"La Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado efectivamente"
Calentamiento global, guerra e inflación: el mundo parece estar en un perpetuo estado de crisis en este momento. En una entrevista, el profeta del choque Nouriel Roubini identifica 10 "megaamenazas" a las que nos enfrentamos y cómo las está abordando.
El economista estrella Nouriel Roubini sobre las crisis globales
Nouriel Roubini in New York: "We have to face the world as it is." Foto: Emmy Park / The Mega Agency
DER SPIEGEL: Profesor Roubini, no le gusta su apodo "Dr. Doom". En su lugar, le gustaría ser llamado "Dr. Realista". Pero en su nuevo libro, describe "diez megaamenazas" que ponen en peligro nuestro futuro. No hay nada más sombrío que eso.
Roubini: Las amenazas sobre las que escribo son reales, nadie lo negaría. Crecí en Italia en los años 60 y 70. En ese entonces, nunca me preocupé por una guerra entre grandes potencias o un invierno nuclear, ya que teníamos una distensión entre la Unión Soviética y Occidente. Nunca escuché las palabras cambio climático o pandemia global. Y a nadie le preocupaba que los robots se hicieran cargo de la mayoría de los trabajos. Teníamos un comercio y una globalización más libres, vivíamos en democracias estables, aunque no fueran perfectas. La deuda era muy baja, la población no estaba sobreenvejecida, no había pasivos no financiados de los sistemas de pensiones y atención médica. Ese es el mundo en el que crecí. Y ahora tengo que preocuparme por todas estas cosas, al igual que todos los demás.
DER SPIEGEL: ¿Pero lo hacen? ¿O te sientes como una voz que clama en el desierto?
Roubini: Estuve en Washington en la reunión del FMI. El historiador económico Niall Ferguson dijo en un discurso allí que seríamos afortunados si tuviéramos una crisis económica como la de la década de 1970, y no una guerra como la de la década de 1940. Los asesores de seguridad nacional estaban preocupados de que la OTAN se involucrara en la guerra entre Rusia y Ucrania y que Irán e Israel estuvieran en curso de colisión. Y justo esta mañana, leí que la administración Biden espera que China ataque a Taiwán más temprano que tarde. Honestamente, la Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado efectivamente, ciertamente en Ucrania y el ciberespacio.
DER SPIEGEL: Los políticos parecen abrumados por la simultaneidad de muchas crisis importantes. ¿Qué prioridades deben establecer?
Roubini: Por supuesto, deben ocuparse de Rusia y Ucrania antes de ocuparse de Irán, Israel o China. Pero los formuladores de políticas también deberían pensar en la inflación y las recesiones, es decir, la estanflación. La eurozona ya está en recesión, y creo que será larga y fea.
El Reino Unido es aún peor. La pandemia parece contenida, pero pronto podrían surgir nuevas variantes de COVID. Y el cambio climático es un desastre en cámara lenta que se está acelerando. Para cada una de las 10 amenazas que describo en mi libro, puedo darles 10 ejemplos que están ocurriendo mientras hablamos hoy, no en un futuro distante. ¿Quieres uno sobre el cambio climático?
DER SPIEGEL: Si es necesario.
Roubini: Este verano ha habido sequías en todo el mundo, incluso en Estados Unidos. Cerca de Las Vegas, la sequía es tan grave que cuerpos de mafiosos de la década de 1950 han aparecido en los lagos secos. En California, los agricultores ahora están vendiendo sus derechos de agua porque es más rentable que cultivar cualquier cosa. Y en Florida, ya no se puede obtener un seguro para casas en la costa. La mitad de los estadounidenses tendrán que mudarse eventualmente al Medio Oeste o Canadá. Eso es ciencia, no especulación.
DER SPIEGEL: Otra amenaza que describe es que EEUU podría presionar a Europa para que limite sus relaciones comerciales con China para no poner en peligro la presencia militar de EEUU en el continente. ¿Qué tan lejos estamos de ese escenario?
Roubini: Ya está sucediendo. Estados Unidos acaba de aprobar nuevas regulaciones que prohíben la exportación de semiconductores a empresas chinas para IA o computación cuántica o uso militar. A los europeos les gustaría seguir haciendo negocios con EEUU y China, pero no será posible por cuestiones de seguridad nacional. Comercio, finanzas, tecnología, internet: Todo se dividirá en dos.
DER SPIEGEL: En Alemania, ahora mismo hay una disputa sobre si partes del puerto de Hamburgo deberían venderse a la empresa estatal china Cosco. ¿Cuál sería su consejo?
Roubini: Tienes que pensar cuál es el propósito de tal acuerdo. Alemania ya ha cometido un gran error al confiar en la energía de Rusia. China, por supuesto, no va a apoderarse militarmente de los puertos alemanes, como podría hacerlo en Asia y África. Pero el único argumento económico para este tipo de acuerdo sería que podríamos contraatacar una vez que las fábricas europeas sean incautadas en China. De lo contrario, no es una idea muy inteligente.
DER SPIEGEL: Usted advierte que Rusia y China están tratando de construir una alternativa al dólar y al sistema SWIFT. Pero los dos países han fracasado hasta ahora.
Roubini: No se trata solo de sistemas de pago. China está dando la vuelta al mundo vendiendo tecnologías 5G subvencionadas que se pueden utilizar para espiar. Le pregunté al presidente de un país africano por qué obtiene la tecnología 5G de China y no de Occidente. Me dijo, somos un país pequeño, así que alguien nos espiará de todos modos. Entonces, también podría tomar la tecnología china, es más barata. China está aumentando su poder económico, financiero y comercial en muchas partes del mundo.
DER SPIEGEL: ¿Pero el renminbi chino realmente reemplazará al dólar a largo plazo?
Roubini: Tomará tiempo, pero los chinos son buenos para pensar a largo plazo. Han sugerido a los saudíes que fijen el precio y cobren el petróleo que les venden en renminbi. Y tienen sistemas de pago más sofisticados que nadie en el mundo. Alipay y WeChat pay son utilizados por mil millones de chinos todos los días para miles de millones de transacciones. En París, ya puedes comprar en Louis Vuitton con el pago de WeChat.
