El portazo de Ecuador al ELN es menos fuerte de lo que parece
La Silla Vacía 18 de abril de 2018
La decisión del presidente ecuatoriano Lenin Moreno de renunciar a la condición de garante que tenía su país al proceso con el ELN es más un golpe simbólico que práctico para la negociación con esa guerrilla. Pero si algo necesita ese proceso en este momento -así como el tema de la paz- es una señal positiva.
El presidente Moreno hizo el anuncio en una entrevista exclusiva con RCN-NTN24: "Le he solicitado a la canciller de Ecuador que frene conversaciones con el ELN y nuestra condición de garante de ese proceso de paz, mientras no se comprometan a dejar esas actividades terroristas", anunció.
Su anuncio, según pudo corroborar La Silla con un plenipotenciario, tomó por sorpresa tanto a la delegación del gobierno colombiano en Quito como a la del ELN, que en ese momento estaban cada una por su lado almorzando.
También sorprendió a la canciller colombiana María Ángela Holguín, que se enteró al tiempo que el resto de los colombianos.
Más allá de lo que pueda significar sobre el estado la relación diplomática entre ambos países, la decisión de Moreno tiene un efecto más político que práctico para el proceso con el ELN.
El efecto doméstico
Desde que se inauguraron las conversaciones oficiales con el ELN se determinó que el proceso tendría tantas sedes como países garantes, un ciclo por garante. Y el actual era el último ciclo previsto en Ecuador.
De hecho, estaba previsto de que una vez terminara el 18 de mayo cambiarían de país sede.
Aunque todavía no se había definido cuál sería el próximo país sede (los países garantes son Noruega, Brasil, Chile, Cuba, Venezuela y Ecuador) ya era claro que no sería el vecino.
El Presidente ecuatoriano podría haberles pedido discretamente que aceleraran el ciclo para que no siguieran allí.
El hecho de que lo hubiera hecho público, vía un noticiero (así fuera uno internacional), permite pensar que las declaraciones fueron hechas más para consumo interno de su país después del asesinato de los periodistas ecuatorianos en la frontera colombiana a manos de las disidencias de ‘Guacho’.
Después de ese crimen que consternó al país la semana pasada y del nuevo secuestro de otros dos ecuatorianos ayer, el Presidente está sometido a mucha presión interna para que haga algo para combatir el terrorismo originado en Colombia (‘Guacho’ es ecuatoriano pero su organización criminal viene de las Farc).
"Creo que es una decisión muy sustentada en lo que ha sucedido en los últimos dos meses", dijo a La Silla una periodista del periódico ecuatoriano El Universo. "¿De qué le ha servido al Ecudor ser garante y colaborar con la paz cuando ya llevamos siete muertos por los disidentes de las Farc?".
Esta declaración sobre el ELN le sirve para ratificar que no apoya el terrorismo, y además, para marcar otra diferencia frente a su ex padrino y antecesor Rafael Correa, sobre cuyos hombros llegó a la Presidencia y desde entonces se han enemistado.
El impacto en el proceso
Al proceso con el ELN, como tal, no lo afecta en gran medida precisamente porque ya tenían previsto irse a otro país. Pero a nivel simbólico sí tiene un impacto.
Desde que arrancó el proceso con el ELN, salvo unas pocas noticias positivas como el cese del fuego que lograron a medias el año pasado, el resto han sido más bien negativas.
Según dos fuentes cercanas al proceso, el nuevo equipo negociador del gobierno ha logrado una mejor dinámica con el del ELN y han avanzado en la discusión de un cese del fuego ‘más técnico’ que el primero, para anunciarlo antes de la primera vuelta. También ha avanzado en la discusión sobre cómo aterrizar la participación ciudadana (que es la prioridad del ELN) con criterios regionales y temáticos.
Sin embargo, por ahora no hay anuncios concretos de nada. Mientras tanto, en el debate electoral, ya tanto Iván Duque como Germán Vargas han dicho que si ganan acaban el proceso. Y el apoyo que tienen estas conversaciones, según la última Gallup Poll, es cada vez menor.
