Día internacional de Al Quds
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COMUNICADO DE PRENSA
Embajada de la República Islámica de Irán Quito
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La Nakba es recuerdo permanente
Segundo paso 15 de mayo de 2020
SP - El tiempo, definido por la ciencia como aquella magnitud física donde suceden hechos y eventos resulta ser implacable, nada lo detiene. No hay manera de impedir su avance, pero, el recordar, impide que hechos que marcan nuestra vida se pierdan en el olvido.
El tiempo es un flujo constante de sucesos y entre ellos, este mes de mayo nos permite evocar hechos, acontecimientos con enormes consecuencias en el ámbito de la vida de diversos pueblos en Oriente Medio, en especial del pueblo palestino. Un suceso, que con el paso del tiempo no deja de encender nuestros corazones, de alentar nuestra indignación y estimular el diario recuerdo, como la etimología de esta palabra lo refiere recordis: del latín, volver a pasar por el corazón. Ese suceso es la Nakba, la catástrofe en árabe, el crimen sin resolución desde que se diera curso a la creación de la entidad sionista, el día 14 de mayo del año 1948 y con ello el comienzo de un genocidio que no ha terminado.
La Nakba es de esos acontecimientos, que nos trae al presente recuerdos trágicos, incluso algunos que se perpetraron un mes antes que el sionismo concretara su mito fundacional, como fue la matanza de Deir Yassim (1). Una Nakba con emociones contenidas y otras que se desbordan al dar cuenta de la serie de hechos, que implicaron la expulsión de cientos de miles de palestinos de sus hogares, donde hoy se erige la entidad sionista bajo el nombre de Israel. Ciudades y pueblos ocupadas por colonos extranjeros, que se levantaron sobre los despojos de las aldeas y pueblos palestinos arrasados por la furia homicida de paramilitares sionistas, alzados sobre la sangre y los huesos de miles de palestinos asesinados en sus tierras hoy usurpadas en un proceso de expansión sobre territorio palestino. Por ello, cuando suelo hablar de la Nakba, señalo con pleno convencimiento, que esta catástrofe es memoria y es presente sobre los objetivos que tiene y debe tener toda reivindicación palestina sobre su tierra: el retorno y la autodeterminación. Tareas indudablemente complejas a la luz de la actual dinámica de la política cívico y militar de Israel, con un gobierno de coalición que une corruptos y criminales de guerra y que está decidida a violar a todo lo que huele a derecho internacional, contando para ello con el apoyo irrestricto de Washington. Una complicidad evidente la de Washington, sin pudor alguno, ya sea trasladando la embajada estadounidense de Tel Aviv a Al Quds, apoyando a Israel en su desconocimiento de las resoluciones condenatorias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de instituciones como la UNESCO, no reconocer jurisdicción de la Corte Penal Internacional (CPI) en los crímenes cometidos por el sionismo y en los últimos días, alentar la anexión de los asentamientos con colonos sionistas en Cisjordania, el Valle del Jordán y las tierras al norte del Mar Muerto, en beneficio de los apetitos expansionistas del mito del Erezt Israel (2) Traer a colación la Nakba es dificultar que la memoria quede oculta, impedir que sea una expresión de justicia. Recuerdo, en una disputa con un sionista, que solía alegar su parte árabe como escudo frente a las críticas, el señalarle la importancia de la memoria como arma a quienes basan sus argumentos en construcción de mitos utilizando para ello, no sólo la religión, sino aparentes promesas y definiciones de pueblo elegido. Mitos construidos, incluso con la