“Las relaciones entre China y Rusia son el activo estratégico más importante para Beijing. Una provocación de Estados Unidos NO puede dañarlas”
Observatorio de la crisis EDITORIAL DEL DIARIO DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA (GLOBAL TIMES) 20 de marzo de 2022
La estrecha relación entre China y Rusia es una espina en el costado de los EEUU, especialmente ahora en medio la actual crisis en Ucrania. Washington está ansioso por explotar el conflicto entre Rusia y Ucrania para abrir una brecha entre Beijing y Moscú.
Por un lado, altos funcionarios de la Casa Blanca han acusado en múltiples ocasiones a China de no ejercer suficiente presión sobre Rusia para detener la acción militar en Ucrania. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el jueves antes de la reunión virtual del presidente Joe Biden, con el presidente, Xi Jinping, que Washington «impondrá costos» por cualquier tipo de apoyo que Beijing brinde a Rusia contra Ucrania.
Blinken Instó a Beijing a “usar su influencia y defender las reglas y principios internacionales que dicen profesar». Por otro lado, en los medios occidentales aparecen análisis que afirman que China se siente “ incómoda” con Rusia y advierten que Beijing corre el riesgo de aislarse si no sanciona a los rusos.
La expansión de la OTAN hacia el este es la causa que explica la operación militar de Rusia en Ucrania. Son los Estados Unidos los que deberían apagar el fuego que encendieron en Ucrania. Ahora, se han colocado en una posición ridícula, al exigir a Beijing que dañe las relaciones entre China y Rusia. Esto es irrazonable e insidioso.
Al presionar a China y pedirle que asuma la responsabilidad por el fatal error estratégico que cometieron Estados Unidos y la OTAN con la llamada seguridad europea, Washington actúa con descaro y no oculta su intención de sembrar la discordia entre China y Rusia.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo el que China podría usar su relación con Rusia para poner fin a las acciones contra Ucrania. Qué absurdo. Rusia es una gran potencia y China no tiene la capacidad de ejercer influencia sobre Rusia en un tema que el pueblo ruso considera un asunto de «vida o muerte».
Si China presionara a Rusia nuestro país actuaría de manera inconsistente con la asociación estratégica integral entre China y Rusia. También, sabotearía la confianza mutua, lo que sería una gran pérdida estratégica para ambas países. Esto es, precisamente, lo que Estados Unidos está ansioso de ver.
Washington sabe que China no puede influir en Rusia. Pero, considera que la crisis de Ucrania es una buena oportunidad para separar a nuestros dos países. Cuanta más discordia pueda sembrar Washington entre China y Rusia, más se favorecen los intereses estadounidenses. Pero, ¿Qué mente puede llegar a pensar Beijing y Moscú caigan en una maniobra tan burda y malvada?
A diferencia de los “caniches” que Washington manipula a voluntad, China y Rusia son grandes potencias independientes. Además, China ha mantenido una posición constante sobre el tema de Ucrania, enfatizando que se deben respetar las preocupaciones e intereses de seguridad de todas las partes. China nunca bailará al son de los EEUU ni sacrificará las relaciones con Rusia para satisfacer las demandas estadounidenses.
También se debe tener en cuenta que no importa cómo evolucione la crisis de Ucrania porqué Washington sigue viendo a China como su mayor competidor estratégico. China tiene en cuenta esta política todo el tiempo. China no debe dar a los EEUU ni la más mínima oportunidad de abrir una brecha en nuestra relación con Rusia.
Durante mucho tiempo, Occidente ha malinterpretado la relación entre China y Rusia, creyendo que se podría romperse fácilmente. La verdad es que la asociación estratégica integral de coordinación entre China y Rusia ha resistido la prueba del tiempo y es sólida como una roca. Es el activo estratégico más importante y estable para China, un activo que no puede dañarse de ninguna manera.
