas financieras. Como resultado, la eficiencia del sistema económico y financiero de EEUU es apenas del 20 por ciento, esto significa que apenas uno de cada cinco dólares llega al sector real. En China el 90 por ciento (es decir, casi todos los yuanes que crea su Banco Central) alimenta la expansión de la producción y asegura un crecimiento económico alto.
El intento de Trump de limitar el desarrollo de China a través de una guerra comercial fracasó. Al mismo tiempo, produjeron un boomerang en Estados Unidos. Luego, al parecer, los estadounidenses abrieron un frente de guerra biológica con la esperanza de que los líderes chinos no pudieran hacer frente a la epidemia del Covid.
Sin embargo, la epidemia demostró las deficiencias de la atención médica en los Estados Unidos. El sistema de gobierno chino también ha mostrado una mayor eficacia en el campo de la salud publica. En China, la tasa de mortalidad es significativamente más baja y la pandemia se trató mucho más rápido.
En 2020, en el punto más alto de la pandemia, China creció un 2 por ciento, mientras en Estados Unidos hubo una caída del 10 por ciento del PIB (la mayor caída desde la Segunda Guerra Mundial. Ahora, los chinos han restablecido su tasa de crecimiento. Es de un 7 por ciento anual. Nadie, en el ámbito económico tiene dudas: la República Popular China continuará desarrollándose y expandiendo su producción con las nuevas tecnologías.
Paralelamente a la guerra comercial contra China, los servicios de inteligencia estadounidenses preparaban una guerra contra Rusia. La tradición geopolítica anglosajona considera a nuestro país el principal obstáculo para establecer la dominación mundial de la élite financiera estadounidense y británica. Hay que decir que la guerra contra la Federación Rusa se desarrolló inmediatamente después de la anexión de Crimea y después que los servicios especiales estadounidenses organizaran un golpe de estado en Ucrania.
Se puede decir que engañaron a Rusia, porque en la práctica Estados Unidos controla todos los mecanismos de poder militar en Ucrania. Los estadounidenses echaron raíces a partir del golpe de estado, no solo crearon un bastión anti-ruso, también entrenaron a las fuerzas armadas y formaron militarmente a miles de combatientes de ideología nazi. Los entrenaron a todos juntos (nazis y nacionalistas) en sus academias. Durante 8 años han estado preparando a las Fuerzas Armadas de Ucrania para la lucha contra un único enemigo: Rusia. Mientras tanto, los medios de comunicación, que en Ucrania también están completamente controlados por los estadounidenses, formaron la imagen del enemigo ruso en la mente de la gente.
Además, Estados Unidos utilizó el frente monetario y financiero en esta guerra híbrida contra la Federación Rusa. En 2014, introdujeron las primeras sanciones financieras y eliminaron una parte importante de los préstamos occidentales de la economía rusa. Ahora estamos presenciando la siguiente fase. Lo que han hecho es desconectar a Rusia del sistema monetario y financiero mundial, que dominan. Anticipe todo esto hace 10 años, basado en un estudio meticuloso de la lógica de la élite gobernante de los EEUU.
La geopolítica anglosajona ha estado tradicionalmente orientada contra Rusia, después contra la URSS y ahora contra la Federación Rusa. El Imperio Británico, veía a Rusia como el principal oponente de los anglosajones. Toda la llamada “ciencia geopolítica” que se escribía en Londres se reducía a un conjunto de recomendaciones sobre cómo destruir a Rusia como fuerza dominante en Eurasia. Me refiero a todo tipo de construcciones especulativas como “potencias marítimas contra potencias continentales”, etc.
– ¿Los rusos se han interpuesto, de alguna manera, en el camino de las “potencias marítimas”?
No, pero occidente sostiene una tesis desde hace 200 años: quien controla Eurasia controla el mundo. Con el tiempo, la aplicación de esta fórmula geopolítica ha ido mucho más allá. Según la opinión del fallecido geopolítico Zbigniew Brzezinski: “para derrotar a Rusia hay que separarla de Ucrania”. Todo este dogma, que, al parecer, pasó a la historia hace mucho tiempo, se ha seguido reproduciendo en el pensamiento de la élite política estadounidense.
Debo decir que todavía hay cursos de geopolítica del siglo XIX en la Universidad de Harvard y de Yale, destinados a formar a los futuros políticos estadounidenses con prejuicios antirrusos. Esta vieja corriente rusofóbica ha sido la característica de la geopolítica anglosajona, consideran a Rusia como su principal oponente político.
Entonces, lo que está sucediendo hoy se ha podido anticipar estudiando los patrones de desarrollo económico a largo plazo y la rusofobia de la élite política anglosajona. Después que la guerra económica contra la República Popular China fracasó, los estadounidenses condujeron el golpe principal contra Rusia, a la que consideran un eslabón débil en la geopolítica y la economía mundial.
Los anglosajones buscan dominar a Rusia para controlar sus recursos naturales y, al mismo tiempo, debilitar a China, porque la alianza estratégica entre la Federación Rusa y China es demasiado grande para conservar la dominación mundial de Estados Unidos. No tienen el poder económico ni el poder militar para destruirnos juntos, ni tampoco por separado, por esta razón Washington inicialmente trató de enemistarnos con China.
Esa táctica no les funcionó. Pero, han usando, diría, nuestro sosiego para controlar totalmente a Ucrania. Y, hoy están usando a esta república hermana como arma de guerra contra Rusia. Luego, los planes de la elite económica occidental es controlar nuestros recursos y debilitar la posición de China. En general, todo esto es obvio, como dos más dos son cuatro.
– Probablemente, esto es obvio, pero no para todos. Entre la élite rusa hay muchos opositores a una alianza con China. Al menos, antes de la operación especial en Ucrania, a estas personas les parecía que la cultura estadounidense y occidental es más más cercana a nosotros y que siempre encontraremos un lenguaje común con nuestros «socios occidentales».
Sabes, en 2015 en “La última guerra mundial” sostuve que Estados Unidos se embarcó en una guerra híbrida mundial (que comenzó con las revoluciones naranjas para perturbar regiones del mundo que no controlaba) con el fin de fortalecer su posición y debilitar la posición de sus rivales geopolíticos.
Después del discurso de Múnich del presidente Putin (febrero de 2007) se dieron cuenta que habían perdido el control sobre la Rusia neoliberal de Yeltsin, y esto les preocupó seriamente. En 2008 estalló la crisis financiera y quedó claro que se iniciaba la transición hacia un nuevo orden tecnológico: el viejo orden económico y el sistema de gestión anterior ya no aseguraban un desarrollo económico sostenible.
China estaba a la cabeza. Entonces, sus estrategas deciden aplicar la lógica de una guerra, pero con una concepción distinta de la guerra, con métodos que existían en el siglo pasado: establecen tres frentes de combate principales: uno, monetario-financiero (donde Estados Unidos todavía domina el mundo), uno, comercial-económico (donde ya han perdido frente a China) y uno comunicacional-cognitivo (donde los americanos tienen tecnologías superiores a las nuestras).
También han desarrollado otros frentes: el cuarto es el biológico, se abrió con el coronavirus desde el laboratorio chino-estadounidense en Wuhan. Hoy sabemos que existe toda una red de laboratorios biológicos en Ucrania. Estados Unidos se ha estado preparando durante mucho tiempo para abrir el frente biológico en una guerra mundial híbrida.
El quinto frente, es, obviamente el frente de la lucha de combate físico-cinético, es la última herramienta para obligar a los estados que controlan a una obediencia incondicional. Hoy, la situación en este frente también se está desarrollando en Ucrania. Sin embargo, se están realizando operaciones activas en los cinco frentes de la guerra híbrida mundial y el resultado puede predecirse.
Los estadounidenses no podrán ganar, tampoco los británicos no lo lograron en su momento. Y aunque Gran Bretaña ganó formalmente la Segunda Guerra Mundial, perdió política y económicamente. Los británicos perdieron todo su Imperio, perdieron más del 90 por ciento del territorio que dominaban y el 95 por ciento de la población.
Dos años después de la Segunda Guerra Mundial, el Imperio Británico se derrumbó como un castillo de naipes, porque los otros dos vencedores, la URSS y los EEUU, no necesitaban un imperio, lo veían como un anacronismo. Hoy lo anacrónico es el sistema dominado por EEUU; el mundo no necesita las corporaciones transnacionales estadounidenses, ni el dólar estadounidense, ni sus tecnologías monetarias, ni las pirámides financieras. Todo esto será cosa del pasado en un futuro próximo. El Sudeste Asiático se convertirá en el líder en el desarrollo económico mundial, y un nuevo orden económico mundial se formará ante nuestros propios ojos.
– Parafraseando a Erich Remarque, podemos decir que finalmente hay “novedades en el frente occidental”. Pero, ¿qué señales observa para que este poderoso sistema global se convierta en una cosa del pasado?
Después que los estadounidenses se apoderaron de las reservas de divisas iraníes, afganas, venezolanas y ahora las rusas, ha quedado completamente claro que el dólar dejó de ser una divisa confiable. Siguiendo a los estadounidenses, los europeos cometieron esta misma estupidez: el euro y la libra dejaron de ser monedas mundiales y confiables. Por lo tanto, el viejo sistema monetario y financiero vive sus últimos días.
Cuando los dólares estadounidenses, que nadie necesita, sean enviados de regreso a Estados Unidos desde los países asiáticos, el colapso del sistema monetario y financiero mundial basado en dólares y euros será inevitable. Los países líderes de Asia ya están intercambiando el comercio con monedas nacionales. El euro y el dólar están dejando de ser las monedas para las reservas de divisas.
– ¿Cómo ve el mundo tras la desaparición del monopolio del dólar?
Actualmente estamos trabajando en un proyecto para un tratado internacional sobre la introducción de una nueva moneda de liquidación mundial vinculada a las monedas nacionales de los países participantes y para intercambiar mercancías que determinan valores reales. No necesitaremos bancos estadounidenses y europeos.
Un nuevo sistema de pago basado en modernas tecnologías digitales como el blockchain se está desarrollando en todo el mundo, con esta tecnología los bancos pierden importancia. El capitalismo clásico basado en la banca privada se está esfumando. El derecho internacional será restaurado. Todas las relaciones internacionales clave, incluida la emisión de circulación mundial de moneda, comienzan a formarse sobre la base de acuerdos entre las naciones.
Al mismo tiempo, se recupera la importancia de la soberanía nacional, porque los países soberanos se ponen de acuerdo. La base de la cooperación económica global es la inversión conjunta para mejorar el bienestar de los pueblos. La apertura comercial deja de ser una prioridad, se respetarán las prioridades nacionales, cada estado construirá un sistema de protección de su mercado interno y el espacio económico que considere necesario.
Ante nuestros ojos, se está formando una nueva estructura económica mundial, integral, en la que algunos estados y bancos privados pierden el monopolio sobre la emisión de dinero, sobre el uso de la fuerza militar, etc. La era de la globalización liberal esta terminando.
– ¿Por qué llamó a su libro “La última guerra mundial”? ¿Cree que esta guerra global será realmente la última?
Llamé a esta guerra mundial la última, porque creo que hay varios escenarios para salir de la crisis actual. El primer escenario, es relativamente tranquilo y próspero. Consiste en la superación del monopolio estadounidense. Para hacer esto es necesario abandonar el dólar en el sector financiero. Para superar el monopolio en la esfera cognitiva y de la información, es necesario aislar nuestro espacio de información de los oligopolios estadounidenses y desarrollar nuestras propias tecnologías de la información.
Sin los monopolios de dólar estadounidense (y del euro) y apoyándose en sus tecnologías de la información para gestionar el dinero, los países del nuevo orden económico mundial se podrán asegurar altas tasas de desarrollo económico, mientras el mundo occidental se derrumbará.
El segundo escenario de un posible desarrollo de los acontecimientos es similar al que Hitler quería realizar durante el período del cambio de las estructuras económicas anteriores. El nazismo fue un intento de crear un gobierno mundial con una ideología inhumana. Hitler concibió a la nación alemana como superhombres, los actuales ideólogos de la tecnocracia quieren imponernos sus teorías del post-humanismo.
En contraste con las teorías del post-humanismo occidental, los países centrales del nuevo orden económico mundial se caracterizan por una ideología de inspiración socialista, aunque respetando los intereses privados y usando algunos mecanismos del mercado. En China hay una mezcla de ideología socialista, intereses nacionales y competencia de mercado. India, Japón y Corea tienen todavía algunas similitudes con un régimen económico que llamaremos mixto.
Los políticos, los intelectuales y los empresarios occidentales piensan y actúan muy diferente. Lo que han planificado es un intento de formar un nuevo orden con un sólo gobierno mundial. Durante la pandemia observamos como funciona parcialmente este proyecto, se utilizó los códigos QR para controlar la visa y el acceso a los servicios públicos. Por cierto, la Fundación Rockefeller en 2009 predijo este escenario, lo denominó “Lock Step”, es decir, “Caminar en formación”. No les importa sacrificar los “valores democráticos”. Tratan de obligar a la gente a pensar igual y obedecer sin chistar las reglas que claman los medios.
Pero, debo decir, que Trump interfirió, sin quererlo con estos planes, al detener la firma de los acuerdos de asociaciones económicas transatlánticas y transpacíficas. De acuerdo con esos proyectos, si hay capital extranjero en el negocio, entonces, en una disputa con el gobierno nacional, se formaba un tribunal de arbitraje internacional, con jueces no designados, de hecho, por grandes negocios internacionales.
Se trataba que el estado nacional perdiera la soberanía en la regulación de las relaciones con las grandes empresas. Cuando Trump detuvo el acuerdo se paralizó el proceso de formación de un gobierno mundial. Esta era la segunda alternativa, que ahora está en crisis por el derrumbe de la idea de la globalización y el abandono paulatino de las restricciones pandémicas.
Debe entenderse que la opción de un gobierno mundial es incompatible con una Rusia soberana, con nuestra independencia y nuestro papel en el mundo. En el marco del escenario globalista, la Federación Rusa es considerada como un territorio destinado a la explotación por parte de las grandes corporaciones transnacionales occidentales. La “población indígena” debe servir a sus intereses.
Bajo ese escenario, Rusia desaparecería como una entidad independiente, al igual que China, por cierto. Un hipotético gobierno del mundo por parte de occidente podría incorporar algunos de nuestros oligarcas, pero sólo en roles de segunda y tercera categoría.
El tercer escenario es catastrófico. La destrucción de la humanidad…
– ¿Es el llamado apocalipsis?
Bueno, no creo que lleguemos a ese momento catastrófico, pero todos, por supuesto, tenemos miedo. Por cierto, los laboratorios biológicos estadounidenses fueron mencionados en mi otro libro: Las plagas del siglo XXI: ¿cómo evitar el desastre y superar la crisis?
Cuando en 1996, cuando me tocó trabajar en el Consejo de Seguridad de la ONU, propuse desarrollar el concepto de seguridad biológica. Porque ya entonces, hace casi 30 años, la genética era una ciencia lo suficientemente desarrollada como para sintetizar virus dirigidos contra personas de cierta raza, de cierto género o, de cierta edad. Esto ha sido posible durante mucho tiempo. Es posible hacer un virus que solo funcione contra blancos o contra negros, solo contra hombres o solo contra mujeres.
Ahora los estadounidenses han dado otro paso. Los laboratorios estadounidenses han estado desarrollando virus dirigidos contra los eslavos. Hacer un virus contra algún grupo étnico, es posible si se conoce el código genético.
Lo que está sucediendo hoy en Ucrania es el reflejo agónico de la élite del poder estadounidense, que no puede aceptar que ya no serán los líderes del mundo. Esto es para aquellos que no están conectados con EEUU por sus propios intereses y para aquellos que no están supeditados a su influencia cognitiva.
Te daré un ejemplo. Cuando Estados Unidos impuso sanciones a Rusia, en 2014, pregunté a mis colegas chinos: “¿Creen que los estadounidenses pueden imponer sanciones a China?”. Me aseguraron que era imposible, porque EEUU dependía de China tanto como China depende de EEUU.
Es decir, la vida en Estados Unidos sin los productos chinos sería más cara. Pasaron dos años y Trump lanzó la guerra comercial contra China. Entonces, Beijing entendió que Estados Unidos es un enemigo que quiere estrangular su milagro económico.
Antes de esta guerra económica, mis razones no convencían a mis colegas chinos. Mis argumentos eran desestimados. De hecho, llevamos muchos años diciendo que se debe enfrentarse al dólar. Las reservas de divisas deberían eliminar el monopolio del dólar y del euro, Necesitamos crear un nuevo sistema monetario y financiero, desarrollando por acuerdos internaciones que representen las monedas nacionales. Todo esto lo venimos diciendo desde los años 2000, cuando ya estaba claro hacia dónde se dirigía la económico mundial. Y ahora, por fin, la gran mayoría de las naciones, por así decirlos “han visto la luz”.
– A juzgar por el griterío mediático liberal y por los acontecimientos en Ucrania, NO todos han visto la luz.
Sí, nos enfrentamos al hecho que en 8 años los estadounidenses han logrado engañar al pueblo ucraniano. Las Fuerzas Armadas de Ucrania están zombificadas. Son manipuladas como marionetas. No es Zelensky quien comanda el ejército ucraniano, ni su Estado Mayor, es directamente el Pentágono. Manda a distancia con mucha eficacia con medios tecnológicos de última generación.
Los expertos saben que Rusia ganó la operación especial. Que Ucrania no tiene ninguna posibilidad, toda la infraestructura militar ha sido destruida… A las Fuerzas Armadas de Ucrania solo les queda rendirse para minimizar las pérdidas humanas. Sin embargo, los oficiales ucranianos (y especialmente, los neonazis) actúan controlados desde el exterior: siguen las instrucciones del Pentágono y de la inteligencia estadounidenses que les llega directamente a sus computadoras personales y tabletas.
El Pentágono le asigna un número a cada unidad militar y cada número recibe ‘inteligencia militar’ con tareas todos los días. Realmente convirtieron a 200 mil personas en una máquina de combate que funciona sin pensar, solo sigue sus órdenes.
Además, haciendo un trabajo sistemático durante 8 años, lograron que una parte significativa de la juventud ucraniana odie a Rusia, los han convertido no solo en carne de cañón, también en una “carne de cañón controlada” a gusto. Estando en una situación absolutamente desesperada, rodeados, privados de suministros, continúan la guerra condenándose a la muerte y arrastrando a los civiles a la tumba. Este es un claro ejemplo de cómo funciona la tecnología americana moderna.
Hay que entender que nosotros tenemos una fuerza militar muy poderosa. Sabes, antes de la guerra algunos políticos rusos afirmaban: “los ucranianos se levantarán contra Zelensky, ¿adónde irá Ucrania sin nosotros? Después de todo, no podrán asegurar la reproducción de su economía sin los recursos rusos y sin nuestra cooperación afirmaban estos políticos.
