La oligarquía financiera globalista y la «tercera guerra mundial»
Observatorio de la crisis Walter Formento y Wim Dierckxsens 1 de julio de 2021
La cumbre de la OTAN, en junio de 2021, realizó una evaluación de la situación concluyendo: Rusia es una «amenaza aguda» y China es un «desafío sistémico» para el proyecto de Mundo Unipolar Financiero Global y para la Oligarquía Financiera Global.
Esto es fácilmente observable en la realidad politica internacional: China es una potencia mundial en ascenso estratégico que ha propuesto una «alternativa» exitosa para el Sur Global. Lo cual implica un contragolpe a la interminable Deuda Externa, una “trampa histórica” de subordinación y sumisión para la mayoría de los países [1]. La llamada Deuda Externa ha sido el instrumento que “ordena” la relación de poder de las naciones que son parte de la periferia de las potencias imperiales [2] mediante, instituciones transnacionales como el FMI y el Banco Mundial.
Deuda Externa, dinero por subordinación.
La Deuda Externa permite invisibilizar la relación social de dominación que el Acreedor Imperial impone sobre los Deudores. De esta manera los países permanecen siempre subordinados y reducidos a ser deudores, se trata de una dominación que obliga a pagar eternamente, entregando riquezas, soberanía y dignidad. Y renunciando a tener una política económica independiente y un plan económico y social que reconozca a los países del Sur global como iguales en la comunidad internacional.
La Deuda Externa como “mecanismo” no solo implica la devolución de lo prestado (más intereses a tasas “irracionales” que condenan a permanecer en condición de deudor en forma permanente) sino también , con el dinero prestado se subordina a las naciones a un plan de inversiones “acordado” con las instituciones acreedoras. Este “mecanismo”, la mayoría de las veces, significa imponer a empresas extranjeras que hacen los «trabajos» con el dinero prestado. En otras palabras, la Deuda Externa, permite ocultar la relación de dominación que se ejerce sobre los países.
En oposición a este «mecanismo» depredador se ha instalado el desafío Chino, con la Iniciativa Multipolar de la Nueva Ruta de la Seda (comercial, industrial, transportes, ciencia y tecnología). Para enfrentar este desafío Biden se reunión con Johnson primero y luego con el G7 (EEUU, GB + Alemania, Francia, Italia,Japón y Canadá).
Este planteamiento debatido en el G7 se puede resumir en lo siguiente: es necesario mantener a Estados Unidos “dentro” y como aliado (con todas sus contradicciones internas); de la Unión Europea (subordinada al globalismo) y con la incorporación de Japón, India, Corea del Sur dentro del esquema unipolar (de hecho Joseph Borrell[3] quien oficia como canciller de la UE, habla representando a los intereses transnacionales financieros globalistas).
Toda la declaración del G7 esconde el propósito de poder tener una capacidad de “juego” que permita “contener” estratégicamente a la Rusia y China multipolar, manteniéndolos “lejos” de India, de África, del Asia-Pacífico, Japón, Vietnam, Corea del Sur, Indonesia, Malaysia, Singapur, Brunéi, Filipinas, Tailandia, Laos, Birmania, Camboya (RCEP). Y también, lejos de la CELAC [4], la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños[5]. Es decir del patio trasero de EEUU, integrado por 32 países de América Latina y el Caribe, con más de 600 millones de personas [6] y productor estratégico de energía de origen fósil, de enquisto, agro-alimentos, litio, minerales, biodiversidad, etc. El proyecto, también, incluye el control de un estratégico paso oceánico que se comunica con todos los Océanos: Índico, el Pacífico Sur, el Austral[7] y el Atlántico Sur.
Claro que el proyecto globalista no ha logrado sus objetivos. Las declaraciones después de las cumbres siempre ocultan «diplomáticamente» las diferencias. Es el caso del Mercado Común del Asia Pacifico (RCEP) pues este Acuerdo concluyó su conformación inicial entre diciembre de 2020 -y- enero de 2021, incluyendo de un modo aún no explícito a la estratégica nación de la India [8]. Y también, en este otro lado del mundo, las relaciones económicas y diplomáticas de los países que conforman la CELAC siguen avanzando con China y Rusia.
Con este panorama, la Organización del Atlántico Norte (OTAN), controlada por los actores y los intereses transnacionales globalistas, se están trasladando a Eurasia reforzando su presencia en Australia, Japón y Corea del Sur. Todo una acción militar que tiene el objetivo de sostener los intereses de Estados Unidos con el pretexto de apoyar la independencia de la isla de Taiwán respecto de la China continental.
Es también una agresiva respuesta a la actual política de Beijing expresada en el lema “Una sola China”. Este importante cambio del gobierno chino pone término al tiempo que Pekín “aceptaba” la subordinación al proyecto Globalista (como taller industrial con mano de obra barata), y “aceptaba” que la sede del poder económico se ubicará en la City Financiera de Hong Kong (tal como venía sucediendo desde la derrota en la llamada Guerra del Opio contra el Imperio Británico en 1842 que impuso al pueblo chino el Tratado de Nanking).
Crisis entre los actores unipolares
Con la caída de la Torres Gemelas en 2001, la crisis de 2008, el Brexit de 2016-2018 se ha puesto en evidencia la profundidad de la crisis entre las fracciones del unipolarismo financiero transnacional. Entre la fracción transnacional unipolar globalista que avanzaba y las distintas fracciones del Unipolarismo continental transnacional en pleno declive: el norteamericano con su centro en Texas-Florida, el del Reino Unido y de la UE con el Brexit y el del Japón con su estancamiento.
Pero, también es importante tener presente los otros actores en el escenario internacional. Ya en abril de 1955 se reunió en Bandung (Indonesia) la llamada “tercera posición estratégica” para poner en marcha del MNOAL[9], el Movimiento de Países NO Alineadas. Este movimiento nació con el objetivo de mantenerse al margen de las superpotencias y obtener vías para alcanzar el bienestar de sus pueblos y la paz mundial más allá de la lógica bipolar de la época, por lo que en Bandung[10] surgió el concepto de «Tercer Mundo». Ahora, la llamada tercera posición estratégica es importante para poder entender la historia de su convergencia con nueva arquitectura financiera multipolar del proyecto Multipolar Pluriversal propuesto en Fortaleza-Brasil el año 2014[11]
La Rusia postsoviética sigue siendo el problema
Rusia sigue siendo la principal amenaza según el “vocero” de la OTAN Globalista, Jens Stoltenberg, quien sostiene que la OTAN no se limitará a “hacer de espejo” o «reflejar» a Rusia: de facto gastará más dinero e intentará rodearla con múltiples formaciones de batalla (Ucrania-Polonia-Noruega-Lituania-Estonia-Finlandia y Taiwán-Corea del Sur-Japón), porque, «hemos implementado los mayores refuerzos de nuestra defensa colectiva desde el fin de la Guerra Fría».