Por un lado, altos funcionarios de la Casa Blanca han acusado en múltiples ocasiones a China de no ejercer suficiente presión sobre Rusia para detener la acción militar en Ucrania. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo el jueves antes de la reunión virtual del presidente Joe Biden, con el presidente, Xi Jinping, que Washington «impondrá costos» por cualquier tipo de apoyo que Beijing brinde a Rusia contra Ucrania.
Blinken Instó a Beijing a “usar su influencia y defender las reglas y principios internacionales que dicen profesar». Por otro lado, en los medios occidentales aparecen análisis que afirman que China se siente “ incómoda” con Rusia y advierten que Beijing corre el riesgo de aislarse si no sanciona a los rusos.
La expansión de la OTAN hacia el este es la causa que explica la operación militar de Rusia en Ucrania. Son los Estados Unidos los que deberían apagar el fuego que encendieron en Ucrania. Ahora, se han colocado en una posición ridícula, al exigir a Beijing que dañe las relaciones entre China y Rusia. Esto es irrazonable e insidioso.
Al presionar a China y pedirle que asuma la responsabilidad por el fatal error estratégico que cometieron Estados Unidos y la OTAN con la llamada seguridad europea, Washington actúa con descaro y no oculta su intención de sembrar la discordia entre China y Rusia.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo el que China podría usar su relación con Rusia para poner fin a las acciones contra Ucrania. Qué absurdo. Rusia es una gran potencia y China no tiene la capacidad de ejercer influencia sobre Rusia en un tema que el pueblo ruso considera un asunto de «vida o muerte».
Si China presionara a Rusia nuestro país actuaría de manera inconsistente con la asociación estratégica integral entre China y Rusia. También, sabotearía la confianza mutua, lo que sería una gran pérdida estratégica para ambas países. Esto es, precisamente, lo que Estados Unidos está ansioso de ver.
Washington sabe que China no puede influir en Rusia. Pero, considera que la crisis de Ucrania es una buena oportunidad para separar a nuestros dos países. Cuanta más discordia pueda sembrar Washington entre China y Rusia, más se favorecen los intereses estadounidenses. Pero, ¿Qué mente puede llegar a pensar Beijing y Moscú caigan en una maniobra tan burda y malvada?
A diferencia de los “caniches” que Washington manipula a voluntad, China y Rusia son grandes potencias independientes. Además, China ha mantenido una posición constante sobre el tema de Ucrania, enfatizando que se deben respetar las preocupaciones e intereses de seguridad de todas las partes. China nunca bailará al son de los EEUU ni sacrificará las relaciones con Rusia para satisfacer las demandas estadounidenses.
También se debe tener en cuenta que no importa cómo evolucione la crisis de Ucrania porqué Washington sigue viendo a China como su mayor competidor estratégico. China tiene en cuenta esta política todo el tiempo. China no debe dar a los EEUU ni la más mínima oportunidad de abrir una brecha en nuestra relación con Rusia.
Durante mucho tiempo, Occidente ha malinterpretado la relación entre China y Rusia, creyendo que se podría romperse fácilmente. La verdad es que la asociación estratégica integral de coordinación entre China y Rusia ha resistido la prueba del tiempo y es sólida como una roca. Es el activo estratégico más importante y estable para China, un activo que no puede dañarse de ninguna manera.