De hecho, Ucrania ha entrado en un estado de catástrofe económica. Se ha convertido en el estado más pobre de Europa junto con Moldavia. Desde que Ucrania terminó sus lazos con Rusia, sus pérdidas ascienden a más de 100 mil millones de dólares. Sin embargo, esto no han impedido que los estrategas estadounidenses y británicos formaran un ejército de 200.000 efectivos como un instrumento obediente a sus intereses.
– ¿Hay marionetas de Estados Unidos en Rusia? ¿O solo los ucranianos han sido zombificados?
Sí, hay que señalar que algunas decisiones del Banco Central ha favorecido a Occidente y los especuladores. Claro que este política económica liberal la han podido aplicar en solo algunos asuntos.
– Antes de pasar al Banco Central, déjame preguntarte. Dijiste que estás trabajando en la introducción de una nueva moneda. ¿Y en qué formato y con qué equipo?
Hemos estado haciendo este trabajo durante mucho tiempo como un grupo de académicos. Hace 10 años, en el Foro Económico de Astana, presentamos el informe “Hacia un crecimiento sostenible a través de un orden económico mundial justo”. Es un proyecto para la transición a un nuevo sistema financiero y monetario mundial, que postula reformar el FMI en base a los llamados derechos especiales de giro, para crear una moneda contable mundial.
Por cierto, esta idea despertó mucho interés entonces: nuestro proyecto fue reconocido como el mejor proyecto económico internacional. Pero en la practica, ninguno de los estados se interesó en poner a funcionar este proyecto. Aunque le siguieron el economista Nursultan Nazarbayev, propuso una nueva moneda. Si no recuerdo mal, se llamaba Altyn.
– ¿Altyn? Esa iniciativa parece muy interesante.
Sí, pero el asunto no llegó a las decisiones políticas, y hasta el día de hoy es más bien una propuesta de expertos. Pero, estoy seguro de que la situación actual nos está obligando a crear rápidamente nuevos instrumentos de pago-liquidación, porque el dólar será prácticamente imposible de usar. Y probablemente, también el rublo, por la política incompetente de nuestro Banco Central, que, de hecho, actúa en favor de los intereses de los especuladores internacionales.
Objetivamente, el rublo podría convertirse en moneda de reserva junto con el yuan y la rupia. Es posible pasar a un sistema multidivisa basado en monedas nacionales. Pero todavía necesitamos algún equivalente para la fijación de precios… Ahora estamos trabajando en el concepto en el espacio de intercambio de la Unión Económica Euroasiática, donde uno de nuestros trabajos es la formación de nuevos criterios en la formación de los precios.
Es decir, si queremos que los precios de los metales o del petróleo no los defina la City Londres, entonces necesitamos que surja otra moneda, especialmente si queremos actuar no solo dentro de la Unión Económica Euroasiática y en Eurasia.
En este nuevo orden económico mundial, incluyo, por supuesto, a China, India, Indochina, Japón, Corea e Irán. Estos grandes países tienen sus propios intereses nacionales. Después de la confiscación de las reservas de dólares de Rusia, creo que ningún país importante querrá usar la moneda de otro país como reserva. Así que se necesita una nueva herramienta. Y desde mi punto de vista, dicha herramienta, para empezar, puede ser una especie de moneda de liquidación concentrada, que se construiría como un índice agregado.
– ¿Puedes darnos un ejemplo?
Bueno, ¿recuerdas el ECU, la unidad monetaria europea? Esa experiencia fue construida como una canasta de monedas. Por tanto, todos los países que participen en la creación de esta nueva moneda contable deberían tener derecho a la presencia de su moneda nacional en esa canasta. Y la moneda común se formará como un índice, como un componente promedio ponderado de esas monedas nacionales.
Bueno, a esto hay que añadir, desde mi punto de vista, las mercancías: no sólo el oro, sino también el petróleo, el metal, el grano y el agua serán parte de ese índice. Una especie de arnés de productos básicos que, según nuestras estimaciones, debería incluir alrededor de 20 productos. De hecho, ya forman los precios mundiales y, por lo tanto, deben participar en la canasta para la formación de esta nueva moneda.
Se necesitará un tratado internacional, para determinar las reglas para la circulación de esta moneda y habrá que crear un organismo como el Fondo Monetario Internacional. Por cierto, hace 15 años propusimos reformar el FMI, pero ahora habrá que construir un nuevo sistema financiero monetario sin Occidente.
Quizá algún día Europa se una a él y Estados Unidos también se vea obligado a admitirlo. Pero está claro que tendremos que construir el nuevo sistema sin ellos, por ejemplo, sobre la base de la Organización de Cooperación de Shanghái. Sin embargo, estas propuestas están por el momento a nivel expertos.
-¿Están a nivel del gobierno o del presidente?
Primero lo enviaremos a los departamentos que se encargan de estos temas. Mantendremos discusiones, desarrollaremos algún tipo de entendimiento común y luego pasaremos al nivel político.
–Ha escrito que lo único que queda es nacionalizar el Banco de Rusia. ¿Por qué no se ha hecho todavía? Ahora dicen en Moscú que su presidenta, Elvira Nabiullina, se mantiene en su puesto sólo como pantalla, que ya no maneja nada serio. ¿Puede confirmar esta información?
Sabes, no me involucro en teorías de conspiración.
– ¿Es una teoría de la conspiración?
Cuando hablamos del Estado Profundo y teorías de conspiración generalmente nos referimos a los Estado Unidos, allí tras la pantalla de presidentes y congresistas, hay fuerzas económicas y servicios de inteligencia. En nuestra Patria, todo es más simple. Tenemos un presidente, un jefe de Estado que ha construido un poder casi vertical. Está absolutamente claro cómo se forman el parlamento y el poder judicial en Rusia. Aquí, no se puede aplicar ninguna teoría de la conspiración. Lo mismo ocurre con el Banco Central. Permíteme recordar que de acuerdo con la ley del Banco Central, todos sus bienes son propiedad federal. Por lo tanto, el Banco Central es una estructura estatal, no hay la menor duda al respecto.
– Pero dicen que el Banco Central es independiente.
El Consejo de Administración del Banco Central es designado por la Duma del Estado a propuesta del presidente. Serví durante muchos años como su representante en la junta bancaria nacional, que supervisa las actividades del Banco Central. Puedo decir que no hay duda que el Banco Central es el organismo estatal de regulación de la circulación monetaria, y también es el principal regulador financiero del país.
La Constitución estipula que el Banco Central realiza su política de manera independiente, es decir, es independiente del gobierno. Pero esto no significa que sea independiente del estado. Es una agencia estatal. El sistema judicial también es independiente del gobierno. No obstante, siendo un organismo independiente, el Banco Central se configura como un ente regulador del Estado y debe realizar las tareas que son necesarias para el desarrollo de nuestra economía.
Para lograrlo, es necesario involucrar al Banco Central en la planificación estratégica. Los clásicos de la circulación monetaria estipulan que el principal objetivo de las autoridades monetarias, es decir, del Banco Central, debe ser crear las condiciones para maximizar la inversión.
Eso es lo que debería estar haciendo el sistema bancario: maximizar la inversión. Porque a mayor inversión, mayor producción, mayor nivel técnico, menores costos y menor inflación, más estable la economía. Es posible lograr la estabilización macroeconómica en la economía solo sobre la base de un progreso científico y tecnológico acelerado.
Nuestro Banco Central ha intentado controlar la inflación manipulando, durante los últimos 10 años, la tasa de interés con un rublo que flota libremente. Esta política es miope, primitiva y contraproducente. Por lo general, estas medidas son recomendadas por el FMI para los países subdesarrollados. Es posible lograr la estabilización macroeconómica en la economía moderna solo sobre la base de un progreso científico y tecnológico acelerado.
Estas medidas son extremadamente primitivas y contradictorias, su aplicación lleva directamente a la economía a la trampa de estanflación. El Banco Central puso el rublo en flotación libre, lo cual es absurdo en una economía abierta, donde el tipo de cambio afecta directamente los precios. Y la devaluación del rublo aumentará los precios. Además, redujeron la política monetaria a una sola herramienta: la manipulación de la tasa de interés.
Pero, la tasa clave es el porcentaje al que el Banco Central presta dinero a la economía y retira dinero de la economía. Sus intentos de suprimir la inflación elevando la tasa de interés no pueden tener éxito en la economía actual, porque cuanto más alta es la tasa de interés, menos crédito, a menor inversión, menor nivel técnico y competitividad. La disminución de esto último conlleva la devaluación del rublo en 3-4 años, luego que suban la tasa de interés, supuestamente para combatir la inflación. Habiendo dejado que el tipo de cambio del rublo flotara libremente, de hecho, lo han dejado a merced de los especuladores de divisas.
A los estadounidenses les gusta mucho esta política, por eso elogian el liderazgo de nuestro Banco Central. Después de todo, ¿qué es importante para ellos? Que todo esté atado al dólar, que el rublo sea una moneda ‘basura’ que sea inestable. ¡Y esto es una paradoja, porque la cantidad de reservas en divisas de la Federación de Rusia es 3 veces más que la oferta monetaria en rublos! Esto significa que el Banco Central podría haber estabilizado el tipo de cambio en cualquier nivel. Pero no lo hizo.
¿Y quiénes son los especuladores a los que el Banco Central arrojó el rublo para que los despedazaran? Los principales especuladores son los fondos de cobertura estadounidenses, que en realidad dan forma al tipo de cambio del rublo manipulado por el mercado. Pero el Banco Central no se da cuenta de esto o, mejor dicho, finge no darse cuenta. Al mantenerse en el mercado de divisas elevando la tasa de interés, el Banco Central mata el crédito y hace que nuestra economía dependa de fuentes extranjeras de crédito, y el sistema financiero de divisas dependa de los intereses de los especuladores.
El Banco Central, escondiéndose detrás de palabras de moda como ‘el objetivo es detener la inflación’, ha fallado, vergonzosamente, en los últimos años. Entonces, en nuestro país el punto más débil de todo el sistema de seguridad nacional es el Banco Central. Su liderazgo es dependiente de las armas cognitivas del enemigo, en otras palabras, esta zombificado por la ideología liberal. De hecho, nuestras autoridades monetarias están haciendo lo que necesita el enemigo.
Por cierto, probé matemáticamente que la primera ola de sanciones se impuso contra Rusia solo después de que el Banco Central, dejara que el rublo flotara libremente y anunciara que elevaría la tasa de interés. si la inflación nos afectara. Tan pronto como el Banco Central dio este paso, los estadounidenses impusieron las sanciones.
Sus especuladores se aseguraron el desplome de la tasa de cambio del rublo, esto provocó una ola inflacionaria, y el Banco Central, por instrucciones del FMI, elevó la tasa de interés, lo que paralizó nuestra economía. El daño total de esta política ha alcanzado los 50 billones de rublos de productos no producidos y alrededor de 20 billones de rublos de inversiones inconclusas. Hay que sumarles 300 mil millones de dólares invertidos en activos extranjeros, que ahora están congelados. Este es un daño enorme.
Por lo tanto, cuando hablamos de la nacionalización del Banco Central, no estamos hablando de nacionalizarlo formalmente (ya ha sido nacionalizado), sino de llevarlo a una política de conformidad con los intereses nacionales. En este momento, su política es contraria a los intereses nacionales. Y no hay ninguna conspiración en esta idea.
El Banco Central elevó las tasas de interés al 20 por ciento, dando a los banqueros una posición dominante en la economía. Al poseer el recurso más caro y escaso, el dinero, determinan qué empresa sobrevivirá, qué empresa morirá, quebrará, etc. El aumento de las tasas de interés mantiene a toda la economía rusa como rehén de un puñado de banqueros. Este es lo primero. En segundo lugar, el liderazgo del Banco Central permitió el colapso de la tasa de cambio del rublo y cerró el cambio de divisas. Como resultado, hoy los bancos se convirtieron en los principales especuladores de divisas: compraban divisas por alrededor de 90 rublos por dólar y las vendían por 125. La diferencia establece un exceso de ganancias.
– Pero, ¿por qué, en su opinión, el Banco Central de la Federación de Rusia sigue una política que favorece al enemigo?
Como dije, lo hace por recomendación del Fondo Monetario Internacional. Pero sus intereses también son compartidos por nuestros grandes bancos, a los que objetivamente les favorece esta política, así como nuestras estructuras monetarias y financieras, que también están involucradas en la manipulación del tipo de cambio del rublo. Por lo tanto, se forma un lobby influyente que apoya esta política en función de intereses privados. Estos intereses van en contra de los intereses del país, son directamente opuestos a ellos.
Y, si miras lo que está haciendo el Banco Central hoy, no tengo dudas de que continúa con la política de complacer al enemigo. Socava la estabilidad macroeconómica al permitir que los especuladores internacionales manipulen el tipo de cambio del rublo y no controla la posición de divisas de los bancos que se han convertido en especuladores de divisas. Todo esto, aunque el Banco Central podría retirar fácilmente a los bancos del mercado de divisas fijando la posición de divisas. prohibiendo a los bancos comprar moneda extranjera.
Al aumentar la tasa de interés, el Banco Central ha eliminado las inversiones en el desarrollo de la economía rusa, que son muy necesarias en este momento, principalmente para la sustitución de importaciones y la restauración de la soberanía económica.
Nuestros líderes dicen que no debemos tener miedo a las sanciones, porque se crearán condiciones para el crecimiento económico, para la sustitución de importaciones… bueno, alrededor de un tercio de las importaciones de la UE han salido de nuestro mercado. Esta es una gran oportunidad para la sustitución de importaciones.
Si asumimos que nuestras empresas comienzan a desarrollar estos mercados, lo haremos a una tasa del 15 por ciento anual. Pero esto requiere préstamos. La sustitución de importaciones no puede surgir sin préstamos. Necesitamos préstamos para establecer instalaciones de producción, para desarrollar las nuevas tecnologías, para utilizar las capacidades de producción ociosas.
Durante mucho tiempo hemos desarrollado una estrategia de desarrollo de este tipo en la Academia de Ciencias, y la estamos promoviendo. Pero, desafortunadamente, la política del Banco Central tiene estructuras influyentes Por eso esta política es tan estable.
– ¿Por qué el Banco Central continúa con esa política? ¿Lo hace basado únicamente en los intereses de los cabilderos?
Los bancos comerciales obtienen una ganancia del 40% con la especulación de divisas. Compraste 90 rublos por dólar, lo vendiste por 125. 35 rublos, ¡nada es más fácil! Como resultado, tenemos inflación, las importaciones se están volviendo más caras, todos ven esta tasa como una locura. Los precios de todos los bienes están subiendo, pero los bancos están obteniendo grandes ganancias.
Se ha formado un lobby muy influyente en torno a esta política, y admitir el fracaso de esta estrategia significa admitir incompetencia e incluso sabotaje. Los especuladores con grandes bancos son estructuras bastante influyentes en nuestro país que inciden en la toma de decisiones.
–Esta información no llega a Putin, ¿está bloqueada en algún punto?
Cuando era asesor del presidente, comuniqué esta información.
– ¿Le escucharon?
Sí, hubo discusiones, se discutió en el Consejo Económico, luego se terminó para no irritar a los altos funcionarios. Ahora no quiero hacer más comentarios al respecto. Pero, si no cambiamos la política monetaria, será imposible sobrevivir en esta guerra híbrida. Necesitamos contrarrestar las sanciones económicas con un aumento serio en la producción nacional. Hay instalaciones de producción, personas, materias primas, cerebros para conseguirlo, pero no hay dinero. En este momento, lo más simple es que el estado facilite dinero a la gente.
–¿Los estratos políticos más altos entienden tus opiniones?
– Debes dirigirles esa pregunta directamente a ellos.
– Pero, muchas personas te llaman la persona más capaz en la situación actual: una figura pública que puede salvar a Rusia.
Gracias por el panegírico. Sinceramente no lo merezco.
– Solo quiero entender, ¿Esta es una política temporal del Banco Central?
Diría que tiene ya 30 años. Si hubiéramos llevado a cabo una política monetaria competente de acuerdo con los requisitos del nuevo orden económico nos habríamos desarrollado como China, con un crecimiento de alrededor de 10 por ciento al año. Era posible. Y básicamente hemos estado pisando en el mismo lugar durante los últimos 30 años. Entonces, el punto no es si escuchan, solo necesitan mirar objetivamente y ver cómo se están desarrollando China y cómo nos estamos desarrollando nosotros. ¿Qué nos impidió desarrollarnos exactamente de la misma manera?
Además, el sistema de control del nuevo orden económico mundial, que describo es universal. Japón tuvo éxito antes de que los estadounidenses rompieran el crecimiento económico japonés. Incluso en Etiopía, cuando aplicaron este modelo lograron crecer rápidamente. Es decir, es necesario implementar un modelo de gestión universal para la economía moderna, centrado en el crecimiento del bienestar social a través de la inversión en las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo, por supuesto, el uso del dinero implica una gran responsabilidad. Tirar dinero desde un helicóptero no es lo nuestro.
– ¿Este no es el camino que Rusia está recorriendo en este momento?
Hablamos de emisión de crédito focalizada basada en modernas herramientas digitales con un estricto sistema de control enfocado a inversiones en nuevas tecnologías. Sabemos cómo hacerlo, cómo minimizar el factor humano mediante la introducción de tecnologías digitales, incluido el rublo digital. Pero esto es una desventaja para aquellos que aún se adhieren a las viejas estrategias. Hicieron de Rusia una fuente de ingresos, sacaron 100.000 millones de dólares al extranjero con empresas extraterritoriales. Pero, ahora los estadounidenses han clausurado la deslocalización para estos empresarios. Hay una oportunidad real, debemos aprovecharla.
– ¿Qué le aconsejarías a la gente? Cuando busca dónde invertir dinero en una era de turbulencia. ¿Qué debería hacer la gente?
En primer lugar, no hacer movimientos bruscos. No es necesario correr detrás de los dólares o los euros. Porque no sabemos qué pasará con esas monedas. Si nuestro sistema está desconectado del sistema occidental, entonces nuestros bancos no pueden invertir en dólares y en euros, lo único que pueden hacer es vivir de la especulación de divisas. Pero, espero que nuestras autoridades sigan frenando el mercado de divisas.
En este contexto, lo que hicieron los bancos, elevando fuertemente la tasa de interés de los depósitos en moneda extranjera, resultó ser una clara exageración, lo que provocó el pánico. Creo que el rublo se estabilizará si se elimina a los especuladores del mercado de divisas y la moneda extranjera se vende solo a importadores y personas que transfieren dinero al extranjero dentro de límites razonables a familiares, por ejemplo, o para un viaje de negocios de. Hay que bloquear los canales de fuga de divisas. Entonces nuestra entrada de divisas se normalizará nuevamente.
Ya sabes, tenemos una balanza comercial muy positiva. Se ha introducido la venta obligatoria del 80% de los ingresos en divisas. Si estos ingresos se venden en la bolsa de valores, entonces la cantidad de moneda será más de lo que necesitan los importadores. Tendremos un excedente de moneda. Esto significa que el rublo se fortalecerá, es decir, volverá a los indicadores anteriores: 80 o incluso 70 rublos por dólar.
