Multipolarismo vs Unipolarismo: Amenaza de guerra o Caída del Imperio
Observatorio de la crisis WIM DIERCKXSENS Y WALTER FORMENTO 27 de enero de 2022
Unipolarismo Global versus Multipolarismo Pluriversal: Desde la llamada Crisis Ucraniana a la de Kazajistán
El presidente estadounidense Joe Biden evadió “responder”, el 30 de diciembre de 2021, a la proposición rusa de firmar para garantizar La Paz, con un tratado bilateral, mediante el estricto respeto de la Carta de la ONU y el igualmente estricto respeto de la palabra dada durante una conversación telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin.
Biden evadió responder sobre la esencia de la proposición y se limitó a hablar sobre la posibilidad de poner fin a las operaciones de Estados Unidos en Ucrania. Lo que sucedió en Kazajistán (territorio geográfico extenso situado entre Rusia-China) se parece cada vez más a un intento de “golpe de estado” bajo el formato de Revolución de Colores liderado por Estados Unidos, que venía siendo construido desde hace largo tiempo. Contó con los apoyos de Gran Bretaña e Israel, pero fue derrotado o “frustrado” dramáticamente por sus adversarios euroasiáticos, es decir las naciones y las fuerzas componentes del Proyecto Multipolar.
Pero aquí está el factor decisivo: los países de la OTSC (Organización del Tratado euroasiático multipolar de Asistencia Recíproca) con la decisiva y rápida respuesta militar a la OTAN, han demostrado que tienen las “capacidades” para poder bloquear y no permitir que ésta pueda ya implementar las ya conocidas ‘revoluciones de color’, planificadas, guiadas e inducidas por la OTAN-Globalista y sus fuerzas mercenarias dentro de sus fronteras.
En diciembre de 2021, otro golpe fue discretamente frustrado en la capital de Kirguistán (estado que se encuentra situado geográficamente entre China y Kazakstán). Esta revolución de colores representó una especie de contra-ultimátum, desesperado, por parte del establishment de la OTAN. Eso introduce una faceta absolutamente clave del panorama general: la inteligencia vinculada a la OTAN, y sus activos, parecen haber estado preparando una ofensiva de revoluciones de colores, múltiples y simultáneas en Asia Central.
Ya en mayo de 2019, la RAND-Corporation, el think tank (Unidad de Procesamiento) del Pentágono “globalista”, en tanto que componente central la OTAN, enumeró los 6 pasos para enfrentar a Rusia: Armar a Ucrania; aumentar el apoyo a los yihadistas en Siria; promover un “cambio de régimen”, golpe de estado en Bielorrusia que fracasó; explotar las tensiones en el sur del Cáucaso que fracasó; reducir la influencia de Rusia en Asia central con un cambio de régimen en Kazajistán y Kirguistán entre otros; rivalizar con la presencia rusa en Transnistria, aun no iniciado. En este contexto no es extraño que a principios de enero observáramos una revolución de colores/golpe de estado en Kazajistán, justo antes de las conversaciones entre Rusia y Estados Unidos + OTAN en Ginebra y Bruselas. En realidad, trataron de debilitar la posición de Rusia y para ello evitar cualquier tipo de acuerdo, como se pudo observar tanto en Ginebra como en Bruselas.
El aparato de inteligencia británica globalista de la OTAN, el MI6, está profundamente arraigado en todos los ‘stans’ desde el momento inmediato posterior a la Perestroika Soviética de 1989-1991. Excepto en el Turkmenistán autárquico, manejando inteligentemente la ofensiva pan-turca de Erdogan, el vehículo ideal para contrarrestar a Rusia y China. El ‘mundo turco’ entra en un choque frontal con el concepto integrador ruso de la Asociación de la Gran Eurasia (UEEA), e incluso con la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) que, crucialmente, no cuenta con Turquía como miembro. Tanto Rusia como China son muy conscientes de que Turquía representa, la posibilidad no lineal, de la entrada de la OTAN en Asia Central.
El ‘mundo turco’ entra en un choque frontal con el concepto integrador ruso de la Asociación de la Gran Eurasia (UEEA) y, también, con la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO) aunque, con el agregado de SCO, la situación de correlación de poder a favor del Multipolarismo (Rusia-China) hace que Turquía deba “oscilar” de modo más profundo y con menos márgenes de error.
En este contexto no es extraño que a principios de enero observáramos una “movida” de revolución de colores o golpe de estado en Kazajistán, justo antes de las conversaciones entre Rusia, Estados Unidos y la OTAN en Ginebra y Bruselas. Por ello, podría considerarse que uno de sus objetivos era tratar de debilitar la posición rusa y, en todo caso, evitar cualquier tipo de acuerdo, como se pudo observar tanto en Ginebra como en Bruselas.
Desde un centro de operaciones de inteligencia militar estadounidense-turco-israelí, hasta ahora ‘secreta’ con sede en el centro comercial del sur de Almaty, había 22 estadounidenses, 16 turcos y 6 israelíes coordinando “bandas” o equipos de sabotaje, entrenadas en Asia occidental por Turquía, y luego enviadas a Almaty. Había hasta 8.000 activos salafistas y yihadistas de la OTAN, enviados desde Siria e Irak donde habían sido derrotados, junto con colaboradores afganos de la CIA. La operación se desmoronó en pocos días cuando las fuerzas kazajas, con la ayuda de inteligencia rusa/OTSC, retomaron el control del aeropuerto de Almaty, que se suponía que se convertiría en un centro para recibir suministros militares extranjeros. El Consejo de Seguridad Nacional kazajo había solicitado la ayuda de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) para luchar contra los yihadistas. Esta respondió de inmediato con el despliegue de 2 500 soldados de Armenia, Bielorrusia, Rusia y Tayikistán bajo las órdenes del general Andrei Seryukov, comandante en jefe de las fuerzas paracaidistas de la Federación Rusa.
Al tocar a Kazajistán, la OTAN-Globalista estaba “apuntando” a poner en juego el corazón del proyecto Multipolar. Con fronteras tanto con Rusia como con China, las Nuevas Rutas de la Seda impulsadas por China (o BRI) en septiembre de 2013, Kazajistán es el corazón del nuevo orden de integración euroasiático, como principal territorio de interacción de China y Rusia, uniendo al BRI y la Unión Económica de Eurasia (UEEA). Incluso, para Rusia, Kazajistán es todavía más estratégico que para China. El país es parte del tratado de Seguridad Recíproca (OTSC) desde 2003 y es un miembro clave de la UEEA. Ambas naciones tienen lazos técnico-militares y llevan a cabo una cooperación espacial estratégica en Baikonur.
El presidente Kasim-Jomart Tokayev, reconoció la legitimidad de las manifestaciones, ordenó reprimir severamente los ataques terroristas y proclamó el estado de sitio, pero ordenó el arresto del presidente del Consejo de Seguridad Naciorim Masimov, dos veces primer ministro acusado ahora de alta traición. Massimov y Samir Abish, sobrino del recientemente derrocado presidente del Consejo de Seguridad de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, estuvieron permanentemente supervisando unidades ‘secretas’ durante los disturbios. Los servicios de seguridad (KNB) estaban directamente subordinados a Nazarbayev, quien hasta la semana anterior era el presidente del Consejo de Seguridad, pero renunció ‘voluntariamente’ a su presidencia vitalicia. Esta fue otra revolución de color que “falló” de modo estrepitoso, lo cual abre nuevos interrogantes sobre las capacidades reales de la OTAN-MI6-CIA en este momento de la “puja” de poder.
Podríamos decir que el proyecto multipolar nuevamente derrotó en esta batalla al unipolarismo globalista, con la OTAN como su brazo armado. Ahora en pocos días, no como en la guerra en Siria, que ha llevado años hasta la derrota de la OTAN en la Batalla de Alepo. Esto, podría indicar, que el imperio muestra serias incapacidades para “sostener” su proyecto estratégico, con cada vez más derrotas y con menos perspectiva. Algo que se combina estructuralmente con la situación de pre-guerra civil en EEUU, que da marco a la Perestroika Norteamericana 2019-2022 y en desarrollo.
Pero no solo en el plano militar EEUU no está logrando imponer su voluntad más allá de sus fronteras, tampoco está logrando “definir” su política interior, en cada vez más campos, en primer lugar, en el económico. La tasa de inflación está subiendo y la emisión de dólares-dinero sin respaldo y sin límite estaría siendo frenada en el Senado. De no lograr aprobar proyectos billonarios en el Congreso para la Nueva Economía Ecológica (ECONOMIC RESET), la inflación subirá sin freno y las tasas de interés subirán también lo que equivaldría a la Gran Depresión del siglo XXI, una situación sin salida para los intereses y fuerzas globalistas.
Con la caída de Massinov y Nazarbayev en Kazajistán se reveló que el Pentágono había logrado montar una red de laboratorios para la guerra biológica en Kazajstán, es decir, ubicados exactamente entre China y Rusia. A diferencia de Afganistán, la CIA y la OTAN no están ahora en condiciones de ´evacuar´ a sus colaboradores, ya que las fronteras han sido selladas. Las fuerzas de Rusia se han llevado consigo un avanzado sistema de guerra electrónica Leer-3 que incluye drones Orlan-10, especialmente configurados con dispositivos de interferencia. El mandato de las fuerzas de Rusia es ´proteger los “activos estratégicos” que incluyen, con gran probabilidad, estos laboratorios de guerra bilógica, las armas estratégicas de hoy financiadas por el Pentágono.
Ante la arrogancia de la OTAN, el vicecanciller Sergei Ryabkov, quien encabezó la delegación rusa en las conversaciones en torno a Ucrania en Ginebra, dijo que no confirmaría ni descartaría la posibilidad de poner infraestructura militar en Cuba y Venezuela si EEUU y la OTAN se expanden hacia el este de Europa, con el fin de obligarles a retirar sus misiles nucleares, de los casi 2 mil km de frontera de Ucrania con Rusia y a sólo cinco minutos de Moscú. El canciller ruso, en entrevista con Sputnik advirtió que Rusia se verá obligada a adoptar todas las medidas necesarias para asegurar el equilibrio estratégico. Putin, en un escrito de julio 2021, señala que poco a poco, Ucrania es llevada a un juego geopolítico peligroso, cuyo objetivo es hacer de Ucrania una barrera entre Europa y Rusia, creando un ambiente anti-Rusia y, por ende, anti multipolarismo.
Parece que la política de la RAND Corporation, liderada por la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, con el plan para que Rusia se vea obligada a desplegar grandes cantidades de tropas en todas sus fronteras y provocar así su debilitamiento como potencia, en analogía a la Perestroika de principios de los noventa, se olvidó de mirarse en su propio espejo. Es preciso señalar que la misma Nuland fue la que lidero políticamente la revolución de colores en Ucrania. El gobierno ucraniano, instalado después del golpe, fue dejado en manos de los intereses pro-nazis, lo cual confirma que las bases pro-nazis de toda Europa que también fueron coordinadas y alimentadas por la OTAN desde 1950, y ahora siguen siendo pertrechadas de todos sus instrumentos y finanzas.
En cambio, nuevamente ha quedado muy claro el 16 de diciembre de 2021, cuando la Asamblea General de la ONU aprobó la propuesta rusa que condena toda glorificación del nazismo y de la ideología nazi. Esta propuesta fue respaldada por 130 países, 49 se abstuvieron (incluyendo la Unión Europea, defensora implícita del nazismo que la gobernó y masacró durante la II Guerra Mundial y los otros usuales gobiernos serviles o cómplices de la OTAN: Gran Bretaña, Canadá, Australia, Japón y los países bálticos), y sólo 2 votaron explícitamente en contra: U.S.A. y Ucrania, autoproclamándose neo nazis.
Hemos de precisar que EEUU con sus casi 800 bases militares en más de 70 países del mundo tiene un presupuesto militar 3 veces más grande que el de China y 11 veces más que el de Rusia (SIPRI 2021), y que solo ha podido transferir estos gastos a terceros países. Esto ha diferencia del pasado cuando podía imponer su voluntad al resto del mundo occidental, gracias sobre todo al monopolio sobre la impresión del dólar, el sistema SWIFT (para impedir transferencias bancarias como represalia) y su brazo armado, la OTAN. Con estos instrumentos financieros, monetarios y militares han podido definir las reglas de juego en el campo económico.
Esta situación está cambiando de modo acelerado con la pérdida de su hegemonía mundial (legitimidad político-cultural de sus ideas y actos) e incluso con la perdida de dominación (monopolio de la fuerza o poder técnico-militar) sobre los países. Además, el dólar está perdiendo peso como moneda internacional de cambio, y cada vez más, también, como moneda de reserva mostrando como las capacidades técnico económicas de EEUU están en declive. La impresión de dinero sin respaldo, que ha sido la política desde 1973, pero que fue central en la crisis financiera de 2001-2008 y desde ese momento en adelante, ha debilitado el poder adquisitivo o de compra del dólar. China y Rusia lideran hoy a los países de la Nueva Ruta de la Seda y tienen cada vez mayor “control” o “influencia” sobre la economía internacional.
Los elevados gastos de las bases militares de EEUU-OTAN, en “casi” todo el mundo, se tornan cada vez más en un gasto improductivo e insoportable. Por todo ello, se vislumbra cada vez más cercano no solo con el colapso económico interno sino incluso con el desarrollo de una suerte de ”guerra civil” que tuvo un momento central el 6 de enero de 2021, y con ello una evidente perdida en su capacidad de proyectar poder internacional y liderar la OTAN, esto podría incluso llegar a una posible desintegración de EEUU, o sea, su propia Perestroika Norteamericana. Que hoy aparece como una confrontación entre Texas-Florida-Oklahoma versus Nueva York-California-Boston y que ya ha atravesado a las fuerzas armadas.