usurpación de su arqueología, el vestuario, comida, música, cambiar la denominación de pueblos y aldeas, que es la manera que tiene el sionismo de tratar de borrar la identidad de un pueblo, apropiándose de su historia. Pero, está la memoria y esa no se hace desaparecer, así como así con los palestinos, ni con nadie que ame su historia y la defienda como lo hace Palestina y su pueblo. El poeta nacional palestino Mahmud Darwish nos refiere, que el combate del pueblo palestino por su libertad, su lucha contra el opresor tiene un componente esencial: el campo de la memoria. En el sentido que uno de los actores, el sionismo, que pretende borrar, invisibilizar la memoria de un pueblo milenario, su historia, su lengua, mediante un proceso de sionización. “Pero, el pueblo palestino, a pesar de 72 años de una política de exterminio puesta en práctica desde el momento mismo que nace la entidad sionista y comience la Nakba, lucha día a día para que esa memoria permanezca, porque esté presente aún en las condiciones más adversas. Una Palestina indomable, que haciendo uso de todas las formas de lucha resiste, para gloria de sus hijos e hijas y para la admiración de todos aquellos que creemos que más temprano que tarde Palestina será capaz de alcanzar su plena libertad” Mayo Infausto El 14 de mayo es una fecha dolorosa para el pueblo palestino. Un número desgraciado, pues la cobardía de las potencias occidentales permitió, no sólo concretar el fin del Mandato británico sobre Palestina sin generar la autodeterminación de su pueblo, sino que dio vía libre para la conformación de una entidad que daría impulso a décadas de crímenes, usurpación, expolio y saqueo de un pueblo y su tierra. Efectivamente, el día 14 de mayo del año 1948 nace, no sólo un régimen totalitario, sino también un patógeno que ha causado un daño enorme a la región donde decidió instalarse. Lo denomino Sion 48, versión israelí del SARS COV post segunda guerra mundial. Una entidad, que gracias a la crisis de conciencia de las potencias occidentales, principalmente, le ha hecho pagar al pueblo palestino los delitos, crímenes y exterminio causados por una extinta Alemania nacionalsocialista. Una Alemania, que hasta el día de hoy asigna fondos para expiar sus culpas por haber asesinado a connacionales de creencia judía, como también a polacos, franceses, holandeses, checos y otros innumerables países, donde también se practicó una operación destinada a exterminar a otros seres humanos por su creencia, etnia o raza. Claro está, que los gobiernos germanos y sus conciencias no alcanzaron para dar cuenta de los 23 millones de soviéticos muertos en esa guerra, gitanos, personas con deficiencia mental, homosexuales, políticos opositores, prisioneros de guerra. Para ellos no hubo y no hay fondos de reparación e incluso negacionismo respeto al valor y esfuerzo del pueblo soviético en el triunfo sobre el Tercer Reich.. Hubo indemnización para algunos y olvido para otros, aquellos quienes no recibieron el maná surgido de una verdadera industria, que dotó de ingentes recursos financieros al naciente régimen sionista, tal como lo señala el intelectual estadounidense Norman Finkelstein (cuyos padres estuvieron en campos de concentración en Majdanek y Auschwitz) en su libro titulado “La Industria del Holocausto”. |
¿El premio mayor? Permiso para constituirse como entidad y declarar unan supuesta independencia, cuya primera manifestación será la ocupación de tierras palestinas a manos de sus grupos paramilitares: Haganah, Irgún, Lehi, dotados con moderno armamento proporcionado por los mismos que finalizaron su mandato y que permitió ocupar vastas tierras ajenas y dar comienzo a la Nakba.
