25 de abril de 2023
¿Por qué el ministro de defensa chino visitó Rusia recientemente?
La prolongada visita a Moscú del Ministro de Defensa chino ha puesto en evidencia que China y Rusia están convencidas que la perspectiva de la guerra es real y que se están preparando para ella (…)Occidente ya no podrá hacer lo que le plazca. Rusia y China juntas tendrían el poder de controlar a los Estados Unidos «.
Observatorio de la crisis ALASTAIR CROOKE,
El mensaje enviado por la visita del Ministro de Defensa chino a Rusia es claro. Su recibimiento fue un evento de alto perfil que tuvo una gran visibilidad. Dada la relevancia de la visita la reunión con Putin se efectuó un día en que el presidente ruso no trabaja (feriado por la pascua ortodoxa).
Para entender la importancia de lo sucedido quizás habrá que remitirse a leer un significativo artículo de Hu Xijin, ex editor jefe el diario chino “Global Times”:
“ Estados Unidos afirma repetidamente que China se está preparando para proporcionar ayuda militar a Rusia en el dilatado conflicto de Ucrania… Esto, a pesar que según los primeros cálculos occidentales, Rusia ya debería haberse derrumbado a estas alturas… Y, aunque se supone que la OTAN es mucho más fuerte que Rusia, la situación en el terreno demuestra todo lo contrario, Esta es la causa de fondo de la ansiedad occidental
Si Rusia por sí sola ya es tan difícil de combatir, ¿Qué pasa si China brinda ayuda militarmente a Rusia utilizando sus enormes capacidades industriales? ¿Qué significa el hecho que Rusia por si sola es ya un poderoso rival para todo el Occidente Colectivo? ¿Y qué pasará si Occidente, con su actitud, obliga a China y Rusia a unirse militarmente?
Estas son las preguntas que atormentan al Occidente Colectivo. La respuesta es simple: Occidente ya no podrá hacer lo que le plazca. Rusia y China juntas tendrían el poder de controlar a los Estados Unidos «.
De esto se trataba esencialmente la visita del Ministro de Defensa chino: los acontecimientos han avanzado desde que Hu Xijin escribió su artículo y nuevos sucesos explican porque una alianza militar chino-rusa marcaría un cambio radical de paradigma.
Las filtraciones de inteligencia del Pentágono (así como los informes de Seymour Hersh) dan una pista y parecen apuntar a un cisma en el ‘Estado profundo ‘ de EEUU.
Un elemento importante de esta división es que la publicitada Ofensiva de Primavera en Ucrania es un desastre en ciernes, con importantes consecuencias para el prestigio de Estados Unidos.
La clave del conflicto en las altas esferas del Imperio es que los neoconservadores han impugnado este análisis y, en cambio, están planteando realizar una escalada bélica que incluye armar rápidamente a Taiwán como un paso previo para una guerra contra China y Rusia, en el tiempo más breve posible. Estos halcones afirman que el colapso de Rusia podría ocurrir dentro de las 24 horas posteriores a un ataque ucraniano.
Para decirlo claramente, la repentina fiebre bélica de los neoconservadores contra China acaba de hacer lo que Hu anticipó anteriormente: ha obligado a Rusia y China a unirse desde el punto de vista militar, no necesariamente en Ucrania, sino más bien a planificar y prepararse juntos para la guerra con los Estados Unidos y la OTAN.
Mientras tanto y a raíz de las filtraciones del Pentágono el apoyo de EEUU a Ucrania empezó a disminuir para ser reemplazado por un furor mediático que conduce a una guerra contra China.
La prolongada visita a Moscú del Ministro de Defensa chino ha puesto en evidencia que China y Rusia están convencidas que la perspectiva de la guerra es real y que se están preparando para ella. Por eso, entre otras temas importantes Putin subrayó una ‘conjunción’, que prioriza el fortalecimiento de la flota rusa del Pacífico y mejora sus capacidades.
Hu dio en el clavo. Si la OTAN no tiene la capacidad industrial militar para derrotar a Rusia por sí sola, ¿Cómo pueden esperar Estados Unidos y Europa prevalecer contra China y Rusia juntas? ¿Por qué creen los estadounidenses que todavía pueden derrotar a dos potencias nucleares unidas ?
