La decadencia del imperio norteamericano de Occidente
Revista Eines Alez FG 18 de marzo de 2021
“Las clases sociales del siglo IX no se habían formado con la decadencia de una civilización agonizante, sino entre los dolores de parto de una civilización nueva.”
Engels, F; El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, 1884.
Engels, F; El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, 1884.
Cada vez es más evidente la decadencia orgánica del capitalismo y como punta de lanza de éste, del imperialismo norteamericano.
En estos últimos tiempos hemos vivido hechos históricos en forma de pandemias que han demostrado la fragilidad de los sistemas sanitarios del sistema capitalista(1). Seguimos comprobando como millones de trabajadores y trabajadoras siguen muriendo, enfermando y empobreciéndose(2), como las farmacéuticas se están frotando las manos con la comercialización de las vacunas, de las cuales, con toda probabilidad, millones de trabajadores y sectores populares del mal llamado Tercer Mundo serán excluidos en paralelo a las fortunas que ya empiezan a acumular los propietarios de dichas farmacéuticas(3); así mismo, asistimos a ver -aunque anestesiados por el opio de la alienación- como numerosos sectores sociales más o menos acomodados de las sociedades occidentales (europeas y norteamericanas fundamentalmente) se empobrecen a pasos agigantados y pasan a engrosar el ejército de reserva del Capital en forma de mano de obra en paro o se precariza agudamente su situación laboral, en numerosísimos casos abandonados por unas administraciones públicas que aseguraban que no lo harían jamás(4).
Fruto de la total desorganización y planificación del sistema, los sectores más vulnerables del proletariado sufren una y otra vez las consecuencias de la crisis sanitaria y social, que ya mucho antes de la llegada pandémica daba señales de alarma en lo económico.
Con esta breve y necesaria introducción contextual, podemos afirmar que EEUU no es ninguna excepción a esta realidad, que además, como potencia dirigente del bloque imperialista occidental, los síntomas de decadencia son enormes, y la teatral irrupción de masas enardecidas en el Capitolio(5) -sede del poder legislativo federal- no es más que una expresión de la agudización de la situación de descomposición del sistema capitalista que oculta -o muestra si prospectamos en ella- una guerra entre burguesías estadounidenses enfrentadas en dos proyectos imperialistas encontrados e incompatibles.
1) DOS PROYECTOS ANTAGÓNICOS DE DOMINACIÓN MUNDIAL EN PLENA DECADENCIA:
Como afirmábamos, la burguesía norteamericana se haya en un dilema: EEUU ha pasado de ser la superpotencia económica y militar del mundo capitalista desde 1945 hasta nuestros días, estrechando lazos con Europa, promoviendo la creación de organismos reguladores de la economía bajo su égida (OCDE, Banco mundial, Fondo Monetario Internacional, G-20, etc.(6), militares (OTAN) (7), los Tratados de Libre Comercio (TLC) con Canadá y México, etc., etc.,…que supusieron un desarrollo sin precedentes de la exportación de capitales, industrias -entre ellas la exportación de armas de todo tipo, muchas veces en forma de invasiones, guerras y cuyas consecuencias son la destrucción sistemática de países o pueblos enteros que serán reconstruidos con la primacía exclusiva del agresor- a ser una potencia en declive inexorable que es incapaz -a pesar de sus enconados intentos- de seguir progresando ni en lo militar ni en lo económico a conquistar nuevas fronteras ni derrotar a sus enemigos internacionales en los últimos tiempos(8).
Efectivamente, el imperio norteamericano de occidente, como aquel imperio romano del año 395, en el que tras las derrotas militares previas ante godos y diversos pueblos bárbaros el emperador Teodosio I recuperó a duras penas el control, sufre una crisis sin final aparente, irreversible a todos los niveles, donde el “establishment” intenta reconducir una situación que a medio plazo solo puede ser aún más explosiva.
El paralelismo con el declive y caída del Imperio romano de Occidente es claro: a la incapacidad militar de las últimas décadas -donde no ha podido vencer en ninguna de las guerras que ha iniciado- se unen las derrotas en lo económico, en lo diplomático y en el resurgir de economías sólidas y en continua expansión que amenazan la hegemonía, tanto a EEUU como a la “vasalla” UE, de su posición(9).
Teodosio I recuperó un poder frágil, con un ejército colapsado, con territorios de su imperio fuera de control (por lo que, entre otras consecuencias la producción económica y las entradas de impuestos menguaron, provocando colapsos, encarecimiento de la materia prima y los productos básicos -incluidos los esclavos-) y con las fronteras presionadas por potencias extranjeras. -e incluso zonas enteras intervenidas y fuera de control romano-. Al morir Teodosio se repartió el poder entre sus hijos que entraron en guerra civil. El ejército, total y absolutamente sobredimensionado, ineficaz y con unos mandos ansiosos de Poder, jugó un papel preponderante en estos hechos que arrastraron la caída de Roma, oficialmente producida en 476 aunque sea matizable. EEUU a día de hoy se nos muestra como una potencia mundial en la cual en el interior de su seno malconviven diversos intereses enfrentados y ávidos de Poder, después de años de crecimiento económico continuado, de regeneración económica tras años de crisis, de imposición de acuerdos internos y de anexión de nuevos mercados externos; de las necesidades de salida del stock del Complejo Militar Industrial contra proyectos de reconstrucción industrial nacional y concentración de capitales en suelo estadounidense…en definitiva, se trata de contradicciones profundamente agudas e insalvables entre los intereses de unas burguesías de carácter oligárquico/imperialistas expansionistas -las cuales han dibujado hasta hoy la faz de gran parte del Planeta- y unas burguesías nacionalistas/chovinistas que sueñan con arrebatar el Poder al Complejo Militar Industrial Financiero y las grandes corporaciones empresariales multinacionales que siguen apostando por la exportación de capitales, la concentración de riquezas y la hostilidad a todo aquel que se oponga a sus designios (aunque sea vía “manu militari”).
Este es el quid de la cuestión: las fracciones burguesas enfrentadas entre sí, con una visión diametralmente opuesta de cómo remontar la crisis económica, social, cultural y sanitaria, que reflejan dos concepciones del mundo más allá de EEUU radicalmente distintas.
a) Tipología de las fracciones enfrentadas:
Ante todo, es importante destacar que las nuevas crisis que arrecian y la propia composición de los dos principales partidos que representan los intereses de las 2 burguesías norteamericanas en disputa han facilitado que estos partidos se vean superados por los intereses de los burgueses a los cuales dicen representar. Esto es, podemos encontrar representantes de ambas facciones tanto en el Partido Demócrata como en el Republicano(10).
Sin embargo, los “soberanistas” abundan más en el Partido Republicano. De hecho, Trump es un representante de tal facción; la facción “globalista” se haya más arraigada en el Partido Demócrata. No obstante, las dos influyen en los dos partidos y actúan por cuenta propia en las instituciones electivas, en el poder corporativo empresarial, en el Pentágono, la CIA y el Complejo Militar-Industrial-Financiero.
Queda meridianamente claro que tanto partidos como candidatos son instrumentos de dos facciones del gran capital, de corporaciones y estructuras más permanentes y con mayor raigambre económica, social, militar e ideológica.
Recientes -y antiguos- resultados electorales tramposos -o no-, disputas por el voto por correo, disputas por el senador tal o cual de tal estado o aquel otro…todo esto queda en un segundo plano. Lo que realmente está en juego es la lucha por el control efectivo del Poder, de los resortes de este. Es una auténtica pugna por el Poder y el rumbo que ha de llevar la nave por un camino plagado de sombras y dificultades.
Nuevamente, y con el ejemplo de EEUU vemos como el Estado no es neutro; no es un elemento puesto al azar y según quién llegue a él, éste se puede gestionar de tal o cual manera. El Poder, por tanto, no es el Estado. Confundir gestión del Gobierno, Estado y Poder nos remite a concepciones políticas, económicas y sociales ideales neoplatónicas. El Estado es un instrumento creado y diseñado por una clase dominante que efectivamente ha tomado el Poder de los medios de producción y ha creado su instrumento para explotar y oprimir su clase por encima de la otra.(11)
Los EEUU con los ejemplos de estos días, insistimos, nos enseñan el verdadero Poder y la disputa entre facciones que ostentan ese Poder para dirigirlo en base a sus intereses: han emergido, pues, las contradicciones entre la propia clase dirigente, y estas son muy agudas, puesto que no las resuelven simples gestiones cosméticas.
Efectivamente, los “soberanistas” exigen un giro copernicano a las políticas económicas desarrolladas y predominantes en los últimos decenios: así, se explicita un interés en el repliegue económico, el volcado de partes del poder transnacional de EEUU hacia el interior de sus fronteras; todo ello, que no es poco, a contracorriente de la llamada globalización neoliberal, esto es, de la mundialización del capital. Para ello, desde la era Trump, se intentó primar la economía interior, imponer aranceles al exterior, dejar en un segundo plano la OTAN (incluso desinvirtiendo en ella), etc…(12)
Para el objetivo marcado, es necesario un adoctrinamiento, una inoculación del chovinismo nacionalista entre amplios sectores de la población (es significativo el lema “Make America great”). Aglutinados en torno a demagógicos discursos y proféticas soluciones a corto plazo, aprietan filas en torno al proyecto para combatir las altas tasas de desempleo, reflotar la industria nacional y los sectores económicos destruidos por el modelo actual -marcado por las grandes corporaciones y el Complejo Militar y Financiero-. En definitiva, un retorno al WASP de antaño (White Anglo Saxon Protestant)(13), donde la clase obrera blanca sea la base sustentadora de este neopopulismo de tintes fascistas, muy reaccionario, que pretende dividir a los trabajadores sobre bases étnico-raciales, identitarias y socio-culturales en provecho de una burguesía muy reaccionaria. El trabajador blanco, afectado por las sucesivas crisis y actualmente por la crisis sanitaria, desplazado por las masas obreras inmigrantes mal pagadas, explotado y oprimido, es el “objetivo”, donde asentar un ejército disciplinado, manipulable y servil que ayude a la burguesía nacionalista chovinista a asentar su Ítaca.
La lucha contra el paro a la vez que se intenta combatir el declive económico son los dos ejes de la política de los "soberanistas" y sus masas adoctrinadas. El rescate de una gran parte del capital transnacional para reinvertir en EEUU es la receta proteccionista con la cual se pretende, por parte de la gran burguesía dirigente, fomentar su crecimiento económico; por otra parte, el cierre de fronteras (o como mínimo restricción de acceso) a la inmigración obrera extranjera, la negativa a las regularizaciones y las deportaciones buscan “proteger” a la masa de trabajadores blancos norteamericanos. Esta burguesía considera que el empleo en esta fase es un bien “escaso”, que se debe desarrollar con las políticas económicas proteccionistas, las cuales desarrollarán una industria potente a la par que renacidas empresas financieras que posteriormente, en su desarrollo ulterior, se tornará nuevamente expansionista.
Surgen, pululan y se expanden, imbricándose entre ellas, en este tipo de tropa todo tipo de semi sectas, sectas y/o ideologías. Un magma de antiguos y nuevos rescoldos fascistas, neonazis y similares (el KKK, el “sudismo” o los Proud Boys, por ejemplo); seguidores de engendros ideológico-místicos (p.e. QAnon); corrientes ideológicas con raigambre en los partidos tradicionales (donde se concentran los gestores de la burguesía) y chamanismo, esoterismo y misticismo. De nuevo, tenemos varios paralelismos históricos evidentes, como por ejemplo el período histórico en el que se produjo la degradación de la Grecia clásica y su substitución por el Imperio Macedónico que provocó, en el interregno de esas dos etapas, la aparición de diversas corrientes filosóficas (epicureísmo, estoicismo, diogenismo…que poco o nada tenían que ver con el platonismo y/o el aristotelismo predominante hasta entonces) y si más con un caos gris, oscuro, deprimente al percibirse socialmente la llegada de épocas con más sombras que luces a pesar de pasar a pertenecer a un imperio “cosmopolita” y considerarse el mismo “el centro del mundo”.
Para ello es imprescindible enarbolar viejas banderas frente a los postmodernismos que son la enseña de los “globalistas”. La reacción conservadora pretende defender lo tradicional, lo cristiano, lo blanco y norteamericano frente a los feminismos, las identidades culturales, la diversidad o el relativismo cultural. Todo lo defendido por los “globalistas” se percibe como un ataque a la supervivencia de la idiosincrasia norteamericana e incluso a la pervivencia cultural y económica de la clase media blanca. En ese popurrí encontramos, como decíamos, desde nostálgicos del Mayflower hasta sudistas y el KKK, pero es tan heterogéneo que colectivos de mujeres, afroamericanos e incluso latinos, pasando por cubanos exiliados no dudan en apoyar la reacción con tal de defender sus privilegios o sencillamente creen que haciéndolo fomentan el orden frente a la decadencia norteamericana actual.
Dicho de otra manera, los "soberanistas" serían la facción burguesa nacionalista que apuesta por la recuperación del Poder -o parte de él- transnacional, recuperando empresas y Capital hacia el interior de EEUU con el fin de desarrollar el mercado interior del país, primándolo sobre los intereses situados en el extranjero.
Se explica así la apuesta de la administración Trump por reducir su peso económico en la OTAN; sus limitaciones a las ofensivas militares imperialistas (a diferencia de las anteriores administraciones), no cediendo a las presiones del Complejo Militar; y por supuesto, despreciando relativamente a la Unión Europea (hasta entonces socio preferente de EEUU), a la que en múltiples ocasiones se ha enfrentado, abriendo diferentes episodios de guerra económica.(14)
Los “globalistas” son los gestores y propietarios de la oligarquía multinacional y transnacional, de origen estadounidense, pero con amplia implantación mundial. Su inmenso Poder se extiende pues más allá de las enormes, pero a su vez limitadas fronteras norteamericanas. Es el Poder que explota y oprime internacionalmente a la clase obrera de forma indiscriminada, conquista nuevos mercados por la fuerza de las armas, movilizando los enormes recursos disponibles para ello creados por los Estados occidentales para tal fin.
Sostienen las alianzas con otras superestructuras imperialistas como la Unión Europea (UE), organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el G-20 y el brazo militar del imperialismo, la OTAN.
La oligarquía globalista sigue, a pesar de este período de crisis, impulsando ofensivas militares para conseguir nuevos mercados.
En política interior, esta burguesía explota a los trabajadores al máximo, condenando a amplísimas capas de trabajadores a una vida de miseria, paro e incluso pluriempleo post-jubilación(15); excluyendo derechos básicos y fundamentales a ingentes cantidades de trabajadores como la sanidad de calidad o la educación(16); fomentando la división social por cuestiones de género u otras identidades con el fin de desunir a la clase trabajadora y poder, por tanto, desactivar las posibles revoluciones del futuro que serían provocadas por la desmembración imperial.
En esta facción burguesa se hayan la mayoría de las empresas de la industria informática, las empresas de comunicación audiovisual, grandes editoriales y prensa, cadenas de televisión, la industria aeronáutica y espacial, las farmacéuticas, mineras, la banca y aseguradoras, las industrias militares y auxiliares relacionadas con el Complejo Militar -incluidas las firmas de ejércitos mercenarios-, automovilísticas, constructoras y metalúrgicas, etc., así como gran parte del mundo de la industria del espectáculo (cine, música y teatro).(17)
Ciertamente, por ejemplo, apoyan la política globalista de Meg Whitman, ex presidenta ejecutiva de Hewlett Packard (HP), actualmente gran directivo de otra gran empresa, Quibi, una plataforma de emisión en “streaming”; el exsecretario de Estado Colin Powell, del gabinete Bush y con amplios lazos con el Complejo Militar; el grupo republicano anti-Trump “El Proyecto Lincoln”, donde destaca George Conway, el esposo de la consejera de la Casa Blanca Kellyanne Conway.(18) También el exsecretario de Defensa William Cohen.
Personalidades aparte, además de empresas como HP, las empresas tecnológicas de Silicon Valley apostaron por el globalista Biden: Facebook, Google, Apple, Microsoft, Amazon, LinkedIn, Microsoft y Twitter han apoyado sin tapujos al demócrata, tanto con donaciones multimillonarias directas como en logística.(19) De entre los medios de comunicación y prensa periódica, tanto en el este como en el oeste, Joe Biden es el elegido en los medios con mayor flujo y lectores, como el New York Times, Washington Post, Los Angeles Times y Boston Globe. Lo mismo sucede en el norte, donde dos de los medios más leídos en Illinois, el Chicago Sun Times y el Chicago Tribune, dieron su apoyo a Biden. El Huffington Post también lo hizo.
Por otra parte, la revista científica inglesa Nature y la norteamericana Scientific American —no había dado su apoyo a ningún candidato en 175 años de existencia—, así como USA Today —una de las cadenas de noticias más grandes de Estados Unidos y que en sus 38 años no se había pronunciado—, llamaron a votar por el demócrata.
Caciques de la prensa, como el fundador de la agencia comunicativa homónima, Michael Bloomberg, incluso se presentó a las primarias demócratas para “frenar a Trump”. (20)
Spielberg, Soros, la empresa Twilio, EBay…son otras de las empresas y/o empresarios relacionados con Biden. Trump tiene el apoyo de Goya, Blackstone y otros sectores de la banca y las financieras.
Así mismo, una simple búsqueda nos ofrece información muy precisa sobre los apoyos en los que se sustentará el presidente Biden: el Periódico del 12 de diciembre de 2020 afirma que “el Gobierno que diseña Biden incluye a miembros ligados a grandes empresas”, así como que el “Secretario de Defensa está a sueldo de uno de los mayores contratistas de armas del Pentágono. Dos de los principales asesores económicos salen de la cantera del mayor inversor de fondos del mundo”.(21)
b) Un panorama inquietante:
Con este enfrentamiento en marcha, el panorama que se le presenta tanto a la clase obrera y sectores populares de EEUU como a la del resto del mundo es como mínimo inquietante.
A la decadencia imperial se suma el consiguiente choque de trenes provocado por el enfrentamiento entre las diversas facciones burguesas en disputa por el control del Estado. Y el resultado -como también la disputa- de estas contradicciones tendrán repercusiones globales.
