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Un espía de la CIA en la Agencia Internacional de Energía Atómica

El elefante bocarriba         Rolando Ernesto Garmendia         9 de octubre de 2019
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Estados Unidos siempre ha utilizado diversos instrumentos para presionar en el lineamiento de las instancias y organizaciones internacionales. Este país, al proporcionar una cuarta parte del fondo de Naciones Unidas, ha buscado aprovechar esta cuestión como una herramienta de presión a fin de lograr sus objetivos. Una de las medidas de EE.UU. para canalizar la toma de decisiones y liderar tales instancias en el marco de sus intereses, es influir ellas a través del nombramiento de personas dependientes en cargos de alto nivel, facultados para la toma de decisiones e influyentes para manipular a las personas activas y representantes de otros países en tales organizaciones.

En los últimos años, el gobierno de Estados Unidos, en virtud de su intención de controlar el programa nuclear iraní le ha prestado especial atención a la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) como una de las entidades importantes adscritas a la ONU. En este marco y en base de información secuencial, EE.UU. ha intentado reclutar a simpatizantes de sus políticas a fin de aprovecharse de ellos.

Según se ha hecho saber, Rafael Grossi, asistente de Yukia Amano, ex Director General de la AIEA es una de las piezas que durante los últimos años el gobierno de Estados Unidos ha aprovechado como agente a su servicio en la precitada Agencia. Grossi, fungiendo como asistente del Director General, conociendo los protocolos administrativos y las normas de esta organización en relación a la prohibición de la publicación de informaciones y reportes relacionados con el programa nuclear de los países miembros y mucho menos la entrega de dichas delicadas notificaciones a terceros, entregó informes sobre el programa nuclear iraní a la CIA. La cooperación del ex asistente de Amano y actual candidato para ser el próximo director general de la OIEA con esta agencia de inteligencia estadounidense, ha llevado a EE.UU. a apoyarlo fuertemente, haciendo un gran esfuerzo para lograr este fin, aunque hay otros tres candidatos de Rumanía, Eslovaquia y Burkina-Faso en liza para ocupar este cargo.

Estados Unidos no solo está obligando a los países miembros a votar a favor de Grossi sino que presiona a otros candidatos a retirar su candidatura para facilitar la elección del argentino en este cargo.

Tomando en cuenta las acciones unilaterales de EE.UU. en lo atinente a ignorar las reglas y normas de Derecho Internacional y el funcionamiento de las organizaciones internacionales, con el fin de satisfacer sus propios intereses, persiste en la intención de nombrar a un títere en la jefatura de tan trascendente organización, siendo esto un acto que debería preocupar seriamente a los Estados miembros de la ONU.

Con este hecho, la cooperación en términos del uso pacífico de la energía nuclear podría alejarse de manera indefectible de las normas y estándares internacionales existentes influyendo negativamente en la cooperación de los países con esta materia.

Resulta evidente la importancia de esta situación y la magnitud del conflicto que podría crearse, considerando las nuevas acusaciones contra la administración Trump acerca de la violación de las normas y leyes internacionales tras su decisión de ayudar a Arabia Saudita a acceder a la tecnología nuclear.

Es necesario que todos los países y organismos internacionales sumen esfuerzos para enfrentarse a los abusos de Estados Unidos en estas instancias, en particular en este caso en el cual pretende elegir una persona de dudosa trayectoria para servir a sus intereses.

Indiscutiblemente, una persona que haya sido capaz de -violando la ley y las normas de funcionamiento de la OIEA- entregar informes de un país a terceros, en caso de ser elegida como nuevo director de esta agencia, subordinará la misma a Estados Unidos. La persona designada como el director general de OIEA debería caracterizarse por su independencia, profesionalidad e imparcialidad, toda vez que la paz y la tranquilidad del planeta está en sus manos
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