El Sr. Jake Sullivan y una gran tradición americana
CIPI Dr. José Ramón Cabañas, Director CIPI 10 de noviembre de 2021
El 7 de noviembre pasado el Asesor de Seguridad Nacional del Presidente de los Estados Unidos, Jake Sullivan, fue cuestionado en un programa de CNN, en relación con la demora por parte de su jefe para cumplir promesas de la campaña electoral, respecto a las relaciones con Cuba.
La respuesta literal de Sullivan fue que “sobre Cuba, las cosas cambiaron un poco este año. En julio vimos unas protestas sustanciales, las más significativas en mucho tiempo. Y vimos una brutal represión por parte del gobierno que continúa hasta el día de hoy, mientras se sigue dictando sentencia contra algunos de esos manifestantes”.
Estas palabras merecen algunos comentarios. El primero es que el nuevo gobierno no hizo absolutamente nada sobre lo anunciado en la campaña electoral entre enero, en que tomó posesión, y el mes de julio, cuando sucedió lo que él llama “protestas sustanciales”. Biden ni siquiera dejó sin vigor aquellas medidas de Trump que se implantaron violando todas las sacrosantas reglas de consultas interagenciales, que deben hacerse antes de dar un paso en política exterior.
No pudieron “rectificar” siquiera el acto ilegal de Mike Pompeo de reincorporar a Cuba en la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo. Un acto que fue cometido con escalamiento, nocturnidad y alevosía.
Lo que sucedió en julio, que Sullivan considera como “significativo”, está directamente relacionado con algo que se llama bloqueo, que es genocida por naturaleza y que, en combinación letal con el desarrollo de la COVID19, hubiera hecho desaparecer del mapa a cualquier nación. Por mucho menos que eso Estados Unidos tuvo un 2020 de convulsiones sociales que estremecieron al país de un extremo a otro y el 6 de enero del 2021 se vivieron extremos en la vida de Washington DC, que aún están por comprenderse en su total magnitud.
El Sr Sullivan utilizó con toda intención (es parte del libreto) el adjetivo de “brutal”, para definir la forma en que las fuerzas del orden y el pueblo en general reaccionaron ante los hechos y trató de dar un sentido irreal de extensión en el tiempo de lo sucedido al decir “hasta el día de hoy”.
Llama la atención que este es el mismo funcionario que ha preparado las agendas del Presidente y el Secretario de Estado en visitas recientes de estos a países de la región latinoamericana que viven en un casi permanente estado de sitio o de excepción, donde hay desaparecidos, tumbas masivas y falsos positivos, donde se asesina a periodistas y líderes sociales, donde es difícil diferenciar los medios que utilizan las fuerzas policiales de los que usa el ejército, donde hay más corrupción que agua potable. Pero allí Sullivan se ha cuidado de recomendar el adjetivo “brutal”.
El Sr Sullivan, quizás sin proponérselo, ha hecho entrada triunfal en la larga lista de fabricantes de argumentos para dar cierto velo de justificación a la política de Estados Unidos contra Cuba. Hay que decir que es una vieja industria con productos notables, pero él ya tiene su lugar en una historia que comenzó 62 años atrás.
Cuando en abril de 1959 Fidel Castro salió de un encuentro personal con el entonces vicepresidente Richard Nixon ya su suerte estaba echada. El líder de la Revolución cubana había viajado a la capital estadounidense, no a buscar enemigos, sino a explicar por qué el pueblo cubano se había movilizado contra la tiranía de Fulgencio Batista. Pero al mandatario de la indiscutida potencia mundial le llamó la atención el fuerte sentido de dignidad del comandante guerrillero y sobre todo…que no le pedía absolutamente nada, ni becas, ni préstamos, ni reconocimiento. Nixon dejó escrito en su informe sobre la conversación que, de alguna manera, debían “deshacerse” de aquel dirigente tercermundista de nuevo tipo.
En realidad las intenciones de eliminar físicamente a Fidel eran anteriores a este encuentro y nunca se debatieron públicamente.
Pero con el surgimiento de un nuevo Estado cubano que predicaba ofrecer salud y educación para todos, que atacaba las diferencias y las manifestaciones racistas y que restructuraba la pirámide de la propiedad y la distribución de las riquezas, el esquema de dominación panamericano que Estados Unidos había diseñado para el hemisferio occidental sintió un estremecimiento. Ser distinto en esta zona del planeta, salirse del diseño de Washington, era un crimen que tenía serias consecuencias.
Para demonizar a la Revolución cubana Estados Unidos utilizaría todas sus herramientas, tanto fuera para convencer a los propios cubanos de que el nuevo proceso era nocivo, como para crear rechazo entre los estadounidenses y otros gobiernos y pueblos del mundo.
Algún día uno o varios autores redactarán una documento preciso y ordenarán todas los argumentos fabricados por las agencias federales estadounidenses para justificar acciones de enfrentamiento hacia Cuba, pero no sería un error mencionar entre uno de los primeros de aquellos el de las nacionalizaciones de empresas extranjeras radicadas en Cuba.
Era prácticamente imposible para la Revolución cubana cambiara el estado de cosas existente en el país sin redistribuir la riqueza que se generaba en la Isla, dominada por el latifundio y las transnacionales estadounidenses y de otras potencias. Más aún si desde aquellas empresas se comenzaba a conspirar y a atentar contra los cambios que se ponían en vigor.
El gobierno revolucionario, actuando desde la ley, previó esquemas de compensación para las empresas y países que eran objeto de las nacionalizaciones, que fueron cumplidos escrupulosamente, excepto para el caso de Estados Unidos, país que actuó contra los fondos (cuota azucarera) que generaría los ingresos que permitirían compensar.
La supuesta afectación a Estados Unidos por el proceso de nacionalizaciones en Cuba ha estado desde entonces formando parte del andamiaje de argumentos que se ha utilizado para justificar la política de bloqueo, pero es esencialmente fabricado. Su constante reiteración ha hecho incluso que una apreciable cantidad de cubanos emigrados hayan asumido dicha narrativa para justificar su propia decisión de abandonar el país. Si en el Sur de la Florida residieran efectivamente tantos ex propietarios de tierras y grandes negocios, Cuba sería del tamaño de Australia, o más.