Esta es una disputa que va mucho más allá de Biden y Trump: se trata de un combate por el control del Estado y sus resortes con el fin de ponerlo a su servicio. Significativo es, por tanto, que el equipo de Biden cuente con miembros pertenecientes de forma directa a los sectores que la administración Trump “perjudicó”. El Complejo Militar Industrial forma parte del gabinete administrativo de Biden, así como las financieras, gran banca y la industria tecnológica, que han invertido miles de millones en su campaña y ahora quieren asegurarse un puesto en primera línea para aplicar las medidas necesarias en defensa de su interés.(22)
Es un hecho que Obama (Premio Nobel de la Paz gracias a un cruel sarcasmo de la Historia) y los Clinton, por ejemplo, lanzaron más campañas militares, invadieron más países, colonizaron más territorios y aportaron por tanto más negocio exterior a las multinacionales que la administración Trump, la cual ha intentado un repliegue estratégico de recursos militares, geopolíticos y de capitales, en contra del parecer de la industria del armamento y las grandes corporaciones, de los países aliados de EEUU (con la UE en primer plano) y los pueblos y países colonizados cuyas oligarquías locales dependen del “amigo americano”.(23)
Cierto es que Trump, como buen gestor de la burguesía, tuvo que ceder en determinadas ocasiones a las presiones del Complejo Militar, como en el caso sirio, pero eso no determinó que la prioridad no era el repliegue. El furor con el que le atacan los medios belicistas tanto en EEUU como también, de forma totalmente machacona en la UE, deseándole incluso los peores males(24), muestran el grado de sumisión lacayuna y de vasallaje casi semicolonial que ostenta la superestructura europea con aspiraciones imperialistas de primer orden.
La UE demuestra así el grado de subalternidad y dependencia de unos EEUU que, a pesar de su bancarrota, la quiebra técnica y la degradación militar siguen siendo como un jabalí herido: una formidable bestia capaz de atacar salvajemente y arrasar con todo lo que se ponga por delante, precisamente por la necesidad imperiosa de seguir acumulando riquezas y exportar capitales por parte de sus grandes corporaciones industriales y financieras. Es una ley básica del sistema: la acumulación permanente de capital.(25)
Complementariamente, estos hechos nos enseñan como la UE también es una organización militarista integrada en la OTAN, pero que ostenta un eslabón de segundo orden en la cadena imperialista y necesita, por tanto, unos EEUU belicistas y expansionistas con el fin de abrir nuevos circuitos de exportación de capitales y bienes hacia otros pueblos. El carácter irreformable de la UE queda sellado, está en el ADN de la organización su dependencia total y absoluta hacia la OTAN y el capitalismo imperialista norteamericano; la UE es, pues, un instrumento de las grandes empresas financieras e industriales europeas que utilizan la superestructura creada como lanzadera de la necesaria expansión de capitales hacia el exterior(26) Sobre todo, el gran capital francés y alemán son los grandes promotores de la guerra imperial, llamando continuamente a la OTAN y a los organismos judiciales, financieros y económicos a la guerra (militar, judicial y económica) contra aquellos pueblos y/o países “rebeldes” que no se someten al dictado de los intereses norteamericanos y europeos. Una guerra imperial en todos los aspectos que la UE no ha dudado en aplicar en propio suelo europeo (expansión interna 27) y en el exterior, ya sea por iniciativa propia o en claro seguidismo del dictado del “gran hermano americano”.(28)
¿Cómo no iba el imperialismo europeo a salir en defensa urgente de cualquier alternativa a Trump? Era imposible tolerar 4 años más el repliegue militar, con restricciones de fondos a la OTAN, la salida de tropas de Oriente Medio, Asia y Europa; el repliegue para con las organizaciones comerciales, económicas y financieras globales; el retorno de empresas capitales a EEUU y, en definitiva, la entrada en una nueva etapa de proteccionismo comercial y un cierto aislacionismo económico y militar.
No ha dudado la UE en apostar con fiereza por un Biden, que va a tener que lidiar con un trumpismo fortalecido, el cual ha sabido aguantar una embestida terrible del globalismo. Podemos afirmar que esta guerra va a superar tanto al trumpismo como a Biden al no ser ésta coyuntural, sino estructural. Poco importa si las elecciones fueron amañadas o no. El marxismo analiza que las elecciones burguesas son un circo -y más las estadounidenses- donde se dilucida el gestor necesario de las burguesías en liza con una pátina democrática. Pero en realidad, esta pátina democrática saltó ya varias veces por los aires en la corta Historia del imperio.(29)
Sin embargo, lo que sí está haciendo saltar por los aires el trumpismo es la imagen impoluta de éstas elecciones cara a una galería que observa sorprendida como fascistas y/o parafascistas asaltan el Capitolio ante un posible fraude electoral (desmentido hasta la saciedad por los medios afines al régimen imperial, pero cuestionado en su esencia); como las grandes corporaciones tecnológicas privadas como Twitter, Facebook y similares intentan silenciar – y lo logran- nada más y nada menos que al Presidente(30); como grandes masas de trabajadores blancos y capas medias rurales son marginadas y repudiadas por unas empresas mediáticas y audiovisuales que silencian “su” voz. Esto ha provocado la consolidación -que no defunción como pretendían los globalistas- de un movimiento “soberanista” cada vez más radicalizado y peligroso.
A pesar de las dificultades internas y externas, podemos esperar de los “globalistas” un enconamiento del belicismo -la guerra- como fuente de ingresos, y la reconstrucción de lo arrasado (y posteriormente endeudamiento de éste) como segunda y principal fuente de ingresos. La excusa de los “Estados terroristas” se aplicará con mayor dureza -sin duda- en Oriente Medio, con Siria, Yemen, Iraq y Afganistán como epicentro; con la inestimable ayuda del imperialismo francés EE. UU podría agitar el avispero libanés, provocando conflictos de naturaleza desconocida desde los años 80 en la región. Irán será un objeto de deseo también por parte de los cruzados de la OTAN. No descartemos totalmente tampoco la posible intervención en Argelia, codiciada con nuevas ansias por las petroleras francesas y donde en los últimos años se han vivido duros intentos de desestabilización.
En América Latina los conflictos no apuntan a intervenciones directas, pero si a la agudización del hostigamiento en forma de “golpes blandos” a Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba. No descartemos las posibilidades de agresión a alguno de estos países por parte de otros estados como Colombia, con cualquier pretexto por peregrino que sea, con la preparación y/o logística aportadas por EEUU.
En el escenario europeo, la UE verá reforzadas sus pretensiones antirrusas: Bielorrusia y el Donetsk (independizado de facto de Ucrania) serán continuamente hostigados. Sin embargo, las sanciones se prevén más económicas que militares, dado la política de alianzas de ambos países. EEUU no está en condiciones de un enfrentamiento con Rusia, principal aliado de estos territorios.
En lo referente a asuntos estrictamente internos, el globalismo seguirá la línea demócrata de reforzamiento del movimiento antirracista, cierta laxitud en la política migratoria y también favorecerá el acceso de una parte de la población excluida de ciertas políticas sociales -que debieran estar garantizadas por ley, por otra parte- como la sanidad, pensiones o la educación.
También es previsible que seguiremos con el esquema fijado por las multinacionales parapetadas detrás de ciertas “tendencias” o modas interclasistas, como el feminismo burgués, ciertas supuestas libertades “de identidad” o “la diversidad”, que en el fondo no son más que expresiones burguesas del individualismo que fomentan las grandes empresas culturales (con las aplicaciones [apps] en primera línea e importantes multinacionales [redes sociales], aliadas de Biden en esta época, que pretenden seguir sus planes de expansión global). A modo de ejemplo, no es de extrañar que todas las televisiones, públicas o privadas, del Estado español repitan -machaconamente- estos clichés de la “diversidad”, la “identidad” o afines y hagan bandera de ellos, como parte del plan de expansión económica y social de estas multinacionales. Toda una revolución “cultural” destinada a crear normas y conductas de comportamiento individualista -en nombre de la libertad- que paradójicamente crean individuos más esclavos, más inconscientes y atomizados, por tanto, más alienados y dependientes de una superestructura económica y social que nos hunde en una crisis estructural donde la supervivencia económica, como trabajadores sobreexplotados y sobre- oprimidos va a ser el reto diario que conseguir. La verdadera identidad que poseemos, es la de la clase, aquella que viene determinada por nuestra relación con los medios de producción y su propiedad, y, por tanto, nuestro estatus social determinado por la división social del trabajo. Será una ardua tarea recuperar las posiciones clasistas, ya que este postmodernismo cultural y económico tiene el indisimulado objetivo político de negar nuestra clase y nuestra condición como trabajadores y trabajadoras, volcándose, eso sí, en la profundización, cada vez más confusa y extraña, por ajena a nuestros intereses como clase, “identidad o diversidad”.
La oposición “soberanista” no le pondrá nada fácil al globalismo el triunfo de la restauración imperialista de las multinacionales. La fractura del Poder es más que evidente, y el “soberanismo” ha acumulado fuerzas y Poder, tanto que hace 4 años derrotó sorpresivamente a Hillary Clinton. Siguiendo la teoría de las elecciones como termómetro social, Trump no solo no ha perdido apoyos si no que los ha aumentado, tanto cuantitativa como cualitativamente. Ha estado a punto de revalidar el mandato, con la sospecha de pucherazo incluida, que si bien no es algo nuevo en las elecciones de EEUU, sí que en esta ocasión nos permite visualizar por 2ª vez de forma cristalina la fractura profunda existente en el seno de la burguesía más agresiva del planeta.
El avance pandémico, la fractura social -a todos los niveles sociales, clases incluidas; desde el más apartado rincón de Wyoming hasta la populosa Nueva York, pasando por profesiones liberales, obreros de la construcción hasta los últimos funcionarios de la administración y la judicatura-, la batalla institucional y las tensiones en las asociaciones empresariales y los lobbies que los sustentan están provocando- sin lugar a duda- una erosión, además de en la imagen, en los pilares del Estado. Y en todos ellos.
Ciertamente, podemos encontrar ahora mismo generales del Pentágono hablando sin tapujos de “suspender la Constitución para evitar la guerra civil”.(31)
No es baladí pensar en una fragmentación incluso territorial de los propios EEUU: volver -de alguna forma- al proyecto confederado sudista, o bien, a la total independencia es no tanto un sueño para algunas poderosas asociaciones en Texas u otros Estados de la Unión como California(32). El escenario es poco probable, pero si sigue ahondándose la brecha existente y la situación continúa degradándose, las fuerzas reactivas latentes podrían rearmarse. Y no solo ideológicamente. En un país donde es relativamente fácil armarse y las armas corren como la pólvora incluso entre civiles, a centenares de miles, la cuestión no es de Perogrullo.(33)
Añádase a este cóctel la existencia de milicias, ejército y guardia nacional, y todas ellas con visiones diametralmente opuestas incluso en su seno, además de una legislación que impide la secesión de los Estados que conforman la nación y el alambicado sistema representativo de EEUU que perjudica la visibilidad de los intereses de ciertas oligarquías locales. Al respecto, la BBC apunta -como indica la nota al pie anterior en fecha mayo de 2019-:
(…) “Sin embargo, la secesión de California podría desencadenar una oleada de iniciativas similares en otras partes de EEUU.
El noreste, por ejemplo, se alienaría cada vez más en un país dominado por los republicanos sin ninguna esperanza de ganar representación política. Por lo tanto, los estados que se extienden al norte desde Maryland a Maine y del oeste a Pensilvania podrían ver la secesión como el único medio de escapar de una mayoría republicana permanente”. (…)
Así reflejadas las cosas, podemos resolver que la crisis es estructural: viene de la crisis económica iniciada en 2007 en ese país e irresuelta; continúa con las crisis subyacentes y dependientes de la crisis económica: sociales y culturales; enlazando con la crisis sanitaria, la cual hace -y hará- colisionar la decadente potencia económica y militar con las potencias emergentes rusa y, sobre todo, china.
Objetivamente, a pesar de este escenario dantesco, a los pueblos, estados y naciones antiimperialistas, o en aquellos pueblos, Estados y naciones donde el movimiento antiimperialista -o socialista, en un estadio de conciencia superior- esté desarrollándose y albergue posibilidades reales de triunfo, la decadencia y disputa interna de las facciones oligárquicas en EEUU favorece, ofrece las condiciones necesarias para un mejor asentamiento o desarrollo de estos proyectos emancipadores.
Será nuevamente en el mal llamado Tercer Mundo donde se puedan abrir “las amplias alamedas”; si el colapso norteamericano -o su posibilidad de tal- se produce, el desarrollo de los procesos liberadores podrá ser mayor, dependiendo éste de las condiciones subjetivas que antepongan a lo objetivo. Es así como a pesar de una más que probable etapa de reacción con la llegada del Complejo Militar Industrial y aliados (representado por Biden) a la gestión del Poder, es muy posible que la debilidad orgánica del imperio se debilite por sus luchas intestinas y los reflujos que pueda aportar el “soberanismo”.
Es pues un escenario estructural, que va más allá de Biden y Trump, como fue en su día más allá de Trump y Clinton; las señales de podredumbre que envía el imperio se han de interpretar, pero nuestra es esa labor de interpretación y análisis, más la traducción necesaria, para que podamos estudiar a fondo la deriva del imperialismo y preparar de forma clasista y organizada la respuesta activa -que no reactiva-.
En estos últimos tiempos hemos vivido hechos históricos en forma de pandemias que han demostrado la fragilidad de los sistemas sanitarios del sistema capitalista(1). Seguimos comprobando como millones de trabajadores y trabajadoras siguen muriendo, enfermando y empobreciéndose(2), como las farmacéuticas se están frotando las manos con la comercialización de las vacunas, de las cuales, con toda probabilidad, millones de trabajadores y sectores populares del mal llamado Tercer Mundo serán excluidos en paralelo a las fortunas que ya empiezan a acumular los propietarios de dichas farmacéuticas(3); así mismo, asistimos a ver -aunque anestesiados por el opio de la alienación- como numerosos sectores sociales más o menos acomodados de las sociedades occidentales (europeas y norteamericanas fundamentalmente) se empobrecen a pasos agigantados y pasan a engrosar el ejército de reserva del Capital en forma de mano de obra en paro o se precariza agudamente su situación laboral, en numerosísimos casos abandonados por unas administraciones públicas que aseguraban que no lo harían jamás(4).
Fruto de la total desorganización y planificación del sistema, los sectores más vulnerables del proletariado sufren una y otra vez las consecuencias de la crisis sanitaria y social, que ya mucho antes de la llegada pandémica daba señales de alarma en lo económico.
Con esta breve y necesaria introducción contextual, podemos afirmar que EEUU no es ninguna excepción a esta realidad, que además, como potencia dirigente del bloque imperialista occidental, los síntomas de decadencia son enormes, y la teatral irrupción de masas enardecidas en el Capitolio(5) -sede del poder legislativo federal- no es más que una expresión de la agudización de la situación de descomposición del sistema capitalista que oculta -o muestra si prospectamos en ella- una guerra entre burguesías estadounidenses enfrentadas en dos proyectos imperialistas encontrados e incompatibles.
1) DOS PROYECTOS ANTAGÓNICOS DE DOMINACIÓN MUNDIAL EN PLENA DECADENCIA:
Como afirmábamos, la burguesía norteamericana se haya en un dilema: EEUU ha pasado de ser la superpotencia económica y militar del mundo capitalista desde 1945 hasta nuestros días, estrechando lazos con Europa, promoviendo la creación de organismos reguladores de la economía bajo su égida (OCDE, Banco mundial, Fondo Monetario Internacional, G-20, etc.(6), militares (OTAN) (7), los Tratados de Libre Comercio (TLC) con Canadá y México, etc., etc.,…que supusieron un desarrollo sin precedentes de la exportación de capitales, industrias -entre ellas la exportación de armas de todo tipo, muchas veces en forma de invasiones, guerras y cuyas consecuencias son la destrucción sistemática de países o pueblos enteros que serán reconstruidos con la primacía exclusiva del agresor- a ser una potencia en declive inexorable que es incapaz -a pesar de sus enconados intentos- de seguir progresando ni en lo militar ni en lo económico a conquistar nuevas fronteras ni derrotar a sus enemigos internacionales en los últimos tiempos(8).
Efectivamente, el imperio norteamericano de occidente, como aquel imperio romano del año 395, en el que tras las derrotas militares previas ante godos y diversos pueblos bárbaros el emperador Teodosio I recuperó a duras penas el control, sufre una crisis sin final aparente, irreversible a todos los niveles, donde el “establishment” intenta reconducir una situación que a medio plazo solo puede ser aún más explosiva.
El paralelismo con el declive y caída del Imperio romano de Occidente es claro: a la incapacidad militar de las últimas décadas -donde no ha podido vencer en ninguna de las guerras que ha iniciado- se unen las derrotas en lo económico, en lo diplomático y en el resurgir de economías sólidas y en continua expansión que amenazan la hegemonía, tanto a EEUU como a la “vasalla” UE, de su posición(9).
Teodosio I recuperó un poder frágil, con un ejército colapsado, con territorios de su imperio fuera de control (por lo que, entre otras consecuencias la producción económica y las entradas de impuestos menguaron, provocando colapsos, encarecimiento de la materia prima y los productos básicos -incluidos los esclavos-) y con las fronteras presionadas por potencias extranjeras. -e incluso zonas enteras intervenidas y fuera de control romano-. Al morir Teodosio se repartió el poder entre sus hijos que entraron en guerra civil. El ejército, total y absolutamente sobredimensionado, ineficaz y con unos mandos ansiosos de Poder, jugó un papel preponderante en estos hechos que arrastraron la caída de Roma, oficialmente producida en 476 aunque sea matizable. EEUU a día de hoy se nos muestra como una potencia mundial en la cual en el interior de su seno malconviven diversos intereses enfrentados y ávidos de Poder, después de años de crecimiento económico continuado, de regeneración económica tras años de crisis, de imposición de acuerdos internos y de anexión de nuevos mercados externos; de las necesidades de salida del stock del Complejo Militar Industrial contra proyectos de reconstrucción industrial nacional y concentración de capitales en suelo estadounidense…en definitiva, se trata de contradicciones profundamente agudas e insalvables entre los intereses de unas burguesías de carácter oligárquico/imperialistas expansionistas -las cuales han dibujado hasta hoy la faz de gran parte del Planeta- y unas burguesías nacionalistas/chovinistas que sueñan con arrebatar el Poder al Complejo Militar Industrial Financiero y las grandes corporaciones empresariales multinacionales que siguen apostando por la exportación de capitales, la concentración de riquezas y la hostilidad a todo aquel que se oponga a sus designios (aunque sea vía “manu militari”).