Pero, hasta que el Banco Central elimine a los especuladores del mercado y permita que los bancos comerciales se conviertan en tales, el tipo de cambio del rublo no se estabilizará. Desafortunadamente, las autoridades monetarias aún no han entrado en razón y no han comenzado a implementar la política correcta de estabilización macroeconómica. No puedo dar ningún otro consejo que no sea invertir en oro si es posible (especialmente porque el gobierno eliminó el IVA del oro).
– Entonces, ¿comprar oro?
Comprar lo esencial. O invertir en bienes raíces, en algo confiable. En cuanto a las inversiones en dólares y euros… Han dejado de ser una moneda para nosotros. Ya no se trata de una moneda, sino de unas obligaciones de otros países que pueden o no cumplirse. Así que tenemos que buscar otras posibilidades. Pero me gustaría enfatizar una vez más que con las políticas correctas, podemos estabilizar muy rápidamente el rublo e incluso restaurar su poder adquisitivo.
– ¿Y cuando se puede hacer?
Se puede hacer mañana. El gobierno de Primakov y Gerashchenko lo hicieron en una semana.
– ¿El gobierno puede hacerlo?
Por supuesto que puede. Para ello, es necesario tomar estas simples decisiones: fijar la posición de divisas de los bancos comerciales, introducir las normas para la venta de divisas para operaciones no comerciales y, mantener el mercado de divisas libremente convertibles solo para operaciones comerciales. Eso es todo. Esto puede redactarse en 15 minutos, anunciarlo un día y en tres días el rublo se estabilizará.
Guerra económica y militarización de las finanzas internacionales
mpr21
El jueves el Financial Times publicó el primero de una serie de reportajes titulados “La militarización de las finanzas”, que está en relación directa con la agresión desencadenada contra Rusia por occidente, según expresión literal del periódico (*). Como ven, el capital financiero internacional, a diferencia de los mequetrefes, no tiene inconveniente en hablar a sus lectores sin pelos en la lengua.
El plan económico de los imperialistas contra Rusia, asegura el periódico, ha sido diseñado por Janet Yellen, que presidió la Reserva Federal de Estados Unidos, y Mario Draghi, el antiguo director del Banco Central Europeo. Son ellos los que han embargado gran parte de los 643.000 millones de dólares de reservas de divisas de Moscú, lo cual es una declaración de guerra económica contra Rusia.
El objetivo es empujar a la divisa rusa “a una caída libre”. Se trata de un tipo de guerra totalmente nuevo: la militarización del dólar estadounidense y de otras monedas occidentales para castigar a sus adversarios.
No tiene nada que ver con la Guerra de Ucrania porque los planes se vienen discutiendo desde hace dos décadas. En Estados Unidos están hartos de las interminables agresiones militares a terceros países y la guerra económica pretende llenar en parte el vacío. Las sanciones económicas se han convertido en la nueva política de seguridad nacional, en sustitución de la diplomacia y la guerra.
La militarización de las finanzas tendrá profundas repercusiones para el futuro de la política y la economía internacionales. Muchos de los supuestos básicos de la era posterior a la Guerra Fría están siendo revocados. En su día la mundialización se vendió como una manera de evitar los conflictos. La red de dependencia acercaría cada vez más a los antiguos enemigos. En cambio, se ha convertido en un nuevo campo de batalla.
El poder de las sanciones financieras se debe a la ubicuidad del dólar estadounidense. Es la moneda más utilizada para las transacciones internacionales, en las que suele intervenir un banco estadounidense. Los mercados de capitales estadounidenses son los más grandes del mundo y los bonos del Tesoro de Estados Unidos actúan como red de seguridad para el sistema financiero mundial.
En consecuencia, es muy difícil que las instituciones financieras, los bancos centrales e incluso muchas empresas funcionen si están aisladas del dólar y del sistema financiero estadounidense. Si a esto le añadimos el euro, que es la segunda moneda con más reservas de los bancos centrales, así como la libra esterlina, el yen y el franco suizo, el impacto de estas sanciones es aún más aterrador.
Estados Unidos ya ha sancionado antes a ciertos bancos centrales (Corea del Norte, Irán y Venezuela), pero en gran medida estaban aislados del mercado mundial. Las sanciones contra el banco central de Rusia representan una primicia: el uso del arma contra una economía importante y la primera vez en una guerra en la que participa una de las principales potencias nucleares.
El plan conlleva grandes riesgos. Las sanciones del banco central podrían provocar una reacción contra el dominio del dólar en las finanzas mundiales. En las cinco semanas transcurridas desde la imposición del bloqueo, el rublo ruso ha recuperado gran parte del terreno perdido inicialmente y Moscú afirma que encontrarán formas para eludir las sanciones.
La congelación de las reservas de Rusia marcan un cambio histórico en la dirección de la política internacional. “Estas sanciones económicas son un nuevo tipo de gobierno económico con el poder de infligir un daño que rivaliza con el poder militar”, reconoció Biden en un discurso en Varsovia a finales de marzo. Estaban “socavando la fuerza de Rusia, su capacidad de reconstruir su ejército y su capacidad de proyectar su poder”.
Una policía económica mundial
La nueva etapa de la guerra económica comenzó el 11 de septiembre. Tras los atentados terroristas de 2001, Estados Unidos invadió Afganistán, se adentró en Irak para derrocar a Saddam Hussein y utilizó drones asesinos en tres continentes distintos. Pero con mucha menos fanfarria, también ha desarrollado mecanismos para actuar como una fuerza de policía económica mundial.
Unas semanas después de los atentados del 11-S, Bush se comprometió a “privar a los terroristas de financiación”. La controvertida ley patriótica en la que se basaron las detenciones indefinidas, también otorgó al Departamento del Tesoro el poder de excluir del sistema financiero estadounidense a cualquier institución financiera implicada en el blanqueo de capitales.
Casualmente, el primer país amenazado por esta ley fue Ucrania, a la que el Tesoro advirtió en 2002 que sus bancos corrían el riesgo de verse comprometidos por el crimen organizado. Poco después, Ucrania aprobó una nueva ley para prevenir el blanqueo de capitales.
El Tesoro de Estados Unidos también negoció el acceso a los datos de Swift sobre presuntos terroristas, el sistema de mensajería con sede en Bélgica que es el canon para las transacciones financieras internacionales, el primer paso de una red de control sobre el dinero que se mueve en el mundo.
Luego las herramientas financieras se aplicaron a Irán con el pretexto de su programa nuclear. Estados Unidos ha intentado restringir el acceso de Irán al sistema financiero internacional. Los funcionarios de la Hacienda estadounidense visitaban los bancos europeos y les informaban discretamente de las cuentas del gobierno iraní. A los gobiernos europeos no les gusta que el fisco estadounidense les diga a sus bancos cómo operar, pero tuvieron que tragar. Nadie se atreve a meterse con el Tesoro estadounidense.
Obama impuso sanciones económicas al banco central de Irán, el último paso de una campaña para estrangular su economía. Las sanciones no sólo presionaron a Irán para que negociara el acuerdo nuclear de 2015, sino que también allanaron el camino para hacer lo mismo con Rusia.
Ir por el banco central de un país es lo máximo que se puede alcanzar hoy para sancionar a su sector financiero. Los bancos centrales no sólo imprimen dinero y supervisan el sistema bancario, sino que también proporcionan un amortiguador económico vital en una crisis, defendiendo una moneda o pagando importaciones esenciales.
Las reservas de Rusia aumentaron tras la anexión de Crimea en 2014 para asegurarse contra futuras sanciones de Estados Unidos. Las grandes reservas de China en bonos del Tesoro de Estados Unidos se consideraron en su día como una fuente potencial de influencia geopolítica.
Las sanciones occidentales contra el banco central ruso han socavado su capacidad para apoyar la economía. El ataque a un banco central es como tener ahorros para usarlos en caso de emergencia y cuando ésta llega, el banco no permite retirarlos. Probablemente los imperialistas hayan neutralizado unos dos tercios de las reservas rusas.
Los lacayos de Bruselas firman en blanco
La Unión Europea lleva las últimas cinco décadas criticando la excesiva influencia de la moneda estadounidense y ahora se está comiendo sus palabras. Bruselas está colaborando estrechamente con Estados Unidos contra Rusia. “Nunca en la historia de la Unión Europea hemos tenido un contacto tan estrecho con los estadounidenses en materia de seguridad como el que tenemos ahora; es algo realmente inédito”, dijo un alto funcionario de la Unión Europea.
La planificación de las sanciones comenzó en noviembre del año pasado. Biden pidió a Yellen que elaborara planes sobre las medidas que podrían tomarse para responder a una invasión. A partir de ese momento, Estados Unidos comenzó a coordinarse con la Unión Europea, Reino Unido y otros países vasallos. Desde entonces hasta la invasión del 24 de febrero, los funcionarios del gobierno de Biden pasaron una media de 10 a 15 horas a la semana en videoconferencias con Bruselas y los Estados miembros para coordinar las sanciones.
En Washington, la política de sanciones ha estado dirigida por Daleep Singh, un antiguo funcionario de la Reserva Federal de Nueva York que ahora es asesor de seguridad nacional para la economía internacional en la Casa Blanca, y Wally Adeyemo, un antiguo ejecutivo de BlackRock que fue subsecretario del Tesoro. En 2014 ambos trabajaron con el gobierno de Obama cuando Estados Unidos y Europa discrepaban sobre la manera de responder a la anexión de Crimea por parte de Rusia.
La Unión Europea estaba desesperada por evitar un precedente embarazoso más reciente en relación con las sanciones contra Bielorrusia, que resultaron ser mucho más débiles, ya que los distintos países buscaron exenciones para sus industrias. Esta vez el esfuerzo de la Unión Europea se coordinó directamente desde el despacho de Ursula von der Leyen a través de Bjoern Seibert, su jefe de gabinete.
La otra figura central es la ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, a la que ya hemos presentado en otra entrada. Estaba en estrecho contacto con los sicarios de Kiev. Unas horas después de que los tanques rusos empezaran a entrar en Ucrania, Freeland envió una propuesta escrita a Estados Unidos con un plan específico dirigido contra el banco central ruso. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reiteró la propuesta en una cumbre de emergencia de los cabecillas del G7.
¿Se puede seguir confiando en Estados Unidos?
Hasta el 24 de febrero, el plan se centraba en que los bancos rusos quedaran aislados de Swift. Luego los imperialistas pusieron en primer plano las opciones más agresivas. En Europa fue Draghi quien impulsó la idea de sancionar a los bancos centrales en la cumbre de emergencia de la Unión Europea la misma noche de la invasión. Italia, uno de los principales importadores de gas ruso, había dudado en el pasado en imponer sanciones. Sin embargo, el dirigente italiano argumentó que las reservas de Rusia podrían utilizarse para amortiguar el golpe de nuevas sanciones.
Tenían que apoderarse de la pasta rápidamente. Las conversaciones de última hora cogieron desprevenidos a los segundones, sujetos de la catadura de Pedro Sánchez, que se apresuraron a hacer lo mismo.
Sin embargo, la unidad occidental es aparente. Las grandes potencias occidentales no han definido lo que tendría que hacer Rusia para que se levanten las sanciones, por lo que el Financial Times plantea una buena pregunta: ¿el objetivo es infligir daño a corto plazo a Rusia para inhibir el esfuerzo bélico o se trata de una contención a largo plazo?
Incluso cuando funcionan, las sanciones tardan mucho tiempo en surtir efecto. Sin embargo, el daño económico se está sintiendo de forma desigual, y Europa está recibiendo un golpe mucho más duro que Estados Unidos.
Hasta ahora, Europa se ha mostrado reacia a imponer un embargo de petróleo y gas, dada la fuerte dependencia del bloque de las importaciones energéticas rusas.
El otro factor clave es si Occidente puede ganar la batalla del discurso sobre las sanciones, tanto en Rusia como en el resto del mundo. A China, India, Brasil y otros países que podrían ayudar a Rusia a escapar de las sanciones occidentales, se les plantea una pregunta clave sobre el papel del dólar en la economía mundial: ¿se puede seguir confiando en Estados Unidos?
La pregunta le da la vuelta por completo a la propaganda mediática de occidente. El problema no es Rusia sino Estados Unidos.
(*) https://www.ft.com/content/5b397d6b-bde4-4a8c-b9a4-080485d6c64a
El plan económico de los imperialistas contra Rusia, asegura el periódico, ha sido diseñado por Janet Yellen, que presidió la Reserva Federal de Estados Unidos, y Mario Draghi, el antiguo director del Banco Central Europeo. Son ellos los que han embargado gran parte de los 643.000 millones de dólares de reservas de divisas de Moscú, lo cual es una declaración de guerra económica contra Rusia.
El objetivo es empujar a la divisa rusa “a una caída libre”. Se trata de un tipo de guerra totalmente nuevo: la militarización del dólar estadounidense y de otras monedas occidentales para castigar a sus adversarios.
No tiene nada que ver con la Guerra de Ucrania porque los planes se vienen discutiendo desde hace dos décadas. En Estados Unidos están hartos de las interminables agresiones militares a terceros países y la guerra económica pretende llenar en parte el vacío. Las sanciones económicas se han convertido en la nueva política de seguridad nacional, en sustitución de la diplomacia y la guerra.
La militarización de las finanzas tendrá profundas repercusiones para el futuro de la política y la economía internacionales. Muchos de los supuestos básicos de la era posterior a la Guerra Fría están siendo revocados. En su día la mundialización se vendió como una manera de evitar los conflictos. La red de dependencia acercaría cada vez más a los antiguos enemigos. En cambio, se ha convertido en un nuevo campo de batalla.
El poder de las sanciones financieras se debe a la ubicuidad del dólar estadounidense. Es la moneda más utilizada para las transacciones internacionales, en las que suele intervenir un banco estadounidense. Los mercados de capitales estadounidenses son los más grandes del mundo y los bonos del Tesoro de Estados Unidos actúan como red de seguridad para el sistema financiero mundial.
En consecuencia, es muy difícil que las instituciones financieras, los bancos centrales e incluso muchas empresas funcionen si están aisladas del dólar y del sistema financiero estadounidense. Si a esto le añadimos el euro, que es la segunda moneda con más reservas de los bancos centrales, así como la libra esterlina, el yen y el franco suizo, el impacto de estas sanciones es aún más aterrador.
Estados Unidos ya ha sancionado antes a ciertos bancos centrales (Corea del Norte, Irán y Venezuela), pero en gran medida estaban aislados del mercado mundial. Las sanciones contra el banco central de Rusia representan una primicia: el uso del arma contra una economía importante y la primera vez en una guerra en la que participa una de las principales potencias nucleares.
El plan conlleva grandes riesgos. Las sanciones del banco central podrían provocar una reacción contra el dominio del dólar en las finanzas mundiales. En las cinco semanas transcurridas desde la imposición del bloqueo, el rublo ruso ha recuperado gran parte del terreno perdido inicialmente y Moscú afirma que encontrarán formas para eludir las sanciones.
La congelación de las reservas de Rusia marcan un cambio histórico en la dirección de la política internacional. “Estas sanciones económicas son un nuevo tipo de gobierno económico con el poder de infligir un daño que rivaliza con el poder militar”, reconoció Biden en un discurso en Varsovia a finales de marzo. Estaban “socavando la fuerza de Rusia, su capacidad de reconstruir su ejército y su capacidad de proyectar su poder”.
Una policía económica mundial
La nueva etapa de la guerra económica comenzó el 11 de septiembre. Tras los atentados terroristas de 2001, Estados Unidos invadió Afganistán, se adentró en Irak para derrocar a Saddam Hussein y utilizó drones asesinos en tres continentes distintos. Pero con mucha menos fanfarria, también ha desarrollado mecanismos para actuar como una fuerza de policía económica mundial.
Unas semanas después de los atentados del 11-S, Bush se comprometió a “privar a los terroristas de financiación”. La controvertida ley patriótica en la que se basaron las detenciones indefinidas, también otorgó al Departamento del Tesoro el poder de excluir del sistema financiero estadounidense a cualquier institución financiera implicada en el blanqueo de capitales.
Casualmente, el primer país amenazado por esta ley fue Ucrania, a la que el Tesoro advirtió en 2002 que sus bancos corrían el riesgo de verse comprometidos por el crimen organizado. Poco después, Ucrania aprobó una nueva ley para prevenir el blanqueo de capitales.
El Tesoro de Estados Unidos también negoció el acceso a los datos de Swift sobre presuntos terroristas, el sistema de mensajería con sede en Bélgica que es el canon para las transacciones financieras internacionales, el primer paso de una red de control sobre el dinero que se mueve en el mundo.
Luego las herramientas financieras se aplicaron a Irán con el pretexto de su programa nuclear. Estados Unidos ha intentado restringir el acceso de Irán al sistema financiero internacional. Los funcionarios de la Hacienda estadounidense visitaban los bancos europeos y les informaban discretamente de las cuentas del gobierno iraní. A los gobiernos europeos no les gusta que el fisco estadounidense les diga a sus bancos cómo operar, pero tuvieron que tragar. Nadie se atreve a meterse con el Tesoro estadounidense.
Obama impuso sanciones económicas al banco central de Irán, el último paso de una campaña para estrangular su economía. Las sanciones no sólo presionaron a Irán para que negociara el acuerdo nuclear de 2015, sino que también allanaron el camino para hacer lo mismo con Rusia.
Ir por el banco central de un país es lo máximo que se puede alcanzar hoy para sancionar a su sector financiero. Los bancos centrales no sólo imprimen dinero y supervisan el sistema bancario, sino que también proporcionan un amortiguador económico vital en una crisis, defendiendo una moneda o pagando importaciones esenciales.
Las reservas de Rusia aumentaron tras la anexión de Crimea en 2014 para asegurarse contra futuras sanciones de Estados Unidos. Las grandes reservas de China en bonos del Tesoro de Estados Unidos se consideraron en su día como una fuente potencial de influencia geopolítica.
Las sanciones occidentales contra el banco central ruso han socavado su capacidad para apoyar la economía. El ataque a un banco central es como tener ahorros para usarlos en caso de emergencia y cuando ésta llega, el banco no permite retirarlos. Probablemente los imperialistas hayan neutralizado unos dos tercios de las reservas rusas.
Los lacayos de Bruselas firman en blanco
La Unión Europea lleva las últimas cinco décadas criticando la excesiva influencia de la moneda estadounidense y ahora se está comiendo sus palabras. Bruselas está colaborando estrechamente con Estados Unidos contra Rusia. “Nunca en la historia de la Unión Europea hemos tenido un contacto tan estrecho con los estadounidenses en materia de seguridad como el que tenemos ahora; es algo realmente inédito”, dijo un alto funcionario de la Unión Europea.
La planificación de las sanciones comenzó en noviembre del año pasado. Biden pidió a Yellen que elaborara planes sobre las medidas que podrían tomarse para responder a una invasión. A partir de ese momento, Estados Unidos comenzó a coordinarse con la Unión Europea, Reino Unido y otros países vasallos. Desde entonces hasta la invasión del 24 de febrero, los funcionarios del gobierno de Biden pasaron una media de 10 a 15 horas a la semana en videoconferencias con Bruselas y los Estados miembros para coordinar las sanciones.