Nota de Diego Pappalardo: Sobre el editorial de The Economist -Rothschild-Agnelli:
A) En líneas sustanciales y fácticas geo-sistémico-históricas, tiene coincidencias con mis puntos de vista de los últimos años y, sobre todo, con mi perspectiva dada, entre diciembre de 2021 y marzo de 2022. B) El sistema de administración mundial unipolar-liberal-universalista está muerto como agente determinativo de la Historia futura y, en febrero de 2022, nació, históricamente, el policentrismo, en gran parte, por la fuerza de Rusia en su "Operativo Militar Especial" en Ucrania. Esta Misión Militar no es una conquista bélica clásica y, por ende, no está normatizada por los parámetros usuales de las guerras anglo-americanas. Es configurativa de una nueva modalidad de gestión regional. Propia del Siglo XXI. En consecuencia, en estos días - y así continuará siendo en los próximos e inmediatos años- se produce un enfrentamiento entre una "imagen del pasado" contra una "imagen del futuro". A riesgo de ser reiterativos: los años inmediatos al "poscovid-pandémico" y "posconflicto ucraniano", seguirán incrustados en la regla de transición antropológico-civilizatorio-geopolítica. C) Mientras que, los agrupamientos de factores de poder que sostienen a Putin, en Rusia, y a Xi Jinping, en China, respectivamente, continúen teniendo influencia directriz en Moscú y Pekín, no sucederá ninguna guerra ni problemas disociativos entre ambas bases de poder. Ni la visión de Kissinger verá su completo éxito, ni los cálculos de Brzezinski serán consumados completamente. Soros, no impondrá su Agenda Abierta. Tampoco vencerán los partidarios de Leo Strauss-Bernard Lewis. D) La Gran Rusia, actuará en dimensiones geo-civilizatorias, con impulsos nuevos y un trazado abarcativo. Por lo tanto, su funcionamiento no será exclusiva y restringidamente en coordenadas geopolíticas e ideológico-políticas. E) La gran contienda del Siglo XXI no girará en torno a la tensión y el conflicto entre EE.UU. y China. Será geo-civilizacional F) Movilidad, transformación e introducciones y expulsiones en élites nacionales, regional-internacional y globales. *The Economist, 19 de marzo de 2022:* *"El Orden Mundial alternativo.* "Es demasiado pronto para saber si saldrá un ganador de la lucha . Pero, al otro lado del planeta, la superpotencia emergente del mundo está sopesando sus opciones. Algunos argumentan que China se basará en una amistad anterior a la guerra con Rusia que 'no conoce límites', para crear un eje de autocracia. Otros responden que Estados Unidos puede avergonzar a China para que rompa con Rusia , aislando a Vladimir Putin, su presidente. Nuestro informe sugiere que ninguno de los dos escenarios es probable. La profundización de los lazos con Rusia estará guiada por un cauteloso interés propio, ya que China explota la guerra en Ucrania para acelerar lo que considera el inevitable declive de Estados Unidos. El foco en todo momento es su propio sueño de establecer una alternativa al orden mundial liberal occidental. Tanto el presidente de China, Xi Jinping, como Putin quieren dividir el mundo en esferas de influencia dominadas por unos pocos países grandes. China gobernaría el este de Asia, Rusia tendría un veto sobre la seguridad europea y Estados Unidos se vería obligado a regresar a casa. Este orden alternativo no incluiría valores universales o derechos humanos, que Xi y Putin ven como un truco para justificar la subversión occidental de sus regímenes. Parecen considerar que tales ideas pronto serán reliquias de un sistema liberal que es racista e inestable, reemplazado por jerarquías en las que cada país conoce su lugar dentro del equilibrio general de poder.
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Por lo tanto, a Xi le gustaría que la invasión de Rusia mostrara la impotencia de Occidente. Si las sanciones sobre el sistema financiero y la industria de alta tecnología de Rusia fracasan, China tendrá menos que temer de tales armas.