Estados Unidos y Europa han perdido sus mitos fundacionales
El historiador Paul Veyne, una figura destacada en la historia del antiguo mundo romano, planteó en sus escritos esta pregunta: ¿ Creían los griegos en sus mitos?
Todas las sociedades, escribió, se las ingenian para establecer alguna distinción entre ‘verdad’ y ‘falsedad’, pero al final, todo esta forma de ver el mundo es solo otra “pecera en la que habitamos”. Desde el punto de vista epistemológico, la pecera en la que vivían los antiguos griegos le daba sentido a su mundo y, lo hacia a través de mitos e historias sobre los dioses.
Con respecto al gran mito del Imperio Romano, que sustenta la política exterior estadounidense, la posición de Veyne es que el imperio romano tuvo poco que ver con el arte de gobernar, con la depredación económica o con el control y la obediencia, al contrario su expansión estuvo motivado por el deseo de crear un mundo donde Roma pudiera vivir tranquila de modo imperturbable. Eso es todo.
Paradójicamente, esta explicación colocaría a la ‘derecha’ tradicionalista estadounidense -que se inclina por una perspectiva de Burkean-Buchanan- más cerca de la ‘realidad’ romana de Veyne que la de los neoconservadores: es decir, lo que la mayoría de los estadounidenses desean es que Estados Unidos viva tranquilo en su territorio para estar seguro.
Sí, los dioses y los mitos eran tangibles para los Antiguos, el punto aquí es que la advertencia de Veyne es que “nosotros, atrapados hoy en un contexto diferente, estamos viviendo de nuestros propios mitos”.
¿Creían los antiguos en sus mitos? La respuesta corta de Veyne es ‘no’. El culto público era un fin en sí mismo. Fue un artificio, una expresión de autoridad más allá de toda duda. No había ‘esfera pública’, de hecho, no había ‘ciudadanos’ como tales. El Estado era instrumentalista. Su papel era mediar y mantener al Imperio alineado y sintonizado con unas “fuerzas invisibles pero poderosas”.
Los antiguos entendían los dioses y los mitos a su una manera: eran fuerzas energéticas invisibles que tenían cualidades que daban forma al mundo. Hoy, hemos perdido la capacidad de leer el mundo simbólicamente: los símbolos se han convertido en ‘esencias’ rígidas.
La importancia del análisis de Veyne es que la idea de la Roma Imperial que tenemos es falsa y que por lo tanto Roma no se puede utilizar para apoyar el “mito” de una supuesta superioridad indiscutible de los Estados Unidos según la cual Rusia sería una fruta al alcance de su mano.
El mito que cultivan los neoconservadores estadounidenses
¿Entonces, los neoconservadores se creen sus propios mitos? Bueno, ‘sí’ y ‘no’.
‘Sí’, en el sentido que los neoconservadores son un grupo de personas que comparten una visión común (una Rusia frágil y dividida), elaborada por unos pocos ideólogos que ellos consideran notables.
Sin embargo, esta visión no está basada en la realidad. Sus adherentes pueden estar intelectualmente convencidos, pero sus creencias no pueden ser confirmadas por los hechos. Simplemente se basan en una idea del mundo tal como se lo imaginan, o más concretamente, como les gustaría que fuera .
Los neoconservadores creen en sus mitos porque esta realidad paralela parece funcionar. Solo mire alrededor. A medida que los medios de comunicación se han vuelto digitalizados y algorítmicos, la cultura contemporánea ha forzado a los individuos a formar manadas. No hay forma de apartarse del discurso dominante; no hay pensamiento fuera de las “redes sociales”; estas dan lugar a la formación de una pseudo-realidad, separada del Mundo real y generada con fines ideológicos.
Dicho claramente, nunca hubo una ‘esfera pública’ en Roma en el sentido moderno y tampoco ahora existe una ‘Esfera Pública’ Occidental. Los ciudadanos han sido anestesiados a través de las plataformas de redes sociales. La plaza pública de las autoridades ideológicas neoconservadoras (por ejemplo, un Lindsay Graham que aboga por la guerra contra China) se ha convertido en un fin en sí mismo. Una expresión de autoridad fuera de toda duda.
El mito neoconservador de una Rusia al borde de la implosión no tiene sentido. Pero es una idea de este mundo tal como lo imaginan los neoconservadores, o más concretamente, como les gustaría que fuera.
