Trascendencia histórica creación
de la
Central Unitaria de Trabajadores – CUT
Mario Ramos Fecha: 5 de junio de 2015
Como vemos, se reconoce que la gran estrategia no era la lucha por el socialismo, sino la simple ampliación de la democracia, este fue el guion político que orientó la acción política de los partidos de izquierda prácticamente desde mediados del siglo XX hasta antes de la Rebelión Forajida.
La estrategia de la ampliación de la democracia encierra la convicción de que existe una burguesía capaz de democratizar de manera integral la sociedad, según ese planteamiento, a los trabajadores se les otorga en la práctica, el rol izquierdista en un supuesto frente democrático, y lo que sigue es lo más importante, bajo la total dirección política de esa supuesta burguesía democratizadora, es decir, no se aspiraba a que el proletariado, entiendo esto como una constelación de fuerzas sociales y políticas, pueda ser clase gobernante. ‘La crisis histórica de la humanidad –señalaba Trotsky- se reduce a la crisis de dirección revolucionaria’. Para Trotsky ya no son los factores objetivos sino el más subjetivo de ellos, la presencia o no de un partido revolucionario (el sujeto político), el que se convierte, en el determinante en última instancia. |
Recordemos que nuestros izquierdistas dogmáticos solían asumir el planteamiento estalinista de la ‘falta de madurez de las condiciones objetivas’, tesis responsable de muchas derrotas políticas. La realidad es que las circunstancias de la revolución maduran por medio de la misma lucha política.
Nuestros izquierdistas, al parecer, poco afectos al conocimiento histórico, olvidaron que desde la revolución de 1848; -analizada por Marx, y que a partir de la cual se escucha por primera vez la tesis de la ‘Revolución Permanente’, posteriormente desarrollada como teoría política por Trotsky-; había enseñado que la burguesía era incapaz de llevar a cabo las tareas de la revolución democrática y nacional, tal como fue realizada por la Revolución Francesa. Laclau y Moufle consideran a Trotsky y a su teoría de la revolución permanente, como parte del proceso por el que comienza a adquirir entidad y centralidad dentro del marxismo la dimensión estrictamente política. No comprendieron que teníamos una burguesía cobarde en lo político y muy frágil y dependiente de factores externos como para llevar a cabo la democratización de nuestra sociedad. La democracia restringida y neoliberal, esa sí, ampliamente desarrollada desde el ‘retorno a la democracia’, es una prueba evidente de lo señalado.
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