Si Putin perdiera el poder debido a su error de cálculo en Ucrania, podría sorprender a China. Sin duda, avergonzaría a Xi, quien se vería que también calculó mal al aliarse con él, un revés cuando busca un tercer mandato como líder del Partido Comunista, violando las normas recientes. Sin embargo, por todo eso, el apoyo chino tiene sus límites. El mercado ruso es pequeño. Los bancos y las empresas chinas no quieren arriesgarse a perder negocios mucho más valiosos en otros lugares al burlar las sanciones. Una Rusia débil le conviene a China porque no tendría más remedio que ser dócil. Es más probable que Putin le dé acceso a Xi a los puertos del norte de Rusia para acomodar los crecientes intereses de China en, digamos, Asia Central, y suministrarle petróleo y gas baratos y tecnología militar sensible, incluidos quizás los diseños de armas nucleares avanzadas. Además, Xi parece creer que Putin no necesita obtener una victoria aplastante para que China salga adelante: la supervivencia bastará. Los funcionarios chinos les dicen con confianza a los diplomáticos extranjeros que la unidad occidental sobre Rusia se dividirá a medida que la guerra se prolongue y aumenten los costos para los votantes occidentales. China ya está tratando de separar a Europa y Estados Unidos, alegando que Estados Unidos está reforzando su poder mientras hace que los europeos paguen la factura de los altos precios de la energía, ejércitos más grandes y la carga de albergar a más de 3 millones de refugiados ucranianos. El enfoque de China en la guerra ruso-ucraniana nace de la convicción de Xi de que la gran contienda del siglo XXI será entre China y Estados Unidos, una que le gusta sugerir que China está destinada a ganar. Para China, lo que sucede en las ciudades bombardeadas de Ucrania es una escaramuza en este concurso. De ello se deduce que el éxito de Occidente en el trato con Putin ayudará a determinar la visión que tiene China del mundo, y cómo tendrá que lidiar más adelante con Xi. La primera tarea de la OTAN es desafiar las predicciones chinas manteniéndose unida. A medida que las semanas se convierten en meses, eso puede volverse difícil. Imagine que los combates en Ucrania se asientan en un sombrío patrón de guerra urbana, en el que ninguno de los bandos gana claramente. Las conversaciones de paz podrían conducir a cese al fuego que se rompa. Supongamos que se acerca el invierno y los precios de la energía siguen altos. El ejemplo de Ucrania al principio de la guerra inspiró un apoyo en toda Europa que endureció los nervios de los gobiernos. Puede llegar el momento en que los líderes políticos tengan que encontrar la resolución dentro de sí mismos. La fuerza de voluntad se puede vincular a la reforma. Habiendo defendido la democracia, los países occidentales necesitan reforzarla. Alemania ha decidido tratar con Rusia enfrentándola, no comerciando con ella. La Unión Europea deberá acorralar a sus simpatizantes de Rusia, incluidos Italia y Hungría. La Fuerza Expedicionaria Conjunta liderada por los británicos , un grupo de diez países del norte de Europa, se está convirtiendo en el primero en responder a la agresión rusa. En Asia, Estados Unidos puede trabajar con sus aliados para mejorar las defensas y planificar contingencias, muchas de las cuales involucrarán a China. La acción conjunta que conmocionó a Rusia no debería sorprender a China si invadiera Taiwán. Y Occidente necesita explotar la gran diferencia entre China y Rusia. Hace tres décadas sus dos economías eran del mismo tamaño; ahora el de China es diez veces más grande que el de Rusia. A pesar de la frustración de Xi, China ha prosperado con el orden actual, mientras que Rusia solo lo ha socavado. Obviamente, Xi quiere revisar las reglas para servir mejor a sus propios intereses, pero no es como Putin, que no tiene otra forma de ejercer la influencia rusa que las amenazas disruptivas y la fuerza de las armas. Rusia bajo el señor Putin es un paria. Dados sus lazos económicos con Estados Unidos y Europa, China tiene interés en la estabilidad. Shanghai en el Dniéper En lugar de empujar a China 'fuera de la familia de naciones, allí para alimentar sus fantasías, atesorar sus odios y amenazar a sus vecinos', como escribió Richard Nixon años antes de su famoso viaje a Beijing hace cinco décadas, Estados Unidos y sus aliados deberían demostrar ver A la superpotencia en ascenso de manera diferente. El objetivo debería ser persuadir a Xi de que Occidente y China pueden prosperar acordando lo que sea posible y acordando diferir cuando no. Eso requiere determinar dónde ayuda el compromiso y dónde amenaza la seguridad nacional. ¿Podría China emprender este camino ayudando a poner fin rápidamente a la guerra en Ucrania? Por desgracia, salvo el uso ruso de armas químicas o nucleares, eso parece poco probable, ya que China ve a Rusia como un socio en el desmantelamiento del orden mundial liberal. Las súplicas diplomáticas influirán menos en los cálculos chinos que la resolución occidental de hacer que Putin pague por sus crímenes". |