Ante las deficiencias de las fuerzas ucranianas- como revelaron las filtraciones del Pentágono- fingen no darse cuenta, están convencidos, como explica Foreign Policy, “que una vez que se lance la esperada ofensiva ucraniana, si los soldados rusos entran en pánico … la contraofensiva tendrá éxito”.
Cuanto más se prosiga con este tipo de análisis delirante, más psicopatía funcional se exhibirá y menos normal se volverá el pensamiento occidental. En resumen, caerá en una falsa ilusión colectiva, si es que no lo ha hecho ya.
La Europa de Macron no existe
Es posible que Estados Unidos ya haya entrado en una fiebre por la guerra (por ahora, veamos cuánto dura mientras se desarrollan los eventos en Ucrania) pero ¿Qué pasa con Europa? ¿Por qué Europa buscaría la guerra con China?
Ante esta disyuntiva el escritor británico Thomas Fazi acaba de escribir:
“ El llamado de Emmanuel Macron para que Europa reduzca su dependencia de los Estados Unidos y desarrolle su propia “autonomía estratégica” provocó una pataleta transatlántica. El establishment atlantista, tanto en Estados Unidos como en Europa, respondió de una manera típicamente desenfrenada y, al hacerlo, se perdió algo crucial.
Las palabras de Macron revelaron menos sobre el estado de las relaciones euroamericanas que sobre las relaciones intra -europeas.
Muy simple, la “Europa” de la que habla Macron ya no existe, si es que alguna vez existió. Sobre el papel, casi todo el continente está unido bajo una bandera supranacional: la de la Unión Europea. Pero la UE está más fracturado que nunca. Además de divisiones económicas y culturales, que siempre han apestado al bloque, la guerra en Ucrania ha provocado el resurgimiento de una línea de falla a lo largo de las fronteras de la antes llamada Cortina de Hierro. La división Este-Oeste ha vuelto con fuerza”.
El final de la Guerra Fría y, luego, la creación de la UE poco más de una década después, fueron anunciados como el tan esperado “regreso a Europa” de los países poscomunistas. Se creía que el proyecto universalista de la UE suavizaría cualquier diferencia social y cultural importante entre Europa Occidental y Europa Central y Oriental… Un proyecto tan arrogante (y posiblemente imperialista) estaba condenado al fracaso; de hecho, las tensiones y las contradicciones se hicieron evidentes rápidamente entre las dos Europas”.
La creencia en una cultura europea integral es una sello de cierta sensibilidad centroeuropea más que de toda Europa. No es sólo Rusia lo que estaba en juego en el Este Europeo. Les molestaba verse separados de un mundo del que habían sido una parte esencial. Sin embargo, cuando el mundo socialista retrocedió, la cultura europea, tal como la imaginaban los disidentes, se desvaneció en una Europa acosada por la división y una guerra cultural impuesta desde el centro que deliberadamente ha intentado estrangular cualquier intento de revivir las culturas nacionales.
Para Milan Kundera y otros escritores como él, no existe una cultura viva en Europa, y su porvenir habita un vacío creado por la desaparición de los valores.
Paradójicamente, la guerra en Ucrania ha fortalecido la cultura nacional rusa, pero ha expuesto la triste y rancia fachada en la Unión Europea. Parece haber más energía cultural presente en Estados Unidos que en la Europa de hoy. Esta hace tiempo que se separó de sus mito fundacionales.
Para entender la importancia de lo sucedido quizás habrá que remitirse a leer un significativo artículo de Hu Xijin, ex editor jefe el diario chino “Global Times”:
“ Estados Unidos afirma repetidamente que China se está preparando para proporcionar ayuda militar a Rusia en el dilatado conflicto de Ucrania… Esto, a pesar que según los primeros cálculos occidentales, Rusia ya debería haberse derrumbado a estas alturas… Y, aunque se supone que la OTAN es mucho más fuerte que Rusia, la situación en el terreno demuestra todo lo contrario, Esta es la causa de fondo de la ansiedad occidental
Si Rusia por sí sola ya es tan difícil de combatir, ¿Qué pasa si China brinda ayuda militarmente a Rusia utilizando sus enormes capacidades industriales? ¿Qué significa el hecho que Rusia por si sola es ya un poderoso rival para todo el Occidente Colectivo? ¿Y qué pasará si Occidente, con su actitud, obliga a China y Rusia a unirse militarmente?