En Washington, la política de sanciones ha estado dirigida por Daleep Singh, un antiguo funcionario de la Reserva Federal de Nueva York que ahora es asesor de seguridad nacional para la economía internacional en la Casa Blanca, y Wally Adeyemo, un antiguo ejecutivo de BlackRock que fue subsecretario del Tesoro. En 2014 ambos trabajaron con el gobierno de Obama cuando Estados Unidos y Europa discrepaban sobre la manera de responder a la anexión de Crimea por parte de Rusia.
La Unión Europea estaba desesperada por evitar un precedente embarazoso más reciente en relación con las sanciones contra Bielorrusia, que resultaron ser mucho más débiles, ya que los distintos países buscaron exenciones para sus industrias. Esta vez el esfuerzo de la Unión Europea se coordinó directamente desde el despacho de Ursula von der Leyen a través de Bjoern Seibert, su jefe de gabinete.
La otra figura central es la ministra de Finanzas de Canadá, Chrystia Freeland, a la que ya hemos presentado en otra entrada. Estaba en estrecho contacto con los sicarios de Kiev. Unas horas después de que los tanques rusos empezaran a entrar en Ucrania, Freeland envió una propuesta escrita a Estados Unidos con un plan específico dirigido contra el banco central ruso. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reiteró la propuesta en una cumbre de emergencia de los cabecillas del G7.
¿Se puede seguir confiando en Estados Unidos?
Hasta el 24 de febrero, el plan se centraba en que los bancos rusos quedaran aislados de Swift. Luego los imperialistas pusieron en primer plano las opciones más agresivas. En Europa fue Draghi quien impulsó la idea de sancionar a los bancos centrales en la cumbre de emergencia de la Unión Europea la misma noche de la invasión. Italia, uno de los principales importadores de gas ruso, había dudado en el pasado en imponer sanciones. Sin embargo, el dirigente italiano argumentó que las reservas de Rusia podrían utilizarse para amortiguar el golpe de nuevas sanciones.
Tenían que apoderarse de la pasta rápidamente. Las conversaciones de última hora cogieron desprevenidos a los segundones, sujetos de la catadura de Pedro Sánchez, que se apresuraron a hacer lo mismo.
Sin embargo, la unidad occidental es aparente. Las grandes potencias occidentales no han definido lo que tendría que hacer Rusia para que se levanten las sanciones, por lo que el Financial Times plantea una buena pregunta: ¿el objetivo es infligir daño a corto plazo a Rusia para inhibir el esfuerzo bélico o se trata de una contención a largo plazo?
Incluso cuando funcionan, las sanciones tardan mucho tiempo en surtir efecto. Sin embargo, el daño económico se está sintiendo de forma desigual, y Europa está recibiendo un golpe mucho más duro que Estados Unidos.
Hasta ahora, Europa se ha mostrado reacia a imponer un embargo de petróleo y gas, dada la fuerte dependencia del bloque de las importaciones energéticas rusas.
El otro factor clave es si Occidente puede ganar la batalla del discurso sobre las sanciones, tanto en Rusia como en el resto del mundo. A China, India, Brasil y otros países que podrían ayudar a Rusia a escapar de las sanciones occidentales, se les plantea una pregunta clave sobre el papel del dólar en la economía mundial: ¿se puede seguir confiando en Estados Unidos?
La pregunta le da la vuelta por completo a la propaganda mediática de occidente. El problema no es Rusia sino Estados Unidos.
(*) https://www.ft.com/content/5b397d6b-bde4-4a8c-b9a4-080485d6c64a
11 de abril de 2022
La guerra total para «cancelar» a Rusia
Observatorio de la crisis Pepe Escobar
Europa ha elegido su destino. Y eligió como enemigo a Rusia. Pero, lo que estamos viendo es la muerte de la vieja Europa. En una situación en que la industria europea se queda sin energía y materias primas rusas a bajo precio y ,China comenzará a recibir estos mismos vectores de energía y materias primas con descuento, no se puede hablar de una competencia real entre China y Europa
A estas alturas, está muy claro que la campaña rusofóbica neo-orwelliana «Dos minutos de odio» lanzada por el Imperio de las mentiras después del inicio de la Operación Z es en realidad «Odio 24 horas al día, 7 días a la semana».
Vastas franjas de la OTANstan han sido acorraladas para que se comporten como una multitud que quiere un linchamiento a todo lo ruso. No se tolera la disidencia. De facto el Imperio de las Mentiras y del Odio ha mejorado las operaciones psicológicas al estado de una Guerra Total, de carácter híbrido para “cancelar” a Rusia.
Después de todo, el odio tiene mucho más impacto que las meras mentiras, que ahora se están convirtiendo en una mentira abyecta, como cuando la «inteligencia» estadounidense recurre a invenciones para librar la guerra de la información contra Rusia.
Si la sobreexposición propagandística ha sido letalmente efectiva entre las masas occidentales (llámese una «victoria» en la guerra de relaciones públicas) en el frente donde realmente importa, dentro de Rusia, es un gran fracaso.
El apoyo de la opinión pública tanto a la Operación Z como al presidente Putin no tiene precedentes. Después de los videos de tortura de los prisioneros de guerra rusos – que causaron una repulsión generalizada – la sociedad civil rusa se prepara para una «Guerra larga» que durará meses, no semanas, siempre que se cumplan los objetivos del Alto Mando ruso, que en realidad son un secreto militar.
Los objetivos declarados son la «desmilitarización» y «desnazificación» para una futura Ucrania neutral, pero van mucho más allá geopolíticamente: el objetivo es poner patas arriba el acuerdo de seguridad colectiva europeo posterior a 1945, obligando a la OTAN a comprender y aceptar el concepto. de “seguridad indivisible”. Este es un proceso extremadamente complejo que llegará a la próxima década.
La esfera de la OTANstan simplemente no puede admitir en público una serie de hechos que un analista militar del calibre de Andrei Martyanov ha estado explicando durante años.
Rusia puede enfrentarse a la OTAN y hacerla pedazos. Puede emplear sistemas avanzados de disuasión estratégica que no tiene Occidente. Su eje sur, desde el Cáucaso y Asia Occidental hasta Asia Central, está completamente estabilizado. Y si las cosas se ponen realmente difíciles, el Sr. Zircon puede entregar su tarjeta de presentación nuclear hipersónica sin que el otro lado sepa qué los golpeó.
“Europa ha elegido su destino”
Puede ser esclarecedor ver cómo los rusos interpretan estos procesos complejos, cuyos puntos de vista ahora están completamente censurados por la OTAN.
Tomemos dos ejemplos. El primero es el teniente general LP Reshetnikov, que en una nota analítica examina los hechos de la guerra terrestre.
Algunas conclusiones clave:
– “Sobre Rumania y Polonia hay aviones de alerta temprana aerotransportados de la OTAN con tripulaciones experimentadas, hay satélites de inteligencia estadounidenses en el cielo todo el tiempo. Les recuerdo que el presupuesto para nuestro Roscosmos, es de $ 2.5 mil millones al año, el presupuesto civil de la NASA es de $ 25 mil millones, el presupuesto civil de SpaceX es igual a Roscosmos, y eso sin contar las decenas de miles de millones de dólares que anualmente Estados Unidos despliega febrilmente como un sistema de control de todo el planeta.”
– La guerra se desarrolla según “los ojos y el cerebro de la OTAN. Los neonazis ucranianos no son más que zombis controlados desde por el Pentágono. Todo el ejército ucraniano es un organismo zombi controlado a distancia”.
– “Las tácticas y la estrategia de esta guerra serán tema de libros de texto para las academias militares de todo el mundo. Una vez más: el ejército ruso está aplastando un organismo zombi nazi, totalmente constituido y reforzado por con los ojos y el cerebro de la OTAN”.
Ahora veamos que dice Oleg Makarenko:
– “Occidente se considera a sí mismo ‘el mundo entero’ solo porque aún no ha recibido un puñetazo suficientemente fuerte. Da la casualidad que Rusia ahora le está dando este clic: con el apoyo desde atrás de Asia, África y parte de América Latina. Y Occidente no puede hacer absolutamente nada con nosotros, ya que también va a la zaga en número de ojivas nucleares”.
– “Europa ha elegido su destino. Y eligió como enemigo a Rusia. Pero, lo que estamos viendo es la muerte de la vieja Europa. Incluso sin ataques nucleares a sus centros industriales, Europa está condenada. En una situación en que la industria europea se queda sin fuentes de energía y materias primas rusas baratas, y China comenzará a recibir estos mismos vectores de energía y materias primas con descuento, no se puede hablar de competencia real entre China y Europa. Como resultado, todo colapsará: después de la industria, colapsará la agricultura, el bienestar y la seguridad social. Más tarde comenzará el hambre y el caos”.
Reshetnikov y Makarenko representan fielmente el sentimiento general de los rusos de a pie, que explican la tosca falsa bandera de Bucha como una tapadera para ocultar las torturas del ejército ucraniano a los prisioneros de guerra rusos.
Y, aún más grave, la falsa bandera de Bucha permitió la desaparición de las noticias occidentales de los laboratorios de armas biológicas del Pentágono: una evidencia que Estados Unidos está dispuesto a desplegar armas reales de destrucción masiva contra Rusia.
El engaño de Bucha trato de ser bloqueado por la presidencia británica del Consejo de Seguridad de la ONU. Los hallazgos de documentos encontrados en Ucrania han horrorizado a los chinos
El Comité de Investigación de Rusia persiste en su trabajo, hay al menos 100 investigadores desenterrando pruebas de crímenes de guerra en Donbass para presentarlas ante un tribunal en un futuro próximo.
Y esto nos lleva de vuelta a los hechos sobre el terreno. Hay mucha discusión sobre el posible final de la Operación Z. Una evaluación justa incluiría la liberación de toda Novorossiya y el control total de la costa del Mar Negro que actualmente es parte de Ucrania.
De hecho, “Ucrania” nunca fue un estado; siempre fue un anexo a otro estado o a un imperio como Polonia, Austria-Hungría, Turquía y Rusia.
El estado ruso nació en el llamado Rus de Kiev. “Ucrania”, en ruso antiguo, significa “región fronteriza”. En el pasado, se refería a las regiones más occidentales del Imperio Ruso. Cuando el Imperio comenzó a expandirse hacia el sur, las nuevas regiones anexadas, que en su mayoría habían estado bajo el dominio turco, se llamaron Novorossiya («Nueva Rusia») y Malorossiya («Pequeña Rusia»).
Le tocó a la URSS a principios de la década de 1920 unificar todo este territorio y nombrarlo «Ucrania», agregando Galicia en el oeste (que históricamente no era ruso).
Sin embargo, cuando la URSS se disolvió en 1991 el Imperio de las Mentiras controló de facto la Rusia postsoviética, y NO permitió que las regiones rusas reales que eran parte de la URSS, fueran incorporadas a la Federación Rusa (Novorossiya y Malorossiya). Rusia ahora las está reincorporando.
Vamos a bailar en un Puerto Rico Europeo
A estas alturas también está bastante claro para cualquier analista geopolítico serio que la Operación Z abrió una caja de Pandora. Y la víctima histórica de toda la toxicidad desatada será Europa.
El economista Michael Hudson, en un nuevo ensayo sobre como el dólar estadounidense está devorando al euro, argumenta medio en broma que Europa también podría terminar con su moneda y transformarse en “una versión algo más grande de Puerto Rico”.
Después de todo, Europa “prácticamente ha dejado de ser un estado políticamente independiente, y está comenzando a parecerse más a Panamá y Liberia que en realidad son “centros bancarios extraterritoriales que no son ‘estados’ reales porque no emiten sus propias monedas”.
En sintonía con los analistas rusos, chinos e iraníes, Hudson avanza que la guerra en Ucrania, en realidad en su «versión completa como la Nueva Guerra Fría», y que probablemente dure «al menos una década, tal vez dos». Estados Unidos la entiende como una lucha entre el neoliberalismo y el socialismo [es decir, el modelo chino] para abarcar un conflicto de carácter mundial”.
Lo que puede estar seriamente en discusión es si EEUU, después de su “conquista económica de Europa”, podrá “bloquear a los países africanos, sudamericanos y asiáticos”. El proceso de integración de Eurasia, que avanza desde hace 10 años, conducido por la asociación estratégica Rusia-China ha seguido expandiéndose a la mayor parte del Sur Global. Y parece no habrá fuerzas que puedan evitar estas conexiones económicas mutuamente satisfactorias.
No hay duda, como afirma Hudson, que “la economía mundial se está inflamando” con el comercio de armas de EEUU. Sin embargo, en el lado correcto de la historia está el Rublo-gas, el Petro-yuan, y el nuevo sistema monetario/financiero que se está diseñando entre la Unión Económica de Eurasia (EAEU) y China.
Y esto es algo que ningún intrascendente puede “cancelar” a través de guerra cultural.
Vastas franjas de la OTANstan han sido acorraladas para que se comporten como una multitud que quiere un linchamiento a todo lo ruso. No se tolera la disidencia. De facto el Imperio de las Mentiras y del Odio ha mejorado las operaciones psicológicas al estado de una Guerra Total, de carácter híbrido para “cancelar” a Rusia.
Después de todo, el odio tiene mucho más impacto que las meras mentiras, que ahora se están convirtiendo en una mentira abyecta, como cuando la «inteligencia» estadounidense recurre a invenciones para librar la guerra de la información contra Rusia.
Si la sobreexposición propagandística ha sido letalmente efectiva entre las masas occidentales (llámese una «victoria» en la guerra de relaciones públicas) en el frente donde realmente importa, dentro de Rusia, es un gran fracaso.
El apoyo de la opinión pública tanto a la Operación Z como al presidente Putin no tiene precedentes. Después de los videos de tortura de los prisioneros de guerra rusos – que causaron una repulsión generalizada – la sociedad civil rusa se prepara para una «Guerra larga» que durará meses, no semanas, siempre que se cumplan los objetivos del Alto Mando ruso, que en realidad son un secreto militar.
Los objetivos declarados son la «desmilitarización» y «desnazificación» para una futura Ucrania neutral, pero van mucho más allá geopolíticamente: el objetivo es poner patas arriba el acuerdo de seguridad colectiva europeo posterior a 1945, obligando a la OTAN a comprender y aceptar el concepto. de “seguridad indivisible”. Este es un proceso extremadamente complejo que llegará a la próxima década.
La esfera de la OTANstan simplemente no puede admitir en público una serie de hechos que un analista militar del calibre de Andrei Martyanov ha estado explicando durante años.
Rusia puede enfrentarse a la OTAN y hacerla pedazos. Puede emplear sistemas avanzados de disuasión estratégica que no tiene Occidente. Su eje sur, desde el Cáucaso y Asia Occidental hasta Asia Central, está completamente estabilizado. Y si las cosas se ponen realmente difíciles, el Sr. Zircon puede entregar su tarjeta de presentación nuclear hipersónica sin que el otro lado sepa qué los golpeó.
“Europa ha elegido su destino”
Puede ser esclarecedor ver cómo los rusos interpretan estos procesos complejos, cuyos puntos de vista ahora están completamente censurados por la OTAN.
Tomemos dos ejemplos. El primero es el teniente general LP Reshetnikov, que en una nota analítica examina los hechos de la guerra terrestre.
Algunas conclusiones clave:
– “Sobre Rumania y Polonia hay aviones de alerta temprana aerotransportados de la OTAN con tripulaciones experimentadas, hay satélites de inteligencia estadounidenses en el cielo todo el tiempo. Les recuerdo que el presupuesto para nuestro Roscosmos, es de $ 2.5 mil millones al año, el presupuesto civil de la NASA es de $ 25 mil millones, el presupuesto civil de SpaceX es igual a Roscosmos, y eso sin contar las decenas de miles de millones de dólares que anualmente Estados Unidos despliega febrilmente como un sistema de control de todo el planeta.”
– La guerra se desarrolla según “los ojos y el cerebro de la OTAN. Los neonazis ucranianos no son más que zombis controlados desde por el Pentágono. Todo el ejército ucraniano es un organismo zombi controlado a distancia”.
– “Las tácticas y la estrategia de esta guerra serán tema de libros de texto para las academias militares de todo el mundo. Una vez más: el ejército ruso está aplastando un organismo zombi nazi, totalmente constituido y reforzado por con los ojos y el cerebro de la OTAN”.
Ahora veamos que dice Oleg Makarenko:
– “Occidente se considera a sí mismo ‘el mundo entero’ solo porque aún no ha recibido un puñetazo suficientemente fuerte. Da la casualidad que Rusia ahora le está dando este clic: con el apoyo desde atrás de Asia, África y parte de América Latina. Y Occidente no puede hacer absolutamente nada con nosotros, ya que también va a la zaga en número de ojivas nucleares”.
– “Europa ha elegido su destino. Y eligió como enemigo a Rusia. Pero, lo que estamos viendo es la muerte de la vieja Europa. Incluso sin ataques nucleares a sus centros industriales, Europa está condenada. En una situación en que la industria europea se queda sin fuentes de energía y materias primas rusas baratas, y China comenzará a recibir estos mismos vectores de energía y materias primas con descuento, no se puede hablar de competencia real entre China y Europa. Como resultado, todo colapsará: después de la industria, colapsará la agricultura, el bienestar y la seguridad social. Más tarde comenzará el hambre y el caos”.
Reshetnikov y Makarenko representan fielmente el sentimiento general de los rusos de a pie, que explican la tosca falsa bandera de Bucha como una tapadera para ocultar las torturas del ejército ucraniano a los prisioneros de guerra rusos.
Y, aún más grave, la falsa bandera de Bucha permitió la desaparición de las noticias occidentales de los laboratorios de armas biológicas del Pentágono: una evidencia que Estados Unidos está dispuesto a desplegar armas reales de destrucción masiva contra Rusia.
El engaño de Bucha trato de ser bloqueado por la presidencia británica del Consejo de Seguridad de la ONU. Los hallazgos de documentos encontrados en Ucrania han horrorizado a los chinos
El Comité de Investigación de Rusia persiste en su trabajo, hay al menos 100 investigadores desenterrando pruebas de crímenes de guerra en Donbass para presentarlas ante un tribunal en un futuro próximo.
Y esto nos lleva de vuelta a los hechos sobre el terreno. Hay mucha discusión sobre el posible final de la Operación Z. Una evaluación justa incluiría la liberación de toda Novorossiya y el control total de la costa del Mar Negro que actualmente es parte de Ucrania.
De hecho, “Ucrania” nunca fue un estado; siempre fue un anexo a otro estado o a un imperio como Polonia, Austria-Hungría, Turquía y Rusia.
El estado ruso nació en el llamado Rus de Kiev. “Ucrania”, en ruso antiguo, significa “región fronteriza”. En el pasado, se refería a las regiones más occidentales del Imperio Ruso. Cuando el Imperio comenzó a expandirse hacia el sur, las nuevas regiones anexadas, que en su mayoría habían estado bajo el dominio turco, se llamaron Novorossiya («Nueva Rusia») y Malorossiya («Pequeña Rusia»).