DER SPIEGEL: En la década de 1970, también tuvimos una crisis energética, alta inflación y crecimiento estancado, la llamada estanflación. ¿Estamos viviendo algo similar ahora?
Roubini: Es peor hoy. En ese entonces, no teníamos tanta deuda pública y privada como la tenemos hoy. Si los bancos centrales elevan las tasas de interés ahora para combatir la inflación, conducirá a la bancarrota de muchas empresas "zombies", bancos en la sombra e instituciones gubernamentales. Además, la crisis del petróleo fue provocada por algunos shocks geopolíticos entonces, hay más hoy. E imagínese el impacto de un ataque chino en Taiwán, que produce el 50 por ciento de todos los semiconductores del mundo y el 80 por ciento de los de alta gama. Eso sería un shock mundial. Hoy dependemos más de los semiconductores que del petróleo.
Roubini: Las amenazas sobre las que escribo son reales, nadie lo negaría. Crecí en Italia en los años 60 y 70. En ese entonces, nunca me preocupé por una guerra entre grandes potencias o un invierno nuclear, ya que teníamos una distensión entre la Unión Soviética y Occidente. Nunca escuché las palabras cambio climático o pandemia global. Y a nadie le preocupaba que los robots se hicieran cargo de la mayoría de los trabajos. Teníamos un comercio y una globalización más libres, vivíamos en democracias estables, aunque no fueran perfectas. La deuda era muy baja, la población no estaba sobreenvejecida, no había pasivos no financiados de los sistemas de pensiones y atención médica. Ese es el mundo en el que crecí. Y ahora tengo que preocuparme por todas estas cosas, al igual que todos los demás.
DER SPIEGEL: ¿Pero lo hacen? ¿O te sientes como una voz que clama en el desierto?
Roubini: Estuve en Washington en la reunión del FMI. El historiador económico Niall Ferguson dijo en un discurso allí que seríamos afortunados si tuviéramos una crisis económica como la de la década de 1970, y no una guerra como la de la década de 1940. Los asesores de seguridad nacional estaban preocupados de que la OTAN se involucrara en la guerra entre Rusia y Ucrania y que Irán e Israel estuvieran en curso de colisión. Y justo esta mañana, leí que la administración Biden espera que China ataque a Taiwán más temprano que tarde. Honestamente, la Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado efectivamente, ciertamente en Ucrania y el ciberespacio.
DER SPIEGEL: Los políticos parecen abrumados por la simultaneidad de muchas crisis importantes. ¿Qué prioridades deben establecer?
Roubini: Por supuesto, deben ocuparse de Rusia y Ucrania antes de ocuparse de Irán, Israel o China. Pero los formuladores de políticas también deberían pensar en la inflación y las recesiones, es decir, la estanflación. La eurozona ya está en recesión, y creo que será larga y fea.
El Reino Unido es aún peor. La pandemia parece contenida, pero pronto podrían surgir nuevas variantes de COVID. Y el cambio climático es un desastre en cámara lenta que se está acelerando. Para cada una de las 10 amenazas que describo en mi libro, puedo darles 10 ejemplos que están ocurriendo mientras hablamos hoy, no en un futuro distante. ¿Quieres uno sobre el cambio climático?
DER SPIEGEL: Si es necesario.
Roubini: Este verano ha habido sequías en todo el mundo, incluso en Estados Unidos. Cerca de Las Vegas, la sequía es tan grave que cuerpos de mafiosos de la década de 1950 han aparecido en los lagos secos. En California, los agricultores ahora están vendiendo sus derechos de agua porque es más rentable que cultivar cualquier cosa. Y en Florida, ya no se puede obtener un seguro para casas en la costa. La mitad de los estadounidenses tendrán que mudarse eventualmente al Medio Oeste o Canadá. Eso es ciencia, no especulación.
DER SPIEGEL: Otra amenaza que describe es que EEUU podría presionar a Europa para que limite sus relaciones comerciales con China para no poner en peligro la presencia militar de EEUU en el continente. ¿Qué tan lejos estamos de ese escenario?
Roubini: Ya está sucediendo. Estados Unidos acaba de aprobar nuevas regulaciones que prohíben la exportación de semiconductores a empresas chinas para IA o computación cuántica o uso militar. A los europeos les gustaría seguir haciendo negocios con EEUU y China, pero no será posible por cuestiones de seguridad nacional. Comercio, finanzas, tecnología, internet: Todo se dividirá en dos.
DER SPIEGEL: En Alemania, ahora mismo hay una disputa sobre si partes del puerto de Hamburgo deberían venderse a la empresa estatal china Cosco. ¿Cuál sería su consejo?
Roubini: Tienes que pensar cuál es el propósito de tal acuerdo. Alemania ya ha cometido un gran error al confiar en la energía de Rusia. China, por supuesto, no va a apoderarse militarmente de los puertos alemanes, como podría hacerlo en Asia y África. Pero el único argumento económico para este tipo de acuerdo sería que podríamos contraatacar una vez que las fábricas europeas sean incautadas en China. De lo contrario, no es una idea muy inteligente.
DER SPIEGEL: Usted advierte que Rusia y China están tratando de construir una alternativa al dólar y al sistema SWIFT. Pero los dos países han fracasado hasta ahora.
Roubini: No se trata solo de sistemas de pago. China está dando la vuelta al mundo vendiendo tecnologías 5G subvencionadas que se pueden utilizar para espiar. Le pregunté al presidente de un país africano por qué obtiene la tecnología 5G de China y no de Occidente. Me dijo, somos un país pequeño, así que alguien nos espiará de todos modos. Entonces, también podría tomar la tecnología china, es más barata. China está aumentando su poder económico, financiero y comercial en muchas partes del mundo.
DER SPIEGEL: ¿Pero el renminbi chino realmente reemplazará al dólar a largo plazo?
Roubini: Tomará tiempo, pero los chinos son buenos para pensar a largo plazo. Han sugerido a los saudíes que fijen el precio y cobren el petróleo que les venden en renminbi. Y tienen sistemas de pago más sofisticados que nadie en el mundo. Alipay y WeChat pay son utilizados por mil millones de chinos todos los días para miles de millones de transacciones. En París, ya puedes comprar en Louis Vuitton con el pago de WeChat.