Estas son las preguntas que atormentan al Occidente Colectivo. La respuesta es simple: Occidente ya no podrá hacer lo que le plazca. Rusia y China juntas tendrían el poder de controlar a los Estados Unidos «.
De esto se trataba esencialmente la visita del Ministro de Defensa chino: los acontecimientos han avanzado desde que Hu Xijin escribió su artículo y nuevos sucesos explican porque una alianza militar chino-rusa marcaría un cambio radical de paradigma.
Las filtraciones de inteligencia del Pentágono (así como los informes de Seymour Hersh) dan una pista y parecen apuntar a un cisma en el ‘Estado profundo ‘ de EEUU.
Un elemento importante de esta división es que la publicitada Ofensiva de Primavera en Ucrania es un desastre en ciernes, con importantes consecuencias para el prestigio de Estados Unidos.
La clave del conflicto en las altas esferas del Imperio es que los neoconservadores han impugnado este análisis y, en cambio, están planteando realizar una escalada bélica que incluye armar rápidamente a Taiwán como un paso previo para una guerra contra China y Rusia, en el tiempo más breve posible. Estos halcones afirman que el colapso de Rusia podría ocurrir dentro de las 24 horas posteriores a un ataque ucraniano.
Para decirlo claramente, la repentina fiebre bélica de los neoconservadores contra China acaba de hacer lo que Hu anticipó anteriormente: ha obligado a Rusia y China a unirse desde el punto de vista militar, no necesariamente en Ucrania, sino más bien a planificar y prepararse juntos para la guerra con los Estados Unidos y la OTAN.
Mientras tanto y a raíz de las filtraciones del Pentágono el apoyo de EEUU a Ucrania empezó a disminuir para ser reemplazado por un furor mediático que conduce a una guerra contra China.
La prolongada visita a Moscú del Ministro de Defensa chino ha puesto en evidencia que China y Rusia están convencidas que la perspectiva de la guerra es real y que se están preparando para ella. Por eso, entre otras temas importantes Putin subrayó una ‘conjunción’, que prioriza el fortalecimiento de la flota rusa del Pacífico y mejora sus capacidades.
Hu dio en el clavo. Si la OTAN no tiene la capacidad industrial militar para derrotar a Rusia por sí sola, ¿Cómo pueden esperar Estados Unidos y Europa prevalecer contra China y Rusia juntas? ¿Por qué creen los estadounidenses que todavía pueden derrotar a dos potencias nucleares unidas ?
Estados Unidos y Europa han perdido sus mitos fundacionales
El historiador Paul Veyne, una figura destacada en la historia del antiguo mundo romano, planteó en sus escritos esta pregunta: ¿ Creían los griegos en sus mitos?
Todas las sociedades, escribió, se las ingenian para establecer alguna distinción entre ‘verdad’ y ‘falsedad’, pero al final, todo esta forma de ver el mundo es solo otra “pecera en la que habitamos”. Desde el punto de vista epistemológico, la pecera en la que vivían los antiguos griegos le daba sentido a su mundo y, lo hacia a través de mitos e historias sobre los dioses.
Con respecto al gran mito del Imperio Romano, que sustenta la política exterior estadounidense, la posición de Veyne es que el imperio romano tuvo poco que ver con el arte de gobernar, con la depredación económica o con el control y la obediencia, al contrario su expansión estuvo motivado por el deseo de crear un mundo donde Roma pudiera vivir tranquila de modo imperturbable. Eso es todo.
Paradójicamente, esta explicación colocaría a la ‘derecha’ tradicionalista estadounidense -que se inclina por una perspectiva de Burkean-Buchanan- más cerca de la ‘realidad’ romana de Veyne que la de los neoconservadores: es decir, lo que la mayoría de los estadounidenses desean es que Estados Unidos viva tranquilo en su territorio para estar seguro.
Sí, los dioses y los mitos eran tangibles para los Antiguos, el punto aquí es que la advertencia de Veyne es que “nosotros, atrapados hoy en un contexto diferente, estamos viviendo de nuestros propios mitos”.