Y hablo de supuesta independencia con la certeza que no se puede usar ese concepto, tal como lo he sostenido en oportunidades anteriores y lo reafirmo “Israel no puede hablar de independencia ya que es una denominación fantasiosa pues, ¿de quién se independizó este Israel surgido del atropello del pueblo palestino? ¿Cómo atreverse a signar un proceso de despojo como algo asimilable a la declaración de independencia? ¿Qué emancipación puede glorificar una sociedad que se forma al amparo del crimen, el robo, en el marco del desarraigo, la expulsión y la usurpación del territorio palestino y amparado en esa acción criminal bajo el mito de una de un supuesto derecho divino? No se puede hablar de independencia cuando entendemos que este concepto atañe a la formación o restauración de un país después de la separación de otro del cual formaba parte. Israel no ha restaurado nada, no se ha separado de nada del cual pudiésemos decir que logró su autodeterminación y menos aún formaba parte de otro Estado que pudiese remitir a la idea de independencia. Es, por tanto, una creación ficticia”. Una formación nacida al amparo de decisiones que violaron los derechos de millones de seres humanos, forzados a abandonar sus aldeas, pueblos y ciudades. Marcharse forzadamente de sus hogares, dejar atrás sus cultivos, sus plantaciones de olivos, su ganado, en un proceso de expulsión que no termina. Una Nakba, que día a día expresa nuevas acciones del régimen terrorista que impide el retorno de millones de palestino a su tierra: la demolición de viviendas de familias palestinas en Cisjordania (cuya perversidad se expresa en esperar que se construya el hogar, que se habite, para después no dejar piedra sobre piedra), destrucción de cultivos en los bombardeos crónicos contra la Franja de Gaza y su bloqueo brutal desde el año 2006 a la fecha. En la construcción de asentamientos para instalar allí, en tierras palestinas, a decenas de miles de extranjeros sionistas. La Nakba es un hecho presente 72 años después y con la misma violencia de antaño. El sionismo sigue siendo ese virus ponzoñoso y criminal que expulsó a 800 mil palestinos de sus tierras, de esa palestina histórica que por donde transites, así aterrices en Tel Aviv o ingreses por la frontera con Jordania, logras escuchar a los cuatro vientos “me llamo Palestina hoy usurpada”. Resulta evidente que 72 años desde la Nakba, sólo la lucha del propio pueblo palestino, de sus movimientos, organizaciones, sus hombres y mujeres, junto a la solidaridad activa de las sociedades de este mundo, podrán impedir el plan sionista de anexar Cisjordania y frenar el bloqueo de la Franja de Gaza. Palestina es capaz de impedir el plan a través de su propia lucha, que debe tener todas las formas imaginables, que debe intensificarse contra esta “imposición del siglo” disfrazada de acuerdo e impulsado por este binomio conformado por Washington e Israel. El robo, las sanciones impulsada por esta alianza y el chantaje permanente socavan permanentemente la confianza en instituciones internacionales, timoratas y sometidas a la presión financiera y política, incapaces de aplicar las leyes internacionales que castiguen al sionismo por sus crímenes. Una institución como la ONU, incapaz de aplicar la Carta de las Naciones Unidas en su capítulo VII donde ha quedado demostrado, desde el mismo año 1948 a la fecha, que Israel amenaza la paz, la quebranta, no cumple medio centenar de resoluciones que exigen su retiro de los territorios ocupados, que demuela el muro de la vergüenza, que deje de construir asentamientos. Israel es un virus en el seno de Oriente Medio y ejerce su influencia negativa sobre otras regiones del mundo. Una entidad frente a la cual hay que exigir su aislamiento y hacerla desaparecer por el peligro que representa como ideología, como política contra sus vecinos. Israel es el Sion 48 que requiere el concurso internacional para luchar contra él. Todo lo demás es hipocresía y doble rasero. Siete décadas después de la Nakba, la reivindicación del retorno está intacta. Y en ello el valor dado a la memoria es fundamental. Día a día, en cada Dabke que se ejecuta, en cada comida que se comparte y se le denomina con su nombre en árabe, tanto en el territorio palestino como en el transtierro. Cada bandera que se iza en cualquier lugar del mundo en honor y solidaridad con Palestina nos recuerda que no es hora de flaquear. Nos impone la obligación de denunciar al sionismo y sus cómplices, no temer, no dejarnos amedrentar. Los Hombres y mujeres que habitan cada rincón de la Franja de Gaza y Cisjordania, como también aquellos que viven la ocupación, la segregación y el apartheid en la Palestina histórica, sabrán luchar por sus derechos y que cuenten con nuestro apoyo, de los que no estamos bajo la bota inmunda del sionismo, aquellos que estamos fuera de Palestina. Nuestro deber es impulsar y apoyar este combate que no terminará hasta el fin de una ideología malsana. Nuestro deber es llevar adelante la campaña del Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS). La Nakba ha sido una catástrofe, sin duda y hoy el combate contra el Virus Sion 48 exige fortaleza y esa se encuentra en abundancia en el pueblo palestino. Pablo Jofré Leal Exclusivo www.segundopaso.es |
1. Deir Yassim: Pueblo palestino ubicado en las inmediaciones de Al Quds donde se asesinó a 260 civiles palestinos entre los días 9 de abril al 11 de abril del año 1948. Deir Yassim, una localidad de aproximadamente 600 habitantes fue cercada por milicianos de los grupos terroristas sionistas israelíes Irgún y del Lehi (Banda Stern) y con menor número de efectivos participó también una unidad de la Haganáh llamada Palmaj. La documentación existente ha comprobado que los terroristas, previo a asesinar a sus víctimas, acompañaron su acción con mutilaciones, violaciones obligándolos incluso a desfilar por los barrios judíos antes de ser ejecutados.