DER SPIEGEL: En la década de 1970, también tuvimos una crisis energética, alta inflación y crecimiento estancado, la llamada estanflación. ¿Estamos viviendo algo similar ahora?
Roubini: Es peor hoy. En ese entonces, no teníamos tanta deuda pública y privada como la tenemos hoy. Si los bancos centrales elevan las tasas de interés ahora para combatir la inflación, conducirá a la bancarrota de muchas empresas "zombies", bancos en la sombra e instituciones gubernamentales. Además, la crisis del petróleo fue provocada por algunos shocks geopolíticos entonces, hay más hoy. E imagínese el impacto de un ataque chino en Taiwán, que produce el 50 por ciento de todos los semiconductores del mundo y el 80 por ciento de los de alta gama. Eso sería un shock mundial. Hoy dependemos más de los semiconductores que del petróleo.
DER SPIEGEL: Usted es muy crítico con los banqueros centrales y su política monetaria laxa. ¿Hay algún banco central que lo haga bien en estos días?
Roubini: Están condenados de cualquier manera. O combaten la inflación con tasas de interés oficiales altas y provocan un aterrizaje forzoso de la economía real y los mercados financieros. O se acobardan y parpadean, no suben las tasas y la inflación sigue subiendo. Creo que la Fed y el BCE parpadearán, como ya ha hecho el Banco de Inglaterra.
DER SPIEGEL: Por otro lado, las altas tasas de inflación también pueden ser útiles porque simplemente inflan la deuda.
Roubini: Sí, pero también encarecen la nueva deuda. Porque cuando aumenta la inflación, los prestamistas cobran tasas de interés más altas. Un ejemplo: si la inflación pasa del 2 al 6 por ciento, entonces las tasas de los bonos del gobierno de EEUU tendrán que pasar del 4 al 8 por ciento para seguir generando el mismo rendimiento; y los costos de endeudamiento privado para hipotecas y préstamos comerciales serán aún más altos. Esto lo hace mucho más caro para muchas empresas, porque tienen que ofrecer tasas de interés mucho más altas que los bonos del gobierno, que se consideran seguros. Tenemos tanta deuda en este momento que algo así podría conducir a un colapso económico, financiero y monetario total. Y ni siquiera estamos hablando de hiperinflación como en la República de Weimar, solo inflación de un dígito.
DER SPIEGEL: El riesgo primordial que describe en su libro es el cambio climático. ¿El aumento de la deuda no es secundario a la luz de las posibles consecuencias de una catástrofe climática?
Roubini: Tenemos que preocuparnos por todo al mismo tiempo, ya que todas estas megaamenazas están interconectadas. Un ejemplo: en este momento, no hay forma de reducir significativamente las emisiones de CO2 sin contraer la economía. Y aunque 2020 fue la peor recesión en 60 años, las emisiones de gases de efecto invernadero solo cayeron un 9 por ciento. Pero sin un fuerte crecimiento económico, no podremos resolver el problema de la deuda. Entonces, tenemos que encontrar formas de crecer sin emisiones.
DER SPIEGEL: Dadas todas estas crisis paralelas: ¿Cómo evalúa las posibilidades de que la democracia sobreviva contra sistemas autoritarios como en China o Rusia?
Roubini: Estoy preocupado. Las democracias son frágiles cuando hay grandes conmociones. Siempre hay algún machote entonces que dice »salvaré la patria« y que le echa la culpa de todo a los extranjeros. Eso es exactamente lo que hizo Putin con Ucrania. Erdogan podría hacer lo mismo con Grecia el próximo año e intentar crear una crisis porque de lo contrario podría perder las elecciones. Si Donald Trump se postula nuevamente y pierde las elecciones, podría llamar abiertamente a los supremacistas blancos para que asalten el Capitolio esta vez. Podríamos ver violencia y una verdadera guerra civil en los EEUU. En Alemania, las cosas se ven comparativamente bien por ahora. Pero, ¿qué sucede si las cosas van mal económicamente y la gente vota más por la oposición de derecha?
DER SPIEGEL. Te has hecho conocido no solo como el profeta del choque, sino también como un fiestero. ¿Todavía tienes ganas de ir de fiesta estos días?
Roubini: Siempre organicé salones de arte, cultura y libros, no solo eventos sociales. Y durante la pandemia redescubrí mis raíces judías. Hoy prefiero invitar a 20 personas a una cena de Shabat con una linda ceremonia y música en vivo. O hacemos un evento nocturno donde hago una pregunta seria y todos tienen que responder. Conversaciones profundas sobre la vida y el mundo en general, no charlas. Debemos disfrutar de la vida, pero también poner nuestro granito de arena para salvar el mundo.
DER SPIEGEL: ¿A qué te refieres?
Roubini: Todas nuestras huellas de carbono son demasiado grandes. Una parte significativa de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la ganadería. Por eso me hice pescetariano y renuncié a la carne, incluido el pollo.
DER SPIEGEL: Solías ser famoso por estar de gira las tres cuartas partes del año.
Roubini: Todavía viajo sin parar. Pero te diré una cosa: me encanta Nueva York. Durante la pandemia, no huí a los Hamptons o Miami como muchos otros. Me quedé aquí, vi las manifestaciones de Black Lives Matter, me ofrecí como voluntario para ayudar a las personas sin hogar. Vi a diario la desesperación de muchos amigos artistas que perdieron trabajos e ingresos y no pudieron pagar el alquiler. E incluso si hay otro huracán como Sandy en Nueva York que podría generar violencia y caos, me quedaré. Tenemos que enfrentar el mundo tal como es. Incluso si hay una confrontación nuclear. Porque entonces caería la primera bomba sobre Nueva York y la siguiente sobre Moscú.
Roubini: Están condenados de cualquier manera. O combaten la inflación con tasas de interés oficiales altas y provocan un aterrizaje forzoso de la economía real y los mercados financieros. O se acobardan y parpadean, no suben las tasas y la inflación sigue subiendo. Creo que la Fed y el BCE parpadearán, como ya ha hecho el Banco de Inglaterra.
DER SPIEGEL: Por otro lado, las altas tasas de inflación también pueden ser útiles porque simplemente inflan la deuda.