¿Creían los antiguos en sus mitos? La respuesta corta de Veyne es ‘no’. El culto público era un fin en sí mismo. Fue un artificio, una expresión de autoridad más allá de toda duda. No había ‘esfera pública’, de hecho, no había ‘ciudadanos’ como tales. El Estado era instrumentalista. Su papel era mediar y mantener al Imperio alineado y sintonizado con unas “fuerzas invisibles pero poderosas”.
Los antiguos entendían los dioses y los mitos a su una manera: eran fuerzas energéticas invisibles que tenían cualidades que daban forma al mundo. Hoy, hemos perdido la capacidad de leer el mundo simbólicamente: los símbolos se han convertido en ‘esencias’ rígidas.
La importancia del análisis de Veyne es que la idea de la Roma Imperial que tenemos es falsa y que por lo tanto Roma no se puede utilizar para apoyar el “mito” de una supuesta superioridad indiscutible de los Estados Unidos según la cual Rusia sería una fruta al alcance de su mano.
El mito que cultivan los neoconservadores estadounidenses
¿Entonces, los neoconservadores se creen sus propios mitos? Bueno, ‘sí’ y ‘no’.
‘Sí’, en el sentido que los neoconservadores son un grupo de personas que comparten una visión común (una Rusia frágil y dividida), elaborada por unos pocos ideólogos que ellos consideran notables.
Sin embargo, esta visión no está basada en la realidad. Sus adherentes pueden estar intelectualmente convencidos, pero sus creencias no pueden ser confirmadas por los hechos. Simplemente se basan en una idea del mundo tal como se lo imaginan, o más concretamente, como les gustaría que fuera .
Los neoconservadores creen en sus mitos porque esta realidad paralela parece funcionar. Solo mire alrededor. A medida que los medios de comunicación se han vuelto digitalizados y algorítmicos, la cultura contemporánea ha forzado a los individuos a formar manadas. No hay forma de apartarse del discurso dominante; no hay pensamiento fuera de las “redes sociales”; estas dan lugar a la formación de una pseudo-realidad, separada del Mundo real y generada con fines ideológicos.
Dicho claramente, nunca hubo una ‘esfera pública’ en Roma en el sentido moderno y tampoco ahora existe una ‘Esfera Pública’ Occidental. Los ciudadanos han sido anestesiados a través de las plataformas de redes sociales. La plaza pública de las autoridades ideológicas neoconservadoras (por ejemplo, un Lindsay Graham que aboga por la guerra contra China) se ha convertido en un fin en sí mismo. Una expresión de autoridad fuera de toda duda.
El mito neoconservador de una Rusia al borde de la implosión no tiene sentido. Pero es una idea de este mundo tal como lo imaginan los neoconservadores, o más concretamente, como les gustaría que fuera.
Ante las deficiencias de las fuerzas ucranianas- como revelaron las filtraciones del Pentágono- fingen no darse cuenta, están convencidos, como explica Foreign Policy, “que una vez que se lance la esperada ofensiva ucraniana, si los soldados rusos entran en pánico … la contraofensiva tendrá éxito”.
Cuanto más se prosiga con este tipo de análisis delirante, más psicopatía funcional se exhibirá y menos normal se volverá el pensamiento occidental. En resumen, caerá en una falsa ilusión colectiva, si es que no lo ha hecho ya.
La Europa de Macron no existe
Es posible que Estados Unidos ya haya entrado en una fiebre por la guerra (por ahora, veamos cuánto dura mientras se desarrollan los eventos en Ucrania) pero ¿Qué pasa con Europa? ¿Por qué Europa buscaría la guerra con China?
Ante esta disyuntiva el escritor británico Thomas Fazi acaba de escribir:
“ El llamado de Emmanuel Macron para que Europa reduzca su dependencia de los Estados Unidos y desarrolle su propia “autonomía estratégica” provocó una pataleta transatlántica. El establishment atlantista, tanto en Estados Unidos como en Europa, respondió de una manera típicamente desenfrenada y, al hacerlo, se perdió algo crucial.
Las palabras de Macron revelaron menos sobre el estado de las relaciones euroamericanas que sobre las relaciones intra -europeas.
Muy simple, la “Europa” de la que habla Macron ya no existe, si es que alguna vez existió. Sobre el papel, casi todo el continente está unido bajo una bandera supranacional: la de la Unión Europea. Pero la UE está más fracturado que nunca. Además de divisiones económicas y culturales, que siempre han apestado al bloque, la guerra en Ucrania ha provocado el resurgimiento de una línea de falla a lo largo de las fronteras de la antes llamada Cortina de Hierro. La división Este-Oeste ha vuelto con fuerza”.