Claro que está por verse como logra la OTAN sortear el retraso técnico-económico militar, puesto de manifiesto desde 2015 en adelante, tanto en el escenario Siria-Irak-Irán-Líbano como en el eje Egipto-Libia-Yemen. De hecho, los últimos desarrollos técnico-militares de la OTAN – que fueron puestos a prueba en marzo-junio de 2021 en el área marítima circundante de Hawái – resultaron “defectuosos” o “no satisfactorios”.
Cuando la diferencia técnico militar es cualitativa, la cantidad de billones de dólares que podría poner en marcha el proceso de investigación y desarrollo para nada puede garantizar que se produzca un salto tecnológico de calidad en tiempo, forma y modo. Menos aún cuando se trata no sólo de alcanzar el umbral técnico militar multipolar de Rusia-China-India, sino de superarlo cualitativamente.
Hay que tener presente, también, un factor de dimensión geoestratégico para vislumbrar cómo crece la perspectiva de un mundo multipolar: la mayoría de la población se encuentra en países que potencialmente se deberían inclinarse por el multipolarismo. China (1440) e India (1390) reúnen al 37% de la población mundial y Asia en su conjunto al 60%. África el 17%, Europa el 10% y, Latinoamérica y Caribe el 8%. Solo EE UU se encuentra entre los 10 países con mayor población. Tiene 330 millones, una población que por una heterogeneidad étnica, social, religiosa y económica es muy compleja. Ninguna otra nación del G7 se encuentra entre los países más poblados.
Otro dato a considerar, son los lazos económicos y comerciales de Alemania, Francia e Italia, con el dinámico mercado de la China multipolar, ya que estos 3 países tienen su principal mercado de exportaciones, de bienes de alto valor agregado, en la nación asiática . Esto explicaría las conductas diplomáticas disidentes en la reunión del G7 a la hora de las definiciones y la posterior propuesta de reunión planteada por Alemania y Francia para realizar una cumbre con Putin. España, junto con Italia y Austria, fueron los países que apoyaron esta iniciativa, pero la propuesta fue boicoteada por los países comprometidos con la OTAN Globalista: Polonia y los países Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania)[12].
Es muy importante distinguir que en el G7 se manifestó la misma crisis inter-oligárquica, que observamos en EEUU. Una crisis que enfrenta a los intereses transnacionales globalistas contra los intereses continentalistas y los nacionalismos oligárquicos de cada nación [UE, Japón, Inglaterra-GB, Canadá, etc.]. Sin entender esta nueva realidad (clara desde 2012-2016 y explicita con el estallido del Brexit) no se podrá comprender los movimientos hacia un este multipolar y pluriversal de la UE – con Alemania, Francia e Italia a la cabeza.
Por otra parte, el comunicado oficial de la OTAN parece inflexible: “la única forma de gasto militar es para arriba” dice la alianza militar refiriéndose al presupuesto de “defensa” de los 30 miembros de la OTAN que crecerá en un 4,1% en 2021, alcanzando la asombrosa cifra de 1,049 billones de dólares (726 millones de dólares de los EE.UU. y 323 millones de dólares de los “aliados”). Y aunque el 3 de mayo de 2021, en una reunión preparatoria a la cumbre del G7, el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, y el secretario de Estado, Antony Blinken, daban a entender que Occidente combatiría simultáneamente a Rusia y a China, pero lo que se vio en el G7 fue muy diferente.
En el plano técnico militar, Occidente ha reconocido que Rusia tiene armas hipersónicas que han “desconcertados a los generales de la OTAN”. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, la alianza militar insiste en su política agresiva: realiza ejercicios a gran escala en las fronteras con Rusia y aspira a socavar al gobierno de Bielorrusia para integrar a este país como otra pieza de su estrategia militar. En cuanto a China, Estados Unidos y la OTAN despliega fuerzas navales en el Mar de China Meridional, Taiwán, el Indo-Pacífico en general, y el Presidente Biden presenta en el G7 su proyecto denominado “Build Back Better World (B3W), un plan que aspira a ser la «alternativa» occidental a la Iniciativa Belt and Road (BRI) de la República Popular China
Las nuevas realidades
En 1945, la conferencia de Yalta sentó las bases para una división del mundo en zonas de influencia entre los tres grandes vencedores de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética. Lo acordado en Yalta pudo haber volado en pedazos -en algún momento- dando paso a un enfrentamiento militar. Sin embargo, la investigación histórica a demostrado que: los agravios mutuos entre las superpotencias estaban destinados a consolidar la unidad dentro de cada bloque.
Después de la implosión de la Unión Soviética los Estados Unidos ha pretendido ser la única hiperpotencia capaz de organizar el mundo, lo cual, definitivamente, no lo ha logrado. China y Rusia han tratado de redistribuir las cartas. Tampoco lo han logrado, pero han avanzado y continúan avanzando en ese sentido.
La gran ambición de Estados Unidos acabó naufragando en Siria, su proyecto de un rediseño de «un Medio Oriente ampliado» que inició con la Operación Tormenta del Desierto ha resultado un fiasco. Pero, Estados Unidos aún no ha admitido su derrota. Por otra parte, las fuerzas armadas de la Federación Rusa disponen actualmente de armas mucho más avanzadas que las de EEUU y la República Popular China cuentan con personal mucho más calificado. Estos son hechos comprobados que “obligan” a Washington a tomar en cuenta esta nueva realidad y aceptar un acuerdo, sin el cual podría terminar perdiendo toda su inestable influencia.
Los aliados de Estados Unidos en el G7 no han entendido aún la importancia de la catástrofe militar que sufrieron en Siria. Persisten en presentar ese importante conflicto –en el cual participaron más países que en la Segunda Guerra Mundial– como una guerra civil que estalló en un pequeño y lejano país. Así que será particularmente difícil para ellos plegarse a los constantes retrocesos que está dando Washington.
Hoy es más claro que la política exterior rusa no se basa en una nebulosa teoría “geopolítica” sino en la proyección de su fuerte personalidad como país. Rusia está más dispuesta a pasar por alto sus intereses que a renegar de sí misma. En tanto, el objetivo de China es, ante todo, recuperar su zona de influencia regional y comerciar con el resto del mundo. China sabe esperar, pero no va a hacer concesiones. Ante esta nueva realidad, el Pentágono ha creado un grupo de trabajo encargado de reflexionar sobre las opciones ante China, el adversario al que Estados Unidos teme más que a Rusia ya que todo lo que Pekín logre recuperar en su zona regional de influencia será en detrimento de las posiciones de Washington en Asia.
