El ‘divide y vencerás’ está de vuelta en casa
Katehon Bobana M. Andjelkovic 29 de diciembre de 2016
En un corto periodo de tiempo el mundo ha presenciado diversos acontecimientos que muestran que, si hay choques internos en el poder establecido de Estados Unidos, entonces, algunas cosas en el ‘resto del mundo’ pueden empezar a calmarse.
El último acontecimiento es la resolución 2334 por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre los asentamientos ilegales israelíes en la ocupada Cisjordania. Y, este es probablemente el ejemplo más claro, dado que es sobre un problema muy bien conocido, el cual, tiene su historia, tiene sus altibajos, pero allí ha habido solamente un mandato universal desde los acuerdos de Oslo aunque las autoridades de EEUU han estado detrás de Israel todo el tiempo. En uno u otro modo, cualquiera que fueran sus acciones, los EEUU han estado sirviendo al Estado sionista.
Al final del primer mandato de Obama, los EEUU votaron contra la resolución en ese mismo problema, los asentamientos ilegales israelíes en la Cisjordania ocupada.
A finales de este segundo mandato, cuando los atlantistas son más débiles que a finales de 2011, la administración de los EEUU no votó contra la resolución. Los funcionarios israelíes afirmaron que fueron traicionados, o encuentran inaceptable que los EEUU no votaran a favor de Israel. Es más, los israelíes demandan que el nuevo secretario general de la ONU así como las autoridades de los EEUU vuelvan a alinearse con Israel.
Incluso después de la presión exitosa de Israel sobre Egipto (algunos dicen que presión de Trump también) para que retirase su borrador de resolución, se vio que hay algunos otros países que pueden involucrarse con su borrador (Nueva Zelanda, Senegal, Malasia, Venezuela). Puso en evidencia (de nuevo, como en Afganistán) que los atlantistas pueden ser sobrepasados solamente con una aproximación de guerrilla, y eso es en lo que son buenos los palestinos. Así que, tanto si al Estado sionista le gusta como si no, tanto si a la AIPEC le gusta como si no, o bien, tanto si a algunas alas del poder establecido estadounidense les gusta como si no, “el resto del mundo” no necesita la “democracia” de EEUU, y no necesita al “líder del mundo libre”, lo cual es tan falso como el “Estado islámico”, ambas expresiones provienen de la misma cocina. Pero parece que el cocinero está un poco exaltado, coció algunas cosas, otras están más que crudas y otras están quemadas. El cocinero recibe órdenes muy extrañas y no es capaz de preparar nada.
La estrategia del “divide y vencerás” empezó a ser aplicable a los EEUU y al declinar de su estilo hegemónico. Aunque ha sido una de las principales estrategias del neo-colonialismo, parece que vuelve a casa.
Si Trump no hubiera estado en contra de la resolución sobre los asentamientos ilegales tan ansiosamente, Obama nunca hubiera insistido en cualquier actitud hacia Israel diferente a la habitual, y Samanta Power no habría tenido una explicación tan estúpida e incoherente, o mejor dicho, justificación, que ella sintió que fue obligada a dar para los constantemente iracundos Netanyahu y Lieberman (y Dannon, un poco menos iracundo).
Alepo está liberada, personal de la coalición militar encabezada por EEUU están descubiertos entre los terroristas, Duterte está expulsando al ejército de EEUU de las Filipinas, paso a paso, China de manera silenciosa está haciendo y cumpliendo sus planes milenarios, los hutíes están desmantelando a la coalición encabezada por los saudíes (que es mucho más poderosa), Kadirov mantiene el Cáucaso seguro, Irán toma el orden y control regional, las colonias estadounidenses del pacífico están sufriendo diferentes tipos de turbulencias, reconsiderando sus lazos con el “amienemigo” y el opresor, algunos países europeos orientales (e incluso algunos europeos occidentales) están distanciándose del proyecto de Jozef K en Bruselas, Erdogán empezará una segunda ola de purga en el aparato estatal de los grupos e individuos conectados con Gulén y los EEUU, tras la enfermiza venganza por el golpe prevenido mediante el asesinato del embajador ruso Andrey Karlov. Los Balcanes son inciertos para los atlantistas (como siempre), Grecia y España dan la bienvenida a los barcos rusos, y Rusia, Rusia está preservando los lazos de Europa con sus antiguas raíces, ya que Europa olvidó todo y decidió abandonarse a sí misma frente a las progenies iracundas del otro lado del atlántico (que están regresando a Europa más alocadas que sus predecesores cuando se marcharon).
La resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU adoptada el pasado viernes 23 de diciembre, muestra algunos beneficios para el mundo debido a los choques internos en las alas de poder y mecanismos de los EEUU. También muestra la interdependencia de la política exterior de los EEUU y con el Estado sionista, incluso cuando algunos cambios “importantes” en la política de los EEUU están anunciados, pero hay algunos agujeros visibles, ahora cuando los EEUU tienen turbulencias internas y terremotos.
Puede esperarse que Donald Trump, ahora, incluso más, insista en cambiar la embajada de EEUU en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, lo que sería otra violación del Derecho Internacional pues Jerusalén es territorio disputado (aparte de la reciente afirmación de Trump acerca de que los asentamientos deberían estar sujetos a las conversaciones directas entre Israel y Palestina, como si él no supiera que los asentamientos son desde hace mucho un tema en la ONU).
Y, la comprobación de la realidad muestra (de nuevo) la presuposición correcta de Katehon desde antes de las elecciones estadounidenses que, la victoria de Clinton significaría la guerra mundial mientras que la victoria de Trump significaría una guerra interna estadounidense.
Trump tiene una oportunidad única para aplicar todos los criterios democráticos que los EEUU han estado exportando, solamente ésta vez será más fácil, no hay costes de exportación. Él tiene una oportunidad única para “drenar el pantano”.
Y estaría en el bien común que los Estados Unidos no mencionasen (nunca jamás) cualquier amenaza nuclear, o guerra, o algo que empiece con “nuclear”. Al fin de cuentas, fueron los Estados Unidos de América quienes usaron armas nucleares contra otro país, y, ¿cuándo lo hicieron? A finales de la segunda guerra mundial, cuando era más que obvio que Japón ya no era una amenaza (si es que alguna vez lo fue). Desde una perspectiva de 70 años, puede parecer ahora que el ataque nuclear sobre Japón fue “preventivo”, EEUU mostró sus proyecciones del mundo. Y, de algún modo, de nuevo, es más que obvio, cuánto se superponen las políticas de EEUU e Israel.
El siguiente paso para “el resto del mundo” puede ser una fuerza conjunta que proporcione un trasfondo legal y práctico para que la AIEA (Agencia Internacional de la Energía Atómica) visite las instalaciones nucleares no-existentes de Israel. Y los EEUU no deberían tener voz en esta, pues perdieron el derecho a comentar sobre el poder nuclear en agosto de 1945. Pero llevará demasiado tiempo para que el mundo responda. Se necesitó una importante división dentro del poder establecido de EEUU para empezar a resolver los problemas de las décadas pasadas, pero no obstante, problemas bien definidos y obvios.
El último acontecimiento es la resolución 2334 por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre los asentamientos ilegales israelíes en la ocupada Cisjordania. Y, este es probablemente el ejemplo más claro, dado que es sobre un problema muy bien conocido, el cual, tiene su historia, tiene sus altibajos, pero allí ha habido solamente un mandato universal desde los acuerdos de Oslo aunque las autoridades de EEUU han estado detrás de Israel todo el tiempo. En uno u otro modo, cualquiera que fueran sus acciones, los EEUU han estado sirviendo al Estado sionista.
Al final del primer mandato de Obama, los EEUU votaron contra la resolución en ese mismo problema, los asentamientos ilegales israelíes en la Cisjordania ocupada.
A finales de este segundo mandato, cuando los atlantistas son más débiles que a finales de 2011, la administración de los EEUU no votó contra la resolución. Los funcionarios israelíes afirmaron que fueron traicionados, o encuentran inaceptable que los EEUU no votaran a favor de Israel. Es más, los israelíes demandan que el nuevo secretario general de la ONU así como las autoridades de los EEUU vuelvan a alinearse con Israel.
Incluso después de la presión exitosa de Israel sobre Egipto (algunos dicen que presión de Trump también) para que retirase su borrador de resolución, se vio que hay algunos otros países que pueden involucrarse con su borrador (Nueva Zelanda, Senegal, Malasia, Venezuela). Puso en evidencia (de nuevo, como en Afganistán) que los atlantistas pueden ser sobrepasados solamente con una aproximación de guerrilla, y eso es en lo que son buenos los palestinos. Así que, tanto si al Estado sionista le gusta como si no, tanto si a la AIPEC le gusta como si no, o bien, tanto si a algunas alas del poder establecido estadounidense les gusta como si no, “el resto del mundo” no necesita la “democracia” de EEUU, y no necesita al “líder del mundo libre”, lo cual es tan falso como el “Estado islámico”, ambas expresiones provienen de la misma cocina. Pero parece que el cocinero está un poco exaltado, coció algunas cosas, otras están más que crudas y otras están quemadas. El cocinero recibe órdenes muy extrañas y no es capaz de preparar nada.