El realismo energético en la Unión Europea: ¿Habrá Nord-Stream-2?
Los ¨defensores demócratas del clima¨ en EEUU perdieron la batalla en el Foro de la ONU sobre el Cambio Climático COP26 Escocia, por la sencilla razón de que China, India, Rusia y África lograron votar con amplia mayoría de las naciones para poder usar el carbón, petróleo y gas con el fin de sostener y desarrollar sus economías y el nivel de vida de sus poblaciones, tal como lo han hecho Estados Unidos y Europa en el pasado.
Ante la inminente crisis energética y el aumento de los precios de la energía, que repercute en la inflación general, la Comisión Europea (CE) el último día del año 2021 presentó (tras consultas con los expertos de los países miembros) un proyecto acerca del papel de la energía nuclear y gas en el “catálogo” de la energía verde. Se conoce como «taxonomía verde» y que sirve para clasificar las fuentes de energía aceptables para el objetivo de la neutralidad climática en los próximos 30 años.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, es de la opinión que tanto el gas como la energía nuclear «tienen un papel en la transición energética» y de hecho lo que ha quedado claro de esta propuesta es la decisión de considerar un permiso de construcción de centrales nucleares y/o de gas siempre que utilicen una tecnología de bajas emisiones y que hayan recibido el permiso de construcción antes de 2045. Los motivos de la Comisión son “sencillamente”: que los países miembros tienen estructuras energéticas muy diversas, la taxonomía pretende permitirles «avanzar hacia la neutralidad climática desde posiciones muy diferentes.
Mientras tanto la administración globalista de Biden, y su brazo armado la OTAN, por todos los medios intentan frenar que el Nord Stream 2 (entre en operaciones,) ya que sería el camino a una mayor integración económica de la UE, no solo con Rusia, sino con el proyecto Multipolar. Una Unión Europea que podría estar cada vez más articulada al proyecto multipolar de la Ruta de la Seda comercial y energética, lo cual implica que los intereses transnacionales globales financieros de EEUU en el mundo han quedado debilitados estructuralmente y la condena a “muerte” del proyecto globalista de Economic Reset.
El Parlamento Europeo y el Consejo (los países) tendrán cuatro meses para decidir si se oponen, pero no podrán cambiar el contenido de la decisión. En este contexto es que hemos de situar para entender la prolongación de la crisis en Ucrania en los próximos meses. Ya que la propia “crisis de Ucrania”, que la OTAN mantiene con vida, podría servir para que el Nord-Stream-2 pueda ser bloqueado y entre en funcionamiento.
El 20 de enero de 2022 ya quedo claro que no habrá una respuesta militar de Rusia a Ucrania. El secretario de Estado de EEUU, Blinken, advirtió el 19 de enero a Ucrania sobre los días difíciles que se avecinan, pero que “está con ellos”, aunque a la distancia. Tampoco habrá sanciones globalistas a través del SWIFT a Rusia si invadiera a Ucrania.
La UE no está de acuerdo con la medida, aunque Rusia bien podría cambiar a Europa y su comercio por el incremento del mismo entre China y Rusia directamente en Yuanes (CNY). El peso de Europa en la economía y las finanzas rusas desciende y el de China aumenta. Este trasvase afecta directamente a la economía y la seguridad de Europa. Hasta el gas ruso, que tanto necesitan las industrias y los hogares europeos, depende cada vez más de lo que diga Pekín. En resumen, EEUU dejó de ser la potencia hegemónica y, tampoco ya es dominante, solo tiene muchos “frentes” con los cuales lidiar , incluyendo uno en su territorio.
El 20 de enero Biden autorizó la «entrega urgente» de armas fabricadas en EEUU, a través de terceros países, a Kiev. El 21 de enero se hizo evidente que Alemania no exportará armas directamente, ni enviará tropas a Ucrania. Además, bloquea a Estonia, aliado de la OTAN, para que éste no brinde apoyo militar a Ucrania. Se niega a emitir los permisos para exportar armas de origen alemán a Kiev. Biden invitó al canciller alemán a reunirse con él en Washington lo que fue rechazado, alegando sutilmente que era una invitación sin suficiente tiempo previo de aviso. Es claro que para Alemania la decisión es que el Nord Stream-2 tiene que avanzar y la cuestión es la paciencia.
El realismo energético en EEUU: Crisis en el Partido Demócrata
El proyecto globalista de Cambio Climático, presentado en diciembre de 2021 en el Senado para financiar el desarrollo de nuevas fuentes de energía ´limpia´ a costa de la energía fósil, no fue aprobado en el Senado del Congreso de EEUU, y Biden se fue con las manos vacías al Foro del Cambio Climático en Escocia como hemos ya señalado en diciembre de 2021. Los defensores de la legislación demócrata Build Back Better, que era la pieza central de la agenda legislativa del presidente Biden, han quedado apopléjicos -con parálisis cerebral y muscular- por la negativa del senador demócrata, Joe Manchin, por el estado minero de Virginia Occidental, a apoyar su aprobación. Que sumado al voto en bloque de los republicanos “permitió” que el proyecto fuera vetado.
Fue el mismo senador Manchin, el que tampoco dio su apoyo al proyecto multimillonario de diciembre 2021 sobre Cambio Climático. Las nuevas disposiciones sobre el cambio climático, en este nuevo proyecto de ley BBB, por sí solas justificaron su desaprobación. El senador Manchin representó a sus electores de Virginia Occidental y sus convicciones. Los residentes de su estado no apoyaron este proyecto de ley, según las encuestas, y el senador Manchin sabía que de aprobarlo dañaría a las empresas de energía, particularmente del carbón y del gas natural. Las disposiciones climáticas de este proyecto de ley contenían $ 500 mil millones en «inversiones en energía», que es un eufemismo para el ´bienestar empresarial´. La posición del senador, por Virginia Occidental, se ha vuelto imposible al interior de su partido.
El intento de los demócratas de utilizar la «opción nuclear» para eludir el obstruccionismo y aprobar dos proyectos de ley destinados a nacionalizar las elecciones estadounidenses fracasó cuando dos miembros de su propio partido se negaron a respaldar los proyectos de ley. El impulso de un año de los demócratas para promulgar la legislación de «derecho al voto» terminó el miércoles por la noche con los dos votos perdidos. Horas antes, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, votó él mismo en contra de seguir adelante con la Ley John R Lewis. Esa moción fracasó en el Senado por 51-49. Schumer se unió a los republicanos «para presentar una moción para reconsiderar la votación», según la Galera de Prensa del Senado.
Davos, Globalismo y los últimos días del culto COVID
El 13 de enero la Corte Suprema anuló el autoritario mandato de vacunación obligatoria de OSHA con 6 de 9 votos, lo que anula las reglas establecidas para las grandes empresas privadas, de vacunar bajo amenaza de despido a sus empleados y multas para aquellos empresarios que no cumplan las reglas. Biden perdió puntos hasta en el ejército. Un juez federal (Reed O’Connor de Texas) dictaminó que la pandemia no otorga al gobierno ninguna licencia para derogar las libertades individuales de cualquier estadounidense y tampoco de las tropas de la Marina. A partir de ello integrantes de la Marina demandaron a la administración Biden, al Pentágono, al Secretario de Defensa y a la Marina de EEUU, informa The Washington Post del 4 de enero.
En la sociedad actual, y en tiempos de Covid-19 en particular, los hechos objetivos y reales tienen menos credibilidad (tildados de fake news) o influencia que los sentimientos y creencias de los individuos en puestos de poder. La posverdad podría entenderse como una distorsión deliberada de la realidad, lo cual ha sido dramáticamente el caso durante la llamada pandemia. El cambio de la racionalidad al sentimiento en el lenguaje se aceleró alrededor de 2007, coincidiendo con el auge de las redes sociales de las TICs o IA compuestas por las GAFAM.
La creciente irrelevancia de la verdad fáctica compartida colectivamente en el discurso público sobre Covid-19 ha alcanzado su clímax. Con Omicron, la «pandemia apocalíptica» ha llegado a su fecha de vencimiento. Después de casi dos años de histeria colectiva, la narrativa oficial de Covid-19 (ejemplo digno de la posverdad) se está desmoronando ante nuestros ojos. Las «autoridades» finalmente reconocen que las estadísticas de «muertes por Covid» y «hospitalizaciones” están infladas artificialmente y no son confiables; sus «vacunas» milagrosas no protegen como decían y los confinamientos probablemente fueron «un grave error». En otras palabras, como dijo el ideólogo de la posverdad en torno al ´Economic Reset´, Klaus Schwab, “la pandemia representó una oportunidad para reflexionar, re-imaginar y restablecer nuestro mundo”.
Hoy observamos que nuestro mundo no ha sido ni «re-imaginado» ni «restablecido» –reseteado-. El tiempo se agota y la “resistencia”, tal vez la crisis estructural que expresa la situación de pre-guerra civil ha crecido sin cesar en EEUU. Ya no hay nada que los globalistas puedan hacer para detenerlo, aparte de volverse abiertamente totalitarios, lo cual a su vez sería suicida: “El totalitarismo de la Nueva Normalidad”, y cualquier forma de totalitarismo global, no puede mostrarse como totalitarismo, ni siquiera como autoritarismo. Los globalistas tenían claro que, para que éste se imponga, no debería ser percibido como tal.
Los globalistas debían de aparecer ante nosotros como los salvadores, dando la respuesta legítima y esencialmente benéfica a la ‘crisis de salud global. La narrativa globalista oficial del Foro Globalista de Davos finalmente se está desmoronando. La “crisis de salud global” simulada, para todos los efectos, ha terminado y los globalistas no han logrado poder imponer aún su programa de Economic Reset.
Nos estamos acercando peligrosamente al punto en el que el Globalismo Unipolar Financiero como actor estratégico podría volverse abiertamente fascista, si aún tiene la voluntad y decisión de imponerse al mundo. Lo que sucede con los movimientos totalitarios y los cultos a la muerte, una vez que se rompe el hechizo, se desmoronan y cuando caen, es cuando intentan arrastrar y llevarse el mundo entero con ellos al abismo.
Sin embargo, el ascenso estratégico del Multipolarismo como proyecto-mundo emerge y se constituye, por lo mismo, en una oportunidad histórica concreta para la Humanidad y la Naturaleza. Especialmente para evitar el mismísimo infierno financiero unipolar del anunciado Global Economic Reset, la imposición del Orden Globalista de la Oligarquía Financiera Fascista.
En toda su “aventura” en torno al “Covid” le ha ido muy mal a la administración Biden, particularmente en la primera quincena de enero de 2022. NewsNation/DecisionDesk HQ realizo un sondeo, preguntando a los encuestados: “Cuando se trata de información sobre COVID-19, ¿En cuál de las siguientes fuentes diría que confía? Seleccione todas las que correspondan.
Los resultados son negativos para los globalistas. Solo el 10,2% de los encuestados confía en los medios (globalistas) informativos, los transmisores por excelencia de la posverdad. Solo un 15,5% confía en el Presidente Biden y no más de 30,8% en el ´especialista´ Anthony Fauci, ´vaca sagrada´ de la posverdad. Las últimas siete encuestas de Quinnipiac muestran un descenso fatal en el apoyo general para el presidente Biden: 49 %, 46 %, 42 %, 38 %, 37 %, 36 %, 33 %. En las elecciones de medio término de noviembre 2022, ya se puede percibir que el Congreso será dominado por los republicanos con seguridad.
Desde ENERO de 2022, Biden y los demócratas hablan que las elecciones de noviembre serán fraudulentas, creando ambiente para un grado de confrontación aun mayor, que crea condiciones para un debilitamiento en los lazos de unidad entre los estados federales de Unión y fortalecimiento de la confrontación de visiones culturales, posiciones políticas y situación económica. Todo lo cual conlleva a impulsar una desintegración de EEUU.
Este proceso de debilitamiento de los lazos de unidad y fortalecimiento de los de tensión y desunión ya está lanzado, asume formas diferentes de guerra civil larvada ya observada por nosotros como Perestroika Norteamericana que, si no tiene desenlace y “confrontación” aguda antes de noviembre de 2022, ésta será con casi seguridad entre 2023-2024. Pero esta confrontación ya está en curso, con sus formas larvadas, discontinuas, etc. Esta es una confrontación en EEUU entre los Continentalistas Unipolares comandados por Texas-Florida-Oklahoma y los Globalistas Unipolares encabezados por Nueva York-San Francisco-Boston.
El realismo económico de China: profundización del socialismo
La difícil situación financiera de Evergrande Group, que ha afectado a las empresas chinas desarrolladoras de construcción y de los mercados financieros mundiales desde el año pasado, obtuvo un indulto en enero después de que los inversores extranjeros acordaron extender la fecha de pago de un bono en yuanes. Los desarrolladores chinos se enfrentan a una restricción de liquidez sin precedentes debido a las normas regulatorias del Estado a los préstamos, lo que llevaba a una serie de impagos de deuda en el extranjero, rebajas en las calificaciones crediticias y ventas masivas de acciones y bonos de los mismos.