Por su parte, la Casa Blanca también formó un grupo de trabajo -reservado- que debe plantear las nuevas políticas posibles. Este grupo goza de un poder de decisión comparable al del Grupo de Desarrollo de la Política Energética Nacional (National Energy Policy Development Group), creado y dirigido por Dick Cheney en el periodo de la Caída de la URSS (1989-1993). En este grupo están representados los objetivos políticos de las grandes finanzas y su visión es determinante tanto para la OTAN como para la Casa Blanca. Su objetivo no es modificar las alianzas sino más bien disponer de la información necesaria para poder adaptarse discretamente a los cambios y conservar la posición predominante .
La administración globalista de Biden evaluó y ha optado por el objetivo de tratar de restaurar el bipolarismo. Bajo el comando globalista, este escenario requiere hacer retroceder los engranajes del tiempo a 1950. Pero, todas las grandes potencias saben que una guerra militar de envergadura es imposible por la paridad nuclear disuasoria. Incluso el duopolio que caracterizó los tiempos de la guerra fría ha sido redefinido, EEUU ya no cuenta con el monopolio de las capacidades estratégicas industriales y tecnológicas; sus corporaciones más avanzadas, en este campo, abandonaron territorio de su país.
En la evaluación de Washington, la única posibilidad de evitar una guerra contra una alianza ruso-china es mantener una parte importante de la geografía del poder existente en el 2021. Por ello la reunión del G2, G7 y de la OTAN tiene un significado particular: el objetivo planteado es mantener una posición de defensa estratégica, lo cual es un sinsentido o es sólo producto de la necesidad de equilibrar las posiciones entre las fracciones oligárquicas en pugna dentro de la alianza.
El mundo hoy, no se rige por la concepción del poder de 1930 a 1999. El Globalismo unipolar supone la negación de la Nación incluso de la norteamericana, esto explica la complejidad de la crisis estadounidense. Al contrario, el multipolarismo supone la negación del unipolarismo financiero en sus dos modalidades (globalismo y continentalismo) pero, también multipolarismo tiene un reto de síntesis: crear efectivamente en la relación comunidad-pueblo para su pleno desarrollo, sin subordinación a intereses privados[13].
El principal obstáculo que enfrenta Estados Unidos es derivado de su posición real en el tablero internacional. Desde 2001, los Globalistas están convencidos que la crisis, inestabilidad y fragmentación de las naciones los favorece. Por eso han alimentado y utilizado a los yihadistas mercenarios aplicando la llamada doctrina Rumsfeld-Cebrowski, en Siria y en otros lugares del mundo.
La Derrota Globalista en Siria
Después de haber sufrido una humillante derrota en Siria, aparentemente Estados Unidos fue a la reunión de Ginebra para aceptar las condiciones del vencedor. El encuentro entre Joe Biden y Vladimir Putin podría haber significado el fin de las hostilidades. En ese escenario las potencias de Europa occidental tendrían que pagar la factura mientras China confirmaba su estatus de socio de Rusia. En teoría, el Presidente Putin podría haber impuesto condiciones al presidente Joe Biden en Ginebra, porque Estados Unidos está en el bando de los vencidos.
No está demás recordar que la «Tercera Guerra Mundial «que inició la OTAN, bajo “mando” Globalista en Siria, con la participación de 119 países, que este conflicto ha terminado con la victoria de Siria, Irán y Rusia; y con la derrota militar de la OTAN, y de los 116 países aliados de Estados Unidos que fueron parte de la OTAN en ese conflicto.
Pero la OTAN, no ha sido vencida. Está claro que aún no abandona la decisión de disputar el poder global, constituyendo un nuevo bipolarismo, fracturando de esta manera al mundo. Quiere organizar a los pueblos bajo el falso dilema Democracia vs Autoritarismo, cuando es claro que el Globalismo Unipolar Financiero es quien se comporta de modo fascista: militarizando el mundo, las naciones y los pueblos.
La III-GM no escalo extendiéndose territorialmente porque fue contenida dentro de los límites por los actores multipolares en la región (Siria-Irán-Líbano-Irak). Para los vencidos -el Globalismo Unipolar principalmente- ha llegado el momento de reconocer la derrota y de pagar por los daños humanos y materiales que provocaron con sus actos.
Sin embargo, esto parece imposible en este momento porque los EEUU nuevamente no vivió la guerra en su territorio. Tampoco sufrieron en carne propia las consecuencias destructivas de las batallas. Los EEUU participaron en la guerra fundamentalmente a través de “intermediarios” financiando transnacionales de «yihadistas» con mercenarios llevados a Siria desde todo el mundo.
Las potencias occidentales, a pesar de haber sido derrotadas, han conservado casi intacto su poderío. Pero este poderío se encuentra manifiestamente retrasado en sus capacidades técnico militares respecto de los actores multipolares más importantes. Por esta razón recurren a ejércitos mercenarios reclutados por empresas financieras capitalistas. Pero, tampoco hay que olvidar, que Estados Unidos sigue estando, junto con Reino Unido y Francia, mantienen una poderosa fuerza de disuasión nuclear. Pero la disuasión Nuclear de destrucción masiva se encuentra empatada y paralizada por las condiciones de un empate nuclear técnico militar.
Luego, en el terreno de las capacidades económicas, civiles y militares, la economía unipolar financiera que se encuentra paralizada desde 2008, y permanece en un circuito cerrado de emisión billonaria de dólares, de papel-dinero sin respaldo: una permanente emisión estatal-pública billonaria, para las grandes transnacionales que recompran sus propias acciones, y que excluye a la gran mayoría de la sociedad en los países centrales del capitalismo. Estamos ante una clase dominante objetivamente obsoleta, con un papel cada vez más improductivo, especulativo en el ámbito económico, aislado en lo político y retrasado en lo técnico-militar.
El G7 en la era de la «desamericanización» del mundo
El G7 es una criatura de una era pasada, ya no se puede esperar nada de su influencia y poder. La razón fundamental es que el centro de gravedad económico y político del mundo se ha desplazado hacia el este. Cuando se creó el G7 en la década de 1970, los siete países occidentales eran, de hecho, los siete principales actores de la economía mundial. Esta situación es parte del pasado.
Mecanismos como el G20 han surgido en los últimos años (desde 1997-99-2001) para luego dar un salto en 2008-2010. Este proceso ha acaecido en el marco de crisis financieras y pujas de poder entre oligarquías financieras con confrontaciones entre el globalismo unipolar transnacional ascendente y el continentalismo unipolar transnacional en declive. Aunque el continentalismo integró al localismo oligárquico con retórica la nacionalista de Trump, finalmente estos enfrentamientos han logrado disminuir la influencia y el poderío de Estados Unidos y del G7.
