El Caso Ceuta, o el débil papel de España en el concierto de las naciones
(1ª parte)
Katehon Manuel Ruiz Isac 20 de dciembre de 2016
Resumen
Cuando uno de los vestigios de la Guerra Fría, el viejo portaviones soviético Almirante Kuznetsov, ponía proa hacia el Mediterráneo oriental desde el Mar de Barents, sacando músculo al atravesar el costado occidental de Europa, pocos imaginaban que ésta maniobra era parte del juego de la “Segunda Guerra Fría” en la que, sin previo aviso, se habían enfrascado las grandes potencias.
Tras remilitarizar Europa y los mares que la circundan, y mientras guerrean en cuantos escenarios pueden, las grandes potencias están movilizando sus piezas por todo el planeta para reconcentrarlas en zonas estratégicas que, consecuentemente, se están convirtiendo en una peligrosa olla a presión militar.
En este contexto prebélico, potencias medias como España están llamadas a cumplir los dictámenes de las grandes naciones, haciendo el menor ruido posible en su rol de servilismo, en una vergonzosa actitud que bien puede valerle el desprecio, el descrédito y el desprestigio ante el resto de las naciones, si no se la evita. El reciente contencioso de Ceuta, no es sino un argumento más en este sentido.
Cuando uno de los vestigios de la Guerra Fría, el viejo portaviones soviético Almirante Kuznetsov, ponía proa hacia el Mediterráneo oriental desde el Mar de Barents, sacando músculo al atravesar el costado occidental de Europa, pocos imaginaban que ésta maniobra era parte del juego de la “Segunda Guerra Fría” en la que, sin previo aviso, se habían enfrascado las grandes potencias.
Tras remilitarizar Europa y los mares que la circundan, y mientras guerrean en cuantos escenarios pueden, las grandes potencias están movilizando sus piezas por todo el planeta para reconcentrarlas en zonas estratégicas que, consecuentemente, se están convirtiendo en una peligrosa olla a presión militar.
En este contexto prebélico, potencias medias como España están llamadas a cumplir los dictámenes de las grandes naciones, haciendo el menor ruido posible en su rol de servilismo, en una vergonzosa actitud que bien puede valerle el desprecio, el descrédito y el desprestigio ante el resto de las naciones, si no se la evita. El reciente contencioso de Ceuta, no es sino un argumento más en este sentido.