Ante la crisis, los reguladores del gobierno favorecen las reinversiones de la deuda e intentan apuntalar la confianza de los inversores y compradores de viviendas, y suavizar el impacto económico con el enfoque en la estabilidad interna. Para ello, el enfoque está concentrado principalmente en los compradores de viviendas y, en segundo lugar, en los trabajadores y las contrapartes contratistas, es decir en la economía real. Para luego frenar la economía especulativa de los inversores extranjeros y nacionales. La disciplina del mercado es prioridad y esto no solo se aplica para el sector mobiliario. En síntesis, se procura la estabilidad de la economía real y que todos los costos sean para el capital especulativo e improductivo. En China no hay empresas demasiado grandes como para no dejarles caer –ToBigToFail-, lo que ha sido la causa de las burbujas especulativas en Occidente.
Los analistas de JPMorgan, defensores de los inversores extranjeros, consideran la desaceleración del mercado inmobiliario como la mayor amenaza para la estabilidad económica de China, señalando que una desaceleración de 5 puntos porcentuales en la inversión podría reducir directa e indirectamente el crecimiento del PIB hasta en 0,7 puntos porcentuales. La tendencia histórica indicaba que el crecimiento económico de China ya estaba a la baja pasando de 14.2% en 2007, 7.8% en 2013, 5.9% en 2019 y 5.15 % como promedio de 2020 y 2021 y con una expectativa de otra leve baja para 2022 (5.1%), una cifra envidiable en un entorno económico mundial enfrentando una crisis profunda, pero con un PBI-PPParidad en aumento ya desde el 2020, reemplazando mercado externo por consumo interno de masas en desarrollo.
La cadena de suministro global podrá estar afectada por los cierres en la economía durante la pandemia Covid-19, conllevando a la inflación. Para la economía china la planificación siempre ha sido el eje central a pesar de la convivencia con el capitalismo en el propio país y el mundo.
Ante el creciente riesgo de un colapso económico, que se refleja a través de una irrupción en las cadenas de productos y servicios, China acumula en los últimos años preventivamente la mitad del suministro mundial de cereales. China ya ha observado sequías, inundaciones y plagas, y lo único que Pekín no puede permitirse es el descontento de su Pueblo, provocado por la escasez de alimentos o una fuerte alza de sus precios, por las razones que fueran. A lo largo de la historia de China, la escasez de alimentos ha provocado disturbios populares.
Fueron un factor que contribuyó a los levantamientos que derrocaron a las dinastías chinas. El Estado chino como comunidad superior o meritocracia/Partido ha creado modernas ´pirámides´ de granos para alimentar a sus comunidades de Base/Pueblo en tiempos de escasez. Ante los ojos occidentales el país puede considerarse que no respeta los derechos humanos como el derecho individual a la vida. Pero Occidente no sabe lo que es el Bien Común y el derecho al alimento y la vida para todos.
Las importaciones chinas de soja, maíz y trigo se multiplicaron en los últimos años con crecientes compras a Argentina, Brasil, EEUU y otras naciones. Las importaciones de carne de res, cerdo, lácteos y frutas se multiplicaron por 4 o 5. Los planificadores centrales gastaron $ 98.1 mil millones en la importación de alimentos en 2020, 4.6 veces más que una década antes, según la Administración General de Aduanas de China. El hecho es que hoy China mantiene niveles históricamente altos de frijoles y granos almacenados en las 310 instalaciones (¨pirámides modernas¨) de COFCO Group (un importante procesador de alimentos de propiedad estatal china) en la parte noreste del país, según Nikkei Asia.
Los datos del Departamento de Agricultura de EEUU muestran que China tendría el 69% de las reservas de maíz del mundo en la primera mitad del año de 2022, el 60% de su arroz y el 51% de su trigo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación estimó que hay escasez de alimentos y el índice de precios de los alimentos se encuentra actualmente en su máximo los últimos diez años, con el consecuente peligro concreto de hambrunas. Ningún país en Occidente piensa en la seguridad alimentaria de su pueblo-comunidad y la capacidad de poder alimentarse lo deja “librado” al mecanismo de un “dios mercado” excluyente, con el ´derecho individual a la vida´ sin medios a su alcance.
Hemos señalado en trabajos anteriores que China está en camino de regular la economía hacia el socialismo en el estilo del Modo de Producción Tributario histórico. La forma que el Partido (meritocracia) crea su ´pirámide´ de reservas alimentarias para su Comunidad de Base/Pueblo es fiel reflejo de que estar yendo por el Bien Común del pueblo. Ahora, el Partido va un paso adelante al pretender que las necesidades y la voluntad del Pueblo deben estar mejor dirigidas hacia la comunidad superior y que la voluntad del pueblo se vea reflejada en los trabajos.
En otras palabras, buscando e impulsando una democracia económica y política, un modo de democracia que en Occidente aun no pueden ni soñar. Li Zhanshu presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional y miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) tiene como mandato “enfatizar la conversión de fortalezas del sistema de asambleas populares en eficacia de gobernanza”.
Li pidió a la asamblea crear-producir propuestas para legislar los mecanismos y plataformas necesarias para desarrollar la democracia popular, atravesando lo más integralmente posible los niveles del proceso de China para asegurar que todo el trabajo sea un creciente reflejo de la voluntad y necesidades del pueblo. La oferta económica (con Inteligencia Artificial en 5G / 6G) tiene que “ser orientada” cada vez más por las necesidades concretas del pueblo y no por una oferta según los intereses de empresas, tanto privadas como gubernamentales. Esta es, en otras palabras, una lucha contra el consumismo, la obsolescencia programada, etc. También pidió Li mejorar el trabajo de las asambleas populares para brindar fuertes salvaguardias legales para impulsar el proceso y camino de modernización del sistema (5G) y la capacidad de China para la gobernanza y la construcción integral de un país socialista moderno.
La Integración Latinoamericana con China: Hacia el Multipolarismo
Con el cambio general de gobiernos realizado en América Latina y el Caribe desde 2019 y las recientes relaciones diplomáticas de Centroamérica y el Caribe con la República Popular de China, no solo permitió fortalecer el Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en un proceso institucionalizado hacia el Multipolarismo, sino que los países de Centro América y el Caribe también podrán sacar provecho de sus recientes relaciones diplomáticas con China y ya no más con Taiwán. China no podía avanzar en una agenda de cooperación con Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) en su conjunto, hecho que puede cambiar a partir de febrero/marzo de 2022. Sus financiamientos a las naciones podrían darse en el marco del BCIE, aunque los recursos con los que cuenta China pueden ser mucho mayores y siempre podrían ser asignados directamente.
Es preciso saber que durante la administración Nixon, en 1971 Taiwán fue expulsada de la ONU en favor de la República Popular de China. Se formalizó en 1972 con el restablecimiento oficial de relaciones en Shanghái. En 1978, durante el gobierno de Deng Xiaoping, China inició un programa de reformas basado en la adopción de principios socialistas de mercado, que se componía básicamente de dos aspectos: el ajuste interno y la apertura externa. China necesitaba entonces integrarse a la economía mundial y, por esa razón, intento estrechar relaciones no solo con los países desarrollados, como EEUU y Japón, sino también con el Tercer Mundo, incluida Suramérica y Centroamérica.
En enero de 1979, EEUU reconoce al Gobierno comunista de Pekín como el único representante legal de China, pero se reserva el derecho a mantener relaciones no oficiales con «la gente de Taiwán». En la década de 1960, China y algunos países latinoamericanos mostraron interés en normalizar sus relaciones. Sin embargo, debido a la presión de Estados Unidos no fue posible avanzar en este camino. Ecuador fue un ejemplo típico: tuvo la intención de reconocer a China, pero se vio obligado a retroceder debido a la influencia de Washington. En diciembre de 1970 se dio un gran paso en este camino. Chile, bajo el liderazgo de Salvador Allende, se transformó en el primer país sudamericano en establecer relaciones con China y todos sabemos lo que pasó.
Entre 1971 y 1980, 12 países de la región establecieron relaciones diplomáticas con Beijing. Ya desde 2006, China mantiene relaciones diplomáticas con 21 países latinoamericanos, doce países de la región aún mantenían relaciones diplomáticas con Taiwán, entre ellos los 7 países de América Central, 4 del Caribe: República Dominicana, Haití, Saint Kitts y Nevis, San-Vicente-y-Las-Granadinas, de Sudamérica solo Paraguay, tal vez son los márgenes que el Comando Sur y sus bases militares en Paraguay dejan.
Es a partir de Julio-2014 en la reunión de los BRICS en Fortaleza-Brasil, con el Multipolarismo y la Nueva Ruta de la Seda dando su salto cualitativo poniendo en marcha la Nueva Estructura Financiera Multipolar-Multilateral. El sistema financiero internacional se ha regido tradicionalmente por un grupo reducido de países desarrollados, quienes ostentan el mayor poder de participación, voto y decisión en los organismos internacionales.
El reciente consenso de los BRICS es el acuerdo financiero multilateral más importante desde la creación de las instituciones de Bretton Woods. Será un importante incentivo para completar la arquitectura financiera global. Entre 2000 y 2013 los países emergentes pasaron de representar menos de 40% del PIB mundial a la mitad del mismo y esta tendencia también se refleja en el peso de este grupo de economías en la inversión, el consumo y las exportaciones mundiales. Como lo señaló la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, la creación de estas instituciones no se hace en contra del Banco Mundial o del FMI, sino que «se hace a favor de nosotros mismos».
Los obstáculos y dificultades de los países latinoamericanos para promover una integración regional sin sumisión a EEUU, son los golpes de estado financieros y/o militares promovidos por la OEA, el SouthComand y/o las grandes bancas financieras (HSBC-Blackrock, Citigroup, JPMorgan, Godman Sachs y los llamados Buitres Financieros, etc.) y el Departamento de Estado, ahora los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe tienen las condiciones internacionales (ascenso de los actores multipolares y perestroika norteamericana) para avanzar.
La correlación de fuerzas entre los países latinoamericanos ha cambiado. De los 13 presidentes electos desde 2019 en América Latina, no solo resultó en un cambio de partido en el gobierno sino en su mayoría un cambio hacia gobiernos populares como resultado. Solo en dos países (Nicaragua y Venezuela) las elecciones no implicaron un cambio de orientación. El cambio se completará en 2022 con tres elecciones previstas en la región: Costa Rica donde el partido del actual gobierno prácticamente no tiene chance alguna de ganar las elecciones y dos países de Suramérica donde sí habrá cambios políticos en la dirección de los nuevos vientos populares y multipolares: Brasil y Colombia.
En este nuevo contexto, el 7 de enero de 2022 Argentina asumió la Presidencia Pro-Tempore 2022 de la CELAC, con lo que le tocará a la representación de este país la ejecución del Plan de Acción Conjunto de Cooperación en Áreas Claves China-CELAC (2022-2024), firmado en los últimos días de la presidencia mexicana y que aborda la realización de “consultas amistosas en igualdad de condiciones” en áreas clave como seguridad, desarrollo sostenible, acción social e infraestructura, incluida el despliegue de redes 5G.
La firma del acuerdo llega en un momento de alta complejidad diplomática y geopolítica, en la que Estados Unidos y China se encuentran en una disputa por el liderazgo económico con claras ventajas de China Multipolar, perdida de iniciativa de los actores globales financieros y contexto de guerra civil promovida por fracciones financieras del estado profundo enfrentadas “profundamente”, que dan sustrato a lo que conceptualizamos como Perestroika Norteamericana.
El Plan firmado entre China y la CELAC se compone de siete grandes áreas: 1. Cooperación Política y de Seguridad; 2. Cooperación Económica y Pragmática, 3. Cooperación en Infraestructura de Alta Calidad; 4. Cooperación en Materia Social, Cultural y de Pueblo a Pueblo; 5 Desarrollo Sostenible; 6. Asuntos Internacionales y Cooperación Subregional e Interregional; 7. Implementación. Bajo el punto dos, Cooperación Económica, se aborda el tema sobre la industria y tecnología de la información, bajo el cual se establece la cooperación entre los Estados miembros de CELAC y China para fortalecer los cambios industriales, la cooperación en áreas como cadenas de suministro, digital e industrias verdes.
El acuerdo firmado buscará “fortalecer la cooperación mutuamente beneficiosa entre gobiernos, empresas e instituciones de investigación en infraestructura digital, equipos de telecomunicaciones, 5G, Big Data, computación en la Nube, Inteligencia Artificial, Internet de las cosas, ciudades inteligentes, Internet+, servicios de telecomunicaciones universales, gestión del espectro de radio y otras áreas de interés común, y explorar la construcción de laboratorios conjuntos”, señala uno de los puntos. Los firmantes también acordaron explorar el establecimiento del Foro de Cooperación en Tecnología Digital China-CELAC.
La Nueva Ruta de la Seda, emblema del gobierno de Xi Jinping, tiene en realidad otro nombre oficial: Una franja, Una Ruta (Belt and Road Initiative o BRI), y consiste en una ola de fondos chinos para grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo. Panamá fue el primer país latinoamericano que se incorporó, por la posición estratégica del canal, y después se han ido sumando Ecuador, Venezuela, Chile, Uruguay, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Perú y Nicaragua y en febrero de 2022 se suma Argentina.
En 2018, China ya se convirtió en el mayor socio comercial de Perú, y el comercio entre ambos alcanzó la cifra récord de US$23.000 millones en ese año, según cifras oficiales. En Panamá hay un proyecto en el marco de la Ruta de la Seda: una línea de tren que conecte a la capital del país con la ciudad occidental de David cerca de la frontera con Costa Rica, a un costo inicial estimado de US$5.500 millones. En Nicaragua China está involucrada en un proyecto más grande de la Ruta en América Latina: la construcción- por valor de 40 mil millones de dólares, de un canal navegable entre el Mar Caribe y el Océano Pacífico, una alternativa al Canal de Panamá. El proyecto es parte de la política de Xi Jinping: «Un cinturón, una ruta». En el hemisferio occidental, Nicaragua quizás pueda describirse como el punto medular de la Nueva Ruta de la Seda de China.