De uno u otro modo, la oligarquía globalista unipolar se ha enfrentado desde 1999-2001, con todas y cada una de las naciones, incluyendo las oligarquías locales y sus expresiones continentalistas. El ejemplo más importante está a la vista: Estados Unidos y los países europeos tienen puntos de vista muy diferentes hacia China, los países europeos no apoyan convertir al G7 en un bloque «democrático» contra China.
Ha habido una disminución en la competitividad de los Estados Unidos y de la gobernanza occidental. El bloque, no han podido iniciar reformas sustanciales y Estados Unidos siente que sus rivales lo están superando. Por ello ha comenzado a tomar decisiones políticas con el objetivo de obstaculizar el crecimiento de sus rivales. El resultado final es y será una «des-americanización» sistemática en todo el mundo. A la larga, no será China el que se aísle, sino será Estados Unidos es quien se aislará del mundo.
Esto puede ocurrir de manera acelerada si EEUU sigue colocando obstáculos a la clara tendencia histórica hacia el multipolarismo. En las relaciones internacionales modernas, los regímenes multilaterales, ya sean pequeños o grandes, difícilmente pueden perseguir el mismo objetivo, ya que los intereses nacionales de los miembros son diferentes. El G7 no tiene derecho ni debe excluir a los países en desarrollo u otras plataformas de gobernanza multilateral. Las estructuras políticas y de seguridad globales y, el orden económico y financiero internacional, establecido por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial se ha vuelto cada vez más insostenibles. Aunque el nuevo orden mundial está aún por formarse hay algo muy concreto, Estados Unidos y sus transnacionales, ya no “tienen” la potencia que una vez tuvieron para derribar el edificio del orden internacional y plantear uno nuevo como entre 1940-1999.
EEUU es hoy un país, que controlado por los intereses globalistas (demócratas globalistas mas los neoconservadores republicanos de Mitt McConnell) ha destruido el “edificio del orden internacional» y sufre una potencial desintegración nacional.
El globalismo que ha desarrollado un conflicto con las fuerzas continentalistas (también en el G7) está empujando a estos países a que opten por el multipolarismo. La gloria pasada del G7 se ha desvanecido, por la acción des-localizadora de las transnacionales globales, cuyo proyecto de Estado global sin fronteras sufre derrota tras derrota. La pregunta es: ¿EEUU percibirá a tiempo la necesidad de unirse al proyecto multipolar? o ¿ Optará por arriesgarse a ser una república de segunda, aislada del mundo real? Nosotros creemos que EEUU podría avanzar hacia la desintegración de la nación, recorriendo el camino de su propia perestroika.
Esto es fácilmente observable en la realidad politica internacional: China es una potencia mundial en ascenso estratégico que ha propuesto una «alternativa» exitosa para el Sur Global. Lo cual implica un contragolpe a la interminable Deuda Externa, una “trampa histórica” de subordinación y sumisión para la mayoría de los países [1]. La llamada Deuda Externa ha sido el instrumento que “ordena” la relación de poder de las naciones que son parte de la periferia de las potencias imperiales [2] mediante, instituciones transnacionales como el FMI y el Banco Mundial.
Deuda Externa, dinero por subordinación.
La Deuda Externa permite invisibilizar la relación social de dominación que el Acreedor Imperial impone sobre los Deudores. De esta manera los países permanecen siempre subordinados y reducidos a ser deudores, se trata de una dominación que obliga a pagar eternamente, entregando riquezas, soberanía y dignidad. Y renunciando a tener una política económica independiente y un plan económico y social que reconozca a los países del Sur global como iguales en la comunidad internacional.
La Deuda Externa como “mecanismo” no solo implica la devolución de lo prestado (más intereses a tasas “irracionales” que condenan a permanecer en condición de deudor en forma permanente) sino también , con el dinero prestado se subordina a las naciones a un plan de inversiones “acordado” con las instituciones acreedoras. Este “mecanismo”, la mayoría de las veces, significa imponer a empresas extranjeras que hacen los «trabajos» con el dinero prestado. En otras palabras, la Deuda Externa, permite ocultar la relación de dominación que se ejerce sobre los países.
En oposición a este «mecanismo» depredador se ha instalado el desafío Chino, con la Iniciativa Multipolar de la Nueva Ruta de la Seda (comercial, industrial, transportes, ciencia y tecnología). Para enfrentar este desafío Biden se reunión con Johnson primero y luego con el G7 (EEUU, GB + Alemania, Francia, Italia,Japón y Canadá).
Este planteamiento debatido en el G7 se puede resumir en lo siguiente: es necesario mantener a Estados Unidos “dentro” y como aliado (con todas sus contradicciones internas); de la Unión Europea (subordinada al globalismo) y con la incorporación de Japón, India, Corea del Sur dentro del esquema unipolar (de hecho Joseph Borrell[3] quien oficia como canciller de la UE, habla representando a los intereses transnacionales financieros globalistas).
Toda la declaración del G7 esconde el propósito de poder tener una capacidad de “juego” que permita “contener” estratégicamente a la Rusia y China multipolar, manteniéndolos “lejos” de India, de África, del Asia-Pacífico, Japón, Vietnam, Corea del Sur, Indonesia, Malaysia, Singapur, Brunéi, Filipinas, Tailandia, Laos, Birmania, Camboya (RCEP). Y también, lejos de la CELAC [4], la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños[5]. Es decir del patio trasero de EEUU, integrado por 32 países de América Latina y el Caribe, con más de 600 millones de personas [6] y productor estratégico de energía de origen fósil, de enquisto, agro-alimentos, litio, minerales, biodiversidad, etc. El proyecto, también, incluye el control de un estratégico paso oceánico que se comunica con todos los Océanos: Índico, el Pacífico Sur, el Austral[7] y el Atlántico Sur.
Claro que el proyecto globalista no ha logrado sus objetivos. Las declaraciones después de las cumbres siempre ocultan «diplomáticamente» las diferencias. Es el caso del Mercado Común del Asia Pacifico (RCEP) pues este Acuerdo concluyó su conformación inicial entre diciembre de 2020 -y- enero de 2021, incluyendo de un modo aún no explícito a la estratégica nación de la India [8]. Y también, en este otro lado del mundo, las relaciones económicas y diplomáticas de los países que conforman la CELAC siguen avanzando con China y Rusia.
Con este panorama, la Organización del Atlántico Norte (OTAN), controlada por los actores y los intereses transnacionales globalistas, se están trasladando a Eurasia reforzando su presencia en Australia, Japón y Corea del Sur. Todo una acción militar que tiene el objetivo de sostener los intereses de Estados Unidos con el pretexto de apoyar la independencia de la isla de Taiwán respecto de la China continental.