En la medida en que Estados Unidos fue cerrando gradualmente las opciones económicas para Cuba y que esta fue buscando alternativas en otros destinos, entonces comenzaron a aparecer las condenas ideológicas que se cuestionaban el acercamiento a naciones “extracontinentales” como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la República Popular China. Estas asociaciones son las que se citan expresamente en la directiva presidencial 3447 de John Kennedy para declarar el bloqueo a Cuba, el mismo que se mantiene en pie hasta hoy, a pesar de que la URSS se extinguió hace 30 años y de que China es el principal socio comercial de los Estados Unidos de América de las últimas dos décadas.
El miedo a la “influencia comunista” sirvió de impulso tanto a la operación Peter Pan, por la que emigraron 14 000 menores no acompañados a Estados Unidos; hasta el proselitismo político y las acciones armadas de los “alzados” del Escambray y otras zonas montañosas de la Isla que cobraron la vida de más de 600 cubanos en los años 60 del siglo XX.
Después de la derrota militar en Playa Girón y de la solución negociada de la Crisis de Octubre, la Casa Blanca puso todos sus esfuerzos en aislar a Cuba de los gobiernos de los países latinoamericanos y caribeños. Si bien la mayoría de ellos rompió las relaciones diplomáticas con La Habana, en sentido contrario se multiplicaron los vínculos con fuerzas políticas progresistas de toda la zona con la Revolución. Dirigentes y miembros de base de diversas organizaciones vinieron hasta la Isla para conocer cómo los pobres podrían labrar sus propios destinos en una versión tropical. Cada cual regresó a su lugar de origen con su propia de idea de cómo replicar la experiencia cubana según las características de su nación. A eso la Casa Blanca le llamó en su momento “exportación de la Revolución”, que tenía un matiz de algo ilegal para aquellos que estaban acostumbrados a la “imposición del capitalismo”.
Para los planeadores del Pentágono y la CIA, la Revolución Sandinista, las luchas populares en Guatemala, El Salvador, la victoria del movimiento Nueva Joya en Granada no se explicaban porque la gente se cansaba de ser explotada, o porque aspiraran a un mundo mejor, sino por “la maligna influencia cubana”.
Durante todos los años en que la “presencia militar cubana en África” fue el slogan del Departamento de Estado para tratar de aislar a Cuba, esa misma agencia no tuvo reparos para desarrollar la teoría del “compromiso constructivo” con las autoridades del Apartheid y mantener a Nelson Mandela en la lista de terroristas con acceso prohibido a la “tierra de los libres”. Cuando el líder sudafricano se convirtió para todo el mundo en un faro de libertad, Washington intentó cambiar el libreto e incluso le cuestionó las relaciones con La Habana. Aún le duele a algunos que la paz definitiva para la región del África Sudoccidental se firmó en el corazón de Manhattan con la presencia, entre otros, de los victoriosos representantes cubanos en traje de gala y con todas sus condecoraciones.
Cuando desaparecieron la Unión Soviética y el campo socialista se escuchó un “ahora sí” colectivo en inglés, pues desde Harvard hasta Oxford todos los estudios de prospectiva indicaban que Cuba no se podría mantener por sus propios pies. En lugar de tender puentes, Washington se dispuso (como ahora) a recrudecer el bloqueo, con la aprobación de la llamada Ley Torricelli.
Era obvio que la pérdida del 85% del comercio de exterior y una reducción del 35% en PIB en Cuba tenía que traer consigo alguna consecuencia social, que se expresó entre otras manifestaciones en el aumento del potencial migratorio cubano.
A la altura de 1995, cuando crecía el reconocimiento a Cuba por la heroicidad de resistir y vencer en condiciones únicas, comenzó a circular en el congreso estadounidense el borrador de lo que después se conocería como Ley Helms Burton. Sus patrocinadores encontraban cada vez más dificultades en convencer a otros de que Cuba era un “peligro”. Pero entonces vino la provocación del 24 de febrero de 1996 y el debate se extinguió, la atmosfera se enrareció y el tema cubano volvió a convertirse en tóxico.
A partir de 1998 comenzaron a soplar otros vientos en América Latina con el ascenso al poder de la Revolución Bolivariana, que continuaron con la elección a la presidencia de líderes como Rafael Correa, Nestor Kirchner, Luis Ignacio da Silva, Evo Morales, Daniel Ortega, Pepe Mujica, con la consolidación del CARICOM como ente de integración y finalmente con la extinción del Grupo de Río y creación de la CELAC.
La fábrica de argumentos de Washington tuvo por entonces sus problemitas de calidad en la producción de nuevas razones para aislar a Cuba, al extremo de que en el 2009 la OEA revirtió el acuerdo por el cual suspendía los derechos de la Isla. Es decir el panamericanismo reconocía un error de más de 40 años de antigüedad.
La historia más reciente es más conocida. Pero vale la pena destacar que aún bajo las condiciones de la presidencia de Barack Obama se fabricaron razones para postergar los cambios en la relación con Cuba. Durante cinco años el nombre de un “contratista” de la USAID que vino a la Isla a ayudar a subvertir el orden interno con dinero federal se convirtió en titulares y en un valladar para el acercamiento bilateral, que se desvaneció simplemente cuando se manifestó la voluntad política para avanzar. Y esa sería una de las grandes lecciones del momento: cuando desde lo más alto del poder ejecutivo estadounidense existe la disposición para dar pasos en la política exterior (en un sentido o en otro) los argumentos que hasta entonces se esgrimían para no hacerlo pasan a un segundo plano y la fábrica de excusas cesa su producción.
Con la regresión simbolizada por la marca Trump volvimos al estado de cosas que conocemos mejor. Pero es aún útil escarbar en dos de los más publicados argumentos para atacar a Cuba, antes del aporte de Sullivan.