2. Erezt Israel. Término que da cuenta de la denominación de la “Tierra de Israel” que al recoger el trabajo de intelectuales como el historiador israelí Shlomo Sand, nos permite afirmar, en base a lo sostenido en su libro When and how was the land of Israel invented que el sionismo robó el término religioso Eretz Israel (tierra de Israel) y lo convirtió en un término geopolítico. La tierra de Israel no es la tierra de los judíos. Se convierte en patria de origen a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, sólo a partir del surgimiento del movimiento sionista”. Nuevamente la afirmación del crear mitos, de mentir en forma descarada de establecer ideas fundacionales a partir del despojo.
2. Erezt Israel. Término que da cuenta de la denominación de la “Tierra de Israel” que al recoger el trabajo de intelectuales como el historiador israelí Shlomo Sand, nos permite afirmar, en base a lo sostenido en su libro When and how was the land of Israel invented que el sionismo robó el término religioso Eretz Israel (tierra de Israel) y lo convirtió en un término geopolítico. La tierra de Israel no es la tierra de los judíos. Se convierte en patria de origen a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, sólo a partir del surgimiento del movimiento sionista”. Nuevamente la afirmación del crear mitos, de mentir en forma descarada de establecer ideas fundacionales a partir del despojo.
16 de mayo de 2020
19 de mayo de 2020
20 de mayo de 2020
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21 de mayo de 2020
22 de mayo de 2020
Mensaje del Día de Al-Quds
En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso
Alabado sea Dios, Señor de los mundos; la paz y las bendiciones sean para Muhammad, su familia pura, sus compañeros selectos y quien los siga en su benevolencia hacia el Día de la Recompensa.
Saludo a todos los hermanos y hermanas musulmanes del mundo entero, a quienes felicito por adelantado la venturosa fiesta de Eid al-Fitr, pido a Dios que acepte sus actos de devoción en el venturoso mes de ramadán y expreso mi agradecimiento al Noble Creador por la gracia de estar presente en este mes de convite divino.
Hoy es el Día de Al-Quds, día que fue instituido por inteligente iniciativa del imam Jomeiní para que como un eslabón uniese las voces de los musulmanes a propósito de la Noble Al-Quds (Jerusalén) y sobre la oprimida Palestina, y que en estas décadas ha cumplido un papel en ese sentido, como seguirá haciendo, si Dios quiere. Los pueblos recibieron bien la iniciativa del Día de Al-Quds, que celebraron como primer acto necesario para mantener enarbolada la bandera de la liberación de Palestina. La política de la Arrogancia y el sionismo consiste fundamentalmente en difuminar la causa palestina en las mentes de las sociedades musulmanas e ir haciendo que se olvide, y el deber más apremiante es combatir esa traición que están cometiendo esbirros políticos y culturales a sueldo del enemigo en los propios países islámicos. La verdad es que una cuestión de la grandeza de la de Palestina no es algo que autorice el olvido por parte del celo, la dignidad y la lucidez crecientes de las naciones musulmanas, por más que Estados Unidos, los demás países dominadores y sus lacayos en la región empleen en ello todo su dinero y capacidad.