Es también una agresiva respuesta a la actual política de Beijing expresada en el lema “Una sola China”. Este importante cambio del gobierno chino pone término al tiempo que Pekín “aceptaba” la subordinación al proyecto Globalista (como taller industrial con mano de obra barata), y “aceptaba” que la sede del poder económico se ubicará en la City Financiera de Hong Kong (tal como venía sucediendo desde la derrota en la llamada Guerra del Opio contra el Imperio Británico en 1842 que impuso al pueblo chino el Tratado de Nanking).
Crisis entre los actores unipolares
Con la caída de la Torres Gemelas en 2001, la crisis de 2008, el Brexit de 2016-2018 se ha puesto en evidencia la profundidad de la crisis entre las fracciones del unipolarismo financiero transnacional. Entre la fracción transnacional unipolar globalista que avanzaba y las distintas fracciones del Unipolarismo continental transnacional en pleno declive: el norteamericano con su centro en Texas-Florida, el del Reino Unido y de la UE con el Brexit y el del Japón con su estancamiento.
Pero, también es importante tener presente los otros actores en el escenario internacional. Ya en abril de 1955 se reunió en Bandung (Indonesia) la llamada “tercera posición estratégica” para poner en marcha del MNOAL[9], el Movimiento de Países NO Alineadas. Este movimiento nació con el objetivo de mantenerse al margen de las superpotencias y obtener vías para alcanzar el bienestar de sus pueblos y la paz mundial más allá de la lógica bipolar de la época, por lo que en Bandung[10] surgió el concepto de «Tercer Mundo». Ahora, la llamada tercera posición estratégica es importante para poder entender la historia de su convergencia con nueva arquitectura financiera multipolar del proyecto Multipolar Pluriversal propuesto en Fortaleza-Brasil el año 2014[11]
La Rusia postsoviética sigue siendo el problema
Rusia sigue siendo la principal amenaza según el “vocero” de la OTAN Globalista, Jens Stoltenberg, quien sostiene que la OTAN no se limitará a “hacer de espejo” o «reflejar» a Rusia: de facto gastará más dinero e intentará rodearla con múltiples formaciones de batalla (Ucrania-Polonia-Noruega-Lituania-Estonia-Finlandia y Taiwán-Corea del Sur-Japón), porque, «hemos implementado los mayores refuerzos de nuestra defensa colectiva desde el fin de la Guerra Fría».
Claro que está por verse como logra la OTAN sortear el retraso técnico-económico militar, puesto de manifiesto desde 2015 en adelante, tanto en el escenario Siria-Irak-Irán-Líbano como en el eje Egipto-Libia-Yemen. De hecho, los últimos desarrollos técnico-militares de la OTAN – que fueron puestos a prueba en marzo-junio de 2021 en el área marítima circundante de Hawái – resultaron “defectuosos” o “no satisfactorios”.
Cuando la diferencia técnico militar es cualitativa, la cantidad de billones de dólares que podría poner en marcha el proceso de investigación y desarrollo para nada puede garantizar que se produzca un salto tecnológico de calidad en tiempo, forma y modo. Menos aún cuando se trata no sólo de alcanzar el umbral técnico militar multipolar de Rusia-China-India, sino de superarlo cualitativamente.
Hay que tener presente, también, un factor de dimensión geoestratégico para vislumbrar cómo crece la perspectiva de un mundo multipolar: la mayoría de la población se encuentra en países que potencialmente se deberían inclinarse por el multipolarismo. China (1440) e India (1390) reúnen al 37% de la población mundial y Asia en su conjunto al 60%. África el 17%, Europa el 10% y, Latinoamérica y Caribe el 8%. Solo EE UU se encuentra entre los 10 países con mayor población. Tiene 330 millones, una población que por una heterogeneidad étnica, social, religiosa y económica es muy compleja. Ninguna otra nación del G7 se encuentra entre los países más poblados.
Otro dato a considerar, son los lazos económicos y comerciales de Alemania, Francia e Italia, con el dinámico mercado de la China multipolar, ya que estos 3 países tienen su principal mercado de exportaciones, de bienes de alto valor agregado, en la nación asiática . Esto explicaría las conductas diplomáticas disidentes en la reunión del G7 a la hora de las definiciones y la posterior propuesta de reunión planteada por Alemania y Francia para realizar una cumbre con Putin. España, junto con Italia y Austria, fueron los países que apoyaron esta iniciativa, pero la propuesta fue boicoteada por los países comprometidos con la OTAN Globalista: Polonia y los países Bálticos (Estonia, Letonia y Lituania)[12].
Es muy importante distinguir que en el G7 se manifestó la misma crisis inter-oligárquica, que observamos en EEUU. Una crisis que enfrenta a los intereses transnacionales globalistas contra los intereses continentalistas y los nacionalismos oligárquicos de cada nación [UE, Japón, Inglaterra-GB, Canadá, etc.]. Sin entender esta nueva realidad (clara desde 2012-2016 y explicita con el estallido del Brexit) no se podrá comprender los movimientos hacia un este multipolar y pluriversal de la UE – con Alemania, Francia e Italia a la cabeza.
Por otra parte, el comunicado oficial de la OTAN parece inflexible: “la única forma de gasto militar es para arriba” dice la alianza militar refiriéndose al presupuesto de “defensa” de los 30 miembros de la OTAN que crecerá en un 4,1% en 2021, alcanzando la asombrosa cifra de 1,049 billones de dólares (726 millones de dólares de los EE.UU. y 323 millones de dólares de los “aliados”). Y aunque el 3 de mayo de 2021, en una reunión preparatoria a la cumbre del G7, el ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, y el secretario de Estado, Antony Blinken, daban a entender que Occidente combatiría simultáneamente a Rusia y a China, pero lo que se vio en el G7 fue muy diferente.
En el plano técnico militar, Occidente ha reconocido que Rusia tiene armas hipersónicas que han “desconcertados a los generales de la OTAN”. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, la alianza militar insiste en su política agresiva: realiza ejercicios a gran escala en las fronteras con Rusia y aspira a socavar al gobierno de Bielorrusia para integrar a este país como otra pieza de su estrategia militar. En cuanto a China, Estados Unidos y la OTAN despliega fuerzas navales en el Mar de China Meridional, Taiwán, el Indo-Pacífico en general, y el Presidente Biden presenta en el G7 su proyecto denominado “Build Back Better World (B3W), un plan que aspira a ser la «alternativa» occidental a la Iniciativa Belt and Road (BRI) de la República Popular China
Las nuevas realidades
En 1945, la conferencia de Yalta sentó las bases para una división del mundo en zonas de influencia entre los tres grandes vencedores de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética. Lo acordado en Yalta pudo haber volado en pedazos -en algún momento- dando paso a un enfrentamiento militar. Sin embargo, la investigación histórica a demostrado que: los agravios mutuos entre las superpotencias estaban destinados a consolidar la unidad dentro de cada bloque.