Coincidiendo justo con la elección del magnate (más pretensión que realidad) inmobiliario, que tendría la misión de destruir todo lo que tuviera la firma del primer presidente afro descendiente de Estados Unidos, un oficial encubierto de la CIA en La Habana reportó desde su cama unos síntomas de salud que rápidamente saltaron a otros oficiales de similar origen. A las pocas semanas los directivos del Departamento de Estado incorporaron el término “ataques sónicos” a su jerga diaria, hasta que fue “filtrado” a la prensa a mediados del 2017. La narración, sin aporte de ninguna evidencia, tuvo un desarrollo exponencial, causando la envidia de series televisivas como “Juego de Tronos” y desviando la atención de cónclaves que se dedican al estudio riguroso de los OVNIs.
A pesar de todas las contradicciones en la dramaturgia y en el libreto, los síntomas que primero se generaron supuestamente por el uso de sonidos y después por microondas, dieron cuerpo a un política que no solo congeló las acciones y la cooperación en un sin número de áreas en la relación bilateral con Cuba, sino que fueron la base para justificar una buena parte de las 243 medidas de reforzamiento del bloqueo que implantaron desde el Ejecutivo contra Cuba.
Con la misma velocidad que llegó John Bolton a la silla (esperemos que no sea la misma) que ocupa hoy Sullivan, a finales del 2018, apareció otro esqueleto en el baúl de los argumentos contra Cuba. De la noche a la mañana se reportaba la “presencia de 20 mil efectivos militares cubanos en Venezuela”. En momentos en que Bolton y otro personaje venido del más allá (Elliott Abrams) tenían que explicar ante sus jefes y ante el público que el gobierno del Presidente Nicolás Maduro permanecía en el poder a pesar de las guarimbas, el robo de fondos, los atentados contra su vida y otros planes maquiavélicos, había que echar mano de un patronímico que había sido demonizado durante años ante un público que estaba dispuesto a creer tal “razón”. Los “cubanos estaban detrás de todo lo que se mueve en Caracas”, no importaba la férrea resistencia del pueblo venezolano, ni la capacidad de sus dirigentes.
Pero en honor a la verdad hay que reconocer al equipo de Biden que si bien ha asumido con cierta reserva y sin saber cómo manejar el asunto de “los incidentes de salud (ahora) no identificados”, no se han atrevido a volver sobre la historia de los “20 000 militares cubanos en Venezuela”, mientras conspiran alrededor de la aún posible negociación entre el gobierno y la oposición (organizada o no) venezolana.
Este es un resumen muy aprisa sobre la gran tradición americana a la que se acaba de sumar Sullivan por la puerta ancha. En la época de las etiquetas, los seguidores y los likes, se requiere de mucha menos capacidad intelectual para inventar pretextos y articular campañas, de hecho hay algunos que lo hacen solo con dos pulgares, un grupo de crédulos y contando con buenas relaciones en las directivas de las plataformas digitales.
No obstante, la experiencia prevalece: mientras más pretextos, menos voluntad política… y también viceversa.
La respuesta literal de Sullivan fue que “sobre Cuba, las cosas cambiaron un poco este año. En julio vimos unas protestas sustanciales, las más significativas en mucho tiempo. Y vimos una brutal represión por parte del gobierno que continúa hasta el día de hoy, mientras se sigue dictando sentencia contra algunos de esos manifestantes”.
Estas palabras merecen algunos comentarios. El primero es que el nuevo gobierno no hizo absolutamente nada sobre lo anunciado en la campaña electoral entre enero, en que tomó posesión, y el mes de julio, cuando sucedió lo que él llama “protestas sustanciales”. Biden ni siquiera dejó sin vigor aquellas medidas de Trump que se implantaron violando todas las sacrosantas reglas de consultas interagenciales, que deben hacerse antes de dar un paso en política exterior.
No pudieron “rectificar” siquiera el acto ilegal de Mike Pompeo de reincorporar a Cuba en la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo. Un acto que fue cometido con escalamiento, nocturnidad y alevosía.
Lo que sucedió en julio, que Sullivan considera como “significativo”, está directamente relacionado con algo que se llama bloqueo, que es genocida por naturaleza y que, en combinación letal con el desarrollo de la COVID19, hubiera hecho desaparecer del mapa a cualquier nación. Por mucho menos que eso Estados Unidos tuvo un 2020 de convulsiones sociales que estremecieron al país de un extremo a otro y el 6 de enero del 2021 se vivieron extremos en la vida de Washington DC, que aún están por comprenderse en su total magnitud.
El Sr Sullivan utilizó con toda intención (es parte del libreto) el adjetivo de “brutal”, para definir la forma en que las fuerzas del orden y el pueblo en general reaccionaron ante los hechos y trató de dar un sentido irreal de extensión en el tiempo de lo sucedido al decir “hasta el día de hoy”.
Llama la atención que este es el mismo funcionario que ha preparado las agendas del Presidente y el Secretario de Estado en visitas recientes de estos a países de la región latinoamericana que viven en un casi permanente estado de sitio o de excepción, donde hay desaparecidos, tumbas masivas y falsos positivos, donde se asesina a periodistas y líderes sociales, donde es difícil diferenciar los medios que utilizan las fuerzas policiales de los que usa el ejército, donde hay más corrupción que agua potable. Pero allí Sullivan se ha cuidado de recomendar el adjetivo “brutal”.
El Sr Sullivan, quizás sin proponérselo, ha hecho entrada triunfal en la larga lista de fabricantes de argumentos para dar cierto velo de justificación a la política de Estados Unidos contra Cuba. Hay que decir que es una vieja industria con productos notables, pero él ya tiene su lugar en una historia que comenzó 62 años atrás.
Cuando en abril de 1959 Fidel Castro salió de un encuentro personal con el entonces vicepresidente Richard Nixon ya su suerte estaba echada. El líder de la Revolución cubana había viajado a la capital estadounidense, no a buscar enemigos, sino a explicar por qué el pueblo cubano se había movilizado contra la tiranía de Fulgencio Batista. Pero al mandatario de la indiscutida potencia mundial le llamó la atención el fuerte sentido de dignidad del comandante guerrillero y sobre todo…que no le pedía absolutamente nada, ni becas, ni préstamos, ni reconocimiento. Nixon dejó escrito en su informe sobre la conversación que, de alguna manera, debían “deshacerse” de aquel dirigente tercermundista de nuevo tipo.