El final de la Guerra Fría y, luego, la creación de la UE poco más de una década después, fueron anunciados como el tan esperado “regreso a Europa” de los países poscomunistas. Se creía que el proyecto universalista de la UE suavizaría cualquier diferencia social y cultural importante entre Europa Occidental y Europa Central y Oriental… Un proyecto tan arrogante (y posiblemente imperialista) estaba condenado al fracaso; de hecho, las tensiones y las contradicciones se hicieron evidentes rápidamente entre las dos Europas”.
La creencia en una cultura europea integral es una sello de cierta sensibilidad centroeuropea más que de toda Europa. No es sólo Rusia lo que estaba en juego en el Este Europeo. Les molestaba verse separados de un mundo del que habían sido una parte esencial. Sin embargo, cuando el mundo socialista retrocedió, la cultura europea, tal como la imaginaban los disidentes, se desvaneció en una Europa acosada por la división y una guerra cultural impuesta desde el centro que deliberadamente ha intentado estrangular cualquier intento de revivir las culturas nacionales.
Para Milan Kundera y otros escritores como él, no existe una cultura viva en Europa, y su porvenir habita un vacío creado por la desaparición de los valores.
Paradójicamente, la guerra en Ucrania ha fortalecido la cultura nacional rusa, pero ha expuesto la triste y rancia fachada en la Unión Europea. Parece haber más energía cultural presente en Estados Unidos que en la Europa de hoy. Esta hace tiempo que se separó de sus mito fundacionales.
29 de abril de 2023
Aclaración de los comentarios del ministro de Defensa ruso, Shoigu, sobre el Quad, la OTAN y China
Los observadores ocasionales suelen preferir que se simplifiquen las complejidades de las Relaciones Internacionales para facilitar su comprensión de procesos complejos, pero esto corre el riesgo de tergiversar inadvertidamente las políticas de los actores clave. Tal es el caso cuando se trata de las relaciones ruso-indias en este punto de la Nueva Guerra Fría, ya que las evaluaciones superficiales de las posturas oficiales de esos dos hacia las aplicaciones US-Quad y China, respectivamente, pueden conducir fácilmente a falsas impresiones de sus lazos bilaterales.
Andrew Korybko
El ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, fue noticia en toda la India después de su discurso en la última reunión de la OCS en Delhi. Los medios locales recogieron sus comentarios sobre cómo el Quad está trabajando más cerca de la OTAN como parte de un complot de EEUU para contener a China, lo que algunos tergiversaron para implicar que Rusia e India están, por lo tanto, en lados opuestos en la Nueva Guerra Fría. Es importante aclarar lo que dijo y luego ubicar su percepción en el contexto apropiado para evitar que los observadores casuales sean engañados por evaluaciones falsas.
TASS, financiado con fondos públicos, que se considera uno de los medios de comunicación más confiables de Rusia, informó que Shoigu dijo lo siguiente: “[El Quad y AUKUS] se están empalmando con la OTAN, que, a su vez, reclama un papel dominante [en Asia]. -Pacífico] también”. Sin embargo, el sitio web oficial del Ministerio de Defensa ruso no incluyó ese comentario en su informe sobre su discurso. Los lectores pueden confirmar por sí mismos aquí, después de lo cual verán que la OTAN y el Quad solo se mencionaron una vez en su resumen.
Esto no significa que Shoigu no haya dicho lo que informó TASS, sino que el Ministerio de Defensa aparentemente no quiere que ese punto ocupe una atención desproporcionada en términos del gran panorama estratégico que describió. En cambio, están contentos con que los lectores simplemente estén informados de que “las alianzas políticas y militares, como QUAD y AUKUS, iniciaron contramedidas similares” a las que hizo EEUU para contrarrestar los procesos multipolares regionales al quitarle el papel clave a la ASEAN en Asia-Pacífico.
