Salirse de la OEA ahora es neutralizar una futura amenaza
CENAE Mario Ramos 30 de abril de 2017
Un líder con talla estratégica suele olfatear la oportunidad que determinada coyuntura histórica le presenta para que sea aprovechada en sentido progresivo. A qué nos referimos: tenemos en este momento a un organismo anacrónico, la OEA, que en su oprobiosa trayectoria, una vez más ha sido empleada en contra de una hermana república violando todo el derecho internacional y sus propias normas. Un organismo usado numerosas veces como herramienta geoestratégica a favor de los intereses geopolíticos particulares de la superpotencia del norte. Un organismo que está siendo utilizado sin ningún pudor como elemento articulador para desplegar procesos de desestabilización de los gobiernos que no son del agrado estadounidense, hoy es Venezuela, mañana será Ecuador, Bolivia o Nicaragua. La OEA al mando del señor Almagro ha buscado legitimar una intervención militar en Venezuela, de ahí el nivel agresivo que ha adquirido su servil proceder.
En ese marco, los líderes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – ALBA y uno que otro de Petrocaribe, deben comprender que salirse de la OEA en este momento es aprovechar la coyuntura que la historia nos entrega. Estas oportunidades no son frecuentes en los procesos históricos. Qué beneficios se obtendría: 1) neutralizar una futura amenaza, como hemos señalado, hoy es Venezuela, pero mañana con seguridad puede ser cualquier país de Nuestra América; 2) salirse de la OEA implica dar un espaldarazo al fortalecimiento de los nuevos instrumentos de integración y diálogo internacional creados en los últimos años: CELAC, UNASUR, ALBA. Tal como está desarrollándose la inestable geopolítica mundial, no necesitamos de la OEA, que como es conocido se creó en determinado escenario geopolítico actualmente superado y al servicio casi exclusivo de los intereses estadounidenses. Para el diálogo político con los EE.UU ahora tenemos a la CELAC, UNASUR y ALBA; y 3) los líderes que se atrevan a tomar la decisión de dejar atrás ese proceso llamado OEA, están contribuyendo de manera clara al cumplimiento de lo que en diferentes cumbres nuestros países se han propuesto, ser una zona de paz en donde sus conflictos se resuelvan sin interferencias extrañas a los verdaderos intereses geopolíticos de nuestra región. |
El próximo martes 2 de mayo, se realizará la Reunión de Cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) convocada por la República de El Salvador, en su calidad de Presidente Pro Témpore. Este cónclave debe ser aprovechado para que los gobiernos sensatos, con visión estratégica y vocación integracionista, adopten el camino de por fin dar “cristiana sepultura” a ese anacrónico instrumento supuestamente hemisférico. Sería interesante que el presidente Rafael Correa, independientemente de la postura que acojan otros países hermanos, tome la decisión de dejar la OEA, esa potencial decisión atiende también de manera previsiva nuestros intereses y da un importante empujón a una tarea histórica aún por concretarse, la integración de los pueblos latinoamericanos y caribeños. Si el presidente Correa no lo hace, consideramos que es una decisión que la debe tomar el presidente electo que de continuidad al proyecto de la Revolución Ciudadana Tal como se está desplegando la geoestrategia del presidente Trump, el nivel de intolerancia hacia gobiernos que buscan autonomía en su política nacional e internacional, independiente del grado o nivel, se vuelve mayor, y habrá más presiones para disciplinamiento geopolítico, y el Ecuador en estos 10 años ha ganado respeto como nación justamente por llevar a cabo una política soberana.
Tenemos en estos momentos los pueblos de Nuestra América una oportunidad para medir la verdadera talla estratégica de nuestros líderes. Entrevista: Radio Nacional de Venezuela
30 de abril de 2017 Comunicado del CENAE:
|
4 de septiembre de 2021