Le tocó a la URSS a principios de la década de 1920 unificar todo este territorio y nombrarlo «Ucrania», agregando Galicia en el oeste (que históricamente no era ruso).
Sin embargo, cuando la URSS se disolvió en 1991 el Imperio de las Mentiras controló de facto la Rusia postsoviética, y NO permitió que las regiones rusas reales que eran parte de la URSS, fueran incorporadas a la Federación Rusa (Novorossiya y Malorossiya). Rusia ahora las está reincorporando.
Vamos a bailar en un Puerto Rico Europeo
A estas alturas también está bastante claro para cualquier analista geopolítico serio que la Operación Z abrió una caja de Pandora. Y la víctima histórica de toda la toxicidad desatada será Europa.
El economista Michael Hudson, en un nuevo ensayo sobre como el dólar estadounidense está devorando al euro, argumenta medio en broma que Europa también podría terminar con su moneda y transformarse en “una versión algo más grande de Puerto Rico”.
Después de todo, Europa “prácticamente ha dejado de ser un estado políticamente independiente, y está comenzando a parecerse más a Panamá y Liberia que en realidad son “centros bancarios extraterritoriales que no son ‘estados’ reales porque no emiten sus propias monedas”.
En sintonía con los analistas rusos, chinos e iraníes, Hudson avanza que la guerra en Ucrania, en realidad en su «versión completa como la Nueva Guerra Fría», y que probablemente dure «al menos una década, tal vez dos». Estados Unidos la entiende como una lucha entre el neoliberalismo y el socialismo [es decir, el modelo chino] para abarcar un conflicto de carácter mundial”.
Lo que puede estar seriamente en discusión es si EEUU, después de su “conquista económica de Europa”, podrá “bloquear a los países africanos, sudamericanos y asiáticos”. El proceso de integración de Eurasia, que avanza desde hace 10 años, conducido por la asociación estratégica Rusia-China ha seguido expandiéndose a la mayor parte del Sur Global. Y parece no habrá fuerzas que puedan evitar estas conexiones económicas mutuamente satisfactorias.
No hay duda, como afirma Hudson, que “la economía mundial se está inflamando” con el comercio de armas de EEUU. Sin embargo, en el lado correcto de la historia está el Rublo-gas, el Petro-yuan, y el nuevo sistema monetario/financiero que se está diseñando entre la Unión Económica de Eurasia (EAEU) y China.
Y esto es algo que ningún intrascendente puede “cancelar” a través de guerra cultural.
18 de abril de 2022
19 de abril de 2022
23 de abril de 2022
24 de abril de 2022
¿Quién está aislado? La guerra de Ucrania en su contexto geoeconómico
«Debemos pensar en esta guerra como un formidable acelerador de la desglobalización y la desoccidentalización del mundo. ¿Estarán nuestras élites políticas a la altura del momento histórico y serán capaces de deshacerse de las limitaciones del mundo “occidental”? Por desgracia, podemos dudarlo».
Jacques Sapir, economista francés, Director de la Escuela de Altos Estudios Sociológicos
Observatorio de la crisis
La guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto de manifiesto una profunda fractura entre el mundo “occidental” y el resto del mundo [1]. Esta división se produce en un contexto de acelerada desglobalización. Se ha hecho evidente desde la crisis de las hipotecas subprime de 2008-2010, que nunca se ha superado del todo. Se ha visto acentuado por la epidemia de Covid-19 y, hoy, por las consecuencias de la guerra resultante de la invasión rusa de Ucrania. Se están despertando viejos temores. ¿Y si esta desglobalización anuncia un retorno a la época de las guerras?
Pero estos temores no son más que la otra cara de una mentira que se propagó por ignorancia, para algunos, y por interés, para otros. El comercio nunca ha borrado la guerra, ni siquiera en Europa. La guerra civil en la antigua Yugoslavia se olvida con demasiada rapidez, por no hablar de la terrible guerra que asoló África Central [2], la guerra de Darfur [3], las guerras de Oriente Próximo y la que aún continúa en Yemen. La lista es, por desgracia, larga. ¿Qué significa la expresión “desglobalización” utilizada para describir el contexto geoeconómico en el que se desarrolla esta guerra?
La globalización que experimentamos desde hace casi cuarenta años es el resultado de una combinación de la globalización financiera, que se puso en marcha con el desmantelamiento del sistema heredado de los acuerdos de Bretton Woods en 1971-73, y la globalización del mercado, que se plasmó en el libre comercio. Ha conducido a la sobreexplotación de los recursos naturales, sumiendo a más de mil quinientos millones de seres humanos en una crisis ecológica que se agrava cada día. Ha llevado a la destrucción del vínculo social en un gran número de países y ha enfrentado a innumerables masas con el espectro de una guerra de todos contra todos, con el choque de un individualismo forzado que presagia regresiones aún peores [4].
La guerra en Ucrania tiene lugar en un contexto económico y político internacional que ha cambiado profundamente en los últimos veinte años, y en particular desde 2010. Este contexto está marcado por una aceleración del movimiento de desglobalización, que ya era evidente en 2010 pero que se ha reforzado considerablemente, y por un movimiento de desoccidentalización del mundo.
La observación que puede extraerse de los últimos diez años es que la globalización ha generado tales fuerzas de contestación, fuerzas que no se han limitado a la ideología, fuerzas que han demostrado ser profundas y poderosas y que no han hecho más que fortalecerse, que se ha alcanzado un punto de inflexión. La globalización primero se detuvo y luego se revirtió. Esto fue evidente en la crisis de Covid-19. Por lo tanto, la desglobalización ha comenzado en serio. También trae consigo una “desoccidentalización” del mundo [5]. 5] Se trata de un fenómeno importante, que se refleja en el considerable fortalecimiento de las economías no europeas, pero también en su autonomía frente a “Occidente”, un movimiento que no parece haber sido realmente comprendido.
¿Qué es la desglobalización?
¿A qué llamamos hoy “desglobalización”? Merece la pena volver al significado de la palabra, pero también de la noción que describe la palabra. Algunas personas confunden el término con una interrupción voluntaria o accidental de los flujos comerciales que recorren el mundo. Así, confunden el proteccionismo, que puede estar ampliamente justificado en la teoría económica [6], con la práctica de la autarquía, que suele ser un presagio de guerra. También se equivocan en cuanto a la naturaleza del vínculo entre el crecimiento del PIB mundial y el volumen del comercio.
Recordemos que la riqueza proviene de los procesos de producción. Si éstas no se han producido de antemano, no hay comercio ni beneficio. La riqueza está vinculada al crecimiento de la productividad del trabajo, y ésta se origina en la transformación perpetua del proceso de producción. El comercio facilita la transformación de esta riqueza en beneficio monetario. Es una respuesta al desfase que puede surgir entre el volumen de las inversiones realizadas inicialmente para la producción y un mercado demasiado pequeño para remunerar a los capitalistas y los fondos invertidos al nivel esperado.
El comercio internacional permite, por lo tanto, la realización de beneficios a veces más elevados de lo inicialmente previsto, ya que permite aprovechar las oportunidades, explotar las situaciones de renta, poner a los trabajadores en condiciones muy diferentes en competencia entre sí, obligar a los trabajadores a depender de los productores de mercancías extranjeras. Esto no quiere decir que el comercio por sí solo cree valor, como afirman los defensores de la globalización. Pero, sobre todo, olvidan que estos intercambios -de bienes y servicios, pero también culturales e incluso financieros- son mucho más antiguos que el fenómeno conocido como “globalización”. Así, hemos conocido situaciones en las que el comercio internacional coexistió con importantes formas de protección de la economía nacional [7]. La “globalización”, por utilizar sólo esta palabra, no se reduce por tanto a la existencia de estos flujos.
Lo que dio lugar al fenómeno de la globalización, y lo convirtió en un “hecho social” global, fue un doble movimiento. Se produjo la combinación, pero también el entrelazamiento, de los flujos de mercancías y financieros Y el desarrollo de una forma de gobierno (o gobernanza) en la que lo económico parecía prevalecer sobre lo político. De hecho, la “globalización” se caracteriza por un doble movimiento en el que las empresas intentan primar sobre los Estados y las normas y reglas sobre la política. Este proceso conduce en realidad a la negación de la democracia. En este punto, sin embargo, sólo podemos observar un retorno al control estatal de estos flujos, un retorno victorioso de la política. Este movimiento se llama el retorno de la soberanía estatal. La soberanía es esencial para la democracia [8]. Tenemos muchos ejemplos de Estados que son soberanos pero no democráticos; sin embargo, en ningún lugar hemos visto un Estado que fuera democrático pero no soberano.
Por ello, el proceso de desglobalización económica se ha acelerado en los últimos años. Comenzó a manifestarse abiertamente con la crisis financiera internacional de 2008-2010 y sus consecuencias. De hecho, es a partir de esta crisis cuando podemos datar un punto de ruptura en los distintos datos estadísticos.
Pero estos temores no son más que la otra cara de una mentira que se propagó por ignorancia, para algunos, y por interés, para otros. El comercio nunca ha borrado la guerra, ni siquiera en Europa. La guerra civil en la antigua Yugoslavia se olvida con demasiada rapidez, por no hablar de la terrible guerra que asoló África Central [2], la guerra de Darfur [3], las guerras de Oriente Próximo y la que aún continúa en Yemen. La lista es, por desgracia, larga. ¿Qué significa la expresión “desglobalización” utilizada para describir el contexto geoeconómico en el que se desarrolla esta guerra?
La globalización que experimentamos desde hace casi cuarenta años es el resultado de una combinación de la globalización financiera, que se puso en marcha con el desmantelamiento del sistema heredado de los acuerdos de Bretton Woods en 1971-73, y la globalización del mercado, que se plasmó en el libre comercio. Ha conducido a la sobreexplotación de los recursos naturales, sumiendo a más de mil quinientos millones de seres humanos en una crisis ecológica que se agrava cada día. Ha llevado a la destrucción del vínculo social en un gran número de países y ha enfrentado a innumerables masas con el espectro de una guerra de todos contra todos, con el choque de un individualismo forzado que presagia regresiones aún peores [4].
La guerra en Ucrania tiene lugar en un contexto económico y político internacional que ha cambiado profundamente en los últimos veinte años, y en particular desde 2010. Este contexto está marcado por una aceleración del movimiento de desglobalización, que ya era evidente en 2010 pero que se ha reforzado considerablemente, y por un movimiento de desoccidentalización del mundo.
La observación que puede extraerse de los últimos diez años es que la globalización ha generado tales fuerzas de contestación, fuerzas que no se han limitado a la ideología, fuerzas que han demostrado ser profundas y poderosas y que no han hecho más que fortalecerse, que se ha alcanzado un punto de inflexión. La globalización primero se detuvo y luego se revirtió. Esto fue evidente en la crisis de Covid-19. Por lo tanto, la desglobalización ha comenzado en serio. También trae consigo una “desoccidentalización” del mundo [5]. 5] Se trata de un fenómeno importante, que se refleja en el considerable fortalecimiento de las economías no europeas, pero también en su autonomía frente a “Occidente”, un movimiento que no parece haber sido realmente comprendido.
¿Qué es la desglobalización?
¿A qué llamamos hoy “desglobalización”? Merece la pena volver al significado de la palabra, pero también de la noción que describe la palabra. Algunas personas confunden el término con una interrupción voluntaria o accidental de los flujos comerciales que recorren el mundo. Así, confunden el proteccionismo, que puede estar ampliamente justificado en la teoría económica [6], con la práctica de la autarquía, que suele ser un presagio de guerra. También se equivocan en cuanto a la naturaleza del vínculo entre el crecimiento del PIB mundial y el volumen del comercio.
Recordemos que la riqueza proviene de los procesos de producción. Si éstas no se han producido de antemano, no hay comercio ni beneficio. La riqueza está vinculada al crecimiento de la productividad del trabajo, y ésta se origina en la transformación perpetua del proceso de producción. El comercio facilita la transformación de esta riqueza en beneficio monetario. Es una respuesta al desfase que puede surgir entre el volumen de las inversiones realizadas inicialmente para la producción y un mercado demasiado pequeño para remunerar a los capitalistas y los fondos invertidos al nivel esperado.
El comercio internacional permite, por lo tanto, la realización de beneficios a veces más elevados de lo inicialmente previsto, ya que permite aprovechar las oportunidades, explotar las situaciones de renta, poner a los trabajadores en condiciones muy diferentes en competencia entre sí, obligar a los trabajadores a depender de los productores de mercancías extranjeras. Esto no quiere decir que el comercio por sí solo cree valor, como afirman los defensores de la globalización. Pero, sobre todo, olvidan que estos intercambios -de bienes y servicios, pero también culturales e incluso financieros- son mucho más antiguos que el fenómeno conocido como “globalización”. Así, hemos conocido situaciones en las que el comercio internacional coexistió con importantes formas de protección de la economía nacional [7]. La “globalización”, por utilizar sólo esta palabra, no se reduce por tanto a la existencia de estos flujos.
Lo que dio lugar al fenómeno de la globalización, y lo convirtió en un “hecho social” global, fue un doble movimiento. Se produjo la combinación, pero también el entrelazamiento, de los flujos de mercancías y financieros Y el desarrollo de una forma de gobierno (o gobernanza) en la que lo económico parecía prevalecer sobre lo político. De hecho, la “globalización” se caracteriza por un doble movimiento en el que las empresas intentan primar sobre los Estados y las normas y reglas sobre la política. Este proceso conduce en realidad a la negación de la democracia. En este punto, sin embargo, sólo podemos observar un retorno al control estatal de estos flujos, un retorno victorioso de la política. Este movimiento se llama el retorno de la soberanía estatal. La soberanía es esencial para la democracia [8]. Tenemos muchos ejemplos de Estados que son soberanos pero no democráticos; sin embargo, en ningún lugar hemos visto un Estado que fuera democrático pero no soberano.
Por ello, el proceso de desglobalización económica se ha acelerado en los últimos años. Comenzó a manifestarse abiertamente con la crisis financiera internacional de 2008-2010 y sus consecuencias. De hecho, es a partir de esta crisis cuando podemos datar un punto de ruptura en los distintos datos estadísticos.
Figura 1. Fuente: OMC y FMI
Esto no quiere decir que las tendencias hacia la desglobalización no existieran antes. Sin embargo, fue necesaria una crisis financiera mundial, que fue una crisis de la globalización tanto en sus causas como en su curso, para que estas tendencias se hicieran abiertamente evidentes. Así, podemos ver la estabilización y luego la disminución de la parte del comercio medida como porcentaje del PIB mundial. Aunque el comercio creció con fuerza en 2018, en 2019 se mantendrá por debajo del nivel de 2014. Por lo tanto, hay que señalar que el fuerte crecimiento experimentado de 2002 a 2008 se vio interrumpido definitivamente por la crisis financiera de 2007-2008.
Este movimiento está vinculado al flujo de las exportaciones mundiales (y a escala global, cada exportación es también una importación, de modo que el importe total de las exportaciones es también el volumen del comercio mundial). En los años 2010-2011 todavía no se pudo ver porque estábamos en una fase de recuperación tras la crisis. Así, el importe de las exportaciones pasó de 6,1 billones de dólares a 16,1 billones de dólares entre 2001 y 2008, es decir, un aumento de 2,6 veces. Pero de 2008 a 2017, esta cantidad pasó de 16,1 a 17,7 billones, un aumento de sólo el 10%, que es de hecho menor que el aumento del PIB mundial en el mismo periodo. Incluso el posterior aumento a más de 19 billones a finales de 2018 empezará a revertirse antes de que llegue la crisis de Covid-19. Para 2019, el descenso es de aproximadamente -3%. Así pues, la primavera de crecimiento impulsada por la expansión cada vez mayor del comercio internacional parece haberse roto.
El punto interesante aquí es la caída del porcentaje de estas exportaciones mundiales en relación con el producto interior bruto mundial. Había pasado del 18,9% a más del 25% entre 2002 y 2008. Volvió a caer en torno al 22% en 2017 y al 21,4% en 2019. La crisis de Covid-19 fue el golpe final [9], por razones bien descritas por el Sr. Kemal Dervis en un artículo publicado en junio de 2020 por la Brookings Institution [10], pero ciertamente no fue la causa del movimiento.
Además, los funcionarios estadounidenses han declarado que la seguridad económica es una forma de seguridad militar [11], y que es una parte integral de la seguridad nacional [12]. Esto no es erróneo y, de hecho, fue teorizado a principios de los años 90 por dos investigadores de la corporación RAND, uno de los think tanks más influyentes de Estados Unidos [13]. Esto constituye realmente la soberanía económica como un objetivo legítimo para cualquier gobierno. Esta afirmación simboliza perfectamente el retorno de la política como signo de desglobalización.
El colapso del G-7: de junio de 2018 a la situación actual
A continuación, hay que explicar el juego de Estados Unidos, que parece haberse decantado desde la presidencia de Trump por una visión más proteccionista del comercio. Forma parte de la decadencia gradual de las instituciones, como el G-7, creado en los años 70.
Si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asumido efectivamente el riesgo de poner a sus antiguos aliados en su contra, como hizo al provocar la crisis del G-7 de junio de 2018, es porque tomó una decisión: la de considerar que los foros mundiales como el G-7 carecen de toda legitimidad o utilidad. Su objetivo era conseguir que China aceptara un acuerdo general que condujera a una forma de reparto mundial. Aspiraba al equivalente de un “nuevo Yalta”, en referencia a la conferencia en la que se definieron las esferas de dominio de los aliados occidentales y de la URSS. Si, para lograr este objetivo, tenía que pisotear instituciones como el G-7, no le importaba mucho. Por lo tanto, es erróneo decir que Donald Trump fue irreflexivo y no tuvo estrategia [14]. Este discurso, que se ha escuchado una y otra vez en la prensa francesa, es de una rara estupidez y no hace ningún mérito a quienes lo pronuncian.
Donald Trump tiene una visión y una estrategia, aunque sus métodos deban más al mundo de los negocios del que procede que a los paneles dorados y las alfombras silenciosas de la diplomacia tradicional. Es necesario comprender ambos, sin aprobarlos necesariamente, para imaginar sus repercusiones en las relaciones internacionales y quizás también para poder oponerse a ellos. Pero la realidad es, y será, cada vez más convincente. El primer discurso de Joe Biden ante los diplomáticos estadounidenses muestra también que, más allá del estilo, el sucesor de Trump está, desde este punto de vista, mucho más en consonancia con los usos y costumbres diplomáticos, que el nuevo presidente de Estados Unidos pretende continuar con una política totalmente diseñada para la supremacía estadounidense [15].
Así que aquí estamos, de vuelta al problema de Yalta. Este reparto del mundo se producirá muy probablemente sin los europeos, que siguen siendo fieles, por el momento y hasta la caricatura, a la ideología de la “globalización”. Los países de la Unión Europea también están pagando la fe equivocada que han depositado en instituciones tan obsoletas como peligrosas. Y esto no se detiene en el G-7. Los Estados de la UE, que también son en su mayoría países de la OTAN, ya están sufriendo y sufrirán las consecuencias de las sanciones contra Rusia por su agresión a Ucrania.