China ya tiene una presencia oficial y permanente en los espacios de integración regional latinoamericana, no solo en la CELAC sino también en el Banco Interamericano de Desarrollo.
Con la nueva correlación de fuerzas entre los países latinoamericanos y la creciente presencia de China en la región, el futuro de la OEA estará cada vez más en “debate”. El unipolarismo globalista, desde que ha quedado debilitado por su pérdida de la City de Hong Kong, y el Continentalismo unipolar de EEUU, por su aguda confrontación con el Globalismo Unipolar dentro de EEUU que asume formas y modos de pre-guerra civil, tienen cada vez menos “recursos” y oportunidades de promover y fortalecer procesos de ´desarrollo´ que ofrecer a toda Latinoamérica y el Caribe.
El presidente estadounidense Joe Biden evadió “responder”, el 30 de diciembre de 2021, a la proposición rusa de firmar para garantizar La Paz, con un tratado bilateral, mediante el estricto respeto de la Carta de la ONU y el igualmente estricto respeto de la palabra dada durante una conversación telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin.
Biden evadió responder sobre la esencia de la proposición y se limitó a hablar sobre la posibilidad de poner fin a las operaciones de Estados Unidos en Ucrania. Lo que sucedió en Kazajistán (territorio geográfico extenso situado entre Rusia-China) se parece cada vez más a un intento de “golpe de estado” bajo el formato de Revolución de Colores liderado por Estados Unidos, que venía siendo construido desde hace largo tiempo. Contó con los apoyos de Gran Bretaña e Israel, pero fue derrotado o “frustrado” dramáticamente por sus adversarios euroasiáticos, es decir las naciones y las fuerzas componentes del Proyecto Multipolar.
Pero aquí está el factor decisivo: los países de la OTSC (Organización del Tratado euroasiático multipolar de Asistencia Recíproca) con la decisiva y rápida respuesta militar a la OTAN, han demostrado que tienen las “capacidades” para poder bloquear y no permitir que ésta pueda ya implementar las ya conocidas ‘revoluciones de color’, planificadas, guiadas e inducidas por la OTAN-Globalista y sus fuerzas mercenarias dentro de sus fronteras.
En diciembre de 2021, otro golpe fue discretamente frustrado en la capital de Kirguistán (estado que se encuentra situado geográficamente entre China y Kazakstán). Esta revolución de colores representó una especie de contra-ultimátum, desesperado, por parte del establishment de la OTAN. Eso introduce una faceta absolutamente clave del panorama general: la inteligencia vinculada a la OTAN, y sus activos, parecen haber estado preparando una ofensiva de revoluciones de colores, múltiples y simultáneas en Asia Central.
Ya en mayo de 2019, la RAND-Corporation, el think tank (Unidad de Procesamiento) del Pentágono “globalista”, en tanto que componente central la OTAN, enumeró los 6 pasos para enfrentar a Rusia: Armar a Ucrania; aumentar el apoyo a los yihadistas en Siria; promover un “cambio de régimen”, golpe de estado en Bielorrusia que fracasó; explotar las tensiones en el sur del Cáucaso que fracasó; reducir la influencia de Rusia en Asia central con un cambio de régimen en Kazajistán y Kirguistán entre otros; rivalizar con la presencia rusa en Transnistria, aun no iniciado. En este contexto no es extraño que a principios de enero observáramos una revolución de colores/golpe de estado en Kazajistán, justo antes de las conversaciones entre Rusia y Estados Unidos + OTAN en Ginebra y Bruselas. En realidad, trataron de debilitar la posición de Rusia y para ello evitar cualquier tipo de acuerdo, como se pudo observar tanto en Ginebra como en Bruselas.
El aparato de inteligencia británica globalista de la OTAN, el MI6, está profundamente arraigado en todos los ‘stans’ desde el momento inmediato posterior a la Perestroika Soviética de 1989-1991. Excepto en el Turkmenistán autárquico, manejando inteligentemente la ofensiva pan-turca de Erdogan, el vehículo ideal para contrarrestar a Rusia y China. El ‘mundo turco’ entra en un choque frontal con el concepto integrador ruso de la Asociación de la Gran Eurasia (UEEA), e incluso con la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) que, crucialmente, no cuenta con Turquía como miembro. Tanto Rusia como China son muy conscientes de que Turquía representa, la posibilidad no lineal, de la entrada de la OTAN en Asia Central.
El ‘mundo turco’ entra en un choque frontal con el concepto integrador ruso de la Asociación de la Gran Eurasia (UEEA) y, también, con la Organización de Cooperación de Shanghái (SCO) aunque, con el agregado de SCO, la situación de correlación de poder a favor del Multipolarismo (Rusia-China) hace que Turquía deba “oscilar” de modo más profundo y con menos márgenes de error.
En este contexto no es extraño que a principios de enero observáramos una “movida” de revolución de colores o golpe de estado en Kazajistán, justo antes de las conversaciones entre Rusia, Estados Unidos y la OTAN en Ginebra y Bruselas. Por ello, podría considerarse que uno de sus objetivos era tratar de debilitar la posición rusa y, en todo caso, evitar cualquier tipo de acuerdo, como se pudo observar tanto en Ginebra como en Bruselas.
Desde un centro de operaciones de inteligencia militar estadounidense-turco-israelí, hasta ahora ‘secreta’ con sede en el centro comercial del sur de Almaty, había 22 estadounidenses, 16 turcos y 6 israelíes coordinando “bandas” o equipos de sabotaje, entrenadas en Asia occidental por Turquía, y luego enviadas a Almaty. Había hasta 8.000 activos salafistas y yihadistas de la OTAN, enviados desde Siria e Irak donde habían sido derrotados, junto con colaboradores afganos de la CIA. La operación se desmoronó en pocos días cuando las fuerzas kazajas, con la ayuda de inteligencia rusa/OTSC, retomaron el control del aeropuerto de Almaty, que se suponía que se convertiría en un centro para recibir suministros militares extranjeros. El Consejo de Seguridad Nacional kazajo había solicitado la ayuda de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) para luchar contra los yihadistas. Esta respondió de inmediato con el despliegue de 2 500 soldados de Armenia, Bielorrusia, Rusia y Tayikistán bajo las órdenes del general Andrei Seryukov, comandante en jefe de las fuerzas paracaidistas de la Federación Rusa.
Al tocar a Kazajistán, la OTAN-Globalista estaba “apuntando” a poner en juego el corazón del proyecto Multipolar. Con fronteras tanto con Rusia como con China, las Nuevas Rutas de la Seda impulsadas por China (o BRI) en septiembre de 2013, Kazajistán es el corazón del nuevo orden de integración euroasiático, como principal territorio de interacción de China y Rusia, uniendo al BRI y la Unión Económica de Eurasia (UEEA). Incluso, para Rusia, Kazajistán es todavía más estratégico que para China. El país es parte del tratado de Seguridad Recíproca (OTSC) desde 2003 y es un miembro clave de la UEEA. Ambas naciones tienen lazos técnico-militares y llevan a cabo una cooperación espacial estratégica en Baikonur.
El presidente Kasim-Jomart Tokayev, reconoció la legitimidad de las manifestaciones, ordenó reprimir severamente los ataques terroristas y proclamó el estado de sitio, pero ordenó el arresto del presidente del Consejo de Seguridad Naciorim Masimov, dos veces primer ministro acusado ahora de alta traición. Massimov y Samir Abish, sobrino del recientemente derrocado presidente del Consejo de Seguridad de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, estuvieron permanentemente supervisando unidades ‘secretas’ durante los disturbios. Los servicios de seguridad (KNB) estaban directamente subordinados a Nazarbayev, quien hasta la semana anterior era el presidente del Consejo de Seguridad, pero renunció ‘voluntariamente’ a su presidencia vitalicia. Esta fue otra revolución de color que “falló” de modo estrepitoso, lo cual abre nuevos interrogantes sobre las capacidades reales de la OTAN-MI6-CIA en este momento de la “puja” de poder.
Podríamos decir que el proyecto multipolar nuevamente derrotó en esta batalla al unipolarismo globalista, con la OTAN como su brazo armado. Ahora en pocos días, no como en la guerra en Siria, que ha llevado años hasta la derrota de la OTAN en la Batalla de Alepo. Esto, podría indicar, que el imperio muestra serias incapacidades para “sostener” su proyecto estratégico, con cada vez más derrotas y con menos perspectiva. Algo que se combina estructuralmente con la situación de pre-guerra civil en EEUU, que da marco a la Perestroika Norteamericana 2019-2022 y en desarrollo.
Pero no solo en el plano militar EEUU no está logrando imponer su voluntad más allá de sus fronteras, tampoco está logrando “definir” su política interior, en cada vez más campos, en primer lugar, en el económico. La tasa de inflación está subiendo y la emisión de dólares-dinero sin respaldo y sin límite estaría siendo frenada en el Senado. De no lograr aprobar proyectos billonarios en el Congreso para la Nueva Economía Ecológica (ECONOMIC RESET), la inflación subirá sin freno y las tasas de interés subirán también lo que equivaldría a la Gran Depresión del siglo XXI, una situación sin salida para los intereses y fuerzas globalistas.
Con la caída de Massinov y Nazarbayev en Kazajistán se reveló que el Pentágono había logrado montar una red de laboratorios para la guerra biológica en Kazajstán, es decir, ubicados exactamente entre China y Rusia. A diferencia de Afganistán, la CIA y la OTAN no están ahora en condiciones de ´evacuar´ a sus colaboradores, ya que las fronteras han sido selladas. Las fuerzas de Rusia se han llevado consigo un avanzado sistema de guerra electrónica Leer-3 que incluye drones Orlan-10, especialmente configurados con dispositivos de interferencia. El mandato de las fuerzas de Rusia es ´proteger los “activos estratégicos” que incluyen, con gran probabilidad, estos laboratorios de guerra bilógica, las armas estratégicas de hoy financiadas por el Pentágono.
Ante la arrogancia de la OTAN, el vicecanciller Sergei Ryabkov, quien encabezó la delegación rusa en las conversaciones en torno a Ucrania en Ginebra, dijo que no confirmaría ni descartaría la posibilidad de poner infraestructura militar en Cuba y Venezuela si EEUU y la OTAN se expanden hacia el este de Europa, con el fin de obligarles a retirar sus misiles nucleares, de los casi 2 mil km de frontera de Ucrania con Rusia y a sólo cinco minutos de Moscú. El canciller ruso, en entrevista con Sputnik advirtió que Rusia se verá obligada a adoptar todas las medidas necesarias para asegurar el equilibrio estratégico. Putin, en un escrito de julio 2021, señala que poco a poco, Ucrania es llevada a un juego geopolítico peligroso, cuyo objetivo es hacer de Ucrania una barrera entre Europa y Rusia, creando un ambiente anti-Rusia y, por ende, anti multipolarismo.
Parece que la política de la RAND Corporation, liderada por la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, con el plan para que Rusia se vea obligada a desplegar grandes cantidades de tropas en todas sus fronteras y provocar así su debilitamiento como potencia, en analogía a la Perestroika de principios de los noventa, se olvidó de mirarse en su propio espejo. Es preciso señalar que la misma Nuland fue la que lidero políticamente la revolución de colores en Ucrania. El gobierno ucraniano, instalado después del golpe, fue dejado en manos de los intereses pro-nazis, lo cual confirma que las bases pro-nazis de toda Europa que también fueron coordinadas y alimentadas por la OTAN desde 1950, y ahora siguen siendo pertrechadas de todos sus instrumentos y finanzas.
En cambio, nuevamente ha quedado muy claro el 16 de diciembre de 2021, cuando la Asamblea General de la ONU aprobó la propuesta rusa que condena toda glorificación del nazismo y de la ideología nazi. Esta propuesta fue respaldada por 130 países, 49 se abstuvieron (incluyendo la Unión Europea, defensora implícita del nazismo que la gobernó y masacró durante la II Guerra Mundial y los otros usuales gobiernos serviles o cómplices de la OTAN: Gran Bretaña, Canadá, Australia, Japón y los países bálticos), y sólo 2 votaron explícitamente en contra: U.S.A. y Ucrania, autoproclamándose neo nazis.
Hemos de precisar que EEUU con sus casi 800 bases militares en más de 70 países del mundo tiene un presupuesto militar 3 veces más grande que el de China y 11 veces más que el de Rusia (SIPRI 2021), y que solo ha podido transferir estos gastos a terceros países. Esto ha diferencia del pasado cuando podía imponer su voluntad al resto del mundo occidental, gracias sobre todo al monopolio sobre la impresión del dólar, el sistema SWIFT (para impedir transferencias bancarias como represalia) y su brazo armado, la OTAN. Con estos instrumentos financieros, monetarios y militares han podido definir las reglas de juego en el campo económico.
Esta situación está cambiando de modo acelerado con la pérdida de su hegemonía mundial (legitimidad político-cultural de sus ideas y actos) e incluso con la perdida de dominación (monopolio de la fuerza o poder técnico-militar) sobre los países. Además, el dólar está perdiendo peso como moneda internacional de cambio, y cada vez más, también, como moneda de reserva mostrando como las capacidades técnico económicas de EEUU están en declive. La impresión de dinero sin respaldo, que ha sido la política desde 1973, pero que fue central en la crisis financiera de 2001-2008 y desde ese momento en adelante, ha debilitado el poder adquisitivo o de compra del dólar. China y Rusia lideran hoy a los países de la Nueva Ruta de la Seda y tienen cada vez mayor “control” o “influencia” sobre la economía internacional.