Roubini: Sí, pero también encarecen la nueva deuda. Porque cuando aumenta la inflación, los prestamistas cobran tasas de interés más altas. Un ejemplo: si la inflación pasa del 2 al 6 por ciento, entonces las tasas de los bonos del gobierno de EEUU tendrán que pasar del 4 al 8 por ciento para seguir generando el mismo rendimiento; y los costos de endeudamiento privado para hipotecas y préstamos comerciales serán aún más altos. Esto lo hace mucho más caro para muchas empresas, porque tienen que ofrecer tasas de interés mucho más altas que los bonos del gobierno, que se consideran seguros. Tenemos tanta deuda en este momento que algo así podría conducir a un colapso económico, financiero y monetario total. Y ni siquiera estamos hablando de hiperinflación como en la República de Weimar, solo inflación de un dígito.
DER SPIEGEL: El riesgo primordial que describe en su libro es el cambio climático. ¿El aumento de la deuda no es secundario a la luz de las posibles consecuencias de una catástrofe climática?
Roubini: Tenemos que preocuparnos por todo al mismo tiempo, ya que todas estas megaamenazas están interconectadas. Un ejemplo: en este momento, no hay forma de reducir significativamente las emisiones de CO2 sin contraer la economía. Y aunque 2020 fue la peor recesión en 60 años, las emisiones de gases de efecto invernadero solo cayeron un 9 por ciento. Pero sin un fuerte crecimiento económico, no podremos resolver el problema de la deuda. Entonces, tenemos que encontrar formas de crecer sin emisiones.
DER SPIEGEL: Dadas todas estas crisis paralelas: ¿Cómo evalúa las posibilidades de que la democracia sobreviva contra sistemas autoritarios como en China o Rusia?
Roubini: Estoy preocupado. Las democracias son frágiles cuando hay grandes conmociones. Siempre hay algún machote entonces que dice »salvaré la patria« y que le echa la culpa de todo a los extranjeros. Eso es exactamente lo que hizo Putin con Ucrania. Erdogan podría hacer lo mismo con Grecia el próximo año e intentar crear una crisis porque de lo contrario podría perder las elecciones. Si Donald Trump se postula nuevamente y pierde las elecciones, podría llamar abiertamente a los supremacistas blancos para que asalten el Capitolio esta vez. Podríamos ver violencia y una verdadera guerra civil en los EEUU. En Alemania, las cosas se ven comparativamente bien por ahora. Pero, ¿qué sucede si las cosas van mal económicamente y la gente vota más por la oposición de derecha?
DER SPIEGEL. Te has hecho conocido no solo como el profeta del choque, sino también como un fiestero. ¿Todavía tienes ganas de ir de fiesta estos días?
Roubini: Siempre organicé salones de arte, cultura y libros, no solo eventos sociales. Y durante la pandemia redescubrí mis raíces judías. Hoy prefiero invitar a 20 personas a una cena de Shabat con una linda ceremonia y música en vivo. O hacemos un evento nocturno donde hago una pregunta seria y todos tienen que responder. Conversaciones profundas sobre la vida y el mundo en general, no charlas. Debemos disfrutar de la vida, pero también poner nuestro granito de arena para salvar el mundo.
DER SPIEGEL: ¿A qué te refieres?
Roubini: Todas nuestras huellas de carbono son demasiado grandes. Una parte significativa de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la ganadería. Por eso me hice pescetariano y renuncié a la carne, incluido el pollo.
DER SPIEGEL: Solías ser famoso por estar de gira las tres cuartas partes del año.
Roubini: Todavía viajo sin parar. Pero te diré una cosa: me encanta Nueva York. Durante la pandemia, no huí a los Hamptons o Miami como muchos otros. Me quedé aquí, vi las manifestaciones de Black Lives Matter, me ofrecí como voluntario para ayudar a las personas sin hogar. Vi a diario la desesperación de muchos amigos artistas que perdieron trabajos e ingresos y no pudieron pagar el alquiler. E incluso si hay otro huracán como Sandy en Nueva York que podría generar violencia y caos, me quedaré. Tenemos que enfrentar el mundo tal como es. Incluso si hay una confrontación nuclear. Porque entonces caería la primera bomba sobre Nueva York y la siguiente sobre Moscú.
Acerca de Nouriel Roubini
Nouriel Roubini, nacido en 1958, es uno de los economistas más conocidos del mundo y un notorio pesimista: el profesor emérito de la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York predijo la crisis financiera de 2008, así como el colapso de la economía mundial justo en el comienzo de la crisis del coronavirus. Creció en Turquía, Irán, Israel e Italia, y ahora es ciudadano estadounidense.
Nouriel Roubini, nacido en 1958, es uno de los economistas más conocidos del mundo y un notorio pesimista: el profesor emérito de la Stern School of Business de la Universidad de Nueva York predijo la crisis financiera de 2008, así como el colapso de la economía mundial justo en el comienzo de la crisis del coronavirus. Creció en Turquía, Irán, Israel e Italia, y ahora es ciudadano estadounidense.
Nouriel Roubini: las 10 "megaamenazas" que acechan a la humanidad según uno de los economistas que vio venir la crisis de 2008
- Redacción
- BBC News Mundo
Al economista Nouriel Roubini lo apodaron el "doctor catástrofe" por sus pesimistas advertencias sobre el futuro de la humanidad.
En su más reciente libro, "Megaamenazas" identifica los principales peligros que a su juicio acechan a nuestra especie.
En su lista de 10 amenazas destacan el bajo crecimiento económico y la inflación, la deuda y el cambio climático.
Aunque a veces le reprochan su catastrofismo, este economista nacido en Estambul, Turquía, dice que también propone soluciones. En el pasado acertó con algunas de sus previsiones, al ver los nubarrones en el horizonte antes que la mayoría de los economistas.
Fue lo que sucedió en 2006 cuando alertó de la inminencia de la crisis de las hipotecas "subprime" en una conferencia del Fondo Monetario Internacional.
En 2008, el mundo se hundió en una de las peores crisis financieras de la historia reciente.
Más recientemente, este profesor de la Universidad de Nueva York advirtió de que el bitcoin estaba "sobrevalorado" y lo comparó con un "pozo negro", un presagio que se reveló acertado con la caída de la cotización de esta y otras criptomonedas principales.