En realidad las intenciones de eliminar físicamente a Fidel eran anteriores a este encuentro y nunca se debatieron públicamente.
Pero con el surgimiento de un nuevo Estado cubano que predicaba ofrecer salud y educación para todos, que atacaba las diferencias y las manifestaciones racistas y que restructuraba la pirámide de la propiedad y la distribución de las riquezas, el esquema de dominación panamericano que Estados Unidos había diseñado para el hemisferio occidental sintió un estremecimiento. Ser distinto en esta zona del planeta, salirse del diseño de Washington, era un crimen que tenía serias consecuencias.
Para demonizar a la Revolución cubana Estados Unidos utilizaría todas sus herramientas, tanto fuera para convencer a los propios cubanos de que el nuevo proceso era nocivo, como para crear rechazo entre los estadounidenses y otros gobiernos y pueblos del mundo.
Algún día uno o varios autores redactarán una documento preciso y ordenarán todas los argumentos fabricados por las agencias federales estadounidenses para justificar acciones de enfrentamiento hacia Cuba, pero no sería un error mencionar entre uno de los primeros de aquellos el de las nacionalizaciones de empresas extranjeras radicadas en Cuba.
Era prácticamente imposible para la Revolución cubana cambiara el estado de cosas existente en el país sin redistribuir la riqueza que se generaba en la Isla, dominada por el latifundio y las transnacionales estadounidenses y de otras potencias. Más aún si desde aquellas empresas se comenzaba a conspirar y a atentar contra los cambios que se ponían en vigor.
El gobierno revolucionario, actuando desde la ley, previó esquemas de compensación para las empresas y países que eran objeto de las nacionalizaciones, que fueron cumplidos escrupulosamente, excepto para el caso de Estados Unidos, país que actuó contra los fondos (cuota azucarera) que generaría los ingresos que permitirían compensar.
La supuesta afectación a Estados Unidos por el proceso de nacionalizaciones en Cuba ha estado desde entonces formando parte del andamiaje de argumentos que se ha utilizado para justificar la política de bloqueo, pero es esencialmente fabricado. Su constante reiteración ha hecho incluso que una apreciable cantidad de cubanos emigrados hayan asumido dicha narrativa para justificar su propia decisión de abandonar el país. Si en el Sur de la Florida residieran efectivamente tantos ex propietarios de tierras y grandes negocios, Cuba sería del tamaño de Australia, o más.
En la medida en que Estados Unidos fue cerrando gradualmente las opciones económicas para Cuba y que esta fue buscando alternativas en otros destinos, entonces comenzaron a aparecer las condenas ideológicas que se cuestionaban el acercamiento a naciones “extracontinentales” como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la República Popular China. Estas asociaciones son las que se citan expresamente en la directiva presidencial 3447 de John Kennedy para declarar el bloqueo a Cuba, el mismo que se mantiene en pie hasta hoy, a pesar de que la URSS se extinguió hace 30 años y de que China es el principal socio comercial de los Estados Unidos de América de las últimas dos décadas.
El miedo a la “influencia comunista” sirvió de impulso tanto a la operación Peter Pan, por la que emigraron 14 000 menores no acompañados a Estados Unidos; hasta el proselitismo político y las acciones armadas de los “alzados” del Escambray y otras zonas montañosas de la Isla que cobraron la vida de más de 600 cubanos en los años 60 del siglo XX.
Después de la derrota militar en Playa Girón y de la solución negociada de la Crisis de Octubre, la Casa Blanca puso todos sus esfuerzos en aislar a Cuba de los gobiernos de los países latinoamericanos y caribeños. Si bien la mayoría de ellos rompió las relaciones diplomáticas con La Habana, en sentido contrario se multiplicaron los vínculos con fuerzas políticas progresistas de toda la zona con la Revolución. Dirigentes y miembros de base de diversas organizaciones vinieron hasta la Isla para conocer cómo los pobres podrían labrar sus propios destinos en una versión tropical. Cada cual regresó a su lugar de origen con su propia de idea de cómo replicar la experiencia cubana según las características de su nación. A eso la Casa Blanca le llamó en su momento “exportación de la Revolución”, que tenía un matiz de algo ilegal para aquellos que estaban acostumbrados a la “imposición del capitalismo”.
Para los planeadores del Pentágono y la CIA, la Revolución Sandinista, las luchas populares en Guatemala, El Salvador, la victoria del movimiento Nueva Joya en Granada no se explicaban porque la gente se cansaba de ser explotada, o porque aspiraran a un mundo mejor, sino por “la maligna influencia cubana”.
Durante todos los años en que la “presencia militar cubana en África” fue el slogan del Departamento de Estado para tratar de aislar a Cuba, esa misma agencia no tuvo reparos para desarrollar la teoría del “compromiso constructivo” con las autoridades del Apartheid y mantener a Nelson Mandela en la lista de terroristas con acceso prohibido a la “tierra de los libres”. Cuando el líder sudafricano se convirtió para todo el mundo en un faro de libertad, Washington intentó cambiar el libreto e incluso le cuestionó las relaciones con La Habana. Aún le duele a algunos que la paz definitiva para la región del África Sudoccidental se firmó en el corazón de Manhattan con la presencia, entre otros, de los victoriosos representantes cubanos en traje de gala y con todas sus condecoraciones.
Cuando desaparecieron la Unión Soviética y el campo socialista se escuchó un “ahora sí” colectivo en inglés, pues desde Harvard hasta Oxford todos los estudios de prospectiva indicaban que Cuba no se podría mantener por sus propios pies. En lugar de tender puentes, Washington se dispuso (como ahora) a recrudecer el bloqueo, con la aprobación de la llamada Ley Torricelli.
Era obvio que la pérdida del 85% del comercio de exterior y una reducción del 35% en PIB en Cuba tenía que traer consigo alguna consecuencia social, que se expresó entre otras manifestaciones en el aumento del potencial migratorio cubano.