Los elevados gastos de las bases militares de EEUU-OTAN, en “casi” todo el mundo, se tornan cada vez más en un gasto improductivo e insoportable. Por todo ello, se vislumbra cada vez más cercano no solo con el colapso económico interno sino incluso con el desarrollo de una suerte de ”guerra civil” que tuvo un momento central el 6 de enero de 2021, y con ello una evidente perdida en su capacidad de proyectar poder internacional y liderar la OTAN, esto podría incluso llegar a una posible desintegración de EEUU, o sea, su propia Perestroika Norteamericana. Que hoy aparece como una confrontación entre Texas-Florida-Oklahoma versus Nueva York-California-Boston y que ya ha atravesado a las fuerzas armadas.
El realismo energético en la Unión Europea: ¿Habrá Nord-Stream-2?
Los ¨defensores demócratas del clima¨ en EEUU perdieron la batalla en el Foro de la ONU sobre el Cambio Climático COP26 Escocia, por la sencilla razón de que China, India, Rusia y África lograron votar con amplia mayoría de las naciones para poder usar el carbón, petróleo y gas con el fin de sostener y desarrollar sus economías y el nivel de vida de sus poblaciones, tal como lo han hecho Estados Unidos y Europa en el pasado.
Ante la inminente crisis energética y el aumento de los precios de la energía, que repercute en la inflación general, la Comisión Europea (CE) el último día del año 2021 presentó (tras consultas con los expertos de los países miembros) un proyecto acerca del papel de la energía nuclear y gas en el “catálogo” de la energía verde. Se conoce como «taxonomía verde» y que sirve para clasificar las fuentes de energía aceptables para el objetivo de la neutralidad climática en los próximos 30 años.
La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, es de la opinión que tanto el gas como la energía nuclear «tienen un papel en la transición energética» y de hecho lo que ha quedado claro de esta propuesta es la decisión de considerar un permiso de construcción de centrales nucleares y/o de gas siempre que utilicen una tecnología de bajas emisiones y que hayan recibido el permiso de construcción antes de 2045. Los motivos de la Comisión son “sencillamente”: que los países miembros tienen estructuras energéticas muy diversas, la taxonomía pretende permitirles «avanzar hacia la neutralidad climática desde posiciones muy diferentes.
Mientras tanto la administración globalista de Biden, y su brazo armado la OTAN, por todos los medios intentan frenar que el Nord Stream 2 (entre en operaciones,) ya que sería el camino a una mayor integración económica de la UE, no solo con Rusia, sino con el proyecto Multipolar. Una Unión Europea que podría estar cada vez más articulada al proyecto multipolar de la Ruta de la Seda comercial y energética, lo cual implica que los intereses transnacionales globales financieros de EEUU en el mundo han quedado debilitados estructuralmente y la condena a “muerte” del proyecto globalista de Economic Reset.
El Parlamento Europeo y el Consejo (los países) tendrán cuatro meses para decidir si se oponen, pero no podrán cambiar el contenido de la decisión. En este contexto es que hemos de situar para entender la prolongación de la crisis en Ucrania en los próximos meses. Ya que la propia “crisis de Ucrania”, que la OTAN mantiene con vida, podría servir para que el Nord-Stream-2 pueda ser bloqueado y entre en funcionamiento.
El 20 de enero de 2022 ya quedo claro que no habrá una respuesta militar de Rusia a Ucrania. El secretario de Estado de EEUU, Blinken, advirtió el 19 de enero a Ucrania sobre los días difíciles que se avecinan, pero que “está con ellos”, aunque a la distancia. Tampoco habrá sanciones globalistas a través del SWIFT a Rusia si invadiera a Ucrania.
La UE no está de acuerdo con la medida, aunque Rusia bien podría cambiar a Europa y su comercio por el incremento del mismo entre China y Rusia directamente en Yuanes (CNY). El peso de Europa en la economía y las finanzas rusas desciende y el de China aumenta. Este trasvase afecta directamente a la economía y la seguridad de Europa. Hasta el gas ruso, que tanto necesitan las industrias y los hogares europeos, depende cada vez más de lo que diga Pekín. En resumen, EEUU dejó de ser la potencia hegemónica y, tampoco ya es dominante, solo tiene muchos “frentes” con los cuales lidiar , incluyendo uno en su territorio.
El 20 de enero Biden autorizó la «entrega urgente» de armas fabricadas en EEUU, a través de terceros países, a Kiev. El 21 de enero se hizo evidente que Alemania no exportará armas directamente, ni enviará tropas a Ucrania. Además, bloquea a Estonia, aliado de la OTAN, para que éste no brinde apoyo militar a Ucrania. Se niega a emitir los permisos para exportar armas de origen alemán a Kiev. Biden invitó al canciller alemán a reunirse con él en Washington lo que fue rechazado, alegando sutilmente que era una invitación sin suficiente tiempo previo de aviso. Es claro que para Alemania la decisión es que el Nord Stream-2 tiene que avanzar y la cuestión es la paciencia.
El realismo energético en EEUU: Crisis en el Partido Demócrata
El proyecto globalista de Cambio Climático, presentado en diciembre de 2021 en el Senado para financiar el desarrollo de nuevas fuentes de energía ´limpia´ a costa de la energía fósil, no fue aprobado en el Senado del Congreso de EEUU, y Biden se fue con las manos vacías al Foro del Cambio Climático en Escocia como hemos ya señalado en diciembre de 2021. Los defensores de la legislación demócrata Build Back Better, que era la pieza central de la agenda legislativa del presidente Biden, han quedado apopléjicos -con parálisis cerebral y muscular- por la negativa del senador demócrata, Joe Manchin, por el estado minero de Virginia Occidental, a apoyar su aprobación. Que sumado al voto en bloque de los republicanos “permitió” que el proyecto fuera vetado.
Fue el mismo senador Manchin, el que tampoco dio su apoyo al proyecto multimillonario de diciembre 2021 sobre Cambio Climático. Las nuevas disposiciones sobre el cambio climático, en este nuevo proyecto de ley BBB, por sí solas justificaron su desaprobación. El senador Manchin representó a sus electores de Virginia Occidental y sus convicciones. Los residentes de su estado no apoyaron este proyecto de ley, según las encuestas, y el senador Manchin sabía que de aprobarlo dañaría a las empresas de energía, particularmente del carbón y del gas natural. Las disposiciones climáticas de este proyecto de ley contenían $ 500 mil millones en «inversiones en energía», que es un eufemismo para el ´bienestar empresarial´. La posición del senador, por Virginia Occidental, se ha vuelto imposible al interior de su partido.
El intento de los demócratas de utilizar la «opción nuclear» para eludir el obstruccionismo y aprobar dos proyectos de ley destinados a nacionalizar las elecciones estadounidenses fracasó cuando dos miembros de su propio partido se negaron a respaldar los proyectos de ley. El impulso de un año de los demócratas para promulgar la legislación de «derecho al voto» terminó el miércoles por la noche con los dos votos perdidos. Horas antes, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, votó él mismo en contra de seguir adelante con la Ley John R Lewis. Esa moción fracasó en el Senado por 51-49. Schumer se unió a los republicanos «para presentar una moción para reconsiderar la votación», según la Galera de Prensa del Senado.
Davos, Globalismo y los últimos días del culto COVID
El 13 de enero la Corte Suprema anuló el autoritario mandato de vacunación obligatoria de OSHA con 6 de 9 votos, lo que anula las reglas establecidas para las grandes empresas privadas, de vacunar bajo amenaza de despido a sus empleados y multas para aquellos empresarios que no cumplan las reglas. Biden perdió puntos hasta en el ejército. Un juez federal (Reed O’Connor de Texas) dictaminó que la pandemia no otorga al gobierno ninguna licencia para derogar las libertades individuales de cualquier estadounidense y tampoco de las tropas de la Marina. A partir de ello integrantes de la Marina demandaron a la administración Biden, al Pentágono, al Secretario de Defensa y a la Marina de EEUU, informa The Washington Post del 4 de enero.
En la sociedad actual, y en tiempos de Covid-19 en particular, los hechos objetivos y reales tienen menos credibilidad (tildados de fake news) o influencia que los sentimientos y creencias de los individuos en puestos de poder. La posverdad podría entenderse como una distorsión deliberada de la realidad, lo cual ha sido dramáticamente el caso durante la llamada pandemia. El cambio de la racionalidad al sentimiento en el lenguaje se aceleró alrededor de 2007, coincidiendo con el auge de las redes sociales de las TICs o IA compuestas por las GAFAM.
La creciente irrelevancia de la verdad fáctica compartida colectivamente en el discurso público sobre Covid-19 ha alcanzado su clímax. Con Omicron, la «pandemia apocalíptica» ha llegado a su fecha de vencimiento. Después de casi dos años de histeria colectiva, la narrativa oficial de Covid-19 (ejemplo digno de la posverdad) se está desmoronando ante nuestros ojos. Las «autoridades» finalmente reconocen que las estadísticas de «muertes por Covid» y «hospitalizaciones” están infladas artificialmente y no son confiables; sus «vacunas» milagrosas no protegen como decían y los confinamientos probablemente fueron «un grave error». En otras palabras, como dijo el ideólogo de la posverdad en torno al ´Economic Reset´, Klaus Schwab, “la pandemia representó una oportunidad para reflexionar, re-imaginar y restablecer nuestro mundo”.
Hoy observamos que nuestro mundo no ha sido ni «re-imaginado» ni «restablecido» –reseteado-. El tiempo se agota y la “resistencia”, tal vez la crisis estructural que expresa la situación de pre-guerra civil ha crecido sin cesar en EEUU. Ya no hay nada que los globalistas puedan hacer para detenerlo, aparte de volverse abiertamente totalitarios, lo cual a su vez sería suicida: “El totalitarismo de la Nueva Normalidad”, y cualquier forma de totalitarismo global, no puede mostrarse como totalitarismo, ni siquiera como autoritarismo. Los globalistas tenían claro que, para que éste se imponga, no debería ser percibido como tal.
Los globalistas debían de aparecer ante nosotros como los salvadores, dando la respuesta legítima y esencialmente benéfica a la ‘crisis de salud global. La narrativa globalista oficial del Foro Globalista de Davos finalmente se está desmoronando. La “crisis de salud global” simulada, para todos los efectos, ha terminado y los globalistas no han logrado poder imponer aún su programa de Economic Reset.
Nos estamos acercando peligrosamente al punto en el que el Globalismo Unipolar Financiero como actor estratégico podría volverse abiertamente fascista, si aún tiene la voluntad y decisión de imponerse al mundo. Lo que sucede con los movimientos totalitarios y los cultos a la muerte, una vez que se rompe el hechizo, se desmoronan y cuando caen, es cuando intentan arrastrar y llevarse el mundo entero con ellos al abismo.
Sin embargo, el ascenso estratégico del Multipolarismo como proyecto-mundo emerge y se constituye, por lo mismo, en una oportunidad histórica concreta para la Humanidad y la Naturaleza. Especialmente para evitar el mismísimo infierno financiero unipolar del anunciado Global Economic Reset, la imposición del Orden Globalista de la Oligarquía Financiera Fascista.
En toda su “aventura” en torno al “Covid” le ha ido muy mal a la administración Biden, particularmente en la primera quincena de enero de 2022. NewsNation/DecisionDesk HQ realizo un sondeo, preguntando a los encuestados: “Cuando se trata de información sobre COVID-19, ¿En cuál de las siguientes fuentes diría que confía? Seleccione todas las que correspondan.
Los resultados son negativos para los globalistas. Solo el 10,2% de los encuestados confía en los medios (globalistas) informativos, los transmisores por excelencia de la posverdad. Solo un 15,5% confía en el Presidente Biden y no más de 30,8% en el ´especialista´ Anthony Fauci, ´vaca sagrada´ de la posverdad. Las últimas siete encuestas de Quinnipiac muestran un descenso fatal en el apoyo general para el presidente Biden: 49 %, 46 %, 42 %, 38 %, 37 %, 36 %, 33 %. En las elecciones de medio término de noviembre 2022, ya se puede percibir que el Congreso será dominado por los republicanos con seguridad.
Desde ENERO de 2022, Biden y los demócratas hablan que las elecciones de noviembre serán fraudulentas, creando ambiente para un grado de confrontación aun mayor, que crea condiciones para un debilitamiento en los lazos de unidad entre los estados federales de Unión y fortalecimiento de la confrontación de visiones culturales, posiciones políticas y situación económica. Todo lo cual conlleva a impulsar una desintegración de EEUU.
Este proceso de debilitamiento de los lazos de unidad y fortalecimiento de los de tensión y desunión ya está lanzado, asume formas diferentes de guerra civil larvada ya observada por nosotros como Perestroika Norteamericana que, si no tiene desenlace y “confrontación” aguda antes de noviembre de 2022, ésta será con casi seguridad entre 2023-2024. Pero esta confrontación ya está en curso, con sus formas larvadas, discontinuas, etc. Esta es una confrontación en EEUU entre los Continentalistas Unipolares comandados por Texas-Florida-Oklahoma y los Globalistas Unipolares encabezados por Nueva York-San Francisco-Boston.