Lo primero es recordar la gran catástrofe que fueron la ocupación de Palestina y la formación en ese país de la célula cancerosa sionista. Entre los crímenes cometidos por la humanidad en épocas cercanas a la actual, no hay ninguno de esas dimensiones e intensidad. La ocupación de un país y la expulsión para siempre de su población de sus hogares y de la tierra de sus ancestros es en verdad un nuevo récord en la infamia diabólica de la humanidad, y más acompañado como estuvo aquello de las más horribles matanzas, crímenes, destrucciones de cultivos y progenie, y con la continuación de esa injusticia histórica durante décadas.
El principal causante criminal de ese desastre son los Estados occidentales y su política diabólica. Cuando, en la Conferencia de París, los Estados vencedores de la Primera Guerra Mundial se repartían el oeste de Asia ―es decir, los dominios asiáticos del Imperio otomano―, el botín de guerra más importante, sintieron la necesidad creciente de una base segura en el corazón de esta región para asegurar su dominio permanente sobre ella. Inglaterra había preparado el terreno años antes con el plan Balfour, disponiendo para cumplir ese papel, con la colaboración en su diseño de plutócratas judíos, el invento llamado sionismo.
En ese momento, las condiciones prácticas ya estaban ahí. A partir de aquellos años, se fueron colocando las piezas y haciendo preparativos hasta que, por fin, tras la Segunda Guerra Mundial, aprovechando la distracción y los apuros en que se hallaban los Estados de la región, asestaron el golpe y proclamaron el régimen artificial sionista y su estado sin nación.
El blanco de ese golpe fue en primer lugar la nación palestina y, en segundo lugar, todas las naciones de la región.
Observando los acontecimientos posteriores de la región puede verse que el objetivo principal y cercano de los occidentales y de los capitalistas judíos al crear el estado sionista era establecer una base para su presencia e influencia constantes en el oeste de Asia que les diera acceso fácil para sus injerencias, imposiciones y dominaciones sobre los países y los Gobiernos de la región. Para ello, dotaron al artificial régimen de ocupación de todo tipo de instrumentos de poder, tanto militares como civiles, incluido incluso el armamento atómico, y colocaron en sus planes el crecimiento de esa célula cancerosa desde el Nilo hasta el Éufrates.
Lamentablemente, tras las acciones iniciales de resistencia, algunas de las cuales fueron admirables, la mayoría de los Estados árabes fueron rindiéndose y, en particular tras la entrada de los Estados Unidos de América como administrador de la cuestión, olvidaron tanto su deber humanitario, islámico y político como su celo y su orgullo árabes, y albergando esperanzas vanas sirvieron los objetivos del enemigo. Camp David es un ejemplo claro de esa amarga realidad.
En cuanto a los grupos de combatientes, tras algunas luchas sacrificadas en los primeros años, se fueron también viendo arrastrados hacia la vía estéril de la negociación con el ocupante y sus patrocinadores, y abandonaron una trayectoria que hubiera podido llevar a la realización del anhelo palestino. Las negociaciones con Estados Unidos y los demás Estados occidentales, así como con los insustanciales foros internacionales, han sido para Palestina una experiencia amarga y fallida. Enseñar una rama de olivo en la Asamblea General de las Naciones Unidas no dio más resultado que el lesivo acuerdo de Oslo y fue, al final, la causa del ejemplarizante final de Yaser Arafat.
El amanecer de la Revolución islámica en Irán abrió un nuevo capítulo en la lucha por Palestina. Desde los primeros pasos ―con la expulsión de los agentes sionistas, que veían en el Irán de la tiranía del sah una de sus bases seguras, el traspaso de la embajada oficiosa del régimen sionista a la representación de Palestina y el corte del flujo de petróleo― hasta las grandes acciones y actividades políticas a gran escala, se dio lugar a la aparición del Frente de la Resistencia en toda la región, y en los corazones floreció la esperanza de que la cuestión se resolviera. Con la aparición del Frente de la Resistencia, las cosas se pusieron cada vez más difíciles para el régimen sionista ―y más difíciles que se pondrán en el futuro, si Dios quiere―, pero también se intensificaron en gran medida los esfuerzos de los protectores de ese régimen, con Estados Unidos a la cabeza, por protegerlo. El surgimiento en el Líbano de la fuerza devota, joven y sacrificada de Hezbolá, así como la formación de los entusiastas grupos de Hamás y Yihad Islámica dentro de las fronteras de Palestina, no solo llenaron de ansiedad a los dirigentes sionistas, sino también a Estados Unidos y a los demás agresores occidentales, que tuvieron que situar en primer lugar en sus programas, después del apoyo material e intelectual al régimen de ocupación israelí, la búsqueda de aliados dentro de la región y de las sociedades árabes. El resultado de esa vasta actividad es visible hoy a ojos de todos en el comportamiento y el discurso de algunos gobernantes de Estados árabes y de ciertos actores políticos y culturales árabes traidores.
