La izquierda latinoamericana apuesta por la unidad en La Habana
Diario Octubre Por Waldo Mendiluza* 15 de julio de 2018
La Habana (PL)
Representantes de partidos y organizaciones de la izquierda latinoamericana y caribeña buscarán a partir de mañana en esta capital estrategias que frenen las acciones de la derecha regional, al sesionar durante tres días el XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo.
El mecanismo creado en 1990, que agrupa a más de un centenar de fuerzas progresistas del continente, se reúne por tercera vez en la isla (1993 y 2001), en un escenario similar al que lo vio nacer hace casi tres décadas.
Impulsado por figuras políticas como el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro (1926-2016), y el expresidente y fundador del Partido de los Trabajadores de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el Foro surgió para dar respuesta desde la izquierda a retos como el derrumbe del campo socialista y las consecuencias del neoliberalismo.
Después de varios años con presencia de gobiernos de cambio y compromiso social en América Latina, la derecha ha regresado al poder en diversos países, en medio de una escalada de la agresividad de Estados Unidos, que demuestra la vigencia de la Doctrina Monroe y su proyecto hegemónico e intervencionista hacia la región.
Golpes de Estado, cruzadas legales y parlamentarias, protestas violentas disfrazadas de demandas populares y persecución política forman parte del arsenal de la derecha aupada por Washington.
Ante el desafío que esto implica, delegados evocan el llamado de Fidel Castro, lanzado hace 25 años, cuando La Habana acogió la cuarta versión del Foro de Sao Paulo.
‘¿Qué menos podemos hacer nosotros y qué menos puede hacer la izquierda de América Latina que crear una conciencia en favor de la unidad? Eso debiera estar inscrito en las banderas de la izquierda. Con socialismo y sin socialismo (…)’, sentenció entonces.
Precisamente la unidad es el tema que convoca a los participantes en el encuentro anual, que sesionará del 15 al 17 de julio en el Palacio de Convenciones de La Habana.
EXPECTATIVAS DESDE LA IZQUIERDA
A propósito de la edición 24 del Foro, Prensa Latina dialogó con representantes del pensamiento revolucionario y progresista de la región.
Para el politólogo argentino Atilio Borón la reunión se celebrará en un escenario de intensa contraofensiva imperialista, que tiene como blancos preferenciales producir el cambio de régimen en Venezuela, recrudecer aún más los torniquetes del bloqueo a Cuba y aislar al gobierno del presidente boliviano, Evo Morales.
Igualmente, argumentó, pretende plantar una cabeza de playa opositora en Nicaragua, así como avanzar en el retorno de Ecuador a la dominación norteamericana con reingreso de los militares de Estados Unidos a la base de Manta y en la ‘liberación’ de Julian Assange de la embajada de Quito en Londres, ‘lo que equivale a su sentencia de muerte’.
El Foro de Sao Paulo propiciará asimismo en La Habana una discusión fraternal y franca de los aciertos y errores de los gobiernos progresistas y de izquierda, para ratificarlos en los primeros y corregir los segundos, subrayó.
Por su parte, el secretario de Relaciones Internaciones del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Jacinto Suárez, insistió en la importancia de que partidos de izquierda y movimientos progresistas confluyan en la isla caribeña, por su ejemplo de resistencia en la lucha por mantener la independencia y la soberanía. El dirigente sandinista también resaltó la oportunidad que representa la reunión para promover la unidad de las fuerzas antineoliberales.
De acuerdo con el coordinador internacional de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de La Humanidad, Pablo Sepúlveda, entre las estrategias deben estar: romper el cerco informativo y plantear una ofensiva que fracture aun más el sistema capitalista y reivindique el socialismo como un modelo de paz y justicia para todas y todos.
Sepúlveda opinó que el Foro de Sao Paulo debe procurar urgentemente un plan concreto para contener y contrarrestar la arremetida brutal por parte de las fuerzas de la derecha internacional, que no son pocas.