Después de la implosión de la Unión Soviética los Estados Unidos ha pretendido ser la única hiperpotencia capaz de organizar el mundo, lo cual, definitivamente, no lo ha logrado. China y Rusia han tratado de redistribuir las cartas. Tampoco lo han logrado, pero han avanzado y continúan avanzando en ese sentido.
La gran ambición de Estados Unidos acabó naufragando en Siria, su proyecto de un rediseño de «un Medio Oriente ampliado» que inició con la Operación Tormenta del Desierto ha resultado un fiasco. Pero, Estados Unidos aún no ha admitido su derrota. Por otra parte, las fuerzas armadas de la Federación Rusa disponen actualmente de armas mucho más avanzadas que las de EEUU y la República Popular China cuentan con personal mucho más calificado. Estos son hechos comprobados que “obligan” a Washington a tomar en cuenta esta nueva realidad y aceptar un acuerdo, sin el cual podría terminar perdiendo toda su inestable influencia.
Los aliados de Estados Unidos en el G7 no han entendido aún la importancia de la catástrofe militar que sufrieron en Siria. Persisten en presentar ese importante conflicto –en el cual participaron más países que en la Segunda Guerra Mundial– como una guerra civil que estalló en un pequeño y lejano país. Así que será particularmente difícil para ellos plegarse a los constantes retrocesos que está dando Washington.
Hoy es más claro que la política exterior rusa no se basa en una nebulosa teoría “geopolítica” sino en la proyección de su fuerte personalidad como país. Rusia está más dispuesta a pasar por alto sus intereses que a renegar de sí misma. En tanto, el objetivo de China es, ante todo, recuperar su zona de influencia regional y comerciar con el resto del mundo. China sabe esperar, pero no va a hacer concesiones. Ante esta nueva realidad, el Pentágono ha creado un grupo de trabajo encargado de reflexionar sobre las opciones ante China, el adversario al que Estados Unidos teme más que a Rusia ya que todo lo que Pekín logre recuperar en su zona regional de influencia será en detrimento de las posiciones de Washington en Asia.
Por su parte, la Casa Blanca también formó un grupo de trabajo -reservado- que debe plantear las nuevas políticas posibles. Este grupo goza de un poder de decisión comparable al del Grupo de Desarrollo de la Política Energética Nacional (National Energy Policy Development Group), creado y dirigido por Dick Cheney en el periodo de la Caída de la URSS (1989-1993). En este grupo están representados los objetivos políticos de las grandes finanzas y su visión es determinante tanto para la OTAN como para la Casa Blanca. Su objetivo no es modificar las alianzas sino más bien disponer de la información necesaria para poder adaptarse discretamente a los cambios y conservar la posición predominante .
La administración globalista de Biden evaluó y ha optado por el objetivo de tratar de restaurar el bipolarismo. Bajo el comando globalista, este escenario requiere hacer retroceder los engranajes del tiempo a 1950. Pero, todas las grandes potencias saben que una guerra militar de envergadura es imposible por la paridad nuclear disuasoria. Incluso el duopolio que caracterizó los tiempos de la guerra fría ha sido redefinido, EEUU ya no cuenta con el monopolio de las capacidades estratégicas industriales y tecnológicas; sus corporaciones más avanzadas, en este campo, abandonaron territorio de su país.
En la evaluación de Washington, la única posibilidad de evitar una guerra contra una alianza ruso-china es mantener una parte importante de la geografía del poder existente en el 2021. Por ello la reunión del G2, G7 y de la OTAN tiene un significado particular: el objetivo planteado es mantener una posición de defensa estratégica, lo cual es un sinsentido o es sólo producto de la necesidad de equilibrar las posiciones entre las fracciones oligárquicas en pugna dentro de la alianza.
El mundo hoy, no se rige por la concepción del poder de 1930 a 1999. El Globalismo unipolar supone la negación de la Nación incluso de la norteamericana, esto explica la complejidad de la crisis estadounidense. Al contrario, el multipolarismo supone la negación del unipolarismo financiero en sus dos modalidades (globalismo y continentalismo) pero, también multipolarismo tiene un reto de síntesis: crear efectivamente en la relación comunidad-pueblo para su pleno desarrollo, sin subordinación a intereses privados[13].
El principal obstáculo que enfrenta Estados Unidos es derivado de su posición real en el tablero internacional. Desde 2001, los Globalistas están convencidos que la crisis, inestabilidad y fragmentación de las naciones los favorece. Por eso han alimentado y utilizado a los yihadistas mercenarios aplicando la llamada doctrina Rumsfeld-Cebrowski, en Siria y en otros lugares del mundo.
La Derrota Globalista en Siria
Después de haber sufrido una humillante derrota en Siria, aparentemente Estados Unidos fue a la reunión de Ginebra para aceptar las condiciones del vencedor. El encuentro entre Joe Biden y Vladimir Putin podría haber significado el fin de las hostilidades. En ese escenario las potencias de Europa occidental tendrían que pagar la factura mientras China confirmaba su estatus de socio de Rusia. En teoría, el Presidente Putin podría haber impuesto condiciones al presidente Joe Biden en Ginebra, porque Estados Unidos está en el bando de los vencidos.
No está demás recordar que la «Tercera Guerra Mundial «que inició la OTAN, bajo “mando” Globalista en Siria, con la participación de 119 países, que este conflicto ha terminado con la victoria de Siria, Irán y Rusia; y con la derrota militar de la OTAN, y de los 116 países aliados de Estados Unidos que fueron parte de la OTAN en ese conflicto.
Pero la OTAN, no ha sido vencida. Está claro que aún no abandona la decisión de disputar el poder global, constituyendo un nuevo bipolarismo, fracturando de esta manera al mundo. Quiere organizar a los pueblos bajo el falso dilema Democracia vs Autoritarismo, cuando es claro que el Globalismo Unipolar Financiero es quien se comporta de modo fascista: militarizando el mundo, las naciones y los pueblos.
La III-GM no escalo extendiéndose territorialmente porque fue contenida dentro de los límites por los actores multipolares en la región (Siria-Irán-Líbano-Irak). Para los vencidos -el Globalismo Unipolar principalmente- ha llegado el momento de reconocer la derrota y de pagar por los daños humanos y materiales que provocaron con sus actos.
Sin embargo, esto parece imposible en este momento porque los EEUU nuevamente no vivió la guerra en su territorio. Tampoco sufrieron en carne propia las consecuencias destructivas de las batallas. Los EEUU participaron en la guerra fundamentalmente a través de “intermediarios” financiando transnacionales de «yihadistas» con mercenarios llevados a Siria desde todo el mundo.