El realismo económico de China: profundización del socialismo
La difícil situación financiera de Evergrande Group, que ha afectado a las empresas chinas desarrolladoras de construcción y de los mercados financieros mundiales desde el año pasado, obtuvo un indulto en enero después de que los inversores extranjeros acordaron extender la fecha de pago de un bono en yuanes. Los desarrolladores chinos se enfrentan a una restricción de liquidez sin precedentes debido a las normas regulatorias del Estado a los préstamos, lo que llevaba a una serie de impagos de deuda en el extranjero, rebajas en las calificaciones crediticias y ventas masivas de acciones y bonos de los mismos.
Ante la crisis, los reguladores del gobierno favorecen las reinversiones de la deuda e intentan apuntalar la confianza de los inversores y compradores de viviendas, y suavizar el impacto económico con el enfoque en la estabilidad interna. Para ello, el enfoque está concentrado principalmente en los compradores de viviendas y, en segundo lugar, en los trabajadores y las contrapartes contratistas, es decir en la economía real. Para luego frenar la economía especulativa de los inversores extranjeros y nacionales. La disciplina del mercado es prioridad y esto no solo se aplica para el sector mobiliario. En síntesis, se procura la estabilidad de la economía real y que todos los costos sean para el capital especulativo e improductivo. En China no hay empresas demasiado grandes como para no dejarles caer –ToBigToFail-, lo que ha sido la causa de las burbujas especulativas en Occidente.
Los analistas de JPMorgan, defensores de los inversores extranjeros, consideran la desaceleración del mercado inmobiliario como la mayor amenaza para la estabilidad económica de China, señalando que una desaceleración de 5 puntos porcentuales en la inversión podría reducir directa e indirectamente el crecimiento del PIB hasta en 0,7 puntos porcentuales. La tendencia histórica indicaba que el crecimiento económico de China ya estaba a la baja pasando de 14.2% en 2007, 7.8% en 2013, 5.9% en 2019 y 5.15 % como promedio de 2020 y 2021 y con una expectativa de otra leve baja para 2022 (5.1%), una cifra envidiable en un entorno económico mundial enfrentando una crisis profunda, pero con un PBI-PPParidad en aumento ya desde el 2020, reemplazando mercado externo por consumo interno de masas en desarrollo.
La cadena de suministro global podrá estar afectada por los cierres en la economía durante la pandemia Covid-19, conllevando a la inflación. Para la economía china la planificación siempre ha sido el eje central a pesar de la convivencia con el capitalismo en el propio país y el mundo.
Ante el creciente riesgo de un colapso económico, que se refleja a través de una irrupción en las cadenas de productos y servicios, China acumula en los últimos años preventivamente la mitad del suministro mundial de cereales. China ya ha observado sequías, inundaciones y plagas, y lo único que Pekín no puede permitirse es el descontento de su Pueblo, provocado por la escasez de alimentos o una fuerte alza de sus precios, por las razones que fueran. A lo largo de la historia de China, la escasez de alimentos ha provocado disturbios populares.
Fueron un factor que contribuyó a los levantamientos que derrocaron a las dinastías chinas. El Estado chino como comunidad superior o meritocracia/Partido ha creado modernas ´pirámides´ de granos para alimentar a sus comunidades de Base/Pueblo en tiempos de escasez. Ante los ojos occidentales el país puede considerarse que no respeta los derechos humanos como el derecho individual a la vida. Pero Occidente no sabe lo que es el Bien Común y el derecho al alimento y la vida para todos.
Las importaciones chinas de soja, maíz y trigo se multiplicaron en los últimos años con crecientes compras a Argentina, Brasil, EEUU y otras naciones. Las importaciones de carne de res, cerdo, lácteos y frutas se multiplicaron por 4 o 5. Los planificadores centrales gastaron $ 98.1 mil millones en la importación de alimentos en 2020, 4.6 veces más que una década antes, según la Administración General de Aduanas de China. El hecho es que hoy China mantiene niveles históricamente altos de frijoles y granos almacenados en las 310 instalaciones (¨pirámides modernas¨) de COFCO Group (un importante procesador de alimentos de propiedad estatal china) en la parte noreste del país, según Nikkei Asia.
Los datos del Departamento de Agricultura de EEUU muestran que China tendría el 69% de las reservas de maíz del mundo en la primera mitad del año de 2022, el 60% de su arroz y el 51% de su trigo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación estimó que hay escasez de alimentos y el índice de precios de los alimentos se encuentra actualmente en su máximo los últimos diez años, con el consecuente peligro concreto de hambrunas. Ningún país en Occidente piensa en la seguridad alimentaria de su pueblo-comunidad y la capacidad de poder alimentarse lo deja “librado” al mecanismo de un “dios mercado” excluyente, con el ´derecho individual a la vida´ sin medios a su alcance.
Hemos señalado en trabajos anteriores que China está en camino de regular la economía hacia el socialismo en el estilo del Modo de Producción Tributario histórico. La forma que el Partido (meritocracia) crea su ´pirámide´ de reservas alimentarias para su Comunidad de Base/Pueblo es fiel reflejo de que estar yendo por el Bien Común del pueblo. Ahora, el Partido va un paso adelante al pretender que las necesidades y la voluntad del Pueblo deben estar mejor dirigidas hacia la comunidad superior y que la voluntad del pueblo se vea reflejada en los trabajos.
En otras palabras, buscando e impulsando una democracia económica y política, un modo de democracia que en Occidente aun no pueden ni soñar. Li Zhanshu presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional y miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) tiene como mandato “enfatizar la conversión de fortalezas del sistema de asambleas populares en eficacia de gobernanza”.
Li pidió a la asamblea crear-producir propuestas para legislar los mecanismos y plataformas necesarias para desarrollar la democracia popular, atravesando lo más integralmente posible los niveles del proceso de China para asegurar que todo el trabajo sea un creciente reflejo de la voluntad y necesidades del pueblo. La oferta económica (con Inteligencia Artificial en 5G / 6G) tiene que “ser orientada” cada vez más por las necesidades concretas del pueblo y no por una oferta según los intereses de empresas, tanto privadas como gubernamentales. Esta es, en otras palabras, una lucha contra el consumismo, la obsolescencia programada, etc. También pidió Li mejorar el trabajo de las asambleas populares para brindar fuertes salvaguardias legales para impulsar el proceso y camino de modernización del sistema (5G) y la capacidad de China para la gobernanza y la construcción integral de un país socialista moderno.
La Integración Latinoamericana con China: Hacia el Multipolarismo
Con el cambio general de gobiernos realizado en América Latina y el Caribe desde 2019 y las recientes relaciones diplomáticas de Centroamérica y el Caribe con la República Popular de China, no solo permitió fortalecer el Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en un proceso institucionalizado hacia el Multipolarismo, sino que los países de Centro América y el Caribe también podrán sacar provecho de sus recientes relaciones diplomáticas con China y ya no más con Taiwán. China no podía avanzar en una agenda de cooperación con Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) en su conjunto, hecho que puede cambiar a partir de febrero/marzo de 2022. Sus financiamientos a las naciones podrían darse en el marco del BCIE, aunque los recursos con los que cuenta China pueden ser mucho mayores y siempre podrían ser asignados directamente.
Es preciso saber que durante la administración Nixon, en 1971 Taiwán fue expulsada de la ONU en favor de la República Popular de China. Se formalizó en 1972 con el restablecimiento oficial de relaciones en Shanghái. En 1978, durante el gobierno de Deng Xiaoping, China inició un programa de reformas basado en la adopción de principios socialistas de mercado, que se componía básicamente de dos aspectos: el ajuste interno y la apertura externa. China necesitaba entonces integrarse a la economía mundial y, por esa razón, intento estrechar relaciones no solo con los países desarrollados, como EEUU y Japón, sino también con el Tercer Mundo, incluida Suramérica y Centroamérica.
En enero de 1979, EEUU reconoce al Gobierno comunista de Pekín como el único representante legal de China, pero se reserva el derecho a mantener relaciones no oficiales con «la gente de Taiwán». En la década de 1960, China y algunos países latinoamericanos mostraron interés en normalizar sus relaciones. Sin embargo, debido a la presión de Estados Unidos no fue posible avanzar en este camino. Ecuador fue un ejemplo típico: tuvo la intención de reconocer a China, pero se vio obligado a retroceder debido a la influencia de Washington. En diciembre de 1970 se dio un gran paso en este camino. Chile, bajo el liderazgo de Salvador Allende, se transformó en el primer país sudamericano en establecer relaciones con China y todos sabemos lo que pasó.
Entre 1971 y 1980, 12 países de la región establecieron relaciones diplomáticas con Beijing. Ya desde 2006, China mantiene relaciones diplomáticas con 21 países latinoamericanos, doce países de la región aún mantenían relaciones diplomáticas con Taiwán, entre ellos los 7 países de América Central, 4 del Caribe: República Dominicana, Haití, Saint Kitts y Nevis, San-Vicente-y-Las-Granadinas, de Sudamérica solo Paraguay, tal vez son los márgenes que el Comando Sur y sus bases militares en Paraguay dejan.
Es a partir de Julio-2014 en la reunión de los BRICS en Fortaleza-Brasil, con el Multipolarismo y la Nueva Ruta de la Seda dando su salto cualitativo poniendo en marcha la Nueva Estructura Financiera Multipolar-Multilateral. El sistema financiero internacional se ha regido tradicionalmente por un grupo reducido de países desarrollados, quienes ostentan el mayor poder de participación, voto y decisión en los organismos internacionales.
El reciente consenso de los BRICS es el acuerdo financiero multilateral más importante desde la creación de las instituciones de Bretton Woods. Será un importante incentivo para completar la arquitectura financiera global. Entre 2000 y 2013 los países emergentes pasaron de representar menos de 40% del PIB mundial a la mitad del mismo y esta tendencia también se refleja en el peso de este grupo de economías en la inversión, el consumo y las exportaciones mundiales. Como lo señaló la Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, la creación de estas instituciones no se hace en contra del Banco Mundial o del FMI, sino que «se hace a favor de nosotros mismos».
Los obstáculos y dificultades de los países latinoamericanos para promover una integración regional sin sumisión a EEUU, son los golpes de estado financieros y/o militares promovidos por la OEA, el SouthComand y/o las grandes bancas financieras (HSBC-Blackrock, Citigroup, JPMorgan, Godman Sachs y los llamados Buitres Financieros, etc.) y el Departamento de Estado, ahora los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe tienen las condiciones internacionales (ascenso de los actores multipolares y perestroika norteamericana) para avanzar.
La correlación de fuerzas entre los países latinoamericanos ha cambiado. De los 13 presidentes electos desde 2019 en América Latina, no solo resultó en un cambio de partido en el gobierno sino en su mayoría un cambio hacia gobiernos populares como resultado. Solo en dos países (Nicaragua y Venezuela) las elecciones no implicaron un cambio de orientación. El cambio se completará en 2022 con tres elecciones previstas en la región: Costa Rica donde el partido del actual gobierno prácticamente no tiene chance alguna de ganar las elecciones y dos países de Suramérica donde sí habrá cambios políticos en la dirección de los nuevos vientos populares y multipolares: Brasil y Colombia.
En este nuevo contexto, el 7 de enero de 2022 Argentina asumió la Presidencia Pro-Tempore 2022 de la CELAC, con lo que le tocará a la representación de este país la ejecución del Plan de Acción Conjunto de Cooperación en Áreas Claves China-CELAC (2022-2024), firmado en los últimos días de la presidencia mexicana y que aborda la realización de “consultas amistosas en igualdad de condiciones” en áreas clave como seguridad, desarrollo sostenible, acción social e infraestructura, incluida el despliegue de redes 5G.
La firma del acuerdo llega en un momento de alta complejidad diplomática y geopolítica, en la que Estados Unidos y China se encuentran en una disputa por el liderazgo económico con claras ventajas de China Multipolar, perdida de iniciativa de los actores globales financieros y contexto de guerra civil promovida por fracciones financieras del estado profundo enfrentadas “profundamente”, que dan sustrato a lo que conceptualizamos como Perestroika Norteamericana.
El Plan firmado entre China y la CELAC se compone de siete grandes áreas: 1. Cooperación Política y de Seguridad; 2. Cooperación Económica y Pragmática, 3. Cooperación en Infraestructura de Alta Calidad; 4. Cooperación en Materia Social, Cultural y de Pueblo a Pueblo; 5 Desarrollo Sostenible; 6. Asuntos Internacionales y Cooperación Subregional e Interregional; 7. Implementación. Bajo el punto dos, Cooperación Económica, se aborda el tema sobre la industria y tecnología de la información, bajo el cual se establece la cooperación entre los Estados miembros de CELAC y China para fortalecer los cambios industriales, la cooperación en áreas como cadenas de suministro, digital e industrias verdes.
El acuerdo firmado buscará “fortalecer la cooperación mutuamente beneficiosa entre gobiernos, empresas e instituciones de investigación en infraestructura digital, equipos de telecomunicaciones, 5G, Big Data, computación en la Nube, Inteligencia Artificial, Internet de las cosas, ciudades inteligentes, Internet+, servicios de telecomunicaciones universales, gestión del espectro de radio y otras áreas de interés común, y explorar la construcción de laboratorios conjuntos”, señala uno de los puntos. Los firmantes también acordaron explorar el establecimiento del Foro de Cooperación en Tecnología Digital China-CELAC.
La Nueva Ruta de la Seda, emblema del gobierno de Xi Jinping, tiene en realidad otro nombre oficial: Una franja, Una Ruta (Belt and Road Initiative o BRI), y consiste en una ola de fondos chinos para grandes proyectos de infraestructura en todo el mundo. Panamá fue el primer país latinoamericano que se incorporó, por la posición estratégica del canal, y después se han ido sumando Ecuador, Venezuela, Chile, Uruguay, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Perú y Nicaragua y en febrero de 2022 se suma Argentina.