Tanto la UE como el euro merecen figurar aquí entre las organizaciones que han quedado obsoletas [16]. Desde este punto de vista, cabe destacar los aspectos extremadamente nocivos de la dominación alemana en la Unión Europea, una dominación que se expresa tanto en las normas que este país impone como en los instrumentos que controla, como el euro [17]. 17] El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha reconocido así, en un raro destello de lucidez que hay que acoger con satisfacción, que el euro había beneficiado esencialmente a Alemania [18] La política alemana está, de hecho, destruyendo la Unión Europea, y con ella la idea de cooperación europea [19], como hemos visto en las tensiones surgidas entre Francia e Italia, pero también entre Italia, Polonia y Hungría, y Francia y Alemania. Estas tensiones han reaparecido con la guerra de Ucrania, como demuestra el incidente de principios de abril de 2022 entre Francia y Polonia [20].
Más allá de estos problemas específicos de la UE, el fracaso del G-7 señala el agotamiento del “modelo occidental”, de hecho el modelo anglosajón, de la globalización, mientras que el éxito de la reunión de la OCS (Organización de Cooperación de Shanghai) indica claramente que el tiempo de las naciones (y no de cualquier nación) ha vuelto. Esto confirma una tendencia que se viene observando desde finales de la década de 2000 [21]. Por lo tanto, está claro que el proceso de desglobalización está ya en marcha de forma irreversible [22].
Por lo tanto, es conveniente volver al G-7 y a la complicada historia de esta institución. El G-7, que surgió de una forma de organización internacional creada tras el colapso del sistema de Bretton Woods en 1973, se había fijado como objetivo ser la torre de control de la globalización, la plataforma desde la que dirigirla. Esto demuestra la importancia de esta institución. Sin embargo, ha experimentado un claro fracaso del que puede no recuperarse. Este fracaso tiene su origen en las políticas y los intereses de actualidad, ahora excesivamente divergentes, de los países del G-7 y en el curso de la política estadounidense, que forma parte de un retroceso general hacia la toma de decisiones políticas. Por lo tanto, este fracaso era previsible.
Hay que señalar que en muchos temas, ya sea la cuestión del “multilateralismo”, la participación de Rusia o la cuestión del clima, dominaron los temas de la discordia. También hay que señalar que, en contra de lo que quiere hacer creer la prensa francesa, el conflicto no fue una oposición entre Donald Trump y sus seis socios. No hubo, a pesar de lo que dicen algunos medios de comunicación franceses, un “frente unido” contra Donald Trump. Esto se verificó en las falsas pretensiones que acompañaron a la cumbre de septiembre de 2019 celebrada en Biarritz, que se presentó con cierta rapidez como un éxito. Emmanuel Macron había hecho todo lo posible para que esta nueva cumbre del G-7 se desarrollara sin platos rotos ni voces fuertes que llegaran a los oídos de los periodistas. Desgraciadamente, bastaron unas pocas semanas para que volvieran a surgir grandes diferencias, ya sea en el tema del impuesto sobre las grandes empresas de Internet (el famoso “impuesto GAFA”). El acuerdo alcanzado posteriormente no oculta la perpetuación de las diferencias [23].
Este movimiento está vinculado al flujo de las exportaciones mundiales (y a escala global, cada exportación es también una importación, de modo que el importe total de las exportaciones es también el volumen del comercio mundial). En los años 2010-2011 todavía no se pudo ver porque estábamos en una fase de recuperación tras la crisis. Así, el importe de las exportaciones pasó de 6,1 billones de dólares a 16,1 billones de dólares entre 2001 y 2008, es decir, un aumento de 2,6 veces. Pero de 2008 a 2017, esta cantidad pasó de 16,1 a 17,7 billones, un aumento de sólo el 10%, que es de hecho menor que el aumento del PIB mundial en el mismo periodo. Incluso el posterior aumento a más de 19 billones a finales de 2018 empezará a revertirse antes de que llegue la crisis de Covid-19. Para 2019, el descenso es de aproximadamente -3%. Así pues, la primavera de crecimiento impulsada por la expansión cada vez mayor del comercio internacional parece haberse roto.
El punto interesante aquí es la caída del porcentaje de estas exportaciones mundiales en relación con el producto interior bruto mundial. Había pasado del 18,9% a más del 25% entre 2002 y 2008. Volvió a caer en torno al 22% en 2017 y al 21,4% en 2019. La crisis de Covid-19 fue el golpe final [9], por razones bien descritas por el Sr. Kemal Dervis en un artículo publicado en junio de 2020 por la Brookings Institution [10], pero ciertamente no fue la causa del movimiento.
Además, los funcionarios estadounidenses han declarado que la seguridad económica es una forma de seguridad militar [11], y que es una parte integral de la seguridad nacional [12]. Esto no es erróneo y, de hecho, fue teorizado a principios de los años 90 por dos investigadores de la corporación RAND, uno de los think tanks más influyentes de Estados Unidos [13]. Esto constituye realmente la soberanía económica como un objetivo legítimo para cualquier gobierno. Esta afirmación simboliza perfectamente el retorno de la política como signo de desglobalización.
El colapso del G-7: de junio de 2018 a la situación actual
A continuación, hay que explicar el juego de Estados Unidos, que parece haberse decantado desde la presidencia de Trump por una visión más proteccionista del comercio. Forma parte de la decadencia gradual de las instituciones, como el G-7, creado en los años 70.
Si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asumido efectivamente el riesgo de poner a sus antiguos aliados en su contra, como hizo al provocar la crisis del G-7 de junio de 2018, es porque tomó una decisión: la de considerar que los foros mundiales como el G-7 carecen de toda legitimidad o utilidad. Su objetivo era conseguir que China aceptara un acuerdo general que condujera a una forma de reparto mundial. Aspiraba al equivalente de un “nuevo Yalta”, en referencia a la conferencia en la que se definieron las esferas de dominio de los aliados occidentales y de la URSS. Si, para lograr este objetivo, tenía que pisotear instituciones como el G-7, no le importaba mucho. Por lo tanto, es erróneo decir que Donald Trump fue irreflexivo y no tuvo estrategia [14]. Este discurso, que se ha escuchado una y otra vez en la prensa francesa, es de una rara estupidez y no hace ningún mérito a quienes lo pronuncian.
Donald Trump tiene una visión y una estrategia, aunque sus métodos deban más al mundo de los negocios del que procede que a los paneles dorados y las alfombras silenciosas de la diplomacia tradicional. Es necesario comprender ambos, sin aprobarlos necesariamente, para imaginar sus repercusiones en las relaciones internacionales y quizás también para poder oponerse a ellos. Pero la realidad es, y será, cada vez más convincente. El primer discurso de Joe Biden ante los diplomáticos estadounidenses muestra también que, más allá del estilo, el sucesor de Trump está, desde este punto de vista, mucho más en consonancia con los usos y costumbres diplomáticos, que el nuevo presidente de Estados Unidos pretende continuar con una política totalmente diseñada para la supremacía estadounidense [15].
Así que aquí estamos, de vuelta al problema de Yalta. Este reparto del mundo se producirá muy probablemente sin los europeos, que siguen siendo fieles, por el momento y hasta la caricatura, a la ideología de la “globalización”. Los países de la Unión Europea también están pagando la fe equivocada que han depositado en instituciones tan obsoletas como peligrosas. Y esto no se detiene en el G-7. Los Estados de la UE, que también son en su mayoría países de la OTAN, ya están sufriendo y sufrirán las consecuencias de las sanciones contra Rusia por su agresión a Ucrania.
Tanto la UE como el euro merecen figurar aquí entre las organizaciones que han quedado obsoletas [16]. Desde este punto de vista, cabe destacar los aspectos extremadamente nocivos de la dominación alemana en la Unión Europea, una dominación que se expresa tanto en las normas que este país impone como en los instrumentos que controla, como el euro [17]. 17] El presidente de la República, Emmanuel Macron, ha reconocido así, en un raro destello de lucidez que hay que acoger con satisfacción, que el euro había beneficiado esencialmente a Alemania [18] La política alemana está, de hecho, destruyendo la Unión Europea, y con ella la idea de cooperación europea [19], como hemos visto en las tensiones surgidas entre Francia e Italia, pero también entre Italia, Polonia y Hungría, y Francia y Alemania. Estas tensiones han reaparecido con la guerra de Ucrania, como demuestra el incidente de principios de abril de 2022 entre Francia y Polonia [20].
Más allá de estos problemas específicos de la UE, el fracaso del G-7 señala el agotamiento del “modelo occidental”, de hecho el modelo anglosajón, de la globalización, mientras que el éxito de la reunión de la OCS (Organización de Cooperación de Shanghai) indica claramente que el tiempo de las naciones (y no de cualquier nación) ha vuelto. Esto confirma una tendencia que se viene observando desde finales de la década de 2000 [21]. Por lo tanto, está claro que el proceso de desglobalización está ya en marcha de forma irreversible [22].
Por lo tanto, es conveniente volver al G-7 y a la complicada historia de esta institución. El G-7, que surgió de una forma de organización internacional creada tras el colapso del sistema de Bretton Woods en 1973, se había fijado como objetivo ser la torre de control de la globalización, la plataforma desde la que dirigirla. Esto demuestra la importancia de esta institución. Sin embargo, ha experimentado un claro fracaso del que puede no recuperarse. Este fracaso tiene su origen en las políticas y los intereses de actualidad, ahora excesivamente divergentes, de los países del G-7 y en el curso de la política estadounidense, que forma parte de un retroceso general hacia la toma de decisiones políticas. Por lo tanto, este fracaso era previsible.
Hay que señalar que en muchos temas, ya sea la cuestión del “multilateralismo”, la participación de Rusia o la cuestión del clima, dominaron los temas de la discordia. También hay que señalar que, en contra de lo que quiere hacer creer la prensa francesa, el conflicto no fue una oposición entre Donald Trump y sus seis socios. No hubo, a pesar de lo que dicen algunos medios de comunicación franceses, un “frente unido” contra Donald Trump. Esto se verificó en las falsas pretensiones que acompañaron a la cumbre de septiembre de 2019 celebrada en Biarritz, que se presentó con cierta rapidez como un éxito. Emmanuel Macron había hecho todo lo posible para que esta nueva cumbre del G-7 se desarrollara sin platos rotos ni voces fuertes que llegaran a los oídos de los periodistas. Desgraciadamente, bastaron unas pocas semanas para que volvieran a surgir grandes diferencias, ya sea en el tema del impuesto sobre las grandes empresas de Internet (el famoso “impuesto GAFA”). El acuerdo alcanzado posteriormente no oculta la perpetuación de las diferencias [23].
Figura 2 Fuente: FMI
Además de esta pérdida de legitimidad, también ha perdido gran parte de su importancia económica, como puede verse en el gráfico 2. Mientras que el G-7 representaba más del 50% de la economía mundial en los años 80 y más del 46% en 1992, su cuota se ha reducido posteriormente. En el año 2000, sólo era del 43,6%, bajando al 34,4% en 2010 y al 31,2% en 2020. Esto también se aplica a lo que puede llamarse un “G-7 ampliado”, que incluye a Corea del Sur y Australia. Existe una clara relación entre la impotencia del G-7, las constantes disputas entre sus miembros, y esta pérdida de influencia en el PIB mundial. De hecho, cuando el G-7 expulsó a Rusia en 2014 [24], probablemente firmó su certificado de defunción.
La entrada de Rusia se justificó mucho más políticamente que económicamente en los años 90. El símbolo era claro: el fin de la Guerra Fría. Al abrirse a su antiguo adversario, los países del núcleo original del G-7 afirmaron su deseo de dejar atrás un enfoque “autocontenido” que ya no era políticamente sostenible. Esta era la condición para una posible transformación del G-7 en un gobierno económico mundial, aunque esta transformación hubiera requerido la entrada de otros países importantes (me viene a la mente India, pero también Indonesia) para poder llevarse a cabo. Con el tiempo, el G-7 y el G-20 deberían haberse fusionado. Esto parece ahora imposible, ya que la oposición se ha endurecido con la guerra en Ucrania.
¿Un modelo anticuado?
Al expulsar a Rusia del G-8 en 2014, los países centrales originales han señalado así al mundo el fracaso de esta transformación. Al volver a los demonios del “interés propio”, al tratar de transformar lo que debería haber sido un foro en un club político cerrado, los países occidentales han demostrado su incapacidad para comprender la renovación del mundo que se está produciendo ante nosotros. Es interesante que Rusia no haya mostrado ningún interés en volver al G-7 [25]. Ha aprendido las lecciones de las transformaciones de la economía mundial en los últimos quince años y pretende favorecer al G-20, que ahora se opone al G-7, como dijo su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, en la televisión rusa: “En el G-20, los ultimátums no funcionan y hay que llegar a acuerdos (…) Creo que es el formato más prometedor para el futuro” [26].
Esta afirmación es importante. Va más allá de una simple reacción dirigida a los países del G-7. Los dirigentes rusos comprendieron pronto la noción de un mundo multipolar. En su libro El juego ruso, publicado en 2019, Alexei Pushkov recuerda la centralidad de esta noción de multipolaridad para la diplomacia rusa [27]. Una mejor comprensión de esta diplomacia, de sus líneas fundamentales desde finales de los años 90, podría haber evitado que los países del núcleo original del G-7 cometieran, con la “expulsión” de Rusia, lo que hay que llamar, en retrospectiva, un error fatal.
Pues esta noción de multipolaridad ya era central en la “Declaración a la Conferencia de Múnich sobre la Seguridad en Europa”, el llamado “discurso de Múnich” para abreviar, de Vladimir Putin en 2007 [28]. 28] Este discurso es uno de los textos más importantes de la diplomacia rusa, aunque las ideas que contenía ya eran de hecho conocidas. Alexei Pushkov muestra sus efectos estructurantes en la política exterior rusa [29].
Este discurso se ha presentado a menudo como un signo de la vuelta de los dirigentes rusos a la mentalidad de la Guerra Fría. En realidad, el contenido de este discurso es mucho más que el anuncio de un nuevo enfrentamiento ruso-americano. Se trata de un texto programático, que suscitó el interés de muchos participantes en la conferencia, y en particular del Ministro de Asuntos Exteriores alemán. En cierto sentido, Vladimir Putin es el líder político que sin duda ha extraído las lecciones más coherentes de lo ocurrido entre 1991 y 2005.
De ello se desprenden dos puntos importantes: el reconocimiento del fracaso de un mundo unipolar y la condena del intento de someter el derecho internacional al derecho angloamericano [30] y a la influencia de Estados Unidos, tema que ha tenido una resonancia particular para los franceses y más generalmente para los europeos en los últimos años. Sabemos que Estados Unidos ha sancionado a muchas empresas europeas desde 2013-2014 en nombre de la aplicación extraterritorial de su propia ley. Esta visión de la centralidad de la noción de multipolaridad en el mundo contemporáneo se combina entonces con una visión clara del papel de la soberanía [31].
También hay que leer el artículo escrito en 2021 para Russia Today por Fyodor Lukyanov, director de la revista Russia in Global Affairs y director científico del Club Valdai, sobre las reacciones, o más exactamente las no reacciones, de Rusia ante las críticas occidentales al encarcelamiento del opositor Alexey Navalny:
“En los años 90, cuando la Rusia moderna surgió de las cenizas de la Unión Soviética, Occidente era dominante. Ofrecía el único modelo realista. Los tiempos han cambiado, pero Bruselas o Washington aún no se han dado cuenta.
Hoy, la situación ha cambiado radicalmente. Un buen ejemplo es la forma en que Rusia ha respondido a las críticas a la luz del caso de Alexey Navalny. Anteriormente, cuando se enfrentaba a situaciones similares (…) Moscú intentaba justificar sus acciones ante los investigadores occidentales utilizando sus propios argumentos, aunque a veces los funcionarios rusos pueden ser demasiado rígidos y emocionales cuando defienden su caso.
Ahora es diferente. Los comentarios críticos de Occidente son ignorados o ridiculizados. Rusia ha cambiado, pero los grandes cambios en los asuntos mundiales también parecen ser parte de la explicación. El orden mundial liberal basado en el poder de las instituciones y las normas ha terminado. Era un modelo con sus propias normas sociales y políticas que se creían universales. Este ya no es el caso. Hoy en día, casi todas las naciones siguen un camino soberano diferente y ahora buscan obtener un mayor control político, económico e ideológico a nivel nacional” [32].
La observación de Lukyanov es implacable. Puede compararse con la actitud de Rusia ante las reacciones occidentales a la guerra de Ucrania. También en este caso, Rusia parece ignorar -en términos relativos- las críticas de los países occidentales.
El texto de Lukyanov también hace referencia a las observaciones que podrían hacerse tras el “discurso de Múnich” de Vladimir Putin en 2007 [33] que advirtió contra la instrumentalización del “orden mundial liberal” por parte de Estados Unidos y sus aliados. Lo que está ocurriendo desde hace muchos años es simplemente la consecuencia de la deslegitimación del marco internacional que surgió en los años 90 y que permitió el florecimiento de la globalización.
El ascenso del “otro mundo»
En contraste con el fracaso del G-7 en la reunión de 2018, el éxito de la reunión de la OCS que tuvo lugar al mismo tiempo fue un contraste sorprendente. Era una señal de que el mundo estaba realmente al revés. Pues la OCS es la primera, y casi la única, organización internacional con dimensiones tanto políticas como económicas y militares después de la Guerra Fría.
La entrada de Rusia se justificó mucho más políticamente que económicamente en los años 90. El símbolo era claro: el fin de la Guerra Fría. Al abrirse a su antiguo adversario, los países del núcleo original del G-7 afirmaron su deseo de dejar atrás un enfoque “autocontenido” que ya no era políticamente sostenible. Esta era la condición para una posible transformación del G-7 en un gobierno económico mundial, aunque esta transformación hubiera requerido la entrada de otros países importantes (me viene a la mente India, pero también Indonesia) para poder llevarse a cabo. Con el tiempo, el G-7 y el G-20 deberían haberse fusionado. Esto parece ahora imposible, ya que la oposición se ha endurecido con la guerra en Ucrania.
¿Un modelo anticuado?
Al expulsar a Rusia del G-8 en 2014, los países centrales originales han señalado así al mundo el fracaso de esta transformación. Al volver a los demonios del “interés propio”, al tratar de transformar lo que debería haber sido un foro en un club político cerrado, los países occidentales han demostrado su incapacidad para comprender la renovación del mundo que se está produciendo ante nosotros. Es interesante que Rusia no haya mostrado ningún interés en volver al G-7 [25]. Ha aprendido las lecciones de las transformaciones de la economía mundial en los últimos quince años y pretende favorecer al G-20, que ahora se opone al G-7, como dijo su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, en la televisión rusa: “En el G-20, los ultimátums no funcionan y hay que llegar a acuerdos (…) Creo que es el formato más prometedor para el futuro” [26].
