La 'OTAN asiática': ¿creará China una alianza militar con sus vecinos?
Sputnik 15 de julio de 2019
El temor de que China forme un bloque militar en Asia tiene varios años. En el contexto de los llamamientos de EEUU a contrarrestar al gigante asiático en distintos niveles, Sofía Melnichuk, columnista de la edición rusa de Sputnik, analiza si Pekín realmente está dispuesto a crear una alianza con sus vecinos.
Alianza asiáticaEn junio, el presidente chino, Xi Jinping, propuso pensar en una "estructura de seguridad" de la región durante una reunión con sus contrapartes euroasiáticas en Dusambé en la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Fomento de la Confianza en Asia --CICA, por su sigla en inglés—.
Algunos expertos calificaron esta iniciativa como un deseo de crear una alianza en oposición a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, una especie de 'OTAN asiática'. Sin embargo, unirse contra Occidente en un bloque asiático es muy problemático, observa Melnichuk.
La propuesta del líder chino viene tras la publicación del informe del Departamento de Defensa de EEUU que critica las actividades de Rusia, Corea del Norte y, sobre todo, de China.
"China utiliza incentivos y sanciones económicas, influye en las operaciones, usa amenazas militares para persuadir a otros Estados de que cumplan con su programa", asegura el documento.
Aunque el informe no menciona la posibilidad de que Pekín cree un bloque militar en la región, se observa que Estados Unidos ya está trabajando con los países vecinos para contener a China.
De hecho, parece que el círculo de aliados estadounidenses se está cerrando alrededor de China: Japón, Australia y la India son parte del Diálogo de seguridad Cuadrilátero (Quad). Además, Washington tiene socios fiables en el Sudeste Asiático.
"Hay desafíos en la región y lo que dice Xi Jinping no son sus propios planes agresivos, sino una reacción forzada", comentó a Sputnik Serguéi Sanakóyev, jefe del departamento analítico ruso-chino del Centro de investigación de Asia-Pacífico.
Según el experto, Xi Jinping no dijo nada fundamentalmente nuevo en Dusambé.
"En Asia, ya existen plataformas que se ocupan de la seguridad colectiva. Sobre su base se implementará lo mencionado por Xi Jinping", opinó Sanakóyev.
Lo importante para Pekín ahora es tener la oportunidad de reunirse con los socios, discutir problemas y pensar juntos sobre su solución. Para hacerlo se utiliza el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, el grupo BRICS, la CICA y la Organización de Cooperación de Shanghái, la estructura principal en términos de seguridad en Asia. En esta plataforma Pekín presenta iniciativas, expande la confianza y ofrece todo tipo de eventos, explica la autora del artículo.
Política asiáticaChina simplemente no tiene razones para convertirse en un antagonista abierto de EEUU ni para crear un bloque militar. Los acuerdos y las declaraciones, que firma Pekín con otros países, no pueden calificarse como alianzas.
"La 'OTAN asiática' es simplemente imposible", dijo a Sputnik Vasili Kashin, investigador principal del Centro de estudios europeos e internacionales integrales de la Escuela Superior de Economía —HSE, por sus siglas en inglés—.
Los países asiáticos son más grandes que los países occidentales, tienen sus propias obligaciones e intereses.
"La idea de que China cree su propia OTAN se debe a una falta de entendimiento de cómo funciona la política en Asia. La gente usa estereotipos, traza paralelos con la Guerra Fría, cosas que simplemente no funcionan en la región asiática", señaló Kashin. El experto explicó que el orden mundial asiático es más complicado que el europeo, por lo tanto, aplicar patrones aquí carece de sentido.
En Asia no hay una alianza única, lo que limita notablemente las capacidades de EEUU en la región.
"Los estadounidenses no lograrán unir a los socios asiáticos. Incluso es difícil conseguir que cooperen Japón y Corea del Sur", aseguró Kashin.
Al mismo tiempo, la base de seguridad de Tokio es su alianza con Estados Unidos. Australia también es un aliado de EEUU. La firma de cualquier documento relacionado con la defensa con los chinos se discutirá con Washington.
Otra cosa es la India, el Sudeste Asiático y Oceanía. Ahí es donde China buscará apoyo en primer lugar, enfatizó el experto. Aunque Nueva Delhi forma parte del Quad, para los indios es solo una oportunidad para discutir algo, pero no comprende ninguna obligación de unirse a las iniciativas antichinas. Además, las relaciones entre EEUU y la India están lejos de ser firmemente amistosas.
El Sudeste Asiático teme tener que elegir entre Estados Unidos y China. Los países de la ASEAN no quieren adoptar la postura de uno u otro.
Otra área interesante es Oceanía. Los intereses de los principales actores de Asia-Pacífico se entrecruzan allí: Estados Unidos, China, Japón y Australia. Se está desarrollando una lucha seria por la influencia en las islas pequeñas. Sin embargo, los Estados pequeños temen que las contradicciones se intensifiquen y tener que elegir. Ellos también buscarán evitarlo, señaló Kashin.
La formación de una red de alianzas político-militares aún no está entre los planes de los líderes chinos. Reconocer esta necesidad significaría una revisión de todo el concepto de política exterior del país, formado desde la época de Deng Xiaoping. La retórica pacífica sigue siendo parte de la imagen de China en el ámbito internacional, pero tampoco se oculta la necesidad de fortalecer las fuerzas armadas.