26 de marzo de 2022
"La reacción occidental ante un proceso que amenaza con quebrar su hegemonía de los últimos dos siglos se gesta por varios senderos: un sistema político en crisis, una economía que se rezaga, un salto tecnológico que no hegemoniza, el recurso a la presión belicista como opción desesperada… En ciertas capitales, quizá se vislumbra remotamente ya como única posibilidad forzar un desacoplamiento, es decir, desandar el impulso globalizador que ha permitido la incorporación de China al comercio global. La guerra de Ucrania facilitará –vía sanciones- el desacople de Rusia del mundo occidental, un ensayo de lo que podría ser el paso siguiente: el desacople de China con un argumento similar, el estallido de una guerra por Taiwán. Pero es complicado: a pesar de los pesares, aranceles y sanciones incluidas, el año pasado, el comercio bilateral sino-estadounidense siguió aumentando como también el descomunal déficit de la Casa Blanca (350 mil millones de dólares)."
27 de marzo de 2022
30 de marzo de 2022
"Los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) estarán en el corazón de un nuevo orden mundial, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Ryabkov.
'En todos los aspectos... estos países se convertirán en la base de un nuevo orden mundial', dijo el vicecanciller a RT cuando se le preguntó si los países BRICS asumirían un papel más importante en el mundo.
Rusia está trabajando para establecer contactos con cualquier país que esté interesado en la cooperación, dijo.
'No hay noticias aquí sobre nuestra política estable y de larga data de establecer una asociación estática integral con China, este es solo otro paso', dijo, al comentar sobre la reciente reunión del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, con su homólogo chino, Wang. Yi.
Al comentar sobre la decisión del presidente Putin de cambiar a pagos en rublos para los contratos de gas con países 'inamistosos', Ryabkov dijo que Rusia no está cambiando los términos de los contratos, sino que está protegiendo sus intereses.
'No estamos modificando [los términos de] los contratos, estamos protegiendo nuestros intereses de un tsunami, una ola de sanciones totalmente irresponsables que acaba de golpear los cimientos del comercio internacional y el sistema internacional', dijo Ryabkov a RT".
'En todos los aspectos... estos países se convertirán en la base de un nuevo orden mundial', dijo el vicecanciller a RT cuando se le preguntó si los países BRICS asumirían un papel más importante en el mundo.
Rusia está trabajando para establecer contactos con cualquier país que esté interesado en la cooperación, dijo.
'No hay noticias aquí sobre nuestra política estable y de larga data de establecer una asociación estática integral con China, este es solo otro paso', dijo, al comentar sobre la reciente reunión del ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, con su homólogo chino, Wang. Yi.
Al comentar sobre la decisión del presidente Putin de cambiar a pagos en rublos para los contratos de gas con países 'inamistosos', Ryabkov dijo que Rusia no está cambiando los términos de los contratos, sino que está protegiendo sus intereses.
'No estamos modificando [los términos de] los contratos, estamos protegiendo nuestros intereses de un tsunami, una ola de sanciones totalmente irresponsables que acaba de golpear los cimientos del comercio internacional y el sistema internacional', dijo Ryabkov a RT".
31 de marzo de 2022
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En China, los países de Asia Central empujan por un mundo multipolar
El mundo unipolar es parte del pasado y en una reunión situada en China, los países de esa región del mundo plantean avances y desafíos rumbo a un orden multipolar: moneda común, energía y geopolítica, en disputa hegemónica.