En este creciente cierre del espacio político para este proceso, el anuncio del presidente ecuatoriano de no solo quitarles la sede de negociación sino sobre todo su respaldo como garante no hace sino quitarle oxígeno a unas conversaciones que lo requieren más que nunca para sobrevivir la campaña electoral.
El presidente Moreno hizo el anuncio en una entrevista exclusiva con RCN-NTN24: "Le he solicitado a la canciller de Ecuador que frene conversaciones con el ELN y nuestra condición de garante de ese proceso de paz, mientras no se comprometan a dejar esas actividades terroristas", anunció.
Su anuncio, según pudo corroborar La Silla con un plenipotenciario, tomó por sorpresa tanto a la delegación del gobierno colombiano en Quito como a la del ELN, que en ese momento estaban cada una por su lado almorzando.
También sorprendió a la canciller colombiana María Ángela Holguín, que se enteró al tiempo que el resto de los colombianos.
Más allá de lo que pueda significar sobre el estado la relación diplomática entre ambos países, la decisión de Moreno tiene un efecto más político que práctico para el proceso con el ELN.
El efecto doméstico
Desde que se inauguraron las conversaciones oficiales con el ELN se determinó que el proceso tendría tantas sedes como países garantes, un ciclo por garante. Y el actual era el último ciclo previsto en Ecuador.
De hecho, estaba previsto de que una vez terminara el 18 de mayo cambiarían de país sede.
Aunque todavía no se había definido cuál sería el próximo país sede (los países garantes son Noruega, Brasil, Chile, Cuba, Venezuela y Ecuador) ya era claro que no sería el vecino.
El Presidente ecuatoriano podría haberles pedido discretamente que aceleraran el ciclo para que no siguieran allí.
El hecho de que lo hubiera hecho público, vía un noticiero (así fuera uno internacional), permite pensar que las declaraciones fueron hechas más para consumo interno de su país después del asesinato de los periodistas ecuatorianos en la frontera colombiana a manos de las disidencias de ‘Guacho’.
Después de ese crimen que consternó al país la semana pasada y del nuevo secuestro de otros dos ecuatorianos ayer, el Presidente está sometido a mucha presión interna para que haga algo para combatir el terrorismo originado en Colombia (‘Guacho’ es ecuatoriano pero su organización criminal viene de las Farc).
"Creo que es una decisión muy sustentada en lo que ha sucedido en los últimos dos meses", dijo a La Silla una periodista del periódico ecuatoriano El Universo. "¿De qué le ha servido al Ecudor ser garante y colaborar con la paz cuando ya llevamos siete muertos por los disidentes de las Farc?".
Esta declaración sobre el ELN le sirve para ratificar que no apoya el terrorismo, y además, para marcar otra diferencia frente a su ex padrino y antecesor Rafael Correa, sobre cuyos hombros llegó a la Presidencia y desde entonces se han enemistado.
El impacto en el proceso
Al proceso con el ELN, como tal, no lo afecta en gran medida precisamente porque ya tenían previsto irse a otro país. Pero a nivel simbólico sí tiene un impacto.
Desde que arrancó el proceso con el ELN, salvo unas pocas noticias positivas como el cese del fuego que lograron a medias el año pasado, el resto han sido más bien negativas.
Según dos fuentes cercanas al proceso, el nuevo equipo negociador del gobierno ha logrado una mejor dinámica con el del ELN y han avanzado en la discusión de un cese del fuego ‘más técnico’ que el primero, para anunciarlo antes de la primera vuelta. También ha avanzado en la discusión sobre cómo aterrizar la participación ciudadana (que es la prioridad del ELN) con criterios regionales y temáticos.
Sin embargo, por ahora no hay anuncios concretos de nada. Mientras tanto, en el debate electoral, ya tanto Iván Duque como Germán Vargas han dicho que si ganan acaban el proceso. Y el apoyo que tienen estas conversaciones, según la última Gallup Poll, es cada vez menor.
En este creciente cierre del espacio político para este proceso, el anuncio del presidente ecuatoriano de no solo quitarles la sede de negociación sino sobre todo su respaldo como garante no hace sino quitarle oxígeno a unas conversaciones que lo requieren más que nunca para sobrevivir la campaña electoral.