A la altura de 1995, cuando crecía el reconocimiento a Cuba por la heroicidad de resistir y vencer en condiciones únicas, comenzó a circular en el congreso estadounidense el borrador de lo que después se conocería como Ley Helms Burton. Sus patrocinadores encontraban cada vez más dificultades en convencer a otros de que Cuba era un “peligro”. Pero entonces vino la provocación del 24 de febrero de 1996 y el debate se extinguió, la atmosfera se enrareció y el tema cubano volvió a convertirse en tóxico.
A partir de 1998 comenzaron a soplar otros vientos en América Latina con el ascenso al poder de la Revolución Bolivariana, que continuaron con la elección a la presidencia de líderes como Rafael Correa, Nestor Kirchner, Luis Ignacio da Silva, Evo Morales, Daniel Ortega, Pepe Mujica, con la consolidación del CARICOM como ente de integración y finalmente con la extinción del Grupo de Río y creación de la CELAC.
La fábrica de argumentos de Washington tuvo por entonces sus problemitas de calidad en la producción de nuevas razones para aislar a Cuba, al extremo de que en el 2009 la OEA revirtió el acuerdo por el cual suspendía los derechos de la Isla. Es decir el panamericanismo reconocía un error de más de 40 años de antigüedad.
La historia más reciente es más conocida. Pero vale la pena destacar que aún bajo las condiciones de la presidencia de Barack Obama se fabricaron razones para postergar los cambios en la relación con Cuba. Durante cinco años el nombre de un “contratista” de la USAID que vino a la Isla a ayudar a subvertir el orden interno con dinero federal se convirtió en titulares y en un valladar para el acercamiento bilateral, que se desvaneció simplemente cuando se manifestó la voluntad política para avanzar. Y esa sería una de las grandes lecciones del momento: cuando desde lo más alto del poder ejecutivo estadounidense existe la disposición para dar pasos en la política exterior (en un sentido o en otro) los argumentos que hasta entonces se esgrimían para no hacerlo pasan a un segundo plano y la fábrica de excusas cesa su producción.
Con la regresión simbolizada por la marca Trump volvimos al estado de cosas que conocemos mejor. Pero es aún útil escarbar en dos de los más publicados argumentos para atacar a Cuba, antes del aporte de Sullivan.
Coincidiendo justo con la elección del magnate (más pretensión que realidad) inmobiliario, que tendría la misión de destruir todo lo que tuviera la firma del primer presidente afro descendiente de Estados Unidos, un oficial encubierto de la CIA en La Habana reportó desde su cama unos síntomas de salud que rápidamente saltaron a otros oficiales de similar origen. A las pocas semanas los directivos del Departamento de Estado incorporaron el término “ataques sónicos” a su jerga diaria, hasta que fue “filtrado” a la prensa a mediados del 2017. La narración, sin aporte de ninguna evidencia, tuvo un desarrollo exponencial, causando la envidia de series televisivas como “Juego de Tronos” y desviando la atención de cónclaves que se dedican al estudio riguroso de los OVNIs.
A pesar de todas las contradicciones en la dramaturgia y en el libreto, los síntomas que primero se generaron supuestamente por el uso de sonidos y después por microondas, dieron cuerpo a un política que no solo congeló las acciones y la cooperación en un sin número de áreas en la relación bilateral con Cuba, sino que fueron la base para justificar una buena parte de las 243 medidas de reforzamiento del bloqueo que implantaron desde el Ejecutivo contra Cuba.
Con la misma velocidad que llegó John Bolton a la silla (esperemos que no sea la misma) que ocupa hoy Sullivan, a finales del 2018, apareció otro esqueleto en el baúl de los argumentos contra Cuba. De la noche a la mañana se reportaba la “presencia de 20 mil efectivos militares cubanos en Venezuela”. En momentos en que Bolton y otro personaje venido del más allá (Elliott Abrams) tenían que explicar ante sus jefes y ante el público que el gobierno del Presidente Nicolás Maduro permanecía en el poder a pesar de las guarimbas, el robo de fondos, los atentados contra su vida y otros planes maquiavélicos, había que echar mano de un patronímico que había sido demonizado durante años ante un público que estaba dispuesto a creer tal “razón”. Los “cubanos estaban detrás de todo lo que se mueve en Caracas”, no importaba la férrea resistencia del pueblo venezolano, ni la capacidad de sus dirigentes.
Pero en honor a la verdad hay que reconocer al equipo de Biden que si bien ha asumido con cierta reserva y sin saber cómo manejar el asunto de “los incidentes de salud (ahora) no identificados”, no se han atrevido a volver sobre la historia de los “20 000 militares cubanos en Venezuela”, mientras conspiran alrededor de la aún posible negociación entre el gobierno y la oposición (organizada o no) venezolana.
Este es un resumen muy aprisa sobre la gran tradición americana a la que se acaba de sumar Sullivan por la puerta ancha. En la época de las etiquetas, los seguidores y los likes, se requiere de mucha menos capacidad intelectual para inventar pretextos y articular campañas, de hecho hay algunos que lo hacen solo con dos pulgares, un grupo de crédulos y contando con buenas relaciones en las directivas de las plataformas digitales.
No obstante, la experiencia prevalece: mientras más pretextos, menos voluntad política… y también viceversa.
"Los Pandora Papers se quedaron cortos con ésta señora! Aquí hay calibre y del bueno.
Una de las reclutadoras de Yunior García acaba de hacer su entrada dramática y con aportes considerables.
Resulta que Laura Tedesco, Vicedecana de Humanidades y Ciencias Sociales en la Saint Louis University-Madrid Campus y codirectora del proyecto "Tiempo de Cambios para Cuba" comienza a arrojar luces sobre los puntos grises que quedaban por descubrir del proceso de formación de Yunior García. Mucho se ha hablado ya de todo esto así que vamos a concentranos en las revelaciones de la teacher. Ok?"
Continua...
Una de las reclutadoras de Yunior García acaba de hacer su entrada dramática y con aportes considerables.