James Menendez, conductor del programa Newshour de la BBC, lo entrevistó.
El mundo que siguió a la Segunda Guerra Mundial ha sido uno de relativa paz, ingresos en aumento y salud para gran parte del mundo. ¿Está eso a punto de terminar?
Eso creo. Hay nuevas amenazas que no existían en las décadas entre los 60 y los 80. En esa época nadie se preocupaba de una posible guerra nuclear entre superpotencias, por la distensión entre Estados Unidos y la Union Sovietica.
Ni siquiera se hablaba del cambio climático y, después de la gran pandemia de 1918, no hubo otra grande hasta la década de 1980.
No teníamos ni idea de que la inteligencia artificial, la robótica y la automatización iban a reemplazar la mayoría de empleos, y teníamos democracias estables, no los populismos de izquierda y derecha que están llegando al poder ahora.
Y compromisos que vienen del envejecimiento, para los que no hay financiación, como las pensiones y el sistema sanitario, no existían, porque entonces teníamos aún una población joven y en aumento.
Así que el mundo actual es muy diferente a como fue entre 1945 y mediados de los 80. Hay nuevas amenazas que son megaamenazas y pueden destruir no solo la economía global, sino el mundo en general.
Le preguntaré por una de ellas, la deuda global. ¿Por qué cree que puede alterar radicalmente la economía mundial?
En la década de 1970, el ratio de deuda privada y pública sobre el PIB estaba en torno a un 100% y ahora en las economías avanzadas está en 420% y subiendo. Ese ratio era alto, pero el costo de servir esa deuda fue bajo hasta hace poco, gracias a las tasas de interés cero o negativas y las políticas expansivas. Incluso los hogares y las empresas y corporaciones zombis, incluso los gobiernos zombis, han podido sobrevivir porque los tipos de interés eran muy bajos.
Ahora están altos y subiendo porque tenemos que combatir la inflación, y fíjese en lo que está pasando con la deuda hipotecaria en Reino Unido, o con la deuda de los consumidores, o de las empresas que están ahora al borde de la crisis. Los estímulos fiscales casi han llevado a una crisis fiscal en las últimas semanas.
En su más reciente libro, "Megaamenazas" identifica los principales peligros que a su juicio acechan a nuestra especie.
En su lista de 10 amenazas destacan el bajo crecimiento económico y la inflación, la deuda y el cambio climático.
Aunque a veces le reprochan su catastrofismo, este economista nacido en Estambul, Turquía, dice que también propone soluciones. En el pasado acertó con algunas de sus previsiones, al ver los nubarrones en el horizonte antes que la mayoría de los economistas.
Fue lo que sucedió en 2006 cuando alertó de la inminencia de la crisis de las hipotecas "subprime" en una conferencia del Fondo Monetario Internacional.
En 2008, el mundo se hundió en una de las peores crisis financieras de la historia reciente.
Más recientemente, este profesor de la Universidad de Nueva York advirtió de que el bitcoin estaba "sobrevalorado" y lo comparó con un "pozo negro", un presagio que se reveló acertado con la caída de la cotización de esta y otras criptomonedas principales.
James Menendez, conductor del programa Newshour de la BBC, lo entrevistó.
El mundo que siguió a la Segunda Guerra Mundial ha sido uno de relativa paz, ingresos en aumento y salud para gran parte del mundo. ¿Está eso a punto de terminar?
Eso creo. Hay nuevas amenazas que no existían en las décadas entre los 60 y los 80. En esa época nadie se preocupaba de una posible guerra nuclear entre superpotencias, por la distensión entre Estados Unidos y la Union Sovietica.
Ni siquiera se hablaba del cambio climático y, después de la gran pandemia de 1918, no hubo otra grande hasta la década de 1980.
No teníamos ni idea de que la inteligencia artificial, la robótica y la automatización iban a reemplazar la mayoría de empleos, y teníamos democracias estables, no los populismos de izquierda y derecha que están llegando al poder ahora.
Y compromisos que vienen del envejecimiento, para los que no hay financiación, como las pensiones y el sistema sanitario, no existían, porque entonces teníamos aún una población joven y en aumento.
Así que el mundo actual es muy diferente a como fue entre 1945 y mediados de los 80. Hay nuevas amenazas que son megaamenazas y pueden destruir no solo la economía global, sino el mundo en general.
Le preguntaré por una de ellas, la deuda global. ¿Por qué cree que puede alterar radicalmente la economía mundial?
En la década de 1970, el ratio de deuda privada y pública sobre el PIB estaba en torno a un 100% y ahora en las economías avanzadas está en 420% y subiendo. Ese ratio era alto, pero el costo de servir esa deuda fue bajo hasta hace poco, gracias a las tasas de interés cero o negativas y las políticas expansivas. Incluso los hogares y las empresas y corporaciones zombis, incluso los gobiernos zombis, han podido sobrevivir porque los tipos de interés eran muy bajos.
Ahora están altos y subiendo porque tenemos que combatir la inflación, y fíjese en lo que está pasando con la deuda hipotecaria en Reino Unido, o con la deuda de los consumidores, o de las empresas que están ahora al borde de la crisis. Los estímulos fiscales casi han llevado a una crisis fiscal en las últimas semanas.
Las 10 megaamenazas de Roubini
El libro de Roubini establece diez "megaamenazas", que trata en cada uno de los capítulos de su libro. Son estas:
El libro de Roubini establece diez "megaamenazas", que trata en cada uno de los capítulos de su libro. Son estas:
- La madre de todas las crisis de deuda
- Fracasos públicos y privados
- La bomba de tiempo demográfica
- La trampa del dinero fácil y el fin del boom
- La gran estanflación que viene
- El colapso de las divisas y la inestabilidad financiera
- El fin de la globalización
- La amenaza de la inteligencia artifical
- La nueva Guerra Fría
- Un planeta inhabitable
¿Qué significa todo esto para la gente en todo el mundo? ¿Vamos a ser más pobres en las próximas décadas?
Si vamos a tener una deuda que no es sostenible solo nos quedan algunas opciones. O caemos en la bancarrota y en la suspensión de pagos; o, como yo espero, los gobiernos van a utilizar episodios inesperados de inflación para reducir el valor real de la deuda nominal.
