¿Cuál es el estatus de Hong Kong dentro de China?
EOM 21 de junio de 2019
Escudo de la Región Administrativa Especial de Hong Kong. Fuente: Wikipedia.
Se puede decir que Hong Kong es un territorio anómalo dentro de China. Oficialmente conocida como la Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular China, ha tenido una Historia reciente que le ha llevado a tener un estatus especial alejado del modelo político y social que impera en el resto de la China continental.
Durante siglos el territorio formó parte del Imperio chino. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, las potencias europeas comenzaron a llegar a las costas chinas y a establecer enclaves comerciales, como Macao o Hong Kong. Después de dos cruentas Guerras del Opio —la primera entre 1839 y 1842, y la segunda entre 1856 y 1860— y de distintos tratados con la dinastía Qing, en 1898 se firma el que sería el acuerdo definitivo y que marcaría hasta la fecha a la ciudad y su relación con Pekín. Este contrato de arrendamiento —conocido como Convención para la Extensión del Territorio de Hong Kong, o Segunda Convención de Pekín— establecía que el Reino Unido disfrutaría del usufructo de la región y sus alrededores durante 99 años.
Durante esos años, China y Hong Kong se fueron desarrollando en paralelo. Sin embargo, la estabilidad del enclave británico facilitó que su evolución fuera más estable que el de la convulsa China de las siete primeras décadas del siglo XX. La llegada de inmigrantes, el desarrollo de infraestructuras y la posterior apertura económica iniciada por Deng Xiaoping convirtieron a la ciudad en la puerta del mundo capitalista a la nueva economía de mercado china.
A finales de los años 90 el acuerdo de arrendamiento tocaba a su fin y Reino Unido no podía seguir teniendo el control del territorio. La élite económica hongkonesa, por su lado, quería acceder a un mercado chino en pleno crecimiento pero sin perder la autonomía política y económica que habían ganado bajo el control británico. Tras las negociaciones iniciadas a mediados de los 80, en los años 90 el Congreso del Partido Comunista Chino adopta la Ley Básica de la Región Administrativa Especial de Hong Kong.
Durante siglos el territorio formó parte del Imperio chino. Sin embargo, a mediados del siglo XIX, las potencias europeas comenzaron a llegar a las costas chinas y a establecer enclaves comerciales, como Macao o Hong Kong. Después de dos cruentas Guerras del Opio —la primera entre 1839 y 1842, y la segunda entre 1856 y 1860— y de distintos tratados con la dinastía Qing, en 1898 se firma el que sería el acuerdo definitivo y que marcaría hasta la fecha a la ciudad y su relación con Pekín. Este contrato de arrendamiento —conocido como Convención para la Extensión del Territorio de Hong Kong, o Segunda Convención de Pekín— establecía que el Reino Unido disfrutaría del usufructo de la región y sus alrededores durante 99 años.
Durante esos años, China y Hong Kong se fueron desarrollando en paralelo. Sin embargo, la estabilidad del enclave británico facilitó que su evolución fuera más estable que el de la convulsa China de las siete primeras décadas del siglo XX. La llegada de inmigrantes, el desarrollo de infraestructuras y la posterior apertura económica iniciada por Deng Xiaoping convirtieron a la ciudad en la puerta del mundo capitalista a la nueva economía de mercado china.
A finales de los años 90 el acuerdo de arrendamiento tocaba a su fin y Reino Unido no podía seguir teniendo el control del territorio. La élite económica hongkonesa, por su lado, quería acceder a un mercado chino en pleno crecimiento pero sin perder la autonomía política y económica que habían ganado bajo el control británico. Tras las negociaciones iniciadas a mediados de los 80, en los años 90 el Congreso del Partido Comunista Chino adopta la Ley Básica de la Región Administrativa Especial de Hong Kong.
Mapa de la CIA de Hong Kong y sus alrededores. Fuente; Wikimedia.