Respecto al papel de los jóvenes en las luchas por un mundo de justicia social, el dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, José Ángel Maury, resaltó la necesidad del protagonismo de los jóvenes.
Ellos tienen en sus manos el futuro de la región, que depende de su capacidad de fortalecerse y aportar al movimiento de izquierda en Latinoamérica, expresó.
Maury alertó que las nuevas generaciones son las más proclives a resultar manipuladas a favor de los intereses de la derecha, sobre todo desde los nuevos escenarios comunicacionales.
ESPEJO DE PRÓCERES LIBERTADORES
En entrevista con Prensa Latina el embajador de Bolivia en Cuba, Juan Ramón Quintana, calificó al Foro de Sao Paulo de un espacio deliberativo y democrático muy vigoroso, que mantiene encendida la llama de las ideas libertadoras de los grandes próceres de la independencia latinoamericana.
Quintana recordó a figuras clave de la emancipación regional como el venezolano Simón Bolívar y el cubano José Martí.
Según el diplomático, el encuentro de tres días permitirá advertir los enormes riesgos que enfrenta la región frente a la arremetida imperial de Estados Unidos, que ha dejado de lado todo escrúpulo en aras de lograr sus objetivos geopolíticos.
Al referirse a la situación existente, en particular a las cruzadas de la derecha, afirmó que no es momento de resignación, escepticismo o pesimismo.
Este es un momento que nos tiene que ayudar a multiplicar nuestras energías colectivas, sentenció Quintana.
* Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina.
Representantes de partidos y organizaciones de la izquierda latinoamericana y caribeña buscarán a partir de mañana en esta capital estrategias que frenen las acciones de la derecha regional, al sesionar durante tres días el XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo.
El mecanismo creado en 1990, que agrupa a más de un centenar de fuerzas progresistas del continente, se reúne por tercera vez en la isla (1993 y 2001), en un escenario similar al que lo vio nacer hace casi tres décadas.
Impulsado por figuras políticas como el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro (1926-2016), y el expresidente y fundador del Partido de los Trabajadores de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el Foro surgió para dar respuesta desde la izquierda a retos como el derrumbe del campo socialista y las consecuencias del neoliberalismo.
Después de varios años con presencia de gobiernos de cambio y compromiso social en América Latina, la derecha ha regresado al poder en diversos países, en medio de una escalada de la agresividad de Estados Unidos, que demuestra la vigencia de la Doctrina Monroe y su proyecto hegemónico e intervencionista hacia la región.
Golpes de Estado, cruzadas legales y parlamentarias, protestas violentas disfrazadas de demandas populares y persecución política forman parte del arsenal de la derecha aupada por Washington.
Ante el desafío que esto implica, delegados evocan el llamado de Fidel Castro, lanzado hace 25 años, cuando La Habana acogió la cuarta versión del Foro de Sao Paulo.
‘¿Qué menos podemos hacer nosotros y qué menos puede hacer la izquierda de América Latina que crear una conciencia en favor de la unidad? Eso debiera estar inscrito en las banderas de la izquierda. Con socialismo y sin socialismo (…)’, sentenció entonces.
Precisamente la unidad es el tema que convoca a los participantes en el encuentro anual, que sesionará del 15 al 17 de julio en el Palacio de Convenciones de La Habana.
EXPECTATIVAS DESDE LA IZQUIERDA
A propósito de la edición 24 del Foro, Prensa Latina dialogó con representantes del pensamiento revolucionario y progresista de la región.
Para el politólogo argentino Atilio Borón la reunión se celebrará en un escenario de intensa contraofensiva imperialista, que tiene como blancos preferenciales producir el cambio de régimen en Venezuela, recrudecer aún más los torniquetes del bloqueo a Cuba y aislar al gobierno del presidente boliviano, Evo Morales.
Igualmente, argumentó, pretende plantar una cabeza de playa opositora en Nicaragua, así como avanzar en el retorno de Ecuador a la dominación norteamericana con reingreso de los militares de Estados Unidos a la base de Manta y en la ‘liberación’ de Julian Assange de la embajada de Quito en Londres, ‘lo que equivale a su sentencia de muerte’.