Este es el quid de la cuestión: las fracciones burguesas enfrentadas entre sí, con una visión diametralmente opuesta de cómo remontar la crisis económica, social, cultural y sanitaria, que reflejan dos concepciones del mundo más allá de EEUU radicalmente distintas.
a) Tipología de las fracciones enfrentadas:
Ante todo, es importante destacar que las nuevas crisis que arrecian y la propia composición de los dos principales partidos que representan los intereses de las 2 burguesías norteamericanas en disputa han facilitado que estos partidos se vean superados por los intereses de los burgueses a los cuales dicen representar. Esto es, podemos encontrar representantes de ambas facciones tanto en el Partido Demócrata como en el Republicano(10).
Sin embargo, los “soberanistas” abundan más en el Partido Republicano. De hecho, Trump es un representante de tal facción; la facción “globalista” se haya más arraigada en el Partido Demócrata. No obstante, las dos influyen en los dos partidos y actúan por cuenta propia en las instituciones electivas, en el poder corporativo empresarial, en el Pentágono, la CIA y el Complejo Militar-Industrial-Financiero.
Queda meridianamente claro que tanto partidos como candidatos son instrumentos de dos facciones del gran capital, de corporaciones y estructuras más permanentes y con mayor raigambre económica, social, militar e ideológica.
Recientes -y antiguos- resultados electorales tramposos -o no-, disputas por el voto por correo, disputas por el senador tal o cual de tal estado o aquel otro…todo esto queda en un segundo plano. Lo que realmente está en juego es la lucha por el control efectivo del Poder, de los resortes de este. Es una auténtica pugna por el Poder y el rumbo que ha de llevar la nave por un camino plagado de sombras y dificultades.
Nuevamente, y con el ejemplo de EEUU vemos como el Estado no es neutro; no es un elemento puesto al azar y según quién llegue a él, éste se puede gestionar de tal o cual manera. El Poder, por tanto, no es el Estado. Confundir gestión del Gobierno, Estado y Poder nos remite a concepciones políticas, económicas y sociales ideales neoplatónicas. El Estado es un instrumento creado y diseñado por una clase dominante que efectivamente ha tomado el Poder de los medios de producción y ha creado su instrumento para explotar y oprimir su clase por encima de la otra.(11)
Los EEUU con los ejemplos de estos días, insistimos, nos enseñan el verdadero Poder y la disputa entre facciones que ostentan ese Poder para dirigirlo en base a sus intereses: han emergido, pues, las contradicciones entre la propia clase dirigente, y estas son muy agudas, puesto que no las resuelven simples gestiones cosméticas.
Efectivamente, los “soberanistas” exigen un giro copernicano a las políticas económicas desarrolladas y predominantes en los últimos decenios: así, se explicita un interés en el repliegue económico, el volcado de partes del poder transnacional de EEUU hacia el interior de sus fronteras; todo ello, que no es poco, a contracorriente de la llamada globalización neoliberal, esto es, de la mundialización del capital. Para ello, desde la era Trump, se intentó primar la economía interior, imponer aranceles al exterior, dejar en un segundo plano la OTAN (incluso desinvirtiendo en ella), etc…(12)
Para el objetivo marcado, es necesario un adoctrinamiento, una inoculación del chovinismo nacionalista entre amplios sectores de la población (es significativo el lema “Make America great”). Aglutinados en torno a demagógicos discursos y proféticas soluciones a corto plazo, aprietan filas en torno al proyecto para combatir las altas tasas de desempleo, reflotar la industria nacional y los sectores económicos destruidos por el modelo actual -marcado por las grandes corporaciones y el Complejo Militar y Financiero-. En definitiva, un retorno al WASP de antaño (White Anglo Saxon Protestant)(13), donde la clase obrera blanca sea la base sustentadora de este neopopulismo de tintes fascistas, muy reaccionario, que pretende dividir a los trabajadores sobre bases étnico-raciales, identitarias y socio-culturales en provecho de una burguesía muy reaccionaria. El trabajador blanco, afectado por las sucesivas crisis y actualmente por la crisis sanitaria, desplazado por las masas obreras inmigrantes mal pagadas, explotado y oprimido, es el “objetivo”, donde asentar un ejército disciplinado, manipulable y servil que ayude a la burguesía nacionalista chovinista a asentar su Ítaca.
La lucha contra el paro a la vez que se intenta combatir el declive económico son los dos ejes de la política de los "soberanistas" y sus masas adoctrinadas. El rescate de una gran parte del capital transnacional para reinvertir en EEUU es la receta proteccionista con la cual se pretende, por parte de la gran burguesía dirigente, fomentar su crecimiento económico; por otra parte, el cierre de fronteras (o como mínimo restricción de acceso) a la inmigración obrera extranjera, la negativa a las regularizaciones y las deportaciones buscan “proteger” a la masa de trabajadores blancos norteamericanos. Esta burguesía considera que el empleo en esta fase es un bien “escaso”, que se debe desarrollar con las políticas económicas proteccionistas, las cuales desarrollarán una industria potente a la par que renacidas empresas financieras que posteriormente, en su desarrollo ulterior, se tornará nuevamente expansionista.
Surgen, pululan y se expanden, imbricándose entre ellas, en este tipo de tropa todo tipo de semi sectas, sectas y/o ideologías. Un magma de antiguos y nuevos rescoldos fascistas, neonazis y similares (el KKK, el “sudismo” o los Proud Boys, por ejemplo); seguidores de engendros ideológico-místicos (p.e. QAnon); corrientes ideológicas con raigambre en los partidos tradicionales (donde se concentran los gestores de la burguesía) y chamanismo, esoterismo y misticismo. De nuevo, tenemos varios paralelismos históricos evidentes, como por ejemplo el período histórico en el que se produjo la degradación de la Grecia clásica y su substitución por el Imperio Macedónico que provocó, en el interregno de esas dos etapas, la aparición de diversas corrientes filosóficas (epicureísmo, estoicismo, diogenismo…que poco o nada tenían que ver con el platonismo y/o el aristotelismo predominante hasta entonces) y si más con un caos gris, oscuro, deprimente al percibirse socialmente la llegada de épocas con más sombras que luces a pesar de pasar a pertenecer a un imperio “cosmopolita” y considerarse el mismo “el centro del mundo”.
Para ello es imprescindible enarbolar viejas banderas frente a los postmodernismos que son la enseña de los “globalistas”. La reacción conservadora pretende defender lo tradicional, lo cristiano, lo blanco y norteamericano frente a los feminismos, las identidades culturales, la diversidad o el relativismo cultural. Todo lo defendido por los “globalistas” se percibe como un ataque a la supervivencia de la idiosincrasia norteamericana e incluso a la pervivencia cultural y económica de la clase media blanca. En ese popurrí encontramos, como decíamos, desde nostálgicos del Mayflower hasta sudistas y el KKK, pero es tan heterogéneo que colectivos de mujeres, afroamericanos e incluso latinos, pasando por cubanos exiliados no dudan en apoyar la reacción con tal de defender sus privilegios o sencillamente creen que haciéndolo fomentan el orden frente a la decadencia norteamericana actual.
Dicho de otra manera, los "soberanistas" serían la facción burguesa nacionalista que apuesta por la recuperación del Poder -o parte de él- transnacional, recuperando empresas y Capital hacia el interior de EEUU con el fin de desarrollar el mercado interior del país, primándolo sobre los intereses situados en el extranjero.
Se explica así la apuesta de la administración Trump por reducir su peso económico en la OTAN; sus limitaciones a las ofensivas militares imperialistas (a diferencia de las anteriores administraciones), no cediendo a las presiones del Complejo Militar; y por supuesto, despreciando relativamente a la Unión Europea (hasta entonces socio preferente de EEUU), a la que en múltiples ocasiones se ha enfrentado, abriendo diferentes episodios de guerra económica.(14)
Los “globalistas” son los gestores y propietarios de la oligarquía multinacional y transnacional, de origen estadounidense, pero con amplia implantación mundial. Su inmenso Poder se extiende pues más allá de las enormes, pero a su vez limitadas fronteras norteamericanas. Es el Poder que explota y oprime internacionalmente a la clase obrera de forma indiscriminada, conquista nuevos mercados por la fuerza de las armas, movilizando los enormes recursos disponibles para ello creados por los Estados occidentales para tal fin.
Sostienen las alianzas con otras superestructuras imperialistas como la Unión Europea (UE), organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el G-20 y el brazo militar del imperialismo, la OTAN.
La oligarquía globalista sigue, a pesar de este período de crisis, impulsando ofensivas militares para conseguir nuevos mercados.
En política interior, esta burguesía explota a los trabajadores al máximo, condenando a amplísimas capas de trabajadores a una vida de miseria, paro e incluso pluriempleo post-jubilación(15); excluyendo derechos básicos y fundamentales a ingentes cantidades de trabajadores como la sanidad de calidad o la educación(16); fomentando la división social por cuestiones de género u otras identidades con el fin de desunir a la clase trabajadora y poder, por tanto, desactivar las posibles revoluciones del futuro que serían provocadas por la desmembración imperial.
En esta facción burguesa se hayan la mayoría de las empresas de la industria informática, las empresas de comunicación audiovisual, grandes editoriales y prensa, cadenas de televisión, la industria aeronáutica y espacial, las farmacéuticas, mineras, la banca y aseguradoras, las industrias militares y auxiliares relacionadas con el Complejo Militar -incluidas las firmas de ejércitos mercenarios-, automovilísticas, constructoras y metalúrgicas, etc., así como gran parte del mundo de la industria del espectáculo (cine, música y teatro).(17)
Ciertamente, por ejemplo, apoyan la política globalista de Meg Whitman, ex presidenta ejecutiva de Hewlett Packard (HP), actualmente gran directivo de otra gran empresa, Quibi, una plataforma de emisión en “streaming”; el exsecretario de Estado Colin Powell, del gabinete Bush y con amplios lazos con el Complejo Militar; el grupo republicano anti-Trump “El Proyecto Lincoln”, donde destaca George Conway, el esposo de la consejera de la Casa Blanca Kellyanne Conway.(18) También el exsecretario de Defensa William Cohen.
Personalidades aparte, además de empresas como HP, las empresas tecnológicas de Silicon Valley apostaron por el globalista Biden: Facebook, Google, Apple, Microsoft, Amazon, LinkedIn, Microsoft y Twitter han apoyado sin tapujos al demócrata, tanto con donaciones multimillonarias directas como en logística.(19) De entre los medios de comunicación y prensa periódica, tanto en el este como en el oeste, Joe Biden es el elegido en los medios con mayor flujo y lectores, como el New York Times, Washington Post, Los Angeles Times y Boston Globe. Lo mismo sucede en el norte, donde dos de los medios más leídos en Illinois, el Chicago Sun Times y el Chicago Tribune, dieron su apoyo a Biden. El Huffington Post también lo hizo.
Por otra parte, la revista científica inglesa Nature y la norteamericana Scientific American —no había dado su apoyo a ningún candidato en 175 años de existencia—, así como USA Today —una de las cadenas de noticias más grandes de Estados Unidos y que en sus 38 años no se había pronunciado—, llamaron a votar por el demócrata.
Caciques de la prensa, como el fundador de la agencia comunicativa homónima, Michael Bloomberg, incluso se presentó a las primarias demócratas para “frenar a Trump”. (20)
Spielberg, Soros, la empresa Twilio, EBay…son otras de las empresas y/o empresarios relacionados con Biden. Trump tiene el apoyo de Goya, Blackstone y otros sectores de la banca y las financieras.
Así mismo, una simple búsqueda nos ofrece información muy precisa sobre los apoyos en los que se sustentará el presidente Biden: el Periódico del 12 de diciembre de 2020 afirma que “el Gobierno que diseña Biden incluye a miembros ligados a grandes empresas”, así como que el “Secretario de Defensa está a sueldo de uno de los mayores contratistas de armas del Pentágono. Dos de los principales asesores económicos salen de la cantera del mayor inversor de fondos del mundo”.(21)
b) Un panorama inquietante:
Con este enfrentamiento en marcha, el panorama que se le presenta tanto a la clase obrera y sectores populares de EEUU como a la del resto del mundo es como mínimo inquietante.
A la decadencia imperial se suma el consiguiente choque de trenes provocado por el enfrentamiento entre las diversas facciones burguesas en disputa por el control del Estado. Y el resultado -como también la disputa- de estas contradicciones tendrán repercusiones globales.
Esta es una disputa que va mucho más allá de Biden y Trump: se trata de un combate por el control del Estado y sus resortes con el fin de ponerlo a su servicio. Significativo es, por tanto, que el equipo de Biden cuente con miembros pertenecientes de forma directa a los sectores que la administración Trump “perjudicó”. El Complejo Militar Industrial forma parte del gabinete administrativo de Biden, así como las financieras, gran banca y la industria tecnológica, que han invertido miles de millones en su campaña y ahora quieren asegurarse un puesto en primera línea para aplicar las medidas necesarias en defensa de su interés.(22)
Es un hecho que Obama (Premio Nobel de la Paz gracias a un cruel sarcasmo de la Historia) y los Clinton, por ejemplo, lanzaron más campañas militares, invadieron más países, colonizaron más territorios y aportaron por tanto más negocio exterior a las multinacionales que la administración Trump, la cual ha intentado un repliegue estratégico de recursos militares, geopolíticos y de capitales, en contra del parecer de la industria del armamento y las grandes corporaciones, de los países aliados de EEUU (con la UE en primer plano) y los pueblos y países colonizados cuyas oligarquías locales dependen del “amigo americano”.(23)
Cierto es que Trump, como buen gestor de la burguesía, tuvo que ceder en determinadas ocasiones a las presiones del Complejo Militar, como en el caso sirio, pero eso no determinó que la prioridad no era el repliegue. El furor con el que le atacan los medios belicistas tanto en EEUU como también, de forma totalmente machacona en la UE, deseándole incluso los peores males(24), muestran el grado de sumisión lacayuna y de vasallaje casi semicolonial que ostenta la superestructura europea con aspiraciones imperialistas de primer orden.
La UE demuestra así el grado de subalternidad y dependencia de unos EEUU que, a pesar de su bancarrota, la quiebra técnica y la degradación militar siguen siendo como un jabalí herido: una formidable bestia capaz de atacar salvajemente y arrasar con todo lo que se ponga por delante, precisamente por la necesidad imperiosa de seguir acumulando riquezas y exportar capitales por parte de sus grandes corporaciones industriales y financieras. Es una ley básica del sistema: la acumulación permanente de capital.(25)
Complementariamente, estos hechos nos enseñan como la UE también es una organización militarista integrada en la OTAN, pero que ostenta un eslabón de segundo orden en la cadena imperialista y necesita, por tanto, unos EEUU belicistas y expansionistas con el fin de abrir nuevos circuitos de exportación de capitales y bienes hacia otros pueblos. El carácter irreformable de la UE queda sellado, está en el ADN de la organización su dependencia total y absoluta hacia la OTAN y el capitalismo imperialista norteamericano; la UE es, pues, un instrumento de las grandes empresas financieras e industriales europeas que utilizan la superestructura creada como lanzadera de la necesaria expansión de capitales hacia el exterior(26) Sobre todo, el gran capital francés y alemán son los grandes promotores de la guerra imperial, llamando continuamente a la OTAN y a los organismos judiciales, financieros y económicos a la guerra (militar, judicial y económica) contra aquellos pueblos y/o países “rebeldes” que no se someten al dictado de los intereses norteamericanos y europeos. Una guerra imperial en todos los aspectos que la UE no ha dudado en aplicar en propio suelo europeo (expansión interna 27) y en el exterior, ya sea por iniciativa propia o en claro seguidismo del dictado del “gran hermano americano”.(28)
¿Cómo no iba el imperialismo europeo a salir en defensa urgente de cualquier alternativa a Trump? Era imposible tolerar 4 años más el repliegue militar, con restricciones de fondos a la OTAN, la salida de tropas de Oriente Medio, Asia y Europa; el repliegue para con las organizaciones comerciales, económicas y financieras globales; el retorno de empresas capitales a EEUU y, en definitiva, la entrada en una nueva etapa de proteccionismo comercial y un cierto aislacionismo económico y militar.
No ha dudado la UE en apostar con fiereza por un Biden, que va a tener que lidiar con un trumpismo fortalecido, el cual ha sabido aguantar una embestida terrible del globalismo. Podemos afirmar que esta guerra va a superar tanto al trumpismo como a Biden al no ser ésta coyuntural, sino estructural. Poco importa si las elecciones fueron amañadas o no. El marxismo analiza que las elecciones burguesas son un circo -y más las estadounidenses- donde se dilucida el gestor necesario de las burguesías en liza con una pátina democrática. Pero en realidad, esta pátina democrática saltó ya varias veces por los aires en la corta Historia del imperio.(29)
Sin embargo, lo que sí está haciendo saltar por los aires el trumpismo es la imagen impoluta de éstas elecciones cara a una galería que observa sorprendida como fascistas y/o parafascistas asaltan el Capitolio ante un posible fraude electoral (desmentido hasta la saciedad por los medios afines al régimen imperial, pero cuestionado en su esencia); como las grandes corporaciones tecnológicas privadas como Twitter, Facebook y similares intentan silenciar – y lo logran- nada más y nada menos que al Presidente(30); como grandes masas de trabajadores blancos y capas medias rurales son marginadas y repudiadas por unas empresas mediáticas y audiovisuales que silencian “su” voz. Esto ha provocado la consolidación -que no defunción como pretendían los globalistas- de un movimiento “soberanista” cada vez más radicalizado y peligroso.
A pesar de las dificultades internas y externas, podemos esperar de los “globalistas” un enconamiento del belicismo -la guerra- como fuente de ingresos, y la reconstrucción de lo arrasado (y posteriormente endeudamiento de éste) como segunda y principal fuente de ingresos. La excusa de los “Estados terroristas” se aplicará con mayor dureza -sin duda- en Oriente Medio, con Siria, Yemen, Iraq y Afganistán como epicentro; con la inestimable ayuda del imperialismo francés EE. UU podría agitar el avispero libanés, provocando conflictos de naturaleza desconocida desde los años 80 en la región. Irán será un objeto de deseo también por parte de los cruzados de la OTAN. No descartemos totalmente tampoco la posible intervención en Argelia, codiciada con nuevas ansias por las petroleras francesas y donde en los últimos años se han vivido duros intentos de desestabilización.
En América Latina los conflictos no apuntan a intervenciones directas, pero si a la agudización del hostigamiento en forma de “golpes blandos” a Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba. No descartemos las posibilidades de agresión a alguno de estos países por parte de otros estados como Colombia, con cualquier pretexto por peregrino que sea, con la preparación y/o logística aportadas por EEUU.