Sin embargo, es comprensible por qué algunos observadores podrían interpretar esto como un golpe contra India, ya que es un miembro fundador del Quad, pero podría decirse que no es lo que pretendía. Varios factores están en juego a la vez desde la perspectiva del Kremlin: 1) India participa en el Quad debido a intereses compartidos; 2) permanece estratégicamente autónomo a pesar de la inmensa presión estadounidense; 3), pero los socios australianos y japoneses de Delhi se están integrando con la OTAN como parte del complot de Estados Unidos para dominar Asia-Pacífico.
La evaluación antes mencionada se basa en los siguientes hechos: 1) el presidente Putin aplaudió la política exterior independiente del primer ministro Modi en octubre pasado; 2) el Ministro de Relaciones Exteriores Lavrov invitó a India a unirse al Cuarteto Afgano la semana pasada; y 3) Shoigu y su contraparte india elogiaron sus lazos el viernes. En el orden en que fueron compartidos, esto prueba que: 1) Rusia aprecia la autonomía estratégica de la India; 2) Moscú no lo considera un representante de Estados Unidos en la región; y 3) sus lazos militares siguen siendo fuertes.
"Empalmando" estos dos análisis, tomando prestada la terminología informada por Shoigu, la postura del Kremlin se puede resumir como una advertencia de que EEUU planea aprovechar los grupos regionales para avanzar en su agenda anti-china. A pesar de que India es parte del Quad, que es uno de los dos grupos junto con AUKUS a los que Shoigu llamó la atención a este respecto, sigue siendo estratégicamente autónomo y, por lo tanto, no permite que Estados Unidos influya en su proceso de formulación de políticas.
Al igual que Rusia está preocupada por cómo EEUU podría explotar los grupos regionales para obtener una ventaja frente a China, India también está preocupada por cómo China podría explotar las aplicaciones para obtener una ventaja frente a otros, por lo que ha prohibido cientos de ellas en los últimos años. India fundó uno de los mismos grupos liderados por EEUU sobre los que advirtió Rusia, al igual que Rusia todavía permite que sus ciudadanos usen la mayoría de esas mismas aplicaciones chinas que India prohibió, pero ninguno considera al otro como representante de nadie, como se demostró anteriormente.
Los observadores ocasionales suelen preferir que se simplifiquen las complejidades de las Relaciones Internacionales para facilitar su comprensión de los procesos complejos, pero esto corre el riesgo de representar erróneamente las políticas de los actores clave. Tal es el caso cuando se trata de las relaciones ruso-indias en este punto de la Nueva Guerra Fría, ya que las evaluaciones superficiales de las posturas oficiales de esos dos hacia las aplicaciones US-Quad y China, respectivamente, pueden conducir fácilmente a falsas impresiones de sus lazos bilaterales.
Como se compartió anteriormente, varios factores pueden estar en juego al mismo tiempo: 1) Rusia-China, India-EEUU y Rusia-India tienen estrechos vínculos de seguridad; 2) A Rusia le preocupa que EEUU pueda explotar el Quad en el que participa India al igual que a India le preocupa que China pueda explotar aplicaciones que Rusia aún permite que usen sus ciudadanos; pero 3) Rusia e India aprecian profundamente la autonomía estratégica del otro y saben que ninguno es un representante del principal rival de su propio país.
Aquellos que hacen comentarios sobre terceros países de cualquiera de los funcionarios de esos dos para dar a entender que sus palabras supuestamente prueban que Rusia e India están en lados opuestos en la Nueva Guerra Fría no entienden las complejidades de las Relaciones Internacionales o están tratando deliberadamente de engañar a otros acerca de ellos. Independientemente de si su intención es inocente o maliciosa, no se puede confiar en estas personas para obtener una visión precisa de sus relaciones hasta que corrijan públicamente sus falsas evaluaciones de lo anterior.
TASS, financiado con fondos públicos, que se considera uno de los medios de comunicación más confiables de Rusia, informó que Shoigu dijo lo siguiente: “[El Quad y AUKUS] se están empalmando con la OTAN, que, a su vez, reclama un papel dominante [en Asia]. -Pacífico] también”. Sin embargo, el sitio web oficial del Ministerio de Defensa ruso no incluyó ese comentario en su informe sobre su discurso. Los lectores pueden confirmar por sí mismos aquí, después de lo cual verán que la OTAN y el Quad solo se mencionaron una vez en su resumen.