Creo que los bancos centrales van a claudicar y no actuar, porque cuando los gobiernos no pueden reducir la deuda del gobierno ni los impuestos porque hay un gran déficit y guerras contra el cambio climático o contra pandemias o contra otros países, pedimos demasiado prestado y acabamos inflando la ola, como sucedió en la década de los 70.
Habla del cambio climático en una parte avanzada de su libro. ¿Es esa la mayor amenaza que enfrentamos los humanos?
Es la décima amenaza en mi lista, pero en algunos sentidos es muy importante. Pero es una amenaza que se mueve despacio, mientras que la estanflación es un riesgo a muy corto plazo, como lo es el riesgo de un colapso financiero o el de que el conflicto entre Rusia y Ucrania escale a un enfrentamiento con la OTAN o una guerra no convencional con Irán a un lado y Estados Unidos e Israel al otro, o entre Estados Unidos y China por Taiwán.
El cambio climático nos va a destruir, pero, aunque los daños que provoca ya hoy son serios, como las sequías en Estados Unidos, Asia o Centroamérica, y los precios de los alimentos se han disparado a causa de esto, nos va a destruir en las próximas décadas. Es una amenaza que se mueve más despacio comparada con otras.
¿Cree que los gobernantes en todo el mundo están a la altura del desafío?
No. Tanto los países democráticos como los autoritarios están evitando afrontar el futuro, hundiendo la cabeza en la arena como las avestruces. Los líderes no toman decisiones difíciles porque quieren ser reelegidos. También los autoritarios necesitan apoyo.
En cuanto al cambio climático, se habla mucho de inversiones socialmente responsables en el mundo de los negocios y el sector financiero, pero realmente se habla mucho más de lo que se actúa. Porque ni los actores públicos ni los privados quieren asumir los sacrificios inmediatos que requiere el futuro. Por eso hay una parálisis política.
Hace algunos años lo bautizaron como el "doctor catástrofe". ¿Cómo se levanta cada día teniendo en cuenta lo sombrío que ve el futuro?
Soy el doctor realista, no el doctor catástrofe. Al final de cada capítulo de mi libro sugiero una solución para cada megaamenaza y planteo dos escenarios, uno distópico en el que no hacemos nada y estas amenazas destruyen el mundo, y otro menos distópico y más utópico en el que se aplican a todos los niveles, también el individual, políticas que nos llevan por un camino mejor.
Espero que vayamos en la buena dirección, pero ahora mismo me temo que no existen los incentivos para hacer lo correcto. Es lo que yo hago. Tratar de cambiar el mundo a mejor.
Si vamos a tener una deuda que no es sostenible solo nos quedan algunas opciones. O caemos en la bancarrota y en la suspensión de pagos; o, como yo espero, los gobiernos van a utilizar episodios inesperados de inflación para reducir el valor real de la deuda nominal.
Creo que los bancos centrales van a claudicar y no actuar, porque cuando los gobiernos no pueden reducir la deuda del gobierno ni los impuestos porque hay un gran déficit y guerras contra el cambio climático o contra pandemias o contra otros países, pedimos demasiado prestado y acabamos inflando la ola, como sucedió en la década de los 70.
Habla del cambio climático en una parte avanzada de su libro. ¿Es esa la mayor amenaza que enfrentamos los humanos?
Es la décima amenaza en mi lista, pero en algunos sentidos es muy importante. Pero es una amenaza que se mueve despacio, mientras que la estanflación es un riesgo a muy corto plazo, como lo es el riesgo de un colapso financiero o el de que el conflicto entre Rusia y Ucrania escale a un enfrentamiento con la OTAN o una guerra no convencional con Irán a un lado y Estados Unidos e Israel al otro, o entre Estados Unidos y China por Taiwán.
El cambio climático nos va a destruir, pero, aunque los daños que provoca ya hoy son serios, como las sequías en Estados Unidos, Asia o Centroamérica, y los precios de los alimentos se han disparado a causa de esto, nos va a destruir en las próximas décadas. Es una amenaza que se mueve más despacio comparada con otras.
¿Cree que los gobernantes en todo el mundo están a la altura del desafío?
No. Tanto los países democráticos como los autoritarios están evitando afrontar el futuro, hundiendo la cabeza en la arena como las avestruces. Los líderes no toman decisiones difíciles porque quieren ser reelegidos. También los autoritarios necesitan apoyo.
En cuanto al cambio climático, se habla mucho de inversiones socialmente responsables en el mundo de los negocios y el sector financiero, pero realmente se habla mucho más de lo que se actúa. Porque ni los actores públicos ni los privados quieren asumir los sacrificios inmediatos que requiere el futuro. Por eso hay una parálisis política.
Hace algunos años lo bautizaron como el "doctor catástrofe". ¿Cómo se levanta cada día teniendo en cuenta lo sombrío que ve el futuro?
Soy el doctor realista, no el doctor catástrofe. Al final de cada capítulo de mi libro sugiero una solución para cada megaamenaza y planteo dos escenarios, uno distópico en el que no hacemos nada y estas amenazas destruyen el mundo, y otro menos distópico y más utópico en el que se aplican a todos los niveles, también el individual, políticas que nos llevan por un camino mejor.
Espero que vayamos en la buena dirección, pero ahora mismo me temo que no existen los incentivos para hacer lo correcto. Es lo que yo hago. Tratar de cambiar el mundo a mejor.
6 de diciembre de 2022
Mientras vemos con horror el resurgimiento de grupos fascistas, nazis o adeptos del antiguo imperialismo japonés, también constatamos que no fueron esas ideologías las causantes de la Guerra Mundial. La verdadera causa fue la alianza entre gobernantes dispuestos a lo peor. La misma configuración está reproduciéndose hoy. Si no reaccionamos ahora, en pocos meses se hará posible el estallido de una Tercera Guerra Mundial.
7 de diciembre de 2022
8 de diciembre de 2022
SAMIR AMIN: CÓMO DERROTAR EL IMPERIALISMO COLECTIVO DE LA TRÍADA
Poco antes de fallecer el 12 de Agosto de 2018 el pensador y economista marxista Samir Amin respondió con este corto texto a una consulta de la revista rusa a Katehon
Puedo resumir mi punto de vista sobre la situación de la economía moderna de la siguiente manera. Hemos estado en una larga crisis sistémica del capitalismo, que se ha iniciado en 1975 con el fin de la convertibilidad del dólar en oro. No es como la famosa crisis financiera de 2008. No, es una larga crisis sistémica del capitalismo monopolista que comenzó hace cuarenta años y continúa.