Las potencias occidentales, a pesar de haber sido derrotadas, han conservado casi intacto su poderío. Pero este poderío se encuentra manifiestamente retrasado en sus capacidades técnico militares respecto de los actores multipolares más importantes. Por esta razón recurren a ejércitos mercenarios reclutados por empresas financieras capitalistas. Pero, tampoco hay que olvidar, que Estados Unidos sigue estando, junto con Reino Unido y Francia, mantienen una poderosa fuerza de disuasión nuclear. Pero la disuasión Nuclear de destrucción masiva se encuentra empatada y paralizada por las condiciones de un empate nuclear técnico militar.
Luego, en el terreno de las capacidades económicas, civiles y militares, la economía unipolar financiera que se encuentra paralizada desde 2008, y permanece en un circuito cerrado de emisión billonaria de dólares, de papel-dinero sin respaldo: una permanente emisión estatal-pública billonaria, para las grandes transnacionales que recompran sus propias acciones, y que excluye a la gran mayoría de la sociedad en los países centrales del capitalismo. Estamos ante una clase dominante objetivamente obsoleta, con un papel cada vez más improductivo, especulativo en el ámbito económico, aislado en lo político y retrasado en lo técnico-militar.
El G7 en la era de la «desamericanización» del mundo
El G7 es una criatura de una era pasada, ya no se puede esperar nada de su influencia y poder. La razón fundamental es que el centro de gravedad económico y político del mundo se ha desplazado hacia el este. Cuando se creó el G7 en la década de 1970, los siete países occidentales eran, de hecho, los siete principales actores de la economía mundial. Esta situación es parte del pasado.
Mecanismos como el G20 han surgido en los últimos años (desde 1997-99-2001) para luego dar un salto en 2008-2010. Este proceso ha acaecido en el marco de crisis financieras y pujas de poder entre oligarquías financieras con confrontaciones entre el globalismo unipolar transnacional ascendente y el continentalismo unipolar transnacional en declive. Aunque el continentalismo integró al localismo oligárquico con retórica la nacionalista de Trump, finalmente estos enfrentamientos han logrado disminuir la influencia y el poderío de Estados Unidos y del G7.
De uno u otro modo, la oligarquía globalista unipolar se ha enfrentado desde 1999-2001, con todas y cada una de las naciones, incluyendo las oligarquías locales y sus expresiones continentalistas. El ejemplo más importante está a la vista: Estados Unidos y los países europeos tienen puntos de vista muy diferentes hacia China, los países europeos no apoyan convertir al G7 en un bloque «democrático» contra China.
Ha habido una disminución en la competitividad de los Estados Unidos y de la gobernanza occidental. El bloque, no han podido iniciar reformas sustanciales y Estados Unidos siente que sus rivales lo están superando. Por ello ha comenzado a tomar decisiones políticas con el objetivo de obstaculizar el crecimiento de sus rivales. El resultado final es y será una «des-americanización» sistemática en todo el mundo. A la larga, no será China el que se aísle, sino será Estados Unidos es quien se aislará del mundo.
Esto puede ocurrir de manera acelerada si EEUU sigue colocando obstáculos a la clara tendencia histórica hacia el multipolarismo. En las relaciones internacionales modernas, los regímenes multilaterales, ya sean pequeños o grandes, difícilmente pueden perseguir el mismo objetivo, ya que los intereses nacionales de los miembros son diferentes. El G7 no tiene derecho ni debe excluir a los países en desarrollo u otras plataformas de gobernanza multilateral. Las estructuras políticas y de seguridad globales y, el orden económico y financiero internacional, establecido por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial se ha vuelto cada vez más insostenibles. Aunque el nuevo orden mundial está aún por formarse hay algo muy concreto, Estados Unidos y sus transnacionales, ya no “tienen” la potencia que una vez tuvieron para derribar el edificio del orden internacional y plantear uno nuevo como entre 1940-1999.
EEUU es hoy un país, que controlado por los intereses globalistas (demócratas globalistas mas los neoconservadores republicanos de Mitt McConnell) ha destruido el “edificio del orden internacional» y sufre una potencial desintegración nacional.
El globalismo que ha desarrollado un conflicto con las fuerzas continentalistas (también en el G7) está empujando a estos países a que opten por el multipolarismo. La gloria pasada del G7 se ha desvanecido, por la acción des-localizadora de las transnacionales globales, cuyo proyecto de Estado global sin fronteras sufre derrota tras derrota. La pregunta es: ¿EEUU percibirá a tiempo la necesidad de unirse al proyecto multipolar? o ¿ Optará por arriesgarse a ser una república de segunda, aislada del mundo real? Nosotros creemos que EEUU podría avanzar hacia la desintegración de la nación, recorriendo el camino de su propia perestroika.
Bibliografía:
[2] Un sistema-Mundo dividido en Centro y Periferia, https://elordenmundial.com/un-sistema-mundo-dividido-en-centro-y-periferia/
[3] Josep Borrell Fontelles es un político español. Es miembro del Partido Socialista Obrero Español y sirvió como ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España entre junio de 2018 y noviembre de 2019. Actualmente como Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
[4] En el encuentro con la CELAC- China. https://www.argentina.gob.ar/noticias/en-el-encuentro-con-la-celac-china-basterra-celebro-el-acuerdo-con-mexico
[5] CELAC promueve la integración y desarrollo de los países latinoamericanos y caribeños. Está integrada por los 32 países soberanos que integran América Latina y el Caribe (Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela).
[6] Población 622 196 181 (2014), PIB (PPA) Total, Per cápita Puesto 4.º 6,7 billones de dólares.
[7] Hay un nuevo océano: conoce el océano Austral. https://www.nationalgeographicla.com/medio-ambiente/2021/06/hay-un-nuevo-oceano-conoce-oceano-austral
[8] Cuando está, en un momento posterior, tiene que soportar un repentino brote masivo de contagios de Covid-19 por efecto de la variante Covid 19 Delta-británica https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2021/06/22/60d186cee4d4d8c67b8b45e5.html
[9] La Conferencia de Bandung fue una reunión realizada en Indonesia, en abril de 1955, en la que participaron varias naciones asiáticas y africanas. Fue organizada por Gamal Abdel Nasser, Presidente de Egipto, Jawaharlal Nehru, de India y Sukarno, jefe de estado de Indonesia y su principal promotor quien además fungió como anfitrión. Contó además con el apoyo inicial de los líderes de Pakistán, Birmania y Ceilán. En la Conferencia estuvieron representadas todas las creencias, etnias y religiones de Asia y África: unos 1.400 millones de personas, el 60% de la humanidad en aquella época. https://www.ecured.cu/Conferencia_de_Bandung
[10] Los Diez Principios de Bandung, que establecían:
1. Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
2. Respeto para la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones.
3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas.
4. Abstención de intervenciones o interferencia en los asuntos internos de otros países.
5. Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
6. Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencias y Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países.
7. Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza en los cotejos de la integridad territorial o de independencia política de cualquier país.