El Gobierno de la República del Ecuador ha tomado la decisión de terminar con su participación como garante y anfitrión de los diálogos de paz entre el Gobierno nacional de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) debido a la difícil situación que se presenta en la frontera norte.
El Gobierno de nuestra hermana República de Colombia ha comprendido las circunstancias que Ecuador enfrenta y que son las que le imposibilitan continuar con las acciones emprendidas.
El Gobierno ecuatoriano ratifica sus relaciones de amistad, cooperación y buena vecindad con el Gobierno y el pueblo de Colombia y augura que la paz completa y definitiva se haga realidad en este fraterno país.
El Gobierno de nuestra hermana República de Colombia ha comprendido las circunstancias que Ecuador enfrenta y que son las que le imposibilitan continuar con las acciones emprendidas.
El Gobierno ecuatoriano ratifica sus relaciones de amistad, cooperación y buena vecindad con el Gobierno y el pueblo de Colombia y augura que la paz completa y definitiva se haga realidad en este fraterno país.
19 de abril de 2018
ELN: Hay que persistir en buscar la salida política al conflicto
Los líderes insurgentes Pablo Beltrán y Aureliano Carbonell ofrecieron una entrevista exclusiva para teleSUR poco después de la decisión del presidente Lenín Moreno de suspender el papel de Ecuador como país mediador en el conflicto entre el ELN y el Gobierno colombiano. Pocas horas después de la decisión del presidente de Ecuador, Lenin Moreno, de suspender el papel mediador de Ecuador, en la Mesa entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), hablamos con los comandantes de esta organización insurgente, de manera exclusiva para Telesur, en Quito, sobre este y otros temas.
VD: Hubo un cambio en el equipo negociador del gobierno colombiano. ¿Hubo un cambio en la Mesa por la llegada de un nuevo equipo a la cabeza de Gustavo Bell? AC: Hemos captado que hay un cambio, hay una actitud más positiva, el contexto en que discurren las cosas tiene un ambiente de mayor cordialidad. Ya en cuanto al contenido de los temas que estamos tratando y las posibilidades de avanzar en ellos, pues en estos días estamos entrando en los puntos críticos y sería muy prematuro decir hasta dónde hay una situación más flexible. Pero pensamos que hay mayor interés, un espíritu más constructivo. En estos días eso se verá porque entraremos a tocar puntos fuertes sobre el nuevo cese y sobre el diseño de la participación de la sociedad. VD: El 7 de agosto de este año tomará posesión el nuevo gobierno que será próximamente elegido. ¿Ustedes qué aspiran a entregar al nuevo gobierno como avance? ¿Qué aspiran a dejar construido con el gobierno de Santos en el proceso de paz? PB: Traemos un acuerdo de avanzar, sobre todo en dos carriles: el Gran Diálogo Nacional y dejar un cese al fuego bilateral mucho mejor que el anterior. En eso está trabajando el V ciclo. Tenemos dos meses para avanzar, si se mantiene una buena disposición de ambas partes, estas metas se pueden lograr. AC: En términos de participación, lo que hemos hecho hasta ahora es evaluar los resultados de las audiencias preparatorias, intercambiamos la valoración y las conclusiones que cada uno había sacado. En eso hay puntos coincidentes, pero también hay puntos divergentes. En estos días ya entraremos a trabajar de lleno a trabajar en el modelo de participación de la sociedad. PB: En materia del cese al fuego, está la voluntad de pactar uno nuevo y mejor, basado en la experiencia anterior. Basados en la evaluación del cese anterior, ya tenemos unos puntos de coincidencia, de disenso y de aportes para el nuevo. Lo que viene ahora es meterle militares activos al tema y crear una comisión técnica. Faltan algunos detalles por terminar de pulir pero se va a entrar en una fase de diseño más operativa. VD: Se aproximan las elecciones y el país está altamente polarizado. ¿Qué piensa el ELN sobre la coyuntura y el panorama electoral actual? AC: En las elecciones parlamentarias (de marzo de 2018), vimos que se repite lo que siempre ha pasado en Colombia: la compra de votos, la maquinaria clientelista… ¿Qué vemos de positivo? Que juntando lo que es el Polo Democrático, Alianza Verde, los indígenas y lo que queda de las FARC, habría alrededor de 25 o 30 parlamentarios que no están en la tónica de los partidos tradicionales. Es un número muy pequeño, pero si se dedican a hacer denuncias y hacer una oposición de izquierda y de centro activa, y a relacionarse de manera dinámica con las luchas sociales y con lo que reclama la gente, pues eso puede ser positivo. En las elecciones presidenciales, vemos que hay un respaldo de los de arriba a los sectores más de ultraderecha: el candidato de Uribe y Vargas Lleras. Pues también vemos un fenómeno positivo en el país y es que una voz diferente a ellos ha generado expectativa, le ha ido bien en las plazas públicas y según los sondeos de opinión, tiene una situación favorable. Eso genera una tendencia que nosotros vemos que es positiva. Pero en este momento hay un dominio muy grande de la derecha y de la ultraderecha que frente al proceso de paz no quiere absolutamente nada, que no admite que el país cambie ni un milímetro. |
Pablo Beltrán: "En materia del cese al fuego, está la voluntad de pactar uno nuevo y mejor, basado en la experiencia anterior". | Foto: Víctor de Currea-Lugo
VD: ¿Cómo ven ustedes la detención de un líder del proceso de negociación Gobierno – FARC: Jesús Santrich? ¿Salpica eso la Mesa de Quito?