Resulta que Laura Tedesco, Vicedecana de Humanidades y Ciencias Sociales en la Saint Louis University-Madrid Campus y codirectora del proyecto "Tiempo de Cambios para Cuba" comienza a arrojar luces sobre los puntos grises que quedaban por descubrir del proceso de formación de Yunior García. Mucho se ha hablado ya de todo esto así que vamos a concentranos en las revelaciones de la teacher. Ok?"
Continua...
*Resumen del encuentro del Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, con el Cuerpo Diplomático acreditado en Cuba.*
9 de noviembre de 2021
La Habana
Para el 15 de noviembre se ha desatado la poderosa maquinaria propagandística que intenta mostrar un escenario en el mundo virtual, con independencia de lo que ocurra ese día en la vida real.
El eje central, el libreto que sigue el gobierno de EEUU, es tratar de mostrar a Cuba como un estado fallido, intento desesperado y tonto.
Es una operación de desestabilización diseñada en Washington, con recursos financieros y materiales que facilita ese gobierno, con operadores que residen en territorio de los EEUU y agentes a su servicio en Cuba, y con prácticas y modalidades comunicacionales que en años recientes caracterizan al tóxico escenario político y electoral estadounidense.
Desde el anuncio de la marcha, el 22 de septiembre, hasta hoy, se han producido 29 declaraciones de voceros oficiales y de los congresistas Marco Rubio, Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar.
No puede el gobierno cubano, sin faltar a sus obligaciones fundamentales, permitir que EEUU organice y promueva una provocación de esas características. Se lo hemos dicho clara y directamente al gobierno estadounidense, de forma pública y por los canales oficiales.
Hace apenas unas semanas, se reveló el paquete de subsidios de la agencia federal USAID a 12 organizaciones que operan en Florida, Washington y Madrid en el negocio de la industria anticubana. Este paquete de 6,669,000 millones de dólares, que debe ser solo una pequeña muestra de los montos liberados por el gobierno federal, fue adjudicado en fecha tan reciente como septiembre de 2021.
No existe derecho alguno, a nivel internacional, ni en la legislación nacional cubana, que avale la práctica estadounidense de financiar acciones e individuos para atentar contra el orden constitucional y el derecho de los cubanos a paz y la tranquilidad.
Resulta llamativo que ante el previsible fracaso de movilizar al pueblo cubano se pretende ahora tratar de movilizar acciones en otras partes del mundo. Hay amenazas contra las Embajadas cubanas y no es que se trate de que sean grupos representativos o numerosos. Un solo un individuo, el 30 de abril de 2020, atacó a tiros con un arma de asalto a la Embajada de Cuba en Washington, en una calle céntrica de esa ciudad.
Se han producido más de 60 sanciones durante la pandemia, haciendo más genocida y extraterritorial el bloqueo de EE.UU. a Cuba
Cuba tiene el derecho de protegerse frente a la agresión de EEUU y el deber de salvaguardar la paz, la estabilidad y la tranquilidad que EEUU desea alterar.
Hoy debo informar que grupos privados que se han establecido en Facebook, no solo realizan actividades ilegales en violación de las leyes cubanas, incluso en la violación de las políticas de las propias políticas de comunidad de la plataforma. Simulan la presencia masiva en Cuba de personas que se sabe que radican fuera de nuestro país, fundamentalmente. Como ha ocurrido ya en otras partes del mundo, Facebook puede ser demandada por estas prácticas contra Cuba.
Estamos seguros de que la mayoría de la comunidad internacional respalda el derecho de Cuba a resolver sus problemas en paz; a superar los desafíos económicos que dificultan la vida cotidiana de la familia cubana, sin intromisión ni agresión extranjera; a impulsar las transformaciones económicas que nos hemos propuesto, sin obstáculos artificiales; a disfrutar el momento en que el país se abre, tras superar la peor etapa de la pandemia.
La política de EE.UU. contra Cuba está destinada al fracaso. Despierten de ese sueño. No va a suceder. No ha funcionado, no funciona y no funcionará jamás.
9 de noviembre de 2021
La Habana
Para el 15 de noviembre se ha desatado la poderosa maquinaria propagandística que intenta mostrar un escenario en el mundo virtual, con independencia de lo que ocurra ese día en la vida real.
El eje central, el libreto que sigue el gobierno de EEUU, es tratar de mostrar a Cuba como un estado fallido, intento desesperado y tonto.
Es una operación de desestabilización diseñada en Washington, con recursos financieros y materiales que facilita ese gobierno, con operadores que residen en territorio de los EEUU y agentes a su servicio en Cuba, y con prácticas y modalidades comunicacionales que en años recientes caracterizan al tóxico escenario político y electoral estadounidense.
Desde el anuncio de la marcha, el 22 de septiembre, hasta hoy, se han producido 29 declaraciones de voceros oficiales y de los congresistas Marco Rubio, Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar.
No puede el gobierno cubano, sin faltar a sus obligaciones fundamentales, permitir que EEUU organice y promueva una provocación de esas características. Se lo hemos dicho clara y directamente al gobierno estadounidense, de forma pública y por los canales oficiales.
Hace apenas unas semanas, se reveló el paquete de subsidios de la agencia federal USAID a 12 organizaciones que operan en Florida, Washington y Madrid en el negocio de la industria anticubana. Este paquete de 6,669,000 millones de dólares, que debe ser solo una pequeña muestra de los montos liberados por el gobierno federal, fue adjudicado en fecha tan reciente como septiembre de 2021.
No existe derecho alguno, a nivel internacional, ni en la legislación nacional cubana, que avale la práctica estadounidense de financiar acciones e individuos para atentar contra el orden constitucional y el derecho de los cubanos a paz y la tranquilidad.
Resulta llamativo que ante el previsible fracaso de movilizar al pueblo cubano se pretende ahora tratar de movilizar acciones en otras partes del mundo. Hay amenazas contra las Embajadas cubanas y no es que se trate de que sean grupos representativos o numerosos. Un solo un individuo, el 30 de abril de 2020, atacó a tiros con un arma de asalto a la Embajada de Cuba en Washington, en una calle céntrica de esa ciudad.