8. Composición de todas las vertientes internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
9. Promoción del interés y de la cooperación recíproca.
10. Respeto por la justicia y las obligaciones internacionales.
[11] Los BRICS. El surgimiento de un proyecto de nueva arquitectura financiera y de un nuevo mundo multipolar (2009-2014). Sebastián Schulz, http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/ library?a=d&c=tesis&d=Jte1226
[12] La UE rechaza reunirse con Putin, Los bálticos y Polonia vetan la iniciativa de Merkel y Macron https://www.lavanguardia.com/internacional/20210625/7555704/ue-rechaza-reunirse-putin.html
[13] ¿Hacia una Nueva Civilización Multipolar? Existen condiciones objetivas para que la humanidad en conjunto recorre el camino hacia una civilización donde se concentra en el trabajo para la colectividad y por la colectividad y que se logre reducir la explotación a expresiones mínimas. Wim Dierckxsens, Walter Formento, 02/03/2021. https://www.alainet.org/es/articulo/211181
- Wim Dierckxsens y Walter Formento, Prospectiva Geopolítica para el 2020. Capitalismo Unipolar o Poscapitalismo Multipolar. Ed., 2019. 1ª. Ed, Fedun, 2019. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina. ISBN: 978-987-3640-24-7
- Wim Dierckxsens y Walter Formento, Nuevo Imperio Global u Otra Civilización Emergente. Inteligencia Artificial y Guerra de Big Data. Año: 2019. 1ª. Ed, DEI, 2019 octubre. San Jose de Costa Rica. ISBN: 978-9977-83-189-3
- Wim Dierckxsens y Walter Formento y (coords.), La Crisis Mundial. Trump, Brexit, BRICS, Francisco. Continentalismos, Globalismos y Pluriversalismos: Año: 2018. 1ª. ed, Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ed. Fabro, 2018 mayo. Ed Flacso Guatemala, 2a Edición 2018. ISBN: 978-987-713-121-5
- Wim Dierckxsens, Walter Formento, Andrés Piqueras, Rémy Herrera, Paulo Nakatani, El Capital Frente a su Declive. Fin de la unipolaridad global: ¿transición al postcapitalismo? Autores: Año: 2018. 1ª. ed —San José, Costa Rica: Editorial DEI, 2018. Ed Flacso Guatemala, 2ª. Edición 2018. ISBN 978-9977-83-187-9
- Pepe Escobar, 18/06/2021, The Real B3W-NATO Agenda, https://www.alainet.org/es/node/ ?language=es
- Yang Xiyu, Long gone are G7’s glory days in ‘De-Americanization’ era, by Yang Xiyu Published: Jun 06, 2021. https://www.globaltimes.cn/page/202106/1225486.shtml
- Manlio Dinucci, OTAN, el Imperio yanqui regresa y dispone las tropas en plan de batalla, Roma (Italia) | 16 de junio de 2021 https://www.voltairenet.org/article213411.html
- Thierry Meyssan, Encuentro Biden-Putin, más parecido a un Yalta II que a la capitulación de Berlín. https://www.voltairenet.org/article213439. html
- https://www.jornada.com.mx/notas/2021/06/23/politica/bajo-la-lupa-china-critica-a-biden-por-buscar-su-separacion-de-rusia/
- Jalife Rahme, Hacia el fin de la era estadounidense y de los días de gloria del G7, https://kontrainfo.com/hacia-el-fin-de-la-era-estadounidense-y-de-los-dias-de-gloria-del-g7-por-alfredo-jalife-rahme/
[2] Un sistema-Mundo dividido en Centro y Periferia, https://elordenmundial.com/un-sistema-mundo-dividido-en-centro-y-periferia/
[3] Josep Borrell Fontelles es un político español. Es miembro del Partido Socialista Obrero Español y sirvió como ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España entre junio de 2018 y noviembre de 2019. Actualmente como Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
[4] En el encuentro con la CELAC- China. https://www.argentina.gob.ar/noticias/en-el-encuentro-con-la-celac-china-basterra-celebro-el-acuerdo-con-mexico
[5] CELAC promueve la integración y desarrollo de los países latinoamericanos y caribeños. Está integrada por los 32 países soberanos que integran América Latina y el Caribe (Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela).
[6] Población 622 196 181 (2014), PIB (PPA) Total, Per cápita Puesto 4.º 6,7 billones de dólares.
[7] Hay un nuevo océano: conoce el océano Austral. https://www.nationalgeographicla.com/medio-ambiente/2021/06/hay-un-nuevo-oceano-conoce-oceano-austral
[8] Cuando está, en un momento posterior, tiene que soportar un repentino brote masivo de contagios de Covid-19 por efecto de la variante Covid 19 Delta-británica https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2021/06/22/60d186cee4d4d8c67b8b45e5.html
[9] La Conferencia de Bandung fue una reunión realizada en Indonesia, en abril de 1955, en la que participaron varias naciones asiáticas y africanas. Fue organizada por Gamal Abdel Nasser, Presidente de Egipto, Jawaharlal Nehru, de India y Sukarno, jefe de estado de Indonesia y su principal promotor quien además fungió como anfitrión. Contó además con el apoyo inicial de los líderes de Pakistán, Birmania y Ceilán. En la Conferencia estuvieron representadas todas las creencias, etnias y religiones de Asia y África: unos 1.400 millones de personas, el 60% de la humanidad en aquella época. https://www.ecured.cu/Conferencia_de_Bandung
[10] Los Diez Principios de Bandung, que establecían:
1. Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las Naciones Unidas.
2. Respeto para la soberanía y la integridad territorial de todas las naciones.
3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas.
4. Abstención de intervenciones o interferencia en los asuntos internos de otros países.
5. Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
6. Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencias y Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países.
7. Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza en los cotejos de la integridad territorial o de independencia política de cualquier país.
8. Composición de todas las vertientes internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
9. Promoción del interés y de la cooperación recíproca.
10. Respeto por la justicia y las obligaciones internacionales.
[11] Los BRICS. El surgimiento de un proyecto de nueva arquitectura financiera y de un nuevo mundo multipolar (2009-2014). Sebastián Schulz, http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/ library?a=d&c=tesis&d=Jte1226
[12] La UE rechaza reunirse con Putin, Los bálticos y Polonia vetan la iniciativa de Merkel y Macron https://www.lavanguardia.com/internacional/20210625/7555704/ue-rechaza-reunirse-putin.html
[13] ¿Hacia una Nueva Civilización Multipolar? Existen condiciones objetivas para que la humanidad en conjunto recorre el camino hacia una civilización donde se concentra en el trabajo para la colectividad y por la colectividad y que se logre reducir la explotación a expresiones mínimas. Wim Dierckxsens, Walter Formento, 02/03/2021. https://www.alainet.org/es/articulo/211181