Los países de Asia central se encuentran reunidos en Tunxi, una ciudad antigua en la provincia de Anhui, con la excusa de una nueva cumbre de los países “amigos de Afganistán”, que discuten en torno de la recuperación de ese país, devastado tras 20 años de guerra.
Sin embargo, en la reunión, a la que asisten países como Catar, Indonesia, Kirguizistán, Tayikistán, Uzbekistán y las grandes potencias de la región, China y Rusia, se plantean los primeros desafíos geoestratégicos al mundo unipolar actualmente liderado por Estados Unidos.
En ese sentido declaró el canciller ruso, Serguei Lavrov, que dijo que es inminente un orden mundial más “justo” en colaboración con China, durante su primera visita a este país desde el inicio de la invasión de Ucrania.
“Estamos viviendo una etapa muy seria en la historia de las relaciones internacionales”, declaró el jefe de la diplomacia del Kremlin, al inicio de una reunión bilateral con su homólogo chino, Wang Yi, en Beijing, antes de la cumbre multilateral.
Es que la guerra en Ucrania y una de sus consecuencias más importantes, el paquete de sanciones de Occidente contra Rusia, provocó la emergencia de un nuevo sistema de alianzas para eludirlas.
En ese esquema, juegan fuerte China y también India, fuertemente vinculados con la Federación Rusia. En una economía regional integrada, avanzan en abandonar al dólar como divisa mundial.
“La cooperación chino-rusa no tiene límites. Nuestra búsqueda de la paz es ilimitada, nuestra defensa de la seguridad es ilimitada, nuestra oposición a la hegemonía es ilimitada”, dijo un vocero de la diplomacia china, Wang Wenbin, consultado sobre la visita del ministro ruso.
“Estoy convencido de que al final de esta etapa, la situación internacional será mucho más clara”, dijo Lavrov a Wang, informó la agencia de noticias AFP.
“Juntos con ustedes, y con nuestros partidarios, avanzaremos hacia un orden mundial multipolar, justo, democrático”, agregó Lavrov, en alusión al orden unipolar liderado por Estados Unidos posterior a la Guerra Fría, tras la desaparición de la Unión Soviética.
Las empresas chinas han sido cautelosas en sus intercambios comerciales con Rusia por temor a verse afectadas por las sanciones.
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, se reunió individualmente con sus homólogos de Rusia, Pakistán y Qatar el miércoles, según los medios estatales chinos. El video mostró a Wang y al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, chocando los codos en un apretón de manos de la era de la pandemia, pero no se dieron detalles.
En su reunión con el ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Shah Mahmood Qureshi, Wang volvió a adoptar un tono desafiante sobre Ucrania y dijo que los países deberían estar “especialmente atentos a los efectos secundarios negativos” de la crisis.
“No debemos permitir que la mentalidad de la Guerra Fría resurja en Asia ni permitir que los países pequeños y medianos de la región sean utilizados como herramientas u objetos de sacrificio en los juegos de las grandes potencias”, dijo.
Los cancilleres de Qatar e Indonesia han sido invitados a la reunión de estados vecinos como invitados. El ministro de Relaciones Exteriores designado por los talibanes, Amir Khan Muttaqi, representará a Afganistán en la reunión.
El Representante Especial para Afganistán, Tom West, representará a Estados Unidos en las conversaciones de la Troika Extendida, dijo el Departamento de Estado. Pakistán también asistirá y se cree que China también invitó a representantes talibanes, dijo el portavoz en condición de anonimato.
Los intereses del grupo están alineados con la necesidad de que los talibanes cumplan con sus compromisos de construir un gobierno verdaderamente inclusivo, no proporcionar un refugio seguro para el terrorismo, permanecer estable, reconstruir su economía y respetar los derechos humanos, los derechos de las mujeres y los derechos de las minorías. , dijo el vocero.