Los capitalistas reaccionaron a la crisis con un conjunto de medidas. La primera fue fortalecer la centralización del control de la economía por parte de los monopolios. Una oligarquía gobierna todos los países capitalistas: Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña y a Rusia también. La segunda medida fue subordinar toda la actividad económica al capital monopolista mediante el sistema de subcontratas.
Quiero decir, hoy el sistema no tiene ni una pizca de libertad. La competencia es solo retórica, no hay competencia. Hay una oligarquía que está controlando todo el sistema económico. Ahora, estamos frente a un frente único de potencias imperialistas, que están formando un Imperialismo Colectivo de la Tríada.
La tríada es Estados Unidos, Europa occidental y Japón. Este grupo de países se ha convertido en una sola potencia imperialista, cuyo líder es EE.UU. Esto ha llevado a la profundización de la crisis. Hoy la crisis tiene forma de “L”. Una crisis normal tiene forma de “U”, la economía se recupera después de una caída. Pero esta crisis es diferente. No hay salida a la crisis; la única forma de salir es salir del capitalismo. No hay otra solución posible. El capitalismo debe ser considerado como un sistema moribundo. Para sobrevivir se está moviendo hacia la destrucción y hacia las guerras.
Tenemos una alternativa que es el socialismo. Sé que no es muy popular decirlo, pero la única solución es el socialismo. Es un largo camino que parte de reducir el poder de la oligarquía, reforzar el control estatal y establecer un capitalismo de Estado, que debe reemplazar al capitalismo privado. No significa que el capitalismo privado no sobrevivirá, pero debe estar subordinado al control estatal. El control estatal debe utilizarse también para apoyar una política social progresista. Esto debería garantizar un buen pleno empleo, servicios sociales, educación, transporte, infraestructura, seguridad, etc.
El papel de China es muy importante, porque es, quizás, el único país del mundo hoy, que tiene un proyecto soberano. Eso significa que está tratando de establecer un patrón de industria moderna, en el que, por supuesto, el capital privado tiene un lugar amplio, pero está bajo el control estricto del estado. A la vez esta actualizando su cultura milenaria. El otro patrón de la cultura de la economía china se basa en los productores familiares. China camina sobre dos piernas: siguiendo las tradiciones y participando de la globalización. Aceptan inversiones extranjeras, pero mantienen la independencia de su sistema financiero. El sistema bancario chino está controlado exclusivamente por el estado. El Yuan es convertible solo hasta cierto punto, pero bajo el control del banco de China. Ese es el mejor modelo que tenemos hoy para responder al desafío del imperialismo globalista.
Quizás Rusia se esté moviendo en esa dirección, pero no tanto como China, porque ha pagado un precio muy alto por la destrucción con la terapia de choque que aplicó Gorbachov y Yeltsin. Esos líderes entregaron a Rusia a una oligarquía privada, que está estrechamente relacionada con el capitalismo financiero internacional de Estados Unidos, Alemania y otros. Esto ha reducido la capacidad del Estado Ruso de control del capital. Pero ahora Rusia avanza gradualmente hacia el restablecimiento del control del estado sobre su propia economía.
El mundo ahora está en grave peligro. El imperialismo colectivo de EEUU, Europa Occidental y Japón está dirigido por el liderazgo estadounidense. Para mantener el control sobre todo el planeta, no aceptan la independencia de otros países.
No respetan la soberanía de China y Rusia. Por eso estamos a punto de enfrentar continuas guerras en todo el mundo. Los islamistas radicales son los aliados del imperialismo, porque cuentan con el apoyo de EEUU que los utiliza para llevar a cabo desestabilización de las regiones que le interesa al imperialismo colectivo. Por eso estamos en una guerra permanente.
Creo que la mejor respuesta es el proyecto euroasiático. Rusia debe unirse con China, los países de Asia Central, Irán y Siria. Esta alianza también podría ser muy atractiva para África y buena parte de América Latina. En tal caso, el imperialismo estaría aislado.
Los capitalistas reaccionaron a la crisis con un conjunto de medidas. La primera fue fortalecer la centralización del control de la economía por parte de los monopolios. Una oligarquía gobierna todos los países capitalistas: Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña y a Rusia también. La segunda medida fue subordinar toda la actividad económica al capital monopolista mediante el sistema de subcontratas.
Quiero decir, hoy el sistema no tiene ni una pizca de libertad. La competencia es solo retórica, no hay competencia. Hay una oligarquía que está controlando todo el sistema económico. Ahora, estamos frente a un frente único de potencias imperialistas, que están formando un Imperialismo Colectivo de la Tríada.
La tríada es Estados Unidos, Europa occidental y Japón. Este grupo de países se ha convertido en una sola potencia imperialista, cuyo líder es EE.UU. Esto ha llevado a la profundización de la crisis. Hoy la crisis tiene forma de “L”. Una crisis normal tiene forma de “U”, la economía se recupera después de una caída. Pero esta crisis es diferente. No hay salida a la crisis; la única forma de salir es salir del capitalismo. No hay otra solución posible. El capitalismo debe ser considerado como un sistema moribundo. Para sobrevivir se está moviendo hacia la destrucción y hacia las guerras.
Tenemos una alternativa que es el socialismo. Sé que no es muy popular decirlo, pero la única solución es el socialismo. Es un largo camino que parte de reducir el poder de la oligarquía, reforzar el control estatal y establecer un capitalismo de Estado, que debe reemplazar al capitalismo privado. No significa que el capitalismo privado no sobrevivirá, pero debe estar subordinado al control estatal. El control estatal debe utilizarse también para apoyar una política social progresista. Esto debería garantizar un buen pleno empleo, servicios sociales, educación, transporte, infraestructura, seguridad, etc.