PB: Le pongo una comparación: viene un ciego y usted le tira una cáscara de banano y el ciego se cae. Y todo el mundo aplaude al que bota la cáscara. En ese punto está Colombia. Hay una conspiración para tender una trampa, y todo el mundo aplaude al que hace la trampa. Esa captura es un mensaje muy claro: una intromisión, de frente, del gobierno de los Estados Unidos para tirarse el proceso de paz. Y el gobierno de Santos aplaudiendo. VD: alguna gente se pregunta ¿Por qué el ELN no se levanta de la Mesa? PB: Eso no resuelve con eso, hay que persistir en buscar la salida política. Siempre habrá muchos adversarios, ¿qué adversario más grande que el gobierno de los Estados Unidos? Pero eso no importa, hay que persistir. VD: En estos días preocupa mucho la situación de la región colombiana de Catatumbo, donde ustedes han tenido enfrentamientos armados con la guerrilla del Ejército Popular de Liberación EPL ¿Qué balance hacen ustedes de esa coyuntura? PB: La situación es lamentable. Aquí hemos hecho esfuerzos en varias direcciones para tratar los problemas. Hemos tenido contactos con comunidades indígenas, campesinos, sectores políticos, la Gobernación (de Norte de Santander). Los problemas, así sean graves, hay que buscarles salidas negociadas. Allí hay comunidades muy organizadas, con unas normas de convivencia comunitaria y eso hay que respetarlo. Eso es una parte de la frontera que, por más que sea caliente o porosa, uno tiene que respetar los vecinos, no exportarles los problemas. Allá hay una zona de reserva forestal y eso hay que respetarlo, pero se está expendiendo los cultivos de coca inmisericordemente y se están tirando el resguardo indígena los que están promoviendo es multiplicación de los cultivos. Además, viene la tala y se está afectando el rio Catatumbo. A las autoridades indígenas no las están respetando. Nuestra posición: hay que respetar las normas comunitarias, las leyes y la autoridad indígena, hay que saber estar en la frontera y respetar a los vecinos, y hay que hacer acuerdos y cumplirlos. VD: ¿Qué sentimiento tienen hacia el Ecuador luego de la decisión del presidente Lenin Moreno de suspender su papel como garante? PB: Ecuador ha sido un muy buen garante desde la etapa de los diálogos confidenciales, ha sido sede de cinco ciclos de la fase pública, ha hecho esfuerzos muy importantes, pero ahora le dice a la Mesa que no pueden seguir con su papel de garantes. Es una decisión de ellos y la respetamos. Otra cosa es que compartamos los motivos que públicamente han dicho. Pero nosotros respetamos porque ha sido un muy buen país garante, ha dado todo su apoyo y nosotros frente a eso solo tenemos reconocimiento |
20 de abril de 2018
Ecuador: Lenín Moreno, el enemigo de la paz
Kaosenlared Por Patricio Mery Bell
Una nueva y oscura polémica se suma al desastroso palmarés que ostenta el ayudista de la cleptocracia derechista neoliberal ecuatoriana… Nos referimos a Lenín Moreno Garcés.