En 2018, China ya se convirtió en el mayor socio comercial de Perú, y el comercio entre ambos alcanzó la cifra récord de US$23.000 millones en ese año, según cifras oficiales. En Panamá hay un proyecto en el marco de la Ruta de la Seda: una línea de tren que conecte a la capital del país con la ciudad occidental de David cerca de la frontera con Costa Rica, a un costo inicial estimado de US$5.500 millones. En Nicaragua China está involucrada en un proyecto más grande de la Ruta en América Latina: la construcción- por valor de 40 mil millones de dólares, de un canal navegable entre el Mar Caribe y el Océano Pacífico, una alternativa al Canal de Panamá. El proyecto es parte de la política de Xi Jinping: «Un cinturón, una ruta». En el hemisferio occidental, Nicaragua quizás pueda describirse como el punto medular de la Nueva Ruta de la Seda de China.
China ya tiene una presencia oficial y permanente en los espacios de integración regional latinoamericana, no solo en la CELAC sino también en el Banco Interamericano de Desarrollo.
Con la nueva correlación de fuerzas entre los países latinoamericanos y la creciente presencia de China en la región, el futuro de la OEA estará cada vez más en “debate”. El unipolarismo globalista, desde que ha quedado debilitado por su pérdida de la City de Hong Kong, y el Continentalismo unipolar de EEUU, por su aguda confrontación con el Globalismo Unipolar dentro de EEUU que asume formas y modos de pre-guerra civil, tienen cada vez menos “recursos” y oportunidades de promover y fortalecer procesos de ´desarrollo´ que ofrecer a toda Latinoamérica y el Caribe.
Bibliografía
Wim Dierckxsens y Walter Formento, Por una nueva civilización: El proyecto multipolar, Acercándonos Ediciones Buenos Aires, 2021
Wim Dierckxsens y Walter Formento, La Perestroika en Estados unidos, Réquiem para la civilización occidental, Acercándonos Ediciones, Buenos Aires, 2021
Alfredo Jalife-Rahme, Vaticinan una guerra civil en EU para 2024, Bajo la lupa, La Jornada, 26 de diciembre de 2021
Peter Murphy, Por qué Manchin tenía razón en Deep-Six BBB, www.RealClearEnergy.org, 27 de diciembre de 2021
Tyler Durden, El pánico de China acumula la mitad del suministro mundial de cereales en medio de amenazas de colapso, zero hedge 28 de diciembre de 2021
Enrique Serbeto, La Unión Europea se prepara para considerar verdes el gas y la energía nuclear. www.abc.es/bruselas, 1 de enero de 2022
Pepe Escobar, La estepa en llamas: revolución de colores de Kazajistán, Asia Times/Mundo, 8 de enero de 2022
Tyler Durden, ¿La conexión del cazador? El jefe de seguridad de Kazajstán arrestado por traición era «amigo cercano» de los Biden, zero hedge, 9 de enero de 2022
Jonathan Turley, Los “misterios” de la fallida rebelión en Kazajistán, Obsadmin, 11 de enero de 2022
Thierry Meyssan, Washington prosigue en Kazajastán el plan de la RAND Corporation que ya continúa en Transnistria, Red Voltaire, 11 de enero de 2022
Pablo Javier Piacente, La verdad fáctica desaparece como posibilidad: la posverdad, https://www.levante-emv.com, 14 de enero de 2022.
CJ Hopkins, Los últimos días del culto COVIDian, The Consent Factory, 19 de enero de 2022
Tyler Durden, Los demócratas del Senado bloquean el proyecto de ley de derechos electorales de Biden al detener el intento de matar al filibustero, zero hedge, 20 de enero de 2022.
Tyler Durden, Alemania impide que socios de la OTAN suministren sus armas a Ucrania, zero hedge, 21 de enero de 2022
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Tyler Durden, Alemania impide que socios de la OTAN suministren sus armas a Ucrania, zero hedge, 21 de enero de 2022
28 de enero de 2022
29 de enero de 2022
30 de enero de 2022
31 de enero de 2022
"La rivalidad estratégica con Rusia resulta tanto más inexplicable cuanto que al momento de la implosión del sistema soviético, Moscú hubiera podido ser atraído a la esfera de influencia occidental mediante incentivos económicos y sensibilidad geopolítica. El sistema de seguridad europeo subsiguiente al colapso soviético bien hubiese podido integrar o, en cualquier caso, no antagonizar a Rusia. Sin embargo, Estados Unidos prefirió preservar la vigencia y propulsar la expansión continua de la OTAN, una organización nacida para contener a Moscú. Más aún, le negó a Rusia la posibilidad de integrarse a esta organización como fórmula para desactivar el antagonismo que le representaba. De no haber mantenido con vida este antagonismo, Estados Unidos no hubiese tenido como justificar ante su población y ante las poblaciones europeas su fuerte presencia militar en Europa. Una presencia que requería para seguir permaneciendo como potencia militar europea.
El antagonismo estratégico con China deriva también del deseo de Estados Unidos de mantenerse como potencia militar asiática. En este caso, sin embargo, fue China quien decidió alterar las reglas de juego pautadas entre ambos. En 1972 Washington y Pekín convinieron que el segundo respetaría el liderazgo asiático de Estados Unidos a cambio de que Washington reconociera a la República Popular China como cabeza de una sola China. A partir de 2008, y acelerándose desde 2013, Pekín comenzó a ver a Estados Unidos, y a lidiar con este, como si se tratase de un cuerpo extraño en Asia. Cómo resultado, Estados Unidos ha afirmado su disposición a permanecer como poder asiático, enfrentándose crecientemente a China.
Estados Unidos confronta, sin embargo, tres conjuntos de problemas difíciles de remontar. En primer lugar, mientras Rusia y China buscan afirmar su poder en lo que consideran como sus espacios naturales de influencia, Estados Unidos busca reducirlos a un papel secundario en sus propios vecindarios. Se trata de una proposición difícil de implementar aún en las mejores de las circunstancias y virtualmente imposible de materializar militarmente en espacios donde éstas concentran el grueso de sus fuerzas. En segundo lugar, Rusia y China están conscientes del sobredimensionamiento estadounidense y disponen de la capacidad para coordinar sus acciones para explotarlo al máximo. En tercer lugar, Rusia y China conocen las vulnerabilidades resultantes de la extrema polarización societaria estadounidense y el como ésta afecta profundamente la credibilidad de Washington ante sus aliados."
El antagonismo estratégico con China deriva también del deseo de Estados Unidos de mantenerse como potencia militar asiática. En este caso, sin embargo, fue China quien decidió alterar las reglas de juego pautadas entre ambos. En 1972 Washington y Pekín convinieron que el segundo respetaría el liderazgo asiático de Estados Unidos a cambio de que Washington reconociera a la República Popular China como cabeza de una sola China. A partir de 2008, y acelerándose desde 2013, Pekín comenzó a ver a Estados Unidos, y a lidiar con este, como si se tratase de un cuerpo extraño en Asia. Cómo resultado, Estados Unidos ha afirmado su disposición a permanecer como poder asiático, enfrentándose crecientemente a China.
Estados Unidos confronta, sin embargo, tres conjuntos de problemas difíciles de remontar. En primer lugar, mientras Rusia y China buscan afirmar su poder en lo que consideran como sus espacios naturales de influencia, Estados Unidos busca reducirlos a un papel secundario en sus propios vecindarios. Se trata de una proposición difícil de implementar aún en las mejores de las circunstancias y virtualmente imposible de materializar militarmente en espacios donde éstas concentran el grueso de sus fuerzas. En segundo lugar, Rusia y China están conscientes del sobredimensionamiento estadounidense y disponen de la capacidad para coordinar sus acciones para explotarlo al máximo. En tercer lugar, Rusia y China conocen las vulnerabilidades resultantes de la extrema polarización societaria estadounidense y el como ésta afecta profundamente la credibilidad de Washington ante sus aliados."
"Durante la primera Guerra Fría, Rusia era la mayor amenaza. Entonces, la diplomacia de triangulación y el realismo exigieron relaciones cálidas con China. Durante la Nueva Guerra Fría, China es la mayor amenaza. Es por eso que, como explica Richard Sakwa en su libro Deception: Russiagate and the New Cold War, Kissinger aconsejó a Trump que estrechara las relaciones con Rusia. Los demócratas y el Russiagate se aseguraron de que eso no sucediera y la diplomacia de triangulación fracasó. El resultado es una Nueva Guerra Fría con Rusia y China disfrutando de una asociación estratégica cada vez más íntima en un mundo multipolar emergente.
Pero la diplomacia de triangulación en el mundo posterior a la Guerra Fría habría fracasado de todos modos. Rusia solo entraría en una relación con los EEUU si fuera un tipo diferente de relación. Tenía que pasar la Guerra Fría, las alianzas y rivalidades pasadas y ser una asociación de iguales que cooperaran entre sí en asuntos internacionales. Sin embargo, para 2012, Rusia se había dado cuenta de que la única relación disponible con EEUU era una relación abusiva en la que EEUU dominaba y Rusia estaba subordinada. Para 2014, Putin había abandonado toda esperanza de una relación con Estados Unidos. Según Alexander Lukin, de la Universidad HSE de Moscú, China se uniría a Rusia en esa realización dos años después, en 2016: EEUU estaba decidido a liderar un mundo unipolar posterior a la Guerra Fría, y no había lugar para China o Rusia como socios iguales. La era de la diplomacia de triangulación había terminado: ni Rusia ni China entrarían en una relación con los EEUU. Entrarían en una relación entre ellos. La nueva forma del mundo no es un triángulo. Es un mundo multipolar con Estados Unidos en un polo de la esfera y Rusia y China como contrapeso en el otro."
Pero la diplomacia de triangulación en el mundo posterior a la Guerra Fría habría fracasado de todos modos. Rusia solo entraría en una relación con los EEUU si fuera un tipo diferente de relación. Tenía que pasar la Guerra Fría, las alianzas y rivalidades pasadas y ser una asociación de iguales que cooperaran entre sí en asuntos internacionales. Sin embargo, para 2012, Rusia se había dado cuenta de que la única relación disponible con EEUU era una relación abusiva en la que EEUU dominaba y Rusia estaba subordinada. Para 2014, Putin había abandonado toda esperanza de una relación con Estados Unidos. Según Alexander Lukin, de la Universidad HSE de Moscú, China se uniría a Rusia en esa realización dos años después, en 2016: EEUU estaba decidido a liderar un mundo unipolar posterior a la Guerra Fría, y no había lugar para China o Rusia como socios iguales. La era de la diplomacia de triangulación había terminado: ni Rusia ni China entrarían en una relación con los EEUU. Entrarían en una relación entre ellos. La nueva forma del mundo no es un triángulo. Es un mundo multipolar con Estados Unidos en un polo de la esfera y Rusia y China como contrapeso en el otro."
2 de febrero de 2022
4 de febrero de 2022
6 de febrero de 2022
“La declaración de Rusia y China es la peor pesadilla para el imperialismo occidental y solo empeora por el hecho de que no hay nada que Occidente pueda hacer para frustrar, oponerse o incluso frenar. el progreso de Rusia y China hacia su objetivo y futuro común.”
Conclusión:
"La publicación de esta declaración conjunta es el equivalente geoestratégico del discurso de Putin en el que describió los nuevos sistemas de armas rusos: inicialmente fue desconocido por los políticos occidentales que luego atravesaron lentamente las cinco etapas de duelo definido por Kübler-Ross ( negación, ira, negociación, depresión y aceptación).
Esta «amistad ilimitada» que trabaja hacia una «comunidad de destino común para la humanidad» es la peor pesadilla para el imperialismo occidental y solo empeora por el hecho de que no hay nada que Occidente pueda hacer para frustrar, oponerse o incluso frenar. el progreso de Rusia y China hacia su objetivo y futuro común.
Lejos de “atacar” a Occidente o de invadir a nadie, Rusia y China ya llevan años haciendo algo y ahora está bastante claro qué es ese “algo”: Rusia y China simplemente está dejando atrás a Occidente , dejándolo caer en lo suyo (un suicidio político, cultural, económico, militar) mientras construyen una alternativa.
Se podría decir que la Zona B no quiere destruir o derribar la Zona A. La Zona B quiere ofrecer una alternativa a la Zona A y luego dejar que cada nación decida por sí misma en qué zona quiere vivir.
Hay una palabra que falta en esta declaración. Esa palabra es “ Irán ”.
No falta porque a China o Rusia no les importe Irán o no se den cuenta de lo importante que será Irán para el futuro de Oriente Medio e incluso de todo nuestro planeta. Lo saben muy, muy bien. La razón por la que falta la palabra «Irán» es simple: mientras que Irán es definitivamente un amigo y aliado tanto de Rusia como de China, Irán no comparte una «amistad ilimitada» o una relación simbiótica fraternal con ninguno de los dos países. Irán tampoco es miembro de pleno derecho de la OCS, todavía.
Sin embargo, tanto China como Rusia entienden que Irán es crucial, no solo como una puerta de entrada para Rusia y China en el Medio Oriente, sino también como un miembro crucial del sistema supra-ideológico de alianzas que Rusia y China quieren crear. De hecho, estos países ya llevan años ayudándose unos a otros. Pero hay más:
Rusia es un estado democrático y “social” , con una extraña y cambiante mezcla de capitalismo y colectivismo ruso tradicional.
China es una mezcla única de socialismo y capitalismo, con un control estatal comunista
Irán es una República Islámica .