El papel de China es muy importante, porque es, quizás, el único país del mundo hoy, que tiene un proyecto soberano. Eso significa que está tratando de establecer un patrón de industria moderna, en el que, por supuesto, el capital privado tiene un lugar amplio, pero está bajo el control estricto del estado. A la vez esta actualizando su cultura milenaria. El otro patrón de la cultura de la economía china se basa en los productores familiares. China camina sobre dos piernas: siguiendo las tradiciones y participando de la globalización. Aceptan inversiones extranjeras, pero mantienen la independencia de su sistema financiero. El sistema bancario chino está controlado exclusivamente por el estado. El Yuan es convertible solo hasta cierto punto, pero bajo el control del banco de China. Ese es el mejor modelo que tenemos hoy para responder al desafío del imperialismo globalista.
Quizás Rusia se esté moviendo en esa dirección, pero no tanto como China, porque ha pagado un precio muy alto por la destrucción con la terapia de choque que aplicó Gorbachov y Yeltsin. Esos líderes entregaron a Rusia a una oligarquía privada, que está estrechamente relacionada con el capitalismo financiero internacional de Estados Unidos, Alemania y otros. Esto ha reducido la capacidad del Estado Ruso de control del capital. Pero ahora Rusia avanza gradualmente hacia el restablecimiento del control del estado sobre su propia economía.
El mundo ahora está en grave peligro. El imperialismo colectivo de EEUU, Europa Occidental y Japón está dirigido por el liderazgo estadounidense. Para mantener el control sobre todo el planeta, no aceptan la independencia de otros países.
No respetan la soberanía de China y Rusia. Por eso estamos a punto de enfrentar continuas guerras en todo el mundo. Los islamistas radicales son los aliados del imperialismo, porque cuentan con el apoyo de EEUU que los utiliza para llevar a cabo desestabilización de las regiones que le interesa al imperialismo colectivo. Por eso estamos en una guerra permanente.
Creo que la mejor respuesta es el proyecto euroasiático. Rusia debe unirse con China, los países de Asia Central, Irán y Siria. Esta alianza también podría ser muy atractiva para África y buena parte de América Latina. En tal caso, el imperialismo estaría aislado.
Informe Sirius: El declive de la unipolaridad comenzó en 1929, la multipolaridad es el reinicio real
Paul de The Sirius Report analiza el declive de los Estados Unidos y la unipolaridad que, según él, comenzó con la Gran Depresión.
Occidente ha creado enormes burbujas de activos e inflación. La multipolaridad cobró impulso con el Brexit en 2009 y, poco después, el acuerdo de 400.000 millones de dólares entre Rusia y China marcó un movimiento significativo hacia la desdolarización.
Siente que Rusia ha alcanzado la superioridad militar y que no habrá una Tercera Guerra Mundial.
No acepta la idea de que el Gran Reinicio de WEF es un complot para apoderarse del mundo y minimiza la idea de que existe un siniestro Sistema de Crédito Social.
Él cree que la unipolaridad fue el intento de lograr un Gobierno Mundial y está fallando.
El Nuevo Nuevo Orden Mundial Multipolar probablemente tendrá una moneda respaldada por una canasta de productos básicos.
La multipolaridad es el reinicio real.
Occidente ha creado enormes burbujas de activos e inflación. La multipolaridad cobró impulso con el Brexit en 2009 y, poco después, el acuerdo de 400.000 millones de dólares entre Rusia y China marcó un movimiento significativo hacia la desdolarización.
Siente que Rusia ha alcanzado la superioridad militar y que no habrá una Tercera Guerra Mundial.
No acepta la idea de que el Gran Reinicio de WEF es un complot para apoderarse del mundo y minimiza la idea de que existe un siniestro Sistema de Crédito Social.
Él cree que la unipolaridad fue el intento de lograr un Gobierno Mundial y está fallando.
El Nuevo Nuevo Orden Mundial Multipolar probablemente tendrá una moneda respaldada por una canasta de productos básicos.
La multipolaridad es el reinicio real.
Informe Sirius: El declive de la unipolaridad comenzó en 1929, la multipolaridad es el reinicio real
11 de diciembre de 2022
El fundador de la empresa taiwanesa de semiconductores TSMC, Morris Chang, ha declarado que la cuestión geopolítica ha afectado severamente a la industria de los semiconductores y advirtió que la globalización y el libre comercio están "casi muertos".
Chang advirtió que la globalización podría estar llegando a su fin tras reconocer la expansión de la industria en EE.UU. debido al inevitable aumento de la producción nacional de chips. Chang asegura que las crecientes tensiones entre Washington y Pekín por la producción de chips podrían dividir la cadena de suministro de tecnología global en dos campos, lo que ha dificultado a compañías como TSMC atender a clientes en China. |
Global Times: El gigante de chips taiwanés TSMC se está convirtiendo en empresa estadounidense
El periódico hace referencia al viaje del presidente de EE.UU., Joe Biden, junto con otros altos funcionarios, representantes de TSMC, y de la industria de altas tecnologías, al estado de Arizona, donde este martes participaron en una "ceremonia de reubicación" en el marco de la construcción de la planta de TSMC en el lugar.
En este sentido, Global Times arremetió contra Biden y tachó de "ironía" su frase de que "la fabricación estadounidense vuelve". "¿Cómo ha vuelto la fabricación estadounidense? ¿No es TSMC una empresa que se ha desarrollado bastante en la isla china de Taiwán?", subraya el artículo.
Desde el medio insisten que la Casa Blanca recurre a "formas engañosas para obligar" a la empresa de la isla rebelde a "trasladarse" a suelo del país norteamericano.
El periódico hace referencia al viaje del presidente de EE.UU., Joe Biden, junto con otros altos funcionarios, representantes de TSMC, y de la industria de altas tecnologías, al estado de Arizona, donde este martes participaron en una "ceremonia de reubicación" en el marco de la construcción de la planta de TSMC en el lugar.
En este sentido, Global Times arremetió contra Biden y tachó de "ironía" su frase de que "la fabricación estadounidense vuelve". "¿Cómo ha vuelto la fabricación estadounidense? ¿No es TSMC una empresa que se ha desarrollado bastante en la isla china de Taiwán?", subraya el artículo.
Desde el medio insisten que la Casa Blanca recurre a "formas engañosas para obligar" a la empresa de la isla rebelde a "trasladarse" a suelo del país norteamericano.