El ex canciller británico dijo que un funcionario de Macri firmó borracho un acuerdo sobre Malvinas
La política on line 26 de abril de 2022
Se trata del cuestionado pacto "Foradori-Duncan" que fue firmado en 2016 y propone "remover todos los obstáculos que limiten el crecimiento económico".
Carlos Foradori junto al ex embajador británico, Mark Kent.
El ex ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Alan Duncan, reveló un explosivo dato que involucra a un ex funcionario del gobierno de Mauricio Macri. El canciller británico entre 2016 y 2019 dijo en sus memorias publicadas por el sitio Declassified que el vicecanciller, Carlos Foradori, estaba borracho durante la previa de un acuerdo sobre las islas Malvinas que despertó polémica.
El denominado pacto "Foradori-Duncan" firmado en septiembre de 2016 por el segundo de Susana Malcorra, habla de "eliminar obstáculos", incluyó la reanudación de los vuelos del continente a las islas Malvinas y la "explotación conjunta" de pesca e hidrocarburos en la zona marítima del conflicto, más precisamente dice "remover todos los obstáculos que limiten el crecimiento económico".
La medida fue muy criticada por miembros de la entonces oposición porque consideran que se ponía en riesgo la soberanía de las Islas y "presupone el levantamiento de todas las medidas administrativas, legislativas y judiciales que ha tomado la República Argentina para proteger sus recursos naturales frente a la explotación ilegal de nuestra pesca e hidrocarburos".
Algunos de los dirigentes que se expresaron en ese momento fueron el ex canciller y actual ministro de Defensa, Jorge Taiana, que pidió investigar ese pacto y la ex embajadora argentina en el Reino Unido, Alicia Castro, quien dijo que lo consideraba "una traición a patria", aseguró que "es un pacto de entrega de soberanía y saqueo de los recursos naturales" y disparó que "cuando el gobierno se vaya debe ser investigado".
Lo que establece este acuerdo es la legalización de lo que ya viene pasando de hecho: la extracción de los recursos naturales en las islas. Esto intentó ser penalizado durante el kirchnerismo mediante una modificación en el código penal que pretendía sancionar a las empresas que operaban sin permiso del estado argentino.
La denuncia del kirchnerismo apuntó a que bajo una promesa de inversión se terminó institucionalizando "la depredación de los recursos pesqueros y la explotación del petróleo dando luz a verde para que se lleven los recursos y permitió el avance de la militarización.
El denominado pacto "Foradori-Duncan" firmado en septiembre de 2016 por el segundo de Susana Malcorra, habla de "eliminar obstáculos", incluyó la reanudación de los vuelos del continente a las islas Malvinas y la "explotación conjunta" de pesca e hidrocarburos en la zona marítima del conflicto, más precisamente dice "remover todos los obstáculos que limiten el crecimiento económico".
La medida fue muy criticada por miembros de la entonces oposición porque consideran que se ponía en riesgo la soberanía de las Islas y "presupone el levantamiento de todas las medidas administrativas, legislativas y judiciales que ha tomado la República Argentina para proteger sus recursos naturales frente a la explotación ilegal de nuestra pesca e hidrocarburos".
Algunos de los dirigentes que se expresaron en ese momento fueron el ex canciller y actual ministro de Defensa, Jorge Taiana, que pidió investigar ese pacto y la ex embajadora argentina en el Reino Unido, Alicia Castro, quien dijo que lo consideraba "una traición a patria", aseguró que "es un pacto de entrega de soberanía y saqueo de los recursos naturales" y disparó que "cuando el gobierno se vaya debe ser investigado".
Lo que establece este acuerdo es la legalización de lo que ya viene pasando de hecho: la extracción de los recursos naturales en las islas. Esto intentó ser penalizado durante el kirchnerismo mediante una modificación en el código penal que pretendía sancionar a las empresas que operaban sin permiso del estado argentino.
La denuncia del kirchnerismo apuntó a que bajo una promesa de inversión se terminó institucionalizando "la depredación de los recursos pesqueros y la explotación del petróleo dando luz a verde para que se lleven los recursos y permitió el avance de la militarización.
"Lo que establece este acuerdo es la legalización de lo que ya viene pasando de hecho: la extracción de los recursos naturales en las islas. Esto intentó ser penalizado durante el kirchnerismo mediante una modificación en el código penal que pretendía sancionar a las empresas que operaban sin permiso del estado argentino"
En sus memorias, In the Thick of It, Duncan señala que el 12 de septiembre, su primer día en la ciudad, se reunió con el "excelente" nuevo embajador del Reino Unido en Argentina, Mark Kent.