En la actualidad, se manifiestan por las dos partes actividades diversas en el campo de combate, con la diferencia de que el Frente de la Resistencia avanza hacia un poderío y una esperanza crecientes, integrando cada día más elementos de poder, mientras que, por el contrario, el frente de la opresión, el descreimiento y la arrogancia está día a día más vacío, desesperado e impotente. Un signo claro de esta afirmación es que el ejército sionista, que en un tiempo fue considerado invencible y veloz como el relámpago, y que en apenas unos días detenía a los grandes ejércitos de dos países agresores, hoy en día se ve obligado a retroceder y reconocer su derrota ante fuerzas combatientes populares en el Líbano y Gaza.
Esta situación del campo de combate es muy insegura y cambiante, y requiere una vigilancia constante. Lo que está en juego en esta lucha es de gran importancia, decisivo para el futuro y vital. Todo tipo de negligencia, dejadez o error en los cálculos fundamentales causará graves perjuicios.
Sobre esa base, voy a hacer varias recomendaciones a todos aquellos que tienen el corazón pendiente de la causa palestina.
1. La lucha por la liberación de Palestina es un Yihad por la causa de Dios y un deseable deber religioso islámico. El triunfo en tal combate está garantizado, porque el individuo que combate, incluso si pierde la vida, habrá alcanzado ihda al-husnayain, «una de las dos cosas buenas». Aparte de eso, la causa palestina es una causa humanitaria. Que se echara a millones de personas de sus casas, sus tierras y sus lugares de vida y de trabajo, haciéndolo además con asesinatos y crímenes, causa dolor y conmoción a cualquier conciencia humana y, si se goza de resolución y valentía, obliga a plantar cara. Por lo tanto, limitar la cuestión a un asunto meramente palestino o, como mucho, árabe es un error flagrante.
Quienes creen que las componendas de unos cuantos palestinos o de los gobernantes de varios países árabes autorizan a pasar por alto esta cuestión islámica y humanitaria están muy equivocados en su comprensión de la cuestión y, en ocasiones, incurren en traición al tergiversarla.
2. El objetivo de esta lucha es la liberación de todo el territorio de Palestina, desde el mar hasta el río, y el retorno a su país de todos los palestinos. Reducirlo a la formación de un Estado en un rincón de ese territorio ―y más en la forma degradante que se señala en la literatura indecente de los sionistas― no es reflejo ni de búsqueda de justicia ni de realismo. La realidad es que, hoy en día, el pensamiento, la experiencia y la autoestima de millones de palestinos han llegado a un grado en el que son capaces de dirigir su atención a ese gran Yihad, estando seguros, con la ayuda de Dios, de la victoria final. «Ciertamente, Dios auxilia a quienes Lo auxilian. En verdad, Dios es fuerte y poderoso» (Sagrado Corán, 22:40). Sin duda, muchísimos musulmanes de todo el mundo los auxiliarán y se compadecerán de ellos, Dios mediante.
3. Si bien es lícito aprovechar en esta lucha todo medio halal y legítimo, ayuda internacional incluida, hay que recalcar que debe evitarse confiar en Gobiernos occidentales y en las organizaciones internacionales que, de modo visible u oculto, dependen de ellos, que son enemigos de toda entidad islámica influyente. Los derechos de los seres humanos y los pueblos les son indiferentes. Son ellos mismos quienes han causado los mayores daños y cometido los mayores crímenes contra la Umma islámica. Ahora mismo, ¿qué institución internacional o qué potencia criminal responde por los asesinatos, las matanzas, las guerras provocadas, los bombardeos y las hambrunas artificiales causadas en tantos países islámicos y árabes?