El Foro de Sao Paulo propiciará asimismo en La Habana una discusión fraternal y franca de los aciertos y errores de los gobiernos progresistas y de izquierda, para ratificarlos en los primeros y corregir los segundos, subrayó.
Por su parte, el secretario de Relaciones Internaciones del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Jacinto Suárez, insistió en la importancia de que partidos de izquierda y movimientos progresistas confluyan en la isla caribeña, por su ejemplo de resistencia en la lucha por mantener la independencia y la soberanía. El dirigente sandinista también resaltó la oportunidad que representa la reunión para promover la unidad de las fuerzas antineoliberales.
De acuerdo con el coordinador internacional de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de La Humanidad, Pablo Sepúlveda, entre las estrategias deben estar: romper el cerco informativo y plantear una ofensiva que fracture aun más el sistema capitalista y reivindique el socialismo como un modelo de paz y justicia para todas y todos.
Sepúlveda opinó que el Foro de Sao Paulo debe procurar urgentemente un plan concreto para contener y contrarrestar la arremetida brutal por parte de las fuerzas de la derecha internacional, que no son pocas.
Respecto al papel de los jóvenes en las luchas por un mundo de justicia social, el dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, José Ángel Maury, resaltó la necesidad del protagonismo de los jóvenes.
Ellos tienen en sus manos el futuro de la región, que depende de su capacidad de fortalecerse y aportar al movimiento de izquierda en Latinoamérica, expresó.
Maury alertó que las nuevas generaciones son las más proclives a resultar manipuladas a favor de los intereses de la derecha, sobre todo desde los nuevos escenarios comunicacionales.
ESPEJO DE PRÓCERES LIBERTADORES
En entrevista con Prensa Latina el embajador de Bolivia en Cuba, Juan Ramón Quintana, calificó al Foro de Sao Paulo de un espacio deliberativo y democrático muy vigoroso, que mantiene encendida la llama de las ideas libertadoras de los grandes próceres de la independencia latinoamericana.
Quintana recordó a figuras clave de la emancipación regional como el venezolano Simón Bolívar y el cubano José Martí.
Según el diplomático, el encuentro de tres días permitirá advertir los enormes riesgos que enfrenta la región frente a la arremetida imperial de Estados Unidos, que ha dejado de lado todo escrúpulo en aras de lograr sus objetivos geopolíticos.
Al referirse a la situación existente, en particular a las cruzadas de la derecha, afirmó que no es momento de resignación, escepticismo o pesimismo.
Este es un momento que nos tiene que ayudar a multiplicar nuestras energías colectivas, sentenció Quintana.
* Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina.
17 de julio de 2018
18 de julio de 2018
Líderes latinoamericanos en Jornada final del Foro de Sao Paulo/
Todos los discursos (Video + fotos)
Todos los discursos (Video + fotos)
Misión Verdad en el Foro de São Paulo:
"La izquierda está consumida por la propaganda occidental"
21 de julio de 2018
El texto que publicamos a continuación es una transcripción exacta de un discurso pronunciado por Gustavo Borges Revilla, director del proyecto Misión Verdad, en el XXIV Foro de São Paulo celebrado en La Habana, Cuba, los días 15 al 17 de julio. La participación se dio en los espacios de discusión sobre arte, comunicación, cultura e intelectualidad del foro. Misión Verdad asistió como proyecto invitado por el Ministerio de Cultura de Cuba.
Ayer se inició una discusión intensa y ciertamente constructiva, pero que deja ver muchísimo de lo que está pasando en el presente de Latinoamérica y el mundo. Podemos hacer un consenso y coincidir en que hay una crisis. Es una crisis del sistema mundo como lo conocemos, una crisis del sistema global, del capitalismo. Crisis inherente a todos nosotros, crisis que los latinoamericanos estamos viviendo ahora en carne viva, en carne propia.