En el escenario europeo, la UE verá reforzadas sus pretensiones antirrusas: Bielorrusia y el Donetsk (independizado de facto de Ucrania) serán continuamente hostigados. Sin embargo, las sanciones se prevén más económicas que militares, dado la política de alianzas de ambos países. EEUU no está en condiciones de un enfrentamiento con Rusia, principal aliado de estos territorios.
En lo referente a asuntos estrictamente internos, el globalismo seguirá la línea demócrata de reforzamiento del movimiento antirracista, cierta laxitud en la política migratoria y también favorecerá el acceso de una parte de la población excluida de ciertas políticas sociales -que debieran estar garantizadas por ley, por otra parte- como la sanidad, pensiones o la educación.
También es previsible que seguiremos con el esquema fijado por las multinacionales parapetadas detrás de ciertas “tendencias” o modas interclasistas, como el feminismo burgués, ciertas supuestas libertades “de identidad” o “la diversidad”, que en el fondo no son más que expresiones burguesas del individualismo que fomentan las grandes empresas culturales (con las aplicaciones [apps] en primera línea e importantes multinacionales [redes sociales], aliadas de Biden en esta época, que pretenden seguir sus planes de expansión global). A modo de ejemplo, no es de extrañar que todas las televisiones, públicas o privadas, del Estado español repitan -machaconamente- estos clichés de la “diversidad”, la “identidad” o afines y hagan bandera de ellos, como parte del plan de expansión económica y social de estas multinacionales. Toda una revolución “cultural” destinada a crear normas y conductas de comportamiento individualista -en nombre de la libertad- que paradójicamente crean individuos más esclavos, más inconscientes y atomizados, por tanto, más alienados y dependientes de una superestructura económica y social que nos hunde en una crisis estructural donde la supervivencia económica, como trabajadores sobreexplotados y sobre- oprimidos va a ser el reto diario que conseguir. La verdadera identidad que poseemos, es la de la clase, aquella que viene determinada por nuestra relación con los medios de producción y su propiedad, y, por tanto, nuestro estatus social determinado por la división social del trabajo. Será una ardua tarea recuperar las posiciones clasistas, ya que este postmodernismo cultural y económico tiene el indisimulado objetivo político de negar nuestra clase y nuestra condición como trabajadores y trabajadoras, volcándose, eso sí, en la profundización, cada vez más confusa y extraña, por ajena a nuestros intereses como clase, “identidad o diversidad”.
La oposición “soberanista” no le pondrá nada fácil al globalismo el triunfo de la restauración imperialista de las multinacionales. La fractura del Poder es más que evidente, y el “soberanismo” ha acumulado fuerzas y Poder, tanto que hace 4 años derrotó sorpresivamente a Hillary Clinton. Siguiendo la teoría de las elecciones como termómetro social, Trump no solo no ha perdido apoyos si no que los ha aumentado, tanto cuantitativa como cualitativamente. Ha estado a punto de revalidar el mandato, con la sospecha de pucherazo incluida, que si bien no es algo nuevo en las elecciones de EEUU, sí que en esta ocasión nos permite visualizar por 2ª vez de forma cristalina la fractura profunda existente en el seno de la burguesía más agresiva del planeta.
El avance pandémico, la fractura social -a todos los niveles sociales, clases incluidas; desde el más apartado rincón de Wyoming hasta la populosa Nueva York, pasando por profesiones liberales, obreros de la construcción hasta los últimos funcionarios de la administración y la judicatura-, la batalla institucional y las tensiones en las asociaciones empresariales y los lobbies que los sustentan están provocando- sin lugar a duda- una erosión, además de en la imagen, en los pilares del Estado. Y en todos ellos.
Ciertamente, podemos encontrar ahora mismo generales del Pentágono hablando sin tapujos de “suspender la Constitución para evitar la guerra civil”.(31)
No es baladí pensar en una fragmentación incluso territorial de los propios EEUU: volver -de alguna forma- al proyecto confederado sudista, o bien, a la total independencia es no tanto un sueño para algunas poderosas asociaciones en Texas u otros Estados de la Unión como California(32). El escenario es poco probable, pero si sigue ahondándose la brecha existente y la situación continúa degradándose, las fuerzas reactivas latentes podrían rearmarse. Y no solo ideológicamente. En un país donde es relativamente fácil armarse y las armas corren como la pólvora incluso entre civiles, a centenares de miles, la cuestión no es de Perogrullo.(33)
Añádase a este cóctel la existencia de milicias, ejército y guardia nacional, y todas ellas con visiones diametralmente opuestas incluso en su seno, además de una legislación que impide la secesión de los Estados que conforman la nación y el alambicado sistema representativo de EEUU que perjudica la visibilidad de los intereses de ciertas oligarquías locales. Al respecto, la BBC apunta -como indica la nota al pie anterior en fecha mayo de 2019-:
(…) “Sin embargo, la secesión de California podría desencadenar una oleada de iniciativas similares en otras partes de EEUU.
El noreste, por ejemplo, se alienaría cada vez más en un país dominado por los republicanos sin ninguna esperanza de ganar representación política. Por lo tanto, los estados que se extienden al norte desde Maryland a Maine y del oeste a Pensilvania podrían ver la secesión como el único medio de escapar de una mayoría republicana permanente”. (…)
Así reflejadas las cosas, podemos resolver que la crisis es estructural: viene de la crisis económica iniciada en 2007 en ese país e irresuelta; continúa con las crisis subyacentes y dependientes de la crisis económica: sociales y culturales; enlazando con la crisis sanitaria, la cual hace -y hará- colisionar la decadente potencia económica y militar con las potencias emergentes rusa y, sobre todo, china.
Objetivamente, a pesar de este escenario dantesco, a los pueblos, estados y naciones antiimperialistas, o en aquellos pueblos, Estados y naciones donde el movimiento antiimperialista -o socialista, en un estadio de conciencia superior- esté desarrollándose y albergue posibilidades reales de triunfo, la decadencia y disputa interna de las facciones oligárquicas en EEUU favorece, ofrece las condiciones necesarias para un mejor asentamiento o desarrollo de estos proyectos emancipadores.
Será nuevamente en el mal llamado Tercer Mundo donde se puedan abrir “las amplias alamedas”; si el colapso norteamericano -o su posibilidad de tal- se produce, el desarrollo de los procesos liberadores podrá ser mayor, dependiendo éste de las condiciones subjetivas que antepongan a lo objetivo. Es así como a pesar de una más que probable etapa de reacción con la llegada del Complejo Militar Industrial y aliados (representado por Biden) a la gestión del Poder, es muy posible que la debilidad orgánica del imperio se debilite por sus luchas intestinas y los reflujos que pueda aportar el “soberanismo”.
Es pues un escenario estructural, que va más allá de Biden y Trump, como fue en su día más allá de Trump y Clinton; las señales de podredumbre que envía el imperio se han de interpretar, pero nuestra es esa labor de interpretación y análisis, más la traducción necesaria, para que podamos estudiar a fondo la deriva del imperialismo y preparar de forma clasista y organizada la respuesta activa -que no reactiva-.
Alex FG
Licenciado en Historia.
Titulado en Historia del Pensamiento.
Barcelona, Enero/Febrero 2021
Licenciado en Historia.
Titulado en Historia del Pensamiento.
Barcelona, Enero/Febrero 2021
Notas:
1 https://ec.europa.eu/info/live-work-travel-eu/coronavirus-response/crisis-management-and-solidarity_es. Es totalmente paradójico que el potencial económico de la UE (el tercero del mundo) sea incapaz de hacer frente con las mínimas garantías de éxito ya no solo combatir, sino para abastecer de recursos logísticos, económicos y humanos a las estructuras sanitarias y afines con el fin de preparar la correcta respuesta. España según ciertos indicadores, es la 5ª potencia dentro de la UE.
2 https://www.rtve.es/noticias/20210108/curva-contagios-muertes-coronavirus-espana-dia-dia/2010514.shtml. Según la empresa pública RTVE, a 08/01/2021, en España han fallecido 51.874 personas y la tasa de contagio crece. La tasa de mortalidad en los países socialistas (Vietnam, Cuba, RDP de Corea, China y Laos) es de menos de 4 muertos por millón de habitantes, en los capitalistas es de más de 260 muertos por millón de habitantes, según Unión Proletaria.
3 https://www.abc.es/economia/abci-pfizer-vendio-62-por-ciento-acciones-mismo-anuncio-eficiencia-vacuna-202011111944_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F . El CEO de Pfizer vendió el 62% de sus acciones y se embolsó 5,6 millones de dólares el mismo día del anuncio de la eficacia de la vacuna. Los ejemplos relacionados con estos temas son abundantes.
4 https://www.publico.es/economia/personas-pobres-sufriran-consecuencias-crisis-situacion-laboral-economica-previa-pandemia.html
5 Asalto al Capitolio: https://www.abc.es/internacional/abci-directo-partidarios-trump-asaltan-capitolio-tras-negativa-presidente-abandonar-cargo-202101062141_directo.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
6 La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es una organización internacional de carácter intergubernamental. Tiene su origen en la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE) de 1948, creada para administrar la ayuda del Plan Marshall, proporcionada por EE.UU. y Canadá para la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Cf: http://www.exteriores.gob.es/RepresentacionesPermanentes/OCDE/es/quees2/Paginas/Pa%C3%ADses-Miembros.aspx
El Banc Mundial va ser creat a la 1944 a la Conferència de Bretton Woods, juntament amb tres altres institucions, incloent el Fons Monetari Internacional (IMF). El Banc Mundial i l’IMF tenen tots dos la seva seu a Washington DC, i treballen estretament entre si. No va ser, però, fins a la ratificació internacional dels Acords de Bretton Woods el 27 de desembre de 1945 que no va començar a funcionar formalment.
Tot i que molts països van ser representats a la Conferència de Bretton Woods, els Estats Units i Regne Unit eren el més destacats en presència i van dominar les negociacions.(…) Cf: https://ca.wikipedia.org/wiki/Banc_Mundial y también: https://www.bancomundial.org/es/about/history
¿QUÉ ES EL G-20?
Es un foro internacional integrado por las 19 economías de los países más ricos y de los emergentes más la Unión Europea. Sus economías representan el 85% del PIB. El G-20 es un espacio de cooperación y consulta en el que los países intentan buscar soluciones comunes a los programas globales. Este foro renació en el 2008, con la presencia de los presidentes y primeros ministros en las reuniones que sucedieron al estallido de la gran crisis financiera. También participan altas autoridades de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la OCDE y el Foro de Estabilidad Financiera. Cf: https://www.elperiodico.com/es/internacional/20181129/que-es-el-g20-y-para-que-sirve-6152546
7 La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tiene sus orígenes en la firma del Tratado de Washington de 1949, mediante el cual diez países de ambos lados del Atlántico (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido) se comprometieron a defenderse mutuamente en caso de agresión armada contra cualquiera de ellos. Cf: http://www.exteriores.gob.es/RepresentacionesPermanentes/OTAN/es/quees2/Paginas/QueeslaOTAN.aspx
8 Al respecto, es de interés consultar las obras siguientes: Mann, Michael, El imperio incoherente: Estados Unidos y el nuevo orden internacional, ed. Paidós, 2004. Especialmente llamativo es comprobar como ya en una fecha anterior a la crisis de 2007, el autor analizaba las incongruencias, deficiencias y contradicciones del imperialismo norteamericano, al que acusa de provocar un gran desorden mundial”. Otra obra que ejemplifica muy bien el avispero de Oriente Medio que ha agitado el imperialismo occidental y del cual no sabe escapar, en el que EE. UU ha lanzado diversas intervenciones militares es la de Segura, Antoni, Irak en la encrucijada, ed. RBA, 2003.
9 Baste un pequeño análisis económico sobre China e India muy bien explicitado en esta noticia de la prensa económica especializada: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/10825322/10/20/China-supera-a-la-Eurozona-como-segunda-economia-mundial-y-empieza-a-acercarse-a-EEUU.html 10 Indicativo de esto, podemos consultar: https://www.france24.com/es/20191220-qui%C3%A9nes-son-los-dem%C3%B3cratas-que-dijeron-no-al-juicio-pol%C3%ADtico-a-donald-trump
11 Turia, Juan del, Temática del marxismo (Tomo I: los fundadores. Carlos Marx, Federico Engels); Temática del marxismo (Tomo II: los realizadores), ed. Cinc d’Oros, 1977. Del Tomo II, recomendamos el Capítulo V, “El Estado” principalmente los textos de Lenin referidos a este.
12 Es totalmente elocuente el titular de El País del 29/11/2020: “La OTAN ve a salvo su supervivencia con la salida de Trump de la Casa Blanca
La victoria de Joe Biden, un fiel defensor de la Alianza Atlántica, se interpreta como una oportunidad de reinventar la organización”.
https://elpais.com/internacional/2020-11-29/la-otan-ve-a-salvo-su-supervivencia-con-la-salida-de-trump-de-la-casa-blanca.html
Pinceladas sobre política arancelaria y posiciones respecto acuerdos comerciales exteriores: https://www.efeagro.com/noticia/politica-arancelaria-cruzada-trump/
13 En referencia a las oleadas migratorias de gran parte de los s. XIX y XX, W.P. Adams escribe: “El modelo de la Anglo-conformity de los nacionalistas (norteamericanos, nota del autor), por consiguiente, era en cierto modo un fraude, pero hacía posible que todos los inmigrantes que no fuesen de ascendencia británica quedaran relegados a una situación marginal. Los WASP, los protestantes anglosajones blancos, rechazaban la asimilación; los inmigrantes, en consecuencia, seguían siendo inasimilables (…)” Adams, Willi Paul, Los Estados Unidos de América, ed. Siglo XXI, 1977, pág. 193.
14 Con la UE hemos sido testigos de varios episodios: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/10625726/06/20/Trump-retoma-la-guerra-comercial-contra-Europa-prepara-una-ronda-de-aranceles-de-2700-millones.html
https://murciaeconomia.com/art/65979/la-guerra-comercial-entre-estados-unidos-y-la-union-europea
Sin embargo, el enfrentamiento más sonado ha sido contra la China: https://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/eeuu-china-mayor-guerra-comercial_247791_102.html
15 Numerosos son los estudios sobre este fenómeno. Un buen artículo al respecto es el siguiente, cf: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/9835356/04/19/La-jubilacion-en-via-de-extincion-en-EEUU-el-20-de-los-trabajadores-mayores-de-65-anos-no-se-pueden-permitir-dejar-de-trabajar.html
16 El clasista concepto de salud (y educación), concebidos como un negocio en manos privadas, relega prácticamente a la beneficencia pública a una ingente clase obrera que no pude costearse el sistema:
https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/estadounidenses-muriendo-permitir-tratamientos-necesitan_1_1089525.html
17 La industria del espectáculo no ha dudado -ni dudó en 2016- en volcarse por los demócratas. No es una posición tan individual del actor o cantante como los medios de masas quieren hacernos ver. Importantísimos intereses de empresas de explotación, distribución, márquetin y difusión, entre otras muchas, se encuentran detrás de los artistas. Cf de celebridades artísticas apoyando a unos y otros: https://elpais.com/gente/2021-01-19/hollywood-se-vuelca-con-la-llegada-de-biden-tras-dar-la-espalda-a-trump.html
18 Son unos ejemplos destacados de una lista importante de republicanos vinculados a grandes empresas que apuestan por Biden a fecha septiembre de 2020. Consultable en: cnnespanol.cnn.com/2020/09/23/estos-son-los-republicanos-destacados-que-respaldan-a-biden/
19 Consultable en: https://www.emprendedores.es/lideres/joe-biden-campana-empresas/
20 Para analizar el medio televisivo y radial, recomendamos leer este artículo en su totalidad: https://www.pauta.cl/internacional/el-mapa-de-los-medios-de-comunicacion-en-la-eleccion-entre-trump-y-biden 21 https://www.elperiodico.com/es/internacional/20201212/conexiones-corporativas-gabinete-biden-corrupccion-11381768
22 La tercera parte del equipo de transición de Biden -encargado de temas cruciales- proviene del Complejo Militar Industrial; también tres estructuras de los llamados “think tanks”: Centro Internacional de Estudios Estratégicos, Corporación Rand y Centro para una Nueva Seguridad Americana, así como cuatro de las principales fábricas de armas: General Dinamic, Ray Theon, Nort Trop Grumam y Lockeed Martin.
23 El New York Times de 18/05/2016 informa:
“El 6 de mayo, a solo ocho meses de salir de la Casa Blanca, Obama alcanzó un triste hito que casi ha pasado desapercibido: lleva en guerra más tiempo que Bush o que cualquier otro presidente estadounidense.
Si Estados Unidos sigue en combate en Afganistán, Irak y Siria hasta el final del mandato de Obama –un hecho casi seguro ya que el presidente informó hace poco que enviará a Siria otras 250 fuerzas de Operaciones Especiales– dejará un legado inesperado: será el único presidente en la historia de Estados Unidos en ejercer su mandato de ocho años con el país en guerra (…). Obama también ha autorizado ataques contra grupos terroristas en Libia, Pakistán, Somalia y Yemen, lo que eleva el total a siete países en los que su administración ha desarrollado acciones militares” (…). Cf: https://www.nytimes.com/es/2016/05/18/espanol/el-inesperado-legado-de-obama-ocho-anos-de-guerra.html
24 Desde medios de masas con fama de “respetables” abiertamente se insulta, demoniza, e incluso se afirma que Trump padece enfermedades mentales como demencia o síndrome de infantilismo. Un solo ejemplo: https://es.ara.cat/opinion/donald-trump-esta-loco-monica-planas_1_2556494.html
25 Cafiero, Carlo, El Capital de Karl Marx -Síntesis-, ed. Oikos-Tau, 1980.
26 “(…) El CNT -Consejo Nacional de la Transición de Libia (n.d.a.)- afronta también varios dilemas económicos. Antes de la revolución, Libia producía casi 1,6 millones de barriles de petróleo al día, que representaban el 96% de sus ingresos por exportaciones, pero desde febrero se han cerrado las espitas. Entretanto, el CNT ha sobrevivido en gran medida gracias a la ayuda internacional y al desbloqueo de los activos libios por parte de Gobiernos extranjeros. Pero esos fondos no han podido alimentar la economía de los territorios controlados por los rebeldes. Los libios se quejan de que no se les han pagado sus salarios mensuales. Los apagones nocturnos han dejado a muchos a oscuras en ciudades como Tobruk e incluso la capital de los rebeldes, Bengasi, ha padecido cortes eléctricos esporádicos.