Estos días, el mundo cuenta las víctimas del coronavirus en todo el planeta una a una, pero nadie ha preguntado ni va a preguntar quién es el asesino responsable de los cientos de miles de mártires, presos y desaparecidos en los países en que Estados Unidos y Europa han prendido la mecha de la guerra. ¿Quién es el responsable de toda la sangre derramada injustamente en Afganistán, Yemen, Libia, Irak, Siria y los demás países? ¿Quién es el responsable de todos los crímenes, expolios, destrucciones e iniquidades en Palestina? ¿Por qué nadie ha contado los millones de niños, mujeres y hombres que han sufrido injusticias en el mundo islámico? ¿Por qué nadie envía mensajes de condolencia por las matanzas de musulmanes? ¿Por qué tienen que vivir millones de palestinos setenta años lejos de sus hogares, en el exilio? ¿Y por qué tiene que ser ultrajada la Noble Al-Quds, primera alquibla de los musulmanes? La Organización de las llamadas «Naciones Unidas» no cumple su deber, y las instituciones de los llamados «derechos humanos» están muertas. Los llamamientos a defender los derechos de la infancia y la mujer no incluyen a los niños y mujeres oprimidos de Yemen y Palestina.
Así están constituidas las opresoras potencias occidentales y las subordinadas instituciones internacionales, y cómo lo están en materia de deshonor y vergüenza algunos Estados de la región que los siguen va más allá de lo expresable.
Por lo tanto, la fervorosa y devota comunidad musulmana debe apoyarse en sí misma y en sus propias fuerzas internas, poner sus poderosas manos a la obra y superar los obstáculos encomendándose a Dios y confiando en Él.
4. Un punto importante del que no deben apartar la vista las élites políticas y militares del mundo islámico es la política de Estados Unidos y los sionistas consistente en trasladar los conflictos detrás de las líneas del Frente de la Resistencia. Tanto el desencadenamiento de las guerras civiles de Siria como el asedio militar y las matanzas diarias en Yemen, los asesinatos, la devastación y la creación de Daesh en Irak y asuntos similares en algunos otros países de la región son todo ello estratagemas para mantener ocupado al Frente de la Resistencia y dar al régimen sionista tiempo para actuar. Algunos políticos de países musulmanes, sin saberlo ―y otros, a sabiendas― se han puesto al servicio de esas estratagemas del enemigo. La manera de evitarlo consiste fundamentalmente en que lo reclamen seriamente los jóvenes devotos de todo el mundo islámico. Los jóvenes de todos los países islámicos y, en particular, de los países árabes deben tener en mente el consejo del gran imam Jomeiní, que dijo: «Todos los gritos que lleven dentro láncenlos contra Estados Unidos» ―y, por supuesto, también contra el enemigo sionista―.
5. La normalización de la presencia del régimen sionista en la región es una de las líneas políticas fundamentales de los Estados Unidos de América. Algunos Estados árabes de la región que hacen a Estados Unidos de chicos de los recados se han dedicado a ello, haciendo preparativos tales como el establecimiento de relaciones económicas y similares. Esos esfuerzos son por completo estériles y no darán resultado. El régimen sionista es para esta región un añadido mortífero que no supone más que perjuicio y, con toda certeza, será erradicado y expulsado, quedando el deshonor y el estigma para quienes han puesto sus medios al servicio de ese proyecto político de la Arrogancia. Algunos, para justificar ese comportamiento abyecto, arguyen que el régimen sionista es una realidad en la región, olvidando que las realidades mortíferas y perjudiciales deben ser combatidas y eliminadas. Estos días, es una realidad el coronavirus, y todas las personas sensatas consideran necesario combatirlo. El viejo virus del sionismo no se mantendrá sin duda mucho tiempo, sino que será erradicado gracias a la resolución, la fe y el celo de la juventud.