"Bajo la residencia de la embajada hay una fabulosa bodega, muy bien iluminada, con las paredes forradas de botellas de Merlot", continuó Duncan. "El escenario es bastante agradable para una reunión y nos juntamos allí con Carlos Foradori, el viceministro de Asuntos Exteriores".
"Fue un buen telón de fondo diplomático para las delicadas negociaciones para asegurar la obtención de vuelos adicionales a las Malvinas; por millones de razones se requiere la cooperación de Argentina para cualquier conexión que pase por tierra firme", añadió Duncan. "A medida que una botella tras otra iba pasando de la pared de la bodega a la mesa, las negociaciones mejoraban. A eso de las 2 de la mañana nos dimos la mano con un acuerdo general".
Al día siguiente, el 13 de septiembre, Duncan escribió: "Mark Kent dice que Foradori acaba de llamar por teléfono para decir que estaba tan borracho anoche que no podía recordar todos los detalles. Como un auténtico británico, Mark le recordó lo que había acordado, fielmente y sin adornos. Así que creo que seguimos bien encaminados".
"Bajo la residencia de la embajada hay una fabulosa bodega, muy bien iluminada, con las paredes forradas de botellas de Merlot", continuó Duncan. "El escenario es bastante agradable para una reunión y nos juntamos allí con Carlos Foradori, el viceministro de Asuntos Exteriores".
"Fue un buen telón de fondo diplomático para las delicadas negociaciones para asegurar la obtención de vuelos adicionales a las Malvinas; por millones de razones se requiere la cooperación de Argentina para cualquier conexión que pase por tierra firme", añadió Duncan. "A medida que una botella tras otra iba pasando de la pared de la bodega a la mesa, las negociaciones mejoraban. A eso de las 2 de la mañana nos dimos la mano con un acuerdo general".
Al día siguiente, el 13 de septiembre, Duncan escribió: "Mark Kent dice que Foradori acaba de llamar por teléfono para decir que estaba tan borracho anoche que no podía recordar todos los detalles. Como un auténtico británico, Mark le recordó lo que había acordado, fielmente y sin adornos. Así que creo que seguimos bien encaminados".
"A medida que una botella tras otra iba pasando de la pared de la bodega a la mesa, las negociaciones mejoraban. A eso de las 2 de la mañana nos dimos la mano con un acuerdo general"
Memorias de Alan Duncan
Memorias de Alan Duncan
Según este medio, Carlos Foradori refutó los recuerdos de Duncan sobre los acontecimientos en la bodega, diciendo a Declassified "lo que describe ahí es completamente fantasioso" y dijo que el comunicado conjunto es "demasiado largo para haber sido formulado en una noche".
No obstante Duncan añadió: "En la reunión del Foro de Inversiones de Argentina tuve un breve encuentro con el presidente Macri, quien dio su bendición a nuestros esfuerzos". "Subimos un peldaño desde anoche para llevar a cabo nuevas negociaciones (sobrias) con la ministra de Asuntos Exteriores, Susana Malcorra, que duraron hasta el último minuto. Hubo momentos donde parecía que no íbamos a llegar a un acuerdo, pero salimos con la primera declaración conjunta positiva desde 1999, cubriendo comercio, seguridad y apertura de nuevas líneas aéreas a las Malvinas. Un verdadero acuerdo histórico", concluyó.
No obstante Duncan añadió: "En la reunión del Foro de Inversiones de Argentina tuve un breve encuentro con el presidente Macri, quien dio su bendición a nuestros esfuerzos". "Subimos un peldaño desde anoche para llevar a cabo nuevas negociaciones (sobrias) con la ministra de Asuntos Exteriores, Susana Malcorra, que duraron hasta el último minuto. Hubo momentos donde parecía que no íbamos a llegar a un acuerdo, pero salimos con la primera declaración conjunta positiva desde 1999, cubriendo comercio, seguridad y apertura de nuevas líneas aéreas a las Malvinas. Un verdadero acuerdo histórico", concluyó.
Argentina prohíbe a la empresa israelí Navitas Petroleum operar en el país durante 20 años por sus actividades en las Malvinas
El Gobierno argentino declaró "ilegales" las actividades desarrolladas por la empresa israelí Navitas Petroleum en la plataforma continental cercana a las islas Malvinas, ya que no está registrada como concesionaria y no tiene permisos para extraer y explotar hidrocarburos en la zona, según un comunicado publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino.
La compañía ha sido declarada clandestina "por desarrollar actividades hidrocarburíferas en territorio de la República Argentina sin estar habilitada para ello por las autoridades competentes", se dice en el comunicado. Además, se le ha prohibido operar en Argentina durante un periodo de 20 años. RT
El Gobierno argentino declaró "ilegales" las actividades desarrolladas por la empresa israelí Navitas Petroleum en la plataforma continental cercana a las islas Malvinas, ya que no está registrada como concesionaria y no tiene permisos para extraer y explotar hidrocarburos en la zona, según un comunicado publicado por el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino.