Los costos de la guerra representan mucho más que la reparación de las instalaciones petroleras y el restablecimiento de la corriente eléctrica. Ciudades como Misurata han quedado arrasadas y habrá que reconstruirlas, pero Libia carece de la capacidad técnica para abordar esos problemas. Una Libia posterior a Gadafi carente de expertos con conocimientos técnicos corre el riesgo de quedar dependiente de la asistencia extranjera, de forma muy
parecida a la de los palestinos, que viven en gran medida de la ayuda internacional y no de su propia actividad económica.
La caída de Gadafi y de su régimen autoritario entraña una gran promesa para un pueblo privado de libertad durante 42 años, pero, en vista de los tropiezos habidos hasta ahora, el CNT tendrá que intensificar sus esfuerzos para ganar la paz por la que ha luchado tan denodadamente”.
Bajo estas pomposas palabras escritas en El País, de 28/8/2011, Barak Barfi, investigador en la -cuanto menos- oscura y opaca New America Foundation, exige inversiones extranjeras para reconstruir Libia. Hoy día el único ministerio que “funciona” en Libia es el de hidrocarburos, saqueados estos por BP, Shell, Texaco y otras compañías transnacionales. La “reconstrucción” libia depende de las multinacionales europeas y norteamericanas.
27 Yugoslavia, por ejemplo. Al respecto, recomiendo leer: Veiga, F; La trampa balcánica, ed. Grijalbo, 2002.
28 Iraq, Kuwait, Somalia, Siria, Libia…la lista de tropelías imperiales ha sido y es escandalosamente larga.
29 Sobre escándalos en recuentos, en método de conteo, votantes inexistentes, desaparición física de presidentes o candidatos, etc. tenemos varios ejemplos: Kennedy, las elecciones entre Clinton y Bush, Trump y H. Clinton. Un buen artículo al respecto: https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/trump-bush-gore-elecciones-estadounidenses_1_3770288.html
30 Otro gran ejemplo que nos enseña que el Poder se haya en la propiedad de los medios de producción.
31 El general Michael Flynn, ex-consejero de Trump, está ente este ellos y ahora sus partidarios ocupan cargos relevantes en el Pentágono. Vinculados al Tea Party y a la asociación ultra We the People. https://www.independentespanol.com/noticias/eeuu/michael-flynn-ley-marcial-reeleccion-trump-b1765738.html
32 https://www.elconfidencial.com/mundo/2016-06-27/texit-independencia-texas-inspiracion-brexit_1221112/
33 Medios con cierta solera y seriedad como la BBC ya analizaban este proceso en California bastante antes de las brutales explosiones vividas en diciembre y enero de 2020 y 2021 respectivamente: https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-480978
1 https://ec.europa.eu/info/live-work-travel-eu/coronavirus-response/crisis-management-and-solidarity_es. Es totalmente paradójico que el potencial económico de la UE (el tercero del mundo) sea incapaz de hacer frente con las mínimas garantías de éxito ya no solo combatir, sino para abastecer de recursos logísticos, económicos y humanos a las estructuras sanitarias y afines con el fin de preparar la correcta respuesta. España según ciertos indicadores, es la 5ª potencia dentro de la UE.
2 https://www.rtve.es/noticias/20210108/curva-contagios-muertes-coronavirus-espana-dia-dia/2010514.shtml. Según la empresa pública RTVE, a 08/01/2021, en España han fallecido 51.874 personas y la tasa de contagio crece. La tasa de mortalidad en los países socialistas (Vietnam, Cuba, RDP de Corea, China y Laos) es de menos de 4 muertos por millón de habitantes, en los capitalistas es de más de 260 muertos por millón de habitantes, según Unión Proletaria.
3 https://www.abc.es/economia/abci-pfizer-vendio-62-por-ciento-acciones-mismo-anuncio-eficiencia-vacuna-202011111944_noticia.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F . El CEO de Pfizer vendió el 62% de sus acciones y se embolsó 5,6 millones de dólares el mismo día del anuncio de la eficacia de la vacuna. Los ejemplos relacionados con estos temas son abundantes.
4 https://www.publico.es/economia/personas-pobres-sufriran-consecuencias-crisis-situacion-laboral-economica-previa-pandemia.html
5 Asalto al Capitolio: https://www.abc.es/internacional/abci-directo-partidarios-trump-asaltan-capitolio-tras-negativa-presidente-abandonar-cargo-202101062141_directo.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
6 La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es una organización internacional de carácter intergubernamental. Tiene su origen en la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE) de 1948, creada para administrar la ayuda del Plan Marshall, proporcionada por EE.UU. y Canadá para la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Cf: http://www.exteriores.gob.es/RepresentacionesPermanentes/OCDE/es/quees2/Paginas/Pa%C3%ADses-Miembros.aspx
El Banc Mundial va ser creat a la 1944 a la Conferència de Bretton Woods, juntament amb tres altres institucions, incloent el Fons Monetari Internacional (IMF). El Banc Mundial i l’IMF tenen tots dos la seva seu a Washington DC, i treballen estretament entre si. No va ser, però, fins a la ratificació internacional dels Acords de Bretton Woods el 27 de desembre de 1945 que no va començar a funcionar formalment.
Tot i que molts països van ser representats a la Conferència de Bretton Woods, els Estats Units i Regne Unit eren el més destacats en presència i van dominar les negociacions.(…) Cf: https://ca.wikipedia.org/wiki/Banc_Mundial y también: https://www.bancomundial.org/es/about/history
¿QUÉ ES EL G-20?
Es un foro internacional integrado por las 19 economías de los países más ricos y de los emergentes más la Unión Europea. Sus economías representan el 85% del PIB. El G-20 es un espacio de cooperación y consulta en el que los países intentan buscar soluciones comunes a los programas globales. Este foro renació en el 2008, con la presencia de los presidentes y primeros ministros en las reuniones que sucedieron al estallido de la gran crisis financiera. También participan altas autoridades de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la OCDE y el Foro de Estabilidad Financiera. Cf: https://www.elperiodico.com/es/internacional/20181129/que-es-el-g20-y-para-que-sirve-6152546
7 La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tiene sus orígenes en la firma del Tratado de Washington de 1949, mediante el cual diez países de ambos lados del Atlántico (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido) se comprometieron a defenderse mutuamente en caso de agresión armada contra cualquiera de ellos. Cf: http://www.exteriores.gob.es/RepresentacionesPermanentes/OTAN/es/quees2/Paginas/QueeslaOTAN.aspx
8 Al respecto, es de interés consultar las obras siguientes: Mann, Michael, El imperio incoherente: Estados Unidos y el nuevo orden internacional, ed. Paidós, 2004. Especialmente llamativo es comprobar como ya en una fecha anterior a la crisis de 2007, el autor analizaba las incongruencias, deficiencias y contradicciones del imperialismo norteamericano, al que acusa de provocar un gran desorden mundial”. Otra obra que ejemplifica muy bien el avispero de Oriente Medio que ha agitado el imperialismo occidental y del cual no sabe escapar, en el que EE. UU ha lanzado diversas intervenciones militares es la de Segura, Antoni, Irak en la encrucijada, ed. RBA, 2003.
9 Baste un pequeño análisis económico sobre China e India muy bien explicitado en esta noticia de la prensa económica especializada: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/10825322/10/20/China-supera-a-la-Eurozona-como-segunda-economia-mundial-y-empieza-a-acercarse-a-EEUU.html 10 Indicativo de esto, podemos consultar: https://www.france24.com/es/20191220-qui%C3%A9nes-son-los-dem%C3%B3cratas-que-dijeron-no-al-juicio-pol%C3%ADtico-a-donald-trump
11 Turia, Juan del, Temática del marxismo (Tomo I: los fundadores. Carlos Marx, Federico Engels); Temática del marxismo (Tomo II: los realizadores), ed. Cinc d’Oros, 1977. Del Tomo II, recomendamos el Capítulo V, “El Estado” principalmente los textos de Lenin referidos a este.
12 Es totalmente elocuente el titular de El País del 29/11/2020: “La OTAN ve a salvo su supervivencia con la salida de Trump de la Casa Blanca
La victoria de Joe Biden, un fiel defensor de la Alianza Atlántica, se interpreta como una oportunidad de reinventar la organización”.
https://elpais.com/internacional/2020-11-29/la-otan-ve-a-salvo-su-supervivencia-con-la-salida-de-trump-de-la-casa-blanca.html
Pinceladas sobre política arancelaria y posiciones respecto acuerdos comerciales exteriores: https://www.efeagro.com/noticia/politica-arancelaria-cruzada-trump/
13 En referencia a las oleadas migratorias de gran parte de los s. XIX y XX, W.P. Adams escribe: “El modelo de la Anglo-conformity de los nacionalistas (norteamericanos, nota del autor), por consiguiente, era en cierto modo un fraude, pero hacía posible que todos los inmigrantes que no fuesen de ascendencia británica quedaran relegados a una situación marginal. Los WASP, los protestantes anglosajones blancos, rechazaban la asimilación; los inmigrantes, en consecuencia, seguían siendo inasimilables (…)” Adams, Willi Paul, Los Estados Unidos de América, ed. Siglo XXI, 1977, pág. 193.
14 Con la UE hemos sido testigos de varios episodios: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/10625726/06/20/Trump-retoma-la-guerra-comercial-contra-Europa-prepara-una-ronda-de-aranceles-de-2700-millones.html
https://murciaeconomia.com/art/65979/la-guerra-comercial-entre-estados-unidos-y-la-union-europea
Sin embargo, el enfrentamiento más sonado ha sido contra la China: https://cronicaglobal.elespanol.com/pensamiento/eeuu-china-mayor-guerra-comercial_247791_102.html
15 Numerosos son los estudios sobre este fenómeno. Un buen artículo al respecto es el siguiente, cf: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/9835356/04/19/La-jubilacion-en-via-de-extincion-en-EEUU-el-20-de-los-trabajadores-mayores-de-65-anos-no-se-pueden-permitir-dejar-de-trabajar.html
16 El clasista concepto de salud (y educación), concebidos como un negocio en manos privadas, relega prácticamente a la beneficencia pública a una ingente clase obrera que no pude costearse el sistema:
https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/estadounidenses-muriendo-permitir-tratamientos-necesitan_1_1089525.html
17 La industria del espectáculo no ha dudado -ni dudó en 2016- en volcarse por los demócratas. No es una posición tan individual del actor o cantante como los medios de masas quieren hacernos ver. Importantísimos intereses de empresas de explotación, distribución, márquetin y difusión, entre otras muchas, se encuentran detrás de los artistas. Cf de celebridades artísticas apoyando a unos y otros: https://elpais.com/gente/2021-01-19/hollywood-se-vuelca-con-la-llegada-de-biden-tras-dar-la-espalda-a-trump.html
18 Son unos ejemplos destacados de una lista importante de republicanos vinculados a grandes empresas que apuestan por Biden a fecha septiembre de 2020. Consultable en: cnnespanol.cnn.com/2020/09/23/estos-son-los-republicanos-destacados-que-respaldan-a-biden/
19 Consultable en: https://www.emprendedores.es/lideres/joe-biden-campana-empresas/
20 Para analizar el medio televisivo y radial, recomendamos leer este artículo en su totalidad: https://www.pauta.cl/internacional/el-mapa-de-los-medios-de-comunicacion-en-la-eleccion-entre-trump-y-biden 21 https://www.elperiodico.com/es/internacional/20201212/conexiones-corporativas-gabinete-biden-corrupccion-11381768
22 La tercera parte del equipo de transición de Biden -encargado de temas cruciales- proviene del Complejo Militar Industrial; también tres estructuras de los llamados “think tanks”: Centro Internacional de Estudios Estratégicos, Corporación Rand y Centro para una Nueva Seguridad Americana, así como cuatro de las principales fábricas de armas: General Dinamic, Ray Theon, Nort Trop Grumam y Lockeed Martin.
23 El New York Times de 18/05/2016 informa:
“El 6 de mayo, a solo ocho meses de salir de la Casa Blanca, Obama alcanzó un triste hito que casi ha pasado desapercibido: lleva en guerra más tiempo que Bush o que cualquier otro presidente estadounidense.
Si Estados Unidos sigue en combate en Afganistán, Irak y Siria hasta el final del mandato de Obama –un hecho casi seguro ya que el presidente informó hace poco que enviará a Siria otras 250 fuerzas de Operaciones Especiales– dejará un legado inesperado: será el único presidente en la historia de Estados Unidos en ejercer su mandato de ocho años con el país en guerra (…). Obama también ha autorizado ataques contra grupos terroristas en Libia, Pakistán, Somalia y Yemen, lo que eleva el total a siete países en los que su administración ha desarrollado acciones militares” (…). Cf: https://www.nytimes.com/es/2016/05/18/espanol/el-inesperado-legado-de-obama-ocho-anos-de-guerra.html
24 Desde medios de masas con fama de “respetables” abiertamente se insulta, demoniza, e incluso se afirma que Trump padece enfermedades mentales como demencia o síndrome de infantilismo. Un solo ejemplo: https://es.ara.cat/opinion/donald-trump-esta-loco-monica-planas_1_2556494.html
25 Cafiero, Carlo, El Capital de Karl Marx -Síntesis-, ed. Oikos-Tau, 1980.
26 “(…) El CNT -Consejo Nacional de la Transición de Libia (n.d.a.)- afronta también varios dilemas económicos. Antes de la revolución, Libia producía casi 1,6 millones de barriles de petróleo al día, que representaban el 96% de sus ingresos por exportaciones, pero desde febrero se han cerrado las espitas. Entretanto, el CNT ha sobrevivido en gran medida gracias a la ayuda internacional y al desbloqueo de los activos libios por parte de Gobiernos extranjeros. Pero esos fondos no han podido alimentar la economía de los territorios controlados por los rebeldes. Los libios se quejan de que no se les han pagado sus salarios mensuales. Los apagones nocturnos han dejado a muchos a oscuras en ciudades como Tobruk e incluso la capital de los rebeldes, Bengasi, ha padecido cortes eléctricos esporádicos.
Los costos de la guerra representan mucho más que la reparación de las instalaciones petroleras y el restablecimiento de la corriente eléctrica. Ciudades como Misurata han quedado arrasadas y habrá que reconstruirlas, pero Libia carece de la capacidad técnica para abordar esos problemas. Una Libia posterior a Gadafi carente de expertos con conocimientos técnicos corre el riesgo de quedar dependiente de la asistencia extranjera, de forma muy
parecida a la de los palestinos, que viven en gran medida de la ayuda internacional y no de su propia actividad económica.
La caída de Gadafi y de su régimen autoritario entraña una gran promesa para un pueblo privado de libertad durante 42 años, pero, en vista de los tropiezos habidos hasta ahora, el CNT tendrá que intensificar sus esfuerzos para ganar la paz por la que ha luchado tan denodadamente”.
Bajo estas pomposas palabras escritas en El País, de 28/8/2011, Barak Barfi, investigador en la -cuanto menos- oscura y opaca New America Foundation, exige inversiones extranjeras para reconstruir Libia. Hoy día el único ministerio que “funciona” en Libia es el de hidrocarburos, saqueados estos por BP, Shell, Texaco y otras compañías transnacionales. La “reconstrucción” libia depende de las multinacionales europeas y norteamericanas.
27 Yugoslavia, por ejemplo. Al respecto, recomiendo leer: Veiga, F; La trampa balcánica, ed. Grijalbo, 2002.
28 Iraq, Kuwait, Somalia, Siria, Libia…la lista de tropelías imperiales ha sido y es escandalosamente larga.
29 Sobre escándalos en recuentos, en método de conteo, votantes inexistentes, desaparición física de presidentes o candidatos, etc. tenemos varios ejemplos: Kennedy, las elecciones entre Clinton y Bush, Trump y H. Clinton. Un buen artículo al respecto: https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/trump-bush-gore-elecciones-estadounidenses_1_3770288.html
30 Otro gran ejemplo que nos enseña que el Poder se haya en la propiedad de los medios de producción.
31 El general Michael Flynn, ex-consejero de Trump, está ente este ellos y ahora sus partidarios ocupan cargos relevantes en el Pentágono. Vinculados al Tea Party y a la asociación ultra We the People. https://www.independentespanol.com/noticias/eeuu/michael-flynn-ley-marcial-reeleccion-trump-b1765738.html
32 https://www.elconfidencial.com/mundo/2016-06-27/texit-independencia-texas-inspiracion-brexit_1221112/
33 Medios con cierta solera y seriedad como la BBC ya analizaban este proceso en California bastante antes de las brutales explosiones vividas en diciembre y enero de 2020 y 2021 respectivamente: https://www.bbc.com/mundo/vert-fut-480978
20 de marzo de 2021
22 de marzo de 2021
Rusia advierte sobre la diplomacia “freak”
El canciller ruso Serguéi Lavrov anunció la instauración de una nueva forma de diplomacia, la “diplomacia freak”. Lavrov la calificó como “un nuevo fenómeno en Occidente”.
El canciller ruso Serguéi Lavrov anunció la instauración de una nueva forma de diplomacia, la “diplomacia freak”. Lavrov la calificó como “un nuevo fenómeno en Occidente”, al hablar en una videoconferencia del consejo de administración de la Fundación “Gorchakov”[1], según informó “International Affairs”, publicación oficial de la Cancillería rusa.
“Para mantener sus posiciones geopolíticas –continuó Lavrov-, nuestros colegas occidentales están utilizando activamente una amplia gama de instrumentos absolutamente ilegítimos, desde la presión contundente hasta las sanciones unilaterales. Se utilizan cada vez con mayor frecuencia varias fábulas inventadas, lo mismo que la presentación de acusaciones, cuya evidencia se niegan con altanería a proporcionar. Aunque a juzgar por los hechos esta evidencia no existe. Se echa mano a todo tipo de falsificaciones. Junto con las noticias falsas que llenan los medios de comunicación y las redes sociales, apareció un nuevo fenómeno en el arsenal de los líderes occidentales: la diplomacia falsa y, a veces, anormal”.
El titular del departamento de política exterior de Rusia advirtió que, según el "nuevo concepto", cualquier punto de vista alternativo es duramente rechazado no sólo en el ámbito internacional, sino también dentro de los propios países occidentales.
“Occidente desacredita los ideales de democracia que promueve –señaló Lavrov-. Se ignoran simplemente nuestras numerosas invitaciones a un diálogo profesional y sustantivo con hechos concretos en la mano”. El canciller ruso afirmó que ese diálogo es necesario “para abordar preocupaciones mutuas” y “encontrar un equilibrio justo de intereses y compromisos”.