6. La recomendación principal de quien les habla es que la lucha prosiga, que se mejore la organización de los grupos de Yihad, que estos colaboren entre sí y que se amplíe el terreno del Yihad dentro de los territorios palestinos. Todos deben ayudar al pueblo palestino en este Yihad sagrado. Todos deben impedir que el combatiente tenga las manos vacías o las espaldas descubiertas. Nosotros haremos con orgullo cuanto esté en nuestra mano en ese sentido. Hubo un momento en que nos formamos el juicio de que el combatiente palestino tenía religión, celo y valentía, y que su único problema eran sus manos vacías de armas. Con la guía y la ayuda de Dios, hicimos una planificación, con el resultado de que el equilibrio de fuerzas de Palestina se transformó y, en la actualidad, Gaza es capaz de resistir frente a las agresiones militares del enemigo sionista y vencerlo. En la zona conocida como «territorios ocupados», ese cambio en la ecuación podrá hacer que la cuestión palestina se acerque a sus etapas finales. En este asunto, a la Autoridad Nacional le corresponde un gran deber. Con un enemigo salvaje no puede hablarse más que con autoridad y desde una posición de fuerza y, gracias a Dios, en el gallardo y resistente pueblo palestino están presentes las condiciones de esa autoridad. Hoy por hoy, los jóvenes palestinos están ansiosos por defender su dignidad. Hamás y Yihad Islámica en Palestina y Hezbolá en el Líbano lo han demostrado a todos. El mundo no ha olvidado ni olvidará el día en que el ejército sionista violó las fronteras del Líbano y avanzó hasta Beirut, ni el día en que un criminal asesino llamado Ariel Sharón desencadenó un baño de sangre en Sabra y Chatila, como tampoco ha olvidado ni olvidará el día en que ese mismo ejército no halló más remedio, ante las poderosas balas de Hezbolá, que retroceder tras las fronteras del Líbano con numerosas bajas, reconociendo su derrota y suplicando un alto el fuego. No tener las manos vacías y estar en posición de fuerza es eso. Bien, dejen ahora que tal Estado europeo ―que deberá avergonzarse por siempre jamás de haber vendido armas químicas al régimen de Saddam― considere ilegales a los dignos combatientes del Yihad de Hezbolá. Lo que es ilegal es un régimen como el de Estados Unidos, que crea a Daesh, o un régimen como el de ese Estado europeo, por el que perdieron la vida miles de personas en la ciudad iraní de Bané y en la iraquí de Halabja, por los efectos de sustancias químicas.
7. Lo último que queda por decir es que Palestina es de los palestinos y debe ser administrada conforme a su voluntad. La única conclusión, que debe ocupar su lugar por encima de los retos actuales y futuros de Palestina, es el proyecto de un referéndum en el que participen todas las comunidades religiosas y grupos étnicos palestinos, como planteamos hace cerca de dos décadas. Ese proyecto pone de manifiesto que las acusaciones de antijudaísmo que repiten los occidentales a través de sus altavoces carecen por completo de fundamento. Conforme a ese proyecto, los palestinos judíos, cristianos y musulmanes participarán codo con codo en un referéndum y determinarán el sistema político de Palestina. Lo que debe rotundamente eliminarse es el régimen sionista y el sionismo, que es una invención por completo ajena a la religión judía.
Para terminar, rindo honores a los mártires de Al-Quds, desde el sheij Ahmed Yasín, Fathi Shaqaqi y Sayyid Abbas al-Musawi, hasta el gran general del islam y rostro inolvidable de la Resistencia que fue Qasem Soleimaní y el gran combatiente iraquí que fue Abu Mahdi al-Muhandis, así como a los demás mártires de Al-Quds, y envío mi saludo al espíritu del gran imam Jomeiní, que nos abrió la vía de la dignidad y el Yihad. Igualmente pido a Dios Su misericordia para el hermano combatiente que fue el difunto Hoséin Sheijoleslamí, quien prodigó sus esfuerzos durante años en esta vía.
Con ustedes la paz y la misericordia de Dios.
Ayatolá Seyed Ali Jamenei
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24 de mayo de 2020