China no ha reconocido al nuevo gobierno de línea dura de Afganistán, pero se ha abstenido de las duras críticas de EE.UU.
Un mes antes de que los talibanes tomaran el poder, Wang recibió a una delegación de alto nivel del grupo para una reunión el 28 de julio de 2021 en la ciudad portuaria china de Tianjin. Wang se refirió al grupo como una fuerza “central” importante para la paz y la reconstrucción en Afganistán.
En esa y otras ocasiones, los chinos han presionado a los talibanes para que les aseguren que no permitirán operaciones dentro de las fronteras de Afganistán por parte de miembros de la minoría musulmana túrquica uigur de China con la intención de derrocar el dominio chino en su región natal de Xinjiang.
Wang también hizo una parada sorpresa en Kabul la semana pasada para reunirse con líderes talibanes, incluso cuando la comunidad internacional está furiosa por la promesa incumplida del movimiento de línea dura el día anterior de abrir escuelas para niñas más allá del sexto grado.
La visita de Wang a Kabul mostró todas las señales de un intercambio formal de gobierno a gobierno, lo que reforzó que “la última zanahoria que Beijing puede ofrecer al organizar conferencias como esta es la posibilidad de que los talibanes reciban el reconocimiento diplomático de China y otros vecinos”, dijo Australia. Henry Storey, analista de riesgos políticos y asuntos asiáticos.
En las reuniones de esta semana, China buscará posicionarse como el principal defensor de los proyectos de desarrollo económico y asistencia humanitaria en Afganistán y pedirá abiertamente a Estados Unidos que descongele los activos y las cuentas del gobierno afgano, dijo el politólogo de la Universidad de Columbia, Alexander Cooley, experto sobre Asia Central.
“China se está afirmando silenciosamente como la principal potencia externa en la región”, dijo Cooley. “Al hacerlo, se posicionará como crítico de la política regional de Estados Unidos”.
Resta conocer si con el apoyo de los países de su región en primer lugar, el gigante asiático podrá constituirse como el eje central de un nuevo orden internacional, esta vez, multipolar, en un mundo convulsionado.
Sin embargo, en la reunión, a la que asisten países como Catar, Indonesia, Kirguizistán, Tayikistán, Uzbekistán y las grandes potencias de la región, China y Rusia, se plantean los primeros desafíos geoestratégicos al mundo unipolar actualmente liderado por Estados Unidos.
En ese sentido declaró el canciller ruso, Serguei Lavrov, que dijo que es inminente un orden mundial más “justo” en colaboración con China, durante su primera visita a este país desde el inicio de la invasión de Ucrania.
“Estamos viviendo una etapa muy seria en la historia de las relaciones internacionales”, declaró el jefe de la diplomacia del Kremlin, al inicio de una reunión bilateral con su homólogo chino, Wang Yi, en Beijing, antes de la cumbre multilateral.
Es que la guerra en Ucrania y una de sus consecuencias más importantes, el paquete de sanciones de Occidente contra Rusia, provocó la emergencia de un nuevo sistema de alianzas para eludirlas.
En ese esquema, juegan fuerte China y también India, fuertemente vinculados con la Federación Rusia. En una economía regional integrada, avanzan en abandonar al dólar como divisa mundial.
“La cooperación chino-rusa no tiene límites. Nuestra búsqueda de la paz es ilimitada, nuestra defensa de la seguridad es ilimitada, nuestra oposición a la hegemonía es ilimitada”, dijo un vocero de la diplomacia china, Wang Wenbin, consultado sobre la visita del ministro ruso.
“Estoy convencido de que al final de esta etapa, la situación internacional será mucho más clara”, dijo Lavrov a Wang, informó la agencia de noticias AFP.
“Juntos con ustedes, y con nuestros partidarios, avanzaremos hacia un orden mundial multipolar, justo, democrático”, agregó Lavrov, en alusión al orden unipolar liderado por Estados Unidos posterior a la Guerra Fría, tras la desaparición de la Unión Soviética.