Se han producido más de 60 sanciones durante la pandemia, haciendo más genocida y extraterritorial el bloqueo de EE.UU. a Cuba
Cuba tiene el derecho de protegerse frente a la agresión de EEUU y el deber de salvaguardar la paz, la estabilidad y la tranquilidad que EEUU desea alterar.
Hoy debo informar que grupos privados que se han establecido en Facebook, no solo realizan actividades ilegales en violación de las leyes cubanas, incluso en la violación de las políticas de las propias políticas de comunidad de la plataforma. Simulan la presencia masiva en Cuba de personas que se sabe que radican fuera de nuestro país, fundamentalmente. Como ha ocurrido ya en otras partes del mundo, Facebook puede ser demandada por estas prácticas contra Cuba.
Estamos seguros de que la mayoría de la comunidad internacional respalda el derecho de Cuba a resolver sus problemas en paz; a superar los desafíos económicos que dificultan la vida cotidiana de la familia cubana, sin intromisión ni agresión extranjera; a impulsar las transformaciones económicas que nos hemos propuesto, sin obstáculos artificiales; a disfrutar el momento en que el país se abre, tras superar la peor etapa de la pandemia.
La política de EE.UU. contra Cuba está destinada al fracaso. Despierten de ese sueño. No va a suceder. No ha funcionado, no funciona y no funcionará jamás.
11 de noviembre de 2021
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12 de noviembre de 2021
13 de noviembre de 2021
14 de noviembre de 2021
15 de noviembre de 2021
16 de noviembre de 2021
17 de noviembre de 2021
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"El principal líder de la plataforma opositora cubana Archipiélago, Yunior García, convocante de la frustrada marcha cívica por el cambio del pasado 15 de noviembre, llegó el miércoles a España, según informó la agencia Europa Press y confirmaron a EL PAÍS fuentes diplomáticas españolas, que señalaron que su salida del país fue 'a petición propia'. El propio García ha confirmado que se encuentra en España con un mensaje en su cuenta de Facebook: 'Llegamos a España, vivos, sanos y con las ideas intactas'.
La noticia sorprendió a la plataforma Archipiélago, que este miércoles en su página de Facebook consideraba al activista desaparecido después de que uno de sus miembros acudiera a su casa y nadie respondiera a la puerta. Fuentes diplomáticas indicaron que desde hace días se estaban haciendo discretas gestiones para el viaje de García.
El opositor voló a Madrid el martes en un vuelo de Iberia en compañía de su esposa, Dayana Prieto.
El Gobierno cubano ha negado cualquier tipo de acuerdo entre La Habana y Madrid para facilitar la salida del disidente de la isla, informa la agencia Efe. Un representante gubernamental aseguró que las autoridades cubanas 'no tienen nada que ver' con el viaje y consideró que el activista habría tramitado el visado de turista por su cuenta".
La noticia sorprendió a la plataforma Archipiélago, que este miércoles en su página de Facebook consideraba al activista desaparecido después de que uno de sus miembros acudiera a su casa y nadie respondiera a la puerta. Fuentes diplomáticas indicaron que desde hace días se estaban haciendo discretas gestiones para el viaje de García.
El opositor voló a Madrid el martes en un vuelo de Iberia en compañía de su esposa, Dayana Prieto.
El Gobierno cubano ha negado cualquier tipo de acuerdo entre La Habana y Madrid para facilitar la salida del disidente de la isla, informa la agencia Efe. Un representante gubernamental aseguró que las autoridades cubanas 'no tienen nada que ver' con el viaje y consideró que el activista habría tramitado el visado de turista por su cuenta".
*2019*
"El expresidente español Felipe González inauguró el taller 'Diálogos sobre Cuba', un evento de dos días centrado en examinar el papel que las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) podrían desempeñar en el futuro político de la isla. Organizado por la Decana Asociada de Humanidades y Ciencias Sociales, Dra. Laura Tedesco, el evento reunió a activistas cubanos con políticos y académicos de España, Argentina, Estados Unidos y Chile.
Los oradores incluyeron a Tedesco, Dr. Rut Diamint (Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires), Marcos Robledo (exsecretario de Defensa de Chile), Richard Youngs (Carnegie Endowment for International Peace, Washington), Rafael Martínez (Universidad de Barcelona) y el activista cubano, Manuel Cuesta Morúa (Otro 18, Cuba).
Los activistas cubanos presentes representaron una variedad de profesiones involucradas en la sociedad civil independiente de Cuba. Dos han solicitado asilo político y ahora residen en España. El grupo incluía a un autónomo, un médico, un actor, varios artistas, un curador, un estudiante de Twitter y un periodista independiente. A lo largo del taller, abordaron una serie de preguntas y temas relacionados con su trabajo
Nota: Yunior García, estuvo presente en ese Coloquio
"El expresidente español Felipe González inauguró el taller 'Diálogos sobre Cuba', un evento de dos días centrado en examinar el papel que las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) podrían desempeñar en el futuro político de la isla. Organizado por la Decana Asociada de Humanidades y Ciencias Sociales, Dra. Laura Tedesco, el evento reunió a activistas cubanos con políticos y académicos de España, Argentina, Estados Unidos y Chile.
Los oradores incluyeron a Tedesco, Dr. Rut Diamint (Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires), Marcos Robledo (exsecretario de Defensa de Chile), Richard Youngs (Carnegie Endowment for International Peace, Washington), Rafael Martínez (Universidad de Barcelona) y el activista cubano, Manuel Cuesta Morúa (Otro 18, Cuba).