Esta afirmación es importante. Va más allá de una simple reacción dirigida a los países del G-7. Los dirigentes rusos comprendieron pronto la noción de un mundo multipolar. En su libro El juego ruso, publicado en 2019, Alexei Pushkov recuerda la centralidad de esta noción de multipolaridad para la diplomacia rusa [27]. Una mejor comprensión de esta diplomacia, de sus líneas fundamentales desde finales de los años 90, podría haber evitado que los países del núcleo original del G-7 cometieran, con la “expulsión” de Rusia, lo que hay que llamar, en retrospectiva, un error fatal.
Pues esta noción de multipolaridad ya era central en la “Declaración a la Conferencia de Múnich sobre la Seguridad en Europa”, el llamado “discurso de Múnich” para abreviar, de Vladimir Putin en 2007 [28]. 28] Este discurso es uno de los textos más importantes de la diplomacia rusa, aunque las ideas que contenía ya eran de hecho conocidas. Alexei Pushkov muestra sus efectos estructurantes en la política exterior rusa [29].
Este discurso se ha presentado a menudo como un signo de la vuelta de los dirigentes rusos a la mentalidad de la Guerra Fría. En realidad, el contenido de este discurso es mucho más que el anuncio de un nuevo enfrentamiento ruso-americano. Se trata de un texto programático, que suscitó el interés de muchos participantes en la conferencia, y en particular del Ministro de Asuntos Exteriores alemán. En cierto sentido, Vladimir Putin es el líder político que sin duda ha extraído las lecciones más coherentes de lo ocurrido entre 1991 y 2005.
De ello se desprenden dos puntos importantes: el reconocimiento del fracaso de un mundo unipolar y la condena del intento de someter el derecho internacional al derecho angloamericano [30] y a la influencia de Estados Unidos, tema que ha tenido una resonancia particular para los franceses y más generalmente para los europeos en los últimos años. Sabemos que Estados Unidos ha sancionado a muchas empresas europeas desde 2013-2014 en nombre de la aplicación extraterritorial de su propia ley. Esta visión de la centralidad de la noción de multipolaridad en el mundo contemporáneo se combina entonces con una visión clara del papel de la soberanía [31].
También hay que leer el artículo escrito en 2021 para Russia Today por Fyodor Lukyanov, director de la revista Russia in Global Affairs y director científico del Club Valdai, sobre las reacciones, o más exactamente las no reacciones, de Rusia ante las críticas occidentales al encarcelamiento del opositor Alexey Navalny:
“En los años 90, cuando la Rusia moderna surgió de las cenizas de la Unión Soviética, Occidente era dominante. Ofrecía el único modelo realista. Los tiempos han cambiado, pero Bruselas o Washington aún no se han dado cuenta.
Hoy, la situación ha cambiado radicalmente. Un buen ejemplo es la forma en que Rusia ha respondido a las críticas a la luz del caso de Alexey Navalny. Anteriormente, cuando se enfrentaba a situaciones similares (…) Moscú intentaba justificar sus acciones ante los investigadores occidentales utilizando sus propios argumentos, aunque a veces los funcionarios rusos pueden ser demasiado rígidos y emocionales cuando defienden su caso.
Ahora es diferente. Los comentarios críticos de Occidente son ignorados o ridiculizados. Rusia ha cambiado, pero los grandes cambios en los asuntos mundiales también parecen ser parte de la explicación. El orden mundial liberal basado en el poder de las instituciones y las normas ha terminado. Era un modelo con sus propias normas sociales y políticas que se creían universales. Este ya no es el caso. Hoy en día, casi todas las naciones siguen un camino soberano diferente y ahora buscan obtener un mayor control político, económico e ideológico a nivel nacional” [32].
La observación de Lukyanov es implacable. Puede compararse con la actitud de Rusia ante las reacciones occidentales a la guerra de Ucrania. También en este caso, Rusia parece ignorar -en términos relativos- las críticas de los países occidentales.
El texto de Lukyanov también hace referencia a las observaciones que podrían hacerse tras el “discurso de Múnich” de Vladimir Putin en 2007 [33] que advirtió contra la instrumentalización del “orden mundial liberal” por parte de Estados Unidos y sus aliados. Lo que está ocurriendo desde hace muchos años es simplemente la consecuencia de la deslegitimación del marco internacional que surgió en los años 90 y que permitió el florecimiento de la globalización.
El ascenso del “otro mundo»
En contraste con el fracaso del G-7 en la reunión de 2018, el éxito de la reunión de la OCS que tuvo lugar al mismo tiempo fue un contraste sorprendente. Era una señal de que el mundo estaba realmente al revés. Pues la OCS es la primera, y casi la única, organización internacional con dimensiones tanto políticas como económicas y militares después de la Guerra Fría.
Figura 3 Fuente: FMI
Se basa abiertamente en un deseo de cooperación entre Estados soberanos y limita la producción de normas en su seno a lo estrictamente necesario. Su éxito produce un efecto de espejo simbólico debido al carácter casi simultáneo de las dos reuniones. No es que no existan conflictos entre las naciones miembros o asociadas a la OCS. Pero, finalmente, estos conflictos se han controlado. China e India conviven, al igual que India y Pakistán, lo que no es poco. ¿Hay tantas organizaciones regionales que puedan presumir de tales éxitos?
Esta organización tiene también una dimensión militar, como demuestran las maniobras que se organizan regularmente en Asia. Y aquí podemos ver la ventaja de una estructura que respeta la soberanía de las naciones, admite la expresión abierta de los intereses nacionales y, sobre esa base, permite alcanzar compromisos, frente a una estructura -el G-7- que pretende hacer de una razón supranacional, la lógica económica y financiera, la guía del orden mundial. También hay que recordar que la OCS está fundada en gran parte por los países BRICS, el grupo que reúne a China, India, Rusia, Brasil y Sudáfrica.
Dentro de este grupo, los tres países más grandes, China, India y Rusia, son efectivamente miembros de la OCS. Sin embargo, el proceso de internalización de las economías se está acelerando para los países BRICS. La tasa de apertura, o de externalización, de estas economías, ya sea calculada sobre la base de las exportaciones o de las importaciones, ha ido disminuyendo constantemente en los últimos años. Esto es especialmente significativo si se tiene en cuenta que los BRICS incluyen dos países con un gran peso en el comercio mundial, China e India. El éxito de la OCS, por tanto, radica en su carácter pragmático. A diferencia del G-7, la OCS no pretende tener un propósito superior del que derivar normas vinculantes para las naciones. Este es un punto importante, que incluso puede considerarse crucial. En cierto sentido, este punto refleja la oposición de dos filosofías de las relaciones internacionales.
En la visión que defiende ahora la Unión Europea, y que era la que defendía el G-7 hasta la llegada de Donald Trump, la existencia de una razón superior -en realidad la “racionalidad económica” tal como la concibe la ideología neoliberal- debía imponerse a todos. En la visión que defiende la carta de la OCS, se tiene en cuenta la construcción de los intereses nacionales en el marco político de cada país y se intenta conciliar sus diferentes intereses nacionales. De hecho, estamos en un marco de relaciones internacionales en el que cada país tiene derechos que deben ser respetados. Por tanto, estamos mucho más cerca de Grocio [34] y de la tradición del Tratado de Westfalia [35] que de la idea de que las normas económicas puedan gobernar el mundo. Por tanto, nada es más ajeno a los países miembros de la OCS que la afirmación perentoria de que la razón desciende del cielo hacia ellos. Esto explica en gran medida el comportamiento de Rusia, pero también de India [36] y China, en el curso de la guerra en Ucrania.
La OCS es, por tanto, una organización cooperativa [37]. 37] No se basa en la pretensión de compartir la soberanía, una idea que cubre constantemente la negación de la soberanía, sino que se basa en el principio de que la cooperación mutua es el mejor instrumento para gestionar las diferencias de intereses [38]. 38] La OCS ha creado así tanto instituciones de seguridad como de desarrollo económico, como un banco de inversiones. Las ocho naciones que componen la OCS [39] representan el 41,4% de la población mundial y el 23% del PIB mundial. Así que ciertamente cuentan. Y el ascenso gradual de la OCS frente a la desintegración del G-7 nos dice mucho sobre lo que está en juego actualmente.
La desoccidentalización del mundo
De hecho, las organizaciones surgidas de la dominación “occidental” del mundo, como el G-7 pero también en cierto sentido la OTAN, han agotado sus posibilidades y no les queda ningún potencial. Si esta evolución, e incluso transformación, es evidente desde el punto de vista económico, también es perceptible desde el punto de vista político. Estas organizaciones ya no pueden hegemonizar el mundo en la actualidad.
La opinión pública de estos países ya no representa la “opinión mundial”, sino simplemente la opinión regional. En cualquier caso, esto es lo que se desprende de la guerra en Ucrania, pero también de los acontecimientos que están teniendo lugar en África, donde la combinación de la influencia rusa y china está en proceso de expulsar a las antiguas potencias coloniales, como puede verse en Malí [40]. En general, esta guerra pone de manifiesto no tanto el aislamiento de Rusia como el de los países “occidentales” [41]. Las consecuencias a largo plazo son importantes. Básicamente, lo que se conoce como “Occidente” en sentido amplio, es decir, todos los países alineados con Estados Unidos, ya no parece capaz de dejar su huella en el mundo. En este sentido, estamos asistiendo a una “desoccidentalización del mundo”.
Por el contrario, se ha producido un aumento del poder y la influencia de las organizaciones que se han construido desde países “no occidentales” o directamente (como en el caso de la OCS) contra las organizaciones “occidentales”. También en este caso, por el momento, ninguna de estas organizaciones, ni ninguno de los países que las componen, ha sido capaz de conquistar una hegemonía sobre el mundo entero. Pero probablemente no se trataba de eso. El simple hecho de mantener en jaque a las organizaciones “occidentales”, de obligarlas a retroceder en diversos terrenos, desde el político hasta el económico y el militar, es más que suficiente. Porque si hay algo que unía y sigue uniendo a los países miembros de estas organizaciones “de otro mundo” es su oposición a la hegemonía occidental, y en particular a la de Estados Unidos. En este sentido, estas organizaciones no pretenden crear un orden que “refleje” el de las organizaciones “occidentales”. La “desoccidentalización del mundo” no es, pues, sólo la pérdida de la hegemonía de las potencias occidentales, sino también la construcción de una nueva forma de organización mundial menos estructurada y menos ideologizada. La lucha por la hegemonía no era sólo una lucha por el poder, sino en torno al principio mismo de la hegemonía.
Ciertamente, Occidente, tal como se define en este texto, sigue siendo una fuerza importante, ya sea en el ámbito militar, y no olvidemos que Estados Unidos sigue siendo la primera potencia militar del mundo, o en el ámbito económico, financiero o tecnológico. Pero esta fuerza es cada vez más limitada. Incluso en el ámbito militar, Estados Unidos se enfrenta al famoso “poder igualador del átomo” que limita sus capacidades. Además de China y Rusia, India y Pakistán, para la OCS, son potencias nucleares. Esta fuerza ya no es única, especialmente como fuente de innovación y de nuevas tecnologías, ni tampoco es la principal.
La guerra dirigida por Rusia en Ucrania pone de manifiesto la pérdida de la hegemonía global de “Occidente”, cuyo discurso está ampliamente deslegitimado en gran parte del mundo. Incluso, y esto es importante subrayarlo, en parte del mundo “occidental” [42]. De hecho, se está produciendo una forma más sutil de aislamiento de Occidente, que seguirá funcionando durante un tiempo como un conjunto relativamente homogéneo y coherente, hasta que la atracción del “otro mundo” introduzca factores de desintegración en su interior. Seguirá produciendo su discurso autojustificativo como hasta ahora, pero será menos eficaz, menos escuchado, y poco a poco se volverá rígido y perderá su capacidad de interesar a nadie, salvo a los más convencidos.
El hecho de que Rusia no parezca estar interesada en convencernos a nosotros, los “occidentales”, y que no haga esfuerzos significativos en este sentido, no significa necesariamente que la construcción de su discurso no pueda alcanzar los niveles de sofisticación requeridos, sino simplemente que ahora considera a la opinión pública “occidental” como algo secundario. Ahora dirige su discurso hacia el “otro mundo”. Y es cierto que los 450 millones de miembros de la Unión Europea, los 330 millones de Estados Unidos, los cerca de 200 millones de coreanos, japoneses y australianos, incluso juntos, pesan poco en comparación con los 1.400 millones de indios, africanos y latinoamericanos.
Sin embargo, esta desoccidentalización del mundo será especialmente problemática para los europeos que, habiendo estado en el centro del mundo, o al menos viviendo en países con cierta centralidad “atlántica”, acabarán dándose cuenta de que ahora sólo son habitantes de países periféricos o en vías de serlo. Será un duro despertar y la tentación de encerrarse en la negación será fuerte. Sin embargo, es probable que los países que ya son periféricos dentro del continente europeo y “atlántico”, ya sea geográfica o políticamente, sean los primeros en cuestionar la fachada de unidad que la UE y la OTAN pretenden construir. El futuro de países como Austria [43], Hungría, Polonia, pero también el de Grecia, estará en cuestión dentro de unos años.
Esta es la esencia del nuevo contexto en el que se desarrolla la guerra en Ucrania. La guerra en Ucrania puede considerarse en parte el resultado de este cambio de contexto. Está claro que Rusia no habría decidido ir a la guerra si siempre hubiéramos estado en un mundo unipolar, con el dominio de las fuerzas “atlánticas”. Habría tratado de defender sus intereses por otros medios. Pero está claro que esta guerra acelerará ese cambio, y probablemente lo hará mucho más antagónico de lo que se podía prever antes del inicio de las hostilidades. Desde este punto de vista, también debemos pensar en esta guerra como un formidable acelerador de la desglobalización y la desoccidentalización del mundo. ¿Estarán nuestras élites políticas a la altura del momento histórico y serán capaces de deshacerse de las limitaciones del mundo “occidental”? Por desgracia, podemos dudarlo.
Esta organización tiene también una dimensión militar, como demuestran las maniobras que se organizan regularmente en Asia. Y aquí podemos ver la ventaja de una estructura que respeta la soberanía de las naciones, admite la expresión abierta de los intereses nacionales y, sobre esa base, permite alcanzar compromisos, frente a una estructura -el G-7- que pretende hacer de una razón supranacional, la lógica económica y financiera, la guía del orden mundial. También hay que recordar que la OCS está fundada en gran parte por los países BRICS, el grupo que reúne a China, India, Rusia, Brasil y Sudáfrica.
Dentro de este grupo, los tres países más grandes, China, India y Rusia, son efectivamente miembros de la OCS. Sin embargo, el proceso de internalización de las economías se está acelerando para los países BRICS. La tasa de apertura, o de externalización, de estas economías, ya sea calculada sobre la base de las exportaciones o de las importaciones, ha ido disminuyendo constantemente en los últimos años. Esto es especialmente significativo si se tiene en cuenta que los BRICS incluyen dos países con un gran peso en el comercio mundial, China e India. El éxito de la OCS, por tanto, radica en su carácter pragmático. A diferencia del G-7, la OCS no pretende tener un propósito superior del que derivar normas vinculantes para las naciones. Este es un punto importante, que incluso puede considerarse crucial. En cierto sentido, este punto refleja la oposición de dos filosofías de las relaciones internacionales.
En la visión que defiende ahora la Unión Europea, y que era la que defendía el G-7 hasta la llegada de Donald Trump, la existencia de una razón superior -en realidad la “racionalidad económica” tal como la concibe la ideología neoliberal- debía imponerse a todos. En la visión que defiende la carta de la OCS, se tiene en cuenta la construcción de los intereses nacionales en el marco político de cada país y se intenta conciliar sus diferentes intereses nacionales. De hecho, estamos en un marco de relaciones internacionales en el que cada país tiene derechos que deben ser respetados. Por tanto, estamos mucho más cerca de Grocio [34] y de la tradición del Tratado de Westfalia [35] que de la idea de que las normas económicas puedan gobernar el mundo. Por tanto, nada es más ajeno a los países miembros de la OCS que la afirmación perentoria de que la razón desciende del cielo hacia ellos. Esto explica en gran medida el comportamiento de Rusia, pero también de India [36] y China, en el curso de la guerra en Ucrania.
La OCS es, por tanto, una organización cooperativa [37]. 37] No se basa en la pretensión de compartir la soberanía, una idea que cubre constantemente la negación de la soberanía, sino que se basa en el principio de que la cooperación mutua es el mejor instrumento para gestionar las diferencias de intereses [38]. 38] La OCS ha creado así tanto instituciones de seguridad como de desarrollo económico, como un banco de inversiones. Las ocho naciones que componen la OCS [39] representan el 41,4% de la población mundial y el 23% del PIB mundial. Así que ciertamente cuentan. Y el ascenso gradual de la OCS frente a la desintegración del G-7 nos dice mucho sobre lo que está en juego actualmente.
La desoccidentalización del mundo
De hecho, las organizaciones surgidas de la dominación “occidental” del mundo, como el G-7 pero también en cierto sentido la OTAN, han agotado sus posibilidades y no les queda ningún potencial. Si esta evolución, e incluso transformación, es evidente desde el punto de vista económico, también es perceptible desde el punto de vista político. Estas organizaciones ya no pueden hegemonizar el mundo en la actualidad.
La opinión pública de estos países ya no representa la “opinión mundial”, sino simplemente la opinión regional. En cualquier caso, esto es lo que se desprende de la guerra en Ucrania, pero también de los acontecimientos que están teniendo lugar en África, donde la combinación de la influencia rusa y china está en proceso de expulsar a las antiguas potencias coloniales, como puede verse en Malí [40]. En general, esta guerra pone de manifiesto no tanto el aislamiento de Rusia como el de los países “occidentales” [41]. Las consecuencias a largo plazo son importantes. Básicamente, lo que se conoce como “Occidente” en sentido amplio, es decir, todos los países alineados con Estados Unidos, ya no parece capaz de dejar su huella en el mundo. En este sentido, estamos asistiendo a una “desoccidentalización del mundo”.
Por el contrario, se ha producido un aumento del poder y la influencia de las organizaciones que se han construido desde países “no occidentales” o directamente (como en el caso de la OCS) contra las organizaciones “occidentales”. También en este caso, por el momento, ninguna de estas organizaciones, ni ninguno de los países que las componen, ha sido capaz de conquistar una hegemonía sobre el mundo entero. Pero probablemente no se trataba de eso. El simple hecho de mantener en jaque a las organizaciones “occidentales”, de obligarlas a retroceder en diversos terrenos, desde el político hasta el económico y el militar, es más que suficiente. Porque si hay algo que unía y sigue uniendo a los países miembros de estas organizaciones “de otro mundo” es su oposición a la hegemonía occidental, y en particular a la de Estados Unidos. En este sentido, estas organizaciones no pretenden crear un orden que “refleje” el de las organizaciones “occidentales”. La “desoccidentalización del mundo” no es, pues, sólo la pérdida de la hegemonía de las potencias occidentales, sino también la construcción de una nueva forma de organización mundial menos estructurada y menos ideologizada. La lucha por la hegemonía no era sólo una lucha por el poder, sino en torno al principio mismo de la hegemonía.