No obstante, uno de los pactos de Deng Xiaoping —principio de liderazgo colectivo— ya ha sido revisado. Xi Jinping introdujo sus ideas en el reglamento del partido y se permitió permanecer en el poder por un tiempo indefinido. Quién sabe qué otras revisiones hará Pekín, concluye la columnista.
Algunos expertos calificaron esta iniciativa como un deseo de crear una alianza en oposición a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, una especie de 'OTAN asiática'. Sin embargo, unirse contra Occidente en un bloque asiático es muy problemático, observa Melnichuk.
La propuesta del líder chino viene tras la publicación del informe del Departamento de Defensa de EEUU que critica las actividades de Rusia, Corea del Norte y, sobre todo, de China.
"China utiliza incentivos y sanciones económicas, influye en las operaciones, usa amenazas militares para persuadir a otros Estados de que cumplan con su programa", asegura el documento.
Aunque el informe no menciona la posibilidad de que Pekín cree un bloque militar en la región, se observa que Estados Unidos ya está trabajando con los países vecinos para contener a China.
De hecho, parece que el círculo de aliados estadounidenses se está cerrando alrededor de China: Japón, Australia y la India son parte del Diálogo de seguridad Cuadrilátero (Quad). Además, Washington tiene socios fiables en el Sudeste Asiático.
"Hay desafíos en la región y lo que dice Xi Jinping no son sus propios planes agresivos, sino una reacción forzada", comentó a Sputnik Serguéi Sanakóyev, jefe del departamento analítico ruso-chino del Centro de investigación de Asia-Pacífico.
Según el experto, Xi Jinping no dijo nada fundamentalmente nuevo en Dusambé.
"En Asia, ya existen plataformas que se ocupan de la seguridad colectiva. Sobre su base se implementará lo mencionado por Xi Jinping", opinó Sanakóyev.
Lo importante para Pekín ahora es tener la oportunidad de reunirse con los socios, discutir problemas y pensar juntos sobre su solución. Para hacerlo se utiliza el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, el grupo BRICS, la CICA y la Organización de Cooperación de Shanghái, la estructura principal en términos de seguridad en Asia. En esta plataforma Pekín presenta iniciativas, expande la confianza y ofrece todo tipo de eventos, explica la autora del artículo.
Política asiáticaChina simplemente no tiene razones para convertirse en un antagonista abierto de EEUU ni para crear un bloque militar. Los acuerdos y las declaraciones, que firma Pekín con otros países, no pueden calificarse como alianzas.
"La 'OTAN asiática' es simplemente imposible", dijo a Sputnik Vasili Kashin, investigador principal del Centro de estudios europeos e internacionales integrales de la Escuela Superior de Economía —HSE, por sus siglas en inglés—.
Los países asiáticos son más grandes que los países occidentales, tienen sus propias obligaciones e intereses.
"La idea de que China cree su propia OTAN se debe a una falta de entendimiento de cómo funciona la política en Asia. La gente usa estereotipos, traza paralelos con la Guerra Fría, cosas que simplemente no funcionan en la región asiática", señaló Kashin. El experto explicó que el orden mundial asiático es más complicado que el europeo, por lo tanto, aplicar patrones aquí carece de sentido.
En Asia no hay una alianza única, lo que limita notablemente las capacidades de EEUU en la región.
"Los estadounidenses no lograrán unir a los socios asiáticos. Incluso es difícil conseguir que cooperen Japón y Corea del Sur", aseguró Kashin.
Al mismo tiempo, la base de seguridad de Tokio es su alianza con Estados Unidos. Australia también es un aliado de EEUU. La firma de cualquier documento relacionado con la defensa con los chinos se discutirá con Washington.
Otra cosa es la India, el Sudeste Asiático y Oceanía. Ahí es donde China buscará apoyo en primer lugar, enfatizó el experto. Aunque Nueva Delhi forma parte del Quad, para los indios es solo una oportunidad para discutir algo, pero no comprende ninguna obligación de unirse a las iniciativas antichinas. Además, las relaciones entre EEUU y la India están lejos de ser firmemente amistosas.
El Sudeste Asiático teme tener que elegir entre Estados Unidos y China. Los países de la ASEAN no quieren adoptar la postura de uno u otro.
Otra área interesante es Oceanía. Los intereses de los principales actores de Asia-Pacífico se entrecruzan allí: Estados Unidos, China, Japón y Australia. Se está desarrollando una lucha seria por la influencia en las islas pequeñas. Sin embargo, los Estados pequeños temen que las contradicciones se intensifiquen y tener que elegir. Ellos también buscarán evitarlo, señaló Kashin.
La formación de una red de alianzas político-militares aún no está entre los planes de los líderes chinos. Reconocer esta necesidad significaría una revisión de todo el concepto de política exterior del país, formado desde la época de Deng Xiaoping. La retórica pacífica sigue siendo parte de la imagen de China en el ámbito internacional, pero tampoco se oculta la necesidad de fortalecer las fuerzas armadas.
No obstante, uno de los pactos de Deng Xiaoping —principio de liderazgo colectivo— ya ha sido revisado. Xi Jinping introdujo sus ideas en el reglamento del partido y se permitió permanecer en el poder por un tiempo indefinido. Quién sabe qué otras revisiones hará Pekín, concluye la columnista.