Los activistas cubanos presentes representaron una variedad de profesiones involucradas en la sociedad civil independiente de Cuba. Dos han solicitado asilo político y ahora residen en España. El grupo incluía a un autónomo, un médico, un actor, varios artistas, un curador, un estudiante de Twitter y un periodista independiente. A lo largo del taller, abordaron una serie de preguntas y temas relacionados con su trabajo
Nota: Yunior García, estuvo presente en ese Coloquio
18 de noviembre de 2021
19 de noviembre de 2021
CARTA A RUBEN BLADES, RESPECTO A CUBA 15N
Rubén, ventajosamente te equivocaste respecto a Cuba15N……te fallo, nadie salió a marchar, los niños fueron a clases y empezaron a llegar los turistas….el 15N fracaso el plan gringo y de la CIA, de que salgan a marchar y generen violencia…..no hubo a quien “reprimir”, los médicos siguieron vacunando a su pueblo, pobres, cercados, con escasez, pero dignos. Cuando sacas así un mensaje para Colombia, Chile, Ecuador…. ? Donde la Policía masacra a los jóvenes sin miramientos, y les saca los ojos, donde desaparecen a los Mapuches, donde solo en 2021 ha habido 88 masacres de líderes sociales, donde en realidad no se permite manifestase a nadie. Ya estás grande y pronto te irás al más alla, y me hubiera encantado que mueras con la frente en alto, como Víctor Jara, Ali Primera, Alfredo Zitarrosa, Mercedes Sosa, Max Berru, Violeta Parra, Pete Seeger, Víctor Víctor, Oscar Chávez, Patricio Mans, y tantos….como morirán Leon Gieco, Victor Heredia, Piero, Los Inti Illimani, Silvio Rodriguez, Vicente Feliu, Los Quilapayun, Los Olimareños…., que no se vendieron al imperio del norte , ni por dinero, ni por fama, ni por Grammys, ni por trabajar en papeles secundarios en Hollywood. Donde está tu TIBURON? ,donde está tu PADRE ANTONIO?, donde tus DESAPARECIDOS? En donde estas BUSCANDO AMERICA?, donde……, cuando te volviste PLASTICO?…..Has tomado malas DECISIONES, porqué no protestas así contra el bloqueo de tus amigos yankees y europeos contra Cuba, Venezuela y Nicaragua?, Porqué no protestas para que devuelvan el oro de Venezuela, retenido en Londres y esa nación pueda atender a sus enfermos catastróficos?, no te vi quejarte y sacar videos cuando casi matan a Evo y dieron un golpe en Bolivia, cuando Macri dejó morir a los marinos del Ara, cuando Bolsonaro masacra a su pueblo oponiéndose a la vacunas y destroza la Amazonia, cuando Piñera y Lasso aparecen en los Pandora papers (hazles una canción), por el Lafware contra Lula, Correa, Glass, Cristina, Petro…., cuando la derecha rancia del Perú no lo dejaba posesionar a Castillo, lamentablemente perdiste la ruta, y te quedaste mirando a América desde Harvard, y qué pena, morirás avergonzado, mirando al piso, con la cruz de la traición y la inconsecuencia, igual yo seguiré oyendo tus canciones, las del viejo Ruben, del que protestaba por la devolución del Canal a Panamá (la capital de las Offshores), que era poeta y cantor, el de MAESTRA VIDA, así como sigo de vez en cuando sigo leyendo “La guerra del fin del mundo”, del sirviente de las élites, Mario Vargas Llosa, con quien seguramente sacarás ahora un nuevo tema conjunto…..en contra de Díaz Canel….( con arreglos del facho Willie Colon).
F. Un latinoamericano, no plástico ni vendido.
Rubén, ventajosamente te equivocaste respecto a Cuba15N……te fallo, nadie salió a marchar, los niños fueron a clases y empezaron a llegar los turistas….el 15N fracaso el plan gringo y de la CIA, de que salgan a marchar y generen violencia…..no hubo a quien “reprimir”, los médicos siguieron vacunando a su pueblo, pobres, cercados, con escasez, pero dignos. Cuando sacas así un mensaje para Colombia, Chile, Ecuador…. ? Donde la Policía masacra a los jóvenes sin miramientos, y les saca los ojos, donde desaparecen a los Mapuches, donde solo en 2021 ha habido 88 masacres de líderes sociales, donde en realidad no se permite manifestase a nadie. Ya estás grande y pronto te irás al más alla, y me hubiera encantado que mueras con la frente en alto, como Víctor Jara, Ali Primera, Alfredo Zitarrosa, Mercedes Sosa, Max Berru, Violeta Parra, Pete Seeger, Víctor Víctor, Oscar Chávez, Patricio Mans, y tantos….como morirán Leon Gieco, Victor Heredia, Piero, Los Inti Illimani, Silvio Rodriguez, Vicente Feliu, Los Quilapayun, Los Olimareños…., que no se vendieron al imperio del norte , ni por dinero, ni por fama, ni por Grammys, ni por trabajar en papeles secundarios en Hollywood. Donde está tu TIBURON? ,donde está tu PADRE ANTONIO?, donde tus DESAPARECIDOS? En donde estas BUSCANDO AMERICA?, donde……, cuando te volviste PLASTICO?…..Has tomado malas DECISIONES, porqué no protestas así contra el bloqueo de tus amigos yankees y europeos contra Cuba, Venezuela y Nicaragua?, Porqué no protestas para que devuelvan el oro de Venezuela, retenido en Londres y esa nación pueda atender a sus enfermos catastróficos?, no te vi quejarte y sacar videos cuando casi matan a Evo y dieron un golpe en Bolivia, cuando Macri dejó morir a los marinos del Ara, cuando Bolsonaro masacra a su pueblo oponiéndose a la vacunas y destroza la Amazonia, cuando Piñera y Lasso aparecen en los Pandora papers (hazles una canción), por el Lafware contra Lula, Correa, Glass, Cristina, Petro…., cuando la derecha rancia del Perú no lo dejaba posesionar a Castillo, lamentablemente perdiste la ruta, y te quedaste mirando a América desde Harvard, y qué pena, morirás avergonzado, mirando al piso, con la cruz de la traición y la inconsecuencia, igual yo seguiré oyendo tus canciones, las del viejo Ruben, del que protestaba por la devolución del Canal a Panamá (la capital de las Offshores), que era poeta y cantor, el de MAESTRA VIDA, así como sigo de vez en cuando sigo leyendo “La guerra del fin del mundo”, del sirviente de las élites, Mario Vargas Llosa, con quien seguramente sacarás ahora un nuevo tema conjunto…..en contra de Díaz Canel….( con arreglos del facho Willie Colon).
F. Un latinoamericano, no plástico ni vendido.
20 de noviembre de 2021