Como ustedes saben, Venezuela fue víctima en 2017 de quizás el modelo más acabado de intervención que en Occidente se ha diseñado, no solo para tomar el poder del Estado que hoy se encuentra en manos de fuerzas anticapitalistas, sino para desmantelar los Estados tal y como los conocemos. Es decir, hay una crisis del pensamiento occidental manifestado después del Pacto de Westfalia. Hay una crisis del modelo que le sirvió al capitalismo durante muchos años, que son los Estados-nación. Frente a esos Estados, esa crisis y esos modelos de intervención, nosotros creemos que, desde el trabajo que hacemos, no hay entendimiento a plenitud de lo que está sucediendo ahora mismo, no sólo en el pensamiento occidental sino en cómo nosotros estamos viviendo estos procesos nuevos de intervención. Esto no es una intervención victimista del asunto, pero sí es un llamado de alerta. ¿Por qué? Porque Nicaragua ahora mismo la está sufriendo también. Nosotros en 2015 dijimos que probablemente en Nicaragua se iba a implementar este nuevo modelo de intervención y decimos acá, hoy en La Habana, en 2018, que Cuba también es un país que pudiera ser candidato a sufrir este modelo de intervención. Que no es más que una reconfiguración de las identidades culturales de los países, del secuestro de algunos valores y principios que estaban dirigidos por la izquierda durante muchos años. Hablo de derechos humanos, solidaridad, juventud, unas categorías que están siendo reconfiguradas por entidades como, por apenas citar un solo ejemplo, la Open Society Foundation. Si todos en esta sala no conocemos lo que es la Open Society Foundation tenemos el debate perdido. Un dato apenas de la Fundación: 1 mil millones de dólares invertidos en 120 países en los últimos 5 años, 48 procesos de "revoluciones de color" que dejó destrozado a todo Medio Oriente. Empezó en Túnez, como sabemos, siguió por Egipto, continuó en Libia, se intentó en Siria, se importó a América Latina, Venezuela sufrió 3 intentos de "revolución de color" -2007, 2014, 2017- y Venezuela es, podemos decirlo hoy aquí, asegurarlo, el único país que ha sabido enfrentar la "revolución de color" y las ha desarmado desde la inteligencia política y desde la audacia. Pero esto nos lleva a otro debate un poco más complejo, un poco más odioso, un poco más difícil de encarar, que es el debate de la intelectualidad. En principio, podemos preguntarnos si la intelectualidad está al tanto de lo que está sucediendo, sobre todo la intelectualidad de izquierda. Lo pongo en duda porque el presidente Maduro es probablemente uno de los políticos más desprestigiados del planeta y en el sistema de medios mundial, en la mediocracia mundial. Tristemente, hemos visto que la izquierda no es infalible a la hora del consumo de propaganda occidental, y la izquierda, no tanto latinoamericana, pero la izquierda europea, por categorizarla de alguna manera, sí se ha visto consumida por el discurso occidental que indica que en Venezuela no ha habido una democracia. Esto nos lleva a un debate un poco más profundo: ¿qué es la democracia? Hemos discutido en ese sentido que también hay una crisis de conceptos, una reconfiguración, y no somos precisamente nosotros los que estamos dándole una interpretación novedosa a estos conceptos, adaptada a nuestras realidades. No sé si se conoce que en la última declaración del ALBA se saludó el referéndum que se celebró en Ecuador, en el cual Rafael Correa queda execrado en la política ecuatoriana. Un documento del ALBA. Son puntos que nosotros tenemos que ver con muchísima cautela y con muchísima responsabilidad, porque en ese sentido, en el entendido concepto de la democracia, Ecuador es un país democrático, Argentina es un país democrático, Brasil es un país democrático, Venezuela es una dictadura, y ni se diga de Cuba que lleva 50 años con esa estigmatización. La pregunta es si a nosotros nos sirven esos conceptos de democracia, derechos humanos, libertad y revolución. Ayer la Red de Intelectuales debatía sobre qué es revolución y qué no. Cien años después. Yo no entiendo, ¿qué es revolución y qué no? Cuando estamos en un momento en el que, a nuestro entender, para nada debe prevalecer el pesimismo. |
Es un momento maravilloso. Es decir, las élites mundiales están peleándose entre sí, están comiéndose a sí mismas. Por ejemplo, vemos a un Donald Trump representando un sector de la élite mundial, peleándose con sus aliados, intentando imponer condiciones económicas a China y los chinos riéndose de ellos de alguna manera, lo vemos además intentando imponer amenazas a América Latina y Nicolás Maduro destrozando todos los planes de intervención de Estados Unidos en Venezuela.
