EEUU espía al mundo entero desde una base remota en Australia
Hispan TV 20 de agosto de 2017
Hispan TV: Una imagen aérea de la estación terrestre de Pine Gap, situada cerca de Alice Springs en el centro de Australia.
EE.UU. utiliza una supuesta estación terrestre en el corazón de Australia para espiar casi a todo el mundo, del Pacífico a la extremidad de África, según documentos.
Se trata de la planta de defensa Pine Gap, una base remota, ubicada a 18 kilómetros al sur de Alice Springs, el segundo centro de población más grande en el centro de Australia, y operada de manera conjunta por Washington y Canberra.
Su objetivo declarado es “apoyar la seguridad nacional tanto de EE.UU. como de Australia. La [instalación] contribuye a verificar los acuerdos de control de armamentos y desarme y monitorear desarrollos militares”. Pero, Pine Gap tiene una misión mucho más amplia —y capacidades más poderosas— que los Gobiernos australianos o estadounidenses han reconocido públicamente, publica este domingo el portal estadounidense The Intercept.
La base es una importante estación terrestre desde la que se controlan los satélites espía de EE.UU. y las comunicaciones se monitorean a través de varios continentes, según documentos clasificados obtenidos por The Intercept de Edward Snowden, antiguo empleado de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés).
Pine Gap, junto con la base Menwith Hill de la NSA en el Reino Unido, ha sido utilizada en los últimos años como un puesto de mando para dos misiones. La primera, llamada M7600, involucra al menos dos satélites espía que proporcionan “cobertura continua de la mayoría de la masa terrestre eurasiática y África”. La segunda misión llamada M8300, incluye “una constelación de cuatro satélites” que abarcaba la antigua Unión Soviética, China, Asia Meridional, Asia Oriental, Oriente Medio, Europa Oriental y territorios del océano Atlántico, según el informe.
Los satélites controlados desde Pine Gap están equipados con una poderosa tecnología de vigilancia utilizada para monitorear las comunicaciones inalámbricas en el terreno, como las enviadas y recibidas por teléfonos celulares, y radios. Recogen “señales estratégicas y tácticas de comunicaciones militares, científicas, políticas y económicas”, y también vigilan las pruebas de misiles o armas en los países objetivos, revelan los documentos.
Fuera de Pine Gap, hay unos 38 platos de radar, muchos de ellos ocultos. En el lugar está desplegada una gran multitud del personal de las agencias de espionaje de EE.UU., incluidos los empleados de la NSA, la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) y la Oficina Nacional de Reconocimiento, la agencia que gestiona los satélites espía. Está presente además, un número del personal del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de EE.UU.
La base también, “apoya a las operaciones militares” de EE.UU., según un informe secreto de la NSA fechado en abril de 2013. La estación por ejemplo, recolecta inteligencia geo-locacional, que puede usarse para ayudar a identificar ataques aéreos, revela The Intercept.
Richard Tanter, profesor de la Universidad de Melbourne, quien ha estudiado a Pine Gap durante años, asegura citando a los documentos, que la base “está involucrada, por ejemplo, en la geolocalización de teléfonos celulares utilizados por personas de todo el mundo, desde el Pacífico hasta la extremidad de África”.
La base, que se construyó a finales de los años 60, se centró en el monitoreo de pruebas de misiles y otras actividades militares en países como Rusia, China, Paquistán, Japón, Corea del Norte e India. Pero ahora está haciendo “mucho más”, dijo Tanter.
ftm/ktg/hgn/mrk
Se trata de la planta de defensa Pine Gap, una base remota, ubicada a 18 kilómetros al sur de Alice Springs, el segundo centro de población más grande en el centro de Australia, y operada de manera conjunta por Washington y Canberra.
Su objetivo declarado es “apoyar la seguridad nacional tanto de EE.UU. como de Australia. La [instalación] contribuye a verificar los acuerdos de control de armamentos y desarme y monitorear desarrollos militares”. Pero, Pine Gap tiene una misión mucho más amplia —y capacidades más poderosas— que los Gobiernos australianos o estadounidenses han reconocido públicamente, publica este domingo el portal estadounidense The Intercept.
La base es una importante estación terrestre desde la que se controlan los satélites espía de EE.UU. y las comunicaciones se monitorean a través de varios continentes, según documentos clasificados obtenidos por The Intercept de Edward Snowden, antiguo empleado de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés).
Pine Gap, junto con la base Menwith Hill de la NSA en el Reino Unido, ha sido utilizada en los últimos años como un puesto de mando para dos misiones. La primera, llamada M7600, involucra al menos dos satélites espía que proporcionan “cobertura continua de la mayoría de la masa terrestre eurasiática y África”. La segunda misión llamada M8300, incluye “una constelación de cuatro satélites” que abarcaba la antigua Unión Soviética, China, Asia Meridional, Asia Oriental, Oriente Medio, Europa Oriental y territorios del océano Atlántico, según el informe.
Los satélites controlados desde Pine Gap están equipados con una poderosa tecnología de vigilancia utilizada para monitorear las comunicaciones inalámbricas en el terreno, como las enviadas y recibidas por teléfonos celulares, y radios. Recogen “señales estratégicas y tácticas de comunicaciones militares, científicas, políticas y económicas”, y también vigilan las pruebas de misiles o armas en los países objetivos, revelan los documentos.
Fuera de Pine Gap, hay unos 38 platos de radar, muchos de ellos ocultos. En el lugar está desplegada una gran multitud del personal de las agencias de espionaje de EE.UU., incluidos los empleados de la NSA, la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) y la Oficina Nacional de Reconocimiento, la agencia que gestiona los satélites espía. Está presente además, un número del personal del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea de EE.UU.
La base también, “apoya a las operaciones militares” de EE.UU., según un informe secreto de la NSA fechado en abril de 2013. La estación por ejemplo, recolecta inteligencia geo-locacional, que puede usarse para ayudar a identificar ataques aéreos, revela The Intercept.
Richard Tanter, profesor de la Universidad de Melbourne, quien ha estudiado a Pine Gap durante años, asegura citando a los documentos, que la base “está involucrada, por ejemplo, en la geolocalización de teléfonos celulares utilizados por personas de todo el mundo, desde el Pacífico hasta la extremidad de África”.
La base, que se construyó a finales de los años 60, se centró en el monitoreo de pruebas de misiles y otras actividades militares en países como Rusia, China, Paquistán, Japón, Corea del Norte e India. Pero ahora está haciendo “mucho más”, dijo Tanter.
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