Las empresas chinas han sido cautelosas en sus intercambios comerciales con Rusia por temor a verse afectadas por las sanciones.
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, se reunió individualmente con sus homólogos de Rusia, Pakistán y Qatar el miércoles, según los medios estatales chinos. El video mostró a Wang y al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, chocando los codos en un apretón de manos de la era de la pandemia, pero no se dieron detalles.
En su reunión con el ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Shah Mahmood Qureshi, Wang volvió a adoptar un tono desafiante sobre Ucrania y dijo que los países deberían estar “especialmente atentos a los efectos secundarios negativos” de la crisis.
“No debemos permitir que la mentalidad de la Guerra Fría resurja en Asia ni permitir que los países pequeños y medianos de la región sean utilizados como herramientas u objetos de sacrificio en los juegos de las grandes potencias”, dijo.
Los cancilleres de Qatar e Indonesia han sido invitados a la reunión de estados vecinos como invitados. El ministro de Relaciones Exteriores designado por los talibanes, Amir Khan Muttaqi, representará a Afganistán en la reunión.
El Representante Especial para Afganistán, Tom West, representará a Estados Unidos en las conversaciones de la Troika Extendida, dijo el Departamento de Estado. Pakistán también asistirá y se cree que China también invitó a representantes talibanes, dijo el portavoz en condición de anonimato.
Los intereses del grupo están alineados con la necesidad de que los talibanes cumplan con sus compromisos de construir un gobierno verdaderamente inclusivo, no proporcionar un refugio seguro para el terrorismo, permanecer estable, reconstruir su economía y respetar los derechos humanos, los derechos de las mujeres y los derechos de las minorías. , dijo el vocero.
China no ha reconocido al nuevo gobierno de línea dura de Afganistán, pero se ha abstenido de las duras críticas de EE.UU.
Un mes antes de que los talibanes tomaran el poder, Wang recibió a una delegación de alto nivel del grupo para una reunión el 28 de julio de 2021 en la ciudad portuaria china de Tianjin. Wang se refirió al grupo como una fuerza “central” importante para la paz y la reconstrucción en Afganistán.
En esa y otras ocasiones, los chinos han presionado a los talibanes para que les aseguren que no permitirán operaciones dentro de las fronteras de Afganistán por parte de miembros de la minoría musulmana túrquica uigur de China con la intención de derrocar el dominio chino en su región natal de Xinjiang.
Wang también hizo una parada sorpresa en Kabul la semana pasada para reunirse con líderes talibanes, incluso cuando la comunidad internacional está furiosa por la promesa incumplida del movimiento de línea dura el día anterior de abrir escuelas para niñas más allá del sexto grado.
La visita de Wang a Kabul mostró todas las señales de un intercambio formal de gobierno a gobierno, lo que reforzó que “la última zanahoria que Beijing puede ofrecer al organizar conferencias como esta es la posibilidad de que los talibanes reciban el reconocimiento diplomático de China y otros vecinos”, dijo Australia. Henry Storey, analista de riesgos políticos y asuntos asiáticos.
En las reuniones de esta semana, China buscará posicionarse como el principal defensor de los proyectos de desarrollo económico y asistencia humanitaria en Afganistán y pedirá abiertamente a Estados Unidos que descongele los activos y las cuentas del gobierno afgano, dijo el politólogo de la Universidad de Columbia, Alexander Cooley, experto sobre Asia Central.
“China se está afirmando silenciosamente como la principal potencia externa en la región”, dijo Cooley. “Al hacerlo, se posicionará como crítico de la política regional de Estados Unidos”.
Resta conocer si con el apoyo de los países de su región en primer lugar, el gigante asiático podrá constituirse como el eje central de un nuevo orden internacional, esta vez, multipolar, en un mundo convulsionado.