Hemos ganado cuatro elecciones consecutivas en menos de seis meses, y aquí entramos en el último tema que nosotros queríamos traer acá. No sólo en Latinoamérica; el mundo entero carece hoy de un marco analítico propio de nosotros, los pueblos. No se escribe sobre las victorias venezolanas ya, existe una especie de manifestación emocional, sobre todo de la izquierda intelectual, de estar en un permanente empezar de cero, un permanente abandonar lo que en un momento floreció. A Venezuela de alguna manera se la dejó sola durante estos últimos años cuando el Comandante Chávez no estuvo a la cabeza. Nos emocionamos por los nuevos triunfos, está bien, celebremos los nuevos triunfos, entendamos que Venezuela viene de cuatro triunfos electorales donde la oposición venezolana quedó fragmentada en al menos cuatro pedazos, y esto se hizo, insisto, con inteligencia política, y además, con un apoyo irreductible de la base popular venezolana que está representada principalmente por mujeres pobres y madres solteras que tienen en su responsabilidad a no menos de mil personas cada una. Si no fuera por este sujeto que está haciendo política de verdad, Venezuela sí estuviera sumida hoy en el hambre pura y dura. Estas mujeres, que fueron amenazadas en 2017, organizan, viven, conviven, resisten amenazas, hacen política y, además, garantizan los triunfos electorales de la Revolución Bolivariana. En Venezuela se ha creado una fórmula, insisto, chavista. Afirmábamos en este panel, en la sesión anterior, que había que ser cada vez más chavista, porque el chavismo resultó ser, más allá de las condiciones históricas que se le pongan, un método de acción política, un método pragmático de entender la realidad y de incidir sobre ella para planificar el futuro, con la audacia manifestada en los encuentros y las experiencias de Chávez y Fidel. Entramos en las preguntas incómodas que cualquier encuentro que se proponga honesto debe hacerse. ¿Poder para qué? Este momento en el que la élite occidental está destrozando todo el sistema como lo conocemos, toda la institucionalidad está siendo destrozada por sus propios creadores. Insisto: ¿poder para qué? Habría que preguntarnos esto a todos los que estamos en procesos políticos y en los que participamos de ellos. ¿Para qué quiere el poder Manuel López Obrador? ¿Para qué quiere el poder Nicolás Maduro? ¿Para qué quiere el poder Evo Morales? Luego del ir y venir de derrotas dolorosas -y en algunos casos vergonzosas- en la región. No quiero ser más incómodo pero en 2017, de febrero a julio de 2017, los llamados liderazgos regionales progresistas hicieron cero menciones a Venezuela y a su proceso de intervención. Los casos de Cuba y Bolivia se exceptúan, obviamente. Esto no es, digamos, una manifestación victimista, sino un llamado a la reflexión, sobre todo de la intelectualidad de izquierda, que parece estar analizando el mundo como en 1950 y no como en 2018; en un momento donde el tiempo que corre, si bien es el tiempo más peligroso, también es el tiempo más maravilloso. Si el capitalismo logra recomponer su estructura filosófica, su estructura existencial, ahí sí nosotros habremos perdido la oportunidad de la vida y la oportunidad de imponer una cultura nueva, de pensarla, de experimentarla y de dejar atrás siglos y siglos de dominación, en los cuales hemos sido espectadores y no partícipes. Muchas gracias. La transcripción y edición de este discurso fue realizado por el portal de cultura cubana La Jiribilla. |