Derechos sin poder popular
Holguer Paúl Córdova
Centro Andino de Estudios Estratégicos
en coedición con el Centro de Estudios Construyendo Ciudadanía y Democracia - ISPCI-UCE
Quito, agosto de 2013
en coedición con el Centro de Estudios Construyendo Ciudadanía y Democracia - ISPCI-UCE
Quito, agosto de 2013
Presentación
La democracia griega, a pesar de sus limitaciones de orden evolutivo e histórico -excluía a mujeres, extranjeros y esclavos-, tuvo rasgos radicales que asombran. Por ejemplo, los jurados eran representativos de muchos estratos de la población y plenipotenciarios. Los griegos no contaban con juristas profesionales, de modo que eran los jurados populares los que interpretaban y aplicaban la ley; por otro lado, pensaban que cuando las decisiones importantes dependían de una élite, ésta adquiría pretensiones de dominio, de ahí que su democracia propugnaba la participación. En términos generales, el pensamiento griego resumía los tipos de Estado en dos, uno, en el que la soberanía residía en un solo hombre o una oligarquía; y, el otro, en el que la soberanía reside en los ciudadanos. Fue en los siglos XVII y XVIII, que el descubrimiento griego de la democracia adquiere grandes aportaciones filosóficas de pensadores como Hobbes, Locke, Rousseau o Montesquieu. Desde aquella edad griega hasta nuestros días, el ideal de construir una sociedad y democracia basada en la participación y el poder popular es una constante. Se ha reconocido la imposibilidad estructural de participación real del ciudadano en una democracia puramente representativa; se ha buscado promover e institucionalizar los contenidos y mecanismos de la democracia participativa practicados por la humanidad durante su historia; se ha tomado conciencia que la democracia formal es una amenaza a los actuales problemas de nuestra civilización y, finalmente, se considera que la ciencia y tecnología actual debe contribuir a la arquitectura democrática de nuestra sociedad. |
La democracia participativa consiste en la capacidad real que tienen los ciudadanos de decidir sobre los principales asuntos públicos de la Nación, se trata de un desarrollo cualitativo de la democracia formal/representativa –en realidad sustitutiva del ciudadano-, que limita el involucramiento de todas las esferas de la vida social en la toma de decisiones.
En el marco de lo señalado, el estudio realizado por Paúl Córdova es una importante contribución por su aporte en el análisis de substanciales elementos que han generado tensiones, avances, frenos o retrocesos, en el camino recorrido por nuestra democracia a partir de la Constitución de Montecristi, aprobada en el año 2008, hasta nuestros días. Este trabajo, tan meritorio, seguro influirá decididamente en el debate de los sectores sociales y políticos que no pierden la perspectiva estratégica y su fidelidad por una democracia radical, directa y participativa. Por ello, es una gran satisfacción para el Centro Andino de Estudios Estratégicos presentar esta obra sugestiva que tributa a la realización de una tarea histórica. Mario Ramos Director Centro Andino de Estudios Estratégicos |