Esto no significa que Shoigu no haya dicho lo que informó TASS, sino que el Ministerio de Defensa aparentemente no quiere que ese punto ocupe una atención desproporcionada en términos del gran panorama estratégico que describió. En cambio, están contentos con que los lectores simplemente estén informados de que “las alianzas políticas y militares, como QUAD y AUKUS, iniciaron contramedidas similares” a las que hizo EEUU para contrarrestar los procesos multipolares regionales al quitarle el papel clave a la ASEAN en Asia-Pacífico.
Sin embargo, es comprensible por qué algunos observadores podrían interpretar esto como un golpe contra India, ya que es un miembro fundador del Quad, pero podría decirse que no es lo que pretendía. Varios factores están en juego a la vez desde la perspectiva del Kremlin: 1) India participa en el Quad debido a intereses compartidos; 2) permanece estratégicamente autónomo a pesar de la inmensa presión estadounidense; 3), pero los socios australianos y japoneses de Delhi se están integrando con la OTAN como parte del complot de Estados Unidos para dominar Asia-Pacífico.
La evaluación antes mencionada se basa en los siguientes hechos: 1) el presidente Putin aplaudió la política exterior independiente del primer ministro Modi en octubre pasado; 2) el Ministro de Relaciones Exteriores Lavrov invitó a India a unirse al Cuarteto Afgano la semana pasada; y 3) Shoigu y su contraparte india elogiaron sus lazos el viernes. En el orden en que fueron compartidos, esto prueba que: 1) Rusia aprecia la autonomía estratégica de la India; 2) Moscú no lo considera un representante de Estados Unidos en la región; y 3) sus lazos militares siguen siendo fuertes.
"Empalmando" estos dos análisis, tomando prestada la terminología informada por Shoigu, la postura del Kremlin se puede resumir como una advertencia de que EEUU planea aprovechar los grupos regionales para avanzar en su agenda anti-china. A pesar de que India es parte del Quad, que es uno de los dos grupos junto con AUKUS a los que Shoigu llamó la atención a este respecto, sigue siendo estratégicamente autónomo y, por lo tanto, no permite que Estados Unidos influya en su proceso de formulación de políticas.
Al igual que Rusia está preocupada por cómo EEUU podría explotar los grupos regionales para obtener una ventaja frente a China, India también está preocupada por cómo China podría explotar las aplicaciones para obtener una ventaja frente a otros, por lo que ha prohibido cientos de ellas en los últimos años. India fundó uno de los mismos grupos liderados por EEUU sobre los que advirtió Rusia, al igual que Rusia todavía permite que sus ciudadanos usen la mayoría de esas mismas aplicaciones chinas que India prohibió, pero ninguno considera al otro como representante de nadie, como se demostró anteriormente.
Los observadores ocasionales suelen preferir que se simplifiquen las complejidades de las Relaciones Internacionales para facilitar su comprensión de los procesos complejos, pero esto corre el riesgo de representar erróneamente las políticas de los actores clave. Tal es el caso cuando se trata de las relaciones ruso-indias en este punto de la Nueva Guerra Fría, ya que las evaluaciones superficiales de las posturas oficiales de esos dos hacia las aplicaciones US-Quad y China, respectivamente, pueden conducir fácilmente a falsas impresiones de sus lazos bilaterales.
Como se compartió anteriormente, varios factores pueden estar en juego al mismo tiempo: 1) Rusia-China, India-EEUU y Rusia-India tienen estrechos vínculos de seguridad; 2) A Rusia le preocupa que EEUU pueda explotar el Quad en el que participa India al igual que a India le preocupa que China pueda explotar aplicaciones que Rusia aún permite que usen sus ciudadanos; pero 3) Rusia e India aprecian profundamente la autonomía estratégica del otro y saben que ninguno es un representante del principal rival de su propio país.
Aquellos que hacen comentarios sobre terceros países de cualquiera de los funcionarios de esos dos para dar a entender que sus palabras supuestamente prueban que Rusia e India están en lados opuestos en la Nueva Guerra Fría no entienden las complejidades de las Relaciones Internacionales o están tratando deliberadamente de engañar a otros acerca de ellos. Independientemente de si su intención es inocente o maliciosa, no se puede confiar en estas personas para obtener una visión precisa de sus relaciones hasta que corrijan públicamente sus falsas evaluaciones de lo anterior.
NOTA: Todos los hipervínculos en la versión original en inglés, aquí: