Trump, presidente a pesar del Club Bilderberg
RT Por: Henry pinto Fecha: 11 de noviembre de 2016
n la última reunión del Club Bilderberg en Dresde, Alemania, celebrada a mediados de junio pasado, había dos temas candentes encima de la mesa: parar el 'Brexit' e impedir el triunfo de Donald Trump y en ambos fracasó estrepitosamente.
Uno de los primeros en avisar del descontento del selecto club, el denominado 'gobierno mundial en la sombra', con la candidatura del magnate a la Casa Blanca fue el reportero de Infowars, Paul Joseph Watson, según recogió en su día el periódico 'The Huffington Post'.
Se hizo eco de la asistencia del senador anti-Trump, Lindsey Graham, una señal obvia de que Bilderberg estaba planeando cómo evitar que Trump derrotara a Hillary Clinton, el candidato elegido por el selecto club.
El motivo
Bilderberg estaba seguro de que Clinton podría deshacerse de sus adversarios republicanos, pero la campaña autofinanciada de Trump y su oposición pública a ciertos acuerdos comerciales internacionalistas como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, NAFTA, en inglés) o el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), sorprendió y puso de los nervios a los elitistas de Bilderberg. Eso sin hablar de sus palabras sobre los cambios en la OTAN.
Entre los temas encima de la mesa de esa reunión también estaba Rusiay las palabras conciliadoras de Trump respecto a Moscú y su liderazgo encendían las alarmas y luego fueron usadas en la campaña del miedo, con altas dosis de rusofobia.
Pararlo como sea
Por ello no es de extrañar que toda la maquinaria se pusiera en marcha: la mayoría de la prensa mundial y en especial los medios 'mainstream' fueron a cuchillo por el magnate, creando el pánico entre los electores y publicando una cascada de denuncias de supuestos casos de acoso sexual y un video de una conversación informal con comentarios obscenos contra las mujeres. Poniéndole un altavoz cada vez que lanzaba improperios contra los mexicanos o musulmanes. Los grandes editores estaban tan satisfechos y convencidos de su éxito que hasta la revista 'Newsweek' mandó a imprenta su edición llevando en portada la victoria de Hillary Clinton, y que han tenido que mandan a retirar con carácter de urgencia. Abajo un tuit que ya denunciaba la polémica publicación y por favor fíjense en la fecha.
Una de las personas que mejor pudo definir en pocas líneas qué era lo que estaba pasando fue el economista español y asesor de la campaña de Trump, Roberto Centeno, quien en octubre publicó en su blog:
"¿Qué es más relevante para decidir quién debe ser el presidente de la nación más poderosa de la Tierra? ¿Una expresión machista, soez y vulgar pronunciada ante un grupo de amiguetes hace 11 años o los correos --revelados por WikiLeaks— en los que Hillary dice una cosa en público y la contraria en privado, como los dirigidos a las élites de Wall Street, de quienes ha recibido más de 30 millones de dólares por conferencias en los últimos tres años, a los que aseguró defender sus intereses "por encima de los de fuera" —el pueblo norteamericano— o la desastrosa Primavera Árabe que ha sumido a Libia, a Siria y a Irak en el caos absoluto, creado el ISIS (Estado Islámico) y apoyado a Al Nusra, el grupo terrorista de Al Qaeda? Para el 'New York Times', el 'Washington Post', la CNN, la CNBC y todos los medios al servicio de las élites que ostentan el poder, lo único importante es lo primero. El resto lo ocultan".
Otra lección
Trump triunfó sobre el Club Bilberberg y los grandes medios de Occidente por un básico motivo: "Por la falta de objetividad", como bien diagnosticó en su página de Facebook la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Una nueva era comienza, pero Edward Snowden marca un sendero: "No podemos esperar un Obama y no deberíamos temer a un Donald Trump, tenemos que construir todo nosotros mismos", y no dejar que los gobiernos controlen su propio poder.
Snowden dijo desde Rusia, en el marco de una conferencia celebrada en Países Bajos, que la única respuesta válida ante los resultados de las elecciones de EE.UU. es encarar los problemas de la privacidad, uniéndose a causas favorables a esta, ayudando en movimientos, y haciendo algo para evitar el control del gobierno en esta área.
Uno de los primeros en avisar del descontento del selecto club, el denominado 'gobierno mundial en la sombra', con la candidatura del magnate a la Casa Blanca fue el reportero de Infowars, Paul Joseph Watson, según recogió en su día el periódico 'The Huffington Post'.
Se hizo eco de la asistencia del senador anti-Trump, Lindsey Graham, una señal obvia de que Bilderberg estaba planeando cómo evitar que Trump derrotara a Hillary Clinton, el candidato elegido por el selecto club.
El motivo
Bilderberg estaba seguro de que Clinton podría deshacerse de sus adversarios republicanos, pero la campaña autofinanciada de Trump y su oposición pública a ciertos acuerdos comerciales internacionalistas como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, NAFTA, en inglés) o el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), sorprendió y puso de los nervios a los elitistas de Bilderberg. Eso sin hablar de sus palabras sobre los cambios en la OTAN.
Entre los temas encima de la mesa de esa reunión también estaba Rusiay las palabras conciliadoras de Trump respecto a Moscú y su liderazgo encendían las alarmas y luego fueron usadas en la campaña del miedo, con altas dosis de rusofobia.
Pararlo como sea
Por ello no es de extrañar que toda la maquinaria se pusiera en marcha: la mayoría de la prensa mundial y en especial los medios 'mainstream' fueron a cuchillo por el magnate, creando el pánico entre los electores y publicando una cascada de denuncias de supuestos casos de acoso sexual y un video de una conversación informal con comentarios obscenos contra las mujeres. Poniéndole un altavoz cada vez que lanzaba improperios contra los mexicanos o musulmanes. Los grandes editores estaban tan satisfechos y convencidos de su éxito que hasta la revista 'Newsweek' mandó a imprenta su edición llevando en portada la victoria de Hillary Clinton, y que han tenido que mandan a retirar con carácter de urgencia. Abajo un tuit que ya denunciaba la polémica publicación y por favor fíjense en la fecha.
Una de las personas que mejor pudo definir en pocas líneas qué era lo que estaba pasando fue el economista español y asesor de la campaña de Trump, Roberto Centeno, quien en octubre publicó en su blog:
"¿Qué es más relevante para decidir quién debe ser el presidente de la nación más poderosa de la Tierra? ¿Una expresión machista, soez y vulgar pronunciada ante un grupo de amiguetes hace 11 años o los correos --revelados por WikiLeaks— en los que Hillary dice una cosa en público y la contraria en privado, como los dirigidos a las élites de Wall Street, de quienes ha recibido más de 30 millones de dólares por conferencias en los últimos tres años, a los que aseguró defender sus intereses "por encima de los de fuera" —el pueblo norteamericano— o la desastrosa Primavera Árabe que ha sumido a Libia, a Siria y a Irak en el caos absoluto, creado el ISIS (Estado Islámico) y apoyado a Al Nusra, el grupo terrorista de Al Qaeda? Para el 'New York Times', el 'Washington Post', la CNN, la CNBC y todos los medios al servicio de las élites que ostentan el poder, lo único importante es lo primero. El resto lo ocultan".
Otra lección
Trump triunfó sobre el Club Bilberberg y los grandes medios de Occidente por un básico motivo: "Por la falta de objetividad", como bien diagnosticó en su página de Facebook la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Una nueva era comienza, pero Edward Snowden marca un sendero: "No podemos esperar un Obama y no deberíamos temer a un Donald Trump, tenemos que construir todo nosotros mismos", y no dejar que los gobiernos controlen su propio poder.
Snowden dijo desde Rusia, en el marco de una conferencia celebrada en Países Bajos, que la única respuesta válida ante los resultados de las elecciones de EE.UU. es encarar los problemas de la privacidad, uniéndose a causas favorables a esta, ayudando en movimientos, y haciendo algo para evitar el control del gobierno en esta área.