Esta ley básica —que se considera el texto constitucional de la región— se basa en lo que Deng Xiaoping denominó el modelo de “un país, dos sistemas”. Una China a dos velocidades, con un modelo distinto para la ciudad en lo económico, lo social y lo político. En el artículo 12 de la Ley se indica que “la Región Especial Administrativa de Hong Kong es una región administrativa local de la República Popular de China, que disfrutará de un alto grado de autonomía, y que depende del Gobierno Popular Central” además de que es una parte inalienable del territorio chino. A su vez, deja bien claro que ni el modelo económico socialista chino, ni las políticas de Pekín se aplicarán sobre la región administrativa de Hong Kong.
Para ampliar: «Un país, dos sistemas: Hong Kong y la República Popular China», Fernando Rey en El Orden Mundial, 2016
La Ley Básica también establece la estructura política que rige a la ciudad. A nivel ejecutivo, se indica que el jefe del Ejecutivo hongkonés será un ciudadano o ciudadana china mayor de 40 años con residencia permanente en Hong Kong. Este es elegido el llamado Comité de Elección, un comité formado por 1.200 personas nombrados por los distintos sectores económicos de la ciudad como representantes de sus intereses, y que ha sido criticado por su inclinación a favorecer los intereses del Pekín. En cuanto al poder legislativo, la ley establece que estará compuesto por 70 miembros, 35 de los cuales son elegidos por sufragio universal en la región, y los otros 35 por los mismos sectores económicos que eligen el Comité de Elección.
De este modo, el territorio mantiene un alto grado de autonomía y disfruta de una independencia amplía en lo legislativo, ejecutivo y judicial. Sin embargo, conviene recordar que en el artículo 5 de la Ley Básica se recoge literalmente que el modelo capitalista y el estilo de vida de la región administrativa permanecerá inalterable durante 50 años, y nadie sabe exactamente qué tipo de medidas o negociaciones se llevarán a cabo una vez terminen esas cinco décadas en 2047.
La autonomía e independencia que goza Hong Kong ha hecho de esta ciudad una paradoja dentro del territorio chino. La Ley Básica recoge con bastante detalle que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, garantiza su derecho a la libre libre expresión, de prensa y de publicación, y de asamblea y manifestación. Sin embargo, en los últimos años la autonomía de Hong Kong se ha visto amenazada por las presiones de Pekín para que se lleven a cabo modificaciones legislativas. La revolución de los paraguas de 2014, al igual que las recientes protestas de junio de 2019 ponen de manifiesto que la excepcionalidad de la Región Administrativa Especial de Hong Kong no está totalmente asegurada.
Para ampliar: «Un país, dos sistemas: Hong Kong y la República Popular China», Fernando Rey en El Orden Mundial, 2016
La Ley Básica también establece la estructura política que rige a la ciudad. A nivel ejecutivo, se indica que el jefe del Ejecutivo hongkonés será un ciudadano o ciudadana china mayor de 40 años con residencia permanente en Hong Kong. Este es elegido el llamado Comité de Elección, un comité formado por 1.200 personas nombrados por los distintos sectores económicos de la ciudad como representantes de sus intereses, y que ha sido criticado por su inclinación a favorecer los intereses del Pekín. En cuanto al poder legislativo, la ley establece que estará compuesto por 70 miembros, 35 de los cuales son elegidos por sufragio universal en la región, y los otros 35 por los mismos sectores económicos que eligen el Comité de Elección.
De este modo, el territorio mantiene un alto grado de autonomía y disfruta de una independencia amplía en lo legislativo, ejecutivo y judicial. Sin embargo, conviene recordar que en el artículo 5 de la Ley Básica se recoge literalmente que el modelo capitalista y el estilo de vida de la región administrativa permanecerá inalterable durante 50 años, y nadie sabe exactamente qué tipo de medidas o negociaciones se llevarán a cabo una vez terminen esas cinco décadas en 2047.
La autonomía e independencia que goza Hong Kong ha hecho de esta ciudad una paradoja dentro del territorio chino. La Ley Básica recoge con bastante detalle que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, garantiza su derecho a la libre libre expresión, de prensa y de publicación, y de asamblea y manifestación. Sin embargo, en los últimos años la autonomía de Hong Kong se ha visto amenazada por las presiones de Pekín para que se lleven a cabo modificaciones legislativas. La revolución de los paraguas de 2014, al igual que las recientes protestas de junio de 2019 ponen de manifiesto que la excepcionalidad de la Región Administrativa Especial de Hong Kong no está totalmente asegurada.
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