El ministro denunció que “continúan los duros intentos de privatizar las secretarías de los organismos internacionales, de usurpar el derecho a determinar el contenido del multilateralismo”.
“La difícil situación en el mundo permanece e incluso se complica cada vez más –observó Lavrov-. A las numerosas amenazas a las que nos hemos enfrentado en los últimos años, conflictos no resueltos, situaciones en el campo de la estabilidad estratégica donde se está perdiendo la base jurídica internacional, se ha sumado un nuevo y peligroso desafío global: la pandemia del coronavirus, que afectó negativamente la economía y la política globales y, de una u otra manera todos los países sin excepción”.
El canciller ruso advirtió que esta complicación se acentúa aún más “debido a la falta de voluntad de nuestros colegas occidentales, encabezados por los Estados Unidos, de establecer una cooperación igualitaria con otros actores internacionales en nombre de una solución eficaz a los problemas comunes. Esto también afecta la situación en torno a la lucha contra el coronavirus. Para mantener sus posiciones geopolíticas, dichos colegas occidentales están utilizando activamente una amplia gama de instrumentos ilegítimos, desde la presión contundente hasta las sanciones unilaterales”.
Sin embargo, Lavrov puntualizó que “lo que más le preocupa a Rusia es el persistente deseo de los Estados Unidos de reemplazar el sistema de instituciones de derecho internacional centrado en la estructura de la ONU, surgido como resultado de la Segunda Guerra Mundial, por el llamado ‘orden basado en reglas’”.
“Los Estados Unidos no están preparados para una cooperación ‘equitativa’ con otros interlocutores interesados, ni siquiera para combatir la pandemia de coronavirus- afirmó Lavrov-. Debido a esto, la situación en las relaciones internacionales se está volviendo cada vez más difícil de abordar, pero las autoridades rusas están preparadas para afrontarlo”.
El canciller ruso señaló que “en los últimos años los miembros de la OTAN y la Unión Europea han estado socavando cada vez más los principios de la democracia: apoyan las restricciones al libre comercio y el libre acceso a la información. Los gobiernos occidentales están luchando contra otras visiones del mundo tanto dentro de sus propios países como en el extranjero. Una política sensata es reemplazada por amenazas de castigar a todos los disidentes".
El jefe de la diplomacia rusa se pronunció contra las acusaciones "sin fundamento" y las noticias "falsas" difundidas desde los Estados Unidos. Ellas sirven, dijo, para justificar las tendencias de confrontación en la política exterior de Washington. “La razón del surgimiento de tales tendencias –señaló- es el temor de las autoridades estadounidenses a perder su posición dominante en el escenario mundial; para mantenerla, utilizan tanto las restricciones impuestas por las sanciones como la presión de la fuerza”.
Al mismo tiempo el canciller dejó en claro que Moscú siempre ha ofrecido a Washington volver a la mesa de negociaciones y discutir las contradicciones acumuladas "con hechos concretos en la mano". Sin embargo, Lavrov señaló que el gobierno norteamericano sigue ignorando las invitaciones de gobierno ruso de retomar el diálogo y retomar las perspectivas de una cooperación mutuamente beneficiosa: “… se está perdiendo la cultura elemental del diálogo e incluso, como muestran los acontecimientos recientes, la cultura de expresar pensamientos”.
Lavrov recordó las recientes afirmaciones del presidente Vladímir Putin, en este sentido. El Jefe del Estado ruso invitó a su colega norteamericano Joe Biden, a un diálogo en vivo y en directo sobre todos los temas que afectan las relaciones mutuas y globales. Putin descartó reiniciar las negociaciones sobre bases que sólo convengan a Washington. El canciller completó esa postura afirmando que “ahora las autoridades rusas estarán dispuestas a cooperar sólo en aquellas áreas y en las condiciones que nos interesen”.
El ministro ruso valoró mucho los esfuerzos de la diplomacia pública y científica, así como las organizaciones que, para mantener las relaciones internacionales, involucran contactos de comunidades civiles y de expertos. La Fundación “Gorchakov” ocupa un lugar importante entre ellos. Lavrov la definió como "uno de los buques insignia de la diplomacia pública rusa durante más de 10 años".
“Para mantener sus posiciones geopolíticas –continuó Lavrov-, nuestros colegas occidentales están utilizando activamente una amplia gama de instrumentos absolutamente ilegítimos, desde la presión contundente hasta las sanciones unilaterales. Se utilizan cada vez con mayor frecuencia varias fábulas inventadas, lo mismo que la presentación de acusaciones, cuya evidencia se niegan con altanería a proporcionar. Aunque a juzgar por los hechos esta evidencia no existe. Se echa mano a todo tipo de falsificaciones. Junto con las noticias falsas que llenan los medios de comunicación y las redes sociales, apareció un nuevo fenómeno en el arsenal de los líderes occidentales: la diplomacia falsa y, a veces, anormal”.
El titular del departamento de política exterior de Rusia advirtió que, según el "nuevo concepto", cualquier punto de vista alternativo es duramente rechazado no sólo en el ámbito internacional, sino también dentro de los propios países occidentales.
“Occidente desacredita los ideales de democracia que promueve –señaló Lavrov-. Se ignoran simplemente nuestras numerosas invitaciones a un diálogo profesional y sustantivo con hechos concretos en la mano”. El canciller ruso afirmó que ese diálogo es necesario “para abordar preocupaciones mutuas” y “encontrar un equilibrio justo de intereses y compromisos”.
El ministro denunció que “continúan los duros intentos de privatizar las secretarías de los organismos internacionales, de usurpar el derecho a determinar el contenido del multilateralismo”.
“La difícil situación en el mundo permanece e incluso se complica cada vez más –observó Lavrov-. A las numerosas amenazas a las que nos hemos enfrentado en los últimos años, conflictos no resueltos, situaciones en el campo de la estabilidad estratégica donde se está perdiendo la base jurídica internacional, se ha sumado un nuevo y peligroso desafío global: la pandemia del coronavirus, que afectó negativamente la economía y la política globales y, de una u otra manera todos los países sin excepción”.
El canciller ruso advirtió que esta complicación se acentúa aún más “debido a la falta de voluntad de nuestros colegas occidentales, encabezados por los Estados Unidos, de establecer una cooperación igualitaria con otros actores internacionales en nombre de una solución eficaz a los problemas comunes. Esto también afecta la situación en torno a la lucha contra el coronavirus. Para mantener sus posiciones geopolíticas, dichos colegas occidentales están utilizando activamente una amplia gama de instrumentos ilegítimos, desde la presión contundente hasta las sanciones unilaterales”.
Sin embargo, Lavrov puntualizó que “lo que más le preocupa a Rusia es el persistente deseo de los Estados Unidos de reemplazar el sistema de instituciones de derecho internacional centrado en la estructura de la ONU, surgido como resultado de la Segunda Guerra Mundial, por el llamado ‘orden basado en reglas’”.
“Los Estados Unidos no están preparados para una cooperación ‘equitativa’ con otros interlocutores interesados, ni siquiera para combatir la pandemia de coronavirus- afirmó Lavrov-. Debido a esto, la situación en las relaciones internacionales se está volviendo cada vez más difícil de abordar, pero las autoridades rusas están preparadas para afrontarlo”.
El canciller ruso señaló que “en los últimos años los miembros de la OTAN y la Unión Europea han estado socavando cada vez más los principios de la democracia: apoyan las restricciones al libre comercio y el libre acceso a la información. Los gobiernos occidentales están luchando contra otras visiones del mundo tanto dentro de sus propios países como en el extranjero. Una política sensata es reemplazada por amenazas de castigar a todos los disidentes".
El jefe de la diplomacia rusa se pronunció contra las acusaciones "sin fundamento" y las noticias "falsas" difundidas desde los Estados Unidos. Ellas sirven, dijo, para justificar las tendencias de confrontación en la política exterior de Washington. “La razón del surgimiento de tales tendencias –señaló- es el temor de las autoridades estadounidenses a perder su posición dominante en el escenario mundial; para mantenerla, utilizan tanto las restricciones impuestas por las sanciones como la presión de la fuerza”.
Al mismo tiempo el canciller dejó en claro que Moscú siempre ha ofrecido a Washington volver a la mesa de negociaciones y discutir las contradicciones acumuladas "con hechos concretos en la mano". Sin embargo, Lavrov señaló que el gobierno norteamericano sigue ignorando las invitaciones de gobierno ruso de retomar el diálogo y retomar las perspectivas de una cooperación mutuamente beneficiosa: “… se está perdiendo la cultura elemental del diálogo e incluso, como muestran los acontecimientos recientes, la cultura de expresar pensamientos”.
Lavrov recordó las recientes afirmaciones del presidente Vladímir Putin, en este sentido. El Jefe del Estado ruso invitó a su colega norteamericano Joe Biden, a un diálogo en vivo y en directo sobre todos los temas que afectan las relaciones mutuas y globales. Putin descartó reiniciar las negociaciones sobre bases que sólo convengan a Washington. El canciller completó esa postura afirmando que “ahora las autoridades rusas estarán dispuestas a cooperar sólo en aquellas áreas y en las condiciones que nos interesen”.
El ministro ruso valoró mucho los esfuerzos de la diplomacia pública y científica, así como las organizaciones que, para mantener las relaciones internacionales, involucran contactos de comunidades civiles y de expertos. La Fundación “Gorchakov” ocupa un lugar importante entre ellos. Lavrov la definió como "uno de los buques insignia de la diplomacia pública rusa durante más de 10 años".
23 de marzo de 2021
24 de marzo de 2021
Una crisis de Taiwán puede marcar el fin del imperio estadounidense
Bloomberg Niall Ferguson
Estados Unidos es un zorro diplomático, mientras que Beijing es un erizo obsesionado con la gran idea de la reunificación.
En un famoso ensayo, el filósofo Isaiah Berlin tomó prestada una distinción del antiguo poeta griego Archilochus: "El zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una gran cosa".
"Existe", escribió Berlin, "un gran abismo entre aquellos, por un lado, que relacionan todo con ... un principio organizador único, universal en términos del único que todo lo que son y dicen tiene significado" - los erizos - " y, por otro lado, aquellos que persiguen muchos fines, a menudo sin relación e incluso contradictorios ”: los zorros.
Berlín hablaba de escritores. Pero la misma distinción se puede establecer en el ámbito de la política de las grandes potencias. Hoy, hay dos superpotencias en el mundo, Estados Unidos y China. El primero es un zorro. La política exterior estadounidense es, para tomar prestados los términos de Berlín, "dispersa o difusa, moviéndose en muchos niveles".
China, por el contrario, es un erizo: lo relaciona todo con "una visión interior unitaria inmutable, omnipresente, a veces autocontradictoria e incompleta, a veces fanática". Hace cincuenta años, este julio, el archi-zorro de la diplomacia estadounidense, Henry Kissinger, voló a Beijing en una misión secreta que alteraría fundamentalmente el equilibrio global de poder. El telón de fondo estratégico fue la administración de la lucha de Richard Nixon para sacar a Estados Unidos de la guerra de Vietnam con su honor y credibilidad intactos en la medida de lo posible.
El contexto doméstico fue la disensión más profunda y violenta que cualquier cosa que hayamos visto en el último año. En marzo de 1971, el teniente William Calley fue declarado culpable de 22 asesinatos en la masacre de My Lai. En abril, medio millón de personas marcharon por Washington para protestar contra la guerra de Vietnam. En junio, el New York Times comenzó a publicar los Papeles del Pentágono.
Las reuniones de Kissinger con Zhou Enlai, el primer ministro chino, fueron quizás las más trascendentales de su carrera. Como zorro, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos tenía múltiples objetivos. El objetivo principal era conseguir una invitación pública china para que su jefe, Nixon, visitara Beijing el año siguiente. Pero Kissinger también buscaba ayuda china para sacar a Estados Unidos de Vietnam, y también esperaba aprovechar la división chino-soviética de una manera que ejerciera presión sobre la Unión Soviética, el principal adversario de Estados Unidos en la Guerra Fría, para frenar la carrera de armamentos nucleares.
En sus comentarios de apertura, Kissinger enumeró no menos de seis temas para debatir, incluido el furioso conflicto en el sur de Asia que culminaría con la independencia de Bangladesh. La respuesta de Zhou fue la de un erizo. Solo tenía un problema: Taiwán. "Si esta cuestión crucial no se resuelve", le dijo a Kissinger al principio, "entonces toda la cuestión [de las relaciones entre Estados Unidos y China] será difícil de resolver". Hasta un punto que sorprende al lector moderno de las transcripciones de esta y las reuniones posteriores, el objetivo principal de Zhou era persuadir a Kissinger para que aceptara "reconocer a la República Popular China como el único gobierno legítimo en China" y la "provincia de Taiwán" como "Una parte inalienable del territorio chino que debe ser devuelta a la patria", de la cual Estados Unidos debe "retirar todas sus fuerzas armadas y desmantelar todas sus instalaciones militares". (Desde el triunfo de los comunistas en la guerra civil china en 1949, la isla de Taiwán había sido el último puesto de avanzada del Kuomintang nacionalista. Y desde la Guerra de Corea, Estados Unidos había defendido su autonomía).
Con los ojos puestos en tantos premios, Kissinger estaba preparado para hacer las concesiones clave que buscaban los chinos. “No estamos abogando por una solución de 'dos China' o una solución de 'una China, una Taiwán'”, dijo a Zhou. "Como estudiante de historia", continuó, "la predicción de uno tendría que ser que la evolución política probablemente irá en la dirección que [el] Primer Ministro ... me indicó". Además, “Podemos resolver la mayor parte de la cuestión militar dentro de este mandato del presidente si la guerra en el sudeste asiático [es decir, Vietnam] ha terminado ".
Cuando Zhou le preguntó cuál era su opinión sobre el movimiento independentista taiwanés, Kissinger lo descartó de plano. Independientemente de los otros problemas que planteó Kissinger (Vietnam, Corea, los soviéticos), Zhou dirigió la conversación de regreso a Taiwán, "la única pregunta entre nosotros dos". ¿Reconocería Estados Unidos a la República Popular como el único gobierno de China y normalizaría las relaciones diplomáticas? Sí, después de las elecciones de 1972. ¿Taiwán sería expulsado de las Naciones Unidas y su asiento en el Consejo de Seguridad sería otorgado a Beijing? De nuevo, sí.
Un avance rápido de medio siglo, y el mismo problema, Taiwán, sigue siendo la prioridad número uno de Beijing. La historia no evolucionó como había previsto Kissinger. Es cierto que Nixon fue a China según lo planeado, Taiwán fue expulsado de la ONU y, bajo el presidente Jimmy Carter, Estados Unidos derogó su tratado de defensa mutua de 1954 con Taiwán. Pero el lobby pro-Taiwán en el Congreso pudo lanzar a Taipei un salvavidas en 1979, la Ley de Relaciones con Taiwán. La ley establece que Estados Unidos considerará “cualquier esfuerzo para determinar el futuro de Taiwán por otros medios que no sean pacíficos, incluidos boicots o embargos, una amenaza a la paz y la seguridad del área del Pacífico Occidental y de grave preocupación para Estados Unidos." También compromete al gobierno de los Estados Unidos a "poner a disposición de Taiwán los artículos y ... servicios de defensa en la cantidad que sea necesaria para permitir que Taiwán mantenga una capacidad de autodefensa suficiente", así como para "mantener la capacidad de los Estados Unidos". para resistir cualquier recurso a la fuerza u otras formas de coerción que pongan en peligro la seguridad, o el sistema social o económico, de la gente de Taiwán ".
Para el erizo chino, esta ambigüedad, según la cual Estados Unidos no reconoce a Taiwán como un estado independiente pero al mismo tiempo garantiza su seguridad y autonomía de facto, sigue siendo una situación intolerable. Sin embargo, el equilibrio de poder se ha transformado desde 1971, y mucho más profundamente de lo que Kissinger podría haber previsto.
China hace 50 años era extremadamente pobre: a pesar de su enorme población, su economía era una pequeña fracción del producto interno bruto de Estados Unidos. Este año, el Fondo Monetario Internacional proyecta que, en términos de dólares corrientes, el PIB chino será tres cuartas partes del PIB estadounidense. Sobre la base de la paridad del poder adquisitivo, China superó a EEUU en 2017.
En el mismo período de tiempo, Taiwán también ha prosperado. No solo ha surgido como una de las economías más avanzadas de Asia, sino que Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. es el principal fabricante de chips del mundo. Taiwán también se ha convertido en una prueba viviente de que un pueblo étnicamente chino puede prosperar bajo la democracia. El régimen autoritario que gobernó Taipei en la década de 1970 es un recuerdo lejano. Hoy en día, es un ejemplo brillante de cómo una sociedad libre puede usar la tecnología para empoderar a sus ciudadanos, lo que explica por qué su respuesta a la pandemia Covid-19 fue, en cualquier medida, la más exitosa del mundo (total de muertes: 10).
Como Graham Allison de la Universidad de Harvard argumentó en su libro enormemente influyente, "Destinados a la guerra: ¿Pueden Estados Unidos y China escapar de la trampa de Tucídides?", El ascenso económico de China, que al principio fue bien recibido por los políticos estadounidenses, estaba destinado al parecer ser una amenaza para Estados Unidos Los conflictos entre las potencias en ejercicio y las potencias en ascenso han sido una característica de la política mundial desde 431 a. C., cuando fue el "crecimiento del poder de Atenas y la alarma que esto inspiró en Esparta" lo que llevó a la guerra.
Lo único sorprendente fue que hizo falta el presidente Donald Trump, entre todas las personas, para despertar a los estadounidenses a la amenaza que representa el crecimiento del poder de la República Popular. Trump hizo campaña contra China como una amenaza principalmente para los trabajos de manufactura en Estados Unidos. Una vez en la Casa Blanca, se tomó su tiempo antes de actuar, pero en 2018 comenzó a imponer aranceles a las importaciones chinas. Sin embargo, no pudo evitar que su guerra comercial preferida se convirtiera rápidamente en algo más parecido a la Segunda Guerra Fría, una competencia que era a la vez tecnológica, ideológica y geopolítica.