La paz es un bien intangible sobre el cual se construyen los demás valores sociales. En tal sentido Ecuador prestó sus buenos oficios para terminar con la violencia en Colombia a través de las conversaciones entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno de Santos.
Carondelet, sin consulta previa a las partes, ha tomado intempestivamente la decisión de restarse de tan noble causa. La excusa del gobierno de Moreno para tal dislate es el secuestro de tres periodistas y su asesinato por un supuesto grupo paramilitar liderado por un tal ”Guacho” en la frontera común de ambos países. La pregunta que nace a partir de esta mala argumentación, es qué tiene que ver el sapo con las lentejas. El ELN no tiene participación en los crímenes que sacuden al Ecuador. Es decir, que Moreno a pretexto de una tragedia de la cual debe dar muchas explicaciones, toma una resolución que termina con un proceso de conversaciones destinado a desarmar a los contrincantes en beneficio de la tranquilidad de la región. Esto equivale a que Cuba hubiera suspendido las conferencias de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC porque Estados Unidos mantiene un campo de torturas en Guantánamo, territorio usurpado a la Isla de Martí. El gobierno de Moreno, así como el diario El Comercio, deben dar algunas respuestas a la opinión pública, y, en especial, a los familiares de las víctimas: Javier Ortega, Paul Rivas y Efraín Segarra. Partamos con algunas preguntas: quién ordenó a los periodistas trasladarse a un lugar tan peligroso; quién eligió la fecha, los medios y los objetivos de ese trabajo periodístico; por qué la infantería de marina autorizó a los periodistas a entrar en una zona de combate; quién pidió esa autorización; con quién iban a entrevistarse los periodistas; quién estaba encargado de la seguridad de los mismos; por qué el gobierno mantuvo en secreto la identidad de los afectados y las circunstancias del secuestro durante tantos días evitando la movilización pública y la intervención de mediadores internacionales; quiénes fueron los negociadores del gobierno y qué se negociaba a cambio de la libertad de los periodistas; qué pedían los supuestos secuestradores; en qué contexto murieron los periodistas, es decir , fueron ejecutados o fueron acribillados en un asalto al campamento en que se encontraban (considerando la bala en un costado del cuerpo con que aparece una de las víctimas que está encadenada); cuál es el origen de las fotos de los cadáveres; quiénes fueron las últimas personas que vieron con vida a los periodistas antes de internarse en la |
zona del secuestro; cuál fue la última comunicación entre los periodistas y el diario El Comercio; por qué el gobierno y los diarios de derecha usan el secuestro y el crimen de los periodistas para pedir la vuelta de bases extranjeras al territorio ecuatoriano, lo que prohíbe expresamente la Constitución de 2008; porqué a los familiares se les excluyó del proceso de negociaciones para la liberación de las víctimas; qué agencia de inteligencia previó o alertó de los posibles atentados mientras la SENAIN -Secretaría Nacional de Inteligencia- se encuentra en proceso de disolución; y porqué la Asamblea Nacional no ha conformado una comisión investigadora que indague en audiencias públicas el proceder del gobierno, de la Policía y de las Fuerzas Armadas en este asunto, invitando a los familiares.
La falta de claridad sobre lo sucedido habla de la complicidad o de la manifiesta incompetencia de Moreno para mantener el orden y la seguridad pública de los ecuatorianos. Moreno está jugando con fuego. El Ecuador sabe de operaciones encubiertas de la CIA como de la traición de algunos de sus dirigentes. Usar un crimen tan atroz y cobarde para justificar la intervención de Estados Unidos en Ecuador, a través de bases militares o agencias de inteligencia, es una deslealtad con la Constitución y una canallada en contra de la dignidad ecuatoriana. Tampoco servirá para distraer de los paquetazos económicos en perjuicio de los más pobres. Romper el proceso de Paz entre el ELN y el gobierno de Colombia es otra canallada. |
Procuraduría:
Hay una intención de exterminar los procesos sociales que impulsan los líderes sociales
Hay una intención de exterminar los procesos sociales que impulsan los líderes sociales
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