La estrategia del “divide y vencerás” empezó a ser aplicable a los EEUU y al declinar de su estilo hegemónico. Aunque ha sido una de las principales estrategias del neo-colonialismo, parece que vuelve a casa.
Si Trump no hubiera estado en contra de la resolución sobre los asentamientos ilegales tan ansiosamente, Obama nunca hubiera insistido en cualquier actitud hacia Israel diferente a la habitual, y Samanta Power no habría tenido una explicación tan estúpida e incoherente, o mejor dicho, justificación, que ella sintió que fue obligada a dar para los constantemente iracundos Netanyahu y Lieberman (y Dannon, un poco menos iracundo).
Alepo está liberada, personal de la coalición militar encabezada por EEUU están descubiertos entre los terroristas, Duterte está expulsando al ejército de EEUU de las Filipinas, paso a paso, China de manera silenciosa está haciendo y cumpliendo sus planes milenarios, los hutíes están desmantelando a la coalición encabezada por los saudíes (que es mucho más poderosa), Kadirov mantiene el Cáucaso seguro, Irán toma el orden y control regional, las colonias estadounidenses del pacífico están sufriendo diferentes tipos de turbulencias, reconsiderando sus lazos con el “amienemigo” y el opresor, algunos países europeos orientales (e incluso algunos europeos occidentales) están distanciándose del proyecto de Jozef K en Bruselas, Erdogán empezará una segunda ola de purga en el aparato estatal de los grupos e individuos conectados con Gulén y los EEUU, tras la enfermiza venganza por el golpe prevenido mediante el asesinato del embajador ruso Andrey Karlov. Los Balcanes son inciertos para los atlantistas (como siempre), Grecia y España dan la bienvenida a los barcos rusos, y Rusia, Rusia está preservando los lazos de Europa con sus antiguas raíces, ya que Europa olvidó todo y decidió abandonarse a sí misma frente a las progenies iracundas del otro lado del atlántico (que están regresando a Europa más alocadas que sus predecesores cuando se marcharon).
La resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU adoptada el pasado viernes 23 de diciembre, muestra algunos beneficios para el mundo debido a los choques internos en las alas de poder y mecanismos de los EEUU. También muestra la interdependencia de la política exterior de los EEUU y con el Estado sionista, incluso cuando algunos cambios “importantes” en la política de los EEUU están anunciados, pero hay algunos agujeros visibles, ahora cuando los EEUU tienen turbulencias internas y terremotos.
Puede esperarse que Donald Trump, ahora, incluso más, insista en cambiar la embajada de EEUU en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, lo que sería otra violación del Derecho Internacional pues Jerusalén es territorio disputado (aparte de la reciente afirmación de Trump acerca de que los asentamientos deberían estar sujetos a las conversaciones directas entre Israel y Palestina, como si él no supiera que los asentamientos son desde hace mucho un tema en la ONU).
Y, la comprobación de la realidad muestra (de nuevo) la presuposición correcta de Katehon desde antes de las elecciones estadounidenses que, la victoria de Clinton significaría la guerra mundial mientras que la victoria de Trump significaría una guerra interna estadounidense.
Trump tiene una oportunidad única para aplicar todos los criterios democráticos que los EEUU han estado exportando, solamente ésta vez será más fácil, no hay costes de exportación. Él tiene una oportunidad única para “drenar el pantano”.
Y estaría en el bien común que los Estados Unidos no mencionasen (nunca jamás) cualquier amenaza nuclear, o guerra, o algo que empiece con “nuclear”. Al fin de cuentas, fueron los Estados Unidos de América quienes usaron armas nucleares contra otro país, y, ¿cuándo lo hicieron? A finales de la segunda guerra mundial, cuando era más que obvio que Japón ya no era una amenaza (si es que alguna vez lo fue). Desde una perspectiva de 70 años, puede parecer ahora que el ataque nuclear sobre Japón fue “preventivo”, EEUU mostró sus proyecciones del mundo. Y, de algún modo, de nuevo, es más que obvio, cuánto se superponen las políticas de EEUU e Israel.
El siguiente paso para “el resto del mundo” puede ser una fuerza conjunta que proporcione un trasfondo legal y práctico para que la AIEA (Agencia Internacional de la Energía Atómica) visite las instalaciones nucleares no-existentes de Israel. Y los EEUU no deberían tener voz en esta, pues perdieron el derecho a comentar sobre el poder nuclear en agosto de 1945. Pero llevará demasiado tiempo para que el mundo responda. Se necesitó una importante división dentro del poder establecido de EEUU para empezar a resolver los problemas de las décadas pasadas, pero no obstante, problemas bien definidos y obvios.