La "mancha" de la política exterior recogió la pelota anti-China y corrió con ella. El público los animó, con un sentimiento anti-China aumentando entre republicanos y demócratas. El propio Trump pudo haber sido un erizo con una sola pista: los aranceles. Pero bajo el secretario de Estado Mike Pompeo, la política estadounidense pronto volvió a su astuta norma. Pompeo arrojó todos los problemas imaginables a Beijing, desde la dependencia de Huawei Technologies Co. en semiconductores importados, hasta la supresión del movimiento a favor de la democracia en Hong Kong, hasta los orígenes turbios de Covid-19 en Wuhan.
Inevitablemente, se agregó Taiwán a la lista, pero el aumento de las ventas de armas y los contactos diplomáticos no recibieron la máxima atención. Cuando Richard Haass, el gran panjandrum del Consejo de Relaciones Exteriores, abogó el año pasado por poner fin a la "ambigüedad estratégica" y comprometer de todo corazón a Estados Unidos a defender la autonomía de Taiwán, nadie en la administración Trump dijo: "¡Gran idea!"
Sin embargo, cuando Pompeo se reunió con el director de la oficina de relaciones exteriores del Partido Comunista, Yang Jiechi, en Hawai en junio pasado, ¿adivinen dónde comenzó la parte china? “Solo hay una China en el mundo y Taiwán es una parte inalienable de China. El principio de una sola China es la base política de las relaciones China-EEUU."
Trump tuvo tanto éxito en liderar la élite y la opinión popular hacia una postura más anti-China que el presidente Joe Biden no tuvo otra alternativa que ponerse de acuerdo el año pasado. El resultado algo sorprendente es que ahora lidera una administración que, en muchos aspectos, es más agresiva que su predecesora. Trump no fue un guerrero frío. Según las memorias del ex asesor de seguridad nacional John Bolton, al presidente le gustaba señalar la punta de uno de sus Sharpies y decir: “Esto es Taiwán”, luego señalar el escritorio de Resolute en la Oficina Oval y decir: “Esto es China. " "Taiwán está como a dos pies de China", dijo Trump a un senador republicano. “Estamos a 8.000 millas de distancia. Si invaden, no hay nada que podamos hacer al respecto ".
A diferencia de otros miembros de su equipo de seguridad nacional, Trump se preocupaba poco por las cuestiones de derechos humanos. Sobre Hong Kong, dijo: "No quiero involucrarme" y, "Nosotros también tenemos problemas de derechos humanos". Cuando el presidente Xi Jinping le informó sobre los campos de trabajo para los musulmanes uigures de Xinjiang en el oeste de China, Trump básicamente le dijo: "No hay problema". En el trigésimo aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen de 1989, Trump preguntó: “¿A quién le importa? Estoy tratando de hacer un trato ".
La administración Biden, por el contrario, quiere decir lo que dice sobre estos temas. En cada declaración desde que asumió el cargo de secretario de Estado, Antony Blinken se ha referido a China no solo como un rival estratégico sino también como un violador de los derechos humanos. En enero, calificó el trato de China a los uigures como "un esfuerzo por cometer genocidio" y se comprometió a continuar la política de Pompeo de incrementar el compromiso de Estados Unidos con Taiwán. En febrero, le habló a Yang de Hong Kong, Xinjiang, Tíbet e incluso Myanmar, donde China respalda el reciente golpe militar. A principios de este mes, la administración impuso sanciones a los funcionarios chinos que considera responsables de barrer la autonomía de Hong Kong.
En su último artículo de la revista Foreign Affairs antes de unirse a la administración como su "zar" de Asia, Kurt Campbell defendió "un esfuerzo consciente para disuadir al aventurerismo chino ... Esto significa invertir en misiles balísticos y de crucero convencionales de largo alcance, aviones de ataque no tripulados basados en portaaviones". y vehículos submarinos, submarinos de misiles guiados y armas de ataque de alta velocidad ". Añadió que Washington necesita trabajar con otros estados para dispersar las fuerzas estadounidenses en el sudeste asiático y el Océano Índico y "restaurar industrias sensibles y buscar un 'desacoplamiento administrado' de China".
En muchos aspectos, la continuidad con la estrategia Trump China es sorprendente. La guerra comercial no ha terminado, ni la guerra tecnológica. Además de referirse realmente a los derechos humanos, la única otra gran diferencia entre Biden y Trump es el énfasis mucho más fuerte del primero en la importancia de los aliados en este proceso de disuadir a China, en particular, el llamado Quad que Estados Unidos ha formado con Australia, India y Japón.
Como dijo Blinken en un discurso de apertura el 3 de marzo, para Estados Unidos "involucrar a China desde una posición de fuerza ... requiere trabajar con aliados y socios ... porque nuestro peso combinado es mucho más difícil de ignorar para China". Este argumento tomó forma concreta la semana pasada, cuando Campbell le dijo al Sydney Morning Herald que Estados Unidos "no iba a dejar a Australia sola en el campo" si Beijing continuaba con su actual aprieto económico en Canberra (represalia por el llamado del gobierno australiano para una investigación independiente en los orígenes de la pandemia).
El asesor de seguridad nacional Jake Sullivan ha estado cantando prácticamente la misma hoja de himnos. El propio Biden organizó una cumbre virtual para los jefes de estado del Quad el 12 de marzo. El enfoque chino sigue siendo el del erizo. Hace varios años, uno de los asesores económicos de Xi me dijo que volver a poner a Taiwán bajo el control del continente era el objetivo más preciado de su presidente, y la razón por la que había asegurado el fin del gobierno informal que había limitado a los presidentes chinos anteriores a dos mandatos. Es por esta razón, sobre todas las demás, que Xi ha presidido una enorme expansión de las fuerzas terrestres, marítimas y aéreas de China, incluidos los misiles terrestres DF-21D que podrían hundir portaaviones estadounidenses.
Mientras que los zorros multitarea de Estados Unidos se han ido sumando a su larga lista de quejas, el erizo chino ha ido construyendo constantemente su capacidad para apoderarse de Taiwán. En palabras de Tanner Greer, un periodista que escribe con conocimiento sobre la seguridad de Taiwán, el Ejército Popular de Liberación “tiene paridad en casi todos los sistemas que los taiwaneses pueden desplegar (o comprarnos en el futuro), y para algunos sistemas simplemente superan a los Taiwaneses en conjunto ".
Más importante aún, China ha creado lo que se conoce como una "burbuja Anti Acceso / Negación de Área" para mantener a las fuerzas estadounidenses alejadas de Taiwán. Como señaló Lonnie Henley de la Universidad George Washington en un testimonio ante el Congreso el mes pasado, “si podemos desactivar [el sistema integrado de defensa aérea de China], podemos ganar militarmente. Si no, probablemente no podamos ". Como estudiante de historia, para citar a Kissinger, veo una situación muy peligrosa. El compromiso de Estados Unidos con Taiwán se ha fortalecido verbalmente incluso cuando se ha debilitado militarmente.
Cuando se dice que un compromiso es “sólido como una roca” pero en realidad tiene la consistencia de arena fina, existe el peligro de que ambas partes calculen mal. No soy el único que me preocupa. El almirante Phil Davidson, jefe de las fuerzas estadounidenses en el Indo-Pacífico, advirtió en su testimonio de febrero ante el Congreso que China podría invadir Taiwán para 2027. A principios de este mes, mi colega de Bloomberg Opinion, Max Hastings, señaló que “Taiwán evoca el tipo de sentimiento entre el pueblo [chino] que Cuba hizo entre los estadounidenses hace 60 años ”.
El almirante James Stavridis, también columnista de opinión de Bloomberg, acaba de publicar “2034: Una novela de la próxima guerra mundial”, en la que un sorpresivo cerco naval chino de Taiwán es una de las maniobras iniciales de la Tercera Guerra Mundial. (Estados Unidos sufre pérdidas navales tan grandes que se ve obligado a bombardear Zhanjiang, lo que a su vez conduce a la destrucción de San Diego y Galveston). Quizás la parte más cuestionable de este escenario es su fecha, dentro de 13 años. Mi colega de la Institución Hoover, Misha Auslin, ha imaginado una guerra naval entre Estados Unidos y China tan pronto como en 2025.
En un nuevo e importante estudio sobre la cuestión de Taiwán para el Consejo de Relaciones Exteriores, Robert Blackwill y Philip Zelikow, estudiantes veteranos y practicantes de la política exterior de Estados Unidos, exponen las cuatro opciones que ven para la política de Estados Unidos, de las cuales su preferida es la última:
Estados Unidos debería ... ensayar, al menos con Japón y Taiwán, un plan paralelo para desafiar cualquier denegación china de acceso internacional a Taiwán y preparar, incluso con suministros estadounidenses previamente colocados, incluidas reservas de guerra, envíos de suministros de vital necesidad para ayudar. Taiwán se defiende. …
Estados Unidos y sus aliados planearían de manera creíble y visible reaccionar ante el ataque a sus fuerzas rompiendo todas las relaciones financieras con China, congelando o confiscando activos chinos. Blackwill y Zelikow tienen razón en que el status quo es insostenible. Pero hay tres problemas centrales con todos los argumentos para hacer que la disuasión sea más persuasiva. La primera es que cualquier paso para fortalecer las defensas de Taiwán inevitablemente provocará una respuesta airada de China, aumentando la probabilidad de que la Guerra Fría se caliente, especialmente si Japón está involucrado explícitamente.
El segundo problema es que tales pasos crean una ventana de oportunidad para que China actúe antes de que se complete la actualización de la disuasión de Estados Unidos. El tercero es la renuencia de los propios taiwaneses a tratar su seguridad nacional con la misma seriedad con la que los israelíes se toman la supervivencia de su estado. La reunión del jueves en Alaska entre Blinken, Sullivan, Yang y el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, después de las visitas de Blinken a Japón y Corea del Sur, nunca fue probable que reiniciara el proceso de diálogo estratégico chino-estadounidense que caracterizó la era de " Chimerica ”bajo George W. Bush y Barack Obama. Los días de la diplomacia de “ganar-ganar” han quedado atrás.
Durante los intercambios de apertura ante los medios, Yang ilustró que los erizos no solo tienen una gran idea, sino que también son muy espinosos. Estados Unidos estaba siendo "condescendiente", declaró, en comentarios que excedieron los dos minutos prescritos por un factor de ocho; Sería mejor abordar sus propios problemas de derechos humanos "profundamente arraigados", como el racismo (una "larga historia de asesinatos de negros"), en lugar de sermonear a China.
La pregunta que queda es qué tan rápido la administración Biden podría verse confrontada con una crisis de Taiwán, ya sea una “cuarentena” leve, un bloqueo a gran escala o una invasión anfibia sorpresa. Si Hastings tiene razón, esta sería la Crisis de los misiles cubanos de la Segunda Guerra Fría, pero con los roles invertidos, ya que la isla en disputa está aún más lejos de Estados Unidos que Cuba de Rusia. Si Stavridis tiene razón, Taiwán sería más como Bélgica en 1914 o Polonia en 1939.
Pero tengo otra analogía en mente. Quizás Taiwán resulte ser para el imperio estadounidense lo que Suez fue para el Imperio británico en 1956: el momento en que el león imperial queda expuesto como un tigre de papel. Cuando el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez, el primer ministro Anthony Eden unió fuerzas con Francia e Israel para intentar recuperarlo por la fuerza. La oposición estadounidense precipitó una carrera por la libra y la humillación británica.
Yo, por mi parte, lucho por ver a la administración Biden responder a un ataque chino a Taiwán con la combinación de fuerza militar y sanciones financieras previstas por Blackwill y Zelikow. Sullivan ha escrito elocuentemente sobre la necesidad de una política exterior que la América Central pueda respaldar. Ser incendiado por Taipei no parece ajustarse a ese proyecto de ley.
En cuanto al propio Biden, ¿estaría realmente dispuesto a poner en peligro el auge posterior a la pandemia que sus políticas económicas están impulsando por el bien de una isla que Kissinger una vez estuvo dispuesta a comerciar silenciosamente en pos de la distensión de la Guerra Fría? ¿Quién se vería más perjudicado por la crisis financiera que imaginan Blackwill y Zelikow en caso de una guerra por Taiwán: China o los propios Estados Unidos? Una de las dos superpotencias tiene un déficit en cuenta corriente del 3,5% del PIB (segundo trimestre de 2020) y una posición de inversión internacional neta de casi menos 14 billones de dólares, y no es China.
El apellido del secretario de Estado sin duda sería una tentación irresistible para los escritores de titulares si Estados Unidos parpadeara en lo que sería la cuarta y mayor crisis de Taiwán desde 1954. Sin embargo, piensa en lo que eso significaría. Perder en Vietnam hace cinco décadas resultó no importar mucho, aparte de los desafortunados habitantes de Vietnam del Sur. Apenas hubo efecto dominó en Asia en su conjunto, aparte de la catástrofe humana de Camboya.
Sin embargo, perder, o ni siquiera luchar por, Taiwán sería visto en toda Asia como el fin del predominio estadounidense en la región que ahora llamamos el "Indo-Pacífico". Confirmaría la hipótesis de larga data del regreso de China a la primacía en Asia después de dos siglos de eclipse y "humillación". Significaría una ruptura de la "primera cadena de islas" que los estrategas chinos creen que las rodea, además de entregar a Beijing el control de la Meca del microchip que es TSMC (recuerde, los semiconductores, no los datos, son el nuevo petróleo). Seguramente provocaría una corrida en el dólar y los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Sería el Suez estadounidense.
El zorro ha tenido una buena racha. Pero el peligro de una política exterior astuta es que te preocupas por tantos temas que corres el riesgo de perder el enfoque. El erizo, por el contrario, sabe una gran cosa. Lo más importante puede ser que quien gobierna Taiwán gobierna el mundo.
Berlín hablaba de escritores. Pero la misma distinción se puede establecer en el ámbito de la política de las grandes potencias. Hoy, hay dos superpotencias en el mundo, Estados Unidos y China. El primero es un zorro. La política exterior estadounidense es, para tomar prestados los términos de Berlín, "dispersa o difusa, moviéndose en muchos niveles".
China, por el contrario, es un erizo: lo relaciona todo con "una visión interior unitaria inmutable, omnipresente, a veces autocontradictoria e incompleta, a veces fanática". Hace cincuenta años, este julio, el archi-zorro de la diplomacia estadounidense, Henry Kissinger, voló a Beijing en una misión secreta que alteraría fundamentalmente el equilibrio global de poder. El telón de fondo estratégico fue la administración de la lucha de Richard Nixon para sacar a Estados Unidos de la guerra de Vietnam con su honor y credibilidad intactos en la medida de lo posible.
El contexto doméstico fue la disensión más profunda y violenta que cualquier cosa que hayamos visto en el último año. En marzo de 1971, el teniente William Calley fue declarado culpable de 22 asesinatos en la masacre de My Lai. En abril, medio millón de personas marcharon por Washington para protestar contra la guerra de Vietnam. En junio, el New York Times comenzó a publicar los Papeles del Pentágono.
Las reuniones de Kissinger con Zhou Enlai, el primer ministro chino, fueron quizás las más trascendentales de su carrera. Como zorro, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos tenía múltiples objetivos. El objetivo principal era conseguir una invitación pública china para que su jefe, Nixon, visitara Beijing el año siguiente. Pero Kissinger también buscaba ayuda china para sacar a Estados Unidos de Vietnam, y también esperaba aprovechar la división chino-soviética de una manera que ejerciera presión sobre la Unión Soviética, el principal adversario de Estados Unidos en la Guerra Fría, para frenar la carrera de armamentos nucleares.
En sus comentarios de apertura, Kissinger enumeró no menos de seis temas para debatir, incluido el furioso conflicto en el sur de Asia que culminaría con la independencia de Bangladesh. La respuesta de Zhou fue la de un erizo. Solo tenía un problema: Taiwán. "Si esta cuestión crucial no se resuelve", le dijo a Kissinger al principio, "entonces toda la cuestión [de las relaciones entre Estados Unidos y China] será difícil de resolver". Hasta un punto que sorprende al lector moderno de las transcripciones de esta y las reuniones posteriores, el objetivo principal de Zhou era persuadir a Kissinger para que aceptara "reconocer a la República Popular China como el único gobierno legítimo en China" y la "provincia de Taiwán" como "Una parte inalienable del territorio chino que debe ser devuelta a la patria", de la cual Estados Unidos debe "retirar todas sus fuerzas armadas y desmantelar todas sus instalaciones militares". (Desde el triunfo de los comunistas en la guerra civil china en 1949, la isla de Taiwán había sido el último puesto de avanzada del Kuomintang nacionalista. Y desde la Guerra de Corea, Estados Unidos había defendido su autonomía).
Con los ojos puestos en tantos premios, Kissinger estaba preparado para hacer las concesiones clave que buscaban los chinos. “No estamos abogando por una solución de 'dos China' o una solución de 'una China, una Taiwán'”, dijo a Zhou. "Como estudiante de historia", continuó, "la predicción de uno tendría que ser que la evolución política probablemente irá en la dirección que [el] Primer Ministro ... me indicó". Además, “Podemos resolver la mayor parte de la cuestión militar dentro de este mandato del presidente si la guerra en el sudeste asiático [es decir, Vietnam] ha terminado ".
Cuando Zhou le preguntó cuál era su opinión sobre el movimiento independentista taiwanés, Kissinger lo descartó de plano. Independientemente de los otros problemas que planteó Kissinger (Vietnam, Corea, los soviéticos), Zhou dirigió la conversación de regreso a Taiwán, "la única pregunta entre nosotros dos". ¿Reconocería Estados Unidos a la República Popular como el único gobierno de China y normalizaría las relaciones diplomáticas? Sí, después de las elecciones de 1972. ¿Taiwán sería expulsado de las Naciones Unidas y su asiento en el Consejo de Seguridad sería otorgado a Beijing? De nuevo, sí.
Un avance rápido de medio siglo, y el mismo problema, Taiwán, sigue siendo la prioridad número uno de Beijing. La historia no evolucionó como había previsto Kissinger. Es cierto que Nixon fue a China según lo planeado, Taiwán fue expulsado de la ONU y, bajo el presidente Jimmy Carter, Estados Unidos derogó su tratado de defensa mutua de 1954 con Taiwán. Pero el lobby pro-Taiwán en el Congreso pudo lanzar a Taipei un salvavidas en 1979, la Ley de Relaciones con Taiwán. La ley establece que Estados Unidos considerará “cualquier esfuerzo para determinar el futuro de Taiwán por otros medios que no sean pacíficos, incluidos boicots o embargos, una amenaza a la paz y la seguridad del área del Pacífico Occidental y de grave preocupación para Estados Unidos." También compromete al gobierno de los Estados Unidos a "poner a disposición de Taiwán los artículos y ... servicios de defensa en la cantidad que sea necesaria para permitir que Taiwán mantenga una capacidad de autodefensa suficiente", así como para "mantener la capacidad de los Estados Unidos". para resistir cualquier recurso a la fuerza u otras formas de coerción que pongan en peligro la seguridad, o el sistema social o económico, de la gente de Taiwán ".