La compañía ha sido declarada clandestina "por desarrollar actividades hidrocarburíferas en territorio de la República Argentina sin estar habilitada para ello por las autoridades competentes", se dice en el comunicado. Además, se le ha prohibido operar en Argentina durante un periodo de 20 años. RT
27 de abril de 2022
2 de mayo de 2022
"El 2 de mayo de 1982 se produjo uno de los acontecimientos más controvertidos de la Guerra de las Malvinas, el hundimiento del crucero ARA General Belgrano por el submarino nuclear británico HMS Conqueror, un ataque que se produjo fuera del área de exclusión establecida por el Gobierno británico alrededor de las disputadas islas y que se saldó con la muerte de 323 marinos argentinos.
En las tareas de rescate posteriores solo participó un barco extranjero: uno soviético.
El ARA General Belgrano era un crucero de la Armada Argentina que anteriormente, bajo bandera estadounidense y el nombre de USS Phoenix había participado en la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, el buque había sobrevivido al famoso ataque japonés a Pearl Harbour y participado en muchas de las campañas navales en el Pacífico hasta la rendición nipona.
En 1951 fue vendido a Argentina, entrando en servicio como el ARA 17 de Octubre. Cuatro años después, el 16 de septiembre de 1955, fue rebautizado como General Belgrano (C-4), en homenaje al general y abogado Manuel Belgrano héroe de la independencia de Argentina que había fundado la Escuela Náutica de este país en 1799.
El día 2 de mayo, el comandante Chris Wreford-Brown a bordo del submarino nuclear HMS Conqueror ordenó torpedear al ARA General Belgrano.
El capitán del submarino, que localizó al barco gracias a la información facilitada por un satélite norteamericano, había recibido la orden desde la residencia campestre de la premier británica Margaret Thatcher (en Chequers, cerca de Londres), donde esta se encontraba reunida con su gabinete de guerra.
Desde varios pesqueros cercanos, al conocerse la noticia del hundimiento del buque de guerra argentino, se lanzaron radiogramas hacia sus armadores en la URSS, que ya contactaron al Ministerio de Relaciones Exteriores y obtuvieron el permiso del Ministro de Pesca de la URSS, Vladímir Kámentsev.
El barco de arrastre BMRT Belokámensk, al mando del capitán Revkov fue el primero en llegar a la zona.
Se ha especulado con que se tratase de un buque espía, algo que no se ha llegado a confirmar nunca.
Según cuenta Dmitri Tatarkov en su obra Conflicto en el Atlántico Sur: la Guerra de las Malvinas, los cuerpos rescatados, así como los salvavidas, fueron transferidos a una barca argentina que los transportó hasta puerto.
Pese a las diferencias políticas, la agencia TASS publicó la siguiente nota al recibir la información sobre el ataque al crucero argentino:
'La Unión Soviética se opone al colonialismo, cualquiera sea su forma y está convencida de que la restauración del estatuto colonial en las Malvinas es inadmisible. Las islas son argentinas, y la URSS es contraria a la actitud agresiva y colonialista de Londres expresada en la aventura militarista de Margaret Thatcher y su gobierno conservador'".
En las tareas de rescate posteriores solo participó un barco extranjero: uno soviético.
El ARA General Belgrano era un crucero de la Armada Argentina que anteriormente, bajo bandera estadounidense y el nombre de USS Phoenix había participado en la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, el buque había sobrevivido al famoso ataque japonés a Pearl Harbour y participado en muchas de las campañas navales en el Pacífico hasta la rendición nipona.
En 1951 fue vendido a Argentina, entrando en servicio como el ARA 17 de Octubre. Cuatro años después, el 16 de septiembre de 1955, fue rebautizado como General Belgrano (C-4), en homenaje al general y abogado Manuel Belgrano héroe de la independencia de Argentina que había fundado la Escuela Náutica de este país en 1799.
El día 2 de mayo, el comandante Chris Wreford-Brown a bordo del submarino nuclear HMS Conqueror ordenó torpedear al ARA General Belgrano.
El capitán del submarino, que localizó al barco gracias a la información facilitada por un satélite norteamericano, había recibido la orden desde la residencia campestre de la premier británica Margaret Thatcher (en Chequers, cerca de Londres), donde esta se encontraba reunida con su gabinete de guerra.
Desde varios pesqueros cercanos, al conocerse la noticia del hundimiento del buque de guerra argentino, se lanzaron radiogramas hacia sus armadores en la URSS, que ya contactaron al Ministerio de Relaciones Exteriores y obtuvieron el permiso del Ministro de Pesca de la URSS, Vladímir Kámentsev.