Ciertamente, Occidente, tal como se define en este texto, sigue siendo una fuerza importante, ya sea en el ámbito militar, y no olvidemos que Estados Unidos sigue siendo la primera potencia militar del mundo, o en el ámbito económico, financiero o tecnológico. Pero esta fuerza es cada vez más limitada. Incluso en el ámbito militar, Estados Unidos se enfrenta al famoso “poder igualador del átomo” que limita sus capacidades. Además de China y Rusia, India y Pakistán, para la OCS, son potencias nucleares. Esta fuerza ya no es única, especialmente como fuente de innovación y de nuevas tecnologías, ni tampoco es la principal.
La guerra dirigida por Rusia en Ucrania pone de manifiesto la pérdida de la hegemonía global de “Occidente”, cuyo discurso está ampliamente deslegitimado en gran parte del mundo. Incluso, y esto es importante subrayarlo, en parte del mundo “occidental” [42]. De hecho, se está produciendo una forma más sutil de aislamiento de Occidente, que seguirá funcionando durante un tiempo como un conjunto relativamente homogéneo y coherente, hasta que la atracción del “otro mundo” introduzca factores de desintegración en su interior. Seguirá produciendo su discurso autojustificativo como hasta ahora, pero será menos eficaz, menos escuchado, y poco a poco se volverá rígido y perderá su capacidad de interesar a nadie, salvo a los más convencidos.
El hecho de que Rusia no parezca estar interesada en convencernos a nosotros, los “occidentales”, y que no haga esfuerzos significativos en este sentido, no significa necesariamente que la construcción de su discurso no pueda alcanzar los niveles de sofisticación requeridos, sino simplemente que ahora considera a la opinión pública “occidental” como algo secundario. Ahora dirige su discurso hacia el “otro mundo”. Y es cierto que los 450 millones de miembros de la Unión Europea, los 330 millones de Estados Unidos, los cerca de 200 millones de coreanos, japoneses y australianos, incluso juntos, pesan poco en comparación con los 1.400 millones de indios, africanos y latinoamericanos.
Sin embargo, esta desoccidentalización del mundo será especialmente problemática para los europeos que, habiendo estado en el centro del mundo, o al menos viviendo en países con cierta centralidad “atlántica”, acabarán dándose cuenta de que ahora sólo son habitantes de países periféricos o en vías de serlo. Será un duro despertar y la tentación de encerrarse en la negación será fuerte. Sin embargo, es probable que los países que ya son periféricos dentro del continente europeo y “atlántico”, ya sea geográfica o políticamente, sean los primeros en cuestionar la fachada de unidad que la UE y la OTAN pretenden construir. El futuro de países como Austria [43], Hungría, Polonia, pero también el de Grecia, estará en cuestión dentro de unos años.
Esta es la esencia del nuevo contexto en el que se desarrolla la guerra en Ucrania. La guerra en Ucrania puede considerarse en parte el resultado de este cambio de contexto. Está claro que Rusia no habría decidido ir a la guerra si siempre hubiéramos estado en un mundo unipolar, con el dominio de las fuerzas “atlánticas”. Habría tratado de defender sus intereses por otros medios. Pero está claro que esta guerra acelerará ese cambio, y probablemente lo hará mucho más antagónico de lo que se podía prever antes del inicio de las hostilidades. Desde este punto de vista, también debemos pensar en esta guerra como un formidable acelerador de la desglobalización y la desoccidentalización del mundo. ¿Estarán nuestras élites políticas a la altura del momento histórico y serán capaces de deshacerse de las limitaciones del mundo “occidental”? Por desgracia, podemos dudarlo.
NOTAS
[1] https://www.lemonde.fr/international/article/2022/04/11/guerre-en-ukraine-entre-la-russie-et-l-occident-les-ambiguites-d-une-partie-du-monde_6121561_3210.html
[2] Véase el caso de la guerra de Kivu, Autesserre S., “Penser les Conflits Locaux: L’Echec de l’Intervention Internationale au Congo”, en L’Afrique des Grands Lacs : Annuaire 2007-2008, París: L’Harmattan, pp. 179 – 196, 2008
[3] Véase, por ejemplo, Lavergne M., Darfur: impactos étnicos y territoriales de una guerra civil en África, http://archive.wikiwix.com/cache/?url=http%3A%2F%2Fgeoconfluences.ens-lsh.fr%2Fdoc%2Fetpays%2FAfsubsah%2FAfsubsahScient4.htm%23popup1
[4] Véase J. Généreux, La Grande Régression, Seuil, 2010.
[5] Barma N., Chiozza G., Ratner E. y Weber S. (2009), “¿Un mundo sin Occidente? Empirical Patterns and Theoretical Implications”, en Chinese Journal of International Politics, nº 2, Vol.4, 2009, pp. 525-544.
[6] Véase, Sapir J., Le Protectionnisme, París, Humensis-PUF, coll. Que-Sais-Je, 2022.
[7] Pérez Y., Les Vertus du protectionnisme, París, L’Artilleur, 2020.
[8] Sapir J., Souveraineté, Démocratie, Laïcité, París, Michalon, 2017
[9] Declaración de la Sra. Carmen Reinhart , Economista Jefe del Banco Mundial, 21 de mayo de 2020, https://www.bloomberg.com/news/videos/2020-05-21/reinhart-says-covid-19-is-the-last-nail-in-the-coffin-of-globalization-video
[10] https://www.brookings.edu/opinions/less-globalization-more-multilateralism/
[11] http://valdaiclub.com/a/highlights/real-us-trade war
[12] Véase https://www.state.gov/advancing-americas-economic-security-and-national-security/
[13] Neu C.R. y Wolf C., The economic dimension of national security, Santa Monica, The Rand Corporation, 1992.
[14] Goldberg, J, “Un alto funcionario de la Casa Blanca define la doctrina Trump”, The Atlantic, 11 de junio de 2018.
[15] https://www.lefigaro.fr/international/avec-joe-biden-l-amerique-veut-regagner-sa-place-dans-le-monde-20210205
[16] Véase, Joseph Stiglitz: “Il faudra peut-être abandonner l’euro pour sauver le projet européen”, entrevista con Benoît Georges, en Les Echos, 16 de septiembre de 2016.
[17] Husson E., París-Berlín, La supervivencia de Europa, París, Gallimard, 2019.
[18] Véase, “Emmanuel Macron en sus propias palabras – La entrevista del presidente francés con The Economist”, 7 de noviembre de 2019, https://www.economist.com/europe/2019/11/07/emmanuel-macron-in-his-own-words-english
[19] Cafruny, A, Europe’s Twin Crises: The Logic and Tragedy of Contemporary German Power, en Valdai Paper 10, 2015; Ryner, M y Cafruny, A, The EU and Global Capitalism: Origins, Development, Crisis, Londres: Palgrave, MacMillan, 2017.
[20] https://www.lepoint.fr/monde/guerre-en-ukraine-la-pologne-convoque-l-ambassadeur-francais-08-04-2022-2471443_24.php
[21] Sapir J., Le Nouveau XXIè Siècle, París, Le Seuil, 2008
[22] Sapir J., La Démondialisation, Le Seuil, París, 2011 (1ª edición) y 2021 (2ª edición).
[23] https://www.lefigaro.fr/flash-eco/en-france-la-taxe-gafa-pourrait-rapporter-un-demi-milliard-d-euros-en-2022-20210922
[24] http://www.lefigaro.fr/international/2014/03/24/01003-20140324ARTFIG00370-g7-la-russie-exclue-du-club-des-puissants-apres-l-annexion-de-la-crimee.php
[25] https://www.lexpress.fr/actualite/monde/europe/la-russie-ne-compte-pas-reintegrer-le-g8_2015762.html
[26] https://www.europe1.fr/international/la-russie-na-pas-lintention-de-reintegrer-le-g8-selon-serguei-lavrov-3676556
[27] Pushkov A., El juego ruso en el tablero mundial, París, ODM éditions, Ensayo, 2019.
[28] El editor francés del libro de Alexeï Puchkov ha incluido en un apéndice el texto del discurso de Múnich, un texto cuya importancia había mostrado en un trabajo anterior. Véase Sapir J. Le Nouveau XXI Siècle – Du siècle américain au retour des Nations, op.cit.
[29] Véase mi reseña del libro de A. Puchkov https://www.les-crises.fr/russeurope-en-exil-dalexei-pouchkov-a-bastien-lachaud-deux-points-de-vue-sur-la-question-de-la-russie-par-jacques-sapir/
[30] Sapir J. Le Nouveau XXI Siècle – Du siècle américain au retour des Nations, op.cit.
[31] https://fr.sputniknews.com/international/201806061036682564-poutine-russie-souverainete/
[32] Lukyanov F., ” El ‘Orden Mundial Liberal’ está muerto, pero las consecuencias de la nefasta visita de Borrell de la UE a Moscú demuestran que gran parte de Occidente sigue negándolo “, 9 de febrero de 2021, https://www.rt.com/russia/515015-borrell-moscow-visit-fallout/
[33] Sapir J., Le Nouveau XXIè Siècle, Op.Cit.
[34] Grotius H., El derecho de la guerra y la paz, París, PUF, 2005
[35] Kratochwil F., “Of Systems, Boundaries, and Territoriality: An Inquiry into the Formation of the State System”, en World Politics, vol.34,no1,1986,p.27-52. Holsti K.J., Peace and War: Armed Conflicts and International Order,1648-1989, Cambridge, Cambridge University Press,1991. Véase también Dupuy R-J., Le Droit international, París, PUF, 1963
[36] Tan W., “India is snapping up cheap Russian oil, and China could be next”, 27 de marzo de 2022, https://www.cnbc.com/2022/03/28/russia-india-india-buys-cheap-russian-oil-china-could-be-next.html y “Indian Oil Finalises Deal To Import Crude Oil From Russia”, https://www.ndtv.com/business/biggest-indian-oil-company-finalises-deal-to-import-3-million-barrels-of-crude-oil-from-russia-2831042.
[37] Goyard-Fabre S., “Y a-t-il une crise de la souveraineté ?”, Revue internationale de philosophie, vol. 45, n° 4, 1991, p. 459-498
[38] “La OCS es un modelo de cooperación internacional, según un informe_French.news.cn” (http://french.xinhuanet.com/2018-05/27/c_137210279.htm) en french.xinhuanet.com
[39] Esto incluye a China, Rusia, India, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán y Pakistán. Afganistán, Irán, Mongolia y Bielorrusia tienen estatus de observadores.
[40] https://www.lepoint.fr/afrique/mali-russie-et-chine-bloquent-a-l-onu-un-texte-soutenant-les-sanctions-de-la-cedeao-12-01-2022-2460174_3826.php
[41] https://www.ifri.org/fr/espace-media/lifri-medias/guerre-ukraine-vue-sud
[42] https://www.lefigaro.fr/international/en-allemagne-des-corteges-de-la-honte-en-soutien-a-la-russie-20220410
[43] https://www.lemonde.fr/international/live/2022/04/10/guerre-en-ukraine-en-direct-le-chancelier-autrichien-a-moscou-lundi-pour-rencontrer-vladimir-poutine-l-economie-ukrainienne-s-effondre_6121421_3210.html
Publicado originalmente en les-crises.fr por Les Crises
[1] https://www.lemonde.fr/international/article/2022/04/11/guerre-en-ukraine-entre-la-russie-et-l-occident-les-ambiguites-d-une-partie-du-monde_6121561_3210.html
[2] Véase el caso de la guerra de Kivu, Autesserre S., “Penser les Conflits Locaux: L’Echec de l’Intervention Internationale au Congo”, en L’Afrique des Grands Lacs : Annuaire 2007-2008, París: L’Harmattan, pp. 179 – 196, 2008
[3] Véase, por ejemplo, Lavergne M., Darfur: impactos étnicos y territoriales de una guerra civil en África, http://archive.wikiwix.com/cache/?url=http%3A%2F%2Fgeoconfluences.ens-lsh.fr%2Fdoc%2Fetpays%2FAfsubsah%2FAfsubsahScient4.htm%23popup1
[4] Véase J. Généreux, La Grande Régression, Seuil, 2010.
[5] Barma N., Chiozza G., Ratner E. y Weber S. (2009), “¿Un mundo sin Occidente? Empirical Patterns and Theoretical Implications”, en Chinese Journal of International Politics, nº 2, Vol.4, 2009, pp. 525-544.
[6] Véase, Sapir J., Le Protectionnisme, París, Humensis-PUF, coll. Que-Sais-Je, 2022.
[7] Pérez Y., Les Vertus du protectionnisme, París, L’Artilleur, 2020.
[8] Sapir J., Souveraineté, Démocratie, Laïcité, París, Michalon, 2017
[9] Declaración de la Sra. Carmen Reinhart , Economista Jefe del Banco Mundial, 21 de mayo de 2020, https://www.bloomberg.com/news/videos/2020-05-21/reinhart-says-covid-19-is-the-last-nail-in-the-coffin-of-globalization-video
[10] https://www.brookings.edu/opinions/less-globalization-more-multilateralism/
[11] http://valdaiclub.com/a/highlights/real-us-trade war
[12] Véase https://www.state.gov/advancing-americas-economic-security-and-national-security/
[13] Neu C.R. y Wolf C., The economic dimension of national security, Santa Monica, The Rand Corporation, 1992.
[14] Goldberg, J, “Un alto funcionario de la Casa Blanca define la doctrina Trump”, The Atlantic, 11 de junio de 2018.
[15] https://www.lefigaro.fr/international/avec-joe-biden-l-amerique-veut-regagner-sa-place-dans-le-monde-20210205
[16] Véase, Joseph Stiglitz: “Il faudra peut-être abandonner l’euro pour sauver le projet européen”, entrevista con Benoît Georges, en Les Echos, 16 de septiembre de 2016.
[17] Husson E., París-Berlín, La supervivencia de Europa, París, Gallimard, 2019.
[18] Véase, “Emmanuel Macron en sus propias palabras – La entrevista del presidente francés con The Economist”, 7 de noviembre de 2019, https://www.economist.com/europe/2019/11/07/emmanuel-macron-in-his-own-words-english
[19] Cafruny, A, Europe’s Twin Crises: The Logic and Tragedy of Contemporary German Power, en Valdai Paper 10, 2015; Ryner, M y Cafruny, A, The EU and Global Capitalism: Origins, Development, Crisis, Londres: Palgrave, MacMillan, 2017.
[20] https://www.lepoint.fr/monde/guerre-en-ukraine-la-pologne-convoque-l-ambassadeur-francais-08-04-2022-2471443_24.php
[21] Sapir J., Le Nouveau XXIè Siècle, París, Le Seuil, 2008
[22] Sapir J., La Démondialisation, Le Seuil, París, 2011 (1ª edición) y 2021 (2ª edición).
[23] https://www.lefigaro.fr/flash-eco/en-france-la-taxe-gafa-pourrait-rapporter-un-demi-milliard-d-euros-en-2022-20210922
[24] http://www.lefigaro.fr/international/2014/03/24/01003-20140324ARTFIG00370-g7-la-russie-exclue-du-club-des-puissants-apres-l-annexion-de-la-crimee.php
[25] https://www.lexpress.fr/actualite/monde/europe/la-russie-ne-compte-pas-reintegrer-le-g8_2015762.html
[26] https://www.europe1.fr/international/la-russie-na-pas-lintention-de-reintegrer-le-g8-selon-serguei-lavrov-3676556
[27] Pushkov A., El juego ruso en el tablero mundial, París, ODM éditions, Ensayo, 2019.
[28] El editor francés del libro de Alexeï Puchkov ha incluido en un apéndice el texto del discurso de Múnich, un texto cuya importancia había mostrado en un trabajo anterior. Véase Sapir J. Le Nouveau XXI Siècle – Du siècle américain au retour des Nations, op.cit.
[29] Véase mi reseña del libro de A. Puchkov https://www.les-crises.fr/russeurope-en-exil-dalexei-pouchkov-a-bastien-lachaud-deux-points-de-vue-sur-la-question-de-la-russie-par-jacques-sapir/
[30] Sapir J. Le Nouveau XXI Siècle – Du siècle américain au retour des Nations, op.cit.
[31] https://fr.sputniknews.com/international/201806061036682564-poutine-russie-souverainete/
[32] Lukyanov F., ” El ‘Orden Mundial Liberal’ está muerto, pero las consecuencias de la nefasta visita de Borrell de la UE a Moscú demuestran que gran parte de Occidente sigue negándolo “, 9 de febrero de 2021, https://www.rt.com/russia/515015-borrell-moscow-visit-fallout/
[33] Sapir J., Le Nouveau XXIè Siècle, Op.Cit.
[34] Grotius H., El derecho de la guerra y la paz, París, PUF, 2005
[35] Kratochwil F., “Of Systems, Boundaries, and Territoriality: An Inquiry into the Formation of the State System”, en World Politics, vol.34,no1,1986,p.27-52. Holsti K.J., Peace and War: Armed Conflicts and International Order,1648-1989, Cambridge, Cambridge University Press,1991. Véase también Dupuy R-J., Le Droit international, París, PUF, 1963
[36] Tan W., “India is snapping up cheap Russian oil, and China could be next”, 27 de marzo de 2022, https://www.cnbc.com/2022/03/28/russia-india-india-buys-cheap-russian-oil-china-could-be-next.html y “Indian Oil Finalises Deal To Import Crude Oil From Russia”, https://www.ndtv.com/business/biggest-indian-oil-company-finalises-deal-to-import-3-million-barrels-of-crude-oil-from-russia-2831042.
[37] Goyard-Fabre S., “Y a-t-il une crise de la souveraineté ?”, Revue internationale de philosophie, vol. 45, n° 4, 1991, p. 459-498
[38] “La OCS es un modelo de cooperación internacional, según un informe_French.news.cn” (http://french.xinhuanet.com/2018-05/27/c_137210279.htm) en french.xinhuanet.com
[39] Esto incluye a China, Rusia, India, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán y Pakistán. Afganistán, Irán, Mongolia y Bielorrusia tienen estatus de observadores.
[40] https://www.lepoint.fr/afrique/mali-russie-et-chine-bloquent-a-l-onu-un-texte-soutenant-les-sanctions-de-la-cedeao-12-01-2022-2460174_3826.php
[41] https://www.ifri.org/fr/espace-media/lifri-medias/guerre-ukraine-vue-sud
[42] https://www.lefigaro.fr/international/en-allemagne-des-corteges-de-la-honte-en-soutien-a-la-russie-20220410
[43] https://www.lemonde.fr/international/live/2022/04/10/guerre-en-ukraine-en-direct-le-chancelier-autrichien-a-moscou-lundi-pour-rencontrer-vladimir-poutine-l-economie-ukrainienne-s-effondre_6121421_3210.html
Publicado originalmente en les-crises.fr por Les Crises