Para el erizo chino, esta ambigüedad, según la cual Estados Unidos no reconoce a Taiwán como un estado independiente pero al mismo tiempo garantiza su seguridad y autonomía de facto, sigue siendo una situación intolerable. Sin embargo, el equilibrio de poder se ha transformado desde 1971, y mucho más profundamente de lo que Kissinger podría haber previsto.
China hace 50 años era extremadamente pobre: a pesar de su enorme población, su economía era una pequeña fracción del producto interno bruto de Estados Unidos. Este año, el Fondo Monetario Internacional proyecta que, en términos de dólares corrientes, el PIB chino será tres cuartas partes del PIB estadounidense. Sobre la base de la paridad del poder adquisitivo, China superó a EEUU en 2017.
En el mismo período de tiempo, Taiwán también ha prosperado. No solo ha surgido como una de las economías más avanzadas de Asia, sino que Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. es el principal fabricante de chips del mundo. Taiwán también se ha convertido en una prueba viviente de que un pueblo étnicamente chino puede prosperar bajo la democracia. El régimen autoritario que gobernó Taipei en la década de 1970 es un recuerdo lejano. Hoy en día, es un ejemplo brillante de cómo una sociedad libre puede usar la tecnología para empoderar a sus ciudadanos, lo que explica por qué su respuesta a la pandemia Covid-19 fue, en cualquier medida, la más exitosa del mundo (total de muertes: 10).
Como Graham Allison de la Universidad de Harvard argumentó en su libro enormemente influyente, "Destinados a la guerra: ¿Pueden Estados Unidos y China escapar de la trampa de Tucídides?", El ascenso económico de China, que al principio fue bien recibido por los políticos estadounidenses, estaba destinado al parecer ser una amenaza para Estados Unidos Los conflictos entre las potencias en ejercicio y las potencias en ascenso han sido una característica de la política mundial desde 431 a. C., cuando fue el "crecimiento del poder de Atenas y la alarma que esto inspiró en Esparta" lo que llevó a la guerra.
Lo único sorprendente fue que hizo falta el presidente Donald Trump, entre todas las personas, para despertar a los estadounidenses a la amenaza que representa el crecimiento del poder de la República Popular. Trump hizo campaña contra China como una amenaza principalmente para los trabajos de manufactura en Estados Unidos. Una vez en la Casa Blanca, se tomó su tiempo antes de actuar, pero en 2018 comenzó a imponer aranceles a las importaciones chinas. Sin embargo, no pudo evitar que su guerra comercial preferida se convirtiera rápidamente en algo más parecido a la Segunda Guerra Fría, una competencia que era a la vez tecnológica, ideológica y geopolítica.
La "mancha" de la política exterior recogió la pelota anti-China y corrió con ella. El público los animó, con un sentimiento anti-China aumentando entre republicanos y demócratas. El propio Trump pudo haber sido un erizo con una sola pista: los aranceles. Pero bajo el secretario de Estado Mike Pompeo, la política estadounidense pronto volvió a su astuta norma. Pompeo arrojó todos los problemas imaginables a Beijing, desde la dependencia de Huawei Technologies Co. en semiconductores importados, hasta la supresión del movimiento a favor de la democracia en Hong Kong, hasta los orígenes turbios de Covid-19 en Wuhan.
Inevitablemente, se agregó Taiwán a la lista, pero el aumento de las ventas de armas y los contactos diplomáticos no recibieron la máxima atención. Cuando Richard Haass, el gran panjandrum del Consejo de Relaciones Exteriores, abogó el año pasado por poner fin a la "ambigüedad estratégica" y comprometer de todo corazón a Estados Unidos a defender la autonomía de Taiwán, nadie en la administración Trump dijo: "¡Gran idea!"
Sin embargo, cuando Pompeo se reunió con el director de la oficina de relaciones exteriores del Partido Comunista, Yang Jiechi, en Hawai en junio pasado, ¿adivinen dónde comenzó la parte china? “Solo hay una China en el mundo y Taiwán es una parte inalienable de China. El principio de una sola China es la base política de las relaciones China-EEUU."
Trump tuvo tanto éxito en liderar la élite y la opinión popular hacia una postura más anti-China que el presidente Joe Biden no tuvo otra alternativa que ponerse de acuerdo el año pasado. El resultado algo sorprendente es que ahora lidera una administración que, en muchos aspectos, es más agresiva que su predecesora. Trump no fue un guerrero frío. Según las memorias del ex asesor de seguridad nacional John Bolton, al presidente le gustaba señalar la punta de uno de sus Sharpies y decir: “Esto es Taiwán”, luego señalar el escritorio de Resolute en la Oficina Oval y decir: “Esto es China. " "Taiwán está como a dos pies de China", dijo Trump a un senador republicano. “Estamos a 8.000 millas de distancia. Si invaden, no hay nada que podamos hacer al respecto ".
A diferencia de otros miembros de su equipo de seguridad nacional, Trump se preocupaba poco por las cuestiones de derechos humanos. Sobre Hong Kong, dijo: "No quiero involucrarme" y, "Nosotros también tenemos problemas de derechos humanos". Cuando el presidente Xi Jinping le informó sobre los campos de trabajo para los musulmanes uigures de Xinjiang en el oeste de China, Trump básicamente le dijo: "No hay problema". En el trigésimo aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen de 1989, Trump preguntó: “¿A quién le importa? Estoy tratando de hacer un trato ".
La administración Biden, por el contrario, quiere decir lo que dice sobre estos temas. En cada declaración desde que asumió el cargo de secretario de Estado, Antony Blinken se ha referido a China no solo como un rival estratégico sino también como un violador de los derechos humanos. En enero, calificó el trato de China a los uigures como "un esfuerzo por cometer genocidio" y se comprometió a continuar la política de Pompeo de incrementar el compromiso de Estados Unidos con Taiwán. En febrero, le habló a Yang de Hong Kong, Xinjiang, Tíbet e incluso Myanmar, donde China respalda el reciente golpe militar. A principios de este mes, la administración impuso sanciones a los funcionarios chinos que considera responsables de barrer la autonomía de Hong Kong.
En su último artículo de la revista Foreign Affairs antes de unirse a la administración como su "zar" de Asia, Kurt Campbell defendió "un esfuerzo consciente para disuadir al aventurerismo chino ... Esto significa invertir en misiles balísticos y de crucero convencionales de largo alcance, aviones de ataque no tripulados basados en portaaviones". y vehículos submarinos, submarinos de misiles guiados y armas de ataque de alta velocidad ". Añadió que Washington necesita trabajar con otros estados para dispersar las fuerzas estadounidenses en el sudeste asiático y el Océano Índico y "restaurar industrias sensibles y buscar un 'desacoplamiento administrado' de China".
En muchos aspectos, la continuidad con la estrategia Trump China es sorprendente. La guerra comercial no ha terminado, ni la guerra tecnológica. Además de referirse realmente a los derechos humanos, la única otra gran diferencia entre Biden y Trump es el énfasis mucho más fuerte del primero en la importancia de los aliados en este proceso de disuadir a China, en particular, el llamado Quad que Estados Unidos ha formado con Australia, India y Japón.
Como dijo Blinken en un discurso de apertura el 3 de marzo, para Estados Unidos "involucrar a China desde una posición de fuerza ... requiere trabajar con aliados y socios ... porque nuestro peso combinado es mucho más difícil de ignorar para China". Este argumento tomó forma concreta la semana pasada, cuando Campbell le dijo al Sydney Morning Herald que Estados Unidos "no iba a dejar a Australia sola en el campo" si Beijing continuaba con su actual aprieto económico en Canberra (represalia por el llamado del gobierno australiano para una investigación independiente en los orígenes de la pandemia).
El asesor de seguridad nacional Jake Sullivan ha estado cantando prácticamente la misma hoja de himnos. El propio Biden organizó una cumbre virtual para los jefes de estado del Quad el 12 de marzo. El enfoque chino sigue siendo el del erizo. Hace varios años, uno de los asesores económicos de Xi me dijo que volver a poner a Taiwán bajo el control del continente era el objetivo más preciado de su presidente, y la razón por la que había asegurado el fin del gobierno informal que había limitado a los presidentes chinos anteriores a dos mandatos. Es por esta razón, sobre todas las demás, que Xi ha presidido una enorme expansión de las fuerzas terrestres, marítimas y aéreas de China, incluidos los misiles terrestres DF-21D que podrían hundir portaaviones estadounidenses.
Mientras que los zorros multitarea de Estados Unidos se han ido sumando a su larga lista de quejas, el erizo chino ha ido construyendo constantemente su capacidad para apoderarse de Taiwán. En palabras de Tanner Greer, un periodista que escribe con conocimiento sobre la seguridad de Taiwán, el Ejército Popular de Liberación “tiene paridad en casi todos los sistemas que los taiwaneses pueden desplegar (o comprarnos en el futuro), y para algunos sistemas simplemente superan a los Taiwaneses en conjunto ".
Más importante aún, China ha creado lo que se conoce como una "burbuja Anti Acceso / Negación de Área" para mantener a las fuerzas estadounidenses alejadas de Taiwán. Como señaló Lonnie Henley de la Universidad George Washington en un testimonio ante el Congreso el mes pasado, “si podemos desactivar [el sistema integrado de defensa aérea de China], podemos ganar militarmente. Si no, probablemente no podamos ". Como estudiante de historia, para citar a Kissinger, veo una situación muy peligrosa. El compromiso de Estados Unidos con Taiwán se ha fortalecido verbalmente incluso cuando se ha debilitado militarmente.
Cuando se dice que un compromiso es “sólido como una roca” pero en realidad tiene la consistencia de arena fina, existe el peligro de que ambas partes calculen mal. No soy el único que me preocupa. El almirante Phil Davidson, jefe de las fuerzas estadounidenses en el Indo-Pacífico, advirtió en su testimonio de febrero ante el Congreso que China podría invadir Taiwán para 2027. A principios de este mes, mi colega de Bloomberg Opinion, Max Hastings, señaló que “Taiwán evoca el tipo de sentimiento entre el pueblo [chino] que Cuba hizo entre los estadounidenses hace 60 años ”.
El almirante James Stavridis, también columnista de opinión de Bloomberg, acaba de publicar “2034: Una novela de la próxima guerra mundial”, en la que un sorpresivo cerco naval chino de Taiwán es una de las maniobras iniciales de la Tercera Guerra Mundial. (Estados Unidos sufre pérdidas navales tan grandes que se ve obligado a bombardear Zhanjiang, lo que a su vez conduce a la destrucción de San Diego y Galveston). Quizás la parte más cuestionable de este escenario es su fecha, dentro de 13 años. Mi colega de la Institución Hoover, Misha Auslin, ha imaginado una guerra naval entre Estados Unidos y China tan pronto como en 2025.
En un nuevo e importante estudio sobre la cuestión de Taiwán para el Consejo de Relaciones Exteriores, Robert Blackwill y Philip Zelikow, estudiantes veteranos y practicantes de la política exterior de Estados Unidos, exponen las cuatro opciones que ven para la política de Estados Unidos, de las cuales su preferida es la última:
Estados Unidos debería ... ensayar, al menos con Japón y Taiwán, un plan paralelo para desafiar cualquier denegación china de acceso internacional a Taiwán y preparar, incluso con suministros estadounidenses previamente colocados, incluidas reservas de guerra, envíos de suministros de vital necesidad para ayudar. Taiwán se defiende. …
Estados Unidos y sus aliados planearían de manera creíble y visible reaccionar ante el ataque a sus fuerzas rompiendo todas las relaciones financieras con China, congelando o confiscando activos chinos. Blackwill y Zelikow tienen razón en que el status quo es insostenible. Pero hay tres problemas centrales con todos los argumentos para hacer que la disuasión sea más persuasiva. La primera es que cualquier paso para fortalecer las defensas de Taiwán inevitablemente provocará una respuesta airada de China, aumentando la probabilidad de que la Guerra Fría se caliente, especialmente si Japón está involucrado explícitamente.
El segundo problema es que tales pasos crean una ventana de oportunidad para que China actúe antes de que se complete la actualización de la disuasión de Estados Unidos. El tercero es la renuencia de los propios taiwaneses a tratar su seguridad nacional con la misma seriedad con la que los israelíes se toman la supervivencia de su estado. La reunión del jueves en Alaska entre Blinken, Sullivan, Yang y el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, después de las visitas de Blinken a Japón y Corea del Sur, nunca fue probable que reiniciara el proceso de diálogo estratégico chino-estadounidense que caracterizó la era de " Chimerica ”bajo George W. Bush y Barack Obama. Los días de la diplomacia de “ganar-ganar” han quedado atrás.
Durante los intercambios de apertura ante los medios, Yang ilustró que los erizos no solo tienen una gran idea, sino que también son muy espinosos. Estados Unidos estaba siendo "condescendiente", declaró, en comentarios que excedieron los dos minutos prescritos por un factor de ocho; Sería mejor abordar sus propios problemas de derechos humanos "profundamente arraigados", como el racismo (una "larga historia de asesinatos de negros"), en lugar de sermonear a China.
La pregunta que queda es qué tan rápido la administración Biden podría verse confrontada con una crisis de Taiwán, ya sea una “cuarentena” leve, un bloqueo a gran escala o una invasión anfibia sorpresa. Si Hastings tiene razón, esta sería la Crisis de los misiles cubanos de la Segunda Guerra Fría, pero con los roles invertidos, ya que la isla en disputa está aún más lejos de Estados Unidos que Cuba de Rusia. Si Stavridis tiene razón, Taiwán sería más como Bélgica en 1914 o Polonia en 1939.
Pero tengo otra analogía en mente. Quizás Taiwán resulte ser para el imperio estadounidense lo que Suez fue para el Imperio británico en 1956: el momento en que el león imperial queda expuesto como un tigre de papel. Cuando el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser nacionalizó el Canal de Suez, el primer ministro Anthony Eden unió fuerzas con Francia e Israel para intentar recuperarlo por la fuerza. La oposición estadounidense precipitó una carrera por la libra y la humillación británica.
Yo, por mi parte, lucho por ver a la administración Biden responder a un ataque chino a Taiwán con la combinación de fuerza militar y sanciones financieras previstas por Blackwill y Zelikow. Sullivan ha escrito elocuentemente sobre la necesidad de una política exterior que la América Central pueda respaldar. Ser incendiado por Taipei no parece ajustarse a ese proyecto de ley.
En cuanto al propio Biden, ¿estaría realmente dispuesto a poner en peligro el auge posterior a la pandemia que sus políticas económicas están impulsando por el bien de una isla que Kissinger una vez estuvo dispuesta a comerciar silenciosamente en pos de la distensión de la Guerra Fría? ¿Quién se vería más perjudicado por la crisis financiera que imaginan Blackwill y Zelikow en caso de una guerra por Taiwán: China o los propios Estados Unidos? Una de las dos superpotencias tiene un déficit en cuenta corriente del 3,5% del PIB (segundo trimestre de 2020) y una posición de inversión internacional neta de casi menos 14 billones de dólares, y no es China.
El apellido del secretario de Estado sin duda sería una tentación irresistible para los escritores de titulares si Estados Unidos parpadeara en lo que sería la cuarta y mayor crisis de Taiwán desde 1954. Sin embargo, piensa en lo que eso significaría. Perder en Vietnam hace cinco décadas resultó no importar mucho, aparte de los desafortunados habitantes de Vietnam del Sur. Apenas hubo efecto dominó en Asia en su conjunto, aparte de la catástrofe humana de Camboya.
Sin embargo, perder, o ni siquiera luchar por, Taiwán sería visto en toda Asia como el fin del predominio estadounidense en la región que ahora llamamos el "Indo-Pacífico". Confirmaría la hipótesis de larga data del regreso de China a la primacía en Asia después de dos siglos de eclipse y "humillación". Significaría una ruptura de la "primera cadena de islas" que los estrategas chinos creen que las rodea, además de entregar a Beijing el control de la Meca del microchip que es TSMC (recuerde, los semiconductores, no los datos, son el nuevo petróleo). Seguramente provocaría una corrida en el dólar y los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Sería el Suez estadounidense.
El zorro ha tenido una buena racha. Pero el peligro de una política exterior astuta es que te preocupas por tantos temas que corres el riesgo de perder el enfoque. El erizo, por el contrario, sabe una gran cosa. Lo más importante puede ser que quien gobierna Taiwán gobierna el mundo.
Nota de Andrés Pierantoni: Algo que, extrañamente, el sesudo análisis de Ferguson no toma en cuenta es la RCEP (Regional Comprehensive Economic Partnership) firmada por China en noviembre pasado con 10 países del Asean pero también 2 de los 3 asiáticos del QUAD (Japón y Australia, mientras no firmó la India), además de Corea del Sur y Nueva Zelanda. Por otro lado, si bien destaca algo tan importante como la "reluctance of the Taiwanese themselves to treat their national security with the same seriousness that Israelis take the survival of their state" y, en el caso del "Middle America", el "Getting torched for Taipei does not seem to fit that bill", tampoco menciona nada al respecto ("getting torched") sobre la opinión pública de Japón y Corea del Sur.
Por otro lado, lo del "síndrome Canal de Suez" en mi opinión tiene que ver más con el efecto del "quítame esa pajita" que con la importancia real de Taiwán en la economía y geopolitica mundial. Y, en tal sentido, el haber sustituido la relativa "nonchalance" (indiferencia), con la cual Kissinger y Trump han tratado el tema, con la "paramountcy" (supremacía) que le dan Biden-Blinken, a contrapelo de la diplomacia "foxy"(zorra) gringa, parece ser, como da a entender Fergunson, una trampa auto-inflingida.
Por otro lado, lo del "síndrome Canal de Suez" en mi opinión tiene que ver más con el efecto del "quítame esa pajita" que con la importancia real de Taiwán en la economía y geopolitica mundial. Y, en tal sentido, el haber sustituido la relativa "nonchalance" (indiferencia), con la cual Kissinger y Trump han tratado el tema, con la "paramountcy" (supremacía) que le dan Biden-Blinken, a contrapelo de la diplomacia "foxy"(zorra) gringa, parece ser, como da a entender Fergunson, una trampa auto-inflingida.