Un triángulo nefasto
CENAE Leyla Carrillo Ramírez 10 de junio de 2017
Aviadores, marinos y científicos que transitan por el denominado triángulo de las Bermudas muestran aprehensión ante los naufragios y otros accidentes en la zona. Los atribuyen a las corrientes marinas, la irradiación solar, los campos magnéticos y fantasías extraterrestres. Se enfrentan simplemente a un triángulo nefasto.
Presenciamos acontecimientos semejantes a los del mencionado triángulo, porque significan destrucción y muerte. Un triángulo que nos transporta desde Venezuela hasta Siria y la península coreana, aunque los peligros que afronta la humanidad pueden extenderse, atraídos por la acción de los depredadores contemporáneos. En nuestro continente, mandatarios reunidos en la Cumbre de la Alianza Bolivariana para las Américas- Tratado de Libre Comercio (ALBA-TCP) y la Comunidad de Estados del Caribe (CARICOM) alertan sobre la probabilidad de que se exacerben los escenarios bélicos en el Medio Oriente, la península coreana o en América Latina. En nuestro continente el calentamiento callejero, la arremetida por la contrarrevolución interna, la sucesión de actos terroristas, las declaraciones de personeros estadounidenses y la alharaca de la OEA contra Venezuela indican un conflicto interno prefabricado desde Washington con ayuda de los opositores internos. Allí la paz peligra, cuando con la guerra solo se retrocedería hacia la época de las bayonetas y los golpes de Estado del siglo XX. El acoso contra el gobierno constitucional venezolano rememora episodios fascistas y se expresa en incendios, la combustión y asesinatos de jóvenes por la reacción, las agresiones contra centros públicos, el Parlamento y las alcaldías chavistas; el azuzamiento del odio; el empleo de armas y bombas caseras utilizadas por la ultraderecha; la guerra sicológica mediante las redes sociales y los medios de comunicación; la instigación a delinquir y la desestabilización económica. La Asamblea Constituyente convocada por el gobierno tampoco satisface a los opositores, que antes la reclamaban, porque sus objetivos son instaurar el caos, hasta que actúen fuerzas foráneas, que es definitivamente su máxima aspiración: lograr el derrocamiento del gobierno constitucional. Venezuela se halla en el punto más álgido de la lucha de clases. El acoso es parte de un programa destructivo que recuerda la víspera del ataque mercenario-estadounidense a Playa Girón. Expresado de otro modo: se avizoran más confrontación, la defensa de la autodeterminación y la paz. En el Medio Oriente, los acontecimientos en Siria y Qatar muestran la fragilidad de la paz en nuestro planeta. El lanzamiento de misiles estadounidenses contra la base de Khan Sheykhun (celebrado por varios aliados europeos e Israel), precisamente cuando la Coalición Internacional dirigida por Estados Unidos ha evidenciado su ineficacia para derrotar al Estado Islámico (EIL) y la colaboración rusa e iraní con Siria, que ha cambiado el curso de los acontecimientos bélicos, para sorpresa del pertrechado mundo occidental. También sucede cuando el veto ruso y chino ha impedido sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad para autorizar la intervención de las grandes potencias. A medida que avanza la recuperación del territorio ocupado por los mercenarios y sus mecenas, ocurren réplicas de la Coalición y el incremento de tropas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Arabia Saudita y Turquía en la frontera, con el propósito de evitar la victoria siria. Ejemplo de ello son los frecuentes ataques aéreos con saldo mortífero para la población civil. Se presencia una evolución favorable para alcanzar la paz, apreciable con el regreso de medio millón de desplazados a sus lugares de origen, libres del asedio y los crímenes del EIL. Se dilatan las discusiones en Ginebra y Astaná para la recuperación siria y la instauración de zonas de distensión, debido a la insistencia de Estados Unidos y sus principales aliados de acusar al gobierno sirio de usar armas químicas, sin comprobarse por los organismos internacionales. |
Sin embargo, en la compleja agenda de la Cumbre del Grupo de los 20, celebrada en la ciudad alemana de Hamburgo, Estados Unidos y Rusia acordaron una zona de distensión en la frontera meridional de Siria, que podría reducir las tensiones en la región y facilitar la ayuda humanitaria a la población, obstaculizada por la Coalición Internacional.
En contraposición, la reciente visita del Presidente estadounidense a Arabia Saudita (el principal aliado árabe en la región) aceleró un nuevo problema en el Medio Oriente, esta vez mediante el bloqueo desatado por siete (7) países contra Qatar, acusándolo de apoyar al terrorismo. Siendo así es previsible que el ángulo mesoriental de los actuales conflictos se complique en los próximos tiempos, lo que dependerá de la decisión de los más beligerantes. Las amenazas contra la República Democrática Popular de Corea y el recrudecimiento de las tensiones en la península avizoran la competencia armamentista que podría borrar a unos cuantos pueblos de la faz de la tierra. El diferendo augura un escenario en el que todas las partes pugnan por imponer sus decisiones, sin ceder en sus posiciones de fuerza. Aunque algunos sugieran olvidar la historia, conviene recordar que el pueblo coreano logró mantener su independencia, a pesar de que la agresión estadounidense exterminó un 20% de la población, mediante el uso de 32 mil toneladas de napalm contra objetivos militares y civiles. La posesión del arma nuclear por la República Popular Democrática de Corea desde 2005, previa retirada del Tratado de no Proliferación (TNP), se ha convertido en una preocupación mayor para los países autorizados a producirla y poseerla. La República Norcoreana no abandona su programa y occidente le ha impuesto sanciones financieras y afecta a los comerciantes con los que mantiene relaciones de blanqueo de dinero, falsificación de billetes y otros delitos. El clímax se conjuga por ambas partes: ensayos con armas nucleares, como el ensayo de un cohete balístico internacional el 4 de julio; mientras se multiplican las maniobras militares estadounidenses en la región, se ubican más misiles en la frontera, portaviones, flotas enormes, despliegue del sofisticado sistema Thaad y ejercicios militares conjuntos “Key Resolve” y “Foal Eagle” con el reforzamiento de sus principales bases circundantes en Seúl, Okinawa y Tokío. Mientras, China y Rusia actúan como mediadores para reducir las tensiones y poder hallar una solución “pacífica” al conflicto, intentando desnuclearizar la península. Estados Unidos reitera que el diferendo con Corea del Norte a causa del problema nuclear, constituye la amenaza más inminente para su país y el Presidente Donald Trump (en vísperas de la Cumbre del Grupo de los 20) amenaza con perpetrar un ataque, resolver el problema “si es preciso sin China” y otras amenazas. Algunos expertos analizan que si hay un país necesitado de armas nucleares, debido al constante despliegue de armas y efectivos de todo tipo en sus cercanías, es precisamente la República Popular Democrática de Corea, que no puede reaccionar apaciblemente cuando se estrecha el cerco estadounidense. El mundo experimenta retos inconmensurables, al actuar fuerzas belicistas sobre los tres continentes seleccionados para argumentar cuánto se han fragilizado el diálogo, la solución pacífica de las controversias y la paz. Alertar sobre sus características es un deber para distender las fuerzas malignas que provocan un triángulo nefasto. |