El barco de arrastre BMRT Belokámensk, al mando del capitán Revkov fue el primero en llegar a la zona.
Se ha especulado con que se tratase de un buque espía, algo que no se ha llegado a confirmar nunca.
Según cuenta Dmitri Tatarkov en su obra Conflicto en el Atlántico Sur: la Guerra de las Malvinas, los cuerpos rescatados, así como los salvavidas, fueron transferidos a una barca argentina que los transportó hasta puerto.
Pese a las diferencias políticas, la agencia TASS publicó la siguiente nota al recibir la información sobre el ataque al crucero argentino:
'La Unión Soviética se opone al colonialismo, cualquiera sea su forma y está convencida de que la restauración del estatuto colonial en las Malvinas es inadmisible. Las islas son argentinas, y la URSS es contraria a la actitud agresiva y colonialista de Londres expresada en la aventura militarista de Margaret Thatcher y su gobierno conservador'".
"Uno de los profesionales que reconstruyó los documentos enviados al Archivo Nacional, fue João Roberto Martins Filho, profesor de la Universidad Federal de São Carlos. Próximamente lanzará un libro llamado 'Brasil y la Guerra de las Malvinas: Entre Dos Fuegos'.
Martins Filho no solo investigó los archivos de Itamaraty, sino también los británicos. Detalla que hubo otra forma en la que Brasil obtuvo información de Argentina, luego de descifrar el código de las comunicaciones encriptadas de la cancillería argentina.
El profesor también detalla que, entre las principales preocupaciones, estaba obtener información sobre la ayuda de la URSS, Cuba y la Libia de Gadafi a la Argentina.
Pero la gran preocupación de los brasileños fue el programa nuclear argentino, el cual seguían atentos.
Según el Centro de Información de la Armada, Argentina negoció con la URSS el envío de 100 kilos de uranio enriquecido a Buenos Aires, por lo que se temía el establecimiento de bases rusas en el país.
Otra de las acciones brasileñas en torno al espionaje, fue la captura de un misil AGM-45 Shrike estadounidense, el cual se encontraba en un bombardero Vulcan que aterrizó el Río el 3 de junio volviendo de Malvinas.
Los brasileños acordaron liberar el Vulcan, aunque el misil fue retenido. Reino Unido y Estados Unidos presionaron para recuperarlo.
Esto fue importante para el accionar brasileño en el conflicto, ya que para las potencias era 'un arma con un sistema de dirección moderno', y no querían que Brasil 'husmeara' en él.
Aunque Brasil intentó aprovechar su espionaje en la guerra de Malvinas para examinar este misil y desarrollar uno propio, el arma fue entregada en secreto a Inglaterra días después de la rendición argentina.
Este hecho muestra, en gran medida, el rol que ocupó Brasil con su 'Red de Búsqueda de Información' durante el conflicto, aunque trató de mantener buenas relaciones con el Reino Unido a lo largo de él"
Martins Filho no solo investigó los archivos de Itamaraty, sino también los británicos. Detalla que hubo otra forma en la que Brasil obtuvo información de Argentina, luego de descifrar el código de las comunicaciones encriptadas de la cancillería argentina.
El profesor también detalla que, entre las principales preocupaciones, estaba obtener información sobre la ayuda de la URSS, Cuba y la Libia de Gadafi a la Argentina.
Pero la gran preocupación de los brasileños fue el programa nuclear argentino, el cual seguían atentos.
Según el Centro de Información de la Armada, Argentina negoció con la URSS el envío de 100 kilos de uranio enriquecido a Buenos Aires, por lo que se temía el establecimiento de bases rusas en el país.
Otra de las acciones brasileñas en torno al espionaje, fue la captura de un misil AGM-45 Shrike estadounidense, el cual se encontraba en un bombardero Vulcan que aterrizó el Río el 3 de junio volviendo de Malvinas.
Los brasileños acordaron liberar el Vulcan, aunque el misil fue retenido. Reino Unido y Estados Unidos presionaron para recuperarlo.
Esto fue importante para el accionar brasileño en el conflicto, ya que para las potencias era 'un arma con un sistema de dirección moderno', y no querían que Brasil 'husmeara' en él.
Aunque Brasil intentó aprovechar su espionaje en la guerra de Malvinas para examinar este misil y desarrollar uno propio, el arma fue entregada en secreto a Inglaterra días después de la rendición argentina.
Este hecho muestra, en gran medida, el rol que ocupó Brasil con su 'Red de Búsqueda de Información' durante el conflicto, aunque trató de mantener buenas relaciones con el Reino Unido a lo largo de él"
4 de mayo de 2022