¡Esto nos habla de verdadera diversidad! Estos países tienen culturas, historias y sistemas políticos completamente diferentes, pero se apoyan mutuamente. Este modelo de “no hay una plantilla única para todos” se está construyendo ante nuestros ojos! También creo que Irán pronto se unirá a la OCS.
Este modelo atraerá e incluirá fácilmente a aquellos países latinoamericanos que optarán por la ideología del “socialismo del siglo XXI” (principalmente desarrollado por Cuba, Venezuela y Bolivia). También será mucho más atractivo para muchos países africanos que la “bota imperialista occidental” (los ejemplos incluyen Malí, Burkina Faso, Congo y, potencialmente, muchos otros).
La declaración conjunta ruso-china nos dice lo que necesitamos saber sobre cómo cambiará el mundo en el futuro cercano."
"La publicación de esta declaración conjunta es el equivalente geoestratégico del discurso de Putin en el que describió los nuevos sistemas de armas rusos: inicialmente fue desconocido por los políticos occidentales que luego atravesaron lentamente las cinco etapas de duelo definido por Kübler-Ross ( negación, ira, negociación, depresión y aceptación).
Esta «amistad ilimitada» que trabaja hacia una «comunidad de destino común para la humanidad» es la peor pesadilla para el imperialismo occidental y solo empeora por el hecho de que no hay nada que Occidente pueda hacer para frustrar, oponerse o incluso frenar. el progreso de Rusia y China hacia su objetivo y futuro común.
Lejos de “atacar” a Occidente o de invadir a nadie, Rusia y China ya llevan años haciendo algo y ahora está bastante claro qué es ese “algo”: Rusia y China simplemente está dejando atrás a Occidente , dejándolo caer en lo suyo (un suicidio político, cultural, económico, militar) mientras construyen una alternativa.
Se podría decir que la Zona B no quiere destruir o derribar la Zona A. La Zona B quiere ofrecer una alternativa a la Zona A y luego dejar que cada nación decida por sí misma en qué zona quiere vivir.
Hay una palabra que falta en esta declaración. Esa palabra es “ Irán ”.
No falta porque a China o Rusia no les importe Irán o no se den cuenta de lo importante que será Irán para el futuro de Oriente Medio e incluso de todo nuestro planeta. Lo saben muy, muy bien. La razón por la que falta la palabra «Irán» es simple: mientras que Irán es definitivamente un amigo y aliado tanto de Rusia como de China, Irán no comparte una «amistad ilimitada» o una relación simbiótica fraternal con ninguno de los dos países. Irán tampoco es miembro de pleno derecho de la OCS, todavía.
Sin embargo, tanto China como Rusia entienden que Irán es crucial, no solo como una puerta de entrada para Rusia y China en el Medio Oriente, sino también como un miembro crucial del sistema supra-ideológico de alianzas que Rusia y China quieren crear. De hecho, estos países ya llevan años ayudándose unos a otros. Pero hay más:
Rusia es un estado democrático y “social” , con una extraña y cambiante mezcla de capitalismo y colectivismo ruso tradicional.
China es una mezcla única de socialismo y capitalismo, con un control estatal comunista
Irán es una República Islámica .
¡Esto nos habla de verdadera diversidad! Estos países tienen culturas, historias y sistemas políticos completamente diferentes, pero se apoyan mutuamente. Este modelo de “no hay una plantilla única para todos” se está construyendo ante nuestros ojos! También creo que Irán pronto se unirá a la OCS.
Este modelo atraerá e incluirá fácilmente a aquellos países latinoamericanos que optarán por la ideología del “socialismo del siglo XXI” (principalmente desarrollado por Cuba, Venezuela y Bolivia). También será mucho más atractivo para muchos países africanos que la “bota imperialista occidental” (los ejemplos incluyen Malí, Burkina Faso, Congo y, potencialmente, muchos otros).
La declaración conjunta ruso-china nos dice lo que necesitamos saber sobre cómo cambiará el mundo en el futuro cercano."
"De producirse una invasión rusa a Ucrania, y materializarse las sanciones económicas con las que amenaza Occidente, Moscú podría reorientar sus exportaciones de hidrocarburos hacia su ya importante mercado asiático. Rusia, primer productor mundial de petróleo y gas, estaría así en capacidad de volcar sus ventas hacia el mayor mercado de consumo energético del mundo. Tan sólo la trilogía China-India-Sudeste Asiático representa el 75% del crecimiento mundial de la demanda de petrolera. Esto último resulta particularmente válido en relación a China, cuyas reservas petroleras representan el 1,1% de las mundiales, mientras que su consumo petrolero alcanza al 10% de la producción global y su demanda total de energía equivale al 20% de la del planeta entero.
Rusia y China resultan así perfectamente convergentes en sus necesidades. Sin embargo, Rusia ofrece un valor agregado de la mayor importancia a China: La posibilidad de transportar sus hidrocarburos por vía terrestre. El 80% de las importaciones de crudo de China, es decir 8 de cada 10 barriles, pasan por el Estrecho de Malaca y el Mar del Sur de China. El primero de ellos representa un punto de vulnerabilidad geoestratégica extrema para China, tratándose de un delgado corredor marítimo entre Indonesia, Malasia y Singapur susceptible de obstrucción por la Armada estadounidense. En efecto, si algún día Estados Unidos se decidiese a implementar un bloqueo naval a China, este representaría un embudo capaz de poner en riesgo la vida económica de ese país.
No en balde China se abocó a la construcción de un importante puerto y terminal petroleros en Ramree, en la costa de Myanmar sobre el Golfo de Bengala. Ello, acompañado de un oleoducto y de un gasoducto que conectan con China. El objetivo de este esfuerzo ha sido evitar el paso por el Estrecho de Malaca, transportando por vía terrestre una parte de los hidrocarburos provenientes del Medio Oriente. Sin embargo, esto acarrea para China la necesidad de colocar una flota de guerra en el Océano Índico con miras a hacer frente a la fuerte presencia en el mismo de la Armada estadounidense. En efecto, para defender sus rutas marítimas por ese Océano, China ha volcado sobre el mismo una parte importante de dicha flota.
Rusia representa así la respuesta perfecta a las vulnerabilidades chinas. De hecho, en 2006 se inició la construcción de un oleoducto entre Siberia del Este y el Océano Pacífico. El mismo sirvió como punto de partida para proyectos aún más ambiciosos. No en balde, tras los eventos de Ucrania en 2014, Moscú y Pekín firmaron un contrato de ventas de gas por 400 mil millones de dólares. Aunque también Rusia e India han puesto en marcha importantes acuerdos petroleros, lo fundamental de este vuelco ruso a Asia se sustenta en la llamada “Asociación Estratégica Integral de Coordinación para una Nueva Época” con China. En base a la misma, desde 2020 China constituye el mayor importador de petróleo y gas natural rusos. Pero junto a los hidrocarburos, China es a la vez el mayor destino de exportación para los productos agrícolas rusos y un importante mercado para sus armamentos, productos de pesca y maderas. En 2021 el comercio bilateral entre ambas naciones llegó a los 147 mil millones de dólares.
Pero más allá de lo económico, China y Rusia persiguen el objetivo común de crear un nuevo orden geopolítico internacional donde Estados Unidos y Occidente sean excluidos de sus respectivas esferas de influencia. Ello, en adición a fortalecer al modelo autoritario de gobierno que ambos favorecen. A la vez, los dos gobiernos persiguen la conformación de un mundo multipolar, proclaman la no intervención en los asuntos domésticos de otros estados y coordinan sus políticas exteriores en relación a múltiples frentes, incluyendo allí sus posiciones al interior de Consejo de Seguridad de la ONU. Moscú y Pekín han dado forma, al mismo tiempo, a un sistema de seguridad subregional euroasiático. En tal sentido, algunos analistas señalan que el suyo es un bloque geopolítico en proceso de formación, en tanto otros consideran que existe ya un eje entre ambas potencias. De hecho, el Kremlin califica su relación con Pekín como una “alianza”, mientras el régimen chino ha señalado que esta asociación está desprovista de áreas restrictivas o de límites. En tal sentido, Xi Jinping acaba de reiterar que los lazos entre Rusia y China no tienen límites.
Desde 2013, Putin y Xi han mantenido 37 reuniones, incluyendo una reciente videoconferencia. Cuando se reúnan esta semana en persona, en ocasión de los juegos olímpicos de invierno de Pekín, dicha cuenta subirá a 38. Por lo demás, ambos países han mantenido innumerables intercambios de alto nivel, reuniones de coordinación estratégica y ejercicios militares conjuntos. Rusia y China han emprendido diversos proyectos tecnológicos conjuntos y se han apoyado recíprocamente en diferentes campos, planeando construir una estación conjunta de desarrollo científico en la luna. Más aún, en su última videoconferencia, Putin y Xi hablaron de la necesidad de construir una infraestructura financiera susceptible de aislarlos tanto como posible de las presiones occidentales.
De llegar a cobrar forma las sanciones contra Moscú, el eje Rusia-China se consolidaría, acrecentado el mayor reto estratégico que confronta Estados Unidos.
Rusia y China resultan así perfectamente convergentes en sus necesidades. Sin embargo, Rusia ofrece un valor agregado de la mayor importancia a China: La posibilidad de transportar sus hidrocarburos por vía terrestre. El 80% de las importaciones de crudo de China, es decir 8 de cada 10 barriles, pasan por el Estrecho de Malaca y el Mar del Sur de China. El primero de ellos representa un punto de vulnerabilidad geoestratégica extrema para China, tratándose de un delgado corredor marítimo entre Indonesia, Malasia y Singapur susceptible de obstrucción por la Armada estadounidense. En efecto, si algún día Estados Unidos se decidiese a implementar un bloqueo naval a China, este representaría un embudo capaz de poner en riesgo la vida económica de ese país.
No en balde China se abocó a la construcción de un importante puerto y terminal petroleros en Ramree, en la costa de Myanmar sobre el Golfo de Bengala. Ello, acompañado de un oleoducto y de un gasoducto que conectan con China. El objetivo de este esfuerzo ha sido evitar el paso por el Estrecho de Malaca, transportando por vía terrestre una parte de los hidrocarburos provenientes del Medio Oriente. Sin embargo, esto acarrea para China la necesidad de colocar una flota de guerra en el Océano Índico con miras a hacer frente a la fuerte presencia en el mismo de la Armada estadounidense. En efecto, para defender sus rutas marítimas por ese Océano, China ha volcado sobre el mismo una parte importante de dicha flota.
Rusia representa así la respuesta perfecta a las vulnerabilidades chinas. De hecho, en 2006 se inició la construcción de un oleoducto entre Siberia del Este y el Océano Pacífico. El mismo sirvió como punto de partida para proyectos aún más ambiciosos. No en balde, tras los eventos de Ucrania en 2014, Moscú y Pekín firmaron un contrato de ventas de gas por 400 mil millones de dólares. Aunque también Rusia e India han puesto en marcha importantes acuerdos petroleros, lo fundamental de este vuelco ruso a Asia se sustenta en la llamada “Asociación Estratégica Integral de Coordinación para una Nueva Época” con China. En base a la misma, desde 2020 China constituye el mayor importador de petróleo y gas natural rusos. Pero junto a los hidrocarburos, China es a la vez el mayor destino de exportación para los productos agrícolas rusos y un importante mercado para sus armamentos, productos de pesca y maderas. En 2021 el comercio bilateral entre ambas naciones llegó a los 147 mil millones de dólares.
Pero más allá de lo económico, China y Rusia persiguen el objetivo común de crear un nuevo orden geopolítico internacional donde Estados Unidos y Occidente sean excluidos de sus respectivas esferas de influencia. Ello, en adición a fortalecer al modelo autoritario de gobierno que ambos favorecen. A la vez, los dos gobiernos persiguen la conformación de un mundo multipolar, proclaman la no intervención en los asuntos domésticos de otros estados y coordinan sus políticas exteriores en relación a múltiples frentes, incluyendo allí sus posiciones al interior de Consejo de Seguridad de la ONU. Moscú y Pekín han dado forma, al mismo tiempo, a un sistema de seguridad subregional euroasiático. En tal sentido, algunos analistas señalan que el suyo es un bloque geopolítico en proceso de formación, en tanto otros consideran que existe ya un eje entre ambas potencias. De hecho, el Kremlin califica su relación con Pekín como una “alianza”, mientras el régimen chino ha señalado que esta asociación está desprovista de áreas restrictivas o de límites. En tal sentido, Xi Jinping acaba de reiterar que los lazos entre Rusia y China no tienen límites.
Desde 2013, Putin y Xi han mantenido 37 reuniones, incluyendo una reciente videoconferencia. Cuando se reúnan esta semana en persona, en ocasión de los juegos olímpicos de invierno de Pekín, dicha cuenta subirá a 38. Por lo demás, ambos países han mantenido innumerables intercambios de alto nivel, reuniones de coordinación estratégica y ejercicios militares conjuntos. Rusia y China han emprendido diversos proyectos tecnológicos conjuntos y se han apoyado recíprocamente en diferentes campos, planeando construir una estación conjunta de desarrollo científico en la luna. Más aún, en su última videoconferencia, Putin y Xi hablaron de la necesidad de construir una infraestructura financiera susceptible de aislarlos tanto como posible de las presiones occidentales.
De llegar a cobrar forma las sanciones contra Moscú, el eje Rusia-China se consolidaría, acrecentado el mayor reto estratégico que confronta Estados Unidos.
16 de febrero de 2022
20 de febrero de 2022